La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
Generales controlan Costa Rica 1860-1870
1. Los generales Máximo Blanco (izquierda) y Lorenzo
Salazar controlaron, tras bambalinas, el poder político
de Costa Rica entre 1860 y 1870.
Los militares se convirtieron en factor clave en las
luchas intraoligárquicas del periodo, al respaldar a una
de las facciones en pugna, con la constante amenaza
del uso de la fuerza contra el presidente en ejercicio o
contra una facción que se opusiera a sus designios.
De la caída de Mora a la caída de Jiménez (1860-1870)
El golpe de Estado contra Juan Rafael Mora fue llevado a cabo por el mismo ejército que
había diseñado para afianzar al Ejecutivo, encabezado por los generales Lorenzo Salazar y
Máximo Blanco, que habían tenido destacada participación en la guerra, y cuyas figuras
fueron dominantes en la política nacional en el siguiente decenio. La Campaña Nacional
tendría un epílogo sangriento: Mora, derrocado, exiliado en El Salvador junto a su hermano
José Joaquín y el general Cañas, intentó recuperar el poder desembarcando en
Puntarenas junto a unos pocos leales, pero las fuerzas del gobierno lo derrotaron en la
batalla de la Angostura el 28 de setiembre de 1860. Tras una corte militar con juicio oral y
sumario, Juan Rafael Mora fue fusilado el 30 de septiembre de 1860. El 2 de octubre de 1860
fue fusilado, en el mismo lugar, el general José María Cañas. En la actualidad, ambas
ejecuciones se han calificado como crimen de Estado.
José María Montealegre Fernández (1815-1887) fue Presidente entre 1859 y
1863. Primer médico y cirujano costarricense graduado en Europa, fue
también comerciante cafetalero. Hombre cultivado, de espíritu liberal y
progresista, educado a la inglesa, se esmeró en gobernar decentemente y
en sostener las libertades y derechos de los ciudadanos en la difícil década
de 1860.
A Mora lo sucedió el Dr. José María Montealegre Fernández, quien llamó a
elecciones para una Asamblea Constituyente, que redactó la Constitución
de 1859, de carácter liberal. La nueva Constitución redujo el periodo
presidencial a tres años y prohibió la reelección inmediata, implantó un
sistema de designados a ejercer la primera magistratura en ausencia del
presidente, elegidos por el Poder Legislativo, y reorganizó la conformación
del Congreso y el Poder Judicial. Lejos de crear condiciones de estabilidad
política, estos cambios provocaron un clima de constante efervescencia,
motivado por el acortamiento del periodo presidencial, debido a que, casi
inmediatamente después de elegido el presidente, comenzaba la ardua
lucha electoral entre los candidatos a sucederlo.
La década de 1860 se convirtió en un periodo de pugnas dentro de la élite, con presencia
de choques por intereses económicos, ideológicos y ambiciones personales, y de activa
intervención de los militares para resolver los conflictos.
2. Entre 1860 y 1870, las fracciones rivales, personificadas por los liberales de la familia
Montealegre, principales accionistas del Banco Anglo Costarricense (1864), de fuerte
capital británico, y los conservadores en torno a las familias Yglesias y Tinoco, apoyados por
la Iglesia Católica, apelaron intermitentemente al cuartelazo para desplazar a sus
competidores y dominar el Estado, política poco profesional que era incapaz de darle
coherencia y dirección a la economía nacional.
"El pueblo que tenga más y mejores escuelas,
será el mejor de los pueblos."
Jesús Jiménez Zamora (1823-1897) fue presidente en 1863-1866 y
1868-1870. Médico graduado de la Universidad de San Carlos
Borromeo. Destacado como uno de los mandatarios más notables
de Costa Rica, puso énfasis en la educación pública y gran
empeño en la apertura de vías de comunicación. Es Benemérito
de la Patria desde 1886.
Para superar la situación de estancamiento, en 1863 ambas
facciones acordaron proponer a Jesús Jiménez Zamora como
candidato de compromiso para suceder a Montealegre. El
gobierno de Jiménez se caracterizó por una vuelta a la
centralización del poder.
El 1 de agosto de 1863, al poco tiempo de ser elegido, Jiménez disolvió el Congreso y llamó
a nuevas elecciones legislativas, esta vez con miembros afectos al régimen. Jiménez
también se granjeó el apoyo de los militares con la compra de armamento, con lo que
pudo terminar su periodo en 1866 a pesar de los rumores de un golpe de Estado.
En 1866, José María Castro Madriz, que había logrado cohesionar a
ambas facciones en su favor, fue electo para su segundo mandato.
Su segunda administración se caracterizó por su respeto a la
constitucionalidad y la división de poderes, por lo que prevaleció un
clima de apertura, tolerancia y libertades. Impulsó la creación de un
banco para garantizarle al gobierno la adquisición de recursos para
la construcción de obras públicas y promover el comercio y la
agricultura, golpeados por la caída de los precios del café. El Banco
Nacional de Costa Rica, de capital mixto, dio importante respaldo
financiero al Estado como institución emisora y crediticia por
espacio de 10 años, al final de los cuales cerró sus puertas al vencer
el contrato de operaciones y no ser este renovado.
La segunda administración de Castro Madriz fue fecunda en obras materiales e iniciativas
para el desarrollo: abrió el comercio exterior por la bahía de Limón, creó el segundo banco
nacional y estableció la primera línea telegráfica entre Cartago y Puntarenas. La actitud
conciliadora de Castro, propiciadora del debate y de crear condiciones para la libre
expresión, agitó el clima político. Aparecieron gran cantidad de periódicos, muchos
propiedad de sus adversarios, que se dedicaron a atacar su gobierno y al candidato del
partido oficial, el ministro de hacienda Julián Volio. Las expectativas de triunfo de los
3. opositores de Castro se cayeron con la renuncia de su candidato, Francisco Montealegre,
lo que los empujó a negociar con los militares para derrocar al Dr. Castro Madriz. En
noviembre de 1868, los generales Blanco y Salazar depusieron a Castro y fue llamado de
nuevo al poder Jesús Jiménez Zamora.155
Jiménez asumió en 1868, y casi inmediatamente, emitió un decreto que colocó al ejército
bajo la autoridad del ministerio de Guerra, para luego destituir a los generales Blanco y
Salazar. Fortalecido el Ejecutivo, con el ejército subordinado, Jiménez se asentó con
confianza en el mando. Convocó una nueva constituyente, que emitió la Constitución de
1869, llamó a elecciones, donde resultó ganador, y consiguió del Congreso facultades
omnímodas para hacer frente a los problemas del país y promover el progreso y bienestar.
Jiménez continuó sus esfuerzos iniciados en su anterior administración, en fortalecer la
educación pública y vigorizar la economía, creando escuelas y casas de enseñanza y
abriendo caminos. Declaró la enseñanza primaria gratuita y obligatoria, y trajo profesores
europeos para orientar la educación costarricense con bases sólidas, además de reformar
la Universidad de Santo Tomás, crear el Registro Público, abrir la carretera nacional a
Puntarenas, y emitir una ley de vagos para mantener a los ciudadanos activos. No
obstante, también persiguió a sus opositores políticos, a quienes detuvo o exilió, lo que le fue
granjeando un cada vez mayor número de enemigos.
El 27 de abril de 1870, fue depuesto por un golpe de Estado
efectuado por el coronel Tomás Guardia Gutiérrez.
La dictadura de Tomás Guardia (1870-1882
El gobierno recayó en el presidente provisorio Bruno Carranza
(abril-agosto 1870), quien luego renunció y el Congreso entregó el
poder a Guardia en agosto de 1870. El derrocamiento de Jesús
Jiménez y la llegada al poder de Tomás Guardia se consideran el
cierre del periodo histórico conocido como Estado Oligárquico y
el inicio del Estado Liberal propiamente dicho.
Material tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Costa_Rica