1. Universidad de Guadalajara Centro universitario de la Ciénega
Capote y el periodismo narrativo
Por: Jaime V. Noyola Valdez
Como introducción
Nadie se podía imaginar que un hecho cruel y despiadado como el asesinato de
una familia, sería el detonante que lograría una revolución en la narrativa
periodística. Sería un reportero de The New Yorker quien se encargaría de poner
de moda una nueva tendencia en el periodismo.
A lo largo del tiempo la narrativa literaria siempre ha sido por defecto la belleza
del lenguaje, la literatura norteamericana refleja un grado más realista en sus
obras. La obra de Capote no sólo es la novela de no-ficción por excelencia del
periodismo, sino que es el punto de partida de donde se desencadena la
tendencia de periodismo y literatura.
Pero haciendo un poco de reflexión, no es extraordinario que un norteamericano y
su innovadora novela logren hacer todo un revuelo en el mundo del lenguaje
escrito. La literatura estadounidense tiene ese carácter de realismo histórico, o por
lo menos tiende a ser así por motivos que son casi clichés, basta con echar un
vistazo a algunos autores cómo: Walt Withman, Mark Twain, Hernest Hemingway,
Eugene O´Neill, Robert Frost o Sinclair Lewis; todos ellos fueron grandes
escritores, pero tienen una peculiaridad en común: fueron periodistas o tuvieron
una estrecha relación con el periodismo.
Este ensayo pretende abordar esa temática popularizada por capote que
actualmente se denomina nuevo periodismo (aunque no tiene nada de nuevo)
pero haciendo un énfasis en la dirección que puede tomar un hecho social a partir
de una interpretación reflejada en una obra literaria, es decir, si el periodismo
narrativo sigue conservando esos lineamientos planteados por el periodismo
convencional o si puede seguir una dirección fruto de la subjetividad del autor.
2. El aporte de Capote
Todo el tiempo ocurren hechos que son trascendentes o de suma importancia, una
de las características que debe tener un suceso para convertirse en algo de
interés periodístico, es que ese hecho debe romper con la cotidianeidad o con la
normalidad social. Descubrir a una familia amordazada y asesinada a sangre fría
sin ninguna razón aparente, en un sitio que bien podría ser el lugar más pacífico
del mundo, es sin duda un hecho que está fuera de toda normalidad.
Personalmente creo que un hecho debe contener algo especial para que pueda
ser reproducido a través de una narrativa periodística. Considero que no todos los
hechos se prestan para ser contados con elementos propios de la literatura.
Posiblemente esto fue lo que motivó a Capote para hacer su gran obra. Cuando
llegó a cubrir la nota para The New Yorker, se encontró con este hecho peculiar, y
lo primero que le llamó la atención no fue en sí el asesinato, si no la reacción de la
comunidad dónde había sucedido el crimen.
Capote de inmediato tuvo la idea de hacer un relato breve de cómo ese crimen
había afectado a los ciudadanos residentes de Holcomb, sin embargo, se dio
cuenta de que necesitaba reconstruir hechos que eran imposibles de saber, tenía
que entrevistar a una gran cantidad de personas y recurrir a muchos documentos
oficiales.
El principal problema al que se enfrentó fueron las constantes negativas de las
personas a querer hablar del suceso. La familia Clutter era una familia modelo, el
tipo de familia que es armoniosa y ejemplar, había sido un shock terrible para la
comunidad el asesinato de la familia. Pese a todos los obstáculos que se
impusieron, Capote pudo reconstruir detalladamente los sucesos de la noche del
15 de noviembre de 1959 y los que prosiguieron hasta el momento en que fueron
ejecutados los culpables de los asesinatos.
Muy generalmente, Capote describe que en la noche del 15 de noviembre de
1959, Perry Smith y Dick Hickock entraron a la casa de la familia Clutter buscando
una caja fuerte que supuestamente contenía cerca de 10 mil dólares, al no
3. encontrar la caja fuerte, Smith y Hickock asesinaron al señor Clutter cortándole la
garganta y disparándole con una escopeta en la cabeza, después asesinaron al
hijo menor, Kenyon Clutter después de atarlo y amordazarlo; la siguiente víctima
fue Nancy Clutter, la hermana de Kenyon y la última en ser asesinada fue la
señora Bonnie Mae Clutter, todos de un disparo en la cabeza.
Los asesinos robaron cerca de 50 dólares y huyeron a México, después de un
tiempo regresaron a Estados Unidos y fueron detenidos en Las Vegas gracias la
declaración de un compañero de celda de Hickock, fueron hallados culpables y
finalmente condenados a la horca el 14 de abril de 1965.
La narración de los hechos es dinámica gracias a las diferentes voces que Capote
utiliza en el libro, la narrativa literaria mantiene ese grado de expectación sobre
qué es lo próximo que va a suceder. Pero ocurre algo que es motivo de discusión,
La historia que aborda Capote y que narra eficazmente, tiene una orientación que
puede interpretarse como empática hacia los asesinos.
Una de las desventajas del periodismo narrativo, es que puede prestarse a que se
pierda la noción de veracidad con la que cuenta el periodismo convencional.
Comúnmente se suele pensar que el periodismo refleja la realidad o que debe
aspirar a reflejar la realidad social. El periodismo narrativo no refleja la realidad, si
no que la reconstruye y crea otra realidad, si esto es así, ¿Qué certeza tenemos
de que lo que está escrito es veraz? Incluso sucede algo que es más notorio y que
es el objeto de este ensayo, ¿Qué postura aborda el periodista narrativo? Porque
al ser un trabajo interpretativo se corre el riesgo de perder la neutralidad y la
veracidad.
El periodismo narrativo no es imparcial
Capote Tenía la firme idea de querer hacer un libro que narrara lo sucedido en
Holcomb. El libro parece otorgarle una especie de empatía a Perry Smith, de
hecho es muy posible que la historia se interprete de una manera que justifique los
actos de los asesinos, es decir, algunas personas pueden escudar los actos de
Smith bajo el argumento que el rechazo social y los conflictos personales de Smith
4. lo orillaron a cometer los asesinatos. La cuestión es ¿Cómo un trabajo periodístico
puede permitirse enjuiciar los hechos?
Otra cosa importante se encuentra señalada en la biografía de Capote escrita por
Gerard Clarke. Capote muchas veces recibió negativas constantes por parte del
detective Alvin Dewey, a lo cual el escritor argumentaba que no era periodista, si
no que simplemente quería escribir sobre los días finales de la familia y le daba
igual si el caso se resolvía o no.
Pienso seriamente que el periodismo narrativo es un arma hecha con el lenguaje.
El periodismo narrativo se aleja de la línea ordinaria informativa y da voz a
aquellas personas que no pueden hacerse escuchar, incluso toma posturas que
no son propias del periodismo.
El sentido de informar se pierde en el periodismo narrativo y se ocupa en su lugar
una orientación que encamina los efectos en una dirección. Me parece que
considerar la novela de Capote como una obra periodística es erróneo, ya que
aunque está escrita apelando a las técnicas del periodismo, esta pierde su sentido
de veracidad y “objetividad” por el hecho de ser una interpretación. Quizá lo
correcto sería llamarla como una novela de hechos reales.
El mismo Capote tenía la convicción de que su trabajo podría otorgarles algún tipo
de apoyo a los asesinos que estaban tras las rejas, desde ese momento estaba
condicionando su trabajo como algo que escrito de cierta forma podría influir en la
resolución de la sentencia. Capote se llevó una gran decepción al saber que no
fue de mucha ayuda.
En conclusión considero que el periodismo narrativo, aunque es llamado
periodismo, a veces carece de los criterios que exige el propio periodismo. El
periodismo narrativo tiene la facultad de adoptar una postura descentralizada, y es
esto lo que puede demeritarlo como verdadero periodismo.