SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 6
Descargar para leer sin conexión
1
SARTRE: LES MOTS
Del saber a la vida. Ensayos en homenaje al profesor Francisco Ramón Trives.
J. L. Arráez Llobregat, C. Ramón Díaz y A. Sirvent Ramos (eds.),
Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2009, p. 341-349
Les Mots est une espèce de roman (Sartre, 1976: 146).
Les Mots, c’est un pastiche d’autobiographie (Burnier: 90).
Les Mots ofrece un segmento temporal de la vida de un joven: tras una breve descripción de
sus antepasados, sitúa en París, en 1914, al niño Jean-Paul, huérfano de padre, rodeado de su madre
y sus abuelos maternos; la narración concluye, sin razón aparente, dos años después. Pero ¡qué
segmento! Todo un mundo hierve en la cabeza de ese niño. La narración, al margen de los
acontecimientos de la guerra, describe la vocación del protagonista. En este aspecto sí puede hablarse
de una auténtica autobiografía. Los grandes relatos autobiográficos se han forjado en torno a una
modificación, una transformación radical: san Agustín expone en las Confesiones su conversión, la
irrupción de la gracia en su vida, un acontecimiento interior que transformó por completo su
existencia, y no una historia ajena que podría haber narrado en tercera persona:
Si le changement n’avait pas affecté l’existence du narrateur, il lui aurait suffi de se peindre lui-même
une fois pour toutes, et la seule matière changeante apte à faire l’objet d’un récit se serait réduite à la
série des événements extérieurs: nous serions alors en présence des conditions de ce que Benveniste
nomme histoire, et la persistance même d’un narrateur à la première personne n’eût guère été requise. En
revanche, la transformation intérieure de l’individu –et le caractère exemplaire de cette transformation–
offre matière à un discours narratif ayant le je pour sujet et pour “objet” (Starobinski, 1970: 91-2).
Otro tanto cabría decir de la obra inaugural de la autobiografía moderna en Francia: las
Confessions de Rousseau. Convencido de que sus enemigos han tramado un complot contra él, Jean-
Jacques rompe con la sociedad y se retira a la soledad de Montmorency donde procede a una
introspección que le justifique a los ojos de la posteridad. Veamos si en el texto sartriano asistimos a
algún tipo semejante de modificación.
En Les Mots la sociedad se reduce a los muros de una casa, a tres personas volcadas en un niño,
un abuelo sobre todo, Charles Schweitzer –apoyado por la complicidad de la madre–, que le orienta
en el gusto de la lectura y le inspira, sin pensarlo, la voluntad de la escritura: “On me laissa vagabonder
dans la bibliothèque et je donnai l’assaut à la sagesse humaine. C’est ce qui m’a fait” (1964: 42). Lectura
y escritura. Porque la obra está dividida en dos partes bien diferenciadas (Lire y Écrire), dispuestas de
modo que resulte impensable otra interpretación diversa de la relación causa-efecto: el niño se ha
hecho escritor porque el niño ha leído. Las lecturas del pequeño Jean-Paul recorren fases diversas:
después de los cuentos, después de la enciclopedia Larousse, después, sobre todo, de una incursión
guiada por el abuelo a través de la literatura adulta (Hugo, Flaubert, Voltaire, Corneille), error que la
madre y la abuela, escandalizadas, se apresuran a corregir, el niño se adentra en el proceloso mundo
de las novelas de quiosco: Les Trois Boys-Scouts de Jean de la Hire, Le Tour du monde en aéroplane de
Arnould Galopin y muchas otras (Les Enfants du capitaine Grant, Le Dernier des Mohicans, Les Cinq Sous
de Lavarède).
El paso por la literatura adulta bajo el impulso del abuelo (los clásicos de las literaturas francesa
y alemana), aunque breve, no fue intrascendente. Ahí conoció, sin comprenderlos, los grandes
crímenes de la humanidad: la profanación de sepulcros, el infanticidio, el fratricidio, el incesto.
2
También sin comprenderlos (¿por qué Horace, asesino de Camille, era indultado?, ¿por qué Charles
Bovary disimulaba su rencor al amante de su mujer?), descubrió en los clásicos la belleza de las obras
humanas. De modo paralelo, en repetidas excursiones con su tío Georges por el campo, visitó la
arquitectura religiosa de Auvergne (vidrieras, arbotantes, fachadas esculpidas…): era el hallazgo de la
belleza de las obras divinas. La combinación de las tres bellezas (humana, natural y divina) supuso
para él la revelación del Espíritu (51) y, con ella, la fusión de tres trascendentales (verdad, belleza y
bondad): fue su nacimiento a la metafísica. Y, simultáneamente, a la religión (145). Aquel niño
confundió la biblioteca con el templo y a su abuelo con el sacerdote.
Tampoco fue irrelevante el paso por la literatura juvenil. En su afán de iniciarle en la literatura
maravillosa y extravagante, la madre había querido devolverle a su niñez (“Ma mère se mit en quête
d’ouvrages qui me rendissent à mon enfance”, 62); el resultado, sin embargo, fue muy distinto del
esperado: donde otros solo veían mohicanos y hotentotes, raptores de una joven, torturadores de un
viejo, Jean-Paul descubría el Mal puro en lucha contra el Bien (63); poco importaba el desenlace
novelesco, el niño leía todo en clave metafísica.
En medio de una vida aparentemente normal (escuela de Arcachon, Institution Poupon, visitas
de amigos de la familia), la gran revolución ya había estallado: aquel niño se había convertido a la
religión de la lectura. Una religión sin Dios, a quien el niño primero abandonó por la indiferencia de
sus abuelos y luego expulsó como a un intruso (84-6), y sin trascendencia; singular religión, pero
religión, afirma.
Al igual que toda religión, esta tiene su proyecto soteriológico, si bien aquí importa menos la
propia salvación que la del resto de la humanidad, como muestra el relato de su conversación con el
revisor del tren de Dijon: “j’élevai la prétention d’être indispensable à l’Univers” (92). Cosa curiosa:
al margen de la revelación de la propia fealdad (87), en ningún momento aparece la explicación última
de la vocación de Jean-Paul; tan solo esta justificación tautológica, afirmación de la nada absoluta: “Je
naquis pour combler le grand besoin que j’avais de moi-même” (92). Quizá toda vocación sea en
cierto modo injustificable. Víctima de su fealdad, este ídolo caído pone en práctica su vocación y se
lanza a una serie de aventuras imaginarias: primero imita las historias del Gato con botas, luego inventa
proezas y purga el mundo de monstruos, reproduce en su mente los delirios del cine incipiente; en
fin, descubre en Miguel Strogoff su doble: ambos están marcados por una misión recibida de lo alto
y la ejecutan hasta el final, incluidos martirio, milagro e inmortalidad (108-9).
Las lecturas aconsejadas por el abuelo le habían bautizado en una religión de salvación
universal; las aconsejadas por la madre le permiten poner por obra su vocación. Jean-Paul ejecuta su
cometido imaginario en sus ratos de soledad, al margen de la vida en familia (de haberse dado de
modo inconsciente en el niño, esta disociación de la personalidad habría sido esquizofrénica).
Tras la primera revolución, la segunda. Una vez más, el detonante es el abuelo, sus cartas
durante el periodo estival, con un pequeño poema para el nieto que, con ayuda de su madre y de su
abuela, responde también en verso. Después de un fallido experimento poético (la reescritura de las
Fábulas de La Fontaine excedía sus capacidades), y la constatación de la imposibilidad de realizar sus
sueños (sus imaginaciones no se proyectaban fuera de sí, como una película cinematográfica), el paso
a la prosa supuso un descubrimiento. De su tinta irrumpían en el comedor leones, capitanes del
Segundo Imperio, beduinos, partidas de exploradores que el imperturbable autor salvaba de los
tiburones o dejaba provisionalmente ciegos. Pero todas estas historias fantásticas estaban recluidas
en el ámbito del gineceo: solo eran conocidas por su madre y su abuela. Llegó el momento de salir
de la clandestinidad.
El abuelo no mostró entusiasmo alguno: grande era su desprecio por los escritores, meros
ilusionistas que prometían la luna, no daban nada y se envilecían. Pasado un tiempo, debió constatar
3
la inutilidad de sus palabras desalentadoras y aceptar la vocación de su retoño. Comenzó así para el
escritor en ciernes un calvario de decepciones (en realidad, nadie esperaba que llegase a serlo), que le
llevaron a la casi total resignación. Sin embargo, una serie de acontecimientos (el desembarco de
Dickens en Nueva York, el desfile del 14 de julio en París) le confirma en su vocación: puede no
tener talento, pero le sobra coraje, es feo, pero generoso (“je refilai à l’écrivain les pouvoirs sacrés du
héros”, 138); será, en definitiva, un caballero errante que salvará al mundo (“ enfant imaginaire, je
devenais un vrai paladin dont les exploits seraient de vrais livres”, 139). Combinación de diversas
voluntades y místicas, Miguel Strogoff y Pardaillan salen de nuevo a la aventura (141); pero esta
partida es breve: el ridículo de Don Quijote le hace rechazar todo heroísmo y el autor se convierte en
un militar decimonónico, el escritor caballero se convierte en escritor mártir (145) cuyo sacrificio se
torna necesario para la salvación de la humanidad (148); ¿qué mejor prueba de su fe en la religión de
la literatura?
Su holocausto, en su imaginación, se resolvía en una alternativa: el fracaso más absoluto o la
gloria literaria (156); la segunda opción termina por imponerse. La gloria imaginada le llega in extremis,
moribundo y, sobre todo, tras la muerte, también imaginada; es grande la importancia de la muerte
en Les Mots. La escritura se concibe como una medicina, un remedio contra la muerte: cada página,
cada libro le acerca a la muerte, a la gloria definitiva que le libera de la crueldad de la muerte: cuando
ella llegue, él ya lo habrá dado todo, y ella no podrá llevarse sino un cadáver (159; Sartre siempre ha
sentido una atracción por la gloria literaria, vid. 1976: 159 y 206).
¿Delirio, locura? El mismo autor acepta cierto desequilibrio; la vida misma, el paso del tiempo,
los deberes como estudiante, se ocuparon de refrenar todo su afán por escribir: como el día que
enterró su cuaderno de novelas bajo la arena de la playa (175). Además, las actividades escolares no
le permitían entregarse a la escritura; trabajaba y tenía, por fin, compañeros. Dos especialmente:
Bercot, con quien se entretenía hablando de literatura (186), y Bénard, un niño muy aplicado que
todas las madres ponían por modelo (183). Pero la muerte los barrió y arrastró con ella la sabiduría
del primero y la vocación misionera del segundo. Quedaba él, niño de once años, víctima de la
neurosis literaria que, de modo subrepticio, se había amparado de su ser (186), le había dado una
personalidad e iba a modelar su destino durante treinta años (203).
El cambio producido en estos dos años de la vida de Sartre ha sido grande, comparable al de
Agustín de Hipona que se abre a la gracia divina o al de Rousseau que se cierra a la sociedad humana.
Como Rimbaud, el pequeño Jean-Paul puede exclamar: “Je est un autre”. Cuando por primera vez
recopió, modificándolas ligeramente, aventuras de sus cuentos leídos, experimentó de algún modo
que un autor inspirado es otro distinto del yo profundo (“autre que soi au plus profond de soi-même”,
118). Cuando más tarde complicó las intrigas, se distanció del héroe de sus nuevas aventuras hasta el
punto de dirigirse a él solo en tercera persona (121): se alienó sin saberlo.
Esta modificación (de niño a escritor), eje central de la autobiografía, comporta una dimensión
filosófica inevitable. En rigor, la escritura no solo fue la religión del joven Jean-Paul, sino también su
misma razón de ser. Les Mots es un recorrido ontológico. Nada más escribir su primer relato
coherente, entra en cuerpo y alma en la vida imaginada: “Je suis né de l’écriture: avant elle, il n’y avait
qu’un jeu de miroirs; dès mon premier roman, je sus qu’un enfant s’était introduit dans le palais des
glaces” (126). Este descubrimiento (el nacimiento de la escritura), tiene un cariz marcadamente
racionalista, para cuya exposición el niño Jean-Paul necesita de la cultura de Sartre adulto. Formado
en la escuela de Descartes, Kant, Hegel, Husserl, Bergson y Heidegger, Sartre filósofo se coloca en la
perspectiva radical de la necesidad y certeza como premisa de pensamiento verdadero, al margen de
los sentidos internos y externos, y desarrolla una doctrina (de la náusea, del ser y la nada, de la razón
dialéctica) según la cual la contingencia absurda del mundo en sí se enfrenta a la necesidad de una
4
conciencia para sí abocada a la libertad y la responsabilidad. No existe en su óptica razón alguna para
la existencia: toda persona es superflua y solo encuentra sentido en las continuas elecciones vitales y
el reto de la aniquilación ajena.
En su familia, el niño es consciente de su existencia redundante: “…ma raison d’être, à moi,
se dérobait, je découvrais tout à coup que je comptais pour du beurre” (73); “…enfant gâté, don
providentiel, ma profonde inutilité m’était d’autant plus manifeste que le rituel familial me paraît
constamment d’une nécessité forgée. Je me sentais de trop, donc il fallait disparaître. J’étais un
épanouissement fade en instance perpétuelle d’abolition” (81). La angustia (elemento esencial de la
filosofía sartriana, heredado de Freud) actúa entonces como catalizador de su ansiedad por dar con
la necesidad de su existencia. Solo en este sentido es posible justificar la vocación literaria: infundado
en el mundo en sí, busca y encuentra su necesidad en su conciencia para sí: “Je naquis pour combler
le grand besoin que j’avais de moi-même” (92; vid. 181: “J’étais indispensable”; 189: “Les hasards
n’existaient pas”; 199: “La postulation abstraite de ma nécessité et l’intuition brute de mon existence
subsistent côté à côte sans se combattre ni se confondre”).
En lugar del recorrido cronológico habitual (los seres primero son y después son pensados),
en Les Mots la propia conciencia reclama de algún modo el niño a la existencia: su esencia de escritor
explica su existencia (evidentemente, se trata de una existencia mental, no material: Sartre juega con
las palabras para provocar la ambigüedad en el lector). Tras esta epifanía, donde la gnoseología
justifica la ontología, el niño encuentra el camino expedito para sucesivas afirmaciones de la esencia
encontrada, en sí y en los otros. En sí: después de la crisis provocada por las actividades escolares y
los compañeros, cae en la cuenta de que su vocación literaria, lejos de perecer, se ha materializado:
“…pendant ce temps, abandonnée à elle-même, ma fausse mission prit du corps et, finalement,
bascula dans ma nuit: je ne la revis plus, elle me fit” (186). En los otros: cuando se lanza a imaginar
la gloria alcanzada tras la muerte, expone el proceso de aniquilación (néantisation, dice en L’Être et le
néant) de su ser material por su ser pensado en cada lector: “…pour celui qui sait m’aimer, je suis son
inquiétude la plus intime mais, s’il veut me toucher, je m’efface et disparais: je n’existe plus nulle part,
je suis, enfin!” (159).
Atención: cualquier estudio que se limitara al carácter autobiográfico del texto (un sexagenario
cuenta su juventud), a las modificaciones operadas en el niño (su nacimiento a la lectura y a la
escritura) o al soporte racionalista que les presta el filósofo (su conciencia de la necesidad de tal
nacimiento), se quedaría en el caparazón superficial de Les Mots: lo más importante es su función
significativa. Sartre escribe su autobiografía para destruir la literatura. Varios síntomas previenen al
lector atento: la detención abrupta del relato en 1917, las anomalías narrativas (aberraciones
cronológicas, contradicciones, analepsis injustificadas), el misterio del final (donde la supresión del
tono heroico arrastra la desaparición del tono autobiográfico); a estos indicadores es preciso añadir
el martilleo explícito del tema obsesivo: la literatura es una quimera, un espejismo, un juego de niños
(Lévy: 593-94), un proyecto, una alienación, donde el “otro” impone sus deseos, como el niño se
sometió a los de su abuelo (ibid., 595).
Desde el comienzo de la segunda parte, Sartre adulto denuncia la mentira con que se engaña
Sartre niño:
À peine eus-je commencé d’écrire, je posai ma plume pour jubiler. L’imposture était la même mais j’ai
dit que je tenais les mots pour la quintessence des choses. Rien ne me troublait plus que de voir mes
pattes de mouche échanger peu à peu leur luisance de feux follets contre la terne consistance de la
matière: c’était la réalisation de l’imaginaire (117).
El texto abunda en protestas de este tipo. El niño no se ha percatado de la flagrante
afabulación: sus primeras lecturas eran nominalistas, le habían iniciado en el mundo de los universales;
5
sus primeros escritos van más allá: basta con nombrar las cosas para que se realicen: “Pris au piège
de la nomination, un lion, un capitaine du Second Empire, un Bédouin s’introduisaient dans la salle
à manger” (117). Al igual que Husserl, Sartre niño sostiene que las palabras comunes, si no hay
contradicción que lo impida y con independencia de su abstracción, son seres. De aquí a la confusión
entre el mundo imaginario y el real, entre la memoria y la imaginación (118), no hay más que un paso.
A esta confusión (auténtica comedia de un mentiroso, 127) se añade la religión de la literatura:
bajo el modelo de su abuelo (exponente de la sustitución de la divinidad por la cultura), el niño había
adoptado el papel de escritor-mártir, sin percatarse, una vez más, de la mentira subyacente en la
literatura: “Sales fadaises: je les gobai sans trop les comprendre, j’y croyais encore à vingt ans. À cause
d’elles j’ai tenu longtemps l’œuvre d’art pour un événement métaphysique dont la naissance intéressait
l’univers” (146). Víctima de un engaño colosal, el niño se dejó inocular el veneno de la literatura, de
Flaubert, de los hermanos Goncourt, de Gautier, la pretensión de que su pluma, ofrenda mística,
salvaría a la humanidad y la sacaría de la nada. Les Mots se inserta en la línea de autores (Hobbes,
Locke) que han denunciado el fraude, la falsedad de la literatura.
Al comienzo de estas líneas hablaba de un segmento temporal: Les Mots relatan la modificación
de la mente de un niño durante dos años de su vida. De pronto, como si el autor contrastase la
dilatación del relato frente a la exigüidad del periodo de tiempo, rectifica y añade en unas páginas de
singular densidad, el resumen de su vida hasta el momento presente. Tras los maravillosos
descubrimientos descritos, a los diecisiete años perdió la fe en Dios, hasta los treinta su fe en la
literatura garantizó a su existencia el sentimiento de necesidad y la gloria de inmortalidad, con La
Nausée (1938) se convenció de la contingencia y el absurdo de su vida humana, pero le quedaba su
pretendida misión salvadora, que desapareció entre la inmediata posguerra y 1953:
J’ai changé. […] L’illusion rétrospective est en miettes; martyre, salut, immortalité, tout se délabre,
l’édifice tombe en ruine. […] Je vois clair, je suis désabusé; […] depuis à peu près dix ans je suis un
homme qui s’éveille, guéri d’une longue, amère et douce folie et qui n’en revient pas et qui ne peut se
rappeler sans rire ses anciens errements et qui ne sait plus que faire de sa vie (204-5).
Con la llegada al momento presente, 1964, se cierra el bucle, pero no todo queda
necesariamente explicado. Se entiende la inesperada condensación narrativa (compensada por la
belleza descriptiva del periodo elegido), incluso el silencio sobre otros aspectos biográficos (que la
libertad del autobiógrafo justifica más que nuestra curiosidad), pero entonces: ¿por qué escribir tan
bien una obra literaria contra la literatura?
Porque le ha dado la gana, y porque, a ejemplo de Cervantes con los libros de caballería, la
literatura solo se destruye con la literatura (Burnier: 90); Sartre escribe Las palabras contra las palabras
(Lévy: 603): en este caso, mediante el estilo. Biografía sin género, con las únicas condiciones de
identidad entre narrador y héroe, duración y movimiento, la autobiografía no exige un estilo
determinado, unas condiciones relacionales (la distancia de las memorias o a la precisión del diario)
o éticas (con la única salvedad de la veracidad de una vida): el tono, el ritmo, la extensión quedan al
arbitrio del autor. La inexistencia de un estilo propiamente autobiográfico no implica su
intrascendencia, al contrario: tautológico por definición, el estilo es lo más importante de la
autobiografía:
Dans ce récit où le narrateur prend pour thème son propre passé, la marque individuelle du style revêt
une importance particulière, puisque à l’autoréférence explicite de la narration elle-même, le style ajoute
la valeur autoréférentielle implicite d’un mode singulier d’élocution (Starobinski, 1970: 84).
Así concebido, el estilo carece de apoyatura textual, es inútil fundamentarlo en el significante:
el estilo es inconsciencia, subjetividad, pulsión, espontaneidad, necesidad, trabajo; no hay nada más
6
secreto ni más íntimo que el estilo: “…le style n’est jamais que métaphore, c’est-à-dire équation entre
l’intention littéraire et la structure charnelle de l’auteur” (Barthes, 1972: 17).
En este sentido, nada más alejado del lenguaje que el estilo. Sartre, además, ha dado muestras,
en dos célebres ensayos (L’Imagination, 1938, L’Imaginaire, 1940), de su incapacidad para captar el
soporte imaginario de la obra de arte (Durand, 1969: 19-20). Por eso Les Mots es su arma ideal para
atacar a la literatura por su línea de flotación, la metáfora: de ahí la representación de los libros como
piedras de un santuario, de su abuelo como un gran sacerdote, de sí mismo como el elegido. Solo al
cabo de los años, Sartre adulto despierta de su sueño literario, recuerda aquel niño viajero sin billete,
que entonces alegaba razones importantes (la salvación del mundo mediante la literatura) y que ahora
reconoce, cabizbajo y desengañado, no tener ninguna excusa, porque la literatura no es menos
fraudulenta que viajar sin billete.
Bibliografía
BARTHES, Roland, Le Degré Zéro de l’écriture et autres essais, Paris, Seuil, 1972.
DURAND, Gilbert, Les Structures anthropologiques de l’imaginaire. Introduction à l’archétypologie générale, Paris, Bordas,
1969.
EAKIN, Paul John, Fictions in Autobiography. Studies in the Art of Self-Invention, Princeton, Princeton University
Press, 1985. UCM.82-0.09.EAK.
LÉVY, Bernard-Henri, Le Siècle de Sartre. Enquête philosophique, Paris, Grasset & Fasquelle, 2000.
UCM.FRA.840.06.SAR-LEV.
BURNIER, Michel-Antoine, “Sartre et Les Mots”, in Magazine Littéraire, janvier 1997, p. 89-90.
SARTRE, Les Mots, Paris, Gallimard, “Folio”, 1964.
– 1976: “Autoportrait à soixante-dix ans”, interview de Michel Contat, in Situations, X. Politique et autobiographie,
Paris, Gallimard, p. 133-226.
STAROBINSKI, Jean, La Relation critique, Paris, Gallimard, 1970.

Más contenido relacionado

Similar a Sartre - 'Les Mots'.pdf

Cuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosCuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosIETI SD
 
Cuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosCuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosIETI SD
 
vanguadia narrativa
vanguadia narrativavanguadia narrativa
vanguadia narrativaRosa coila
 
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdf
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdfCONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdf
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdfjaime montero
 
Kundera, milan el arte de la novela
Kundera, milan   el arte de la novelaKundera, milan   el arte de la novela
Kundera, milan el arte de la novelaKelita Vanegas
 
Literatura existencialista
Literatura existencialistaLiteratura existencialista
Literatura existencialistatanilam
 
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007Universidad Complutense de Madrid
 
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabia
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabiaNota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabia
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabiaHugo Castillos
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxPace University
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxxmisirma
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxxmisirma
 
Kundera milan el arte de la novela
Kundera milan   el arte de la novelaKundera milan   el arte de la novela
Kundera milan el arte de la novelaEdgar Liuyacc Mejia
 
Y va de cuentos.Guillermo Cabrera
Y va de cuentos.Guillermo CabreraY va de cuentos.Guillermo Cabrera
Y va de cuentos.Guillermo Cabreraexpresioninpahu
 

Similar a Sartre - 'Les Mots'.pdf (20)

Cuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosCuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanos
 
Cuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanosCuentos latinoamericanos
Cuentos latinoamericanos
 
Cuento de Julio Torri
Cuento de Julio TorriCuento de Julio Torri
Cuento de Julio Torri
 
vanguadia narrativa
vanguadia narrativavanguadia narrativa
vanguadia narrativa
 
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdf
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdfCONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdf
CONOCIENDO LOS GENEROS Y ESPECIES LITERARIAS.pdf
 
Literatura contemporanea
Literatura contemporaneaLiteratura contemporanea
Literatura contemporanea
 
Kundera, milan el arte de la novela
Kundera, milan   el arte de la novelaKundera, milan   el arte de la novela
Kundera, milan el arte de la novela
 
Milán Kundera
Milán KunderaMilán Kundera
Milán Kundera
 
Juan liscano sobre «cuentos escogidos»
Juan liscano sobre «cuentos escogidos»Juan liscano sobre «cuentos escogidos»
Juan liscano sobre «cuentos escogidos»
 
Literatura existencialista
Literatura existencialistaLiteratura existencialista
Literatura existencialista
 
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007
La invención literaria de la antigüedad versión abril 2007
 
"El extranjero", de Albert Camus
"El extranjero", de Albert Camus"El extranjero", de Albert Camus
"El extranjero", de Albert Camus
 
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabia
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabiaNota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabia
Nota 15 dos lecturas foráneas de el quijote en malabia
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
 
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
LaliteraturahispanoamericanadelsigloxxLaliteraturahispanoamericanadelsigloxx
Laliteraturahispanoamericanadelsigloxx
 
Kundera milan el arte de la novela
Kundera milan   el arte de la novelaKundera milan   el arte de la novela
Kundera milan el arte de la novela
 
El existencialismo alemán
El existencialismo alemánEl existencialismo alemán
El existencialismo alemán
 
3 novela realista y naturalista
3 novela realista y naturalista3 novela realista y naturalista
3 novela realista y naturalista
 
Y va de cuentos.Guillermo Cabrera
Y va de cuentos.Guillermo CabreraY va de cuentos.Guillermo Cabrera
Y va de cuentos.Guillermo Cabrera
 

Más de Universidad Complutense de Madrid

Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdfMito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdf
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdfLa vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdf
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...Universidad Complutense de Madrid
 
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...Universidad Complutense de Madrid
 
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...Universidad Complutense de Madrid
 
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdf
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdfCultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdf
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdf
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdfRévolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdf
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdf
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdfLa littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdf
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...Universidad Complutense de Madrid
 
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...Universidad Complutense de Madrid
 
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdf
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdfEl sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdf
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdfUniversidad Complutense de Madrid
 

Más de Universidad Complutense de Madrid (20)

Mito y mitocrítica cultural, un itinerario personal.pdf
Mito y mitocrítica cultural, un itinerario personal.pdfMito y mitocrítica cultural, un itinerario personal.pdf
Mito y mitocrítica cultural, un itinerario personal.pdf
 
Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdfMito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido - Introducción - Introduction.pdf
 
Mito - Teorías de un concepto controvertido.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido.pdfMito - Teorías de un concepto controvertido.pdf
Mito - Teorías de un concepto controvertido.pdf
 
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdf
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdfLa vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdf
La vejez inmortal. Consideraciones sobre el mitema de la inmortalidad.pdf
 
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...
L’enlèvement de Mlle de Montmorency-Boutteville et de la fille de Lope de Veg...
 
Mito y símbolo.pdf
Mito y símbolo.pdfMito y símbolo.pdf
Mito y símbolo.pdf
 
Mito y clasificación social.pdf
Mito y clasificación social.pdfMito y clasificación social.pdf
Mito y clasificación social.pdf
 
Hacia una mitocrítica de las emociones.pdf
Hacia una mitocrítica de las emociones.pdfHacia una mitocrítica de las emociones.pdf
Hacia una mitocrítica de las emociones.pdf
 
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...
Fortunes et infortunes du précepte horatien 'utile dulci' dans la littérature...
 
El mito y la era digital.pdf
El mito y la era digital.pdfEl mito y la era digital.pdf
El mito y la era digital.pdf
 
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...
Mito y antropogonía en la literatura hispanoamericana - Hombres de maíz, de M...
 
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdf
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdfCultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdf
Cultural Myth Criticism and Today’s Challenges to Myth - Brill.pdf
 
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdf
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdfRévolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdf
Révolution de l’image à l’avènement de la Modernité.pdf
 
La trascendencia de la ciencia ficción.pdf
La trascendencia de la ciencia ficción.pdfLa trascendencia de la ciencia ficción.pdf
La trascendencia de la ciencia ficción.pdf
 
Calderón de la Barca. 'El laurel de Apolo'.pdf
Calderón de la Barca. 'El laurel de Apolo'.pdfCalderón de la Barca. 'El laurel de Apolo'.pdf
Calderón de la Barca. 'El laurel de Apolo'.pdf
 
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdf
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdfLa littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdf
La littérature comparée et l’interculturel. L’exemple franco-espagnol.pdf
 
Péché et punition dans 'L’Abuseur de Séville'.pdf
Péché et punition dans 'L’Abuseur de Séville'.pdfPéché et punition dans 'L’Abuseur de Séville'.pdf
Péché et punition dans 'L’Abuseur de Séville'.pdf
 
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...
La concepción del honor en el teatro español y francés del siglo XVII. Proble...
 
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...
Maures et chrétiens dans la littérature du XVIIe siècle. Questions sur l’imag...
 
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdf
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdfEl sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdf
El sentimiento trágico en el teatro clásico francés. El caso de Phèdre.pdf
 

Último

periodico mural y sus partes y caracteristicas
periodico mural y sus partes y caracteristicasperiodico mural y sus partes y caracteristicas
periodico mural y sus partes y caracteristicas123yudy
 
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptx
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptxLINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptx
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptxdanalikcruz2000
 
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdfOswaldoGonzalezCruz
 
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptxc3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptxMartín Ramírez
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.José Luis Palma
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...fcastellanos3
 
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptxPPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptxOscarEduardoSanchezC
 
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfEstrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfAlfredoRamirez953210
 
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdf
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdfFundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdf
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdfsamyarrocha1
 
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxProcesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxMapyMerma1
 
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Baker Publishing Company
 
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyzel CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyzprofefilete
 
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMALVOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMALEDUCCUniversidadCatl
 
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADODECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADOJosé Luis Palma
 

Último (20)

periodico mural y sus partes y caracteristicas
periodico mural y sus partes y caracteristicasperiodico mural y sus partes y caracteristicas
periodico mural y sus partes y caracteristicas
 
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptx
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptxLINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptx
LINEAMIENTOS INICIO DEL AÑO LECTIVO 2024-2025.pptx
 
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf
5° SEM29 CRONOGRAMA PLANEACIÓN DOCENTE DARUKEL 23-24.pdf
 
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdfSesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
 
Tema 7.- E-COMMERCE SISTEMAS DE INFORMACION.pdf
Tema 7.- E-COMMERCE SISTEMAS DE INFORMACION.pdfTema 7.- E-COMMERCE SISTEMAS DE INFORMACION.pdf
Tema 7.- E-COMMERCE SISTEMAS DE INFORMACION.pdf
 
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptxc3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
 
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptxPPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
 
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptxPPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
 
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfEstrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
 
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdf
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdfFundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdf
Fundamentos y Principios de Psicopedagogía..pdf
 
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxProcesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
 
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
 
Earth Day Everyday 2024 54th anniversary
Earth Day Everyday 2024 54th anniversaryEarth Day Everyday 2024 54th anniversary
Earth Day Everyday 2024 54th anniversary
 
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyzel CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
 
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMALVOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
 
Unidad 3 | Teorías de la Comunicación | MCDI
Unidad 3 | Teorías de la Comunicación | MCDIUnidad 3 | Teorías de la Comunicación | MCDI
Unidad 3 | Teorías de la Comunicación | MCDI
 
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADODECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
 
Power Point: "Defendamos la verdad".pptx
Power Point: "Defendamos la verdad".pptxPower Point: "Defendamos la verdad".pptx
Power Point: "Defendamos la verdad".pptx
 

Sartre - 'Les Mots'.pdf

  • 1. 1 SARTRE: LES MOTS Del saber a la vida. Ensayos en homenaje al profesor Francisco Ramón Trives. J. L. Arráez Llobregat, C. Ramón Díaz y A. Sirvent Ramos (eds.), Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2009, p. 341-349 Les Mots est une espèce de roman (Sartre, 1976: 146). Les Mots, c’est un pastiche d’autobiographie (Burnier: 90). Les Mots ofrece un segmento temporal de la vida de un joven: tras una breve descripción de sus antepasados, sitúa en París, en 1914, al niño Jean-Paul, huérfano de padre, rodeado de su madre y sus abuelos maternos; la narración concluye, sin razón aparente, dos años después. Pero ¡qué segmento! Todo un mundo hierve en la cabeza de ese niño. La narración, al margen de los acontecimientos de la guerra, describe la vocación del protagonista. En este aspecto sí puede hablarse de una auténtica autobiografía. Los grandes relatos autobiográficos se han forjado en torno a una modificación, una transformación radical: san Agustín expone en las Confesiones su conversión, la irrupción de la gracia en su vida, un acontecimiento interior que transformó por completo su existencia, y no una historia ajena que podría haber narrado en tercera persona: Si le changement n’avait pas affecté l’existence du narrateur, il lui aurait suffi de se peindre lui-même une fois pour toutes, et la seule matière changeante apte à faire l’objet d’un récit se serait réduite à la série des événements extérieurs: nous serions alors en présence des conditions de ce que Benveniste nomme histoire, et la persistance même d’un narrateur à la première personne n’eût guère été requise. En revanche, la transformation intérieure de l’individu –et le caractère exemplaire de cette transformation– offre matière à un discours narratif ayant le je pour sujet et pour “objet” (Starobinski, 1970: 91-2). Otro tanto cabría decir de la obra inaugural de la autobiografía moderna en Francia: las Confessions de Rousseau. Convencido de que sus enemigos han tramado un complot contra él, Jean- Jacques rompe con la sociedad y se retira a la soledad de Montmorency donde procede a una introspección que le justifique a los ojos de la posteridad. Veamos si en el texto sartriano asistimos a algún tipo semejante de modificación. En Les Mots la sociedad se reduce a los muros de una casa, a tres personas volcadas en un niño, un abuelo sobre todo, Charles Schweitzer –apoyado por la complicidad de la madre–, que le orienta en el gusto de la lectura y le inspira, sin pensarlo, la voluntad de la escritura: “On me laissa vagabonder dans la bibliothèque et je donnai l’assaut à la sagesse humaine. C’est ce qui m’a fait” (1964: 42). Lectura y escritura. Porque la obra está dividida en dos partes bien diferenciadas (Lire y Écrire), dispuestas de modo que resulte impensable otra interpretación diversa de la relación causa-efecto: el niño se ha hecho escritor porque el niño ha leído. Las lecturas del pequeño Jean-Paul recorren fases diversas: después de los cuentos, después de la enciclopedia Larousse, después, sobre todo, de una incursión guiada por el abuelo a través de la literatura adulta (Hugo, Flaubert, Voltaire, Corneille), error que la madre y la abuela, escandalizadas, se apresuran a corregir, el niño se adentra en el proceloso mundo de las novelas de quiosco: Les Trois Boys-Scouts de Jean de la Hire, Le Tour du monde en aéroplane de Arnould Galopin y muchas otras (Les Enfants du capitaine Grant, Le Dernier des Mohicans, Les Cinq Sous de Lavarède). El paso por la literatura adulta bajo el impulso del abuelo (los clásicos de las literaturas francesa y alemana), aunque breve, no fue intrascendente. Ahí conoció, sin comprenderlos, los grandes crímenes de la humanidad: la profanación de sepulcros, el infanticidio, el fratricidio, el incesto.
  • 2. 2 También sin comprenderlos (¿por qué Horace, asesino de Camille, era indultado?, ¿por qué Charles Bovary disimulaba su rencor al amante de su mujer?), descubrió en los clásicos la belleza de las obras humanas. De modo paralelo, en repetidas excursiones con su tío Georges por el campo, visitó la arquitectura religiosa de Auvergne (vidrieras, arbotantes, fachadas esculpidas…): era el hallazgo de la belleza de las obras divinas. La combinación de las tres bellezas (humana, natural y divina) supuso para él la revelación del Espíritu (51) y, con ella, la fusión de tres trascendentales (verdad, belleza y bondad): fue su nacimiento a la metafísica. Y, simultáneamente, a la religión (145). Aquel niño confundió la biblioteca con el templo y a su abuelo con el sacerdote. Tampoco fue irrelevante el paso por la literatura juvenil. En su afán de iniciarle en la literatura maravillosa y extravagante, la madre había querido devolverle a su niñez (“Ma mère se mit en quête d’ouvrages qui me rendissent à mon enfance”, 62); el resultado, sin embargo, fue muy distinto del esperado: donde otros solo veían mohicanos y hotentotes, raptores de una joven, torturadores de un viejo, Jean-Paul descubría el Mal puro en lucha contra el Bien (63); poco importaba el desenlace novelesco, el niño leía todo en clave metafísica. En medio de una vida aparentemente normal (escuela de Arcachon, Institution Poupon, visitas de amigos de la familia), la gran revolución ya había estallado: aquel niño se había convertido a la religión de la lectura. Una religión sin Dios, a quien el niño primero abandonó por la indiferencia de sus abuelos y luego expulsó como a un intruso (84-6), y sin trascendencia; singular religión, pero religión, afirma. Al igual que toda religión, esta tiene su proyecto soteriológico, si bien aquí importa menos la propia salvación que la del resto de la humanidad, como muestra el relato de su conversación con el revisor del tren de Dijon: “j’élevai la prétention d’être indispensable à l’Univers” (92). Cosa curiosa: al margen de la revelación de la propia fealdad (87), en ningún momento aparece la explicación última de la vocación de Jean-Paul; tan solo esta justificación tautológica, afirmación de la nada absoluta: “Je naquis pour combler le grand besoin que j’avais de moi-même” (92). Quizá toda vocación sea en cierto modo injustificable. Víctima de su fealdad, este ídolo caído pone en práctica su vocación y se lanza a una serie de aventuras imaginarias: primero imita las historias del Gato con botas, luego inventa proezas y purga el mundo de monstruos, reproduce en su mente los delirios del cine incipiente; en fin, descubre en Miguel Strogoff su doble: ambos están marcados por una misión recibida de lo alto y la ejecutan hasta el final, incluidos martirio, milagro e inmortalidad (108-9). Las lecturas aconsejadas por el abuelo le habían bautizado en una religión de salvación universal; las aconsejadas por la madre le permiten poner por obra su vocación. Jean-Paul ejecuta su cometido imaginario en sus ratos de soledad, al margen de la vida en familia (de haberse dado de modo inconsciente en el niño, esta disociación de la personalidad habría sido esquizofrénica). Tras la primera revolución, la segunda. Una vez más, el detonante es el abuelo, sus cartas durante el periodo estival, con un pequeño poema para el nieto que, con ayuda de su madre y de su abuela, responde también en verso. Después de un fallido experimento poético (la reescritura de las Fábulas de La Fontaine excedía sus capacidades), y la constatación de la imposibilidad de realizar sus sueños (sus imaginaciones no se proyectaban fuera de sí, como una película cinematográfica), el paso a la prosa supuso un descubrimiento. De su tinta irrumpían en el comedor leones, capitanes del Segundo Imperio, beduinos, partidas de exploradores que el imperturbable autor salvaba de los tiburones o dejaba provisionalmente ciegos. Pero todas estas historias fantásticas estaban recluidas en el ámbito del gineceo: solo eran conocidas por su madre y su abuela. Llegó el momento de salir de la clandestinidad. El abuelo no mostró entusiasmo alguno: grande era su desprecio por los escritores, meros ilusionistas que prometían la luna, no daban nada y se envilecían. Pasado un tiempo, debió constatar
  • 3. 3 la inutilidad de sus palabras desalentadoras y aceptar la vocación de su retoño. Comenzó así para el escritor en ciernes un calvario de decepciones (en realidad, nadie esperaba que llegase a serlo), que le llevaron a la casi total resignación. Sin embargo, una serie de acontecimientos (el desembarco de Dickens en Nueva York, el desfile del 14 de julio en París) le confirma en su vocación: puede no tener talento, pero le sobra coraje, es feo, pero generoso (“je refilai à l’écrivain les pouvoirs sacrés du héros”, 138); será, en definitiva, un caballero errante que salvará al mundo (“ enfant imaginaire, je devenais un vrai paladin dont les exploits seraient de vrais livres”, 139). Combinación de diversas voluntades y místicas, Miguel Strogoff y Pardaillan salen de nuevo a la aventura (141); pero esta partida es breve: el ridículo de Don Quijote le hace rechazar todo heroísmo y el autor se convierte en un militar decimonónico, el escritor caballero se convierte en escritor mártir (145) cuyo sacrificio se torna necesario para la salvación de la humanidad (148); ¿qué mejor prueba de su fe en la religión de la literatura? Su holocausto, en su imaginación, se resolvía en una alternativa: el fracaso más absoluto o la gloria literaria (156); la segunda opción termina por imponerse. La gloria imaginada le llega in extremis, moribundo y, sobre todo, tras la muerte, también imaginada; es grande la importancia de la muerte en Les Mots. La escritura se concibe como una medicina, un remedio contra la muerte: cada página, cada libro le acerca a la muerte, a la gloria definitiva que le libera de la crueldad de la muerte: cuando ella llegue, él ya lo habrá dado todo, y ella no podrá llevarse sino un cadáver (159; Sartre siempre ha sentido una atracción por la gloria literaria, vid. 1976: 159 y 206). ¿Delirio, locura? El mismo autor acepta cierto desequilibrio; la vida misma, el paso del tiempo, los deberes como estudiante, se ocuparon de refrenar todo su afán por escribir: como el día que enterró su cuaderno de novelas bajo la arena de la playa (175). Además, las actividades escolares no le permitían entregarse a la escritura; trabajaba y tenía, por fin, compañeros. Dos especialmente: Bercot, con quien se entretenía hablando de literatura (186), y Bénard, un niño muy aplicado que todas las madres ponían por modelo (183). Pero la muerte los barrió y arrastró con ella la sabiduría del primero y la vocación misionera del segundo. Quedaba él, niño de once años, víctima de la neurosis literaria que, de modo subrepticio, se había amparado de su ser (186), le había dado una personalidad e iba a modelar su destino durante treinta años (203). El cambio producido en estos dos años de la vida de Sartre ha sido grande, comparable al de Agustín de Hipona que se abre a la gracia divina o al de Rousseau que se cierra a la sociedad humana. Como Rimbaud, el pequeño Jean-Paul puede exclamar: “Je est un autre”. Cuando por primera vez recopió, modificándolas ligeramente, aventuras de sus cuentos leídos, experimentó de algún modo que un autor inspirado es otro distinto del yo profundo (“autre que soi au plus profond de soi-même”, 118). Cuando más tarde complicó las intrigas, se distanció del héroe de sus nuevas aventuras hasta el punto de dirigirse a él solo en tercera persona (121): se alienó sin saberlo. Esta modificación (de niño a escritor), eje central de la autobiografía, comporta una dimensión filosófica inevitable. En rigor, la escritura no solo fue la religión del joven Jean-Paul, sino también su misma razón de ser. Les Mots es un recorrido ontológico. Nada más escribir su primer relato coherente, entra en cuerpo y alma en la vida imaginada: “Je suis né de l’écriture: avant elle, il n’y avait qu’un jeu de miroirs; dès mon premier roman, je sus qu’un enfant s’était introduit dans le palais des glaces” (126). Este descubrimiento (el nacimiento de la escritura), tiene un cariz marcadamente racionalista, para cuya exposición el niño Jean-Paul necesita de la cultura de Sartre adulto. Formado en la escuela de Descartes, Kant, Hegel, Husserl, Bergson y Heidegger, Sartre filósofo se coloca en la perspectiva radical de la necesidad y certeza como premisa de pensamiento verdadero, al margen de los sentidos internos y externos, y desarrolla una doctrina (de la náusea, del ser y la nada, de la razón dialéctica) según la cual la contingencia absurda del mundo en sí se enfrenta a la necesidad de una
  • 4. 4 conciencia para sí abocada a la libertad y la responsabilidad. No existe en su óptica razón alguna para la existencia: toda persona es superflua y solo encuentra sentido en las continuas elecciones vitales y el reto de la aniquilación ajena. En su familia, el niño es consciente de su existencia redundante: “…ma raison d’être, à moi, se dérobait, je découvrais tout à coup que je comptais pour du beurre” (73); “…enfant gâté, don providentiel, ma profonde inutilité m’était d’autant plus manifeste que le rituel familial me paraît constamment d’une nécessité forgée. Je me sentais de trop, donc il fallait disparaître. J’étais un épanouissement fade en instance perpétuelle d’abolition” (81). La angustia (elemento esencial de la filosofía sartriana, heredado de Freud) actúa entonces como catalizador de su ansiedad por dar con la necesidad de su existencia. Solo en este sentido es posible justificar la vocación literaria: infundado en el mundo en sí, busca y encuentra su necesidad en su conciencia para sí: “Je naquis pour combler le grand besoin que j’avais de moi-même” (92; vid. 181: “J’étais indispensable”; 189: “Les hasards n’existaient pas”; 199: “La postulation abstraite de ma nécessité et l’intuition brute de mon existence subsistent côté à côte sans se combattre ni se confondre”). En lugar del recorrido cronológico habitual (los seres primero son y después son pensados), en Les Mots la propia conciencia reclama de algún modo el niño a la existencia: su esencia de escritor explica su existencia (evidentemente, se trata de una existencia mental, no material: Sartre juega con las palabras para provocar la ambigüedad en el lector). Tras esta epifanía, donde la gnoseología justifica la ontología, el niño encuentra el camino expedito para sucesivas afirmaciones de la esencia encontrada, en sí y en los otros. En sí: después de la crisis provocada por las actividades escolares y los compañeros, cae en la cuenta de que su vocación literaria, lejos de perecer, se ha materializado: “…pendant ce temps, abandonnée à elle-même, ma fausse mission prit du corps et, finalement, bascula dans ma nuit: je ne la revis plus, elle me fit” (186). En los otros: cuando se lanza a imaginar la gloria alcanzada tras la muerte, expone el proceso de aniquilación (néantisation, dice en L’Être et le néant) de su ser material por su ser pensado en cada lector: “…pour celui qui sait m’aimer, je suis son inquiétude la plus intime mais, s’il veut me toucher, je m’efface et disparais: je n’existe plus nulle part, je suis, enfin!” (159). Atención: cualquier estudio que se limitara al carácter autobiográfico del texto (un sexagenario cuenta su juventud), a las modificaciones operadas en el niño (su nacimiento a la lectura y a la escritura) o al soporte racionalista que les presta el filósofo (su conciencia de la necesidad de tal nacimiento), se quedaría en el caparazón superficial de Les Mots: lo más importante es su función significativa. Sartre escribe su autobiografía para destruir la literatura. Varios síntomas previenen al lector atento: la detención abrupta del relato en 1917, las anomalías narrativas (aberraciones cronológicas, contradicciones, analepsis injustificadas), el misterio del final (donde la supresión del tono heroico arrastra la desaparición del tono autobiográfico); a estos indicadores es preciso añadir el martilleo explícito del tema obsesivo: la literatura es una quimera, un espejismo, un juego de niños (Lévy: 593-94), un proyecto, una alienación, donde el “otro” impone sus deseos, como el niño se sometió a los de su abuelo (ibid., 595). Desde el comienzo de la segunda parte, Sartre adulto denuncia la mentira con que se engaña Sartre niño: À peine eus-je commencé d’écrire, je posai ma plume pour jubiler. L’imposture était la même mais j’ai dit que je tenais les mots pour la quintessence des choses. Rien ne me troublait plus que de voir mes pattes de mouche échanger peu à peu leur luisance de feux follets contre la terne consistance de la matière: c’était la réalisation de l’imaginaire (117). El texto abunda en protestas de este tipo. El niño no se ha percatado de la flagrante afabulación: sus primeras lecturas eran nominalistas, le habían iniciado en el mundo de los universales;
  • 5. 5 sus primeros escritos van más allá: basta con nombrar las cosas para que se realicen: “Pris au piège de la nomination, un lion, un capitaine du Second Empire, un Bédouin s’introduisaient dans la salle à manger” (117). Al igual que Husserl, Sartre niño sostiene que las palabras comunes, si no hay contradicción que lo impida y con independencia de su abstracción, son seres. De aquí a la confusión entre el mundo imaginario y el real, entre la memoria y la imaginación (118), no hay más que un paso. A esta confusión (auténtica comedia de un mentiroso, 127) se añade la religión de la literatura: bajo el modelo de su abuelo (exponente de la sustitución de la divinidad por la cultura), el niño había adoptado el papel de escritor-mártir, sin percatarse, una vez más, de la mentira subyacente en la literatura: “Sales fadaises: je les gobai sans trop les comprendre, j’y croyais encore à vingt ans. À cause d’elles j’ai tenu longtemps l’œuvre d’art pour un événement métaphysique dont la naissance intéressait l’univers” (146). Víctima de un engaño colosal, el niño se dejó inocular el veneno de la literatura, de Flaubert, de los hermanos Goncourt, de Gautier, la pretensión de que su pluma, ofrenda mística, salvaría a la humanidad y la sacaría de la nada. Les Mots se inserta en la línea de autores (Hobbes, Locke) que han denunciado el fraude, la falsedad de la literatura. Al comienzo de estas líneas hablaba de un segmento temporal: Les Mots relatan la modificación de la mente de un niño durante dos años de su vida. De pronto, como si el autor contrastase la dilatación del relato frente a la exigüidad del periodo de tiempo, rectifica y añade en unas páginas de singular densidad, el resumen de su vida hasta el momento presente. Tras los maravillosos descubrimientos descritos, a los diecisiete años perdió la fe en Dios, hasta los treinta su fe en la literatura garantizó a su existencia el sentimiento de necesidad y la gloria de inmortalidad, con La Nausée (1938) se convenció de la contingencia y el absurdo de su vida humana, pero le quedaba su pretendida misión salvadora, que desapareció entre la inmediata posguerra y 1953: J’ai changé. […] L’illusion rétrospective est en miettes; martyre, salut, immortalité, tout se délabre, l’édifice tombe en ruine. […] Je vois clair, je suis désabusé; […] depuis à peu près dix ans je suis un homme qui s’éveille, guéri d’une longue, amère et douce folie et qui n’en revient pas et qui ne peut se rappeler sans rire ses anciens errements et qui ne sait plus que faire de sa vie (204-5). Con la llegada al momento presente, 1964, se cierra el bucle, pero no todo queda necesariamente explicado. Se entiende la inesperada condensación narrativa (compensada por la belleza descriptiva del periodo elegido), incluso el silencio sobre otros aspectos biográficos (que la libertad del autobiógrafo justifica más que nuestra curiosidad), pero entonces: ¿por qué escribir tan bien una obra literaria contra la literatura? Porque le ha dado la gana, y porque, a ejemplo de Cervantes con los libros de caballería, la literatura solo se destruye con la literatura (Burnier: 90); Sartre escribe Las palabras contra las palabras (Lévy: 603): en este caso, mediante el estilo. Biografía sin género, con las únicas condiciones de identidad entre narrador y héroe, duración y movimiento, la autobiografía no exige un estilo determinado, unas condiciones relacionales (la distancia de las memorias o a la precisión del diario) o éticas (con la única salvedad de la veracidad de una vida): el tono, el ritmo, la extensión quedan al arbitrio del autor. La inexistencia de un estilo propiamente autobiográfico no implica su intrascendencia, al contrario: tautológico por definición, el estilo es lo más importante de la autobiografía: Dans ce récit où le narrateur prend pour thème son propre passé, la marque individuelle du style revêt une importance particulière, puisque à l’autoréférence explicite de la narration elle-même, le style ajoute la valeur autoréférentielle implicite d’un mode singulier d’élocution (Starobinski, 1970: 84). Así concebido, el estilo carece de apoyatura textual, es inútil fundamentarlo en el significante: el estilo es inconsciencia, subjetividad, pulsión, espontaneidad, necesidad, trabajo; no hay nada más
  • 6. 6 secreto ni más íntimo que el estilo: “…le style n’est jamais que métaphore, c’est-à-dire équation entre l’intention littéraire et la structure charnelle de l’auteur” (Barthes, 1972: 17). En este sentido, nada más alejado del lenguaje que el estilo. Sartre, además, ha dado muestras, en dos célebres ensayos (L’Imagination, 1938, L’Imaginaire, 1940), de su incapacidad para captar el soporte imaginario de la obra de arte (Durand, 1969: 19-20). Por eso Les Mots es su arma ideal para atacar a la literatura por su línea de flotación, la metáfora: de ahí la representación de los libros como piedras de un santuario, de su abuelo como un gran sacerdote, de sí mismo como el elegido. Solo al cabo de los años, Sartre adulto despierta de su sueño literario, recuerda aquel niño viajero sin billete, que entonces alegaba razones importantes (la salvación del mundo mediante la literatura) y que ahora reconoce, cabizbajo y desengañado, no tener ninguna excusa, porque la literatura no es menos fraudulenta que viajar sin billete. Bibliografía BARTHES, Roland, Le Degré Zéro de l’écriture et autres essais, Paris, Seuil, 1972. DURAND, Gilbert, Les Structures anthropologiques de l’imaginaire. Introduction à l’archétypologie générale, Paris, Bordas, 1969. EAKIN, Paul John, Fictions in Autobiography. Studies in the Art of Self-Invention, Princeton, Princeton University Press, 1985. UCM.82-0.09.EAK. LÉVY, Bernard-Henri, Le Siècle de Sartre. Enquête philosophique, Paris, Grasset & Fasquelle, 2000. UCM.FRA.840.06.SAR-LEV. BURNIER, Michel-Antoine, “Sartre et Les Mots”, in Magazine Littéraire, janvier 1997, p. 89-90. SARTRE, Les Mots, Paris, Gallimard, “Folio”, 1964. – 1976: “Autoportrait à soixante-dix ans”, interview de Michel Contat, in Situations, X. Politique et autobiographie, Paris, Gallimard, p. 133-226. STAROBINSKI, Jean, La Relation critique, Paris, Gallimard, 1970.