Este documento resume la historia de la literatura cristiana primitiva y su evolución a través de los períodos patrístico, escolástico y moderno. Describe las dos clases literarias iniciales de los apóstoles y apologistas, y destaca las contribuciones de San Agustín y Santo Tomás de Aquino a la teología, particularmente en las áreas de la razón, la fe, la iluminación y la relación entre teología e ideología.