1. Trabajo final
Los Silos-
Talavera
William Hernández Ramos. Trabajos de Campo en Geografía Física. 4º Geografía
2. ÍNDICE
1.- Introducción ............................................................................................ 3
2.- Metodología y objetivos ......................................................................... 3
3.- El paisaje ................................................................................................. 4
3.1.- Descripción visual ..................................................................... 4
3.2.- Unidades de paisaje a diferentes escalas ................................... 5
4.- Aspectos estructurales y geomorfológicos ............................................. 7
4.1.- Diferencias en las sub unidades estudiadas ............................... 7
4.2.- Unidades menores del paisaje.................................................... 8
4.2.1.- Acantilados muertos ..................................................... 8
4.2.2.- Islas Bajas ..................................................................... 11
4.2.3.- Volcanes ....................................................................... 13
4.2.4.- Barrancos ...................................................................... 15
5.- Vegetación .............................................................................................. 18
5.1.- Factores que determinan su distribución ................................... 18
5.1.1.- Factor climático-altitudinal .......................................... 18
5.1.2.- Factor antrópico-edáfico............................................... 18
5.2.- Caracterización fisonómica ....................................................... 19
6.- Conclusiones ........................................................................................... 20
7.- Bibliografía y recursos utilizados ........................................................... 21
2
3. 1.- Introducción
La zona objeto de estudio se encuentra en el municipio de Los Silos, en
el Norte de Tenerife, en uno de los paisajes con mayor contrastes en todos los
aspectos, desde el paisajístico, pasando por los morfológicos, estructurales y
biogeográficos. Precisamente ha sido el contraste de todo ello y también la
predilección por este lugar de la Isla, el que me ha llevado a elegir esta de
entre las cinco salidas de campo propuesta para plasmar sobre el papel lo
aprendido durante los cuatro meses que ha durado la asignatura de Trabajos
de Campo en Geografía Física.
Al noroeste de la isla de mayor relieve de las Islas Canarias se
encuentra la montaña y caserío de Talavera, que en su parte final conecta con
la pista del Monte del Agua que discurre entre Erjos del Tanque y Las Portelas,
en lo que es la parte nororiental del Macizo volcánico antiguo de Teno.
2.- Metodología y objetivos
En este apartado quiero descubrir los recursos que he utilizado para
llevar a cabo el trabajo final, así como el fin último del mismo. En un principio
surgió la dificultad de saber qué estudios podía consular para ampliar y sobre
todo justificar lo aprendido sobre el terreno. Pero lo que a priori se convirtió en
difícil acabó siendo muy sencillo gracias al material existente en la Biblioteca de
la Universidad de La Laguna, y en especial en su fondo de Canarias.
Para tratar de sostener con bases sólidas lo aprendido en el campo,
utilicé principalmente algunas tesis doctorales de los profesores del
Departamento de Geografía Física de la Universidad de La Laguna, como la
del profesor Manuel Luís González, y su tesis ‘Los paisajes naturales del
Macizo de Teno’. También encontré algo de información en la tesis de la
profesora Esther Beltrán Yanes, y en la tesis de Javier Dóniz Páez, ‘Los
volcanes basálticos monogénicos de Tenerife. En estos trabajos pude compilar
información y gráficos fundamentales para argumentar mis reflexiones.
El sencillo objetivo final de este trabajo es demostrar los conocimientos
adquiridos en estos meses de arduo trabajo, plasmado sobre un papel. Sin
embargo, más allá de esto, el fin último personalmente lo considero cumplido,
pues tengo la certeza de haber aprendido a comenzar a leer e interpretar
correctamente lo que el paisaje cuenta en silencio con su presencia.
3
4. 3.- El paisaje
3.1.- Descripción visual
La zona objeto de estudio es conocida comarcalmente como la Isla Baja
y Teno, está en el sector más occidental de la Isla. El estudioso, al acercarse a
este paraje encuentra notables diferencias paisajísticas en este sector. Para
empezar, los poderosos acantilados llamados de La Culata e Interián, que dan
la sensación de magnificencia, sin embargo, esto choca con un sector llano que
es roto por las montañas que se sitúan en medio. No se trata de un lugar
propicio para sectores de arenas y playas, pero ello no significa que no existan
(Sibora o El Fraile). A medida que avanzamos hacia el oeste, los acantilados se
abren y dejan ver encajados barrancos.
En ascensión podemos comprobar las vistas de lo contrastado del
paisaje, con pocos núcleos poblacionales y con un terreno aprovechado para
los cultivos de plataneras en las zonas bajas, y cultivos de hortalizas y frutas en
las zonas medias. Estos paisajes son la muestra de un territorio en el que el
hombre está en sintonía con el medio ambiente, al que ha sabido sacarle
provecho en función de las posibilidades que le ofrecía. Este hecho lo contrasta
Carmen Romero Ruíz, en su artículo ‘La entidad geográfica de las Islas Bajas
canarias’, en donde afirma que “...estas plataformas costeas aparecen como
una de las mejores áreas naturales desde el punto de vista agrícola. Lo tendido
de su relieve evita tener que recurrir al laborioso método de preparación de la
superficie de cultivo mediante bancales”.
Imagen de la antropización de la isla baja, con cultivos de plataneras alrededor del núcleo
población más importante, Los Silos.
A medida que se asciende en cota pasamos de una clara zona xerófila a
una zona de transición y luego húmeda, llegando hasta el bosque de laurisilva,
4
5. en lo que son los límites del Parque Rural de Teno y más específicamente el
Monte del Agua. Pero antes de llegar hasta allí, encontramos un caserío
abandonado, Talavera, donde hace varias décadas probablemente se
trasladaban los habitantes de las zonas bajas en lo que se llamaban ‘mudadas’
para aprovechar terrenos para obtener alimentos propios y forraje para el
ganado. Una práctica ésta, habitual antes de los avances tecnológicos. Hoy día
lo que queda de ello son casas con techos derrumbados y en aparente estado
ruinoso que, no obstante, le dan una entidad propia al paisaje, que aún
conserva los vestigios de tiempos pretéritos y que tienen su manifestación en la
vegetación que trataremos en un apartado posterior.
3.2.- Unidades de paisaje a diferentes escalas
Una primera visión al mosaico paisajístico podemos diferenciar varias
unidades dentro de un territorio que no es homogéneo. En la salida de campo
que llevamos a cabo el pasado 22 de diciembre pudimos ver las diferencias
entre una zona más alta y montañosa y otra más llana y baja. Así pues,
podemos diferenciar dos zonas generales, una correspondiente a la zona llana
que llamamos Isla Baja y otra zona alta perteneciente al macizo antiguo de
Teno. Lo que se puede contrastar a simple vista en el campo es que la
superficie topográfica corta la estructura geológica en la parte alta, sin embargo
no ocurre así en la zona más llana y baja, donde la superficie topográfica no
corta la estructura geológica, ya que no vemos la estructura interna en la isla
baja sino en puntos muy puntuales, como son ejemplo de ello las montañas de
la zona más baja y llana que está asociado a la acción antrópica.
N
Grandes unidades de paisaje. Elaboración propia a partir de la tesis ‘Los paisajes naturales
del macizo de Teno’ de Manuel Luís González
5
6. En nuestro análisis, sin embargo, vamos a descartar gran parte de lo
que es considerado como Macizo antiguo de Teno, nuestro objetivo se centrará
en la Isla Baja central y en el barranco en torno a la montaña y caserío de
Talavera. Para concretar más el análisis, el estudio se centrará
específicamente en una parte de la vertiente oriental del macizo de Teno, así
como en otra sub unidad llamada Isla Baja.
N
Sub unidades de paisaje. Elaboración propia a partir de tesis ‘Los paisajes naturales del
macizo de Teno’ de Manuel Luís González
En una última aproximación al área que será estudiada, podemos
mencionar incluso las unidades menores del paisaje que analizaremos desde
diferentes perspectivas y que será realmente el objeto del análisis.
Estudiaremos pues, la Isla Baja, una plataforma sobre la que se levantan unas
montañas, en este caso dos volcanes, la montaña de Taco y la montaña de
Aregume, pero también estudiaremos una franja entre el límite superior de esa
plataforma y las montañas más escarpadas, los acantilados muertos, que
tampoco escaparán al análisis. Por último, será de vital importancia acercarnos
al estudio de otra unidad que llamaremos escarpes cercanos al mar, donde se
encuentra la montaña de Talavera.
N
Unidades de paisaje menores. Elaboración propia a partir de tesis ‘Los paisajes
naturales del macizo de Teno’ de Manuel Luís González
6
7. 4.- Aspectos estructurales y geomorfológicos
Este apartado estudiará lo concerniente a las formas estructurales del
relieve de Los Silos-Talavera, cobrando especial importancia la componente
geológica que va íntimamente ligada a ella. Para ello, diferenciaré las distintas
unidades espaciales concretando la escala, de más general, a más particular.
N
Diferencias estructurales y geológicas de la zona analizada. Elaboración propia a partir de
www.idecan.org
4.1.- Diferencias en las sub unidades estudiadas
Como bien se ha dicho antes, la superficie topográfica corta la estructura
geológica en la zona escarpada y alta, no ocurre así en la unidad
correspondiente a la Isla Baja. En este punto debemos matizar la primera
diferencia entre ambas sub unidades, ya que si bien, en general no se ve la
estructura interna en la Isla Baja, ésta tiene la excepción en los volcanes. Pero
en este caso las diferencias entre ambas sub unidades se abundan, ya que en
la sub unidad de los escarpes es debido a la persistente erosión de la
torrencialidad que ha hecho que se hayan encajado los barrancos. En cambio,
en la sub unidad de la Isla Baja, allí donde se ven las estructuras internas
ocurre por la acción del hombre, con canteras y cortes en el terreno para
construir.
7
8. Otra diferencia marcada y que viene al hilo de lo comentado
anteriormente son los factores que han acentuado la vista de las estructuras
internas, esto es, la erosión torrencial. Y es torrencial porque a nivel local, no
tenemos el mismo clima en la Isla Baja que en el escarpe alto. En la primera,
llueve poco y la acción del agua se limita a la erosión que pueda llevar a cabo
el mar en la misma Isla Baja. No ocurre así con la sub unidad escarpada,
donde llueve más y provoca la mencionada erosión torrencial. Las diferencias
climáticas, y geomorfológicas se traducen, como no, en diferencias
biogeográficas que estudiaremos en el siguiente apartado.
En la parte alta y escarpada se ve la estructura interna debido a la acción de la erosión torrencial
(izda.), en la Isla Baja se ven muy puntualmente las estructuras internas por la acción antrópica (dcha.).
4.2.- Unidades menores del paisaje
Las unidades menores, en conjunto, conforman un mosaico
importantísimo dentro del paisaje. Cada una, como veremos, es fruto de unos
procesos relacionados o no con el conjunto de la formación geomorfológico de
la zona que hemos estudiado.
4.2.1.- Acantilados muertos
Una parte importante del paisaje de esta zona son los acantilados
muertos. En otrora, estos escarpes estaban en primera línea de costa, siendo
el batir de la mar el que provocaba la erosión del mismo. La altura que
alcanzan hoy día nos da muestra de la fuerte erosión que ha tenido lugar en
esta zona de Tenerife.
8
9. Ejemplo de acantilado muerto, en la imagen, acantilado de La Culata, en la zona conocida como
Isla Baja, al Noroeste de Tenerife
Pero, ¿Dónde estaba antes el cantil? Tenemos algunos argumentos con
indicios que nos dan pie a pensar dónde se ubicaba antes este escarpe.
Principalmente nos remitimos a dos pruebas.
-Roques, testigos de hasta dónde llegaron las coladas lávicas. En este
caso, no muy lejos de esta zona se encuentra el Roque de Garachico, que es
una prueba perfecta que nos indica hasta dónde llegaban las coladas,
probablemente el cantil llegase mucho más allá de ese roque, que queda allí
por la dureza de un material que ha resistido a lo largo de miles de millones de
años.
-Buzamiento de las capas. Aunque no es sencillo de ver, lo cierto es que
se puede apreciar la existencia de una serie de capas que buzan hacia el mar,
lo cual indica que antes de ser acantilado, las coladas llegaban varios cientos
de metros más allá de donde se encuentran hoy día. Ha sido la erosión marina
la que ha provocado que el acantilado se erosionase de esa forma y para que
retrocediera, sin embargo el retroceso no se explica completamente por la
acción marina
9
10. En la imagen, un detalle del buzamiento de las capas, esta es la prueba de que demuestra que el
cantil llegaba al mar.
La erosión del mar provoca que ese acantilado retroceda, y que deje
sólo una rasa marina, una especie de plataforma bajo el mar de unos pocos
metros. Esto es muy frecuente en las Islas Canarias debido al fuerte oleaje.
Pero se necesita algo más para explicarlo. Aquí añadimos una variable habitual
en el archipiélago como es el volcanismo. Es éste fenómeno el que explica que
hoy día el cantil esté alejado del mar y haya dejado de ser funcional. El
volcanismo sobre la rasa marina que provocó la dinámica erosiva del mar, hizo
que sobre ésta se sucedieran varias erupciones que acabaron por poner, y
nunca mejor dicho, tierra de por medio, entre el acantilado y el mar. Algo muy
parecido es lo que dicen en el artículo ‘La entidad geográfica de las islas bajas
canarias’ los profesores Yanes, Luís y Romero: “La disposición de las islas
bajas al pie de un borde costero acantilado determina que éste pierda en
definitiva, toda su funcionalidad como tal. A partir de ese momento pasa a ser
modelado por la dinámica de vertientes, en la que reviste especial
trascendencia los procesos de gravedad y arroyamiento”.
Esta nueva tierra creada es lo que se conoce como Isla Baja que
estudiaremos a continuación. En la tesis doctoral del profesor Manuel Luís
González, ‘Los paisajes del Macizo de Teno’, se afirma que los acantilados
muertos forman parte de la Isla Baja, o más bien, supone el límite de la misma.
En el mismo trabajo, se confirma lo anteriormente explicado al afirmar que los
acantilados muertos “Señalan los límites septentrionales del macizo antiguo
delimitando los dominios de éste de los de las islas bajas. Constituyen la
evidencia de la dinámica litoral de un primitivo mar que fue retrocediendo en el
pleistoceno por la formación de las plataformas volcánicas”.
10
11. Croquis del retroceso de un acantilado debido a la erosión marina. A: Las coladas de lava del antiguo
macizo volcánico de Teno llegarían al mar hace millones de años. B: El mar hace que retroceda, se
erosione y debajo del mar queda una rasa marina. C: Dibujo de lo debería haber sido el acantilado. D:
Erosión del acantilado por el oleaje. E: El acantilado se rompe por su base. F: El ciclo de erosión del
acantilado vuelve a comenzar. Elaboración propia.
Algo muy parecido recogen Carmen Romero, Amalia Yanes y el propio
Manuel Luís en su artículo “La entidad geográfica de las Islas Bajas canarias”,
al asegurar que “Por encima de esta franja de contacto hay siempre un escarpe
de dimensiones variables y acusada verticalidad que marca el límite hacia tierra
de las islas bajas”. Este acantilado, pese a dejar de ser funcional, ha sufrido
procesos de vertientes que ha hecho que busque un perfil de equilibrio. Al final
del mismo se acumulan taludes de derrubios que provocan que
morfológicamente este cantil actualmente no sea exactamente vertical, sino
que luzca un aspecto algo más suavizado de lo que sería un acantilado normal.
En la imagen, talud de derrubios al pie del acantilado muerto. Acantilado de Interián.
11
12. 4.2.2.- Isla Baja
Como bien explicamos anteriormente una Isla Baja es una plataforma
lávica formada a partir de una rasa marina sobre la que se produce una
erupción volcánica que acaba por colmatar la rasa, la acumulación de material
lávico crea la Isla Baja. Según la tesis del profesor Manuel Luís González,
“tiene una topografía dominantemente plana”, algo que contrasta con la
topografía del Macizo que es todo lo contrario. Y este, es el rasgo fundamental
que caracteriza a esta estructura geológica. En la zona que es objeto de
estudio hay una clara Isla Baja en contraposición al Macizo, que provoca un
contraste abrumador. Existen una serie de factores comunes en estas Islas
Bajas. En el artículo de Carmen Romero, Manuel Luís y Amalia Yanes, ‘La
entidad geográfica de las Islas Bajas canarias’ aclara que “se organizan en
cuatro elementos principales: un litoral recortado, un tramo central
relativamente plano que enlaza con un talud de pendiente más o menos
acusada y un frente de escarpe abrupto”.
Dibujo en el que se localizan las unidades topográficas de una Isla Baja según Carmen
Romero, Manuel Luís y Amalia Yanes. Sacado de ‘La entidad geográfica de las Islas Bajas
canarias’
Según este mismo artículo, existen tres tipos de Islas Bajas en función
de su forma:
-Con planta triangular
-Con planta en abanico
-Con planta rectangular
La Isla Baja que es objeto de estudio en este trabajo, donde se sitúa
principalmente el núcleo poblacional de Los Silos, es un tipo de isla baja con
una planta triangular. La clasificación según su forma o planta, viene
determinada por la génesis de la misma. Atendiendo a lo formulado por
Romero, González y Yanes, “la conservación de los muros laterales de
enfriamiento favorecerá la existencia de islas bajas con planta triangular, al
producirse un avance diferencial entre el frente y los laterales lávicos”.
12
13. N
Dibujo de una isla baja con planta triangular, según Carmen Romero, Manuel Luís y Amalia
Yanes. Elaboración propia a partir de ‘La entidad geográfica de las Islas Bajas canarias’
4.2.3.- Volcanes
Los volcanes han jugado un papel crucial en la formación final del
paisaje de la zona que es objeto de nuestro estudio. Ello pese a que las dos
estructuras volcánicas que encontramos no son importantes en comparación
con otros aparatos eruptivos de la Isla, sin embargo explicaremos qué
importancia tiene y qué tipo de volcanes son.
Como ya hemos referido antes, el acantilado estaba en primera línea de
costa, sin embargo la erosión marina hizo retroceder el cantil, formando bajo
sus aguas una rasa. En esa rasa se produjo una serie de erupciones en el
Pleistoceno medio que acabaron por crear la isla baja con planta triangular.
Tienen algunas semejanzas, estos volcanes corresponden a la llamada Serie
reciente de volcanismo en Tenerife. Bastante posterior a la formación del
Macizo volcánico de Teno. Ambos están bastante alterados por la acción del
hombre y la erosión.
En Canarias en general, y por supuesto en Teno en particular, la
presencia de los volcanes viene determinada por unas líneas estructurales, o
debilidades, que en cierta forma ordena las montañas. Esto mismo lo explica la
profesora Carmen Romero Ruíz al confirmar que “la construcción de estas
estructuras se realiza siguiendo una o varias líneas de debilidad que actúan
como ejes donde se produce una gran concentración de edificios volcánicos...”
Las líneas estructurales que atraviesan Canarias son la Noroeste-
Sureste y Noreste-Suroeste, como se puede apreciar en el gráfico que
mostramos a continuación.
13
14. N
Ejes principales de Debilidades estructurales que atraviesa Tenerife. Sacado de Romero Ruíz,
Aproximación a la sistemática de las estructuras volcánicas complejas de las Islas Canarias
Pero evidentemente si bajamos la escala y concretamos más, vemos
que hay unas líneas estructurales menores que también ordenan en torno a
ese eje los edificios volcánicos. En el caso de Teno, los volcanes están
construidos en torno a una única línea estructural, según Romero Ruíz.
N
Ejes estructurales secundarios en el macizo de Teno. Elaboración propia a partir de a partir de
tesis ‘Los paisajes naturales del macizo de Teno’ de Manuel Luís González
Pero estos dos volcanes que están dentro de la zona que es objeto de
estudio son diferentes.
-Montaña de Taco
Es un cono de escorias, de erupción estromboliana, de 321 metros de
altitud. Según la tesis de Dóniz Páez, se trata de “un edificio volcánico anular
cerrado que tiene como características principales la escasa dispersión de los
productos de proyección aérea”. Según el profesor Manuel Luís González “es
el mejor conservado de los existentes en la zona”. En la salida de campo
efectuada en diciembre pasado pudimos observar que en el cráter de dicho
volcán hay una balsa de agua, varios caminos que llevan a la misma y algunas
construcciones al pie del volcán.
14
15. Imagen de Montaña de Taco, con la montana de Aregume delante.
-Montaña de Aregume
Se trata de un volcán en herradura, de 158 metros de altitud, que tuvo
una erupción estromboliana. Éste se encuentra bastante más antropizado que
el anterior, hasta el punto de que la acción del hombre ha hecho que se vea la
estructura interna del mismo, como hemos señalado al principio del trabajo, por
haberse utilizado de alojamiento en una de sus laderas de parte del pueblo de
Los Silos.
Imagen de Montaña de Aregume.
4.2.4.- Barrancos
Los barrancos de la zona que está siendo objeto de estudio siguen la
misma tónica del paisaje, esto es, con unos rasgos contrastados. Esto quiere
decir que en la isla baja la red de drenaje es de escasa importancia, en cambio
dentro del macizo cobra una importancia capital en el paisaje y en los procesos
que se llevan a cabo dentro del mismo. Dentro del macizo, concretamente en el
barranco que nos llevó hasta Talavera, tiene las mismas características que los
que surcan el macizo paralelo a él. Se trata de barrancos donde la erosión
torrencial ha hecho que se hayan encajado sobremanera. La lluvia frecuente, a
15
16. medida que se gana altitud, contribuye a la mencionada erosión torrencial,
erigiéndose en uno de los factores determinantes.
Hay que hablar de los barrancos que surcan el macizo porque son
realmente los más importantes. Se tratan de redes de drenaje que se cortan de
manera muy brusca cuando el acantilado muerto toma contacto con la isla baja.
Entonces el barranco se abre del todo y, aunque continúa su curso, éste es
apenas perceptible por la escasa profundidad del mismo y la acción antrópica
que los oculta.
Los barrancos como el de Blas, Los Cochinos, o Los Barrancos, que son
los que están dentro de la zona de estudio, se encuentran colgados y no
escalan hasta la zona más alta del macizo porque el material es demasiado
resistente para ser erosionado, por eso el barranco queda encajado y no
continúa. En la parte alta, los barrancos se han encajado todo lo que el terreno
les ha dejado –que no es mucho- cuando el material ha sido menos resistente.
Esto se observa perfectamente en el paisaje, ya que encontramos grandes
saltos de decenas de metros, entre dos barrancos –que en realidad es el
mismo-, el de la parte alta, y el de la parte baja del macizo, que no conectan,
dejando una impronta particular a la vez que espectacular.
En la imagen, el fondo de un barranco colgado.
Esta información, que apreciamos en la salida de campo de la
asignatura, se puede corroborar en la tesis del profesor Manuel Luís González,
quien asevera que se tratan de barrancos “con perfiles transversales en V
abierta y con desembocaduras suspendidas sobre el nivel del mar”.
16
17. Aunque carecen de importancia, también conviene hablar de la red
hidrográfica instalada en la isla baja. Se trata de barrancos de escasa incisión,
sin ninguna o muy poca jerarquía y que, en algunos casos, conecta con la
desembocadura del barranco que proviene del macizo. A simple vista, no
obstante, es difícil verlos por los cultivos de plataneras y por que realmente
tienen muy poco desarrollo.
N
En el proyecto de sombras, en rojo se marcan las escasas incisiones de los barrancos en la isla
baja. Elaboración propia.
Aún así, hay aspectos comunes, como no, a los dos tipos de barrancos
existentes en esta zona, y es cómo los procesos que generaron unos, han
influido en otros. El nacimiento de una isla baja en un momento geológico
determinado interviene definitivamente en la red de drenaje que había
previamente y que estaba asociada al macizo antiguo. Se produce un cambio
del nivel de base de los barrancos, así como un lógico alejamiento del barranco
de la línea de costa por la aparición de la isla baja. La red de drenaje
proveniente del macizo siempre está siendo excavada por los procesos de
arroyada, y esto provoca que en la isla baja se excaven también barrancos,
siguiendo la línea de dirección del macizo, sin embargo la profundidad no tiene
relevancia como en el macizo, con una edad mucho más avanzada.
Perfil de la zona objeto de estudio, donde se observa la verticalidad del acantilado, fruto de
lo cual, unido a la resistencia del material, ha dejado los barrancos colgados. Elaboración propia a
partir de M. Luis, ‘Los paisajes del macizo de Teno’. 17
18. 5.- Vegetación
5.1.- Factores que determinan su distribución
A la hora de describir el paisaje vegetal de la zona tenemos que
determinar los factores que influyen en su distribución. Grosso modo, el factor
antrópico, el climático, el edafológico y el mar, contribuirán a describir un tipo
de paisaje u otro. Y al igual que en el contexto geológico y paisajístico, la
vegetación también presenta grandes contrastes que trataré de explicar.
5.1.1.- Factor climático-altitudinal
Una de las cosas más importantes que aprendimos en la última salida de
campo y que corresponde a la zona que he pretendido estudiar, es que la
vegetación se articula en función de la altitud y del factor climático.
Evidentemente existen otros factores, pero son de otro orden en importancia.
Así, es sencillo afirmar que en la isla baja hay una mayor preponderancia del
matorral xerófilo costero, influido por la maresía, la insolación y el déficit hídrico
propio de estas altitudes. Evidentemente, a mayor altitud, menos temperatura,
más humedad, menos déficit hídrico y menor influencia de la maresía, lo cual
es una receta perfecta para el desarrollo de otras especies vegetales más
vinculadas a ambientes húmedos, son las especies de la laurisilva. No
obstante, cabe reseñar la importancia relativa que juega la zona de transición,
en donde se consigue ver una amplia amalgama de especies que bien podrían
estar en zonas más secas y están más próximas a zonas húmedas que a
zonas secas.
Secuencia de fotografías en tres cotas diferentes. Obsérvese que la fisonomía de la vegetación
cambia con la altititud, porque con ésta, también cambia el factor climático. Elaboración propia.
5.1.2.- Factor antrópico-edáfico
No conviene desdeñar el factor antrópico, que definitivamente también
influye a la hora de encontrar unas u otras especies vegetales. Junto con este
favor unimos el edáfico, puesto que el hombre en este sector ha sabido sacar
rendimientos a la tierra en función del tipo de suelo. Allí donde no hay una clara
18
19. verticalidad porque existen derrubios, fino, es donde ha establecido bancales
para cultivos en la zona alta. En contraposición, en la zona baja, con un suelo
en teoría menos evolucionado, por tener una edad inferior a la del macizo
antiguo, también ha sabido sacarle rendimientos, cultivando plátanos.
La antropización sobre la isla baja ha dejado una vasta estampa de cultivos de plataneras en esta
zona.
El resultado final será una fisonomía y un grado de recubrimiento
distinto, de tal forma que allí donde haya actuado el hombre, cultivando en el
pasado o en el presente, habrá un tipo de vegetación u otra. Y las pruebas las
tenemos en algunas especies como las tabaibas amargas, piteras o los
gamones, prueba inequívoca de que en algún momento hubo o incluso aún hoy
hay, cultivos. Son lo que se llaman especies nitrófilas, que se instalan allí
donde abundan restos orgánicos.
En la imagen, la vegetación con escasa influencia del factor antrópico
5.2.- Caracterización fisonómica
El resultado final será una fisonomía y un grado de recubrimiento
distinto, de tal forma que allí donde haya actuado el hombre, la fisonomía de la
vegetación estará caracterizada por especies propias de cultivos de frutas
tropicales. Aunque pocas, existen zonas donde el hombre no ha actuado y allí
la vegetación se caracteriza por tener un porte de matorral adaptado a
condiciones de extrema sequía. En las zonas de transición, a medida que nos
19
20. alejamos del litoral, encontramos ambas situaciones, por una parte, cultivos
tropicales buscando una mayor humedad, y especies vegetales que se han
adaptado a suelos orgánicos que ya no se cultivan. En las zonas más alta de
forma gradual encontramos una vegetación cada vez más cerrada, incluso con
sotobosque, fruto de la mayor humedad y de la escasa relevancia del factor
antrópico. Capítulo aparte merece la fisonomía de los barrancos, oasis en los
que encontramos palmeras y otras especies que cubre las zonas excavadas,
adaptadas a la sombra y la humedad de estos lugares, creando ecosistemas
por si mismos.
N
Mapa de vegetación de la zona según www.idecan.org
6.- Conclusión
La zona que ha sido objeto de estudio es un lugar de contrastes, en
donde no solo los elementos chocan visualmente, sino también geológica,
estructural y climáticamente. Encontramos dos polos opuestos uno a otro, con
dos edades marcadas y diferenciadas. Son precisamente esas diferencias las
que hacen de este rincón de Tenerife un lugar único. Pero más allá de
percepciones subjetivas, los diferentes elementos del paisaje analizados, así
como los elementos que lo condicionan articulan un espacio magnífico para ser
estudiado desde diferentes puntos de vistas y en diferentes contextos.
20
21. 7.- Bibliogafía y recursos consultados
LUIS, M: Los paisajes naturales del macizo de Teno. Memoria de Licenciatura.
Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna. 1984.
DÓNIZ, J: Los volcanes basálticos monogénicos de Tenerife
AFONSO, L: Enciclopedia de la Geografía de Canarias. Tomo I.
ROMERO, C; YANES, A; LUIS, M: La entidad de las Islas Bajas canarias. Revista
Ería Nº17, 1989, págs. 259-270.
ROMERO, C: Aproximación a la sistemática de las estructuras volcánicas complejas
de las Islas Canarias. Revista Ería Nº 11, 1986, págs 211-224.
http://www.idecan.org
21