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1
Introducción
Tomo III
Gobierno de Jorge Serrano Elías
1991-1993
José Molina Calderón
2 José Molina Calderón
Primera edición, 2021
© 2021 José Molina Calderón
ISBN versión digital: 978-99939-34-03-5
Se prohíbe la reproducción total o parcial, sea cual fuere el medio (electrónico o mecánico), sin el
consentimiento escrito.
Editor:
Horacio Cabezas Carcache
Diagramación:
Alma Viviana Paz Zelada de Ramírez
Foto de la portada:
El Serranazo: Jorge Serrano Elías, acompañado de Gustavo Espina Salguera, dando a
conocer la disolución de las Cortes, el 25 de mayo de 1993. Foto de Prensa Libre.
3
Contenido
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN	 7
PREÁMBULO	 15
TESTIMONIO DEL PRESIDENTE DEL BANCO DE GUATEMALA	 15
PRIMER AÑO DE GOBIERNO	
1991: Herencia fiscal del Gobierno de Jorge Serrano Elías	
	1	Ley de Educación, inconstitucional (Prensa Libre, 9/1/1991)	 23
	 2	 Pacto social a lo chapín (Prensa Libre, 13/1/1991)	 26
	 3	 El Pacto Social (Prensa Libre, 16/1/1991)	 27
	 4	 Economía de guerra (Prensa Libre, 23/1/1991)	 29
	 5	 La economía ante el Pacto Social (Prensa Libre, 30/1/1991)	 32
	 6	 Por una única vez (Prensa Libre, 6/2/1991)	 35
	 7	 El bono obligatorio (Prensa Libre, 27/3/1991)	 37
	 8	 Empréstito forzoso por Q700 millones (Prensa Libre, 3/4/1991)	 38
	 9	 El Club del Uno por Ciento (Prensa Libre, 10/4/1991)	 40
	 10	 El FMI ante el fisco (Prensa Libre, 17/4/1991)	 42
	 11	 Cien días de gobierno (Prensa Libre, 24/4/1991)	 47
	 12	 La Encíclica del Trabajo (Prensa Libre, 1/5/1991)	 49
	 13	 Cien años de temas sociales (Prensa Libre, 8/5/1991)	 51
	 14	 Cien años después, Cenivacus (Prensa Libre, 15/5/1991)	 54
	 15	 Esterilización del dinero (Prensa Libre, 22/5/1991)	 57
	 16	 Centesimus annus (Prensa Libre, 29/5/1991)	 60
	 17	 La cigüeña los trae… (Prensa Libre, 5/6/1991)	 62
	 18	 Pregunten a Lico y a Richard (Prensa Libre, 12/6/1991)	 63
	19	 Kilovatito es deficitario (Prensa Libre, 19/6/1991)	 66
	 20	 Ex repúblicas bananeras (Prensa Libre, 26/6/1991)	 67
	 21	 El tipo de cambio en el año 2000 (Prensa Libre, 17/7/1991)	 69
	 22	 Previsión social... y fiscal (Prensa Libre, 24/7/1991)	 71
	 23	 ¿Es procapitalista Juan Pablo II? (Prensa Libre, 31/7/1991)	 73
	 24	 Despolitizar la electricidad (Prensa Libre, 7/8/1991)	 75
	 25	 Tarifas eléctricas despolitizadas (Prensa Libre, 14/8/1991)	 77
	 26	 Guatemala: memorando económico (Prensa Libre, 21/8/1991)	 81
	 27	 El resumen ejecutivo del Banco Mundial (Prensa Libre, 28/8/1991)	86
	 28	 La herencia fiscal de Cerezo a Serrano (Prensa Libre, 4/9/1991)	 90
	 29	 Financiamiento de la Independencia en 1821 (Prensa Libre11/9/1991)	91
	 30	 32 empresas a desmonopolizar en Guatemala (Prensa Libre, 11/9/1991)	 92
	 31	 Racionamiento eléctrico (Prensa Libre, 18/9/1991)	 94
	32	 Belice (Prensa Libre, 25/9/1991)	 98
	 33	 Apuestas entre economista y ecologista (Prensa Libre, 2/10/1991)	 101
	34	 Son prendiones, no apagones (Prensa Libre, 9/10/1991)	 103
	 35	 Quinientos, mil y dos mil años (Prensa Libre, 16/10/1991)	 107
	 36	 Malabarismo para conseguir 15 centavos (Prensa Libre, 23/10/1991)	 110
	 37	 Privatizar o no privatizar. He ahí el problema (Prensa Libre, 30/10/1991)	 111
	 38	 Retención o impuesto sobre activos (Prensa Libre, 6/11/1991)	 114
	 39	 Reforma fiscal light (Prensa Libre, 13/11/1991)	 116
	 40	 Ministerio de Educación versus Colegio San Sebastián (Prensa Libre, 27/11/1991)	 118
	 41	 Cinco actuaciones enojosas para combatir la pobreza (Prensa Libre, 4/12/1991)	 120
4 José Molina Calderón
	 42	 A todos los presidentes centroamericanos, ¡a todos! (Prensa Libre, 11/12/1991)	 123
	43	 El libro azul de la política económica y social 1991-1996 (Prensa Libre, 18/12/1991)	 125
SEGUNDO AÑO DE GOBIERNO	
1992: Política fiscal del Gobierno de Jorge Serrano Elías	
	 1	 Premio Nobel en Economía (Prensa Libre, 8/1/1992)	 131
	 2	 Ni vencedores ni vencidos (Prensa Libre, 15/1/1992)	 134
	 3	 La política neoliberal de Serrano a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia	
(Prensa Libre, 29/1/1992)	135
	 4	 El tipo de cambio en 1992 (Prensa Libre, 5/2/1992)	138
	 5	 Golpe de Estado (Prensa Libre, 12/2/1992)	141
	 6	 Los efectos de la recesión USA (Prensa Libre, 19/2/1992)	143
	 7	 Salinas de Gortari en Guatemala (Prensa Libre, 22/3/1992)	145
	 8	 La banca chapina al día (Prensa Libre, 4/3/1992)	147
	 9	 Evolución de la intermediación financiera en Guatemala (Prensa Libre, 10/3/1992)	149
	 10	 La reforma financiera empieza con la Ley de Compensación Económica 	
por Tiempo de Servicio (Prensa Libre, 11/3/1992)	151
	 11	 Cristiani en Guatemala (Prensa Libre, 18/3/1992)	153
	 12	 The Economist en los 500 años (Prensa Libre, 25/3/1992)	155
	 13	 La encíclica más discutida (Prensa Libre, 1/4/1992)	157
	 14	 A los socialistas de todos los países (Prensa Libre, 8/4/1992)	160
	 15	 Marx está enterrado, Lenin aún no (Prensa Libre, 15/4/1992)	163
	 16	 La reforma fiscal 1992 (Prensa Libre, 22/4/1992)	168
	 17	 Callejas en Guatemala (Prensa Libre, 29/4/1992)	178
	 18	 ¿Quiere destruir el país? Bombardéelo o congele alquileres (Prensa Libre, 6/5/1992)	179
	 19	 ¿Hay que pagar impuestos? (Prensa Libre, 13/5/1992)	181
	 20	 Desde la Plaza de San Pedro (Prensa Libre, 20/5/1992)	184
	 21	 Los asesores fiscales opinan sobre el ISR (Prensa Libre, 27/5/1992)	186
	 22	 El límite máximo de la presión fiscal (Prensa Libre, 3/6/1992)	189
	 23	 Esponsales con el FMI y el BIRF (Prensa Libre, 10/6/1992)	192
	 24	 FMI: condicionalidad cruzada (Prensa Libre, 17/6/1992)	194
	 25	 La privatización de los rojos (Prensa Libre, 24/6/1992)	196
	 26	 El sistema impositivo que se va (Prensa Libre, 1/7/1992)	197
	 27	 Alternativas fiscales (Prensa Libre, 8/7/1992)	200
	 28	 Impuestos indirectos (Prensa Libre, 15/7/1992)	203
	 29	 Privilegios fiscales en Guatemala (Prensa Libre, 22/7/1992)	206
	 30	 Bono 14 (Prensa Libre, 29/7/1992)	209
	 31	 ¿Y si Richard sustituye a Lico? (Prensa Libre, 5/8/1992)	211
	 32	 Banvi, Banvi (Prensa Libre, 12/8/1992)	213
	 33	 El bono 15 es para el café (Prensa Libre, 19/8/1992)	214
	 34	 Las finanzas de Barcelona 92 (Prensa Libre, 26/8/1992)	216
	 35	 Café con pollo en el NAFTA (Prensa Libre, 2/9/1992)	218
	36	 La tremenda Corte (Prensa Libre, 9/9/1992)	219
	 37	 La segunda anexión a México (Prensa Libre, 16/9/1992)	222
	 38	 El mercado llega a los Colegios Profesionales (Prensa Libre, 23/9/1992)	223
	 39	 El Maastricht centroamericano (Prensa Libre, 30/9/1992)	224
	40	 La leyenda negra es telenovela (Prensa Libre, 14/10/1992)	227
	 41	 Los monopolios de octubre (Prensa Libre, 21/10/1992)	229
	 42	 Bush, Clinton o Perot (Prensa Libre, 28/10/1992)	230
	 43	 Presupuesto del Estado 1993 (Prensa Libre, 4/11/1992)	232
	 44	 La aplanadora verde de Clinton (Prensa Libre, 11/11/1992)	234
5
Contenido
	 45	 El cheque escolar chapín (Prensa Libre, 18/11/1992)	236
	 46	 El plan laboral que no fue (Prensa Libre, 25/11/1992)	238
	 47	 ¿Es creíble la política económica 1993? (Prensa Libre, 2/12/1992)	240
	 48	 El experimento sueco del socialismo (Prensa Libre, 16/12/1992)	243
	 49	 Premios Nobel de Economía y de la Paz, 1992 (Prensa Libre, 23/12/1992)	245
	 50	 Invertir en niños (Prensa Libre, 30/5/1992)	247
TERCER AÑO DE GOBIERNO	
1993: “Serranazo”	
	 1	 En 1992 se jugó a una carta (Prensa Libre, 6/1/1993)	 251
	 2	 Modernización del sistema financiero (Prensa Libre, 13/1/1993)	 252
	 3	 Diez años de maquinita (Prensa Libre, 20/1/1993)	 255
	 4	 Mientras más baja, mejor (Prensa Libre, 27/1/1993)	 256
	 5	 La estatista ley de población (Prensa Libre, 3/2/1993)	 257
	 6	 Las municipalidades al ataque fiscal (Prensa Libre, 10/2/1993)	 259
	 7	 El Presidente, Codedena y la Conferencia Episcopal (Prensa Libre, 17/2/1993)	 261
	 8	 La rebelión de los bancos (Prensa Libre, 24/2/1993)	 262
	 9	 Análisis de la Ley de Población (Prensa Libre, 3/3/1993)	 264
	 10	 La guerra de los arbitrios (Prensa Libre, 10/3/1993)	 266
	 11	 La expulsión de Guatemala del SGP (Prensa Libre, 17/3/1993)	 267
	 12	 Annus quetzalis o annus dolaris (Prensa Libre, 24/3/1993)	 269
	 13	 A todos los mayas de Guatemala (Prensa Libre, 31/3/1993)	 270
	 14	 La piñata (Prensa Libre, 7/4/1993)	 272
	 15	 Las vicisitudes del tipo de cambio (Prensa Libre, 14/4/1993)	 273
	 16	 El Estado, seudo-empresario en la educación (Prensa Libre, 21/4/1993)	 274
	 17	 Las bolsas de Centroamérica en Guatemala (Prensa Libre, 28/4/1993)	 275
	 18	 La bola de cristal 1993 (Prensa Libre, 5/5/1993)	 276
	 19	 La contabilidad fiscal del Triángulo Norte (Prensa Libre, 12/5/1993)	 277
	 20	 Aire fresco en el Mercomún (Prensa Libre, 19/5/1993)	 278
	 21	 De la corrupción a las tarifas eléctricas (Prensa Libre, 26/5/1993)	 279
Indice Analítico	282
6 José Molina Calderón
7
Introducción
INTRODUCCIÓN
El Gobierno de Jorge Serrano Elías sucedió al de la
Democracia Cristiana Guatemalteca, el que fue pre-
sidido por Marco Vinicio Cerezo.
1991
El primer problema que el Gobierno entrante afrontó
fue el de las Cuotas Escolares, reguladas por decre-
tos militares de 1983 y 1985 que, a juicio de José
Molina Calderón, tienen varias inconstitucionali-
dades y espera que la nueva Ley de Educación las
corrija. Sin embargo, el problema de las Cuotas
Escolares persistía para noviembre, lo que se eviden-
ció con el diferéndum entre el Colegio San Sebastián
y la Ministra de Educación, María Luisa Beltranena
de Padilla.
Herencia de la Democracia Cristiana Guatemal-
teca al nuevo Gobierno fue una inflación del 83%.
Por ello, diferentes tanques de pensamiento, como
CIEN y ASIES, presentaron estudios para afrontarla
y atender las demandas de la mayoría de la pobla-
ción, pues según el Banco de Guatemala, su salario
había quedado con una variación negativa del 16.4%.
En sus columnas del 6 de febrero y 27 de marzo de
1991, el Licenciado Molina Calderón demostró que
gran parte del problema radicaba en la “maquinita”,
ligada a la emisión de bonos del tesoro sin respaldo y
los subsidios o pérdidas de operación (déficit cuasi-
fiscal), la que había operado sin control alguno en el
gobierno anterior y continuaba en el nuevo, dejando
sin efecto el masivo ingreso de dólares que se había
dado entre enero y febrero de 1991.
Para afrontar el déficit fiscal, la Ministra de
Finanzas, Raquel Zelaya, propuso la emisión de
bonos por Q700 millones y que fueran comprados
por los que tuvieran salarios mayores a Q3,000,
medida que Molina Calderón criticó y, en su lugar,
propuso en su columna del 10 de abril un impuesto
extraordinario. Dada la complicada situación eco-
nómica, sumada a la presión del Fondo Monetario
Internacional (FMI), con su estudio Guatemala: El
sistema tributario y la administración tributaria,
el Presidente Serrano Elías sustituyó a la Ministra
de Finanzas, aquejada por quebrantos de salud, por
Richard Aitkenhead, cuando apenas había ostentado
el cargo 2 meses y 25 días.
Durante el año de 1991, centenario de la Encí-
clica Social Rerum Novarum, de León XIII, en
varias de sus columnas Molina Calderón se refirió
a ella, así como a Laborem Exercens, Sollicitudo
Rei Socialis y Centesimus Annus, de Paulo VI, Al
igual que la Rerum Novarum, estas últimas encícli-
cas sociales critican con dureza el sistema comu-
nista y exhortan a los patronos capitalistas y a los
gobiernos a aplicar los Principios de Subsidiariedad
y Solidaridad en un sistema de “economía libre” o
“economía de mercado”. Llama la atención que en
dos ocasiones el columnista haya resaltado lo expre-
sado por The Wall Street Journal que, en referencia
a la Centesimus Annus, había expresado que el Papa
respaldaba el nuevo capitalismo. Sin embargo, en la
columna del 31 de julio, Molina Calderón en forma
enfática expresa que en Guatemala no existe “eco-
nomía de mercado”, sino un sistema económico que
se le podría llamar corporativismo, gremialismo,
mercantilismo, en que cada sector, grupo o gremio,
incluidos sindicatos, trata de buscar su propia ley a
costillas de los consumidores.
En su columna del 24 de abril, Molina Calderón
planteó al Presidente del Banco de Guatemala, Fede-
rico Linares, y al Ministro de Finanzas Richard Aitk-
enhead a debatir sobre los Cenivacus y sus abultadas
tasas de interés (alrededor del 30%), causantes de
pérdidas financieras. Además, recomendó abrir los
libros de la Contabilidad de la Nación, para que el
ciudadano de a pie pueda observar, auditar y juzgar
sobre el gasto público.
Interesante es la columna titulada “Esteriliza-
ción del dinero”, del 22 de mayo, referente a las
Operaciones de Mercado Abierto (OMA) para reco-
ger dinero circulante, ya que en los primeros cinco
meses de gobierno permitió desmonetizar Q2,670
millones.
El 12 de junio de 1991, inspirado en las Vidas
Paralelas de Plutarco, historiador griego, Molina se
refirió a Linares yAitkenhead, encargados del Banco
de Guatemala y Ministerio de Finanzas, respectiva-
mente, quienes mancomunadamente elevaron al
Congreso de la República las propuestas de apro-
bación de bonos de emergencia, reforma tributaria
y amnistía fiscal, pero éste pospuso su discusión
para octubre del año en curso, pues debía abordar
de emergencia la Ley de Congelación de Alquileres,
emitida durante el paquetazo fiscal de septiembre de
1987, ya que para evadirla había surgido el mercado
negro de alquileres.
En varias ocasiones, Molina Calderón analizó la
tarifa eléctrica. Por ejemplo, el 19 de junio de 1991
expuso que el monopolio estatal INDE-EEGSA fac-
turaba el KWH a Q0.23, es decir, el 44% del costo
real, que era de Q.0.52. Volvió a tocar el tema el 7 de
agosto en que, con base en Guatemala: Country Eco-
nomic Memorandum, del Banco Mundial, expresó
que en el país, en la década pasada, el sector eléc-
trico en Guatemala enfrentó serios problemas como
resultado de la falta de políticas claras. Como con-
secuencia, está plagado de dificultades financieras,
débil administración gerencial, baja inversión en
infraestructura, y un deterioro en la calidad del ser-
vicio. Una semana después, propuso que la solución
8 José Molina Calderón
era despolitizar las tarifas eléctricas. En septiembre
volvió a referirse a la crisis energética, a raíz del
racionamiento eléctrico ocurrido el 1 de septiembre
de 1991. El 9 de octubre de 1991, Molina volvió a
la carga, al sostener que no hay energía más cara
que la que no se tiene, fenómeno debido al mono-
polio de EEGSA-INDE, el que fue defendido por la
Universidad de San Carlos en el primer Congreso de
Economistas en 1960, con el fin de desestimular la
instalación de nuevas plantas.
El 26 de junio, Molina Calderón reprodujo un
escrito de Consejeros Económicos y Financieros, S.
A. (CEFSA) en el que se sostiene que las perspecti-
vas económicas son positivas por la habilidad mos-
trada por el presidente Serrano que aspira a corre-
gir el deterioro económico y social de los últimos
años, ha creado un notorio ambiente de optimismo
en los primeros meses de 1991.
A raíz del eclipse total de sol acontecido el jue-
ves 11 de julio de 1991, Molina Calderón se refirió
a otras suertes de eclipses que se estaban dando en
Guatemala, como la crisis eléctrica, la Ley del Bono
de Emergencia, Ley de Compensación Económica
por Tiempo de Servicio y el costo de la matrícula en
la USAC.
Esclarecedora fue la columna del 24 de julio en
la que, al referirse al Programa de Invalidez, Vejez
y Sobrevivencia (IVS) del Instituto Guatemalteco
de Seguridad Social, Molina Calderón señaló que
nadie en su sano juicio aspiraría a vivir con lo que
le puede dar el IGSS como jubilación, no solamente
por su escasa cuantía, sino porque tarde o temprano
el IGSS se quedará sin fondos para el pago de las
jubilaciones. También se refirió a cómo el Ministro
de Trabajo, Mario Solórzano Martínez y los líderes
sindicales, después de tres días de estar reunidos en
Posada Belén, en Antigua Guatemala, no se pusieron
de acuerdo en las propuestas de cambios al Código
del Trabajo.
Durante el mes de agosto de 1991, Molina Calde-
rón utilizó sus columnas para publicar el documento
Guatemala: Country Economic Memorandum,
hecho por el Banco Mundial en el que se recomienda
la necesidad de reformas estructurales, como la libe-
ración del comercio, una mayor inversión en educa-
ción, la atención primaria de la salud… para generar
un mayor empleo y crecimiento de la productividad.
El 4 de septiembre de 1991, la columna de
Molina Calderón abordó la aprobación del Presu-
puesto de Ingresos y Egresos del Estado para 1992.
Recordó que el Congreso aún no ha aprobado la eje-
cución de ingresos y gastos de los tres últimos años,
1988, 1989 y 1990, lo que calificó como una anoma-
lía fiscal. Además, describió la catástrofe fiscal de
los últimos cinco años.
El origen de la deuda externa en Latinoamérica
y Guatemala es explicado por Molina Calderón en la
columna del 11 de septiembre.
La columna del 18 de septiembre es una sín-
tesis de la propuesta de la Cámara Empresaria al
Ministerio de Economía para desmonopolizar 32
empresas, empezando por INDE, EEGSA, GUA-
TEL, FEGUA, Puerto Nacional Santo Tomás de
Castilla, siguiendo por IGSS, BANVI, CORFINA,
Crédito Hipotecario Nacional, INGUAT… Continuó
con el tema en la columna del 30 de octubre, en que
se mostró favorable a la privatización de las empre-
sas estatales, pero en forma distinta a la “piñata san-
dinista”, en Nicaragua, sino en la que el trabajador
del Estado se convierta en inversionista.
Motivado por la consulta popular a realizarse
para decidir el diferéndum territorial con Belice,
José Molina Calderón hizo una síntesis histórica
sobre Belice. Aunque se basó en escritos del Doctor
Alberto Herrarte y del viajero Alexander Thompson,
dejó en el tintero explicaciones de fondo como la de
los intereses de la familia Aycinena1
en el Tratado
Aycinena-Wyke, del 30 de abril de 1859, en que Gua-
temala cedió el territorio de Belice, a cambio la pro-
mesa de Inglaterra de financiar una vía terrestre entre
la Bahía de Amatique y la capital de Guatemala.
El control de la natalidad fue un tema abordado
por Molina Calderón en varias ocasiones durante
1990. Nuevamente lo propuso el 2 de octubre de
1991, cuando describió la apuesta ganada por el
economista Julian Simon al ecologista Paul Ehrlich
que difunde en sus escritos y charlas que una bomba
demográfica es inevitable, en que cientos de millo-
nes de personas morirán de hambre. Ciertamente,
la mortalidad infantil ha descendido y ha habido
un incremento en la producción de alimentos. Sin
embargo, esos logros no han sido suficientes y el
drama humano es peor por doquier. ¿Cómo detener
las masivas migraciones humanas hacia los países
desarrollados? El 18 de diciembre retomó el análisis
del tema del control de natalidad, ya que el Gobierno
de Serrano Elías, en su proyecto Política Económica
y Social - Gobierno de Guatemala - Periodo 1991-
1996 muestra su simpatía por la política antinata-
lista.
El 16 de octubre de 1991, Molina Calderón cali-
ficó a Bartolomé de las Casas de un ser que el apa-
sionamiento de lograr fines buenos, lo llevó a utili-
zar medios errados.
1		Actividades comerciales que en 1819 la Familia Aycinena
inició con Belice, pero como el Presidente Carlos Urrutia
y Montoya no le permitió viajar a dicha provincia, benefi-
ciando con ello a los comerciantes ingleses Marshall Ben-
nett y John Waldron Wright, la Familia Aycinena lo hizo
en forma descarada, al grado de introducir mercancías de
contrabando, en claro perjuicio de los ingresos fiscales de
la Real Hacienda. La actividad comercial de esta familia
y otros comerciantes, en especial la introducción de telas
inglesas, llevó a la quiebra a los tejedores guatemaltecos.
(Cabezas Carcache, El Ocaso del Reino de Guatemala,
2021: 102. Guatemala: Comisión Bicentenario, Universi-
dad de San Carlos).
9
Introducción
El Presupuesto de 1992 tiene un desfinancia-
miento de Q995 millones. La causa principal es
haber continuado con el populismo del gobierno
anterior, aumentando el sueldo al personal de menor
ingreso; haber decretado una amnistía fiscal que
borra todas las faltas desde hace 30 años en el pago
del Impuesto sobre la Renta (ISR) y en otros gravá-
menes; y haber cometido el suicidio fiscal de conge-
lar la tasa del IVA al 7%.
Molina Calderón apunta en su columna del 6
de noviembre que, durante los últimos 7 años, el
déficit cuasifiscal de Guatemala ha sido alrededor
de Q6,000 millones. Para solucionar tan anómala
situación fiscal, el FMI propuso en su estudio Gua-
temala: el Sistema Tributario y la Administración
Tributaria gravar los activos en un 2%. Sin embargo,
la propuesta del Ministerio de Finanzas es que siga
vigente el actual impuesto sobre activos netos que
se encuentra en la Ley del Impuesto sobre la Renta
de 1987.
En noviembre, el Gobierno elevó al Congreso
una propuesta de reforma fiscal, la que Molina Cal-
derón calificó de light, por no incluir el impuesto
territorial y por ser parco en el incremento del IVA.
El 4 de diciembre de 1991, en las vísperas de
la cumbre de Presidentes de Centroamérica, Molina
Calderón refirió que el tema que sería tratado era
el de cómo erradicar la pobreza. Señaló que ya no
se debía continuar con las políticas de subsidio a
combustibles, electricidad y transporte público,
porque ha resultado un total fracaso, porque en
vez de ayudar a los más pobres, se ha ayudado a
todo el mundo, incluso a los más ricos. Amplió sus
comentarios sobre el tema en la columna del 11 de
diciembre, en la que recomendó elaborar estadísticas
fiables y que no se vea con malos ojos al sector pri-
vado, en su participación en la salud, la educación
y la vivienda, áreas en las que los pobres no están
bien tratados.
1992
La primera columna de 1992, José Molina Calderón
la dedicó a varios Premios Nobel de Economía, en
especial a Ronald Harry Coase.
Como la reforma fiscal sigue pendiente, Molina
Calderón sugiere tener un Ministro de Finanzas
como Pedro Molina quien, cuando estuvo en el Eje-
cutivo, despidió empleados.
En forma semejante a 1991, el tema de las encí-
clicas sociales siguió siendo analizado. El 29 de
enero de 1992, al referirse al affaire entre Confe-
rencia Episcopal y Dirección General de Aduanas,
en torno a Biblias y Nuevos Testamentos donados.
El columnista calificó de neoliberal al Gobierno de
Serrano Elías, pues se orienta a una economía de
mercado, y es ajustable a la Doctrina Social de la
Iglesia, con excepción de las políticas antinatalistas.
El 1 de abril se refirió a la encíclica Veritatis Splen-
dor, de Juan Pablo II, sobre temas morales. Para ello,
resumió lo expresado en un artículo por el teólogo
William E. May.
Trascendental y educativa es la columna del 5
de febrero de 1992 sobre el fallo en los pronósticos
fiscales del Banco de Guatemala y Fondo Monetario
Internacional para 1991. Todo se debió a la repatria-
ción masiva de $524 millones, por los altos intereses
en Cenivacus pues, aunque permitieron la estabili-
dad de la tasa de cambio, incrementaron el déficit
del Banguat en Q725 millones, un claro desequili-
brio macroeconómico. Además, perjudicó al sector
productivo, por los altos intereses de los créditos
bancarios.
A raíz del golpe de Estado perpetrado por Hugo
Chávez en Venezuela, Molina Calderón se refirió a
los golpes de Estado en América Latina. Señaló que
los que se intentaron en Guatemala en 1988 y 1989
no fueron ocasionados por cuestiones de política
económica. Finalmente, recomendó al Gobierno de
Serrano Elías a impulsar cuanto antes la economía
social de mercado, para evitar un fenómeno seme-
jante.
Con mucha didáctica, la columna del 19 de
febrero explica los conceptos económicos Recesión,
Depresión y Deflación.
En marzo de 1992, el Presidente de México
Carlos Salinas de Gortari visitó Guatemala para
impulsar las relaciones comerciales. La ocasión fue
aprovechada por Molina Calderón para referirse a la
anexión a México, acontecida después de la Decla-
ración de Independencia, así como a la pérdida de
Chiapas y Soconusco. Algunos meses más tarde, el
16 de septiembre, volvió a referirse a la posibilidad
de una nueva forma de anexión a México.
La reforma financiera en discusión a partir de
noviembre de 1991 está siendo atendida por la banca
guatemalteca para modernizarse. Varias columnas
de marzo ofrecen una síntesis de la evolución banca-
ria guatemalteca, a partir del surgimiento de los pri-
meros bancos. Como parte de la discusión, se revisa
la Ley de Compensación por Tiempo de Servicio y
el IVS.
Con ocasión de la visita del Presidente de El
Salvador, Alfredo Cristiani, una columna de Molina
Calderón reprodujo el estudio El advenimiento de
la paz en El Salvador y el impacto sobre la econo-
mía de Guatemala en el que se califica a la inflación
como botagobiernos. Además, se promueve el incre-
mento de las relaciones comerciales sostenidas.
En el marco del quinto centenario del descubri-
miento de América, el 25 de marzo de 1992 Molina
Calderón cedió el espacio a un artículo de Felipe
Fernández-Armesto, aparecido en The Economist,
en el que defiende la conquista española; señala
como “mito” tanto al genocidio cometido, así como
a la tesis de que Latinoamérica fue construida con
10 José Molina Calderón
el sudor de los esclavos y alimentada con su sangre;
y califica de errónea las interpretaciones recientes
sobre América precolombina. El 14 de octubre de
1992, Molina Calderón vuelve a referirse al tema,
calificando a Bartolomé de las Casas como el gene-
rador de la leyenda negra, a la que también deno-
mina telenovela (Si Fray Bartolomé existiera actual-
mente, en vez de haber dado origen a la leyenda
negra, hubiera sido un excelente productor de tele-
novelas por su gran imaginación, capacidad de exa-
geración, y por poner en novela lo que él pensó que
era una realidad). También pretende quitar a Las
Casas el honor de ser el inspirador de los actuales
Derechos Humanos, señalamiento fácilmente reba-
tible, si analizara el origen de las Leyes Nuevas u
Ordenanzas de Barcelona.
A raíz del fallecimiento de Friedrich A. von
Hayek, Molina Calderón publicó el 8 de abril el
preámbulo de Camino de Servidumbre, dedicado a
demostrar la incompatibilidad esencial e irremedia-
ble entre colectivismo y libertad humana.
La columna del 22 de abril versó sobre la reforma
fiscal aprobada el 9 de ese mes, con cambios al ISR,
IVA, Aranceles, Ley del Petróleo y Ley del Papel
Sellado. El contenido es una síntesis del estudio del
Centro de Investigaciones Económicas Nacionales,
titulado Programa de Modernización Tributaria.
Con ocasión de la visita a Guatemala del Presi-
dente de Honduras, Rafael Callejas, Molina Calde-
rón se refirió a la corrupción, al contrabando y los
privilegios fiscales imperantes en dicho país.
El 6 de mayo de 1992, Molina Calderón volvió
a referirse al Decreto 57-87, congelación de alquile-
res, aprobado por la aplanadora verde de la Demo-
cracia Cristiana Guatemalteca y prorrogada por el
Gobierno de Serrano Elías. A juicio del columnista,
dicha ley ha favorecido al arrendatario, y perjudi-
cado al propietario.
Varias columnas se refieren a la obligación
moral de pagar impuestos. Una de ellas es la del 13
de mayo de 1992, en la que se reproduce un artículo
del profesor de teología y deontología, Domingo
Melé, quien aborda el tema desde la perspectiva del
Evangelio y Encíclicas.
El 20 de mayo, Molina Calderón describió la
beatificación de Josefina Bakhita, esclava de raza
negra de Sudán que fue vendida, previamente
secuestrada y torturada; y Josemaría Escrivá de
Balaguer, el fundador del Opus Dei. Acto que tuvo
lugar en la Plaza de San Pedro, en Roma, en el que
participó como peregrino.
El 27 de mayo, la columna fue nuevamente
sobre las obligaciones tributarias, y más específica-
mente sobre el ISR, vigente desde 1963. El tema fue
ampliado en la siguiente semana, cuando continuó
publicando el artículo de Domingo Melé sobre la
obligación moral de pagar impuestos, basado en la
doctrina social cristiana.
El de junio de 1992, al referirse a las nuevas
leyes tributarias, Molina Calderón opinó: Sólo quie-
nes pagaban correctamente sus impuestos tendrán
reducción de los mismos. Y todos los que se hacían
los locos, ahora tendrán que pagar más, a menos
que encuentren un buen manicomio fiscal donde
no se paguen impuestos. También señaló que los
diputados cometieron un tremendo error al volver
a dejar vigente el fondo compensatorio, porque fue
el que originó los masivos subsidios del Banco de
Guatemala al petróleo y también del propio Minis-
terio de Finanzas al petróleo en el pasado reciente.
Debido a este error, el FMI y el Banco Mundial
presionaron al Gobierno y pusieron las condicio-
nes para la firma de un Convenio de Stand-by por
$585 millones, el que consistía en alcanzar solven-
cia ante los organismos financieros internacionales
y corregir el sesgo antiexportador del sistema cam-
biario actual, que ha llevado a masivos déficit en la
balanza comercial.
Durante el mes de julio de 1992, las colum-
nas dieron a conocer el trabajo de los consultores
del Ministerio de Finanzas Públicas, KPMG Peat
Marwick (Policy Economics Group) y Georgia State
University (Policy Research Program), sobre el sis-
tema financiero guatemalteco y las posibles alterna-
tivas para mejorarlo, en especial en los rubros de los
impuestos indirectos y en la eliminación de los pri-
vilegios fiscales.
El 29 de julio de 1992, la columna fue dedicada
al Bono 14, aprobado el 2 de julio del año en curso,
con el fin de derogar la Ley de Compensación Econó-
mica por Tiempo de Servicio. Sin embargo, los sindi-
catos exigieron que los dos se mantuvieran vigentes.
Molina Calderón comentó el 5 de agosto la posi-
ble sustitución del
por el actual Ministro de Finanzas, Richard
Aitkenhead. Sobre el desempeño del primero señaló
que logró la estabilidad monetaria, no así el déficit
cuasifiscal que en 1991 fue superior a Q700 millo-
nes, y en 1992 no será menor de Q650 millones.
Por lo que se expresa en la columna del 12 de
agosto, el Gobierno de Serrano Elías dejará a la
deriva al Banco Nacional de la Vivienda (BANVI) y
no permitirá que el Banco de Guatemala lo rescate,
como lo hizo con dos bancos privados.
El desplome internacional de los precios de café
motivo a Molina Calderón a referirse en la columna
del 19 de septiembre al desplome del comercio de
los tintes (añil y grana) durante la primera mitad del
siglo XIX y a la experiencia de Costa Rica que ha
superado el monocultivo desarrollando el turismo y
los productos no tradicionales.
La reforma tributaria eliminó los privilegios
fiscales. Sin embargo, el Gobierno de Serrano Elías
decidió exonerar del Impuesto sobre la Renta (ISR),
los intereses bancarios y no bancarios, estatales
y privados. A juicio de Molina Calderón, para los
11
Introducción
amantes de nuestra Constitución, conviene recordar
que en otros países con constituciones más probadas,
en vigor por más de 200 años y sin golpes de Estado,
los ahorros son gravados para cualquier ciudadano
de a pie que tiene su cuenta bancaria. Por ejemplo,
en Estados Unidos la retención en las cuentas de
ahorro es del 25%, y a cuenta del impuesto.
Durante la segunda mitad de 1992, hubo deva-
luaciones monetarias en cadena en Europa, lo que
contribuyó a que varios países promovieran el Tra-
tado de Maastricht para favorecer una moneda única
y un único banco central. Tal fenómeno motivó a
Molina Calderón a proponer para Centroamérica
algo semejante.
En la columna del 21 de octubre de 1992, Molina
Calderón señaló que la Revolución Guatemalteca
del 20 de Octubre de 1944 creó los monopolios del
Banco de Guatemala, Instituto Guatemalteco de
Seguridad Social (IGSS) y Universidad de San Car-
los de Guatemala. Del primero dijo que es como un
enfermo de cáncer que es tratado con aspirinas; del
segundo que la seguridad social será inalcanzable
para la mayoría de los guatemaltecos; y de la última
que recibe el cinco por ciento de los ingresos ordina-
rios del Estado, y las 330 municipalidades reciben
el ocho por ciento entre todas ellas. Una despropor-
ción evidente.
En la columna del 4 de noviembre Molina Cal-
derón comentó el ensayo Presupuesto General de
Ingresos y Egresos del Estado, Ejercicio Fiscal 1993
del Centro de Investigaciones Económicas Naciona-
les (CIEN).
El triunfo presidencial de William Clinton en
Estados Unidos no fue celebrado en Guatemala
como el de Ronald Reagan, pues sus sectores pru-
dentes estaban a favor de George Bush, a pesar de
lo expuesto por el Premio Nobel Milton Friedman,
al comentar el descalabro fiscal y económico de la
administración Bush. El columnista opina que la
relaciones entre Estados Unidos y Guatemala esta-
rán condicionadas por el mejoramiento de los dere-
chos humanos y a una buena actuación judicial.
La columna del 18 de noviembre fue dedicada a
los Chicago Boys, es decir, a la Escuela de Economía
de la Universidad de Chicago y a su participación
en el Gobierno de Augusto Pinochet. En Guatemala,
durante el Primer Congreso Nacional de Educa-
ción, celebrado durante los primeros días del mes de
noviembre, participó una Chicago Girl, María Teresa
Infante, quien se refirió a la descentralización que
Chile estaba llevando en el área educativa, por medio
del cheque al padre de familia, el que fue promocio-
nado por el Nobel de Economía Milton Friedman.
Por presión de los sindicatos de Estados Unidos
y para que las exportaciones no fueran suspendi-
das, el Congreso de la República aprobó el Decreto
64-92, “Reformas al Código de Trabajo”, el 10 de
noviembre de 1992. A juicio de Molina Calderón,
estas reformas fueron una oportunidad perdida de
corregir el problema laboral y dar solución al poco
empleo en Guatemala.
Según la columna del 2 de diciembre, Guate-
mala no corrigió los problemas económicos genera-
dos por los Cenivacus y los Certificados de Depósito
a Plazo y por lo mismo se ha armado gran alboroto
en el país, porque quien pagará la factura de la polí-
tica económica de 1993 es la producción nacional,
que tendrá que soportar tasas de interés superiores
a las actuales.
El experimento sueco del socialismo, también
denominado “capitalismo socialista”, afronta pro-
blemas. Es lo que señala Allan Carlson, presidente
del Instituto Rockford para la Familia Americana, en
The Family in America, ensayo que es resumido por
Molina Calderón en su columna del 16 de diciembre.
Molina Calderón dedicó su columna del 23 de
diciembre de 1992 al Premio Nobel de Economía
Gary S. Becker, quien al comunicársele la noticia del
galardón que se le había otorgado por su aplicación
del análisis económico a los problemas sociales,
especialmente las discriminaciones de raza y sexo,
inversiones en educación y capital humano, los deli-
tos y su castigo y la formación, estructura y disolu-
ción de las familias, expresó que los galardonados
deberían evitar la propaganda política y procurar
transmitir al público su espíritu científico.
La última columna de 1992 está dedicada al tema
del control de la natalidad, lo que Molina Columna
hace resumiendo lo expresado por Julian Simon en
El último recurso en el que muestra el error de Tho-
mas Robert Malthus sobre la explosión demográfica
y augura que las cosas irán a mejor automática-
mente o sin esfuerzo. Pero hace ver que a lo largo de
la historia el hombre ha sabido siempre superar la
escasez, con su trabajo y su inventiva.
1993
En la primera columna de 1993, Molina Calderón
recordó que, durante el año anterior, el Gobierno
de Serrano Elías provocó mayor endeudamiento
interno, incremento del déficit cuasifiscal e inflación,
para sostener el tipo de cambio. Recordó también
que la Ley de Compensación Económica por Tiempo
de Servicio fue otro gran evento, y al final fue dero-
gada, y sustituida por el popular Bono 14.
La columna del 13 de enero de 1993 resume la
propuesta de la Organización Alemana de Ayuda al
Exterior sobre la modernización del sistema finan-
ciero, la que se dio en el contexto de la reestructu-
ración de la Superintendencia de Bancos, aprobada
por la Junta Monetaria, ya que el Gobierno se com-
prometió ante el Banco Mundial a modernizar el
sistema financiero. Molina Calderón recordó que el
programa del Banco Mundial y del Banco Interame-
ricano de Desarrollo, para la modernización finan-
12 José Molina Calderón
ciera, lo había publicado el 4 de marzo de 1992, bajo
el título “La banca chapina al día”.
La forma en que el numerario ha venido ope-
rando entre 1983 y 1992 fue descrita en la columna
del 20 de enero de 1992. Señala que éste creció seis
veces, de Q2,240 millones en 1983 a Q13,266 millo-
nes en 1992. También indica que, en sus dos años,
el Gobierno de Jorge Serrano Elías lo incrementó en
Q5,971 millones, la mitad del aumento de toda la
década. Son Q8 millones de aumento diario en dos
años., lo que se hizo siendo Presidente del Banco de
Guatemala, Federico Linares.
La inflación es nuevamente analizada por Molina
Calderón el 27 de enero. Recordó la Gran Depresión
en Guatemala en 1930, cuando el gobierno no tenía
dinero para pagar los salarios de los empleados
públicos, lo que el Gobierno de Jorge Ubico resolvió
y en 1944 lo que había era deflación. El Gobierno
de la Democracia Cristiana Guatemalteca dejó una
inflación del 59.84%, y para 1992, el Gobierno de
Serrano Elías la había reducido al 14.22%.
El tema del control de la natalidad, amplia-
mente tratado por Molina Calderón en 1992, es nue-
vamente analizado en la columna del 3 de febrero
de 1993, con base en la experiencia que tuvo en
la ciudad de Englewood (New Jersey, Estados
Unidos). Comentó que el 19 de enero de 1993, el
Congreso aprobó el Decreto 3-93, “Ley de Pobla-
ción y Desarrollo”, primer paso para la legaliza-
ción del aborto. Hizo énfasis en que un miembro
del Consejo encargado de su implementación es
una representante de las organizaciones indígenas
integradas al Consejo de Organizaciones Mayas
de Guatemala (COMG). Acusó al Embajador de
Estados Unidos, Thomas Strook, de estar detrás
de esa ley pues, por medio de la Agencia de Desa-
rrollo Norteamericana donó US$7.5 millones al
Ministerio de Finanzas con fines de esterilización y
otras picardías. Amplió su crítica el 17 de febrero,
después que la Comisión Defensora del Derecho a
Nacer (Codedena) y la Conferencia Episcopal exi-
gieron al Presidente Serrano Elías vetar dicha ley,
porque con dicha ley quedaría legalmente autori-
zado el control de la natalidad y se dejaría abierta
la puerta para la legalización de todos los métodos
aplicables, incluyendo el aborto. En la columna del
3 de marzo, Molina Calderón continuó refiriéndose
al rechazo al Decreto 3-93 y a las numerosas exi-
gencias de veto presidencial por su carácter tota-
litario y antidemocrático. Una de ellas manifiesta
que sus ponentes [los diputados que la aprobaron,
cuyos nombres fueron dados a conocer] están en
posibilidad de perder un número voluminoso de
electores rápidamente, especialmente de los indí-
genas, quienes ya ven la amenaza de la esteriliza-
ción quirúrgica latente. El 31 de marzo de 1993,
a pesar del veto presidencial al Decreto 3-93, Ley
de Población y Desarrollo, el Consejo de Organi-
zaciones Mayas de Guatemala (COMG) desauto-
rizó a los diputados indígenas y los llama “falsos
representantes del pueblo maya”; y añadió: Cultu-
ralmente la población maya no acepta los métodos
artificiales de control natal ni la esterilización por-
que alteran la convivencia con la naturaleza.
El 10 de febrero de 1993, Molina Calderón
reprodujo parte del Proyecto de Ley del Arbitrio
Municipal sobre Inmuebles que la Asamblea Nacio-
nal de Municipalidades de la República de Guate-
mala (ANAM), presentado al Congreso.
La banca guatemalteca entró en rebeldía, pre-
sentando 32 recursos de apelación, después que el
Banco de Guatemala, por presión del FMI, incre-
mentó el encaje bancario al 26.5%; y en segundo
lugar cuando el Gobierno, por compromisos con el
Banco Mundial, emitió Normas para calificación de
activos, préstamos de dudosa recuperación y consti-
tución de provisiones.
El antagonismo entre Congreso y Gobierno se
hizo evidente en 1993, cuando el Presidente Serrano
Elías vetó la Ley Orgánica del INDE, las reformas a
la Ley de Coperex, y la “ley de Herodes”, el Decreto
3-93, Ley de Población y Desarrollo. Además, el
Congreso también agregó al conflicto lo referente
a los arbitrios municipales, lo que Molina Calderón
comentó en la columna del 10 de marzo.
El 17 de marzo de 1993, Molina Calderón alerta
sobre la posibilidad que Guatemala sea expulsado
del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), si
no se atiende el respeto al derecho de los trabaja-
dores solicitado por sindicatos norteamericanos. Al
respecto expresa: La solución es una reforma labo-
ral, integral, que modernice al país y que pretenda
crear empleos productivos. Y si la amenaza de los
sindicalistas norteamericanos es real, es la oportu-
nidad de lograr en Guatemala esa genuina reforma
laboral y el sindicalismo más libre del mundo, tan
libre que a los líderes sindicales guatemaltecos les
podría ocasionar un mareo.
Con gran ironía, Molina Calderón analiza el 24
de marzo las presiones impuestas por el FMI por
medio del Acuerdo de Stand-by pues, de no cumplir-
las, no recibirá nuevo financiamiento externo, ni del
FMI, ni del Banco Mundial, ni del Banco Interame-
ricano de Desarrollo, ni califica para la reducción
de la deuda externa con Estados Unidos bajo el Pro-
grama de la Iniciativa de las Américas. Concluye la
columna señalando: Todas estas metas son las que
traen locos al Ministerio de Finanzas y al Banco
de Guatemala, y por ellas todos los guatemaltecos
tenemos la camisa de fuerza. Por supuesto, el pre-
mio es que la economía crezca al 5% anual en 1993.
Annus horribilis. Aproximadamente dos meses des-
pués, el 14 de abril, Molina Calderón se refiere a que
Guatemala incumplió lo ofrecido pues, para man-
tener el tiempo de cambio, continuó fomentando la
economía de papel.
13
Introducción
La magnitud de la piñata sandinista, antes de
entregar el Gobierno a Violeta de Chamorro, fue
expuesta por Molina Calderón en la columna del 7
de abril. Muy importantes son los señalamientos que
hizo al respecto: [la señora de Chamorro] “dio títulos
legales a todos los que habían robado propiedades
durante el régimen anterior firmando los decretos
46-91 y 47-91. Además, como integrante de la Junta
Sandinista en 1979 ella misma firmó 15 decretos de
confiscación” […] Una de las acusaciones más rele-
vantes en contra del actual gobierno nicaragüense
es que cogobierna con los sandinistas. No sería
extraño que el siguiente gobierno sea de nuevo san-
dinista, aun cuando de los originales comandantes,
quizás sólo uno o dos volverían a empuñar las armas
para volver a las montañas, porque ahora son todos
prósperos y pujantes empresarios privados.
El 21 de abril de 1993, Molina Calderón resaltó
en su columna que la Ley de Educación Nacional del
9 de enero de 1991 es una verdadera socialización y
de la mala. Añadió que tiene serias irregularidades
e inconstitucionalidades; y que el único fin visible
de la Ley es que los educadores estatales gocen de
inamovilidad.
Las Bolsas de Valores son analizadas en la
columna del 28 de abril, las que, según Molina Cal-
derón, el Banco de Guatemala –que en 1986 se opuso
a su establecimiento– las ama locamente porque a
través de ellas coloca los Cenivacus y los CDP.
En 1983, el déficit cuasifiscal puede aumentar
por encima de la meta equivalente al 0.8% del PIB, o
sea Q.500 millones […]; habrá un déficit comercial
de US$1,017.8 millones, derivado de US$2,382.7
millones de importaciones FOB, y US$1,364.9 millo-
nes de exportaciones FOB. Tales fenómenos fueron
comentados con gran realismo por Molina Calderón
el 5 de mayo de 1993: bajo el tenebroso sistema de
que el Banco de Guatemala tiene que comprar cada
dólar que se le ofrezca, no le queda más remedio que
seguir emitiendo Cenivacus y CDP.
Las columnas del 12 de mayo y 19 de mayo
fueron dedicadas a la posibilidad de establecer una
suerte de Mercomún en el Triángulo Norte, es decir,
entre Guatemala, Honduras y El Salvador.
Un día después del autogolpe de Estado per-
petrado por Jorge Serrano Elías, José Molina Cal-
derón publicó una columna sobre la corrupción, de
la que expresó: Para el caso de Guatemala, puede
indicarse que la corrupción es la que llevó a la
devaluación monetaria, a la excesiva deuda pública
interna y externa. El caso más dramático quizás,
es el conocido de la hidroeléctrica de Chixoy. Tuvo
sobornos, sobreprecio, y cuando ya estaba en plena
construcción, no hubo fondos, y se puso a funcionar
la maquinita, que desde entonces no ha parado su
trabajo desordenado.
Debido a los conflictos que tenía con el Con-
greso de la República y el Organismo Judicial, y
temiendo ser enjuiciado por el delito de corrupción,
optó por dar un Golpe de Estado, el 25 de mayo de
1993. Para ello, emitió un Decreto Presidencial de
Normas Temporales de Gobierno, en el que dispuso
la suspensión de los siguientes artículos de la Cons-
titución Política de la República de Guatemala:
libertad de acción (art. 5), detención ilegal (art. 6),
interrogatorio a detenidos o presos (art. 9), inviolabi-
lidad de la vivienda (art. 23), libertad de locomoción
(art. 26), derecho de reunión y manifestación (art.
33), libertad de emisión del pensamiento (art. 35.1),
tenencia y portación de armas (art. 38.2), regula-
ción de la huelga para trabajadores del Estado (art.
116.2), potestad legislativa y elección de diputados
(art. 157), funciones del Presidente de la República
(art. 183). A ello se sumó, en los hechos, la censura
impuesta a la radio, la televisión y la prensa escrita.
La Corte de Constitucionalidad, presidida por
Epaminondas González Dubón, rechazó el autogolpe
de Estado y demandó del Ejército acatar dicho fallo
y publicarlo en el Diario de Centro América, lo cual
se cumplió el 1 de junio de 1993, lo que permitió el
retorno al orden constitucional. Serrano salió al exilio
el 6 de junio de 1993 hacia El Salvador, desde donde
se dirigió hacia Panamá. El Gobierno de Guatemala le
inició un proceso de extradición por enriquecimiento
ilícito, fraude, peculado y malversación de fondos, y
en especial por cometer violación a la Constitución
Política de la República, desacato a los presidentes de
los organismos de Estado y abuso de autoridad.
Horacio Cabezas Carcache
Nueva Guatemala de la Asunción
8 de agosto de 2021
14 José Molina Calderón
15
Preámbulo
Invitación para ofrecer el cargo
En diciembre de 1985, el doctor Rodolfo Paiz se
presentó a mi oficina en FIASA para comunicarme
que el presidente electo de Guatemala, licenciado
Vinicio Cerezo, quería conversar conmigo para ofre-
cerme el cargo de presidente del Banco de Guate-
mala. Lo comenté con el licenciado Jorge Castillo
Love, presidente de FIASA, y, para sorpresa mía,
pues no esperaba tal reacción, me manifestó que pri-
mero estaba Guatemala, y si el país requería de mi
colaboración y yo aceptaba la propuesta, él estaba de
acuerdo en apoyarme y así lo sometería a considera-
ción de la Junta Directiva.
Con esta espontánea reacción positiva, principié
a considerar la posibilidad de asumir la gran respon-
sabilidad que en esa coyuntura implicaba la presi-
dencia del Banco de Guatemala. Estaba consciente
de ello y conocía la difícil situación económica por
la que atravesaba el país y las particulares dificulta-
des en el cumplimiento de las funciones sustantivas
del Banco Central. Voy a señalar algunas de ellas,
utilizando cifras o estimaciones de finales de 1985.
Situación Económica del país
En primer lugar, la economía del país se encontraba
en recesión, con una tasa anual negativa del -0.6%.
La tasa de inflación se situaba en 27.9%, la más alta
desde que se llevaban registros sistemáticos de la
variación de precios en Guatemala. Paralelamente,
la monetización del país era excesiva, habiendo cre-
cido el Medio Circulante en el año un 56% y la oferta
monetaria 28%. El tipo de cambio oficial del quetzal
se hallaba totalmente divorciado del tipo de cambio
de mercado; se mantenía la paridad de uno a uno
entre el quetzal y el dólar norteamericano, a pesar de
que en el mercado negro el dólar se cotizaba casi al
doble. Había un control de cambios bastante estricto
y, desde luego, discrecional y difícil de administrar,
como sucede en estos casos. Para poder mantener
este tipo de cambio artificial, el Banco de Guatemala
se había endeudado en el exterior hasta alcanzar más
de los US$ 1 300.0 millones -a precios de mercado,
aproximadamente el 22% del PIB-.
La situación precaria del sector externo, además,
se reflejaba en las reservas monetarias internaciona-
les netas, las cuales, de acuerdo con la contabilidad
del Banco de Guatemala, eran negativas en US$155.3
millones. Por otra parte, existía un férreo control de
precios, como parte del cual más de 700 artículos y
servicios estaban sujetos a precios tope. A su vez, el
Banco de Guatemala otorgaba al gobierno central,
con alguna facilidad, financiamiento con bajísimo
costo. El déficit fiscal, en verdad, resultaba maneja-
ble, no obstante que los ingresos fiscales eran muy
reducidos. Frente a este difícil, complejo e intrin-
cado panorama, no dejaba menos que animarme el
regresar al Banco de Guatemala, una institución que
se ha significado en el país y fuera de él, por su per-
sonal profesional calificado, dedicado y, sobre todo,
con una cultura basada en principios y valores.
Tres aspectos fundamentales
Visité al licenciado Vinicio Cerezo y me ratificó la
invitación formulada por el doctor Rodolfo Paiz. Yo
le manifesté mi agradecimiento por la confianza que
depositaba en mi persona, y le dije que quería hacerle
una aclaración y luego plantearle tres aspectos fun-
damentales, que tendríamos que considerar antes de
tomar una decisión. Me parecía conveniente que él
supiera que yo no había votado por él, y luego plan-
tearle tres aspectos importantes. Primero, que tenía-
mos que adoptar de inmediato una serie de medidas
para restaurar y reestructurar la economía, y que en
el corto plazo no iban a ser populares. Segundo, que
quería que él me garantizara que respetaría la auto-
nomía de la Junta Monetaria y del Banco de Gua-
temala; y en tercer lugar, que quería saber quiénes
iban a integrar su equipo ministerial, principalmente
el gabinete económico.
Me respondió que no le importaba que no
hubiera votado por él. En cuanto a los tres plantea-
mientos, me indicó que él era consciente de la difícil
situación económica y social por la que atravesaba
el país, y que estaba dispuesto a adoptar las medidas
PREÁMBULO
TESTIMONIO DEL PRESIDENTE DEL BANCO DE GUATEMALA
Tanto en el gobierno del presidente Vinicio Cerezo (1986-1991), como en el gobierno del presidente
Jorge Serrano (1991-1993), el licenciado Federico Linares fue nombrado Presidente del Banco de
Guatemala y de la Junta Monetaria, dos años en cada período. Se incluye su relato en el gobierno
del Presidente Cerezo para comprender la forma en que le fue entregada la economía al Presidente
Serrano. Y seguidamente el relato en el gobierno del Presidente Serrano. Este texto fue proporcio-
nado por el licenciado Linares el 17 de junio de 2021. Los subtítulos se agregaron posteriormente.
Nota del Autor
POLÍTICA ECONÓMICA DURANTE
LOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO
DEL PRESIDENTE VINICIO CEREZO
16 José Molina Calderón
que fueran necesarias, siempre que se hubiesen dis-
cutido ampliamente y que el gabinete económico y
él estuvieran de acuerdo. En cuanto a la autonomía
del Banco de Guatemala, me manifestó que la respe-
taría; y luego me reveló el nombre de los funciona-
rios que asumirían los diferentes ministerios, y me
parecieron bien seleccionados; el único ministro que
estaba pendiente era el del Ministerio de la Defensa.
En particular, al conocer los nombres de las
personas que integrarían el gabinete económico,
me pareció que podríamos conformar un excelente
equipo: el doctor Rodolfo Paiz Andrade sería minis-
tro de Finanzas Públicas; el licenciado Lizardo Sosa,
de Economía; y mi persona como presidente del
Banco de Guatemala.
En este contexto, acepté la honrosa y, en aquella
ocasión, muy difícil responsabilidad de ser Presi-
dente del Banco de Guatemala. Para acompañarme
en esta tarea, pedí al licenciado Gabriel Castellanos,
graduado summa cum laude en ciencias económicas
de la Universidad de Friburgo y, por entonces, ase-
sor del Directorio del Fondo Monetario Internacio-
nal, que me apoyara como Vicepresidente, lo cual
aceptó, dejando una posición relevante en el FMI.
(Por cierto, siendo estudiante, tuve la oportunidad
de visitar la universidad de Friburgo en Suiza, y me
encontré con la agradable sorpresa de ver el nombre
de un guatemalteco en los cuadros de honor: el licen-
ciado Castellanos).
Aceptación del cargo
Fue así como, el 15 de enero de 1986, tomé posesión
del cargo de Presidente del Banco de Guatemala. Esa
noche, ya solo en la oficina, reflexioné nuevamente
sobre la gran responsabilidad que había aceptado, y
pedí a Dios que me acompañara en la tarea.
Inmediatamente iniciamos diversas conversa-
ciones dentro del gabinete económico y, afortuna-
damente, llegamos a unificar criterios en cuanto a
la identificación y naturaleza de los problemas eco-
nómicos que teníamos que afrontar y sus respecti-
vas soluciones. En lo personal, requerí la opinión de
algunas economistas a los que yo respetaba y res-
peto, entre ellos el licenciado Armando González
Campo, el doctor Gerth Rosenthal y el licenciado
Mario Mejía.
El programa económico
Cuanto antes, y con la participación del gabinete
económico y el apoyo técnico del Banco de Guate-
mala, preparamos el Programa de Reordenamiento
Económico y Social de Corto Plazo, que se conoció
como PRES. Los lineamientos más importantes de
este perseguían: primero, la reactivación económica
y segundo, tres objetivos fundamentales: en primer
lugar, tomar las medidas necesarias para contener la
monetización y reducir la tasa de inflación; segundo,
“sincerar” el tipo de cambio y que fuera finalmente
determinado por el mercado, lo cual implicaba ter-
minar con la paridad del quetzal con el dólar de los
Estados Unidos (Debo reconocer que años antes,
veíamos la “flotación” del quetzal como incon-
veniente, por tratarse de un país con un peso muy
pequeño en el comercio internacional, cuyas expor-
taciones dependían de muy pocos productos y con
cuotas, y con una inflación similar a la de los Estados
Unidos, lo cual ya no era el caso.)
El tercero consistía en desmantelar el control de
precios, que no solo era imposible de controlar, sino
que introducía serias distorsiones en el intercambio
de bienes y servicios.
Paralelamente, el Programa contemplaba mejo-
rar los ingresos fiscales; limitar el crédito del Banco
de Guatemala al Estado; terminar con el endeuda-
miento externo del Banco de Guatemala; aplicar una
política de aumentos de salarios; mejorar los ingre-
sos fiscales y medidas temporales para no afectar o
paliar los impactos del programa en los sectores más
vulnerables.
Teníamos claro cuáles eran los objetivos y cuá-
les las acciones a tomar; sin embargo, se consideró,
en la medida de lo posible, que fueran políticamente
viables, y que evitaran medidas de choque; por esta
razón, varias de ellas se implementarían en forma
progresiva. Por ejemplo, temporalmente se propu-
sieron tres mercados cambiarios: el oficial, el cam-
biario y el interbancario, mientras se llegaba a esta-
blecer un tipo de cambio de mercado unificado.
Una vez preparado y discutido el Programa a
nivel técnico, se procedió a dialogar con diferen-
tes grupos representativos tanto del sector privado
como del sector cooperativo y sindical –recuerdo
particularmente las valiosas conversaciones con el
licenciado Juan Francisco Alfaro Mijangos, un res-
petado y destacado líder sindical- Le introdujimos
varios ajustes al Programa y, finalmente, estábamos
preparados para discutirlo con el presidente Vinicio
Cerezo.
Reunión en la Finca Santo Tomás
El presidente nos pidió que hiciéramos la exposición
al gabinete general y con este propósito se realizó
una sesión específica en la finca Santo Tomás. Con el
doctor Paíz y el licenciado Sosa procedimos a expo-
ner los diferentes elementos sustantivos del PRES.
Cuando terminamos la exposición, al presidente
Cerezo le pareció, pese a algunas dudas que mani-
festó, que técnicamente era apropiado, pero que,
desde el punto de vista político, iba a causar serios
problemas al recién instaurado gobierno, electo
democráticamente con una amplia mayoría; sobre
todo, cuando algunos sectores y analistas económi-
cos habían calificado el programa de “neoliberal y
17
Preámbulo
monetarista”, principalmente por las medidas que se
proponían de orden monetario, cambiario y crediti-
cio.
El resto del gabinete, con pocas excepciones,
también presentó varias dudas y objeciones sobre las
medidas del programa y coincidía con el presidente
en que ocasionaría serios problemas políticos. En
estas circunstancias, no obstante los argumentos de
los miembros del gabinete económico, el ambiente
era más bien desfavorable para el programa. Enton-
ces, el presidente Cerezo pidió tener un receso y
que se sirviera el almuerzo. Durante el paréntesis,
le pedí al presidente conversar con él detenidamente
sobre la situación del país y la necesidad del pro-
grama. Dándole vueltas a la piscina, tuve el tiempo
suficiente para explicarle con mayor detalle los
objetivos y el alcance de las medidas y cuáles serían
las consecuencias de no adoptar el programa, acep-
tando, desde luego, los costos políticos y subrayando
que, como él lo había pedido, no contenía medidas
de choque. (Recuerdo –por cierto- que el licenciado
Lizardo Sosa, que estaba pendiente de mi plática con
el presidente, contó las vueltas que dimos a la pis-
cina, trece o catorce). Al final de nuestra charla, el
presidente Cerezo estaba dispuesto a apoyar el Pro-
grama.
Después del almuerzo, continuó la discusión
en el gabinete, pero ya sabíamos que el presidente
Cerezo estaba dispuesto a apoyarlo. Con la opinión
favorable del primer mandatario y algunas explica-
ciones que nos permitimos dar, la mayoría del gabi-
nete dio su aquiescencia, y se adoptó el Programa
de Reordenamiento Económico y Social de Corto
Plazo, como el programa económico del gobierno.
El siguiente paso, consistió en negociarlo con el
Fondo Monetario Internacional.
No sé si era el caso de otros países, pero en esa
oportunidad no fue el FMI quien propuso el pro-
grama, sino el gobierno de Guatemala. Después de
varias reuniones con los técnicos y las autoridades
del Fondo, quienes coincidían en el enfoque, objeti-
vos y medidas del programa, el FMI nos concedió su
respaldo, con algunas sugerencias.
La socialización del programa económico
A estas alturas, estábamos preparados para “socia-
lizarlo” con los sectores sindical, cooperativo y
empresarial privado, con quienes, como lo anoté, ya
habíamos conversado, gracias a lo cual no encontra-
mos mayor oposición y sí un buen nivel de compren-
sión, en el sentido de que nuestro país estaría mejor
con la implementación del programa que sin él.
La siguiente batalla, si cabe llamarla así, había
que darla a nivel político en el Congreso de la Repú-
blica. Hicimos varias presentaciones a los congresis-
tas y finalmente, en la tercera sesión en que se discu-
tió el programa, el 6 de mayo de 1986, nos presenta-
mos al pleno en la ocasión en que se votaría sobre los
seis proyectos de ley que contemplaba el programa.
Se escucharon opiniones a favor y en contra, así
como algunas sugerencias. Entre las intervenciones
bastante bien fundadas dos me llamaron particular-
mente la atención. El partido de oposición más nume-
roso era el de la Unión del Centro Nacional, UCN,
y uno de sus principales y más respetados voceros,
el licenciado Jorge Skinner Klee, pidió la palabra.
Desde luego, esperábamos una posición adversa al
programa; pero, para nuestra sorpresa, después de
analizar las propuestas del programa, y de subrayar
que en lo cambiario se estaba proponiendo la tercera
reforma monetaria en la historia económica de Gua-
temala, el orador terminó afirmando que el programa
era conveniente para Guatemala y que él votaría a
favor. La otra intervención que nos llamó la atención
fue la del licenciado José García Bauer. Con la retó-
rica y la enjundia que lo caracterizaban, y habién-
dose preparado de fondo y forma para el debate,
calificó el programa de “neoliberal y monetarista”
y que tenía el rechazo de la Federación Sindical de
Empleados Bancarios y de Seguros de Guatemala,
cuyos representantes aplaudían sus intervenciones
desde la barra. Los diputados del bloque del MLN
abandonaron el recinto. Finalmente se puso a discu-
sión el conjunto de leyes por artículos y, con algunas
modificaciones que nos fueron consultadas, las leyes
del programa fueron aprobadas por mayoría.
El programa en acción
Con el apoyo total del licenciado Vinicio Cerezo
y la colaboración de los diferentes ministerios, los
miembros del gabinete económico procedimos de
inmediato y con bastante disciplina a implementar
el programa. La Junta Monetaria adoptó las medidas
necesarias para reducir el medio circulante; iniciar
el camino a la unificación del tipo de cambio con la
instalación transitoria de los tres mercados cambia-
rios. Se detuvo el endeudamiento externo del banco
central para apoyar el tipo de cambio; se limitó y
puso costo al endeudamiento del gobierno con el
banco central; se procedió al aumento de salarios
contemplado; se aplicaron los nuevos impuestos y el
ministro de Economía, licenciado Lizardo Sosa, ini-
ció la difícil e impopular tarea de ir desmantelando
el complicado control de precios.
El Programa, si bien no sufrió ataques fuertes,
fue criticado por algunas instituciones, académi-
cos y columnistas, tanto de la llamada izquierda
como de la derecha. Entre ellos, resultó interesante
la reacción del doctor Manuel Ayau, quien estando
de acuerdo en la dirección de las medidas, insistía
en que el tipo de cambio debía haberse dejado libre
inmediatamente y no a corto plazo, como nosotros
lo estábamos implementando. Quienes tuvimos el
honor de conocer al doctor Ayau, sabemos de la pro-
18 José Molina Calderón
fundidad y consistencia teórica de sus planteamien-
tos. Consecuente con su punto de vista, durante una
visita del doctor Milton Friedman a Guatemala, me
invitó a un almuerzo “académico” con la intención
de que el célebre profesor de economía de la Uni-
versidad de Chicago ayudara a convencerme. Para
sorpresa de los dos, después de explicar al doctor
Friedman cuáles eran los motivos por los que no
convenía dejar inmediatamente libre el quetzal, él,
por caminos diferentes, se pronunció en favor de
nuestra estrategia, con algunas recomendaciones. El
doctor Ayau, desde luego, no estuvo de acuerdo con
Friedman.
Resultados a fines del segundo año
Tanto el Banco de Guatemala como el Ministerio de
Economía y el de Finanzas implementaron las medi-
das contempladas en el Programa. En mi opinión,
los resultados fueron altamente positivos. A finales
del segundo año, la economía se había reactivado;
la tasa de inflación se había reducido a 12%; prácti-
camente, se había liberado la mayoría de los precios
que estaban sujetos a precio tope; El tipo de cambio
se había simplificado y era prácticamente el mercado
el que lo determinaba. Consecuentemente, se había
detenido y había principiado a disminuir el endeuda-
miento externo del banco central. Se aumentaron los
salarios; se incrementaron los ingresos fiscales y se
principió a limitar el endeudamiento del Gobierno
con el banco central.
Después del segundo año, tal y como yo le había
anticipado al presidente Cerezo, le presenté, y él
aceptó, mi renuncia a la presidencia del Banguat.
Afortunadamente, el licenciado Sosa, que continuó
en el gabinete de gobierno y posteriormente substi-
tuyó al Lic. José Miguel Gaitán en la presidencia del
Banco de Guatemala, llevó a feliz término las medi-
das del Programa, obteniendo de la Junta Monetaria,
principalmente, que se dejara totalmente libre el tipo
de cambio y, además, la tasa de interés.
A mi juicio, se tomaron las medidas adecuadas
en el campo económico y, aunque padecimos algu-
nos problemas de tipo político y agrias críticas, estoy
convencido de que, al final, quien salió favorecido
fue el país, y en ese sentido tengo que reconocer o
tenemos que reconocer el papel positivo y decisivo
que jugó el presidente Cerezo.
La economía al final del período
¿Qué sucedió en los últimos meses del periodo del
presidente Cerezo? No lo sé, habría que estudiar y
documentarse detenidamente acerca de este período.
Desafortunadamente, a fines de 1990 la tasa
de inflación había subido a 60%, la más alta en la
historia del país; el medio circulante había crecido
33.9%; las reservas monetarias internacionales netas
habían caído y el tipo de cambio se había depreciado
en un 84.7%.
Libres los precios macroeconómicos
Un último comentario. Conversando con algunos
colegas economistas, coincidimos en que bajo la
administración del presidente Cerezo, el país llevó
a cabo probablemente las reformas económicas
estructurales más importantes y positivas de los últi-
mos 27 años, la llamada era democráticas, al dejar
libres los principales precios macroeconómicos: el
tipo de cambio, la tasa de interés y haber suprimido
los precios tope.
POLITICA ECONOMICA EN LOS
PRIMEROS DOS AÑOS DEL PRESI-
DENTE JORGE SERRANO
La historia se repite
Después de describir los primeros dos años de la
política económica del Presidente Vinicio Cerezo,
ahora me refiero a los primeros dos años de la polí-
tica económica bajo la administración del Ingeniero
Jorge Serrano Elías.
Curiosamente, tiempo después, la historia casi
se repite. El candidato y, posterior vicepresidente
electo, Gustavo Espina, se comunicó conmigo y me
indicó que el ingeniero Jorge Serrano Elías deseaba
que regresara a la presidencia del banco central. De
nuevo, siendo yo gerente general del Banco Conti-
nental, comenté la invitación con el licenciado Jorge
Castillo Love, presidente del Banco. Una vez más,
me indicó que él estaba de acuerdo en apoyarme si
yo aceptaba colaborar con el país, ya que Guatemala
estaba primero. Hizo honor a una expresión que le
he escuchado en varias ocasiones: “antes que cerve-
ceros, somos guatemaltecos”.
El gabinete económico
Conversamos varias veces con el ingeniero Serrano
Elías y, al igual que con el presidente Cerezo, me
permití aclararle que no había votado por él; además,
que, dado la deteriorada coyuntura económica, era
necesario adoptar otro programa de estabilización
económica, sin duda impopular. En esta ocasión, sí
tuve la oportunidad de sugerir nombres para integrar
el gabinete económico con personas que, en mi opi-
nión, podrían sacar adelante la economía del país.
Fue así como, después de conversar el tema en algu-
nos desayunos en su residencia, aceptó en principio
que el gabinete económico estuviera integrado por
la licenciada Raquel Zelaya, que coincidentemente
ya la tenía en su lista, el licenciado Diego Pulido,
el licenciado Richard Aitkenhead y el autor de este
19
Preámbulo
artículo, como presidente del Banco de Guatemala.
El licenciado Pulido decidió no participar, y el gabi-
nete económico quedó integrado por la licenciada
Raquel Zelaya, en el Ministerio de Finanzas; el
licenciado Richard Aitkenhead, en el de Economía;
contamos con la colaboración del señor Ricardo
Castillo Sinibaldi, como ministro de Desarrollo, del
Lic. Fernando Fuentes Mohr como Secretario de
Planificación Económica y mi persona como presi-
dente del Banco de Guatemala. En esta oportunidad
pedí al licenciado Edin Velásquez, con un postgrado
de la Universidad de Notre Dame y ex director de
Estudios Económicos del Banco de Guatemala, que
me acompañara como vicepresidente.
Para mí fue agradable volver al Banco de Gua-
temala y encontrar prácticamente el mismo equipo
técnico y administrativo que había dejado dos años
atrás. El departamento de Estudios Económicos, en
ese entonces, estaba bajo la dirección del Licenciado
Willy Zapata, con la colaboración estrecha de dos
calificadas profesionales, la Licenciada Antonieta de
Bonilla y la Licenciada Xiomara Bennet. Con la alta
capacidad profesional y técnica de este equipo, la
valiosa colaboración del Vicepresidente y los demás
departamentos técnicos del banco, procedimos a
hacer un detallado diagnóstico de la situación y pre-
parar los puntos básicos de un plan de estabilización
económica de corto plazo, para ser presentado como
documento de trabajo al Gabinete Económico.
Plan de Estabilización Económica de
Corto Plazo
Teníamos bastante claro cuáles eran los problemas
económicos de corto plazo por los que estaba atra-
vesando el país y también las causas que los esta-
ban provocando. Después de varias reuniones con
los miembros del gabinete económico, se consensuó
el programa económico que tenía fundamentalmente
dos planes: el “Plan de Estabilización Económica de
Corto Plazo” y posteriormente el que se denominó
“Plan de Modernización Económica y Social de
Mediano y Largo Plazos”.
Los objetivos principales del primero eran: dina-
mizar la actividad económica; atacar frontalmente la
inflación, que como ya lo indiqué, había alcanzado
un récord de 60% anual; tomar las medidas nece-
sarias para que el tipo de cambio del quetzal no
siguiera presentando fuertes devaluaciones, pero
sin que dejara de responder a las condiciones del
mercado; fortalecer la finanzas públicas y reducir el
déficit fiscal; y, algo muy importante, que volviera la
confianza de los agentes económicos.
El programa fue discutido ampliamente con el
Presidente Jorge Serrano Elías. El Presidente tenía
una confianza bastante grande, al menos así lo per-
cibíamos, en el Gabinete Económico, de manera
que las conversaciones fueron directas y sinceras,
profundas diría yo, y con un buen entendimiento
de parte del Presidente Serrano quien lo apoyó. De
igual forma se contó con el apoyo del Vicepresidente
Espina.
La socialización del programa económico
Procedimos luego a “socializar” el programa con la
opinión pública y con diferentes sectores del país.
En mi primera estadía en el Banco de Guate-
mala se había iniciado un programa, o más bien,
una práctica de reunir regularmente a los periodistas
y columnistas que cubrían el tema económico. En
estas reuniones se compartía con ellos el compor-
tamiento de las principales variables macroeconó-
micas, así como las políticas que se aplicaban y sus
resultados. En esta oportunidad se explicó amplia-
mente el contenido del programa. De igual forma se
conversó con el sector privado organizado, así como
con líderes sindicales. Particularmente importante
fue la colaboración del Lic. Mario Solórzano desde
el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
Transcurridos unos dos meses, fue desafortu-
nado que la Licenciada Raquel Zelaya presentara su
renuncia del Ministerio de Finanzas y no se contara
con sus agudas y reflexivas observaciones y apor-
taciones. El Licenciado Richard Aitkenhead ati-
nadamente fue trasladado a la cartera de Finanzas
Púbicas, y en la cartera de Economía fue nombrado
el Licenciado Juan Luis Mirón. Continuamos tra-
bajando en equipo, siguiendo los lineamientos del
programa que había sido aprobado por el Ejecutivo
y, previamente, con la opinión favorable de la Junta
Monetaria.
Objetivos y medidas del Plan de
Estabilización
En forma resumida, los principales 0bjetivos y medi-
das del plan de estabilización en la parte monetaria y
fiscal fueron las siguientes:
Objetivos: reducir la inflación; estabilizar el tipo
de cambio, pero permitiendo que lo determinara el
mercado; controlar la oferta monetaria; y reducir el
déficit fiscal.
Principales medidas: financiamiento neto igual
a cero para el Gobierno Central e instituciones del
Estado y evitar subsidios ocultos a través de las tasas
de interés; financiamiento neto igual a cero para los
bancos del sistema; cuando fuera necesario, con-
trolar la oferta monetaria utilizando operaciones de
mercado abierto, principalmente a través de la colo-
cación de CENIVACUS y certificados de depósito
a plazo; eliminación de todos los subsidios cambia-
rios; permitir que la oferta y demanda determinaran
más eficazmente el tipo de cambio, dentro de ciertos
rangos móviles; Incrementar los ingresos fiscales y
reducir sustancialmente el déficit fiscal.
20 José Molina Calderón
Se reanuda el financiamiento externo
Principalmente para que nos abrieran las puertas de
financiamiento los Organismos Financieros Inter-
nacionales, era necesario que el Fondo Monetario
Internacional aprobara el plan de estabilización. Fui-
mos en varias ocasiones a Washington, primero con
la Licenciada Zelaya y después con el Licenciado
Richard Aitkenhead Castillo. Se expuso y defendió
el plan que habíamos elaborado. Las discusiones
fueron en esta oportunidad bastante más difíciles
que cuando se presentó el programa de 1986. Los
técnicos del Fondo Monetario Internacional que-
rían tomar un papel más protagónico; sin embargo,
nosotros estábamos convencidos que el contenido
y propuestas del plan eran lo que requería el país.
Después de varias discusiones en donde el jefe de la
misión de Guatemala, un técnico sólido y de firmes
posiciones que conocía muy bien el país, tenía opi-
niones que no coincidían con las nuestras. Después
de varias discusiones, en verdad no fáciles, logramos
convencer, con algunos ajustes, al grupo técnico del
Fondo de la bondad de nuestro plan y fue así como
fue aprobado por este organismo.
Los Resultados del plan fueron nuevamente
satisfactorios. El Banco de Guatemala procedió a
recoger la liquidez excedente, fundamentalmente con
la colocación de Cenivacus, que consistían en depó-
sitos en el Banco de Guatemala. Cabe acotar que el
Lic. Jorge Skinner Klee, quien en mi primera estadía
en el Banco de Guatemala apoyó, aun estando en la
oposición, el programa de reordenamiento de 1986,
en esta oportunidad él como ex constituyente y ex
diputado no estaba de acuerdo en que el Banco de
Guatemala pudiera, a través de los Cenivacus, captar
recursos. En su opinión el hecho de recibir depósitos
en el Banco de Guatemala era una deuda y por lo
tanto debía de ser aprobado por el Congreso de la
República. La opinión del Banco de Guatemala, de
los técnicos y de la Asesoría Jurídica del Banco Cen-
tral, la cual yo compartía plenamente, era que había
una clara diferencia entre endeudamiento y recep-
ción de depósitos, lo cual creo que fue entendido y
aceptado por la mayoría de diputados del Congreso,
quien no objetó el mecanismo.
Se pospone la libre negociación de divisas
En la parte cambiaria, era necesario, por una parte,
terminar con los subsidios que aun existían, princi-
palmente para la importación de combustible, lo cual
se implementó, con las molestias y críticas que una
medida muy conveniente, pero impopular, conlleva.
Por la otra, era necesario completar la facilitación y
liberalización de la negociación de divisas. Con este
propósito se sometió al Congreso y fuel aprobado
por este organismo, la legalización de las casas de
cambio. El último elemento que faltaba para hacer
más eficiente el mercado de divisas, era legalizar la
libre negociación de divisas.
Con este propósito, los departamentos técnicos
prepararon un documento que sustentaba la conve-
niencia de la medida, juntamente con un anteproyecto
de ley, ya que se requería la aprobación del Congreso
de la República. La propuesta se sometió a consi-
deración de la Junta Monetaria y mereció el apoyo
de todos sus miembros. Uno de ellos, el Licenciado
Alfonso Portillo, miembro electo por el Congreso de
la República, hizo varias aportaciones positivas para
mejorar el contenido y forma del anteproyecto. Como
se trataba de un tema delicado, y para evitar especu-
laciones, aprovechamientos o incertidumbre en los
mercados, decidí, antes de someter a votación el pro-
yecto de resolución en la Junta Monetaria, preparar
el terreno con el Presidente del Congreso de la Repú-
blica. Pedí una cita al entonces Presidente del Con-
greso, Lic. Edmund Mület, con quien tuve una larga
plática, explicándole la conveniencia para el país de
la propuesta. El Lic. Mület comprendió plenamente
la misma, así como la conveniencia de que se apro-
bara en una especie de “fast Track” para evitar espe-
culaciones. El Lic. Mület me indicó que, para poder
tener una aprobación sin mayores contratiempos en
el Congreso, era necesario el voto favorable de los
representantes del Congreso en la Junta Monetaria.
Salí contento y positivo, además, porque los repre-
sentantes del Congreso en la Junta Monetaria, parti-
cularmente el Lic. Alfonso Portillo, había tenido una
actitud positiva con respecto a la propuesta. Estando
todo preparado y, desde luego, con el apoyo del Ing.
Jorge Serrano, estábamos listos para someter el pro-
yecto a la aprobación de la Junta Monetaria.
Para mi sorpresa, el día en que la propuesta se
iba a someter a votación en la Junta Monetaria, pidió
hablar conmigo el Lic. Alfonso Portillo y me dijo
que, por diferentes razones, él no podía votar a favor
del proyecto. Para mí fue inesperado e incompren-
sible el cambio de opinión, habiendo sido él un ele-
mento positivo en las discusiones. Eventualmente me
gustaría conversar con el ex presidente para que me
explicara por qué motivo a última hora no apoyó el
proyecto. Frente al hecho de que no sería aprobado
por los representantes del Congreso, tomé la decisión
de retirar el tema de la agenda de la Junta Monetaria.
El tema, muy a mi pesar, hubo de diferirse.
Resultados en el primer año
Al final del primer año ya teníamos resultados bas-
tantes positivos. En primer lugar, la actividad eco-
nómica había principiado a reactivarse y estaba
creciendo a una tasa del 1.2%, después de haber
retrocedido en el año previo en 0.5%. La tasa de
inflación había disminuido del 60% al 12%. Las
reservas monetarias internacionales netas habían
dejado de ser negativas y alcanzaban los US$ Q.540
21
Preámbulo
millones positivos. El tipo de cambio prácticamente
se estabilizó, habiendo flexibilizado más el mercado
de divisas. Se abrieron para el país las ventanillas
de las instituciones financieras internacionales. En
la parte fiscal, algo que queda en la historia como
un hecho muy significativo, con las medidas fiscales
implementadas por el Ministerio de Finanzas, bajo
la dirección del Licenciado Richard Aitkenhead, se
había conseguido por primera vez, desde la admi-
nistración del presidente Jorge Ubico, que el déficit
fiscal fuera igual a cero. De manera que al final del
primer año, nos sentíamos bastante satisfechos con
lo que ese había hecho, lo cual respondió en mi opi-
nión a los elementos sustantivos siguientes:
Primero que el programa y su implementación se
había hecho con honestidad, en el sentido de que se
perseguía el beneficio del país, con un programa rea-
lista que buscaba la estabilidad y mejoramiento eco-
nómico y social;1
en segundo lugar, el plan de esta-
bilización estaba preparado técnicamente, tomando
en consideración los puntos de vista de los diferentes
sectores de la comunidad. Otro punto fundamental
fue que el Presidente de la República lo entendiera
perfectamente y tomara la decisión de ponerlo en
marcha; y, finalmente, lo que debe de estar presente
en todo programa, decisión y disciplina para ejecu-
tarlo, sin excusas ni demoras.
Plan de Modernización Financiera de
Guatemala
El haber reencauzado el país nos daba la confianza
para tomar algunas otras medidas de mediano y
largo plazos. Fue así como estimamos que era el
momento de iniciar y emprender una reforma finan-
ciera del país. Lo discutimos con los departamentos
técnicos del Banco de Guatemala y se preparó lo que
se llamó en aquella oportunidad el Plan de Moder-
nización Financiera de Guatemala. El propósito de
este plan, presentado en una matriz, era señalar las
medidas a implementar para conseguir modernizar
financieramente a Guatemala. Esta matriz se discutió
amplia y convenientemente con el sector financiero
del país y con las instituciones financieras interna-
cionales, principalmente el FMI y el Banco Mundial,
en donde fue muy valiosa la colaboración del Lic.
Gabriel Castellanos, a la sazón Director Alterno por
nuestra región. La matriz de modernización finan-
ciera contemplaba los siguientes elementos funda-
mentales:
1		J. Federico Linares, Getting back to basics. Harvard Inter-
national Review, Spring 1995.
•	 Un sistema financiero más competitivo, con una
mayor apertura a la banca internacional y con
una mayor capacidad de modernizar sus produc-
tos y servicios;
•	 Una banca regulada, de acuerdo a las mejores
prácticas internacionales;
•	 Una supervisión bancaria empoderada para
mantener la solidez, solvencia y liquidez del sis-
tema; y
•	 Un sistema bancario más transparente y brin-
dando más información al público
Sin sentir, ya había pasado más de año y medio
que era el tiempo que yo había ofrecido al Presidente
Jorge Serrano Elías para estar al frente del Banco de
Guatemala e implementar el programa de estabili-
zación de corto plazo. Me sentía bastante satisfecho
por los resultados obtenidos, producto de un trabajo
coordinado y disciplinado del gabinete económico,
el decidido apoyo del Presidente y la valiosa partici-
pación del personal del Banco de Guatemala y de los
miembros de la Junta Monetaria.
Por otra parte, se había abierto la ruta para la
modernización del sistema financiero; me quedaba,
sin embargo, la frustración de no haber podido con-
seguir que se aprobara la ley de la libre negociación
de divisas en el país. De nuevo se repitió la historia.
En el proceso de liberación de los principales precios
macroeconómicos que iniciamos en los primeros dos
años del Presidente Cerezo, le tocó al Lic. Lizardo
Sosa concluirlos con éxito, siendo Presidente del
Banco de Guatemala. En el 2002, siendo el Lic. Sosa
presidente del Banco de Guatemala, se concluyó el
proceso de modernización financiera con la aproba-
ción de la Ley de Bancos y Grupos Financieros, y
las modificaciones a la Ley Orgánica del Banco de
Guatemala. Adicionalmente, se retomó y se aprobó
la Ley de Libre Negociación de Divisas, paradójica-
mente bajo la presidencia del Lic. Alfonso Portillo.
Se lograron dos hechos importantes
De esta manera, en mi opinión, se lograron en los
primeros dos años de la administración del Ing.
Jorge Serrano Elías, dos hechos importantes. El pri-
mero. La estabilización económica del país, con los
resultados positivos ya señalados y segundo, lo más
importante en el mediano y largo plazos, el haber
iniciado la ruta hacia la modernización financiera y
haber preparado el camino para completar el proceso
de liberalización del mercado cambiario.
22 José Molina Calderón
1	 Jorge Serrano Elías y Vinicio Cerezo Arévalo.
PRIMER AÑO DE GOBIERNO
1991: Herencia fiscal del Gobierno de
Jorge Serrano Elías
23
Primer Año de Gobierno 1991
1
Ley de Educación, inconstitucional
(Prensa Libre, 9/1/1991)
A partir de 1971, la legislación guatemalteca con relación a los centros educativos no gubernamen-
tales se significó por una marcada orientación intervencionista.
Sorpresivamente, el jueves 27 de diciembre de 1990,
se hizo público el documento Programa de Estabi-
lización y Ajuste Estructural, Proyecto Nacional de
Desarrollo a Corto y Mediano Plazo, preparado por
la Secretaría General del Consejo Nacional de Plani-
ficación Económica, con el apoyo de la Asociación
Alemana de Cooperación Técnica, GTZ (Siglo Vein-
tiuno, suplemento de 16 páginas).
No se había publicado por ningún organismo
del Estado un análisis de este tipo sobre la situación
económica, en especial conteniendo una severa crí-
tica a la política económica de 1986-90, al señalar
que algunas veces el automóvil iba para adelante,
otras para atrás y así sucesivamente. Es una fuerte
crítica a la suspensión de exportaciones de produc-
tos agropecuarios en 1990, y a la forma en la que el
Banco de Guatemala maneja la política monetaria.
Señala que para 1991 se espera una carga tributa-
ria (impuestos divididos entre la población nacio-
nal) de solo 5.7%, probablemente la más baja del
mundo.
En lo que se refiere al área educativa, indica lo
siguiente:
Restablecer la importancia de las señales
de mercado como mecanismo de asigna-
ción de recursos constituye un elemento
central de la estrategia de ajuste interno.
(Pág. 4). Política de precios. La norma de
la Economía Social de Mercado plantea
que el Estado debe limitarse a la regula-
ción macroeconómica, sin intervenir en las
decisiones económicas de los agentes priva-
dos. Esto se refiere a la inversión, empleo
y especialmente a la formación de precios.
Consecuentemente se propone estudiar la
eliminación de todos los precios tope vigen-
tes en la actualidad. (Pág. 5). En educación,
Guatemala es uno de los países del conti-
nente con más alta tasa de analfabetismo.
El aumento efectivo de la escolarización no
se ha logrado, entre otras causas, debido
al rápido crecimiento poblacional, por la
ineficiencia del sistema educativo y por el
uso de mano de obra infantil. Solo logrando
una mayor eficiencia administrativa del sis-
tema educativo, racionalizando el uso de los
recursos y recurriendo a pedagogías más
apropiadas, se podrá resolver esa situación.
Resulta imprescindible regionalizar y rees-
tructurar el Ministerio de Educación, revi-
sar la calidad educativa y optimizar el uso
de recursos, redefinir la educación extraes-
colar y reforzar la dieta básica de los alum-
nos. (Págs. 15 y 16).
En el último trimestre de 1990, el Ministerio de
Educación jugó a Herodes persiguiendo a los niños,
lo que comprende a 300 mil alumnos en los centros
educativos no gubernamentales inscritos en prepri-
maria, primaria y educación media, el 20% de la
población escolar inscrita en los centros educativos
no gubernamentales.
Esta semana en el Congreso se encuentra para
aprobación una nueva Ley de Educación, que con-
tiene una gran cantidad de inconstitucionalidades y
convierte de nuevo al Ministerio de Educación en un
dictador educativo.
Cuotas escolares
En Guatemala, al pasar de regímenes autoritarios a
democráticos, las leyes sufren conmoción. Por ejem-
plo, cuando hay un golpe de Estado y asume un régi-
men militar o civil, se promulga y entra en vigor un
Estatuto Fundamental de Gobierno. Es la nueva ley
fundamental, y las leyes anteriores tienen problemas
para ajustarse. Ocurrió en 1920, 1944, 1954, 1963 y
1982.
En la educación ocurre exactamente lo mismo.
El Estatuto Fundamental de Gobierno, publicado en
el Diario de Centro América el 28 de abril de 1982,
luego de abolida la Constitución de 1965, permi-
tió que el Jefe de Estado fuera a la vez el Jefe del
Organismo Ejecutivo y el Jefe del Organismo Legis-
lativo. Del Judicial, prefiero no comentar. Ya enten-
derán por qué. De 1982 a principios de 1986 hubo
régimen militar.
En lo que se refiere a educación, se dejó en sus-
penso el Decreto 79-78 del Congreso de la Repú-
blica, y fueron congeladas las cuotas escolares. Por
razones circunstanciales, estuve involucrado en el
entierro –que finalmente eso fue– del Decreto 79-78,
y apareció un nuevo engendro, el Decreto Ley 128-
83, del 14 de octubre de 1983, publicado el 17 de
ese mismo mes en el Diario de Centro América. Era
la tercera ley de congelamiento de cuotas escolares
desde 1971, y de nuevo aparecía al concluir el ciclo
escolar anual.
La suspensión del Decreto 79-78 afectaba el
Régimen Económico y Financiero de los Estableci-
mientos Particulares de Enseñanza y su Reglamento,
24 José Molina Calderón
contenido en el Acuerdo Gubernativo Nº 3, del 28 de
enero de 1983 (artículo 1).
Se estableció manu militari que las cuotas edu-
cativas que hubieran sido autorizadas en el ciclo lec-
tivo 1983 en los establecimientos particulares, antes
de la vigencia del nuevo Decreto Ley, no debían ser
aumentadas y, en consecuencia, por ninguna razón
debían alterarse las cuotas educativas ya estableci-
das en conceptos de matrícula escolar oficial, contri-
bución al Plan de Operación Escuela, colegiaturas,
derechos y otros servicios debidamente aprobados
por el Ministerio de Educación (artículo 2).
Se resolvió también que los directores, miem-
bros del personal docente y administrativo de los
centros particulares de enseñanza, no podrían exigir
a los educandos cuotas extraordinarias o contribu-
ciones de cualquier naturaleza, debiendo ceñirse
estrictamente a las cuotas educativas y pagos por
otros servicios de enseñanza debidamente aprobados
por el Ministerio de Educación (artículo 3).
Y se estableció que el Ministerio de Educación
debía integrar, dentro de los 39 días siguientes a la
vigencia del Decreto Ley, una comisión específica
de estudio que propondría las modificaciones a la
Ley y reglamento a los que se refería el artículo 1, ya
mencionado, y presentaría al despacho de Educación
el respectivo proyecto de ley en el término de seis
meses, a partir de su integración (artículo 4).
Por supuesto, de nuevo se fijó que la infracción
al Decreto Ley sería sancionada por el Ministerio
de Educación de conformidad con lo preceptuado
por el artículo 40 de la Ley de Educación Nacional,
Decreto 73-76 del Congreso de la República, y artí-
culos 80 y 81 de su Reglamento, Acuerdo Guberna-
tivo del Ministerio de Educación 13-77 (artículo 5).
Este era un artículo importante, porque al tra-
tarse de un gobierno de facto, el Jefe de Estado tenía
en sus manos todos los poderes. De esa cuenta le
dio fuerza al artículo 40 de la Ley de Educación y a
los artículos 80 y 81 de su Reglamento, en los que
se establecía que quienes transgredieran las leyes y
reglamentos que regulaban los centros educativos
privados se harían acreedores a las sanciones corres-
pondientes, desde amonestación hasta cancelación
definitiva del establecimiento, además de las sancio-
nes prescritas por otras leyes, según el caso.
Las características de esa normativa eran muy
distintas a las de la Constitución ahora vigente, la de
1985, en la que la única función del Ministerio de
Educación en relación a los centros no gubernamen-
tales es la de inspeccionarlos y velar porque cum-
plan con los programas oficiales de estudio.
Y así entró en vigor el tercer decreto de conge-
lamiento de cuotas escolares en la historia educativa
de Guatemala (el primero fue en 1971 y el segundo
en 1978).
El Diario de Centro América publicó el 14 de
noviembre de 1985 la cuarta ley de congelamiento
de cuotas escolares, el Decreto Ley 116-85, aparen-
temente en vigor en este momento. Es interesante
conocer la parte considerativa de la norma:
El Jefe de Estado, considerando: Que los
centros de enseñanza privada funcionan
bajo la vigilancia y control del Estado, el
que debe autorizarlos, incluyendo las cuo-
tas que pueden cobrar por los servicios que
dichos centros prestan; considerando: que
la situación económica que prevalece en el
país hace imperativo establecer nuevas nor-
mas que determinen el procedimiento que
debe seguirse para la autorización de las
cuotas que pueden cobrarse en los centros
de enseñanza a los que se refiere el consi-
derando anterior, en beneficio de quienes
cubren las mismas y salvaguardando los
intereses de los propietarios de dichos cen-
tros, por lo que se hace necesario emitir la
disposición legal correspondiente…
Se decretó en esa oportunidad que los centros
educativos privados únicamente podrían cobrar
las cuotas que les hubieran sido autorizadas por el
Ministerio de Educación (artículo 1). Quedó prohi-
bido cobrar cualquier clase de contribución adicional
a la cuota autorizada, ya fuera en calidad de bono,
donación u otra figura que significara retribución por
el servicio prestado (artículo 2).
Tómese en cuenta que después de 20 años de
leyes de ese tipo, en ningún año anterior, en la prác-
tica, el Ministerio de Educación requirió que los
centros educativos le comunicasen las cuotas para su
aprobación. Seguía vigente, como se diría en el inte-
rior del país, “el costumbro”, la costumbre, lo que
se llama también el derecho consuetudinario, que es
un procedimiento legal perfectamente conocido por
los juristas.
En ninguno de los 20 años pasados se habían
aprobado las cuotas escolares, ni previa ni poste-
riormente, de los mil centros educativos no guber-
namentales.
De nuevo, se estableció que los propietarios de
los centros educativos privados, interesados en que
se les fijara un régimen de cuotas, deberían solici-
tarlo al Ministerio de Educación, el que resolvería lo
procedente de conformidad con el reglamento que se
emitiera para el efecto (artículo 3).
Ya se verá que el reglamento fue hecho juntando
todas las divisiones del ejército, la artillería, la infan-
tería y la marina. Se lanzaron un reglamento en el
que deben de haberse divertido mucho sus autores,
pero que es una aberración práctica y jurídica. Y es el
mismo que está actualmente en vigor, en un régimen
que por ser constitucional implica reglas distintas a
las que prevalecen cuando hay un gobierno de facto.
El artículo 4, el más simpático, dice textual-
mente así: Cuando lo que se solicite sea el incre-
mento a las cuotas autorizadas, éste no podrá ser
25
Primer Año de Gobierno 1991
mayor de un quince por ciento (15%). No indica
si ese porcentaje deberá ser aplicado diariamente,
semanalmente, mensualmente o anualmente. Y el
Ministerio de Educación interpretó que fuese aplica-
ble por tres años.
Se ve que la aritmética no funcionó. Tómese
en cuenta que ese último año del gobierno militar
(1985), si bien fue exitoso en la transición política a
un gobierno democrático, fue desastroso en la parte
económica, especialmente al final del año, cuando
por medidas adoptadas el 24 de octubre de 1985, la
Junta Monetaria lanzó una emisión monetaria inor-
gánica que en solo dos meses hizo que la inflación
de todo el año –de los doce meses– creciera a razón
del 20% anual –se destaca anual–, y que el siguiente
año, 1986, se colocase al 35% anual.
Ese decreto no entiende de emisión monetaria
ni de inflación, mucho menos de cómo se maneja un
kindergarten. Ahora, los alumnos de kindergarten se
educan ya con cultura inflacionaria.
De nuevo se dispuso en ese decreto que los
propietarios de los centros educativos privados que
violaran los preceptos contenidos en él serían san-
cionados con la cancelación del establecimiento,
mediante resolución del Ministerio de Educación.
Además, deberían devolver, a quienes la hubiesen
pagado, la suma de dinero que haya excedido a la
cuota autorizada, incluyendo cualquier clase de con-
tribución adicional a las contempladas en el artículo
2 del Decreto Ley (artículo 5).
Sin embargo, como se ha analizado y se anali-
zará de nuevo, este artículo está reñido con los artí-
culos 71 y 73 de la actual Constitución Política, que,
por cierto, no fue la normativa en la que se enmarca-
ron las funciones del gobierno militar, ya que entró
en vigor el día en el que se pusieron el kepi, hicieron
el saludo a la bandera y dejaron la silla presidencial
en el Palacio Nacional.
Por supuesto, el Decreto Ley estableció que los
propietarios de centros educativos privados que no
hubieran sido autorizados a cobrar nuevas cuotas en
virtud de esa ley, deberían continuar cobrando las
que tuvieran autorizadas (artículo 6). Y así, al año
siguiente, 1986, ningún centro presentó autorización
para nuevas cuotas y todo el mundo en el sistema
democrático siguió aplicando el “costumbro”, el
derecho consuetudinario.
También el Decreto Ley decidió que el Ministe-
rio de Educación, dentro del plazo de 30 días contado
a partir de su vigencia (14 de noviembre de 1985),
quedaba obligado a formular el reglamento corres-
pondiente, el cual en efecto fue emitido –publicado
en el Diario de Centro América el 11 de diciembre
de 1985– y se le conoce como el Acuerdo Guberna-
tivo 1202-85. Este Reglamento sí que es de miedo,
por su prepotencia, y por supuesto totalmente des-
ajustado de la Constitución. Si algún día usted ve a
algún mago que saca conejos de su sombrero, pues
sepa que este Reglamento es todavía mucho mejor
que eso.
El Decreto Ley 116-85 se puso los pantalones
y derogó finalmente el Decreto del Congreso 79-78
y el Decreto Ley 128-83. La cuarta ley de congela-
ción de cuotas escolares puso en el paredón de fusi-
lamiento a la segunda y tercera ley de ese tipo.
El reglamento del Decreto Ley 116-85 inventó
todo lo que se podía inventar para el cobro de cuo-
tas en los centros educativos no gubernamentales. Es
tan ofensivo que no vale la pena resumirlo. Basta
decir que recoge todo lo que pudo haber ocurrido
en las leyes anteriores, con una particularidad: que
la resolución que autorice el incremento o fijación
de cuotas tendrá vigencia para tres años (artículo
11). Además, la solicitud correspondiente debe ser
presentada con nueve meses de anticipación a su
entrada en vigor (artículo 7). Significa ello que el
Ministerio de Educación solo puede permitir aumen-
tos del 15% a lo largo de tres años. En algunos casos
de valientes que se presentaron a hacer frente a esas
regulaciones, se encontraron con que solicitaban
un porcentaje determinado, y solo se les autorizaba
parte de él.
Lo más lamentable es que aun cuando se discute
la validez legal de ese reglamento bajo la Constitu-
ción Política vigente, el mismo indica que los casos
no previstos serán resueltos por el despacho minis-
terial (artículo 12). Esto significa que se delegó en el
Ministerio de Educación la facultad discrecional de
resolver cualquier caso. Y este artículo pudo haberse
aplicado por el Ministerio en 1990, cuando se per-
cató de la violencia inflacionaria que vive el país
y que afecta a todos los guatemaltecos. El Banco
de Guatemala calculó la inflación anual al 85% a
diciembre de 1990: del 7 de diciembre de 1989 al
mismo día de 1990.
No sé qué se podrá decir cuando el diésel
aumentó su precio en un solo día, el 3 de diciem-
bre de 1990, en 112%, y de seguro que se pedirá a
los centros educativos que no aumenten el valor del
transporte escolar.
Los decretos militares
Un militar me llamó para protestar en contra de que
les sacara tanta punta a las leyes educativas de los
dos gobiernos militares de facto de los últimos 30
años. Y así, decidí revisar la legislación emitida
por los militares en aspectos educativos, al igual
que otras leyes que también me comentó uno de los
ministros de Estado de 1963 a 1966. La conclusión,
según las observaciones que él me hizo, es que fue
mucho mejor toda la legislación general, incluyendo
la educativa, en el gobierno militar de 1963 a 1966,
bajo la conducción del jefe de Gobierno, coronel
Enrique Peralta Azurdia, que las leyes del periodo
1982-86, bajo el mando de otras dos personas, en
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  • 1.
  • 2.
  • 3. 1 Introducción Tomo III Gobierno de Jorge Serrano Elías 1991-1993 José Molina Calderón
  • 4. 2 José Molina Calderón Primera edición, 2021 © 2021 José Molina Calderón ISBN versión digital: 978-99939-34-03-5 Se prohíbe la reproducción total o parcial, sea cual fuere el medio (electrónico o mecánico), sin el consentimiento escrito. Editor: Horacio Cabezas Carcache Diagramación: Alma Viviana Paz Zelada de Ramírez Foto de la portada: El Serranazo: Jorge Serrano Elías, acompañado de Gustavo Espina Salguera, dando a conocer la disolución de las Cortes, el 25 de mayo de 1993. Foto de Prensa Libre.
  • 5. 3 Contenido CONTENIDO INTRODUCCIÓN 7 PREÁMBULO 15 TESTIMONIO DEL PRESIDENTE DEL BANCO DE GUATEMALA 15 PRIMER AÑO DE GOBIERNO 1991: Herencia fiscal del Gobierno de Jorge Serrano Elías 1 Ley de Educación, inconstitucional (Prensa Libre, 9/1/1991) 23 2 Pacto social a lo chapín (Prensa Libre, 13/1/1991) 26 3 El Pacto Social (Prensa Libre, 16/1/1991) 27 4 Economía de guerra (Prensa Libre, 23/1/1991) 29 5 La economía ante el Pacto Social (Prensa Libre, 30/1/1991) 32 6 Por una única vez (Prensa Libre, 6/2/1991) 35 7 El bono obligatorio (Prensa Libre, 27/3/1991) 37 8 Empréstito forzoso por Q700 millones (Prensa Libre, 3/4/1991) 38 9 El Club del Uno por Ciento (Prensa Libre, 10/4/1991) 40 10 El FMI ante el fisco (Prensa Libre, 17/4/1991) 42 11 Cien días de gobierno (Prensa Libre, 24/4/1991) 47 12 La Encíclica del Trabajo (Prensa Libre, 1/5/1991) 49 13 Cien años de temas sociales (Prensa Libre, 8/5/1991) 51 14 Cien años después, Cenivacus (Prensa Libre, 15/5/1991) 54 15 Esterilización del dinero (Prensa Libre, 22/5/1991) 57 16 Centesimus annus (Prensa Libre, 29/5/1991) 60 17 La cigüeña los trae… (Prensa Libre, 5/6/1991) 62 18 Pregunten a Lico y a Richard (Prensa Libre, 12/6/1991) 63 19 Kilovatito es deficitario (Prensa Libre, 19/6/1991) 66 20 Ex repúblicas bananeras (Prensa Libre, 26/6/1991) 67 21 El tipo de cambio en el año 2000 (Prensa Libre, 17/7/1991) 69 22 Previsión social... y fiscal (Prensa Libre, 24/7/1991) 71 23 ¿Es procapitalista Juan Pablo II? (Prensa Libre, 31/7/1991) 73 24 Despolitizar la electricidad (Prensa Libre, 7/8/1991) 75 25 Tarifas eléctricas despolitizadas (Prensa Libre, 14/8/1991) 77 26 Guatemala: memorando económico (Prensa Libre, 21/8/1991) 81 27 El resumen ejecutivo del Banco Mundial (Prensa Libre, 28/8/1991) 86 28 La herencia fiscal de Cerezo a Serrano (Prensa Libre, 4/9/1991) 90 29 Financiamiento de la Independencia en 1821 (Prensa Libre11/9/1991) 91 30 32 empresas a desmonopolizar en Guatemala (Prensa Libre, 11/9/1991) 92 31 Racionamiento eléctrico (Prensa Libre, 18/9/1991) 94 32 Belice (Prensa Libre, 25/9/1991) 98 33 Apuestas entre economista y ecologista (Prensa Libre, 2/10/1991) 101 34 Son prendiones, no apagones (Prensa Libre, 9/10/1991) 103 35 Quinientos, mil y dos mil años (Prensa Libre, 16/10/1991) 107 36 Malabarismo para conseguir 15 centavos (Prensa Libre, 23/10/1991) 110 37 Privatizar o no privatizar. He ahí el problema (Prensa Libre, 30/10/1991) 111 38 Retención o impuesto sobre activos (Prensa Libre, 6/11/1991) 114 39 Reforma fiscal light (Prensa Libre, 13/11/1991) 116 40 Ministerio de Educación versus Colegio San Sebastián (Prensa Libre, 27/11/1991) 118 41 Cinco actuaciones enojosas para combatir la pobreza (Prensa Libre, 4/12/1991) 120
  • 6. 4 José Molina Calderón 42 A todos los presidentes centroamericanos, ¡a todos! (Prensa Libre, 11/12/1991) 123 43 El libro azul de la política económica y social 1991-1996 (Prensa Libre, 18/12/1991) 125 SEGUNDO AÑO DE GOBIERNO 1992: Política fiscal del Gobierno de Jorge Serrano Elías 1 Premio Nobel en Economía (Prensa Libre, 8/1/1992) 131 2 Ni vencedores ni vencidos (Prensa Libre, 15/1/1992) 134 3 La política neoliberal de Serrano a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia (Prensa Libre, 29/1/1992) 135 4 El tipo de cambio en 1992 (Prensa Libre, 5/2/1992) 138 5 Golpe de Estado (Prensa Libre, 12/2/1992) 141 6 Los efectos de la recesión USA (Prensa Libre, 19/2/1992) 143 7 Salinas de Gortari en Guatemala (Prensa Libre, 22/3/1992) 145 8 La banca chapina al día (Prensa Libre, 4/3/1992) 147 9 Evolución de la intermediación financiera en Guatemala (Prensa Libre, 10/3/1992) 149 10 La reforma financiera empieza con la Ley de Compensación Económica por Tiempo de Servicio (Prensa Libre, 11/3/1992) 151 11 Cristiani en Guatemala (Prensa Libre, 18/3/1992) 153 12 The Economist en los 500 años (Prensa Libre, 25/3/1992) 155 13 La encíclica más discutida (Prensa Libre, 1/4/1992) 157 14 A los socialistas de todos los países (Prensa Libre, 8/4/1992) 160 15 Marx está enterrado, Lenin aún no (Prensa Libre, 15/4/1992) 163 16 La reforma fiscal 1992 (Prensa Libre, 22/4/1992) 168 17 Callejas en Guatemala (Prensa Libre, 29/4/1992) 178 18 ¿Quiere destruir el país? Bombardéelo o congele alquileres (Prensa Libre, 6/5/1992) 179 19 ¿Hay que pagar impuestos? (Prensa Libre, 13/5/1992) 181 20 Desde la Plaza de San Pedro (Prensa Libre, 20/5/1992) 184 21 Los asesores fiscales opinan sobre el ISR (Prensa Libre, 27/5/1992) 186 22 El límite máximo de la presión fiscal (Prensa Libre, 3/6/1992) 189 23 Esponsales con el FMI y el BIRF (Prensa Libre, 10/6/1992) 192 24 FMI: condicionalidad cruzada (Prensa Libre, 17/6/1992) 194 25 La privatización de los rojos (Prensa Libre, 24/6/1992) 196 26 El sistema impositivo que se va (Prensa Libre, 1/7/1992) 197 27 Alternativas fiscales (Prensa Libre, 8/7/1992) 200 28 Impuestos indirectos (Prensa Libre, 15/7/1992) 203 29 Privilegios fiscales en Guatemala (Prensa Libre, 22/7/1992) 206 30 Bono 14 (Prensa Libre, 29/7/1992) 209 31 ¿Y si Richard sustituye a Lico? (Prensa Libre, 5/8/1992) 211 32 Banvi, Banvi (Prensa Libre, 12/8/1992) 213 33 El bono 15 es para el café (Prensa Libre, 19/8/1992) 214 34 Las finanzas de Barcelona 92 (Prensa Libre, 26/8/1992) 216 35 Café con pollo en el NAFTA (Prensa Libre, 2/9/1992) 218 36 La tremenda Corte (Prensa Libre, 9/9/1992) 219 37 La segunda anexión a México (Prensa Libre, 16/9/1992) 222 38 El mercado llega a los Colegios Profesionales (Prensa Libre, 23/9/1992) 223 39 El Maastricht centroamericano (Prensa Libre, 30/9/1992) 224 40 La leyenda negra es telenovela (Prensa Libre, 14/10/1992) 227 41 Los monopolios de octubre (Prensa Libre, 21/10/1992) 229 42 Bush, Clinton o Perot (Prensa Libre, 28/10/1992) 230 43 Presupuesto del Estado 1993 (Prensa Libre, 4/11/1992) 232 44 La aplanadora verde de Clinton (Prensa Libre, 11/11/1992) 234
  • 7. 5 Contenido 45 El cheque escolar chapín (Prensa Libre, 18/11/1992) 236 46 El plan laboral que no fue (Prensa Libre, 25/11/1992) 238 47 ¿Es creíble la política económica 1993? (Prensa Libre, 2/12/1992) 240 48 El experimento sueco del socialismo (Prensa Libre, 16/12/1992) 243 49 Premios Nobel de Economía y de la Paz, 1992 (Prensa Libre, 23/12/1992) 245 50 Invertir en niños (Prensa Libre, 30/5/1992) 247 TERCER AÑO DE GOBIERNO 1993: “Serranazo” 1 En 1992 se jugó a una carta (Prensa Libre, 6/1/1993) 251 2 Modernización del sistema financiero (Prensa Libre, 13/1/1993) 252 3 Diez años de maquinita (Prensa Libre, 20/1/1993) 255 4 Mientras más baja, mejor (Prensa Libre, 27/1/1993) 256 5 La estatista ley de población (Prensa Libre, 3/2/1993) 257 6 Las municipalidades al ataque fiscal (Prensa Libre, 10/2/1993) 259 7 El Presidente, Codedena y la Conferencia Episcopal (Prensa Libre, 17/2/1993) 261 8 La rebelión de los bancos (Prensa Libre, 24/2/1993) 262 9 Análisis de la Ley de Población (Prensa Libre, 3/3/1993) 264 10 La guerra de los arbitrios (Prensa Libre, 10/3/1993) 266 11 La expulsión de Guatemala del SGP (Prensa Libre, 17/3/1993) 267 12 Annus quetzalis o annus dolaris (Prensa Libre, 24/3/1993) 269 13 A todos los mayas de Guatemala (Prensa Libre, 31/3/1993) 270 14 La piñata (Prensa Libre, 7/4/1993) 272 15 Las vicisitudes del tipo de cambio (Prensa Libre, 14/4/1993) 273 16 El Estado, seudo-empresario en la educación (Prensa Libre, 21/4/1993) 274 17 Las bolsas de Centroamérica en Guatemala (Prensa Libre, 28/4/1993) 275 18 La bola de cristal 1993 (Prensa Libre, 5/5/1993) 276 19 La contabilidad fiscal del Triángulo Norte (Prensa Libre, 12/5/1993) 277 20 Aire fresco en el Mercomún (Prensa Libre, 19/5/1993) 278 21 De la corrupción a las tarifas eléctricas (Prensa Libre, 26/5/1993) 279 Indice Analítico 282
  • 8. 6 José Molina Calderón
  • 9. 7 Introducción INTRODUCCIÓN El Gobierno de Jorge Serrano Elías sucedió al de la Democracia Cristiana Guatemalteca, el que fue pre- sidido por Marco Vinicio Cerezo. 1991 El primer problema que el Gobierno entrante afrontó fue el de las Cuotas Escolares, reguladas por decre- tos militares de 1983 y 1985 que, a juicio de José Molina Calderón, tienen varias inconstitucionali- dades y espera que la nueva Ley de Educación las corrija. Sin embargo, el problema de las Cuotas Escolares persistía para noviembre, lo que se eviden- ció con el diferéndum entre el Colegio San Sebastián y la Ministra de Educación, María Luisa Beltranena de Padilla. Herencia de la Democracia Cristiana Guatemal- teca al nuevo Gobierno fue una inflación del 83%. Por ello, diferentes tanques de pensamiento, como CIEN y ASIES, presentaron estudios para afrontarla y atender las demandas de la mayoría de la pobla- ción, pues según el Banco de Guatemala, su salario había quedado con una variación negativa del 16.4%. En sus columnas del 6 de febrero y 27 de marzo de 1991, el Licenciado Molina Calderón demostró que gran parte del problema radicaba en la “maquinita”, ligada a la emisión de bonos del tesoro sin respaldo y los subsidios o pérdidas de operación (déficit cuasi- fiscal), la que había operado sin control alguno en el gobierno anterior y continuaba en el nuevo, dejando sin efecto el masivo ingreso de dólares que se había dado entre enero y febrero de 1991. Para afrontar el déficit fiscal, la Ministra de Finanzas, Raquel Zelaya, propuso la emisión de bonos por Q700 millones y que fueran comprados por los que tuvieran salarios mayores a Q3,000, medida que Molina Calderón criticó y, en su lugar, propuso en su columna del 10 de abril un impuesto extraordinario. Dada la complicada situación eco- nómica, sumada a la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI), con su estudio Guatemala: El sistema tributario y la administración tributaria, el Presidente Serrano Elías sustituyó a la Ministra de Finanzas, aquejada por quebrantos de salud, por Richard Aitkenhead, cuando apenas había ostentado el cargo 2 meses y 25 días. Durante el año de 1991, centenario de la Encí- clica Social Rerum Novarum, de León XIII, en varias de sus columnas Molina Calderón se refirió a ella, así como a Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis y Centesimus Annus, de Paulo VI, Al igual que la Rerum Novarum, estas últimas encícli- cas sociales critican con dureza el sistema comu- nista y exhortan a los patronos capitalistas y a los gobiernos a aplicar los Principios de Subsidiariedad y Solidaridad en un sistema de “economía libre” o “economía de mercado”. Llama la atención que en dos ocasiones el columnista haya resaltado lo expre- sado por The Wall Street Journal que, en referencia a la Centesimus Annus, había expresado que el Papa respaldaba el nuevo capitalismo. Sin embargo, en la columna del 31 de julio, Molina Calderón en forma enfática expresa que en Guatemala no existe “eco- nomía de mercado”, sino un sistema económico que se le podría llamar corporativismo, gremialismo, mercantilismo, en que cada sector, grupo o gremio, incluidos sindicatos, trata de buscar su propia ley a costillas de los consumidores. En su columna del 24 de abril, Molina Calderón planteó al Presidente del Banco de Guatemala, Fede- rico Linares, y al Ministro de Finanzas Richard Aitk- enhead a debatir sobre los Cenivacus y sus abultadas tasas de interés (alrededor del 30%), causantes de pérdidas financieras. Además, recomendó abrir los libros de la Contabilidad de la Nación, para que el ciudadano de a pie pueda observar, auditar y juzgar sobre el gasto público. Interesante es la columna titulada “Esteriliza- ción del dinero”, del 22 de mayo, referente a las Operaciones de Mercado Abierto (OMA) para reco- ger dinero circulante, ya que en los primeros cinco meses de gobierno permitió desmonetizar Q2,670 millones. El 12 de junio de 1991, inspirado en las Vidas Paralelas de Plutarco, historiador griego, Molina se refirió a Linares yAitkenhead, encargados del Banco de Guatemala y Ministerio de Finanzas, respectiva- mente, quienes mancomunadamente elevaron al Congreso de la República las propuestas de apro- bación de bonos de emergencia, reforma tributaria y amnistía fiscal, pero éste pospuso su discusión para octubre del año en curso, pues debía abordar de emergencia la Ley de Congelación de Alquileres, emitida durante el paquetazo fiscal de septiembre de 1987, ya que para evadirla había surgido el mercado negro de alquileres. En varias ocasiones, Molina Calderón analizó la tarifa eléctrica. Por ejemplo, el 19 de junio de 1991 expuso que el monopolio estatal INDE-EEGSA fac- turaba el KWH a Q0.23, es decir, el 44% del costo real, que era de Q.0.52. Volvió a tocar el tema el 7 de agosto en que, con base en Guatemala: Country Eco- nomic Memorandum, del Banco Mundial, expresó que en el país, en la década pasada, el sector eléc- trico en Guatemala enfrentó serios problemas como resultado de la falta de políticas claras. Como con- secuencia, está plagado de dificultades financieras, débil administración gerencial, baja inversión en infraestructura, y un deterioro en la calidad del ser- vicio. Una semana después, propuso que la solución
  • 10. 8 José Molina Calderón era despolitizar las tarifas eléctricas. En septiembre volvió a referirse a la crisis energética, a raíz del racionamiento eléctrico ocurrido el 1 de septiembre de 1991. El 9 de octubre de 1991, Molina volvió a la carga, al sostener que no hay energía más cara que la que no se tiene, fenómeno debido al mono- polio de EEGSA-INDE, el que fue defendido por la Universidad de San Carlos en el primer Congreso de Economistas en 1960, con el fin de desestimular la instalación de nuevas plantas. El 26 de junio, Molina Calderón reprodujo un escrito de Consejeros Económicos y Financieros, S. A. (CEFSA) en el que se sostiene que las perspecti- vas económicas son positivas por la habilidad mos- trada por el presidente Serrano que aspira a corre- gir el deterioro económico y social de los últimos años, ha creado un notorio ambiente de optimismo en los primeros meses de 1991. A raíz del eclipse total de sol acontecido el jue- ves 11 de julio de 1991, Molina Calderón se refirió a otras suertes de eclipses que se estaban dando en Guatemala, como la crisis eléctrica, la Ley del Bono de Emergencia, Ley de Compensación Económica por Tiempo de Servicio y el costo de la matrícula en la USAC. Esclarecedora fue la columna del 24 de julio en la que, al referirse al Programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia (IVS) del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Molina Calderón señaló que nadie en su sano juicio aspiraría a vivir con lo que le puede dar el IGSS como jubilación, no solamente por su escasa cuantía, sino porque tarde o temprano el IGSS se quedará sin fondos para el pago de las jubilaciones. También se refirió a cómo el Ministro de Trabajo, Mario Solórzano Martínez y los líderes sindicales, después de tres días de estar reunidos en Posada Belén, en Antigua Guatemala, no se pusieron de acuerdo en las propuestas de cambios al Código del Trabajo. Durante el mes de agosto de 1991, Molina Calde- rón utilizó sus columnas para publicar el documento Guatemala: Country Economic Memorandum, hecho por el Banco Mundial en el que se recomienda la necesidad de reformas estructurales, como la libe- ración del comercio, una mayor inversión en educa- ción, la atención primaria de la salud… para generar un mayor empleo y crecimiento de la productividad. El 4 de septiembre de 1991, la columna de Molina Calderón abordó la aprobación del Presu- puesto de Ingresos y Egresos del Estado para 1992. Recordó que el Congreso aún no ha aprobado la eje- cución de ingresos y gastos de los tres últimos años, 1988, 1989 y 1990, lo que calificó como una anoma- lía fiscal. Además, describió la catástrofe fiscal de los últimos cinco años. El origen de la deuda externa en Latinoamérica y Guatemala es explicado por Molina Calderón en la columna del 11 de septiembre. La columna del 18 de septiembre es una sín- tesis de la propuesta de la Cámara Empresaria al Ministerio de Economía para desmonopolizar 32 empresas, empezando por INDE, EEGSA, GUA- TEL, FEGUA, Puerto Nacional Santo Tomás de Castilla, siguiendo por IGSS, BANVI, CORFINA, Crédito Hipotecario Nacional, INGUAT… Continuó con el tema en la columna del 30 de octubre, en que se mostró favorable a la privatización de las empre- sas estatales, pero en forma distinta a la “piñata san- dinista”, en Nicaragua, sino en la que el trabajador del Estado se convierta en inversionista. Motivado por la consulta popular a realizarse para decidir el diferéndum territorial con Belice, José Molina Calderón hizo una síntesis histórica sobre Belice. Aunque se basó en escritos del Doctor Alberto Herrarte y del viajero Alexander Thompson, dejó en el tintero explicaciones de fondo como la de los intereses de la familia Aycinena1 en el Tratado Aycinena-Wyke, del 30 de abril de 1859, en que Gua- temala cedió el territorio de Belice, a cambio la pro- mesa de Inglaterra de financiar una vía terrestre entre la Bahía de Amatique y la capital de Guatemala. El control de la natalidad fue un tema abordado por Molina Calderón en varias ocasiones durante 1990. Nuevamente lo propuso el 2 de octubre de 1991, cuando describió la apuesta ganada por el economista Julian Simon al ecologista Paul Ehrlich que difunde en sus escritos y charlas que una bomba demográfica es inevitable, en que cientos de millo- nes de personas morirán de hambre. Ciertamente, la mortalidad infantil ha descendido y ha habido un incremento en la producción de alimentos. Sin embargo, esos logros no han sido suficientes y el drama humano es peor por doquier. ¿Cómo detener las masivas migraciones humanas hacia los países desarrollados? El 18 de diciembre retomó el análisis del tema del control de natalidad, ya que el Gobierno de Serrano Elías, en su proyecto Política Económica y Social - Gobierno de Guatemala - Periodo 1991- 1996 muestra su simpatía por la política antinata- lista. El 16 de octubre de 1991, Molina Calderón cali- ficó a Bartolomé de las Casas de un ser que el apa- sionamiento de lograr fines buenos, lo llevó a utili- zar medios errados. 1 Actividades comerciales que en 1819 la Familia Aycinena inició con Belice, pero como el Presidente Carlos Urrutia y Montoya no le permitió viajar a dicha provincia, benefi- ciando con ello a los comerciantes ingleses Marshall Ben- nett y John Waldron Wright, la Familia Aycinena lo hizo en forma descarada, al grado de introducir mercancías de contrabando, en claro perjuicio de los ingresos fiscales de la Real Hacienda. La actividad comercial de esta familia y otros comerciantes, en especial la introducción de telas inglesas, llevó a la quiebra a los tejedores guatemaltecos. (Cabezas Carcache, El Ocaso del Reino de Guatemala, 2021: 102. Guatemala: Comisión Bicentenario, Universi- dad de San Carlos).
  • 11. 9 Introducción El Presupuesto de 1992 tiene un desfinancia- miento de Q995 millones. La causa principal es haber continuado con el populismo del gobierno anterior, aumentando el sueldo al personal de menor ingreso; haber decretado una amnistía fiscal que borra todas las faltas desde hace 30 años en el pago del Impuesto sobre la Renta (ISR) y en otros gravá- menes; y haber cometido el suicidio fiscal de conge- lar la tasa del IVA al 7%. Molina Calderón apunta en su columna del 6 de noviembre que, durante los últimos 7 años, el déficit cuasifiscal de Guatemala ha sido alrededor de Q6,000 millones. Para solucionar tan anómala situación fiscal, el FMI propuso en su estudio Gua- temala: el Sistema Tributario y la Administración Tributaria gravar los activos en un 2%. Sin embargo, la propuesta del Ministerio de Finanzas es que siga vigente el actual impuesto sobre activos netos que se encuentra en la Ley del Impuesto sobre la Renta de 1987. En noviembre, el Gobierno elevó al Congreso una propuesta de reforma fiscal, la que Molina Cal- derón calificó de light, por no incluir el impuesto territorial y por ser parco en el incremento del IVA. El 4 de diciembre de 1991, en las vísperas de la cumbre de Presidentes de Centroamérica, Molina Calderón refirió que el tema que sería tratado era el de cómo erradicar la pobreza. Señaló que ya no se debía continuar con las políticas de subsidio a combustibles, electricidad y transporte público, porque ha resultado un total fracaso, porque en vez de ayudar a los más pobres, se ha ayudado a todo el mundo, incluso a los más ricos. Amplió sus comentarios sobre el tema en la columna del 11 de diciembre, en la que recomendó elaborar estadísticas fiables y que no se vea con malos ojos al sector pri- vado, en su participación en la salud, la educación y la vivienda, áreas en las que los pobres no están bien tratados. 1992 La primera columna de 1992, José Molina Calderón la dedicó a varios Premios Nobel de Economía, en especial a Ronald Harry Coase. Como la reforma fiscal sigue pendiente, Molina Calderón sugiere tener un Ministro de Finanzas como Pedro Molina quien, cuando estuvo en el Eje- cutivo, despidió empleados. En forma semejante a 1991, el tema de las encí- clicas sociales siguió siendo analizado. El 29 de enero de 1992, al referirse al affaire entre Confe- rencia Episcopal y Dirección General de Aduanas, en torno a Biblias y Nuevos Testamentos donados. El columnista calificó de neoliberal al Gobierno de Serrano Elías, pues se orienta a una economía de mercado, y es ajustable a la Doctrina Social de la Iglesia, con excepción de las políticas antinatalistas. El 1 de abril se refirió a la encíclica Veritatis Splen- dor, de Juan Pablo II, sobre temas morales. Para ello, resumió lo expresado en un artículo por el teólogo William E. May. Trascendental y educativa es la columna del 5 de febrero de 1992 sobre el fallo en los pronósticos fiscales del Banco de Guatemala y Fondo Monetario Internacional para 1991. Todo se debió a la repatria- ción masiva de $524 millones, por los altos intereses en Cenivacus pues, aunque permitieron la estabili- dad de la tasa de cambio, incrementaron el déficit del Banguat en Q725 millones, un claro desequili- brio macroeconómico. Además, perjudicó al sector productivo, por los altos intereses de los créditos bancarios. A raíz del golpe de Estado perpetrado por Hugo Chávez en Venezuela, Molina Calderón se refirió a los golpes de Estado en América Latina. Señaló que los que se intentaron en Guatemala en 1988 y 1989 no fueron ocasionados por cuestiones de política económica. Finalmente, recomendó al Gobierno de Serrano Elías a impulsar cuanto antes la economía social de mercado, para evitar un fenómeno seme- jante. Con mucha didáctica, la columna del 19 de febrero explica los conceptos económicos Recesión, Depresión y Deflación. En marzo de 1992, el Presidente de México Carlos Salinas de Gortari visitó Guatemala para impulsar las relaciones comerciales. La ocasión fue aprovechada por Molina Calderón para referirse a la anexión a México, acontecida después de la Decla- ración de Independencia, así como a la pérdida de Chiapas y Soconusco. Algunos meses más tarde, el 16 de septiembre, volvió a referirse a la posibilidad de una nueva forma de anexión a México. La reforma financiera en discusión a partir de noviembre de 1991 está siendo atendida por la banca guatemalteca para modernizarse. Varias columnas de marzo ofrecen una síntesis de la evolución banca- ria guatemalteca, a partir del surgimiento de los pri- meros bancos. Como parte de la discusión, se revisa la Ley de Compensación por Tiempo de Servicio y el IVS. Con ocasión de la visita del Presidente de El Salvador, Alfredo Cristiani, una columna de Molina Calderón reprodujo el estudio El advenimiento de la paz en El Salvador y el impacto sobre la econo- mía de Guatemala en el que se califica a la inflación como botagobiernos. Además, se promueve el incre- mento de las relaciones comerciales sostenidas. En el marco del quinto centenario del descubri- miento de América, el 25 de marzo de 1992 Molina Calderón cedió el espacio a un artículo de Felipe Fernández-Armesto, aparecido en The Economist, en el que defiende la conquista española; señala como “mito” tanto al genocidio cometido, así como a la tesis de que Latinoamérica fue construida con
  • 12. 10 José Molina Calderón el sudor de los esclavos y alimentada con su sangre; y califica de errónea las interpretaciones recientes sobre América precolombina. El 14 de octubre de 1992, Molina Calderón vuelve a referirse al tema, calificando a Bartolomé de las Casas como el gene- rador de la leyenda negra, a la que también deno- mina telenovela (Si Fray Bartolomé existiera actual- mente, en vez de haber dado origen a la leyenda negra, hubiera sido un excelente productor de tele- novelas por su gran imaginación, capacidad de exa- geración, y por poner en novela lo que él pensó que era una realidad). También pretende quitar a Las Casas el honor de ser el inspirador de los actuales Derechos Humanos, señalamiento fácilmente reba- tible, si analizara el origen de las Leyes Nuevas u Ordenanzas de Barcelona. A raíz del fallecimiento de Friedrich A. von Hayek, Molina Calderón publicó el 8 de abril el preámbulo de Camino de Servidumbre, dedicado a demostrar la incompatibilidad esencial e irremedia- ble entre colectivismo y libertad humana. La columna del 22 de abril versó sobre la reforma fiscal aprobada el 9 de ese mes, con cambios al ISR, IVA, Aranceles, Ley del Petróleo y Ley del Papel Sellado. El contenido es una síntesis del estudio del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, titulado Programa de Modernización Tributaria. Con ocasión de la visita a Guatemala del Presi- dente de Honduras, Rafael Callejas, Molina Calde- rón se refirió a la corrupción, al contrabando y los privilegios fiscales imperantes en dicho país. El 6 de mayo de 1992, Molina Calderón volvió a referirse al Decreto 57-87, congelación de alquile- res, aprobado por la aplanadora verde de la Demo- cracia Cristiana Guatemalteca y prorrogada por el Gobierno de Serrano Elías. A juicio del columnista, dicha ley ha favorecido al arrendatario, y perjudi- cado al propietario. Varias columnas se refieren a la obligación moral de pagar impuestos. Una de ellas es la del 13 de mayo de 1992, en la que se reproduce un artículo del profesor de teología y deontología, Domingo Melé, quien aborda el tema desde la perspectiva del Evangelio y Encíclicas. El 20 de mayo, Molina Calderón describió la beatificación de Josefina Bakhita, esclava de raza negra de Sudán que fue vendida, previamente secuestrada y torturada; y Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei. Acto que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, en Roma, en el que participó como peregrino. El 27 de mayo, la columna fue nuevamente sobre las obligaciones tributarias, y más específica- mente sobre el ISR, vigente desde 1963. El tema fue ampliado en la siguiente semana, cuando continuó publicando el artículo de Domingo Melé sobre la obligación moral de pagar impuestos, basado en la doctrina social cristiana. El de junio de 1992, al referirse a las nuevas leyes tributarias, Molina Calderón opinó: Sólo quie- nes pagaban correctamente sus impuestos tendrán reducción de los mismos. Y todos los que se hacían los locos, ahora tendrán que pagar más, a menos que encuentren un buen manicomio fiscal donde no se paguen impuestos. También señaló que los diputados cometieron un tremendo error al volver a dejar vigente el fondo compensatorio, porque fue el que originó los masivos subsidios del Banco de Guatemala al petróleo y también del propio Minis- terio de Finanzas al petróleo en el pasado reciente. Debido a este error, el FMI y el Banco Mundial presionaron al Gobierno y pusieron las condicio- nes para la firma de un Convenio de Stand-by por $585 millones, el que consistía en alcanzar solven- cia ante los organismos financieros internacionales y corregir el sesgo antiexportador del sistema cam- biario actual, que ha llevado a masivos déficit en la balanza comercial. Durante el mes de julio de 1992, las colum- nas dieron a conocer el trabajo de los consultores del Ministerio de Finanzas Públicas, KPMG Peat Marwick (Policy Economics Group) y Georgia State University (Policy Research Program), sobre el sis- tema financiero guatemalteco y las posibles alterna- tivas para mejorarlo, en especial en los rubros de los impuestos indirectos y en la eliminación de los pri- vilegios fiscales. El 29 de julio de 1992, la columna fue dedicada al Bono 14, aprobado el 2 de julio del año en curso, con el fin de derogar la Ley de Compensación Econó- mica por Tiempo de Servicio. Sin embargo, los sindi- catos exigieron que los dos se mantuvieran vigentes. Molina Calderón comentó el 5 de agosto la posi- ble sustitución del por el actual Ministro de Finanzas, Richard Aitkenhead. Sobre el desempeño del primero señaló que logró la estabilidad monetaria, no así el déficit cuasifiscal que en 1991 fue superior a Q700 millo- nes, y en 1992 no será menor de Q650 millones. Por lo que se expresa en la columna del 12 de agosto, el Gobierno de Serrano Elías dejará a la deriva al Banco Nacional de la Vivienda (BANVI) y no permitirá que el Banco de Guatemala lo rescate, como lo hizo con dos bancos privados. El desplome internacional de los precios de café motivo a Molina Calderón a referirse en la columna del 19 de septiembre al desplome del comercio de los tintes (añil y grana) durante la primera mitad del siglo XIX y a la experiencia de Costa Rica que ha superado el monocultivo desarrollando el turismo y los productos no tradicionales. La reforma tributaria eliminó los privilegios fiscales. Sin embargo, el Gobierno de Serrano Elías decidió exonerar del Impuesto sobre la Renta (ISR), los intereses bancarios y no bancarios, estatales y privados. A juicio de Molina Calderón, para los
  • 13. 11 Introducción amantes de nuestra Constitución, conviene recordar que en otros países con constituciones más probadas, en vigor por más de 200 años y sin golpes de Estado, los ahorros son gravados para cualquier ciudadano de a pie que tiene su cuenta bancaria. Por ejemplo, en Estados Unidos la retención en las cuentas de ahorro es del 25%, y a cuenta del impuesto. Durante la segunda mitad de 1992, hubo deva- luaciones monetarias en cadena en Europa, lo que contribuyó a que varios países promovieran el Tra- tado de Maastricht para favorecer una moneda única y un único banco central. Tal fenómeno motivó a Molina Calderón a proponer para Centroamérica algo semejante. En la columna del 21 de octubre de 1992, Molina Calderón señaló que la Revolución Guatemalteca del 20 de Octubre de 1944 creó los monopolios del Banco de Guatemala, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y Universidad de San Car- los de Guatemala. Del primero dijo que es como un enfermo de cáncer que es tratado con aspirinas; del segundo que la seguridad social será inalcanzable para la mayoría de los guatemaltecos; y de la última que recibe el cinco por ciento de los ingresos ordina- rios del Estado, y las 330 municipalidades reciben el ocho por ciento entre todas ellas. Una despropor- ción evidente. En la columna del 4 de noviembre Molina Cal- derón comentó el ensayo Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado, Ejercicio Fiscal 1993 del Centro de Investigaciones Económicas Naciona- les (CIEN). El triunfo presidencial de William Clinton en Estados Unidos no fue celebrado en Guatemala como el de Ronald Reagan, pues sus sectores pru- dentes estaban a favor de George Bush, a pesar de lo expuesto por el Premio Nobel Milton Friedman, al comentar el descalabro fiscal y económico de la administración Bush. El columnista opina que la relaciones entre Estados Unidos y Guatemala esta- rán condicionadas por el mejoramiento de los dere- chos humanos y a una buena actuación judicial. La columna del 18 de noviembre fue dedicada a los Chicago Boys, es decir, a la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago y a su participación en el Gobierno de Augusto Pinochet. En Guatemala, durante el Primer Congreso Nacional de Educa- ción, celebrado durante los primeros días del mes de noviembre, participó una Chicago Girl, María Teresa Infante, quien se refirió a la descentralización que Chile estaba llevando en el área educativa, por medio del cheque al padre de familia, el que fue promocio- nado por el Nobel de Economía Milton Friedman. Por presión de los sindicatos de Estados Unidos y para que las exportaciones no fueran suspendi- das, el Congreso de la República aprobó el Decreto 64-92, “Reformas al Código de Trabajo”, el 10 de noviembre de 1992. A juicio de Molina Calderón, estas reformas fueron una oportunidad perdida de corregir el problema laboral y dar solución al poco empleo en Guatemala. Según la columna del 2 de diciembre, Guate- mala no corrigió los problemas económicos genera- dos por los Cenivacus y los Certificados de Depósito a Plazo y por lo mismo se ha armado gran alboroto en el país, porque quien pagará la factura de la polí- tica económica de 1993 es la producción nacional, que tendrá que soportar tasas de interés superiores a las actuales. El experimento sueco del socialismo, también denominado “capitalismo socialista”, afronta pro- blemas. Es lo que señala Allan Carlson, presidente del Instituto Rockford para la Familia Americana, en The Family in America, ensayo que es resumido por Molina Calderón en su columna del 16 de diciembre. Molina Calderón dedicó su columna del 23 de diciembre de 1992 al Premio Nobel de Economía Gary S. Becker, quien al comunicársele la noticia del galardón que se le había otorgado por su aplicación del análisis económico a los problemas sociales, especialmente las discriminaciones de raza y sexo, inversiones en educación y capital humano, los deli- tos y su castigo y la formación, estructura y disolu- ción de las familias, expresó que los galardonados deberían evitar la propaganda política y procurar transmitir al público su espíritu científico. La última columna de 1992 está dedicada al tema del control de la natalidad, lo que Molina Columna hace resumiendo lo expresado por Julian Simon en El último recurso en el que muestra el error de Tho- mas Robert Malthus sobre la explosión demográfica y augura que las cosas irán a mejor automática- mente o sin esfuerzo. Pero hace ver que a lo largo de la historia el hombre ha sabido siempre superar la escasez, con su trabajo y su inventiva. 1993 En la primera columna de 1993, Molina Calderón recordó que, durante el año anterior, el Gobierno de Serrano Elías provocó mayor endeudamiento interno, incremento del déficit cuasifiscal e inflación, para sostener el tipo de cambio. Recordó también que la Ley de Compensación Económica por Tiempo de Servicio fue otro gran evento, y al final fue dero- gada, y sustituida por el popular Bono 14. La columna del 13 de enero de 1993 resume la propuesta de la Organización Alemana de Ayuda al Exterior sobre la modernización del sistema finan- ciero, la que se dio en el contexto de la reestructu- ración de la Superintendencia de Bancos, aprobada por la Junta Monetaria, ya que el Gobierno se com- prometió ante el Banco Mundial a modernizar el sistema financiero. Molina Calderón recordó que el programa del Banco Mundial y del Banco Interame- ricano de Desarrollo, para la modernización finan-
  • 14. 12 José Molina Calderón ciera, lo había publicado el 4 de marzo de 1992, bajo el título “La banca chapina al día”. La forma en que el numerario ha venido ope- rando entre 1983 y 1992 fue descrita en la columna del 20 de enero de 1992. Señala que éste creció seis veces, de Q2,240 millones en 1983 a Q13,266 millo- nes en 1992. También indica que, en sus dos años, el Gobierno de Jorge Serrano Elías lo incrementó en Q5,971 millones, la mitad del aumento de toda la década. Son Q8 millones de aumento diario en dos años., lo que se hizo siendo Presidente del Banco de Guatemala, Federico Linares. La inflación es nuevamente analizada por Molina Calderón el 27 de enero. Recordó la Gran Depresión en Guatemala en 1930, cuando el gobierno no tenía dinero para pagar los salarios de los empleados públicos, lo que el Gobierno de Jorge Ubico resolvió y en 1944 lo que había era deflación. El Gobierno de la Democracia Cristiana Guatemalteca dejó una inflación del 59.84%, y para 1992, el Gobierno de Serrano Elías la había reducido al 14.22%. El tema del control de la natalidad, amplia- mente tratado por Molina Calderón en 1992, es nue- vamente analizado en la columna del 3 de febrero de 1993, con base en la experiencia que tuvo en la ciudad de Englewood (New Jersey, Estados Unidos). Comentó que el 19 de enero de 1993, el Congreso aprobó el Decreto 3-93, “Ley de Pobla- ción y Desarrollo”, primer paso para la legaliza- ción del aborto. Hizo énfasis en que un miembro del Consejo encargado de su implementación es una representante de las organizaciones indígenas integradas al Consejo de Organizaciones Mayas de Guatemala (COMG). Acusó al Embajador de Estados Unidos, Thomas Strook, de estar detrás de esa ley pues, por medio de la Agencia de Desa- rrollo Norteamericana donó US$7.5 millones al Ministerio de Finanzas con fines de esterilización y otras picardías. Amplió su crítica el 17 de febrero, después que la Comisión Defensora del Derecho a Nacer (Codedena) y la Conferencia Episcopal exi- gieron al Presidente Serrano Elías vetar dicha ley, porque con dicha ley quedaría legalmente autori- zado el control de la natalidad y se dejaría abierta la puerta para la legalización de todos los métodos aplicables, incluyendo el aborto. En la columna del 3 de marzo, Molina Calderón continuó refiriéndose al rechazo al Decreto 3-93 y a las numerosas exi- gencias de veto presidencial por su carácter tota- litario y antidemocrático. Una de ellas manifiesta que sus ponentes [los diputados que la aprobaron, cuyos nombres fueron dados a conocer] están en posibilidad de perder un número voluminoso de electores rápidamente, especialmente de los indí- genas, quienes ya ven la amenaza de la esteriliza- ción quirúrgica latente. El 31 de marzo de 1993, a pesar del veto presidencial al Decreto 3-93, Ley de Población y Desarrollo, el Consejo de Organi- zaciones Mayas de Guatemala (COMG) desauto- rizó a los diputados indígenas y los llama “falsos representantes del pueblo maya”; y añadió: Cultu- ralmente la población maya no acepta los métodos artificiales de control natal ni la esterilización por- que alteran la convivencia con la naturaleza. El 10 de febrero de 1993, Molina Calderón reprodujo parte del Proyecto de Ley del Arbitrio Municipal sobre Inmuebles que la Asamblea Nacio- nal de Municipalidades de la República de Guate- mala (ANAM), presentado al Congreso. La banca guatemalteca entró en rebeldía, pre- sentando 32 recursos de apelación, después que el Banco de Guatemala, por presión del FMI, incre- mentó el encaje bancario al 26.5%; y en segundo lugar cuando el Gobierno, por compromisos con el Banco Mundial, emitió Normas para calificación de activos, préstamos de dudosa recuperación y consti- tución de provisiones. El antagonismo entre Congreso y Gobierno se hizo evidente en 1993, cuando el Presidente Serrano Elías vetó la Ley Orgánica del INDE, las reformas a la Ley de Coperex, y la “ley de Herodes”, el Decreto 3-93, Ley de Población y Desarrollo. Además, el Congreso también agregó al conflicto lo referente a los arbitrios municipales, lo que Molina Calderón comentó en la columna del 10 de marzo. El 17 de marzo de 1993, Molina Calderón alerta sobre la posibilidad que Guatemala sea expulsado del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), si no se atiende el respeto al derecho de los trabaja- dores solicitado por sindicatos norteamericanos. Al respecto expresa: La solución es una reforma labo- ral, integral, que modernice al país y que pretenda crear empleos productivos. Y si la amenaza de los sindicalistas norteamericanos es real, es la oportu- nidad de lograr en Guatemala esa genuina reforma laboral y el sindicalismo más libre del mundo, tan libre que a los líderes sindicales guatemaltecos les podría ocasionar un mareo. Con gran ironía, Molina Calderón analiza el 24 de marzo las presiones impuestas por el FMI por medio del Acuerdo de Stand-by pues, de no cumplir- las, no recibirá nuevo financiamiento externo, ni del FMI, ni del Banco Mundial, ni del Banco Interame- ricano de Desarrollo, ni califica para la reducción de la deuda externa con Estados Unidos bajo el Pro- grama de la Iniciativa de las Américas. Concluye la columna señalando: Todas estas metas son las que traen locos al Ministerio de Finanzas y al Banco de Guatemala, y por ellas todos los guatemaltecos tenemos la camisa de fuerza. Por supuesto, el pre- mio es que la economía crezca al 5% anual en 1993. Annus horribilis. Aproximadamente dos meses des- pués, el 14 de abril, Molina Calderón se refiere a que Guatemala incumplió lo ofrecido pues, para man- tener el tiempo de cambio, continuó fomentando la economía de papel.
  • 15. 13 Introducción La magnitud de la piñata sandinista, antes de entregar el Gobierno a Violeta de Chamorro, fue expuesta por Molina Calderón en la columna del 7 de abril. Muy importantes son los señalamientos que hizo al respecto: [la señora de Chamorro] “dio títulos legales a todos los que habían robado propiedades durante el régimen anterior firmando los decretos 46-91 y 47-91. Además, como integrante de la Junta Sandinista en 1979 ella misma firmó 15 decretos de confiscación” […] Una de las acusaciones más rele- vantes en contra del actual gobierno nicaragüense es que cogobierna con los sandinistas. No sería extraño que el siguiente gobierno sea de nuevo san- dinista, aun cuando de los originales comandantes, quizás sólo uno o dos volverían a empuñar las armas para volver a las montañas, porque ahora son todos prósperos y pujantes empresarios privados. El 21 de abril de 1993, Molina Calderón resaltó en su columna que la Ley de Educación Nacional del 9 de enero de 1991 es una verdadera socialización y de la mala. Añadió que tiene serias irregularidades e inconstitucionalidades; y que el único fin visible de la Ley es que los educadores estatales gocen de inamovilidad. Las Bolsas de Valores son analizadas en la columna del 28 de abril, las que, según Molina Cal- derón, el Banco de Guatemala –que en 1986 se opuso a su establecimiento– las ama locamente porque a través de ellas coloca los Cenivacus y los CDP. En 1983, el déficit cuasifiscal puede aumentar por encima de la meta equivalente al 0.8% del PIB, o sea Q.500 millones […]; habrá un déficit comercial de US$1,017.8 millones, derivado de US$2,382.7 millones de importaciones FOB, y US$1,364.9 millo- nes de exportaciones FOB. Tales fenómenos fueron comentados con gran realismo por Molina Calderón el 5 de mayo de 1993: bajo el tenebroso sistema de que el Banco de Guatemala tiene que comprar cada dólar que se le ofrezca, no le queda más remedio que seguir emitiendo Cenivacus y CDP. Las columnas del 12 de mayo y 19 de mayo fueron dedicadas a la posibilidad de establecer una suerte de Mercomún en el Triángulo Norte, es decir, entre Guatemala, Honduras y El Salvador. Un día después del autogolpe de Estado per- petrado por Jorge Serrano Elías, José Molina Cal- derón publicó una columna sobre la corrupción, de la que expresó: Para el caso de Guatemala, puede indicarse que la corrupción es la que llevó a la devaluación monetaria, a la excesiva deuda pública interna y externa. El caso más dramático quizás, es el conocido de la hidroeléctrica de Chixoy. Tuvo sobornos, sobreprecio, y cuando ya estaba en plena construcción, no hubo fondos, y se puso a funcionar la maquinita, que desde entonces no ha parado su trabajo desordenado. Debido a los conflictos que tenía con el Con- greso de la República y el Organismo Judicial, y temiendo ser enjuiciado por el delito de corrupción, optó por dar un Golpe de Estado, el 25 de mayo de 1993. Para ello, emitió un Decreto Presidencial de Normas Temporales de Gobierno, en el que dispuso la suspensión de los siguientes artículos de la Cons- titución Política de la República de Guatemala: libertad de acción (art. 5), detención ilegal (art. 6), interrogatorio a detenidos o presos (art. 9), inviolabi- lidad de la vivienda (art. 23), libertad de locomoción (art. 26), derecho de reunión y manifestación (art. 33), libertad de emisión del pensamiento (art. 35.1), tenencia y portación de armas (art. 38.2), regula- ción de la huelga para trabajadores del Estado (art. 116.2), potestad legislativa y elección de diputados (art. 157), funciones del Presidente de la República (art. 183). A ello se sumó, en los hechos, la censura impuesta a la radio, la televisión y la prensa escrita. La Corte de Constitucionalidad, presidida por Epaminondas González Dubón, rechazó el autogolpe de Estado y demandó del Ejército acatar dicho fallo y publicarlo en el Diario de Centro América, lo cual se cumplió el 1 de junio de 1993, lo que permitió el retorno al orden constitucional. Serrano salió al exilio el 6 de junio de 1993 hacia El Salvador, desde donde se dirigió hacia Panamá. El Gobierno de Guatemala le inició un proceso de extradición por enriquecimiento ilícito, fraude, peculado y malversación de fondos, y en especial por cometer violación a la Constitución Política de la República, desacato a los presidentes de los organismos de Estado y abuso de autoridad. Horacio Cabezas Carcache Nueva Guatemala de la Asunción 8 de agosto de 2021
  • 16. 14 José Molina Calderón
  • 17. 15 Preámbulo Invitación para ofrecer el cargo En diciembre de 1985, el doctor Rodolfo Paiz se presentó a mi oficina en FIASA para comunicarme que el presidente electo de Guatemala, licenciado Vinicio Cerezo, quería conversar conmigo para ofre- cerme el cargo de presidente del Banco de Guate- mala. Lo comenté con el licenciado Jorge Castillo Love, presidente de FIASA, y, para sorpresa mía, pues no esperaba tal reacción, me manifestó que pri- mero estaba Guatemala, y si el país requería de mi colaboración y yo aceptaba la propuesta, él estaba de acuerdo en apoyarme y así lo sometería a considera- ción de la Junta Directiva. Con esta espontánea reacción positiva, principié a considerar la posibilidad de asumir la gran respon- sabilidad que en esa coyuntura implicaba la presi- dencia del Banco de Guatemala. Estaba consciente de ello y conocía la difícil situación económica por la que atravesaba el país y las particulares dificulta- des en el cumplimiento de las funciones sustantivas del Banco Central. Voy a señalar algunas de ellas, utilizando cifras o estimaciones de finales de 1985. Situación Económica del país En primer lugar, la economía del país se encontraba en recesión, con una tasa anual negativa del -0.6%. La tasa de inflación se situaba en 27.9%, la más alta desde que se llevaban registros sistemáticos de la variación de precios en Guatemala. Paralelamente, la monetización del país era excesiva, habiendo cre- cido el Medio Circulante en el año un 56% y la oferta monetaria 28%. El tipo de cambio oficial del quetzal se hallaba totalmente divorciado del tipo de cambio de mercado; se mantenía la paridad de uno a uno entre el quetzal y el dólar norteamericano, a pesar de que en el mercado negro el dólar se cotizaba casi al doble. Había un control de cambios bastante estricto y, desde luego, discrecional y difícil de administrar, como sucede en estos casos. Para poder mantener este tipo de cambio artificial, el Banco de Guatemala se había endeudado en el exterior hasta alcanzar más de los US$ 1 300.0 millones -a precios de mercado, aproximadamente el 22% del PIB-. La situación precaria del sector externo, además, se reflejaba en las reservas monetarias internaciona- les netas, las cuales, de acuerdo con la contabilidad del Banco de Guatemala, eran negativas en US$155.3 millones. Por otra parte, existía un férreo control de precios, como parte del cual más de 700 artículos y servicios estaban sujetos a precios tope. A su vez, el Banco de Guatemala otorgaba al gobierno central, con alguna facilidad, financiamiento con bajísimo costo. El déficit fiscal, en verdad, resultaba maneja- ble, no obstante que los ingresos fiscales eran muy reducidos. Frente a este difícil, complejo e intrin- cado panorama, no dejaba menos que animarme el regresar al Banco de Guatemala, una institución que se ha significado en el país y fuera de él, por su per- sonal profesional calificado, dedicado y, sobre todo, con una cultura basada en principios y valores. Tres aspectos fundamentales Visité al licenciado Vinicio Cerezo y me ratificó la invitación formulada por el doctor Rodolfo Paiz. Yo le manifesté mi agradecimiento por la confianza que depositaba en mi persona, y le dije que quería hacerle una aclaración y luego plantearle tres aspectos fun- damentales, que tendríamos que considerar antes de tomar una decisión. Me parecía conveniente que él supiera que yo no había votado por él, y luego plan- tearle tres aspectos importantes. Primero, que tenía- mos que adoptar de inmediato una serie de medidas para restaurar y reestructurar la economía, y que en el corto plazo no iban a ser populares. Segundo, que quería que él me garantizara que respetaría la auto- nomía de la Junta Monetaria y del Banco de Gua- temala; y en tercer lugar, que quería saber quiénes iban a integrar su equipo ministerial, principalmente el gabinete económico. Me respondió que no le importaba que no hubiera votado por él. En cuanto a los tres plantea- mientos, me indicó que él era consciente de la difícil situación económica y social por la que atravesaba el país, y que estaba dispuesto a adoptar las medidas PREÁMBULO TESTIMONIO DEL PRESIDENTE DEL BANCO DE GUATEMALA Tanto en el gobierno del presidente Vinicio Cerezo (1986-1991), como en el gobierno del presidente Jorge Serrano (1991-1993), el licenciado Federico Linares fue nombrado Presidente del Banco de Guatemala y de la Junta Monetaria, dos años en cada período. Se incluye su relato en el gobierno del Presidente Cerezo para comprender la forma en que le fue entregada la economía al Presidente Serrano. Y seguidamente el relato en el gobierno del Presidente Serrano. Este texto fue proporcio- nado por el licenciado Linares el 17 de junio de 2021. Los subtítulos se agregaron posteriormente. Nota del Autor POLÍTICA ECONÓMICA DURANTE LOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO DEL PRESIDENTE VINICIO CEREZO
  • 18. 16 José Molina Calderón que fueran necesarias, siempre que se hubiesen dis- cutido ampliamente y que el gabinete económico y él estuvieran de acuerdo. En cuanto a la autonomía del Banco de Guatemala, me manifestó que la respe- taría; y luego me reveló el nombre de los funciona- rios que asumirían los diferentes ministerios, y me parecieron bien seleccionados; el único ministro que estaba pendiente era el del Ministerio de la Defensa. En particular, al conocer los nombres de las personas que integrarían el gabinete económico, me pareció que podríamos conformar un excelente equipo: el doctor Rodolfo Paiz Andrade sería minis- tro de Finanzas Públicas; el licenciado Lizardo Sosa, de Economía; y mi persona como presidente del Banco de Guatemala. En este contexto, acepté la honrosa y, en aquella ocasión, muy difícil responsabilidad de ser Presi- dente del Banco de Guatemala. Para acompañarme en esta tarea, pedí al licenciado Gabriel Castellanos, graduado summa cum laude en ciencias económicas de la Universidad de Friburgo y, por entonces, ase- sor del Directorio del Fondo Monetario Internacio- nal, que me apoyara como Vicepresidente, lo cual aceptó, dejando una posición relevante en el FMI. (Por cierto, siendo estudiante, tuve la oportunidad de visitar la universidad de Friburgo en Suiza, y me encontré con la agradable sorpresa de ver el nombre de un guatemalteco en los cuadros de honor: el licen- ciado Castellanos). Aceptación del cargo Fue así como, el 15 de enero de 1986, tomé posesión del cargo de Presidente del Banco de Guatemala. Esa noche, ya solo en la oficina, reflexioné nuevamente sobre la gran responsabilidad que había aceptado, y pedí a Dios que me acompañara en la tarea. Inmediatamente iniciamos diversas conversa- ciones dentro del gabinete económico y, afortuna- damente, llegamos a unificar criterios en cuanto a la identificación y naturaleza de los problemas eco- nómicos que teníamos que afrontar y sus respecti- vas soluciones. En lo personal, requerí la opinión de algunas economistas a los que yo respetaba y res- peto, entre ellos el licenciado Armando González Campo, el doctor Gerth Rosenthal y el licenciado Mario Mejía. El programa económico Cuanto antes, y con la participación del gabinete económico y el apoyo técnico del Banco de Guate- mala, preparamos el Programa de Reordenamiento Económico y Social de Corto Plazo, que se conoció como PRES. Los lineamientos más importantes de este perseguían: primero, la reactivación económica y segundo, tres objetivos fundamentales: en primer lugar, tomar las medidas necesarias para contener la monetización y reducir la tasa de inflación; segundo, “sincerar” el tipo de cambio y que fuera finalmente determinado por el mercado, lo cual implicaba ter- minar con la paridad del quetzal con el dólar de los Estados Unidos (Debo reconocer que años antes, veíamos la “flotación” del quetzal como incon- veniente, por tratarse de un país con un peso muy pequeño en el comercio internacional, cuyas expor- taciones dependían de muy pocos productos y con cuotas, y con una inflación similar a la de los Estados Unidos, lo cual ya no era el caso.) El tercero consistía en desmantelar el control de precios, que no solo era imposible de controlar, sino que introducía serias distorsiones en el intercambio de bienes y servicios. Paralelamente, el Programa contemplaba mejo- rar los ingresos fiscales; limitar el crédito del Banco de Guatemala al Estado; terminar con el endeuda- miento externo del Banco de Guatemala; aplicar una política de aumentos de salarios; mejorar los ingre- sos fiscales y medidas temporales para no afectar o paliar los impactos del programa en los sectores más vulnerables. Teníamos claro cuáles eran los objetivos y cuá- les las acciones a tomar; sin embargo, se consideró, en la medida de lo posible, que fueran políticamente viables, y que evitaran medidas de choque; por esta razón, varias de ellas se implementarían en forma progresiva. Por ejemplo, temporalmente se propu- sieron tres mercados cambiarios: el oficial, el cam- biario y el interbancario, mientras se llegaba a esta- blecer un tipo de cambio de mercado unificado. Una vez preparado y discutido el Programa a nivel técnico, se procedió a dialogar con diferen- tes grupos representativos tanto del sector privado como del sector cooperativo y sindical –recuerdo particularmente las valiosas conversaciones con el licenciado Juan Francisco Alfaro Mijangos, un res- petado y destacado líder sindical- Le introdujimos varios ajustes al Programa y, finalmente, estábamos preparados para discutirlo con el presidente Vinicio Cerezo. Reunión en la Finca Santo Tomás El presidente nos pidió que hiciéramos la exposición al gabinete general y con este propósito se realizó una sesión específica en la finca Santo Tomás. Con el doctor Paíz y el licenciado Sosa procedimos a expo- ner los diferentes elementos sustantivos del PRES. Cuando terminamos la exposición, al presidente Cerezo le pareció, pese a algunas dudas que mani- festó, que técnicamente era apropiado, pero que, desde el punto de vista político, iba a causar serios problemas al recién instaurado gobierno, electo democráticamente con una amplia mayoría; sobre todo, cuando algunos sectores y analistas económi- cos habían calificado el programa de “neoliberal y
  • 19. 17 Preámbulo monetarista”, principalmente por las medidas que se proponían de orden monetario, cambiario y crediti- cio. El resto del gabinete, con pocas excepciones, también presentó varias dudas y objeciones sobre las medidas del programa y coincidía con el presidente en que ocasionaría serios problemas políticos. En estas circunstancias, no obstante los argumentos de los miembros del gabinete económico, el ambiente era más bien desfavorable para el programa. Enton- ces, el presidente Cerezo pidió tener un receso y que se sirviera el almuerzo. Durante el paréntesis, le pedí al presidente conversar con él detenidamente sobre la situación del país y la necesidad del pro- grama. Dándole vueltas a la piscina, tuve el tiempo suficiente para explicarle con mayor detalle los objetivos y el alcance de las medidas y cuáles serían las consecuencias de no adoptar el programa, acep- tando, desde luego, los costos políticos y subrayando que, como él lo había pedido, no contenía medidas de choque. (Recuerdo –por cierto- que el licenciado Lizardo Sosa, que estaba pendiente de mi plática con el presidente, contó las vueltas que dimos a la pis- cina, trece o catorce). Al final de nuestra charla, el presidente Cerezo estaba dispuesto a apoyar el Pro- grama. Después del almuerzo, continuó la discusión en el gabinete, pero ya sabíamos que el presidente Cerezo estaba dispuesto a apoyarlo. Con la opinión favorable del primer mandatario y algunas explica- ciones que nos permitimos dar, la mayoría del gabi- nete dio su aquiescencia, y se adoptó el Programa de Reordenamiento Económico y Social de Corto Plazo, como el programa económico del gobierno. El siguiente paso, consistió en negociarlo con el Fondo Monetario Internacional. No sé si era el caso de otros países, pero en esa oportunidad no fue el FMI quien propuso el pro- grama, sino el gobierno de Guatemala. Después de varias reuniones con los técnicos y las autoridades del Fondo, quienes coincidían en el enfoque, objeti- vos y medidas del programa, el FMI nos concedió su respaldo, con algunas sugerencias. La socialización del programa económico A estas alturas, estábamos preparados para “socia- lizarlo” con los sectores sindical, cooperativo y empresarial privado, con quienes, como lo anoté, ya habíamos conversado, gracias a lo cual no encontra- mos mayor oposición y sí un buen nivel de compren- sión, en el sentido de que nuestro país estaría mejor con la implementación del programa que sin él. La siguiente batalla, si cabe llamarla así, había que darla a nivel político en el Congreso de la Repú- blica. Hicimos varias presentaciones a los congresis- tas y finalmente, en la tercera sesión en que se discu- tió el programa, el 6 de mayo de 1986, nos presenta- mos al pleno en la ocasión en que se votaría sobre los seis proyectos de ley que contemplaba el programa. Se escucharon opiniones a favor y en contra, así como algunas sugerencias. Entre las intervenciones bastante bien fundadas dos me llamaron particular- mente la atención. El partido de oposición más nume- roso era el de la Unión del Centro Nacional, UCN, y uno de sus principales y más respetados voceros, el licenciado Jorge Skinner Klee, pidió la palabra. Desde luego, esperábamos una posición adversa al programa; pero, para nuestra sorpresa, después de analizar las propuestas del programa, y de subrayar que en lo cambiario se estaba proponiendo la tercera reforma monetaria en la historia económica de Gua- temala, el orador terminó afirmando que el programa era conveniente para Guatemala y que él votaría a favor. La otra intervención que nos llamó la atención fue la del licenciado José García Bauer. Con la retó- rica y la enjundia que lo caracterizaban, y habién- dose preparado de fondo y forma para el debate, calificó el programa de “neoliberal y monetarista” y que tenía el rechazo de la Federación Sindical de Empleados Bancarios y de Seguros de Guatemala, cuyos representantes aplaudían sus intervenciones desde la barra. Los diputados del bloque del MLN abandonaron el recinto. Finalmente se puso a discu- sión el conjunto de leyes por artículos y, con algunas modificaciones que nos fueron consultadas, las leyes del programa fueron aprobadas por mayoría. El programa en acción Con el apoyo total del licenciado Vinicio Cerezo y la colaboración de los diferentes ministerios, los miembros del gabinete económico procedimos de inmediato y con bastante disciplina a implementar el programa. La Junta Monetaria adoptó las medidas necesarias para reducir el medio circulante; iniciar el camino a la unificación del tipo de cambio con la instalación transitoria de los tres mercados cambia- rios. Se detuvo el endeudamiento externo del banco central para apoyar el tipo de cambio; se limitó y puso costo al endeudamiento del gobierno con el banco central; se procedió al aumento de salarios contemplado; se aplicaron los nuevos impuestos y el ministro de Economía, licenciado Lizardo Sosa, ini- ció la difícil e impopular tarea de ir desmantelando el complicado control de precios. El Programa, si bien no sufrió ataques fuertes, fue criticado por algunas instituciones, académi- cos y columnistas, tanto de la llamada izquierda como de la derecha. Entre ellos, resultó interesante la reacción del doctor Manuel Ayau, quien estando de acuerdo en la dirección de las medidas, insistía en que el tipo de cambio debía haberse dejado libre inmediatamente y no a corto plazo, como nosotros lo estábamos implementando. Quienes tuvimos el honor de conocer al doctor Ayau, sabemos de la pro-
  • 20. 18 José Molina Calderón fundidad y consistencia teórica de sus planteamien- tos. Consecuente con su punto de vista, durante una visita del doctor Milton Friedman a Guatemala, me invitó a un almuerzo “académico” con la intención de que el célebre profesor de economía de la Uni- versidad de Chicago ayudara a convencerme. Para sorpresa de los dos, después de explicar al doctor Friedman cuáles eran los motivos por los que no convenía dejar inmediatamente libre el quetzal, él, por caminos diferentes, se pronunció en favor de nuestra estrategia, con algunas recomendaciones. El doctor Ayau, desde luego, no estuvo de acuerdo con Friedman. Resultados a fines del segundo año Tanto el Banco de Guatemala como el Ministerio de Economía y el de Finanzas implementaron las medi- das contempladas en el Programa. En mi opinión, los resultados fueron altamente positivos. A finales del segundo año, la economía se había reactivado; la tasa de inflación se había reducido a 12%; prácti- camente, se había liberado la mayoría de los precios que estaban sujetos a precio tope; El tipo de cambio se había simplificado y era prácticamente el mercado el que lo determinaba. Consecuentemente, se había detenido y había principiado a disminuir el endeuda- miento externo del banco central. Se aumentaron los salarios; se incrementaron los ingresos fiscales y se principió a limitar el endeudamiento del Gobierno con el banco central. Después del segundo año, tal y como yo le había anticipado al presidente Cerezo, le presenté, y él aceptó, mi renuncia a la presidencia del Banguat. Afortunadamente, el licenciado Sosa, que continuó en el gabinete de gobierno y posteriormente substi- tuyó al Lic. José Miguel Gaitán en la presidencia del Banco de Guatemala, llevó a feliz término las medi- das del Programa, obteniendo de la Junta Monetaria, principalmente, que se dejara totalmente libre el tipo de cambio y, además, la tasa de interés. A mi juicio, se tomaron las medidas adecuadas en el campo económico y, aunque padecimos algu- nos problemas de tipo político y agrias críticas, estoy convencido de que, al final, quien salió favorecido fue el país, y en ese sentido tengo que reconocer o tenemos que reconocer el papel positivo y decisivo que jugó el presidente Cerezo. La economía al final del período ¿Qué sucedió en los últimos meses del periodo del presidente Cerezo? No lo sé, habría que estudiar y documentarse detenidamente acerca de este período. Desafortunadamente, a fines de 1990 la tasa de inflación había subido a 60%, la más alta en la historia del país; el medio circulante había crecido 33.9%; las reservas monetarias internacionales netas habían caído y el tipo de cambio se había depreciado en un 84.7%. Libres los precios macroeconómicos Un último comentario. Conversando con algunos colegas economistas, coincidimos en que bajo la administración del presidente Cerezo, el país llevó a cabo probablemente las reformas económicas estructurales más importantes y positivas de los últi- mos 27 años, la llamada era democráticas, al dejar libres los principales precios macroeconómicos: el tipo de cambio, la tasa de interés y haber suprimido los precios tope. POLITICA ECONOMICA EN LOS PRIMEROS DOS AÑOS DEL PRESI- DENTE JORGE SERRANO La historia se repite Después de describir los primeros dos años de la política económica del Presidente Vinicio Cerezo, ahora me refiero a los primeros dos años de la polí- tica económica bajo la administración del Ingeniero Jorge Serrano Elías. Curiosamente, tiempo después, la historia casi se repite. El candidato y, posterior vicepresidente electo, Gustavo Espina, se comunicó conmigo y me indicó que el ingeniero Jorge Serrano Elías deseaba que regresara a la presidencia del banco central. De nuevo, siendo yo gerente general del Banco Conti- nental, comenté la invitación con el licenciado Jorge Castillo Love, presidente del Banco. Una vez más, me indicó que él estaba de acuerdo en apoyarme si yo aceptaba colaborar con el país, ya que Guatemala estaba primero. Hizo honor a una expresión que le he escuchado en varias ocasiones: “antes que cerve- ceros, somos guatemaltecos”. El gabinete económico Conversamos varias veces con el ingeniero Serrano Elías y, al igual que con el presidente Cerezo, me permití aclararle que no había votado por él; además, que, dado la deteriorada coyuntura económica, era necesario adoptar otro programa de estabilización económica, sin duda impopular. En esta ocasión, sí tuve la oportunidad de sugerir nombres para integrar el gabinete económico con personas que, en mi opi- nión, podrían sacar adelante la economía del país. Fue así como, después de conversar el tema en algu- nos desayunos en su residencia, aceptó en principio que el gabinete económico estuviera integrado por la licenciada Raquel Zelaya, que coincidentemente ya la tenía en su lista, el licenciado Diego Pulido, el licenciado Richard Aitkenhead y el autor de este
  • 21. 19 Preámbulo artículo, como presidente del Banco de Guatemala. El licenciado Pulido decidió no participar, y el gabi- nete económico quedó integrado por la licenciada Raquel Zelaya, en el Ministerio de Finanzas; el licenciado Richard Aitkenhead, en el de Economía; contamos con la colaboración del señor Ricardo Castillo Sinibaldi, como ministro de Desarrollo, del Lic. Fernando Fuentes Mohr como Secretario de Planificación Económica y mi persona como presi- dente del Banco de Guatemala. En esta oportunidad pedí al licenciado Edin Velásquez, con un postgrado de la Universidad de Notre Dame y ex director de Estudios Económicos del Banco de Guatemala, que me acompañara como vicepresidente. Para mí fue agradable volver al Banco de Gua- temala y encontrar prácticamente el mismo equipo técnico y administrativo que había dejado dos años atrás. El departamento de Estudios Económicos, en ese entonces, estaba bajo la dirección del Licenciado Willy Zapata, con la colaboración estrecha de dos calificadas profesionales, la Licenciada Antonieta de Bonilla y la Licenciada Xiomara Bennet. Con la alta capacidad profesional y técnica de este equipo, la valiosa colaboración del Vicepresidente y los demás departamentos técnicos del banco, procedimos a hacer un detallado diagnóstico de la situación y pre- parar los puntos básicos de un plan de estabilización económica de corto plazo, para ser presentado como documento de trabajo al Gabinete Económico. Plan de Estabilización Económica de Corto Plazo Teníamos bastante claro cuáles eran los problemas económicos de corto plazo por los que estaba atra- vesando el país y también las causas que los esta- ban provocando. Después de varias reuniones con los miembros del gabinete económico, se consensuó el programa económico que tenía fundamentalmente dos planes: el “Plan de Estabilización Económica de Corto Plazo” y posteriormente el que se denominó “Plan de Modernización Económica y Social de Mediano y Largo Plazos”. Los objetivos principales del primero eran: dina- mizar la actividad económica; atacar frontalmente la inflación, que como ya lo indiqué, había alcanzado un récord de 60% anual; tomar las medidas nece- sarias para que el tipo de cambio del quetzal no siguiera presentando fuertes devaluaciones, pero sin que dejara de responder a las condiciones del mercado; fortalecer la finanzas públicas y reducir el déficit fiscal; y, algo muy importante, que volviera la confianza de los agentes económicos. El programa fue discutido ampliamente con el Presidente Jorge Serrano Elías. El Presidente tenía una confianza bastante grande, al menos así lo per- cibíamos, en el Gabinete Económico, de manera que las conversaciones fueron directas y sinceras, profundas diría yo, y con un buen entendimiento de parte del Presidente Serrano quien lo apoyó. De igual forma se contó con el apoyo del Vicepresidente Espina. La socialización del programa económico Procedimos luego a “socializar” el programa con la opinión pública y con diferentes sectores del país. En mi primera estadía en el Banco de Guate- mala se había iniciado un programa, o más bien, una práctica de reunir regularmente a los periodistas y columnistas que cubrían el tema económico. En estas reuniones se compartía con ellos el compor- tamiento de las principales variables macroeconó- micas, así como las políticas que se aplicaban y sus resultados. En esta oportunidad se explicó amplia- mente el contenido del programa. De igual forma se conversó con el sector privado organizado, así como con líderes sindicales. Particularmente importante fue la colaboración del Lic. Mario Solórzano desde el Ministerio de Trabajo y Previsión Social. Transcurridos unos dos meses, fue desafortu- nado que la Licenciada Raquel Zelaya presentara su renuncia del Ministerio de Finanzas y no se contara con sus agudas y reflexivas observaciones y apor- taciones. El Licenciado Richard Aitkenhead ati- nadamente fue trasladado a la cartera de Finanzas Púbicas, y en la cartera de Economía fue nombrado el Licenciado Juan Luis Mirón. Continuamos tra- bajando en equipo, siguiendo los lineamientos del programa que había sido aprobado por el Ejecutivo y, previamente, con la opinión favorable de la Junta Monetaria. Objetivos y medidas del Plan de Estabilización En forma resumida, los principales 0bjetivos y medi- das del plan de estabilización en la parte monetaria y fiscal fueron las siguientes: Objetivos: reducir la inflación; estabilizar el tipo de cambio, pero permitiendo que lo determinara el mercado; controlar la oferta monetaria; y reducir el déficit fiscal. Principales medidas: financiamiento neto igual a cero para el Gobierno Central e instituciones del Estado y evitar subsidios ocultos a través de las tasas de interés; financiamiento neto igual a cero para los bancos del sistema; cuando fuera necesario, con- trolar la oferta monetaria utilizando operaciones de mercado abierto, principalmente a través de la colo- cación de CENIVACUS y certificados de depósito a plazo; eliminación de todos los subsidios cambia- rios; permitir que la oferta y demanda determinaran más eficazmente el tipo de cambio, dentro de ciertos rangos móviles; Incrementar los ingresos fiscales y reducir sustancialmente el déficit fiscal.
  • 22. 20 José Molina Calderón Se reanuda el financiamiento externo Principalmente para que nos abrieran las puertas de financiamiento los Organismos Financieros Inter- nacionales, era necesario que el Fondo Monetario Internacional aprobara el plan de estabilización. Fui- mos en varias ocasiones a Washington, primero con la Licenciada Zelaya y después con el Licenciado Richard Aitkenhead Castillo. Se expuso y defendió el plan que habíamos elaborado. Las discusiones fueron en esta oportunidad bastante más difíciles que cuando se presentó el programa de 1986. Los técnicos del Fondo Monetario Internacional que- rían tomar un papel más protagónico; sin embargo, nosotros estábamos convencidos que el contenido y propuestas del plan eran lo que requería el país. Después de varias discusiones en donde el jefe de la misión de Guatemala, un técnico sólido y de firmes posiciones que conocía muy bien el país, tenía opi- niones que no coincidían con las nuestras. Después de varias discusiones, en verdad no fáciles, logramos convencer, con algunos ajustes, al grupo técnico del Fondo de la bondad de nuestro plan y fue así como fue aprobado por este organismo. Los Resultados del plan fueron nuevamente satisfactorios. El Banco de Guatemala procedió a recoger la liquidez excedente, fundamentalmente con la colocación de Cenivacus, que consistían en depó- sitos en el Banco de Guatemala. Cabe acotar que el Lic. Jorge Skinner Klee, quien en mi primera estadía en el Banco de Guatemala apoyó, aun estando en la oposición, el programa de reordenamiento de 1986, en esta oportunidad él como ex constituyente y ex diputado no estaba de acuerdo en que el Banco de Guatemala pudiera, a través de los Cenivacus, captar recursos. En su opinión el hecho de recibir depósitos en el Banco de Guatemala era una deuda y por lo tanto debía de ser aprobado por el Congreso de la República. La opinión del Banco de Guatemala, de los técnicos y de la Asesoría Jurídica del Banco Cen- tral, la cual yo compartía plenamente, era que había una clara diferencia entre endeudamiento y recep- ción de depósitos, lo cual creo que fue entendido y aceptado por la mayoría de diputados del Congreso, quien no objetó el mecanismo. Se pospone la libre negociación de divisas En la parte cambiaria, era necesario, por una parte, terminar con los subsidios que aun existían, princi- palmente para la importación de combustible, lo cual se implementó, con las molestias y críticas que una medida muy conveniente, pero impopular, conlleva. Por la otra, era necesario completar la facilitación y liberalización de la negociación de divisas. Con este propósito se sometió al Congreso y fuel aprobado por este organismo, la legalización de las casas de cambio. El último elemento que faltaba para hacer más eficiente el mercado de divisas, era legalizar la libre negociación de divisas. Con este propósito, los departamentos técnicos prepararon un documento que sustentaba la conve- niencia de la medida, juntamente con un anteproyecto de ley, ya que se requería la aprobación del Congreso de la República. La propuesta se sometió a consi- deración de la Junta Monetaria y mereció el apoyo de todos sus miembros. Uno de ellos, el Licenciado Alfonso Portillo, miembro electo por el Congreso de la República, hizo varias aportaciones positivas para mejorar el contenido y forma del anteproyecto. Como se trataba de un tema delicado, y para evitar especu- laciones, aprovechamientos o incertidumbre en los mercados, decidí, antes de someter a votación el pro- yecto de resolución en la Junta Monetaria, preparar el terreno con el Presidente del Congreso de la Repú- blica. Pedí una cita al entonces Presidente del Con- greso, Lic. Edmund Mület, con quien tuve una larga plática, explicándole la conveniencia para el país de la propuesta. El Lic. Mület comprendió plenamente la misma, así como la conveniencia de que se apro- bara en una especie de “fast Track” para evitar espe- culaciones. El Lic. Mület me indicó que, para poder tener una aprobación sin mayores contratiempos en el Congreso, era necesario el voto favorable de los representantes del Congreso en la Junta Monetaria. Salí contento y positivo, además, porque los repre- sentantes del Congreso en la Junta Monetaria, parti- cularmente el Lic. Alfonso Portillo, había tenido una actitud positiva con respecto a la propuesta. Estando todo preparado y, desde luego, con el apoyo del Ing. Jorge Serrano, estábamos listos para someter el pro- yecto a la aprobación de la Junta Monetaria. Para mi sorpresa, el día en que la propuesta se iba a someter a votación en la Junta Monetaria, pidió hablar conmigo el Lic. Alfonso Portillo y me dijo que, por diferentes razones, él no podía votar a favor del proyecto. Para mí fue inesperado e incompren- sible el cambio de opinión, habiendo sido él un ele- mento positivo en las discusiones. Eventualmente me gustaría conversar con el ex presidente para que me explicara por qué motivo a última hora no apoyó el proyecto. Frente al hecho de que no sería aprobado por los representantes del Congreso, tomé la decisión de retirar el tema de la agenda de la Junta Monetaria. El tema, muy a mi pesar, hubo de diferirse. Resultados en el primer año Al final del primer año ya teníamos resultados bas- tantes positivos. En primer lugar, la actividad eco- nómica había principiado a reactivarse y estaba creciendo a una tasa del 1.2%, después de haber retrocedido en el año previo en 0.5%. La tasa de inflación había disminuido del 60% al 12%. Las reservas monetarias internacionales netas habían dejado de ser negativas y alcanzaban los US$ Q.540
  • 23. 21 Preámbulo millones positivos. El tipo de cambio prácticamente se estabilizó, habiendo flexibilizado más el mercado de divisas. Se abrieron para el país las ventanillas de las instituciones financieras internacionales. En la parte fiscal, algo que queda en la historia como un hecho muy significativo, con las medidas fiscales implementadas por el Ministerio de Finanzas, bajo la dirección del Licenciado Richard Aitkenhead, se había conseguido por primera vez, desde la admi- nistración del presidente Jorge Ubico, que el déficit fiscal fuera igual a cero. De manera que al final del primer año, nos sentíamos bastante satisfechos con lo que ese había hecho, lo cual respondió en mi opi- nión a los elementos sustantivos siguientes: Primero que el programa y su implementación se había hecho con honestidad, en el sentido de que se perseguía el beneficio del país, con un programa rea- lista que buscaba la estabilidad y mejoramiento eco- nómico y social;1 en segundo lugar, el plan de esta- bilización estaba preparado técnicamente, tomando en consideración los puntos de vista de los diferentes sectores de la comunidad. Otro punto fundamental fue que el Presidente de la República lo entendiera perfectamente y tomara la decisión de ponerlo en marcha; y, finalmente, lo que debe de estar presente en todo programa, decisión y disciplina para ejecu- tarlo, sin excusas ni demoras. Plan de Modernización Financiera de Guatemala El haber reencauzado el país nos daba la confianza para tomar algunas otras medidas de mediano y largo plazos. Fue así como estimamos que era el momento de iniciar y emprender una reforma finan- ciera del país. Lo discutimos con los departamentos técnicos del Banco de Guatemala y se preparó lo que se llamó en aquella oportunidad el Plan de Moder- nización Financiera de Guatemala. El propósito de este plan, presentado en una matriz, era señalar las medidas a implementar para conseguir modernizar financieramente a Guatemala. Esta matriz se discutió amplia y convenientemente con el sector financiero del país y con las instituciones financieras interna- cionales, principalmente el FMI y el Banco Mundial, en donde fue muy valiosa la colaboración del Lic. Gabriel Castellanos, a la sazón Director Alterno por nuestra región. La matriz de modernización finan- ciera contemplaba los siguientes elementos funda- mentales: 1 J. Federico Linares, Getting back to basics. Harvard Inter- national Review, Spring 1995. • Un sistema financiero más competitivo, con una mayor apertura a la banca internacional y con una mayor capacidad de modernizar sus produc- tos y servicios; • Una banca regulada, de acuerdo a las mejores prácticas internacionales; • Una supervisión bancaria empoderada para mantener la solidez, solvencia y liquidez del sis- tema; y • Un sistema bancario más transparente y brin- dando más información al público Sin sentir, ya había pasado más de año y medio que era el tiempo que yo había ofrecido al Presidente Jorge Serrano Elías para estar al frente del Banco de Guatemala e implementar el programa de estabili- zación de corto plazo. Me sentía bastante satisfecho por los resultados obtenidos, producto de un trabajo coordinado y disciplinado del gabinete económico, el decidido apoyo del Presidente y la valiosa partici- pación del personal del Banco de Guatemala y de los miembros de la Junta Monetaria. Por otra parte, se había abierto la ruta para la modernización del sistema financiero; me quedaba, sin embargo, la frustración de no haber podido con- seguir que se aprobara la ley de la libre negociación de divisas en el país. De nuevo se repitió la historia. En el proceso de liberación de los principales precios macroeconómicos que iniciamos en los primeros dos años del Presidente Cerezo, le tocó al Lic. Lizardo Sosa concluirlos con éxito, siendo Presidente del Banco de Guatemala. En el 2002, siendo el Lic. Sosa presidente del Banco de Guatemala, se concluyó el proceso de modernización financiera con la aproba- ción de la Ley de Bancos y Grupos Financieros, y las modificaciones a la Ley Orgánica del Banco de Guatemala. Adicionalmente, se retomó y se aprobó la Ley de Libre Negociación de Divisas, paradójica- mente bajo la presidencia del Lic. Alfonso Portillo. Se lograron dos hechos importantes De esta manera, en mi opinión, se lograron en los primeros dos años de la administración del Ing. Jorge Serrano Elías, dos hechos importantes. El pri- mero. La estabilización económica del país, con los resultados positivos ya señalados y segundo, lo más importante en el mediano y largo plazos, el haber iniciado la ruta hacia la modernización financiera y haber preparado el camino para completar el proceso de liberalización del mercado cambiario.
  • 24. 22 José Molina Calderón 1 Jorge Serrano Elías y Vinicio Cerezo Arévalo. PRIMER AÑO DE GOBIERNO 1991: Herencia fiscal del Gobierno de Jorge Serrano Elías
  • 25. 23 Primer Año de Gobierno 1991 1 Ley de Educación, inconstitucional (Prensa Libre, 9/1/1991) A partir de 1971, la legislación guatemalteca con relación a los centros educativos no gubernamen- tales se significó por una marcada orientación intervencionista. Sorpresivamente, el jueves 27 de diciembre de 1990, se hizo público el documento Programa de Estabi- lización y Ajuste Estructural, Proyecto Nacional de Desarrollo a Corto y Mediano Plazo, preparado por la Secretaría General del Consejo Nacional de Plani- ficación Económica, con el apoyo de la Asociación Alemana de Cooperación Técnica, GTZ (Siglo Vein- tiuno, suplemento de 16 páginas). No se había publicado por ningún organismo del Estado un análisis de este tipo sobre la situación económica, en especial conteniendo una severa crí- tica a la política económica de 1986-90, al señalar que algunas veces el automóvil iba para adelante, otras para atrás y así sucesivamente. Es una fuerte crítica a la suspensión de exportaciones de produc- tos agropecuarios en 1990, y a la forma en la que el Banco de Guatemala maneja la política monetaria. Señala que para 1991 se espera una carga tributa- ria (impuestos divididos entre la población nacio- nal) de solo 5.7%, probablemente la más baja del mundo. En lo que se refiere al área educativa, indica lo siguiente: Restablecer la importancia de las señales de mercado como mecanismo de asigna- ción de recursos constituye un elemento central de la estrategia de ajuste interno. (Pág. 4). Política de precios. La norma de la Economía Social de Mercado plantea que el Estado debe limitarse a la regula- ción macroeconómica, sin intervenir en las decisiones económicas de los agentes priva- dos. Esto se refiere a la inversión, empleo y especialmente a la formación de precios. Consecuentemente se propone estudiar la eliminación de todos los precios tope vigen- tes en la actualidad. (Pág. 5). En educación, Guatemala es uno de los países del conti- nente con más alta tasa de analfabetismo. El aumento efectivo de la escolarización no se ha logrado, entre otras causas, debido al rápido crecimiento poblacional, por la ineficiencia del sistema educativo y por el uso de mano de obra infantil. Solo logrando una mayor eficiencia administrativa del sis- tema educativo, racionalizando el uso de los recursos y recurriendo a pedagogías más apropiadas, se podrá resolver esa situación. Resulta imprescindible regionalizar y rees- tructurar el Ministerio de Educación, revi- sar la calidad educativa y optimizar el uso de recursos, redefinir la educación extraes- colar y reforzar la dieta básica de los alum- nos. (Págs. 15 y 16). En el último trimestre de 1990, el Ministerio de Educación jugó a Herodes persiguiendo a los niños, lo que comprende a 300 mil alumnos en los centros educativos no gubernamentales inscritos en prepri- maria, primaria y educación media, el 20% de la población escolar inscrita en los centros educativos no gubernamentales. Esta semana en el Congreso se encuentra para aprobación una nueva Ley de Educación, que con- tiene una gran cantidad de inconstitucionalidades y convierte de nuevo al Ministerio de Educación en un dictador educativo. Cuotas escolares En Guatemala, al pasar de regímenes autoritarios a democráticos, las leyes sufren conmoción. Por ejem- plo, cuando hay un golpe de Estado y asume un régi- men militar o civil, se promulga y entra en vigor un Estatuto Fundamental de Gobierno. Es la nueva ley fundamental, y las leyes anteriores tienen problemas para ajustarse. Ocurrió en 1920, 1944, 1954, 1963 y 1982. En la educación ocurre exactamente lo mismo. El Estatuto Fundamental de Gobierno, publicado en el Diario de Centro América el 28 de abril de 1982, luego de abolida la Constitución de 1965, permi- tió que el Jefe de Estado fuera a la vez el Jefe del Organismo Ejecutivo y el Jefe del Organismo Legis- lativo. Del Judicial, prefiero no comentar. Ya enten- derán por qué. De 1982 a principios de 1986 hubo régimen militar. En lo que se refiere a educación, se dejó en sus- penso el Decreto 79-78 del Congreso de la Repú- blica, y fueron congeladas las cuotas escolares. Por razones circunstanciales, estuve involucrado en el entierro –que finalmente eso fue– del Decreto 79-78, y apareció un nuevo engendro, el Decreto Ley 128- 83, del 14 de octubre de 1983, publicado el 17 de ese mismo mes en el Diario de Centro América. Era la tercera ley de congelamiento de cuotas escolares desde 1971, y de nuevo aparecía al concluir el ciclo escolar anual. La suspensión del Decreto 79-78 afectaba el Régimen Económico y Financiero de los Estableci- mientos Particulares de Enseñanza y su Reglamento,
  • 26. 24 José Molina Calderón contenido en el Acuerdo Gubernativo Nº 3, del 28 de enero de 1983 (artículo 1). Se estableció manu militari que las cuotas edu- cativas que hubieran sido autorizadas en el ciclo lec- tivo 1983 en los establecimientos particulares, antes de la vigencia del nuevo Decreto Ley, no debían ser aumentadas y, en consecuencia, por ninguna razón debían alterarse las cuotas educativas ya estableci- das en conceptos de matrícula escolar oficial, contri- bución al Plan de Operación Escuela, colegiaturas, derechos y otros servicios debidamente aprobados por el Ministerio de Educación (artículo 2). Se resolvió también que los directores, miem- bros del personal docente y administrativo de los centros particulares de enseñanza, no podrían exigir a los educandos cuotas extraordinarias o contribu- ciones de cualquier naturaleza, debiendo ceñirse estrictamente a las cuotas educativas y pagos por otros servicios de enseñanza debidamente aprobados por el Ministerio de Educación (artículo 3). Y se estableció que el Ministerio de Educación debía integrar, dentro de los 39 días siguientes a la vigencia del Decreto Ley, una comisión específica de estudio que propondría las modificaciones a la Ley y reglamento a los que se refería el artículo 1, ya mencionado, y presentaría al despacho de Educación el respectivo proyecto de ley en el término de seis meses, a partir de su integración (artículo 4). Por supuesto, de nuevo se fijó que la infracción al Decreto Ley sería sancionada por el Ministerio de Educación de conformidad con lo preceptuado por el artículo 40 de la Ley de Educación Nacional, Decreto 73-76 del Congreso de la República, y artí- culos 80 y 81 de su Reglamento, Acuerdo Guberna- tivo del Ministerio de Educación 13-77 (artículo 5). Este era un artículo importante, porque al tra- tarse de un gobierno de facto, el Jefe de Estado tenía en sus manos todos los poderes. De esa cuenta le dio fuerza al artículo 40 de la Ley de Educación y a los artículos 80 y 81 de su Reglamento, en los que se establecía que quienes transgredieran las leyes y reglamentos que regulaban los centros educativos privados se harían acreedores a las sanciones corres- pondientes, desde amonestación hasta cancelación definitiva del establecimiento, además de las sancio- nes prescritas por otras leyes, según el caso. Las características de esa normativa eran muy distintas a las de la Constitución ahora vigente, la de 1985, en la que la única función del Ministerio de Educación en relación a los centros no gubernamen- tales es la de inspeccionarlos y velar porque cum- plan con los programas oficiales de estudio. Y así entró en vigor el tercer decreto de conge- lamiento de cuotas escolares en la historia educativa de Guatemala (el primero fue en 1971 y el segundo en 1978). El Diario de Centro América publicó el 14 de noviembre de 1985 la cuarta ley de congelamiento de cuotas escolares, el Decreto Ley 116-85, aparen- temente en vigor en este momento. Es interesante conocer la parte considerativa de la norma: El Jefe de Estado, considerando: Que los centros de enseñanza privada funcionan bajo la vigilancia y control del Estado, el que debe autorizarlos, incluyendo las cuo- tas que pueden cobrar por los servicios que dichos centros prestan; considerando: que la situación económica que prevalece en el país hace imperativo establecer nuevas nor- mas que determinen el procedimiento que debe seguirse para la autorización de las cuotas que pueden cobrarse en los centros de enseñanza a los que se refiere el consi- derando anterior, en beneficio de quienes cubren las mismas y salvaguardando los intereses de los propietarios de dichos cen- tros, por lo que se hace necesario emitir la disposición legal correspondiente… Se decretó en esa oportunidad que los centros educativos privados únicamente podrían cobrar las cuotas que les hubieran sido autorizadas por el Ministerio de Educación (artículo 1). Quedó prohi- bido cobrar cualquier clase de contribución adicional a la cuota autorizada, ya fuera en calidad de bono, donación u otra figura que significara retribución por el servicio prestado (artículo 2). Tómese en cuenta que después de 20 años de leyes de ese tipo, en ningún año anterior, en la prác- tica, el Ministerio de Educación requirió que los centros educativos le comunicasen las cuotas para su aprobación. Seguía vigente, como se diría en el inte- rior del país, “el costumbro”, la costumbre, lo que se llama también el derecho consuetudinario, que es un procedimiento legal perfectamente conocido por los juristas. En ninguno de los 20 años pasados se habían aprobado las cuotas escolares, ni previa ni poste- riormente, de los mil centros educativos no guber- namentales. De nuevo, se estableció que los propietarios de los centros educativos privados, interesados en que se les fijara un régimen de cuotas, deberían solici- tarlo al Ministerio de Educación, el que resolvería lo procedente de conformidad con el reglamento que se emitiera para el efecto (artículo 3). Ya se verá que el reglamento fue hecho juntando todas las divisiones del ejército, la artillería, la infan- tería y la marina. Se lanzaron un reglamento en el que deben de haberse divertido mucho sus autores, pero que es una aberración práctica y jurídica. Y es el mismo que está actualmente en vigor, en un régimen que por ser constitucional implica reglas distintas a las que prevalecen cuando hay un gobierno de facto. El artículo 4, el más simpático, dice textual- mente así: Cuando lo que se solicite sea el incre- mento a las cuotas autorizadas, éste no podrá ser
  • 27. 25 Primer Año de Gobierno 1991 mayor de un quince por ciento (15%). No indica si ese porcentaje deberá ser aplicado diariamente, semanalmente, mensualmente o anualmente. Y el Ministerio de Educación interpretó que fuese aplica- ble por tres años. Se ve que la aritmética no funcionó. Tómese en cuenta que ese último año del gobierno militar (1985), si bien fue exitoso en la transición política a un gobierno democrático, fue desastroso en la parte económica, especialmente al final del año, cuando por medidas adoptadas el 24 de octubre de 1985, la Junta Monetaria lanzó una emisión monetaria inor- gánica que en solo dos meses hizo que la inflación de todo el año –de los doce meses– creciera a razón del 20% anual –se destaca anual–, y que el siguiente año, 1986, se colocase al 35% anual. Ese decreto no entiende de emisión monetaria ni de inflación, mucho menos de cómo se maneja un kindergarten. Ahora, los alumnos de kindergarten se educan ya con cultura inflacionaria. De nuevo se dispuso en ese decreto que los propietarios de los centros educativos privados que violaran los preceptos contenidos en él serían san- cionados con la cancelación del establecimiento, mediante resolución del Ministerio de Educación. Además, deberían devolver, a quienes la hubiesen pagado, la suma de dinero que haya excedido a la cuota autorizada, incluyendo cualquier clase de con- tribución adicional a las contempladas en el artículo 2 del Decreto Ley (artículo 5). Sin embargo, como se ha analizado y se anali- zará de nuevo, este artículo está reñido con los artí- culos 71 y 73 de la actual Constitución Política, que, por cierto, no fue la normativa en la que se enmarca- ron las funciones del gobierno militar, ya que entró en vigor el día en el que se pusieron el kepi, hicieron el saludo a la bandera y dejaron la silla presidencial en el Palacio Nacional. Por supuesto, el Decreto Ley estableció que los propietarios de centros educativos privados que no hubieran sido autorizados a cobrar nuevas cuotas en virtud de esa ley, deberían continuar cobrando las que tuvieran autorizadas (artículo 6). Y así, al año siguiente, 1986, ningún centro presentó autorización para nuevas cuotas y todo el mundo en el sistema democrático siguió aplicando el “costumbro”, el derecho consuetudinario. También el Decreto Ley decidió que el Ministe- rio de Educación, dentro del plazo de 30 días contado a partir de su vigencia (14 de noviembre de 1985), quedaba obligado a formular el reglamento corres- pondiente, el cual en efecto fue emitido –publicado en el Diario de Centro América el 11 de diciembre de 1985– y se le conoce como el Acuerdo Guberna- tivo 1202-85. Este Reglamento sí que es de miedo, por su prepotencia, y por supuesto totalmente des- ajustado de la Constitución. Si algún día usted ve a algún mago que saca conejos de su sombrero, pues sepa que este Reglamento es todavía mucho mejor que eso. El Decreto Ley 116-85 se puso los pantalones y derogó finalmente el Decreto del Congreso 79-78 y el Decreto Ley 128-83. La cuarta ley de congela- ción de cuotas escolares puso en el paredón de fusi- lamiento a la segunda y tercera ley de ese tipo. El reglamento del Decreto Ley 116-85 inventó todo lo que se podía inventar para el cobro de cuo- tas en los centros educativos no gubernamentales. Es tan ofensivo que no vale la pena resumirlo. Basta decir que recoge todo lo que pudo haber ocurrido en las leyes anteriores, con una particularidad: que la resolución que autorice el incremento o fijación de cuotas tendrá vigencia para tres años (artículo 11). Además, la solicitud correspondiente debe ser presentada con nueve meses de anticipación a su entrada en vigor (artículo 7). Significa ello que el Ministerio de Educación solo puede permitir aumen- tos del 15% a lo largo de tres años. En algunos casos de valientes que se presentaron a hacer frente a esas regulaciones, se encontraron con que solicitaban un porcentaje determinado, y solo se les autorizaba parte de él. Lo más lamentable es que aun cuando se discute la validez legal de ese reglamento bajo la Constitu- ción Política vigente, el mismo indica que los casos no previstos serán resueltos por el despacho minis- terial (artículo 12). Esto significa que se delegó en el Ministerio de Educación la facultad discrecional de resolver cualquier caso. Y este artículo pudo haberse aplicado por el Ministerio en 1990, cuando se per- cató de la violencia inflacionaria que vive el país y que afecta a todos los guatemaltecos. El Banco de Guatemala calculó la inflación anual al 85% a diciembre de 1990: del 7 de diciembre de 1989 al mismo día de 1990. No sé qué se podrá decir cuando el diésel aumentó su precio en un solo día, el 3 de diciem- bre de 1990, en 112%, y de seguro que se pedirá a los centros educativos que no aumenten el valor del transporte escolar. Los decretos militares Un militar me llamó para protestar en contra de que les sacara tanta punta a las leyes educativas de los dos gobiernos militares de facto de los últimos 30 años. Y así, decidí revisar la legislación emitida por los militares en aspectos educativos, al igual que otras leyes que también me comentó uno de los ministros de Estado de 1963 a 1966. La conclusión, según las observaciones que él me hizo, es que fue mucho mejor toda la legislación general, incluyendo la educativa, en el gobierno militar de 1963 a 1966, bajo la conducción del jefe de Gobierno, coronel Enrique Peralta Azurdia, que las leyes del periodo 1982-86, bajo el mando de otras dos personas, en