El documento describe las ludotecas, que son espacios destinados al juego y al fomento de la actividad lúdica de forma colectiva desde una perspectiva pedagógica. Explica que las ludotecas tienen como objetivos favorecer la creatividad de los niños, compensar desigualdades socioeconómicas y desarrollar la socialización y la integración en la comunidad. También señala criterios para la elección de juguetes y las características que debe tener el espacio físico de una ludoteca
1. Un espacio para el juego: las ludotecas
Xurxo Torres Santomé
Las ludotecas pueden significar la canalización del juego y el juguete de forma colectiva,
estimulando esta actividad fundamental desde presupuestos pedagógicos. La ubicación de
la ludoteca constituye una decisión importante. Se incluye una serie de criterios para cla-
rificar la elección de los juguetes. Por último, se señalan los rasgos del ludotecario.
juego, juguete, ludoteca, ludotecario
IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD LÚDICA
El juego, actividad normal del niño, es sin duda un fenómeno muy complejo de analizar. Existe una gran
abundancia bibliográfica que pone de manifiesto la diversidad de planteamientos y teorías, según los presupuestos
ideológico-científicos en que se sitúe el autor.
El juego será uno de los principales y más efectivos motores del desarrollo del niño, tanto física e intelectual-
mente como psicológicamente.
La actividad lúdica se manifestará sobre diversos planos. Así, en el plano psicomotor, la tonicidad, el control
postural, el control respiratorio, la estructuración espacial y temporal y la percepción se sirven, para su desenvol-
vimiento, de la actividad lúdica. En el plano psicológico el juego contribuye eficazmente al desarrollo del lenguaje,
por la necesidad que el niño experimentará de comunicarse con otros niños para poder jugar; servirá también de
factor estimulador de las diferentes etapas del desarrollo intelectual desde el nacimiento hasta la madurez y, al
mismo tiempo, favorecerá la adquisición de la «seguridad en sí mismo», estimulando el deseo de autosuperación
(no confundir con «competitividad»).
En el plano social el juego es un poderoso factor de comunicación y de socialización. El juego de reglas,
fundamentalmente, servirá de escuela al niño para el ejercicio del sentido de la responsabilidad y de la democracia.
Ante la gran significación que la actividad lúdica posee, surgen, para su favorecimiento, propiciadas por la
UNESCO en 1960, las ludotecas. La ludoteca será una alternativa a la propiciación y difusión del juguete y del
juego ante una realidad que, en la práctica, es totalmente contraria al desarrollo de la verdadera actividad lúdica.
Los lugares de juego son, cada vez, más escasos y alguna de las alternativas que se están ofreciendo, como
las salas de futbolines, billares y máquinas tragaperras, son, en realidad, escuelas de posibles delincuentes, al
exigírseles en todo momento cantidades de dinero que, por regla general, no suelen poseer para el ejercicio de esa
pseudoactividad lúdica. No olvidemos tampoco el ausentismo escolar que estas salas están propiciando.
Por otra parte la sociedad de consumo en la que estamos insertos está desvirtuando esta actividad lúdica al
reducir ésta a un exclusivo juego: «el juego de acumular juguetes».
OBJETIVOS DE LAS LUDOTECAS
Favorecer la creatividad
El juguete, en ningún momento, debe atrofiar la imaginación del niño y sus ansias de creación, de ahí que las
ludotecas deberán favorecer este desarrollo en el niño propiciando la invención de juegos y la fabricación de sus
propios juguetes. Muchos de éstos podrían construirse con materiales de «deshecho»: botellas, cajas, chapas,latas,
etc; dándoles una nueva función: ¿quién no hizo alguna vez un coche o un tren con una lata y unas chapas?, o con
una botella, una muñeca, etc. Estos juguetes facilitarán, asimismo, el desarrollo de la imaginación a la hora de
jugar: el niño deberá imaginarse que, por ejemplo, un neumático es un gran barco haciendo una extraordinaria
2. expedición. Esta autofabricación servirá asimismo como alternativa a aquéllos juguetes demasiado acabados que
lo único que hacen, las más de las veces, es favorecer la pasividad y alienación del individuo. Dato éste comproba-
ble fácilmente hoy día en que por todos los lados oímos que nuestros niños ya no saben jugar, al haberlos acostum-
brado y «dominado» con juguetes dirigidos muchas veces «por» y «a» los gustos de los adultos.
Compensar las desigualdades socioeconómicas
La ludoteca posibilitaría a todos los niños y jóvenes al disponer de un mayor número de juguetes que, por su
excesivo coste económico, serían, de lo contrario, patrimonio casi exclusivo de las clases más acomodadas.
Los niños suelen dejar de interesarse por algún juguete debido, por ejemplo, a la aceleración de alguna fase
de su desarrollo intelectual; la ludoteca puede hacer efectivo siempre el principio de «cada juego en su momento
oportuno».
Serviría asimismo, de compensación a la carencia de un espacio destinado al juego de las casas
«superaprovechadas».
Otro de los beneficios que proporcionan las ludotecas es el de facilitar, en cualquier momento, información
sobre cuáles son los juguetes preferidos y más beneficiosos para los niños, esto contribuirá a una mejor elección de
los juguetes que se regalen a los niños.
Desarrollar la socialización
La ludoteca procura juegos y juguetes que facilitan la integración del niño en el grupo, al ofrecer los que
requieren la participación de varios compañeros.
Por otra parte la ludoteca contribuye al desarrollo de la responsabilidad del niño, al hacerle comprender que
debe tener cuidado con los juguetes colectivos, de modo que también otros niños puedan utilizarlos. También se
verá favorecida frente al egoísmo al comprender el niño que debe separarse de un juguete, en un determinado
momento, para que otros niños puedan divertirse con él. La ludoteca se convierte así en una escuela de democra-
cia.
Integrar en la comunidad
La ludoteca, por su vinculación al medio sociocultural en el que ésta se inserta, servirá para la recuperación
de los juegos populares, patrimonio cultural de indudable valor. Al tiempo que propiciará la aparición de nuevos
juguetes y juegos, teniendo en cuenta especialmente para su construcción la utilización de materiales naturales del
entorno, con lo que ayudamos al niño a descubrir elementos de la realidad en la que está inserto.
El reencuentro vecinal se verá favorecido por la ludoteca al poder participar en ella todos los miembros de
esa comunidad, en un ambiente de distensión y alegría, facilitándose así la verdadera comunicación.
La ludoteca servirá, asimismo, como vehículo para el conocimiento y comunicación entre otras comunida-
des y culturas al posibilitar un intercambio de los juegos y juguetes locales, contribuyendo a favorecer el respeto y
solidaridad entre todos los pueblos.
UBICACIÓN Y CONDICIONES DEL LOCAL
La ubicación de la ludoteca será una decisión importante a tomar. Por regla general deberá situarse en el
centro de la comunidad, barrio, pueblo, villa, etc; en un lugar concurrido, lo que permitirá su más fácil acceso y
localización y, al mismo tiempo, será una fuente constante de curiosidad para los más reacios.
Por lo que se refiere a las condiciones del local, es conveniente una cierta amplitud y luminosidad que
inciten a la expansión. Una posible distribución del espacio podría ser.
Una sala de recepción, en la que se podrá situar el fichero de juegos y juguetes, de fácil acceso a los niños;
también debería situarse en esta sala una mesa de recepción, en la que se cumplimentarían: la inscripción de
socios, el préstamo de juguetes, el asesoramiento lúdico, etc.
3. Una sala de exposición, de amplias dimensiones de modo que permita la visualización más afectiva del
juguete, pudiendo figurar al lado de cada uno una cartulina plastificada para su mejor conservación, similar a la del
fichero, donde se expliquen las diversas características y posibilidades de dicho juguete. Estos podrán estar orde-
nados de diferentes maneras, aunque quizás sería aconsejable seguir la misma forma de ordenación que en el
fichero.
Una sala de juego, la más espaciosa, que serviría de lugar para la puesta en práctica de los diversos juegos.
Si la concurrencia fuese demasiado numerosa se podrían buscar alternativas para su empleo, por ejemplo, unas
determinadas horas del día la utilizarían los más pequeños y en otras los mayorcitos, etc; pero la propia dinámica
cotidiana será la que mejor nos permita ofrecer alternativas. En comunicación con esta sala podría estar situado un
patio, lo que nos facilitaría la puesta en práctica de juegos de exterior.
Una sala taller, en la que, al tiempo que nos ayudaría a reparar los diversos juguetes estropeados, sería un
verdadero taller artesano en el que se favorecería la imaginación y creatividad, con la creación de nuevos juguetes
como antes indicábamos. Esta sala deberá contar, a su vez, con suficientes armarios, u otra sala anexa, que permi-
tan la acumulación de toda clase de materiales que, en un momento determinado, tomarán cuerpo y vida en un
maravilloso juguete.
Sería muy conveniente la participación en la ludoteca de todos los miembros de la comunidad. En este
sentido las personas de la tercera edad, por ejemplo, podrían, debido a su paciencia y experiencia, dar ideas sobre
nuevos juguetes e intentar construirlos ellos mismos. Con este taller, al tiempo que desarrollábamos la creatividad,
llegaría un momento en el que la verdadera fábrica de juguetes sería la propia comunidad, con lo cual el peligro de
consumismo que actualmente estimulan las diversas industrias jugueteras, se vería muy contrarrestado.
Una sala de servicios higiénicos, con lavabos y servicios urinarios.
ELECCIÓN DE JUGUETES
La elección de los juguetes será un criterio que deberemos tener claro; para ello podemos tener en cuenta la
legislación vigente sobre el juguete Decreto 2061/1969, de 16 de agosto (B.O.E. de 29-IX-1969) por el que se
regula la clasificación del juguete educativo y didáctico, y la Orden Ministerial del 16 de marzo de 1970 (B.O.E. de
7-IV-1970) por la que se aprueba el Estatuto del juguete de interés pedagógico, al tiempo que aprovechamos para
pedir su actualización y su complementación con la elaboración y publicación de las normas sanitarias y de segu-
ridad que debe reunir todo juguete, tal como se exigió en una de las conclusiones del II Congreso Internacional
sobre el luego y el Juguete, celebrado en Barcelona en noviembre de 1977. (Ver C. de P. n.º 37)
Como principios indicativos, aunque siempre deberíamos intentar autofabricar el mayor número posible de
juguetes, aquellos que adquiramos en el mercado deberán tener, entre otras, las siguientes características:
—Que sean durables y resistentes.
—Que ofrezcan diversas posibilidades de uso, para no atrofiar la imaginación y creatividad.
—Que sean reproducciones realistas.
—Que sean estéticos: colores agradables, formas claras y definidas.
—Que sean higiénicos: lavables, con materiales no tóxicos, sin bordes cortantes...
—Que sean fáciles de reparar.
—Que las normas explicativas de su funcionamiento sean claras y explícitas.
—Que despierten el interés del niño.
La adquisición de los juguetes para la ludoteca supondrá un fuerte desembolso económico; ello se puede
suplir con una muy pequeña cuota mensual que cobraremos a los socios-integrantes de la ludoteca, con la dona-
ción o adquisición de juguetes usados en buen estado, con las donaciones de los fabricantes de juguetes que, al
mismo tiempo, podrán ver en la ludoteca un medio de publicidad para sus propios juguetes, con las contribuciones
económicas de las diversas instituciones locales: Ayuntamientos, Cajas de Ahorro, Ministerio de Cultura, Funda-
ciones, Fábricas, etc.
Deberemos ir elaborando normas para la mejor conservación de los juguetes; por ejemplo, numerar y plastificar
las diversas piezas de un puzzle, procurar colores lavables, etc...
La labor de catalogación de los juguetes podrá adecuarse a diferentes criterios, desde los alfabéticos hasta
4. criterios de tipo más psicológico. No es aconsejable un sólo criterio en base a la edad, pues supondría muchas
limitaciones al no tener en cuenta el desarrollo concreto de cada niño.
Una posible clasificación de juguetes, a título de ejemplo, podría ser:
—Construcciones. —Deportivos.
—Puzzles y juegos de paciencia. —Pinturas.
—Juegos de sociedad. —Juegos didácticos.
—Títeres y Marionetas. —Juegos musicales.
—Juegos de imitación. —Juegos científicos.
Los únicos juguetes, que en la inmensa mayoría de las ludotecas existentes en Europa y América, tienen
vetada su entrada, son los juguetes agresivos, por razones conocidas.
La instalación de las ludotecas puede hacerse en locales destinados exclusivamente a ellas, o simultaneando
con una biblioteca y una discoteca, con lo que su campo de incidencia en el mundo infantil y juvenil es mucho más
completo. La «Mediateca» es el nombre que suele darse a estas tres instituciones en una sola.
El Ludobús, al igual que el bibliobús o el discobús, permitirá la extensión de los beneficios que comporta esta
institución a las localidades más perdidas del ámbito geográfico de esa ludoteca central.
FORMACIÓN DE LOS LUDOTECARIOS
Por lo que se refiere a la formación de los ludotecarios, éstos deberán ser personas con suficiente prepara-
ción científica en el campo de la psicopedagogía infantil y juvenil, en técnicas de animación cultural y en técnicas
de expresión.
PROMOTORES: LOS AYUNTAMIENTOS
Finalmente, creemos que los verdaderos promotores de ludotecas deberán ser los poderes públicos, especial-
mente los Ayuntamientos, pues la realización de estas instituciones es un bien colectivo más. Los Ayuntamientos,
las instituciones más directamente representativas del pueblo y financiadas con el dinero de todos, deberán ser las
que satisfagan esta verdadera necesidad de jugar de sus vecinos. Actualmente un ejemplo de esto lo proporcionará
el Ayuntamiento de Salamanca, a quien esta idea pareció viable y esperamos que al comienzo del nuevo curso
académico pueda ser una feliz realidad.
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