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Nazismo
Adolf Hitler, canciller imperial de Alemania, y Ernst Röhm, co-
fundador y comandante de las SA, realizando el saludo fascista
(1933).
Nazismo es la contracción de la voz alemana Nationalso-
zialismus, que significa nacionalsocialismo, y hace refe-
rencia a todo lo relacionado con la ideología y el régimen
que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al
poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de
Adolf Hitler (NSDAP), el autoproclamado Tercer Reich
y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás
territorios que lo conformaron —Sudetes, Memel, Dan-
zig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia,
Hungría, Países Bajos, Dinamarca y Noruega—. La Ale-
mania de este período se conoce como la Alemania nazi.
Es una ideología alemana gestada en la década de los años
1920, pero que no alcanzará importancia hasta los años
30, momento en que las duras condiciones de paz im-
puestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con
la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929 (véase
Gran Depresión). En Alemania la situación es más acu-
ciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos
se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota
en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular
ante la injusta situación que hacía que las calles se llena-
ran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto
de izquierda como de derecha.[1]
Esta situación culmina con el fuerte descrédito de las
democracias liberales, dado que las dictaduras que sur-
gieron demostraron ser capaces de controlar y resolver las
crisis más efectivamente que las democracias.[nota 1]
Tan-
to la Unión Soviética, como la Italia de Benito Mussolini
—quien fue elogiado por «hacer que los trenes llegaran a
tiempo», es decir, por poner fin a las huelgas y caos eco-
nómico que había dominado a ese país— y el Imperio del
Japón, países todos en los que se impusieron «gobiernos
fuertes», no solo resolvieron la crisis a mediados de los
30 sino que fueron percibidas como restaurando el orden
social aun con anterioridad a esa solución a problemas
económicos.[nota 2]
A esa crisis político económica hay que agregar una cri-
sis ideológica aún anterior que se ha sugerido se extien-
de desde 1890 a 1930 y que ha sido caracterizado como
una «revolución contra el positivismo».[2]
Tanto los va-
lores como las aproximaciones a la sociedad y la política
que formaban la base de la civilización occidental fue-
ron percibidas como superadas reliquias del racionalismo
proveniente de la Ilustración. Específicamente, tanto el
fascismo como los desarrollos intelectuales que lo ante-
cedieron buscaron transcender lo que se percibía como la
decadencia del Occidente[3]
(véase, por ejemplo, La de-
cadencia de Occidente).
Consecuentemente, el Zeitgeist de esa época puede ser
descrito como una amalgama o mezcla de ideas carac-
terizado por un rechazo al racionalismo, proceso que es
generalmente percibido como iniciándose con Friedrich
Nietzsche, junto a tentativas de incorporar «explicacio-
nes científicas» a preconcepciones o incluso prejuicios
explicativos del mundo, por ejemplo, un racismo la-
tente, que dieron origen a propuestas tales como las
de la eugenesia, etc., y en lo político, bajo la influen-
cia de pensadores tales como Georges Sorel, Vilfredo
Pareto,[4][nota 3]
Martin Heidegger (supuestamente),[nota 4]
Gaetano Mosca, y, especialmente, Robert Michels; a per-
cepciones político elitistas basadas en un culto del héroe
y la fuerza que culminan en una versión del darwinismo
social.[5]
Percepciones que adquieren connotaciones más
extremas en su divulgación y vulgarización.[2]
1
2
Como influencia importante en el desarrollo de ese Zeit-
geist se puede mencionar la obra de Arthur de Gobineau,
que propuso que en cada nación hay una diferencia racial
entre los comunes y las clases dirigentes. Estos últimos
serían todos miembros de la raza aria, quienes son no so-
lo la raza dominante sino también la creativa.[6]
Poste-
riormente, Houston Stewart Chamberlain identifica «los
arios» con los teutones; en adición a tratar de demos-
trar que todos los grandes personajes de la historia —
incluidos Jesucristo, Julio César o Voltaire, entre otros—
fueron realmente arios, agrega:
Los teutones son el alma de nuestra civili-
zación. La importancia de cualquier nación, en
la medida que es un poder actual, está en re-
lación directa a la genuina sangre teutona pre-
sente en su población
H. S. Chamberlain (1899). Foundations of
the Nineteenth Century.
Múltiples autores también resaltan el papel que tuvo
la teoría evolucionista, y el darwinismo social incor-
porados a la ideología nazi, como factores que pro-
piciaron la posterior generación de racismo, la crea-
ción del nacionalismo, la propagación de la política
neoimperialista y parte diversos pilares ideológicos del
nazismo basados en la aplicación política de la idea de la
«supremacía del más fuerte».[7][8][9][10][11][12][13]
También de importancia fueron percepciones que se
pueden ver ejemplificadas en la obra de, por ejemplo,
Benjamin Kidd, quien propuso:
Nuestra civilización ha sido dada a luz co-
mo resultado de un proceso de fuerza sin para-
lelos en la historia de la raza. Por épocas incon-
tables el combativo macho europeo se ha des-
bordado a través de Europa en sucesivas olas
de avance y conquista, venciendo, exterminan-
do, aplastando, dominando, tomando posesión.
Los más aptos, que han sobrevivido esas suce-
sivas olas de conquista, son los más aptos por el
derecho de la fuerza y en virtud de un proceso
de selección militar, probablemente el más lar-
go en la historia, el más duro, probablemente el
más elevante al que la raza ha sido sometida.
Benjamin Kidd (1919). The Science of
Power, pp. 4-5.
Para Kidd, el combativo hombre europeo es un pagano
que rinde homenaje pero no entiende ni acepta en su co-
razón la validez de «una religión que es la total negación
de la fuerza». Ese hombre europeo ha introducido el «es-
píritu de la guerra» en «todas las instituciones que ha
creado» y «la creencia que la fuerza es el principio último
del mundo». Ese «hombre de la civilización occidental ha
llegado a ser por la fuerza de las circunstancias el supremo
animal de combate de la creación. La Historia y la Selec-
ción Natural lo han hecho lo que es»,[14]
«por la fuerza
ha conquistado el mundo y por la fuerza lo controla».[14]
Otras visiones de influencia en esa percepción son las de
Oswald Spengler, para quien Mussolini era el parangón
del nuevo César, que se levantará del Occidente en rui-
nas para reinar en la «era de la civilización avanzada»,
por analogía a los césares de la Antigüedad.
En Alemania, específicamente esa rebelión contra el ra-
cionalismo dio origen, entre otras cosas, a una variedad
de asociaciones que promovían un retorno a visiones ro-
mantizadas del pasado alemán (véase Völkisch), en lo cual
Richard Wagner tuvo alguna influencia[nota 5]
y una socie-
dad ocultista y semisecreta, la Sociedad Thule —basada
en la ariosofía y primeros en usar la esvástica en el contex-
to de la época— que patrocinó el Partido Obrero Alemán
(DAP), más tarde transformado por Hitler en el Partido
Nacionalsocialista Obrero Alemán.[15]
A lo anterior se ha sugerido que hay que agregar facto-
res específicamente alemanes. A pesar que Maurice Du-
verger considera tales consideraciones pocos convincen-
tes a fin de explicar el desarrollo del nazismo,[16]
se ha
afirmado que no se puede explicar el nazismo sin con-
siderar su origen[17]
y que entre los factores que expli-
can ese origen se debe mencionar una tradición cultu-
ral (volkgeist)[18]
—que se remonta a personajes tales
Lorenz von Stein y Bismarck (véase Estado social)— en
la cual el Estado adquiría poderes dictatoriales, deman-
dando orden, disciplina y control social estricto a fin de
garantizar crecimiento y el bienestar económico de la
población.[19]
Esa tradición se transforma, bajo la influencia de perso-
najes tales como Ernst Forsthoff, jurista conservador de
gran influencia, quien, a partir del periodo de la República
de Weimar, postula que los individuos están subordina-
dos ya sea al «Estado absoluto» o al «Volk», bajo la di-
rección de un líder o Führer.[20]
El nazismo transforma, sin mucha dificultad, ese culto a
la fuerza del más fuerte que es el ario en un antisemitismo
puro y simple, utilizando la preexistente leyenda de una
conspiración judía para hacerse con el control mundial
(véase Nuevo Orden Mundial (conspiración) y Los proto-
colos de los sabios de Sion) para explicar la derrota ale-
mana en la Primera Guerra Mundial: el ejército de ese
país fue traicionado y «apuñalado en la espalda» (véa-
se Leyenda de la puñalada por la espalda)[21]
por los
bolcheviques y judíos. Esa «traición» se extiende al go-
bierno socialdemócrata de la República de Weimar que
permite ahora que esos mismos judíos y otros financie-
ros se beneficien de la inflación, y otros problemas que
afectan a los alemanes[22]
(véase Hiperinflación en la Re-
pública de Weimar). Aduciendo además que muchos de
los principales líderes comunistas son también judíos, asi-
milan ambos conceptos en una gran «conspiración judeo-
marxista».[23]
El nazismo se concreta como una ideología totalitario de
3
índole fascista en la medida en que se caracteriza por dar
una importancia central y absoluta al Estado —a partir del
cual se debe organizar toda actividad nacional[24]
(véa-
se Gleichschaltung)— representado o encarnado y bajo
la dirección o liderazgo de un caudillo supremo, en es-
te caso Hitler, y por proponer un racismo, nacionalismo
e imperialismo visceral que debe llevar a conquistar los
pueblos que se consideren inferiores (véase Lebensraum).
A partir de 1926, Hitler centralizó incrementalmente la
capacidad de decisiones en el partido. Los dirigentes lo-
cales y regionales y otros cargos no eran electos, sino
nombrados, de acuerdo al Führerprinzip (‘principio de au-
toridad’) directamente por Hitler, y a él respondían, de-
mandando, a su vez, obediencia absoluta de sus subordi-
nados. El poder y autoridad emanaba del líder, no de la
base.[25][26][27]
1 Término
La vigésimo segunda edición del Diccionario de la len-
gua española define nazismo como el «movimiento po-
lítico y social del Tercer Reich alemán, de carácter
pangermanista, fascista y antisemita».[28]
Etimológica-
mente, el término nazi proviene de dos sílabas del nombre
oficial del partido: Nationalsozialistische Deutsche Arbei-
ter Partei.[29]
Los miembros del partido se identificaban
a sí mismos generalmente como nationalsozialisten (na-
cionalsocialistas) y solo raramente como nazis. El origen
y uso de nazi es similar al de sozi, palabra del lenguaje
diario para designar a los miembros del Partido Socialde-
mócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deuts-
chlands).[30]
En 1933, cuando Hitler asumió poder en el
gobierno alemán, el uso del término disminuyó en Ale-
mania, aunque en Austria sus oponentes lo continuaron
usando con una connotación despectiva.[30]
A partir de
eso, el término ha adquirido una connotación creciente-
mente peyorativa.[31]
2 Nazismo y Hitler
Se ha sugerido que Adolf Hitler “es uno de esos po-
cos individuos de los cuales se puede decir con absolu-
ta certeza que: sin él, el curso de la historia habría sido
diferente”,[32]
o, que sin él, las cosas habrían sido muy
diferentes.[33]
Hay poca duda que Hitler poseía un carisma y capaci-
dad oratoria, pero también una ambición excepcional. Al-
guien quien -con una falta de escrúpulos absoluta- esta-
ba dispuesto a sacrificar lo que fuera y/o considerara ne-
cesario en aras de sus objetivos. Pero tampoco hay du-
da que tanto los objetivos como los medios eran avala-
dos por el Zeitgeist, y que Hitler encapsuló -voluntaria o
accidentalmente- lo peor de ese espíritu de su época.[34]
Si bien es posiblemente correcto que sin Hitler el nazis-
mo no habría sido lo que fue, no es menos cierto que sin
ese zeitgeist Hitler no habría sido lo que fue.
Retrato a lápiz de Adolf Hitler, 1923
Hitler conoció ese zeitgeist cuando vivió en Viena, entre
1908 y 1913, tratando de ganarse la vida como pintor.
La Viena que Hitler conoció no solo era la ciudad cul-
ta y cosmopolita de la visión general sino también la que
ha sido descrita como un cloaca de antisemitismo, racis-
mo y políticas corruptas, con un parlamento -que Hitler
visitó numerosas veces- paralizado por disensiones racia-
les y sectoriales intransigentes. Es ahí -se ha aducido- que
Hitler adquirió su desprecio por la democracia, ahí donde
vio por primera vez el saludo “heil” —entre los seguidores
del pangermanista y antisemita radical Georg von Schö-
nerer— y ahí adonde aprendió acerca de la propuesta de
la eugenesia.[35]
Después de la Gran Guerra Hitler permaneció en el ejér-
cito donde fue asignado a una unidad especial -el “De-
partamento de Educación y Propaganda” - del Ejército
de Baviera, bajo el comando del capitán Karl Mayr. Una
función importante de ese departamento era dar a los sol-
dados una razón aceptable -desde el punto de vista del
ejército- de su derrota en la guerra. Esa razón se encontró
fácilmente, dado el “espíritu de la época” y el del ejército,
en “la traición de los judíos y comunistas”.
En julio de 1919, Hitler fue asignado a un “Coman-
4 2 NAZISMO Y HITLER
do de Inteligencia” y ordenado espiar un pequeño gru-
po -autodenominado “Partido de los Obreros Alemanes”
(DAP por sus siglas en alemán)- bajo sospecha de ser
marxista o, por lo menos, socialista.[36]
- Hitler se impre-
sionó con la visión nacionalista y de solidaridad entre to-
dos los miembros de la sociedad -pero anticomunista y
antisemita- de Anton Drexler -fundador del grupo - quien
a su vez, fue impresionado por la oratoria de Hitler: cuan-
do uno de los miembros sugirió separar Baviera de Ale-
mania y unificarla con Austria, Hitler pronunció un dis-
curso oponiéndose y llamando en su lugar a “engrande-
cer a Alemania”. Consecuentemente Dressler le ofreció
al espía que se hiciera miembro de la organización, lo que
Hitler hizo el 12 de diciembre de 1919,[37]
convirtiéndo-
se en el 55º individuo a ingresar[38]
Al mismo tiempo se
integró al Comité Ejecutivo del Partido, como séptimo
integrante.[39]
-Años después Hitler proclamó haber sido
el séptimo en unirse al partido, afirmación que se ha de-
mostrado ser falsa.[40]
Copia (falsificada) del Carnet de Afiliación al Partido Obrero de
Hitler. El número real de su membresía era el 550 (55, el 500 era
agregado para dar la impresión de un grupo más grande) pero
con posterioridad el número de Hitler fue reducido para dar la
impresión que Hitler fue uno de los fundadores del “partido”.[41]
Hitler llegó a ser el protegido de Dietrich Eckart, otro de
los fundadores y miembro de la Sociedad Thule, quien
-junto con el resto de esa sociedad- creían en la llegada
inminente de un “Mesías alemán”.[42]
Eckart -con ambi-
ciones de poeta- había escrito acerca del “El Sin nom-
bre”, “El que todos sienten pero ninguno ha visto” y en
Hitler creyó encontrarlo,[43]
lo que se vio reforzado por
su éxito como orador, pero el resto de los directores “del
partido” lo encontraban prepotente y egoísta. Hitler reac-
cionó -julio de 1921- ofreciendo dimitir o ser nombrado
jefe del partido (reemplazando a Drexler) con poderes
ilimitados. El asunto fue finalmente puesto a una reunión
general. La propuesta de Hitler fue aprobada por 543 vo-
tos a favor y uno en contra. En la reunión siguiente (29
de julio de 1921) del recientemente renombrado Partido
Nacional Socialista Obrero Alemán, Hitler fue introduci-
do -por primera vez- como Führer.
Esa posición fue conveniente para Hitler y su personali-
dad o estilo, librándolo de la obligación de tener que se-
guir cualquier programa o compromiso que no fuera con-
veniente en el momento, incluyendo las propuestas por él
mismo. Pero de nuevo, no vemos la acción de un genio
político, sino el resultado de, por un lado, el de la ilu-
sión de personajes tales como Eckart y, por el otro, de la
propuesta de sectores conservadores y nacionalista -tales
como la de Forsthoff - que fueron utilizadas para produ-
cir una situación tal que le permiten proclamar: “Yo soy
el partido”.[44]
Así, los principales ideólogos del partido cuando éste
llega al poder - Walter Darré, Dietrich Eckart, Hans
Frank, Rudolf Hess, Heinrich Himmler, Robert Ley,
Julius Streicher, Alfred Rosenberg, etc- muestran, entre
los elementos que los caracterizan, una fe ciega en un lí-
der, Hitler, quien es concebido como encarnando todas
las calidades y Voluntad de poder o vida de “la nación”
y -como tal, el único que puede determinar que es y no
correcto, aceptable o incluso ético. En las palabras de un
jerarca nazi: “Si el pueblo tiene confianza, y si la verdade-
ra dirección popular esta presente, el Führer será capaz de
hacer lo que desee con la nación... la gente le obedecerá
ciegamente y ciegamente lo seguirán. El Führer siempre
tiene la razón. Cada uno y hasta el último ciudadano de-
be decirlo (...) Sí, Uds. que nos llamaban sin dios, hemos
encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través de él he-
mos encontrado a Dios una vez más. Esa es la grandeza
de nuestro día. Y esa es nuestra buena fortuna”[45]
El libro Mein Kampf.
Poseen también un enemigo mortal, responsable de to-
dos los problemas que han afectado a los arios a través
de la historia: las razas inferiores o Untermensch - (ta-
les como los eslavos, los gitanos, y, especialmente, los
5
judíos, responsables de la Conspiración judeo-masónico-
comunista-internacional). Enemigos no solo mortales pe-
ro ineludibles, no solo porque así lo determina las leyes
biológicas mismas, sino porque así lo determina el úni-
co que puede determinar esas cosas: Hitler, el Führer que
nunca se equivoca, en su Mein Kampf. Los arios, como
Raza superior es de donde viene el hombre creador, vi-
ril y guerrero. De esa raza proceden todos los triunfos de
la especie humana. Sin embargo, también creen, como
Spengler, que las civilizaciones creadas por los arios de-
caían y morían una vez sus elementos representativos se
mezclaban racialmente con miembros de esas otras razas:
“El resultado de todo cruce racial es, brevemente, siempre
el siguiente: (a) descenso de la raza más alta. (b) regre-
sión física e intelectual y consecuentemente el comienzo
de una lenta pero inevitable enfermedad. Causar tal desa-
rrollo es, entonces, nada pero un pecado contra el creador
eterno. Y como pecado será tratado”.-[46]
Una de las primeras medidas de Hitler como 'Führer' de
los nazis fue organizar un grupo selecto, las Grupos de
Asalto o SA -bajo control de uno de sus incondicionales,
el ex oficial de ejército Ernst Röhm - y ordenarles “con-
frontar” socialistas en las calles. Esto llevó a un incremen-
to en la popularidad del partido nazi entre sectores más
extremos en los bares y cantinas en los que los nazis or-
ganizaban sus reuniones y de ahí, entre los “nacionalistas
extremos” de la población general.[47]
Entre las figuras
que se unieron a los nazis se puede destacar a Heinrich
Himmler; Hermann Göring y Joseph Goebbels. Las SA
crecieron rápidamente, atrayendo miles de reclutas[48]
al
punto que -en 1922- se hizo posible y necesario crear una
división para “novatos” de 14 a 18 años - la Jugendbund o
Hermandad de los jóvenes- que eventualmente se trans-
formó en las Juventudes Hitlerianas.
Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en
1923, contra la República de Weimar, Hitler es conde-
nado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de
5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le
permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf
'(Mi lucha)' que pronto se convierte en el elemento que le
faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara
firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y de-
ja claro que los arios son una raza superior a todas las
demás.
En febrero de 1926 Hitler -en un discurso frente alrede-
dor de sesenta de sus seguidores más selectos, incluyendo
los gauleiteres- repudió las posiciones “socialistas” ante-
riores del partido, enfatizando que “el verdadero enemigo
son los judíos”, y que tanto el socialismo como la URSS
-como creaciones judías- debían ser destruidas y que la
propiedad privada debía ser respetada por los nazis.[49]
Esto horrorizó a algunos de sus seguidores más cercanos y
llevó al comienzo de una ruptura con la facción de Gregor
Strasser, pero posibilitaba un acuerdo con sectores dere-
chistas en el gobierno. Uno de los resultados inmediatos
de ese vuelco a la derecha fue que en 1927 Wilhelm Kep-
pler -un empresario- se unió al partido nazi. Y a través de
él algunos otros -tales como Hjalmar Schacht (más tar-
de, ministro de economía de los nazis), Fritz Thyssen y
el banquero Kurt von Schroeder- aceptaron financiar al
partido.[50] [51]
Esto se vio facilitado por la llegada de la
crisis de 1929, lo que aumentó el caudal electoral nazi,
llegando éste a obtener el 37% del voto popular (abril de
1932), con un aumento en la membresía de 27 000 en
1925 a más de 800 000 en 1931.
3 El ascenso al poder del nazismo
El gobierno de la República de Weimar fue un gobierno
en crisis constante,[52]
con frecuentes divisiones de alian-
zas faccionales formadas alrededor de personalidades.
Desgraciadamente ni la mayoría de los políticos -con la
excepción de los social demócratas- ni los industrialistas,
ni el ejército, ni el pequeño sector de clases medias ni
la aristocracia ni muchos sectores populares tenían inte-
rés en la democracia.[53]
En las palabras de una declara-
ción del Partido Conservador Alemán: “Odiamos con to-
do nuestro corazón la presente forma del Estado Alemán
porque nos niega la esperanza de rescatar nuestra escla-
vizada patria, de purificar del pueblo alemán la mentira
de la guerra y de ganar el necesario Lebensraum en el
Este”.[54]
Una de los principales personalidades de la época -Franz
von Papen- perdió posición frente a la facción de Kurt
von Schleicher, quien, nuevamente fue incapaz de obte-
ner apoyo mayoritario. Von Papen concibió reemplazarlo
con “una cara nueva”, la de Hitler, que sería -en la opinión
de Papen- fácil de manipular: el partido nazi comenzaba
a mostrar desgaste electoral, perdiendo -julio de 1932-
34 escaños, reduciendo a 196 “diputados” sobre un to-
tal de 608. Adicionalmente, el partido estaba quedando
sin fondos. Aparentemente el plan de von Papen era pro-
mover una dictadura mediante de un golpe de estado que
-en su opinión[55]
- sería inevitable siguiendo el caos que
el gobierno de Hitler produciría (dado que no solo una
vez más el gobierno sería incapaz de funcionar sino que
el uso de confrontación y violencia por “el incapaz” Hitler
produciría una demanda popular por la restauración del
orden).[56][57]
Como se ha observado “Estupideces de ese
tamaño son raras en cualquier país o época”.[58]
Von Pa-
pen arreglo una reunión con Hitler a través de los buenos
oficios del banquero von Schroeder, lo que se concretó -el
4 de enero de 1933 en la casa de este último, llegando a
un acuerdo.[59]
Hitler fue nombrado Canciller de Alema-
nia el 30 de enero de 1933. (la fecha es conocida como
Machtergreifung). Sin embargo, la coalición que “apoya-
ba” al nuevo canciller era minoritaria, contando con solo
247 escaños.
Con posterioridad a su nombramiento Hitler pidió al
anciano presidente Paul von Hindenburg que disolviera
el Reichstag, lo que fue aceptado y se fijaron eleccio-
nes para el 5 de marzo de 1933. El 27 de febrero ocu-
rrió el Incendio del Reichstag -posiblemente bajo órde-
6 3 EL ASCENSO AL PODER DEL NAZISMO
nes de Hitler.[60]
Al día siguiente Hitler declaró el estado
de emergencia[61]
y demando que Hindenburg firmara el
Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo la mayo-
ría de las disposiciones de derechos fundamentales de la
constitución de 1919 de la República de Weimar.
Siguiendo lo anterior las elecciones de marzo dieron a los
nazis y sus aliados el 44% del voto. Todavía no una mayo-
ría. La respuesta de Hitler fue demandar que el Reichtag
le concediera poderes plenos, en la forma de la Ley habi-
litante de 1933 -situación permitida por la Constitución
de Weimar para darle al Canciller el poder de pasar le-
yes a decretos, sin la intervención del Reichstag en casos
excepcionales- Los cálculos de von Papen parecía estar
concretándose. Sin embargo, si bien Hitler estaba a favor
de una dictadura, no estaba dispuesto a implementarla a
favor de algún otro. El 23 de marzo de 1933 el parla-
mento se reunió a discutir la cuestión. En una atmósfera
de creciente intimidación los parlamentarios tuvieron que
ingresar cruzando un anillo de SA que gritaban” “Los po-
deres totales... o fuego y muerte”. Solo los social demó-
cratas se opusieron (los comunistas habían sido arrestados
o asesinados en su totalidad). Otto Wels -presidente de
los socialdemócratas- proclamó: “Nosotros los socialde-
mócratas nos comprometemos en esta hora histórica a los
principios de humanidad y justicia, de libertad y socialis-
mo. Ninguna acta habilitante lo habilita a Ud a destruir
ideas que son eternas e indestructible”. Mirando directa-
mente a Hitler, agregó: “Uds. pueden quitarnos la liber-
tad y la vida, pero no pueden privarnos de nuestro honor.
Estamos indefensos, pero no desgraciados”.[62]
- Hitler se
enfureció y respondió gritando:
Memorial en Berlín. Cada una de las pizarras representa a los 96
miembros del Reichstag asesinados por los nazis, tras el acceso
de éstos al poder
“Uds. ya no son necesarios.. la estrella de Alemania se
alzara y la de Uds. se hundirá. La hora de su muerte ha
sonado”.[63]
Esa fue la última sesión de un Reichtag con oposición.
Poco después, el partido social demócrata fue prohibido
y el resto (aparte de los nazis) se disolvieron. Von Papen
tuvo que contentarse con el puesto de vicecanciller, desde
el cual había esperado poder manipular a Hitler, pero con
resultados de tan poca importancia que fue encontrado
inocente en los Juicios de Núremberg.[64]
3.1 De canciller alemán a Führer del Reich
de los mil años
El proceso empezó a culminar en la noche de los cuchillos
largos (entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934) cuan-
do los últimos elementos que osaban dudar de la infali-
bilidad de Hitler -aun implícitamente- fueron eliminados
políticamente o asesinados, incluyendo Kurt von Schlei-
cher -a quien Hitler había reemplazado como canciller-
y asociados de von Papen -quien fue arrestado. También
lo fueron asesinado antiguos camaradas de Hitler, como
Gregor Strasser; Gustav Ritter von Kahr y Ernst Röhm
(este último bajo sospecha de deslealtad y, en todo caso,
ya no conveniente para un Hitler en el poder).
Horas tras la muerte del presidente Hindenburg (2 de
agosto de 1934), Hitler publicó una ley (fechada el 1.º
de agosto) que establece: `La posición de Presidente del
Reich será combinada con la del Canciller. La autori-
dad del presidente será por lo tanto transferida al pre-
sente canciller y Führer, Adolf Hitler. Él seleccionará su
diputado. Esta ley es efectiva a partir de la muerte del
Presidente von Hindenburg”.[65]
Comenzaba así el Tercer
Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años.
A continuación se anunció que tendría lugar un plebiscito,
para dar la oportunidad al pueblo alemán de expresar su
aprobación. Éste tomó lugar el 19 de agosto del mismo
año, y Hitler obtuvo un 90% de aprobación −38 millo-
nes de votos-. Al día siguiente se introdujeron a través
del Reich juramentos obligatorios de lealtad personal no
al estado o Alemania sino a Hitler, especialmente en las
escuelas, fábricas, servicio público y ejército. Así, la vo-
luntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación
de este principio resultó en formas totalitarias de control
y represión, ya que cualquier oposición a los designios del
Führer era, por definición, antinacional.
Judíos forzados a limpiar la calle- Austria - Marzo de 1938
El 12 de marzo de 1938 Austria fue anexada al Reich.
(ver Anschluss
3.2 Persecución y represión 7
El programa original del partido nazi[66]
- que existía des-
de su creación como Partido Obrero Alemán fue mante-
nido en principio, pero en realidad la percepción era que
“Hitler es el partido”, lo que creó una situación más bien
confusa en la práctica[67]
(ver especialmente Economía
política de los nazis, más abajo). Ese programa incluía:
Abolición del Tratado de Versalles. Unificación en un te-
rritorio y bajo un gobierno común a todos los alemanes
con tierras y territorios (colonias) suficientes como pa-
ra mantener a los ciudadanos (La Gran Alemania). So-
lo los miembros de “la raza” pueden ser ciudadanos. Ex-
pulsar de los territorios alemanes a todos lo no alemanes
que hayan llegado desde 1914 y mantención del resto solo
con permiso del gobierno y como huéspedes. Obligación
del Estado de proveer la oportunidad de buena vida pa-
ra todos los ciudadanos. Obligación de los ciudadanos de
trabajar física y espiritualmente. Abolición de ingresos
que no sean del trabajo. Establecimiento y defensa de un
“cristianismo positivo”,[68]
gobierno en beneficio del in-
terés nacional sobre el particular, imponer el orden, etc.
El régimen que se implantó ejerció un fuerte control so-
bre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial in-
terés en la educación de la juventud alemana. Desde la
infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lu-
cha por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a
unos escogidos que irán conformando una nueva élite de
guerreros sagrados (la SS) a modo de una nueva Esparta
naciente y victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la in-
fluencia de partido que la utiliza para justificar sus ideas
o para buscar nuevas armas para la guerra que se venía
preparando.
“Origen de los repobladores” - Mapa mostrando planeado tras-
lado de población polaca a ser esclavizada.
En relación a la Europa “no-occidental” o región en la
cual “la raza” podría expandirse, existen documentos que
sugieren la intención era establecer formas de gobierno
subservientes al alemán y basadas sobre un sistema de
castas, de acuerdo a las cuales la función de la pobla-
ción (trabajador (esclavo/campesino/obrero) -supervisor
y amo (sacerdote-guerrero) se establecería de acuerdo a
su “raza”, bajo la dirección de las Schutzstaffel, o SS.
(ver Generalplan Ost): los eslavos, polacos, rusos, etc, se-
rían exterminados en su mayoría, y quienes sobrevivie-
ran serían trasladados “al este” donde, tratados como es-
clavos (negándoseles toda educación, tratamientos médi-
cos, etc) eventualmente se extinguirían. Dado que no ha-
bía suficientes “arios”, miembros de razas “intermedias”
( letones, estonios, checos, ucranianos, etc) continuarían
existiendo como campesinos y mano de obra con algunas
garantías, bajo control de amos y supervisores alemanes,
especialmente miembros de las SS, que recibirían tierras
y esclavos en relación a sus “méritos”.
En el caso de gitanos y judíos esos planes de largo plazo
con “razas inferiores” fueron puestos en ejecución inclu-
so durante la guerra misma, en el llamado programa de
Solución Final.
3.2 Persecución y represión
Formulario de declaración de renuncia a ser Testigos de Jehová-
bajo pena de re-internamiento en “Campo de concentración”
Hitler aplicó de inmediato la represión contra un am-
plio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como
enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehová,
homosexuales y todo aquello que se opusiera a la estre-
cha definición nazi de la “nación”.
La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS,
fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por
el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respon-
día a las SS, y que contaba con una densa red de espías y
delatores.
El terror se ejercía de forma directa: por medio de la cen-
sura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones
en campos de trabajo.
4 Economía política de los nazis
Esta es un área compleja. Los nazis no tenían un progra-
ma económico propiamente tal, lo que creó una confu-
sión en la práctica (ver Gottfried Feder), especialmente
cuando llegaron al poder. Hitler resume la posición así:
8 4 ECONOMÍA POLÍTICA DE LOS NAZIS
“La característica básica de nuestra teoría económica es
que no tenemos ninguna teoría en absoluto.”.[69]
Los na-
zis consideraban que lo realmente importante es la “pu-
janza” o voluntad de las naciones: si esas tienen espíritu,
decisión y dirección adecuada, tendrán éxito, cualquie-
ra sean las circunstancias,[70]
lo que posibilita o demanda
que “el líder” tenga la capacidad de tomar las medidas
adecuadas en cada situación. Para Hitler en particular,
propuestas basadas en la solidaridad son un complot para
destruir esa pujanza entre las razas superiores, por lo cual
rechazaba específicamente la concepción socialista.[71]
A
partir de eso, la propuesta nazi acerca de la economía
política era una mezcla imprecisa de darwinismo social
con el dirigismo,[72]
en la cual el estado permite tanto la
propiedad privada como la competencia -lo que es po-
sitivo “porque promueve los más capaces a posiciones
superiores”[73]
- pero reserva al Estado el derecho a es-
tablecer el interés nacional.[74]
Cesare Santoro, un fascista que visitó Alemania en la épo-
ca, lo pone así: “En la declaración programática, ya citada
al principio de nuestra obra, Adolf Hitler anunció que el
nuevo gobierno se proponía “velar por los intereses eco-
nómicos del pueblo alemán no por el camino tortuoso de
una gran economía burocrática organizada por el Estado
sino por el impulso más fuerte dado a la iniciativa par-
ticular sobre la base del reconocimiento de la propiedad
privada”. El reconocimiento del principio de que, en con-
traste con lo que ocurre en la Rusia soviética, el Estado
tiene por misión dirigir la economía pero no administrar-
la por sí mismo (función que corresponde exclusivamente
a la economía misma) no puede ser más explícitamente
expresado. También así ha sido establecido solemnemen-
te el principio de la propiedad privada con lo que se esti-
mula al patrono a ensanchar más su empresa para alcan-
zar los mayores resultados posibles. Estos dos principios
determinan las normas directivas para la reorganización
nacionalsocialista de la economía industrial; aquellas exi-
gen una administración autónoma cuya misión consiste
en asesorar y tutelar a las asociaciones industriales o a
los socios que forman parte de ella. Esta administración
tiene el deber de transmitir al gobierno los deseos de los
patronos que toman parte en la obra de reconstrucción
económica”.[75]
Hitler parece entender el papel del estado como dirigien-
do pero también apoyando la industria nacional a través
de proporcionar estabilidad económica y diversos pro-
gramas específicos, tales como proporcionando “mano de
obra barata”, como es ilustrado en la famosa película La
lista de Schindler.
Sin embargo, lo anterior no produce una propuesta espe-
cífica acerca de cómo resolver los problemas económi-
cos de Alemania cuando Hitler llegó al poder. Esto fue
resuelto a través del nombramiento de algunos “profesio-
nales” en posiciones de responsabilidad. Esto dio a Hitler
la oportunidad de poder elegir entre diferentes y compe-
titivas propuestas, seleccionando la que considerara más
adecuada.
Desfile de Fuerzas del Servicio del Trabajo - durante uno de los
Congresos de Núremberg-Septiembre de 1937- en estadio cons-
truido para el propósito
A partir de 1933 se implementó el llamado “Programa de
Reinhardt”,[76]
que era un ambicioso proyecto de fomen-
to económico a través del desarrollo de la infraestructura
-con la construcción directa por el estado de proyectos
de obras públicas - tales como autopistas (ver Autopistas
de Alemania), redes de ferrocarriles, canales -tanto de
riego como transporte (por ejemplo, reinicio de la cons-
trucción del Canal Rin-Meno-Danubio, estadios, etc (ver
Arquitectura de la Alemania nazi)- combinados con in-
centivos (tales como reducción o eliminación de impues-
tos a la inversión) y la expansión del gasto militar, etc. En
1936, el gasto estatal en asuntos militares excedía a los
gastos en asuntos civiles y llegaba al 10% del Producto
Nacional Bruto, más que cualquier otra nación europea
en la época.[77]
A nivel de los trabajadores, el “programa”
significo la eliminación de los sindicatos independientes
(reemplazados por un organismo sindical/patronal único,
bajo control nazi- ver Frente Alemán del Trabajo), apro-
ximación que se mantuvo durante todo el gobierno nazi.
En 1934 Hjalmar Schacht fue nombrado ministro de eco-
nomía, con la intención (y bajo instrucciones secretas)
de lograr el rearmamento[78]
y desarrollar una política
que lograra la autarquía o independencia económica de
Alemania. Para lograr eso fines Schacht necesitaba tan-
to re industrializar Alemania como poder comprar mate-
rias primas en el extranjero, evitando al mismo tiempo
una vuelta a la inflación, lo cual a su vez requería es-
tabilizar la moneda alemana (hacerla aceptable a nivel
internacional) y reducción del déficit presupuestario del
Estado. Schacht propone en un Nuevo “Plan de cuatro
años”[79]
basados en el uso de “Billetes Mefo”, una espe-
cie de circulante pseudo monetario al estilo de "letras de
cambio o títulos de crédito, teóricamente de una empre-
sa independiente (MEFO) pero que permitían al estado
otorgar créditos a industrias sin romper las reglas mone-
tarias aceptada, dado que esas “letras de cambio” estaban
relacionados no con un lapso de tiempo sino con un resul-
tado económico (por ejemplo, el valor de un ferrocarril,
usina, etc, a ser construida).[80]
- y en lograr que países ex-
tranjeros -especialmente en América Latina y sureste de
9
Europa- vendieran sus productos a Alemania pagados ya
sea por medio de un intercambio directo con productos
manufacturados en Alemania o en “depósitos bancarios
en Alemania”, que solo podían ser gastados en ese país,
específicamente, que no podían ser retirados en mone-
das extranjeras. En lo referente al proyecto autárquico,
Schacht implemento el desarrollo de productos substitu-
tos o ersatz.[81]
Schacht también creó un sistema financiero que permitió
al estado alemán utilizar el “dinero de extranjeros” depo-
sitado en bancos alemanes. Ese sistema constituyó las ba-
ses del utilizado para la administración, primero, de los
fondos de judíos y, posteriormente, de los caudales en
países conquistados.[82]
Göring visitando cuartel de la Reichswerke
En 1935 todo lo anterior se combinó en la llamada “eco-
nomía de guerra”, lo que -a nivel práctico- significó la in-
troducción de medidas “militarizadas” de reducción del
desempleo -el llamado Reichsarbeitsdienst (o RAD: Ser-
vicio de Trabajo del Reich, introducido en julio de 1934).
Esto a su vez justifico la expansión del gasto militar bajo
la excusa que eran medidas de reducción de desempleo.
A partir de 1935-36, se desarrolló un debate entre los
encargados de la política económica general. Schacht -
junto con Carl Friedrich Goerdeler, encargado de control
de precios- encabezaron una facción “pro mercado libre”
que urgía a Hitler a reducir el gasto militar, abandonar
el proteccionismo implícito en el proyecto de autarquía
y reducir la intervención estatal en la economía. Esa fac-
ción fue opuesta por la encabezada por Hermann Göring,
quien proponía mantener esas posiciones.[83]
Eventual-
mente la posición de Göring se impuso (lo que llevó a
la renuncia de Schacht). Göring tomó su cargo y en adi-
ción a la mantención en general de las políticas descritas,
introdujo (julio de 1937) un organismo (el Reichswerke)
dedicado a la promoción y construcción de fábricas y usi-
nas, que eventualmente llegó a ser uno de los complejos
industriales más grandes del mundo, empleando medio
millón de trabajadores y con un capital de 2400 millones
de marcos.[84]
Varios economistas -empezando con Michal Kalec-
ki- han descrito esas políticas económicas como un
keynesianismo militar. Si bien es correcto que Alemania
Nazi fue uno de los primeros países que -con posterio-
ridad al abandono del patrón oro- utilizó el déficit fiscal
a fin de promover crecimiento económico, conviene re-
cordar no solo que Keynes publicó su Teoría general de
la ocupación, el interés y el dinero solo en 1936 (después
de la implementación de muchas de las políticas delinea-
das más arriba) sino también las palabras de Hitler mis-
mo respecto a carecer de una política económica. Así,
parece más correcto sugerir que las políticas económi-
cas nazis eran eclécticas, mostrando no solo influencia
“keynesiana” sino también las de otras escuelas, por ejem-
plo, las propuestas económicas de los fascistas italianos,
que, a su vez, se basaban teóricamente en las propuestas
de Pareto.[85]
Contrastese, por ejemplo, la descripción de
las políticas nazis ofrecida por Santoro con la siguiente
de las políticas de Mussolini -proveniente de Franz Bor-
kenau: “En los primeros años de su gobierno Mussolini
ejecutó literalmente las prescripciones políticas de Pare-
to, destruyendo el liberalismo pero al mismo tiempo re-
emplazando en general el manejo estatal de las empresas
privadas, disminuyendo los impuestos sobre la propiedad,
favoreciendo el desarrollo industrial, imponiendo un edu-
cación (basada en la aceptación ciega de dogmas...”.[86]
Lo anterior se ha explicado de la siguiente manera: “La
razón principal por esto fue la percepción generalizada
entre los nazis que la economía no era muy importante, y
que, en todo caso, estaba subordinada a los intereses del
Partido o de la política del Partido. En relación a los in-
dividuos y sus visiones, mientras que el régimen no fuera
abiertamente criticado, había un margen considerable pa-
ra la discusión de economía política y teoría económica,
no habiendo una línea de partido en asuntos económicos.
Segundo, en el campo de la política (económica) prácti-
ca había un profundo nivel de pragmatismo: si las “fuer-
zas del mercado” podían lograr objetivos políticos, tanto
mejor”.[87]
Con posterioridad a la segunda guerra, las políticas de la
“economía de guerra” influyeron tentativas de desarrollo
de países del tercer mundo. Schacht -encontrado inocen-
te en los juicios de Núremberg- creó un banco -Deutsche
Außenhandelsbank Schacht & Co.- y se especializó en
dar aviso económico a dirigentes de esos países,[88]
espe-
cialmente aquellos en los cuales el ejército llegó a ser el
instrumento de “progreso” (por ejemplo: Egipto, Turquía,
Pakistán, etc.).
5 Propaganda
Los nazis fueron unos de los primeros movimientos po-
líticos que implementaron lo que puede ser llamado la
práctica moderna de la propaganda como ingeniería so-
cial. En las palabras de Joseph Goebbels, quien llegó a
estar a cargo del “Ministerio del Reich para la educación
del pueblo y la propaganda” -creado en 1933-: «Hoy po-
10 5 PROPAGANDA
Intento de demostración de la separación de las razas humanas
(ver Poligenismo y Craneometría)
demos decir sin exageración que Alemania es un modelo
de propaganda para el mundo entero. Hemos compen-
sado por las fallas del pasado y desarrollado el arte de la
influencia de masas al punto que avergüenza los esfuerzos
de otras naciones. La importancia que la directiva Nacio-
nal Socialista pone en la propaganda quedó clara cuando
estableció un “Ministerio para la educación del pueblo y
la propaganda” después que tomó el poder. Este ministe-
rio está completamente dentro del espíritu Nacional So-
cialista y en él se origina. Une todo lo que hemos apren-
dido como un movimiento de oposición confrontando el
enemigo y bajo la persecución de un sistema inimico, a
veces más de la necesidad que del deseo. Recientemente
algunos han tratado de imitar este Ministerio y su concen-
tración de todos los medios de influencia sobre la opinión,
pero aquí también se aplica el dicho: “a menudo imitado,
pero nunca igualado"».[89]
La teoría nazi sostenía que entre el Führer y su pueblo
existía una armonía mística, una absoluta comunión -en
la medida que el Führer encarna y dirige todas las aspi-
raciones y voluntad del pueblo- Pero en la realidad, ese
pueblo -como individuos- puede fallar en entender esa
“voluntad general”, así, esa comprensión y adhesión de
esos individuos debían ser logradas: “No es solo un asun-
to de hacer lo correcto, la gente debe entender que lo co-
rrecto es lo correcto. La propaganda incluye todo aquello
que ayuda a la gente a darse cuenta de esto”..la “Propa-
ganda es un medio para un fin. Su propósito es llevar a la
gente a una comprensión que les permitirá, voluntaria y
sin resistencia interna, dedicarse ellos mismos a las tareas
y objetivos de una dirección superior”. y “La gente de-
be compartir las preocupaciones y logros de su gobierno.
Esas preocupaciones y logros, en consecuencia, deben ser
constantemente presentados y forzados sobre la gente de
tal manera que el pueblo considere que esas preocupa-
ciones y logros son sus preocupaciones y logros. Solo un
gobierno autoritario, fuertemente ligado al pueblo, pue-
de hacer eso en el largo plazo. La propaganda política, el
arte de basar las cosas del estado sobre las amplias masas
de tal manera que la nación entera se sienta parte de él,
no puede por lo tanto, permanecer solo un medio de ga-
nar el poder. Debe ser un medio de construir y mantener
poder”.[89]
Ilustración en una postal austríaca (1919).
Desde ese punto de vista, la ‘propaganda política’ “está
dirigida a las masas, habla el lenguaje del pueblo porque
desea ser entendida por el pueblo. Su tarea es el arte más
creativo de poner hechos y eventos a veces complejos en
una forma simple, que pueda ser entendida por el hom-
bre en la calle.” y “La propaganda es por lo tanto, una
función necesaria del estado moderno. Sin ella es sim-
plemente imposible, en este siglo de las masas, aspirar a
grandes objetivos. (La propaganda) Se sitúa al comien-
zo de la actividad política práctica en cada aspecto de la
vida pública. Es un requisito importante y necesario”.
Contrario a lo que algunos creen, la técnica básica de la
propaganda no era, para Goebbels, la mentira.,[90]
lo cual
no quiere decir que no la empleara. - “Solo la credibi-
lidad debe determinar si lo que la propaganda propone
debe ser cierto o falso”[91]
y “Si la propaganda va a ser
exitosa, debe saber lo que busca. Debe mantener clara y
constantemente presente su objetivo y buscar los medios
y métodos apropiados para alcanzar ese objetivo. La pro-
paganda, como tal, no es ni buena ni mala. Su valor moral
es determinado por el objetivo que busca”.[89]
Lo anterior
establece una situación más bien confusa, lo que ha lleva-
11
“Cuidado que no se repita” (1920) .- " Caballero teutón" amena-
zado por soldado polaco y traicionado por un socialista (gorra
frigia roja).
do a algunos a sugerir que se pueden derivar cuatro princi-
pios de la “propaganda goebbeliana": 1. No hay verdad.-
2. Toda información (real) es irrelevante.- 3. La histo-
ria y los mensajes de los medios son solo una narrativa.-
4. La verdad es lo que se escoge creer.[92]
Alternativa-
mente, se proponen los siguientes principios: Principio
de renovación: Hay que emitir constantemente informa-
ciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando
el adversario responda, el público esté ya interesado en
otra cosa. -Principio de la verosimilitud: Construir argu-
mentos a partir de fuentes diversas. -Principio de la silen-
ciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen
argumentos y disimular las noticias que favorecen el ad-
versario. -Principio de la transfusión: Por regla general,
la propaganda opera siempre a partir de un sustrato pre-
existente, ya sea una mitología nacional o un complejo de
odios y prejuicios tradicionales. -Principio de la unani-
midad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa
“como todo el mundo”, creando una falsa impresión de
unanimidad.[93]
Goebbels establece una diferencia entre la propaganda
blanca — atribuible y dedicada a promover — y la negra,
dedicada a desprestigiar y no atribuible. La mayoría de las
citas de Goebbels generalmente usadas — por ejemplo:
“mentir, mentir, que algo queda” — se refieren a ese tipo
de propaganda. Una vez que un rumor —correcto o no
— es generalmente aceptado, se puede usar como “ver-
dad” en la propaganda blanca. Un ejemplo de su tiempo
es la existencia de un putativo “problema judío”. Una vez
que se hizo general la percepción que los ciudadanos ale-
manes de religión judía no eran alemanes, la propaganda
blanca puede presentar la “solución al problema": “Per-
mitan que de algunos ejemplos recientes. Solo necesito
bosquejar los detalles. Están muy frescos en nuestra me-
moria para requerir elaboración.... El Marxismo no po-
dría haber sido eliminado por una decisión gubernamen-
tal. Su eliminación fue el resultado de un proceso que co-
menzó con el pueblo. Pero eso solo fue posible porque
nuestra propaganda le había mostrado a la gente que el
Marxismo era un peligro tanto para el Estado como para
la Sociedad. La positiva disciplina nacional de la pren-
sa alemana nunca habría sido posible sin la eliminación
completa de la influencia de la prensa judía-liberal. Eso
solo sucedió debido a nuestra propaganda de años... el
hecho que fue eliminada... no es un accidente, sino más
bien dependió en las fundaciones psicológicas que fueron
establecidas por nuestra propaganda... Pudimos eliminar
el peligro judío en nuestra cultura porque la gente lo re-
conoció a consecuencia de nuestra propaganda.... el pre-
rrequisito fue y es la propaganda, que aquí también crea
y mantiene la conexión con el pueblo.[89]
Un ejemplo contemporáneo es el uso por ciertos secto-
res de la mentira que Barack Obama no es nacido en
EEUU[94]
y es musulmán.[95]
En la medida que el innuen-
do se divulga,[96]
personajes tales como Rand Paul, Glenn
Beck, Sarah Palin, etc, sugieren hay falta de patriotismo
de su parte y la necesidad de defender los valores cristia-
nos de los “padres fundadores”.[97][98][99]
Encontramos un
ejemplo concreto de Goebbels en su respuesta a la reac-
ción internacional a la introducción de legislación antise-
mita -por ejemplo, las Leyes de Núremberg- Goebbels no
busca ocultar o minimizar tal reacción al pueblo alemán,
pero la presenta como “campaña de propaganda interna-
cional por los judíos”. Y esa reacción “a la solución” del
“problema judío” por “medios legales” no afecta el “dere-
cho y determinación del pueblo alemán” a solucionar sus
problemas con “su acostumbrada responsabilidad y serie-
dad” — “que preferirían “las democracias”... que se deja-
ra la solución en las manos del pueblo?” pregunta Goeb-
bels — Y concluye: Esa campaña del judaísmo interna-
cional solo tendrá un resultado: hacer las cosas aún más
difíciles para sus “parientes raciales” en Alemania.−.[100]
De acuerdo a Goebbels, la planificación de cualquier y to-
do acto debe considerar sus implicaciones propagandísti-
cas. Y todo debe contribuir a los objetivos políticos que
la propaganda determina, no en una repetición mecánica,
pero para construir una visión general.[101]
Consecuente-
mente, la propaganda se desarrolló en varias direcciones
a través de la totalidad de la sociedad y vida pública ale-
mana. Se utilizó no solo a los medios de comunicación
masivos — libros, periódicos y afiches que engrandecían
a Hitler como salvador y líder de la raza aria cubrieron
las ciudades, prohibiéndose cualquier expresión de duda,
llegando incluso a la quemas de libros considerados “per-
12 6 POLÍTICA DE HIGIENE RACIAL
niciosos”, no tanto como acto de censura sino de “expur-
gación pública”. Adicionalmente se organizaron grandes
actos públicos, manifestaciones y desfiles, que glorifica-
ban un pasado alemán mítico, místico y heroico, junto
a la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su
ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacacio-
nes, pensiones, etc.), todo sugiriendo una nación de gue-
rreros liberados por un héroe seleccionado e inspirado
por el destino, envueltos en una lucha a muerte no solo
por su supervivencia, pero por todo lo que es justo, be-
llo y de valor, contra las miserables razas inferiores que,
motivados por la envidia y la malevolencia, solo saben
destruir.
El cine sufrió no solo la censura, sino además la manipu-
lación. Todas las películas debían contener algún mensaje
pronazi. El propio estado se ocupó de producir películas
documentales de propaganda, utilizando todos los ade-
lantos de la técnica y arte. La radio se convirtió en un
medio muy importante para el régimen, ya que permitía
que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes, del
mismo modo que la propaganda nazi.
La propaganda no buscaba solo fortalecer la fidelidad al
régimen o el odio hacia los judíos, sino también -en una
actitud derivada de la Kulturkampf bismarckiana- difun-
dir formas culturales consideradas propias o saludables
para la nación, identificadas con la raza aria. De esta ma-
nera, se instaba a los jóvenes sanos a casarse, informándo-
les previamente de los antecedentes raciales de su pareja,
y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alen-
tadas a permanecer en el hogar y a dedicarse a la crianza
de los niños.
Los jóvenes fueron un blanco importante para la propa-
ganda nazi. Se crearon instituciones destinadas a la socia-
lización de niños y jóvenes, como las Juventudes Hitle-
rianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa edu-
cación física y adoctrinamiento político. La Liga de Mu-
chachas Alemanas formaba a las niñas para sus futuras
tareas en el hogar, mientras los niños aprendían destre-
zas militares. No obstante lo anterior, un gran número de
mujeres también formó parte de las Hitlerjugend.
5.1 Uso de la economía como propaganda
política
Para Hitler, su régimen había restablecido la “primacía
de la política”, a la cual debía someterse la economía
del Tercer Reich. Sin embargo, la legitimidad del régi-
men dependía de su habilidad en proveer un nivel de vida
aceptable a la población en general.
Así las demandas (por menores costos) de los industria-
les se enfrentaron con la necesidad de la legitimación del
régimen, dotando de cierto bienestar a los trabajadores.
Estos objetivos contrapuestos llevan a la adopción de me-
didas de incremento de productividad, provisión de pro-
ductos populares (de bajo costo) y algunas medidas de
bienestar públicas. Ejemplos de estas políticas se encuen-
tran en las competencias nacionales de destreza en el ofi-
cio, el lanzamiento de Volkswagen -el auto del pueblo- y
el establecimiento de “centros de vacaciones populares”
('Ver Prora).
Esas medidas de “bienestar” han sido denominadas por
algunos como un “estado del bienestar nazi”, financiado a
través del “botín de guerra”. El régimen nazi consideraba
la propiedad del fisco y los ciudadanos de los países con-
quistados como propiedad del estado alemán, lo que per-
mitió mantener - para los “miembros de la raza superior”-
bajos niveles de impuestos y altos niveles de consumo in-
cluso durante la guerra misma. Por ejemplo, a pesar que
al comienzo de la guerra Hitler estableció un impuesto de
guerra −50% de todos los salarios- solo el 4% de los ale-
manes lo pagó. Para mantener esa situación, el régimen
recurrió a la expoliación y al robo organizado desde el es-
tado a nivel industrial, primero de los comunistas, gitanos
y judíos alemanes, posteriormente de los países ocupa-
dos. El 70% de los ingresos del estado alemán durante la
guerra vino de la expoliación, confiscaciones y robos en
los países ocupados, algunas de cuyas empresas llegaron
a tener que pagar un impuesto del 112% de sus ganancias
para un “fondo de lucha contra el bolchevismo”.[102]
6 Política de higiene racial
6.1 Eugenesia nazi
Los nazis instauran también el control reproductivo de
la sociedad alemana. Es imperiosa la necesidad de crear
nuevos arios y de sacar de la circulación aquellos que pre-
senten defectos en nombre de la higiene racial, promo-
viendo la eugenesia y recurriendo a la eutanasia si hacía
falta. Así mismo, se buscó la fecundación de todas las
alemanas de buena sangre por parte de la élite aria para
que poco a poco la raza perdida recupere su esplendor.
El resultado de esto fue el establecimiento de los campos
Lebensborn en los cuales mujeres de origen ario eran in-
seminadas con padres seleccionados para la creación de
niños racialmente puros.
El nazismo está imbuido de una paranoia racial
que le lleva a tejer todo un entramado científico-
místico.[cita requerida]
Por una parte, pretende demostrar
mediante la moderna ciencia de la biología, la selección
natural de Darwin y las leyes de la herencia de Gregorio
Mendel, de modo pseudocientífico la realidad de la ra-
za pura y, por otro lado, presenta la creencia mística de
que esta debe recuperar unos poderes que se le suponen
perdidos por los cruces con razas supuestamente dege-
neradas, como serían los judíos o, en menor medida, los
eslavos. En los judíos se centra el mal de males y hacia
mediados de la Segunda Guerra Mundial empezarán a ser
exterminados en los campos de concentración.
El 1 de septiembre de 1939 Hitler firmó un decreto au-
torizando el exterminio de los discapacitados físicos y
6.2 Antisemitismo nazi 13
Czesława Kwoka - Polaca- 14 años de edad. Internada en
Auschwitz: 13 de diciembre de 1942- Muerte: 12 de marzo de
1943 -
mentales, acto que era ejecutado por médicos y enfer-
meras alemanes. Se calcula[¿quién?]
que alrededor de unos
70 000 pacientes alemanes y austríacos fueron asesinados
bajo este decreto.[103]
Más de 5000 niños alemanes menores de 10 años y más
de 10 000 adolescentes fueron ejecutados o dejados mo-
rir por inanición. Los médicos aconsejaban a los padres
deshacerse de cualquier niño menor de tres años que tu-
viera alguna dificultad o no pareciera ario.[104]
Durante el nazismo se asesinaron enfermos mentales, psi-
cóticos, esquizofrénicos, débiles mentales, discapacita-
dos, disminuídos físicos, débiles de espíritu, inválidos y
todo tipo de enfermos incurables. Todo aquel que no fue-
ra perfecto para los parámetros del nazismo y que era
considerado una amenaza para la pureza genética del pue-
blo alemán.[105]
Alrededor de 5000 veteranos de guerra alemanes, que
estaban hospitalizados por estres postraumático, fue-
ron asesinaron en razón de la limpieza y la eugenesia
sobre todo aquel que fuera considerado débil. Esto
contradecía[cita requerida]
las ideas de Hitler que criticaba a
la República por no proteger a los veteranos.[106]
6.2 Antisemitismo nazi
Para Hitler, los comunistas eran enemigos de la nación
alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fu-
sionaba con ese y con los otros posibles: los judíos. Par-
tiendo de una concepción racista, desde principios de los
años veinte Hitler fue reconstruyendo un estereotipo ra-
cial del judío, a partir de las teorías de Walter Darré, Al-
fred Rosenberg, Spengler (Siglo XX), Houston Stewart
Chamberlain y el conde de Gobineau (Siglo XIX).
Los judíos encarnaban, para Hitler, todos los males que
aquejaban a la nación alemana (no judía): eran los prole-
tariados agitadores, los financistas avaros y los grandes in-
dustriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa
que difamaba a la nación, y también los débiles y corrup-
tos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados
de paz y de la debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el
enemigo racial, que desde el interior corrompía y conta-
minaba a la nación, debilitándola.
El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el
sistema totalitario para la movilización política y social,
así como para distraer la opinión pública de los propios
problemas.
En 1935, las leyes de Núremberg privaron a los judíos de
la ciudadanía alemana y de todo derecho. Se les prohibió
el contacto con los arios y se les obligó a portar una iden-
tificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes
el Estado definía racialmente como judíos. Continuaron
la violencia y el acoso de las SS y de la policía a los judíos,
produciéndose masivas emigraciones.
Luego siguió una segunda fase de expropiación, caracte-
rizada por la “arianización” de bienes, los despidos y los
impuestos especiales.
En 1938 se les prohibió a los abogados y médicos judíos
el libre ejercicio de sus profesiones y se obligó a que los
que tenían nombres de pila no judíos que antepusieran los
de "Sara" o "Israel" a los propios, para la identificación
en los campos de trabajo y en los mismos ghettos). El
resultado, distinguirlos.
Página 3 de “Telegrama urgente (secreto)" ( 1:20 a.m, 10 de No-
viembre,1938),. firmado por Reinhard Heydrich, acerca de “me-
didas contra los judíos esta noche” e instruyendo que los “ judíos
arrestados” sean trasladados a “campos de concentración”
En noviembre, esgrimiendo como excusa el asesinato de
un diplomático alemán en París a manos de un joven ju-
dío, fueron atacados por miembros de las SS, en lo que
14 6 POLÍTICA DE HIGIENE RACIAL
se llamó la "noche de los cristales rotos". El resultado fue
de tal magnitud que el mismo Estado hubo de restaurar
el orden que él mismo había perturbado.
Los judíos fueron considerados globalmente responsa-
bles del ataque y obligados a reparar los daños, a indem-
nizar al Estado alemán por los destrozos y a entregar el
dinero recibido a compañías de seguros. Se los excluyó
de la vida económica, se les prohibió el acceso a las uni-
versidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar
lugares públicos como teatros o jardines. Adicionalmen-
te ese momento marcó el comienzo de un programa or-
ganizado de internamiento de los judíos en campos de
concentración: en un telegrama de instrucciones firmada
por Reinhard Heydrich — marcado “Urgente y secreto”
— en preparación a la Kristalnacht se establece (punto
5): “Tan pronto como el curso de los eventos durante esta
noche permita el uso de los oficiales de policía asignados
para este propósito, serán arrestados tantos judíos como
sea posible acomodar en los lugares de detención de cada
distrito. —especialmente judíos ricos. Por el momento
solo serán arrestados judíos varones en buen estado de
salud, de edad no muy avanzada. Inmediatamente que el
arresto tenga lugar, se contactara el campo de concentra-
ción adecuado para ubicar a los judíos tan rápidamente
como sea posible en esos campos....”.[107]
— esos cam-
pos en realidad eran “campos de trabajo forzado” en los
cuales se explotaba a los internados hasta la muerte.[108]
Finalmente, los judíos fueron concentrados en guetos
(barrios especiales donde vivían hacinados) o en campos.
A esto seguiría la esclavización y el exterminio durante la
guerra. Los campos de concentración, inicialmente des-
tinados a la prisión preventiva de “enemigos del estado”
(por ejemplo: comunistas y social demócratas), se convir-
tieron en lugares de trabajo forzoso, para experimentos
médicos y para la eliminación física de judíos, gitanos,
homosexuales y discapacitados.
Escena en Buchenwald, el 16 de abril de 1945 - día de su libe-
ración
Sobre este último punto, hay quienes sostienen la inexis-
tencia del holocausto judío, ya sea en su totalidad o en las
proporciones que son comúnmente aceptadas, lo que ha
dado lugar a algunos juicios.[109]
Los principales exposi-
tores de esta visión son Robert Faurisson, Paul Rassinier
y David Irving, Los casos más conocido son A) el del
Commonwealth de Canadá contra Ernst Zundel, ciuda-
dano alemán que vivió en Canadá entre 1958 y el 2000 y
quien publicó varios panfletos cuestionando el holocaus-
to, por lo que fue procesado por “publicar literatura capaz
de incitar odio contra un grupo identificable”.[110]
En di-
cho proceso, Alfred Leuchter, quien falsamente proclamó
ser ingeniero, el “máximo experto mundial en” y “cons-
tructor” de cámaras de gas para las prisiones de los Es-
tados Unidos[111]
evacuó el Informe Leuchter, en el que
concluyó que “no hubo cámaras de gas para la ejecución
en ninguno de esos lugares” y B) el de Irving contra Lips-
tadt y otros, en el cual Irving fue encontrado “un activo
negador del Holocausto... un antisemita y un racista”.
6.3 El Holocausto
Estrella de David con que se discriminaba a los judíos en la
Alemania nazi.
El Holocausto fue el genocidio llevado a cabo por el régi-
men nacionalsocialista del Tercer Reich sobre los judíos
y otros pueblos entre los años 1933 y 1945. El genocidio
fue la culminación de un largo proceso que se desarrolló
paralelamente a la implantación del régimen nazi y que
tenía como objetivo la creación de una comunidad nacio-
nal –Volksgemeinschaft– racialmente pura. Lo que Hitler
se proponía –y así lo había anunciado el 30 de enero de
1939- era el exterminio de la raza judía de Europa.[112]
Finalmente, en la conferencia de Wannsee, 20 de enero
de 1942, se aprobó la "Solución final a la cuestión de los
judíos” - Endlösung der Judenfrage o endgültige Lösung
der Judefrage, acortado simplemente a “la Solución Final
- Endlösung. Esta solución consistía en la eliminación fí-
sica, por medio de los trabajos forzados, el hambre y las
cámaras de gas, de los judíos (y otros “indeseables”) in-
ternados en campos de exterminio (Auschwitz-Birkenau,
Chelmno, Belzec, Majdanek, Mauthausen, Sobibor y
Treblinka). La estimación histórica del número de vícti-
mas judías es alrededor de seis millones, aunque los his-
15
toriadores contemporáneos creen que el número exacto
se encuentra entre los 5 y 7 millones.[113]
Otros grupos que el régimen nazi definió cómo “indesea-
bles” eran los homosexuales, los testigos de Jehová, los
minusválidos y disidentes y los opositores políticos de
varias nacionalidades y religiones (polacos, ucranianos,
bielorussos, lituanos, letones, estonios,[114]
rusos, otros
eslavos, gitanos y católicos).
6.4 Persecución de los homosexuales en la
Alemania nazi
El Triángulo rosa, símbolo con el que se marcaba a los homose-
xuales en los campos de concentración nazis.
La persecución de los homosexuales en la Alemania na-
zi se fundamentó principalmente sobre la premisa de
que la homosexualidad era incompatible con la ideología
nacionalsocialista porque los homosexuales no se repro-
ducían y por tanto no perpetuaban la raza aria. La homo-
sexualidad constituía una de las pruebas de degeneración
racial que, además, se transmitía por vicio de unos indivi-
duos a otros; por ello las autoridades debían poner todos
los medios a su alcance para evitar su extensión.[115]
El ángel de Frankfurt fue el primer monumento de
Alemania en memoria de los homosexuales perseguidos
por el nazismo, y posteriormente, bajo el artículo 175 del
código penal alemán. Como su nombre indica el monu-
mento es la estatua de un ángel sujetando una banda. La
obra fue el primer monumento conmemorativo de las víc-
timas homosexuales del holocausto en Alemania. Los si-
guientes en ser erigidos en Alemania fueron el Triángulo
rosa de Colonia (1995) y Monumento a los homosexuales
perseguidos por el nazismo en Berlín (2008).
En la base de la estatua hay una inscripción en alemán
que dice: “Los hombres y mujeres homosexuales fueron
perseguidos y asesinados durante el régimen nacionalso-
cialista. La matanza fue ocultada y negada, despreciando
y condenando a los supervivientes. Por ello los recordamos
Ángel de Frankfurt
y a los hombres que aman a otros hombres y las mujeres
que aman a otras mujeres que frecuentemente todavía si-
guen siendo perseguidos. Frankfurt del Meno. Diciembre
1994.” La inscripción alude a que los homosexuales no
sólo fueron perseguidos durante el régimen nazi, sino que
el artículo 175 siguió vigente y no se reformó la prohibi-
ción respecto a las prácticas homosexuales entre adultos
hasta 1973, sirviendo para condenar incluso a los super-
vivientes de los campos de concentración. Hasta que fue
derogado completamente en 1994. Lo que causó que los
homosexuales no pudieran hacer durante años ninguna
reclamación y fueran el último grupo de víctimas en ser
oficialmente reconocido.
7 Política exterior
El objetivo final de la política exterior nazi era la con-
quista del Lebensraum o espacio vital alemán. Su impe-
rialismo era a la vez económico y racial. Hitler sostenía
que el pueblo elegido (la raza superior) debía disponer de
suficiente espacio, definido como una relación entre los
recursos (tierras, alimentos) y la población. Su objetivo
inmediato eran las tierras de Europa Oriental, pobladas
por razas consideradas inferiores.
La política interior totalitaria del Tercer Reich estaba al
servicio de su política exterior expansionista. El totali-
tarismo creaba las bases materiales y psíquicas para la
conquista exterior y, al mismo tiempo, los grandes éxitos
y la conciencia de la “misión” de la raza distraerían a la
16 8 CLAVES DE LA IDEOLOGÍA NACIONALSOCIALISTA TEMPRANA
población de la represión interna.
Hitler expresó desde un principio su voluntad de rearme a
Alemania. Realizado primero en secreto, se hizo público
después de 1935 y fue tolerado por las naciones europeas
que estaban más preocupadas por el avance del comunis-
mo que el nazismo. La política inglesa y francesa fue la
del “apaciguamiento”, que consistía en conceder a Hitler
aquello que reclamaba y firmar nuevos pactos, apostando
con esto a mantener a los nazis bajo control.
Ejércitos mayores y mejores entrenados, producción de
barcos de guerra, aviones, tanques y municiones, e inves-
tigación de nuevos tipos de armamento, absorbieron cre-
cientes recursos estatales. Por otro lado, el rearme permi-
tió llegar al pleno empleo y dejar atrás la crisis de 1929.
Esto reactivó la economía alemana y trajo un nuevo pres-
tigio al reich.
En 1936, las fuerzas militares alemanas reocuparon sor-
presivamente Renania. Desde ese momento y hasta 1939,
la táctica consistió en ataques justificados por el derecho
alemán al Lebensraum, seguido por nuevas promesas de
paz.
Al episodio de Renania le siguió la intervención en la
guerra civil española y la anexión de Austria en 1938. La
semidictadura austríaca intentó en vano impedir la cam-
paña de anexión de los nacionalistas austríacos y dejó fi-
nalmente el poder a los alemanes en 1938. Un plebiscito
a favor de la “Gran Alemania” confirmó luego la Unión.
El siguiente objetivo fue Checoslovaquia, donde un con-
flicto con la minoría alemana de los Sudetes le sirvió de
excusa para la anexión de la región en 1938. Inglaterra y
Francia accedieron a estas pretensiones alemanas por me-
dio de los Acuerdos de Múnich y Chescolovaquia debió
ceder. Pero Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en
1939. Esto puso de manifiesto su verdadera intención y el
fracaso de la política de “apaciguamiento” de Inglaterra
y Francia. Cuando, tras firmar un pacto de no agresión
con la Unión Soviética (URSS), Hitler se lanzó en sep-
tiembre de 1939 a invadir Polonia, Francia e Inglaterra le
declararon la guerra. Así comenzaba la Segunda Guerra
Mundial.
Ver: Cronología de la Segunda Guerra Mundial
8 Claves de la ideología nacionalso-
cialista temprana
• Nacionalismo alemán.
• Pangermanismo
• Corporativismo, la creación de un cuerpo colectivo
entre el Estado, empresarios y trabajadores.
• Economía dirigida por el Estado (socialismo) y
keynesianismo militar.
• Romanticismo y tercera posición. Rechazo de las
ideologías herederas de la Ilustración favoreciendo
en su lugar los mitos nacionalistas.
• Anticapitalismo, y en general oposición a toda
forma de ideología liberal, al capitalismo y la
economía de mercado.
• Anticomunismo y, en general, oposición a toda
forma de ideología marxista y materialista y a
la lucha de clases.
• Protección de la propiedad privada (bajo la
intervención del Estado).
• Populismo, la representación de los sectores pobres
y medios de la sociedad.
• Racismo.
• Especialmente el antisemitismo.
• Creación de la Herrenrasse por el Lebensborn
(un departamento del Tercer Reich)
• Antieslavismo (al menos hasta la II Guerra
Mundial).
• Creencia de algunos ideólogos en la superiori-
dad de la raza aria, alemana y nórdica, aunque
también de la raza blanca europea.
• Eutanasia y eugenesia buscando la supuesta “higiene
racial”.
• Negación de la democracia (especialmente la
democracia liberal), con la consiguiente prohibición
de la existencia de partidos políticos, sindicatos.
• Führerprinzip/creencia en el líder (Responsibilidad
ascendente y autoridad descendente).
• Fuerte exhibición de la cultura local.
• Regeneración del arte.
• Amor a la Naturaleza y creación de reservas na-
turales y leyes de protección de la Naturaleza
(ecofascismo).
• Darwinismo social
• Defensa de Sangre y Tierra (en alemán: “Blut und
Boden” - idea representada por los colores rojo y
negro de la bandera nazi)
• “Lebensraumpolitik”, “Lebensraum im Osten”
(Creación de más espacio vital para los alemanes
en el Este de Europa).
• Relación con el fascismo italiano de Benito Musso-
lini y el español de Francisco Franco.
• Creación del Frente de Trabajo, que aglutinaba a los
trabajadores de Alemania para un mejor entendi-
miento de los problemas de estos.
11.1 Notas 17
• Proyecto “Belleza en el trabajo” para mejorar las
condiciones laborales de los obreros.
• Creación de la “Ayuda de Invierno” para acabar con
el hambre y la penosa situación de muchos alemanes
antes del Reich.
• Grandes actos de masas para fomentar el espíritu co-
lectivo.
• Ser miembro de las Juventudes Hitlerianas era vo-
luntario (obligatorio desde 1936), a partir de los 10
y hasta los 17 años.
9 El nazismo en la actualidad
Tras la Segunda Guerra Mundial, el nazismo ha continua-
do inspirando a movimientos neonazis.
En 2010, en Perú un partido nazista anti chileno fue apro-
bado por el Jurado Nacional del Elecciones (JNE) para
inscripción en planillas electorales.[116]
En muchos países, entre ellos la Alemania actual, está
prohibido hacer apología del nazismo y hay leyes estrictas
en contra del nazismo, que es considerado un delito; tam-
bién está prohibido hacer apología del Holocausto o negar
su existencia, práctica conocida como negacionismo del
Holocausto.
10 Véase también
• Fascismo
• Tercera posición
• Totalitarismo
• Misticismo Nazi
• Símbolos nazis
• Bastardos de Renania
• Judensau - Propaganda antisemita
• Concordato imperial
• Corporativismo
• Crímenes de la fase final
11 Notas y referencias
11.1 Notas
[1] Véase, por ejemplo, Un viaje por la economía de nuestro
tiempo (1995), de John Kenneth Galbraith.
[2] Por ejemplo el 20 de enero de 1927, durante una visita
a Roma, el entonces conservador y autodeclarado «cons-
titucionalista y antisocialista» Winston Churchill declaró
que si él hubiera sido italiano se habría unido a Mussolini
y continuó:
Agregaré una palabra sobre el aspecto
internacional del fascismo. Externamente su
movimiento ha rendido un servicio al mun-
do entero [...]. Italia ha demostrado que hay
maneras de luchar contra las fuerzas subver-
sivas, maneras que pueden llevar las masas
populares, propiamente dirigidas, a apreciar
y defender el honor y la estabilidad de una
sociedad civilizada. Ha previsto el antídoto
necesario al veneno ruso. De ahora en ade-
lante, ninguna gran nación estará desprovista
de un último medio de protección contra el
crecimiento canceroso del bolchevismo.
Citado en The Menace of Fascism.
Alrededor de esas fechas, Churchill sugirió ametrallar a
huelguistas como manera práctica de terminar la huelga.
Aún tan tarde como en 1938, en vísperas del inicio de la
Segunda Guerra Mundial, Churchill declaró que si alguna
vez Inglaterra llegara a tener los mismos problemas que
Alemania de postguerra, él esperaba que llegara a encon-
trar su «sr. Hitler» (citado en Winston Spencer Churchill:
A Tribute).
[3] La situación en relación a esos dos autores es confusa, si
bien hubo expresiones «fascistas» de sus ideas, también
las hubo antifascistas. Véase, por ejemplo: The Roots of
Italian Fascism: Sorel and Sorelism, de Jack Roth.
[4] La situación en relación a Heidegger es aún más confu-
sa. Heidegger se unió al Partido Nazi en 1933, en incluso
propuso «liberar a las universidades alemanas de influen-
cias modernistas y judías», sin embargo, posteriormente
renunció a todos los cargos los nazis le habían otorgado.
Véase Heidegger and nazism.
[5] Wagner fue un notable antisemita, en el sentido que su
posición y fama dieron a sus visiones y propuestas. Ver,
por ejemplo El judaísmo en la música- gran diseminación,
contribuyendo a que esas posiciones llegara a ser acep-
table en círculos de la “alta cultura”, dado que tenían el
aval de lo que para algunos era el genio más destacado
desde Goethe. Por esas actitudes, Wagner fue denunciado
por quien hasta entonces había sido su amigo, Nietzsche:
“Wagner ha decaído, paso a paso, a todo lo que despre-
cio, incluso al antisemitismo” (Nietzsche contra Wagner,
1888) Ver también: Nietzsche: Der Fall Wagner” (El Ca-
so Wagner) y Humano, demasiado humano.- Pero la in-
fluencia de Wagner, más allá de lo musical, es debatible,
incluso su influencia en el movimiento Völkisch fue limi-
tada -ver Bernard Mees: Völkische Altnordistik: The Po-
litics of Nordic Studies in the German-Speaking Coun-
tries, 1926-45- Sin embargo los nazis utilizaron su fama
y obra, -ayudados por Cosima Wagner y Houston Stewart
Chamberlain- transformando el Festival de Bayreuth en el
punto alto del calendario social nazi.
18 11 NOTAS Y REFERENCIAS
11.2 Referencias
[1] «Contexto: la democracia alemana». Artehistoria. Junta de
Castilla y León. Archivado desde el original el 30 de no-
viembre de 2015.
[2] Conciousness and Society: The Reorientation of European
Social Thought 1890-1930 (1959), de H. Stuart Hughes.
[3] Zeev Sternhell and Hans Sluga: MUTINY ON BOARD
MODERNITY: HEIDEGGER, SOREL AND OTHER
FASCIST INTELLECTUALS.
[4] James W. Vander Zanden (1960): Pareto and Fascism Re-
considered
[5] Hannah Arendt (1951): Los orígenes del totalitarismo.
Trad. de Guillermo Solana. Taurus, 1974. Traducción re-
editada por Alianza Editorial, 2006, con prólogo de Sal-
vador Giner. ISBN 978-84-206-4771-5.
[6] Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas (1853-
55), de Arthur de Gobineau.
[7] Dr. Jerry Bergman, (2011), “The Dark Side of Charles
Darwin: A Critical Analysis of an Icon of Science”, págs
237-238
[8] Richard Weikart (2006), “From Darwin to Hitler: Evolu-
tionary Ethics, Eugenics, and Racism in Germany”, Pal-
grave Macmillan, 328 pags.
[9] “Hitler & Eugenics”. Expelled Exposed. National Center
for Science Education. National Center for Science Edu-
cation. Retrieved 2008-06-09.
[10] “Senior Fellow Richard Weikart responds to Sander Gli-
boff”. Center for Science and Culture. October 10, 2004.
Retrieved 2008-05-17.
[11] Western Civilization: Ideas, Politics, and Society. Hough-
ton Mifflin Harcourt Publishing Company. 2008-10.
ISBN 978-0-547-14701-7. Retrieved 2007–03–25.
[12] Daniel Gasman (2004), “The Scientific Origins of Natio-
nal Socialism”. New Brunswick: Transaction Press
[13] Ken Ham,A. Charles Ware, (2007), “Darwin’s Plantation:
Evolution’s Racist Roots”, New Leaf Publishing Group,
29/11/07, 196 págs.
[14] Benjamin Kidd (1919). The Science of Power.
[15] Ver, por ejemplo: Nicholas Goodrick-Clarke. 1985. The
Occult Roots of Nazism: Secret Aryan Cults and
Their Influence on Nazi Ideology: The Ariosophists
of Austria and Germany, 1890–1935. - ISBN 0-85030-
402-4. y (expandido), 2004: ISBN 1-86064-973-4.- Y Ni-
cholas Goodrick-Clarke. 2002. Black Sun: Aryan Cults,
Esoteric Nazism and the Politics of Identity. ISBN 0-
8147-3124-4 −. ISBN 0-8147-3155-4)
[16] Duverger: The Study of politics.
[17] Uno de los mitos es el de que los alemanes
han sido siempre antisemitas y antidemocrá-
ticos, y que el III Reich y Hitler eran histó-
ricamente inevitables. Eso no es cierto. Hizo
falta una serie de acontecimientos muy for-
tuitos para que los nazis llegaran al poder. Pu-
do ser diferente.
Richard J. Evans (2005). No se puede
entender el fin del nazismo sin conocer el
principio
[18] Véase, por ejemplo: causó el holocausto? (en inglés).
[19] “La obra de Hitler no constituyó una singularidad, sino
que se inscribió en una tradición alemana de pensamiento
que ha malinterpretado la tríada de valores de la Revolu-
ción francesa de 1789: “Libertad, igualdad y fraternidad”.
Ha existido un menosprecio hacia la libertad, que ha sido
asociada a riesgos y miedos, de modo que esta no es anhe-
lada por muchos alemanes. No se ha buscado la igualdad
ante la ley, sino la igualdad social con políticas de redistri-
bución de riqueza y búsqueda de seguridad que ya habían
empezado con la “revolución desde arriba” del canciller
Otto von Bismarck (1815-1898). Hitler continuó esa lí-
nea cuando llegó al poder”. Götz Aly, La seducción nazi.
Dinero y bienestar para todos
[20] Forsthoff (1933): “Der totale Staat” Hamburg 1933 -
Forsthoff ha sido muy criticado en Alemania como siendo
uno de los juristas que legitimó el Estado nazi. Sin em-
bargo, no fue un miembro oficial de ese partido e inclu-
so su cátedra fue prohibida por la Gestapo. Después de
la guerra, Forsthoff cambió su posición a que los indivi-
duos están sometidos a la demandas de la tecnología y
tuvo una participación destacada como representante de
la tendencia “conservativa radical” en el gran debate en
ese país acerca del papel de la ley en el contexto de la
constitución que se proponía. Ver, por ejemplo, Caldwell
P. Ernst Forsthoff and the legacy of radical conservative
state theory in the federal republic of Germany
[21] “Lexicon: Dolchstosslegende” (definition),
www.icons-multimedia.com, 2005, webpage: DolchSL.
[22] A. Hitler. Mein Kampf.
[23] Por ejemplo, Pablo Jiménez Cores cita a Hitler: «me con-
vertí en un fanático antisemita, ya que había averiguado
que el judío abrazaba la obra de Marx -teoría de la cons-
piración judeo-marxista- indicando que: la doctrina judía
del marxista rechazaba el principio aristocrático de la na-
turaleza y en lugar del eterno privilegio de la fuerza y ener-
gía, coloca su montón y peso muerto de números. De esta
suerte, niega el valor del individuo.... y combate la impor-
tancia de la nacionalidad y de la raza... siendo el único
resultado para los habitantes de esta tierra... la ruina»» en
La estrategia de Hitler: Las raíces ocultas del nacionalso-
cialismo
[24] EL RÉGIMEN NAZI
[25] Führerprinzip
[26] Por ejemplo: Vigésimo Primer Día: Lunes, 17 de diciem-
bre de 1945 (de los Juicios de Núremberg)
[27] Explicación del concepto por Ben Klassen (uno de los fun-
dadores del Supremacismo blanco): explica el concepto:
Capítulo Siete: el Principio del Líder
11.2 Referencias 19
[28] Real Academia Española (2014). «nacionalsocialismo».
Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid:
Espasa.
[29] El nombre en alemán Nationalsozialistische Deutsche Ar-
beiterpartei se pronuncia [natsjoˈnaːlzotsiaːˌlistiʃə ˈdɔytʃə
ˈarbaitɐparˌtai] (Arbeiter, ‘trabajadores’). La abreviación
nazi, como el sozi que sigue, es del lenguaje común y co-
rriente con un sentido poco respetuoso, pero no directa-
mente insultante.
[30] Franz H. Mautner (1944). «Nazi und Sozi». Modern Lan-
guage Notes (Modern Language Notes, Vol. 59, No. 2) 59
(2): 93-100. doi:10.2307/2910599.
[31] Articulo Nazi, en: Friedrich Kluge, Elmar Seebold: Ety-
mologisches Wörterbuch der deutschen Sprache, Walter de
Gruyter, 24. Auflage, Berlin/New York 2002, ISBN 3-11-
017473-1; Online Etymology Dictionary: Nazi
[32] Ian Kershaw: "Hitler, 1889-1936: Hubris, (Londres, 1998)
ISBN 0-393-32035-9 - Hitler, 1936-1945: Nemesis, (Lon-
dres, 2000) ISBN 0-393-32252-1 ( American Satellite Ma-
gazine, 2008 Revisión de libro (accedido 11-15-08)
[33] Por ejemplo: Henry Ashby Turner, Jr. (1996): Hitler’s
Thirty Days to Power: January 1933 - ISBN 0-201-40714-
0
[34] Richard Weikart (2004): The Roots of Hitler’s Evil ver
también Richard Weikart (2004): “From Darwin to Hitler:
Evolutionary Ethics, Eugenics, and Racism in Germany”
(Palgrave Macmillan - New York)
[35] Brigitte Hamann (1996): Hitler’s Vienna
[36] Shirer, William Lawrence (1960). The rise and fall of the
Third Reich; a history of Nazi Germany (El ascenso y la
caída del Tercer Reich, una historia de la Alemania Nazi).
Digital General Collection: Simon & Schuster. p. 14. (en
inglés)
[37] Stackelberg, Roderick (2007), The Routledge companion
to Nazi Germany, New York, NY: Routledge, p. 9, ISBN
0-415-30860-7
[38] Samuel W. Mitcham, Why Hitler?: the genesis of the Nazi
Reich. Praeger, 1996, p.67
[39] Alison Kitson, Germany, 1858–1990: Hope, Terror, and
Revival, Oxford University Press, 2001, P.1921
[40] Ian Kershaw, Hitler, Pearson Education, 2000, p.60
[41] Kerhsaw, 1999
[42] Fest, 1970
[43] Claus Hant, http://www.younghitler.com/, Young Hitler,
Quartet Books, London 2010, p. 395
[44] Revista Time (Junio de 1932): Foreign News: Contempt
[45] Robert Ley, citado en Hitler..sección Fuhrer as Lord
[46] A. Hitler (Mein Kampf)
[47] Toland, John (1976). Adolf Hitler. New York: Doubleday
& Company. ISBN 0-385-03724-4.
[48] Campbell, Bruce, The SA Generals and The Rise of Na-
zism, (University Press of Kentucky, 1998, ISBN 0-8131-
2047-0)
[49] Kershaw, Ian. (1999) Hitler ISBN 0-393-04671-0
[50] Jewish Virtual Library: Franz Von Papen
[51] Adolf Hitler - The Road to Power sección: “Hitler’s ap-
pointment as Chancellor”
[52] Para todo lo que sigue, las mejores fuentes son: William
Shirer: The Rise and Fall of the Third Reich (New York:
Simon & Schuster, 1960), chapters 3, 5-7, and Alan Bu-
llock’s Hitler: A Study in Tyranny, abridged edition, (New
York: HarperCollins, 1962), chapters 3-5. A lesser source
for this essay, but one which faithfully follows the above
accounts, is The History Place: The Rise of Adolf Hitler,
From Unknown to Dictator of Germany.
[53] William Shirer: (1960): “The Rise and Fall of the Third
Reich” (New York: Simon & Schuster), capítulos 3, 5-7,.-
Alan Bullock (1962): Hitler: A Study in Tyranny, abridged
edition, (New York: HarperCollins,, chapters 3-5).
[54] Citado por John Weiss (1967): “The Fascist Tradition: Ra-
dical Right-Wing Extremism in Modern Europe”, Harper &
Row.
[55] Tanto von Papen como von Schleicher eran miembros del
Movimiento Revolucionario Conservador. Los principa-
les ideólogos de ese movimiento fueron Oswald Spengler;
Carl Schmitt; Ernst Jünger y Edgar Julius Jung, quien lle-
gó a ser secretario político de von Papen, escribiendo sus
discursos. La intención general del grupo era el estable-
cimiento de una dictadura con el fin de “despolitizar las
masas y excluirlas de la dirección del Estado”. En ese pro-
yecto Hitler era útil -"Hemos empleado a Hitler” comentó,
von Papen cuando Hitler fue nombrado canciller- pero no
un aliado de largo plazo: entre otras críticas, Jung lo acu-
saba de “liberalismo y democratismo” - ver Alexander Ja-
cob: The Neo-Conservative Reich of Edgar Julius Jung.-
Adicionalmente, Hitler profesaba abiertamente desprecio
por la economía y políticas administrativas, lo que hizo
que los conservadores pensaran que sería ya sea fácilmen-
te manipulable o conduciría al caos, ambas situaciones re-
dundando en favor del proyecto conservador.
[56] Henry Ashby Turner, Jr (1996): “Hitler’s Thirty Days to
Power: January 1933” - ISBN 0-201-40714-0
[57] The History Place Hitler Named Chancellor
[58] Henry Ashby Turner, Jr. (1996) “Hitler’s Thirty Days to
Power: January 1933”.- ISBN 0-201-40714-0
[59] Franz Von Papen
[60] De acuerdo a la declaración de von Papen frente a los tri-
bunales de Núremberg, la posibilidad de activar los po-
deres especiales fue discutida en la primera reunión del
gabinete de Hitler, siendo desechada porque se requerían
circunstancias especiales que, en ese momento, no exis-
tían. Ver Franz Von Papen
20 11 NOTAS Y REFERENCIAS
[61] Que incluía disposiciones tales como la suspensión de la
libertad de opinión y prensa, abolición del derecho a pri-
vacidad, incluido a comunicaciones privadas, disposición
de órdenes de arresto y allanamiento, etc., sin las garan-
tías legales normales (incluyendo suspensión del hábeas
corpus). Ilegalización del partido comunista, etc.
[62] Jeremy Noakes; Geoffrey Pridham: Nazism 1919-1945,
Volume 1: The Rise to Power 1919-1934. A Documentary
Reader (Exeter Studies in History)
[63] Shirer, op. cit
[64] VON PAPEN
[65] The History Place: Hitler becomes Führer
[66] Program of the NSDAP
[67] Ronald Gray (199) Hitler y los alemanes
[68] hay gran confusión que se entendía por ese termino -
ver, por ejemplo; Richard Steigmann-Gall (2004) The
Holy Reich Nazi Conceptions of Christianity, 1919–1945
ISBN-13: 9780521603522 | ISBN-10: 0521603528) - sin
embargo, en la práctica, significó la promoción por el go-
bierno nazi de una “Iglesia Alemana', que, se proponía,
eventualmente aboliría todo elemento judío del culto, ta-
les como la Biblia y los crucifijos, remplazándolas con
Mein Kempf y una espada.- Ver también Cristianos ba-
jo el nazismo
[69] Hitler, citado por Hans-Joachim Braun, “The German
Economy in the Twentieth Century”, Routledge, 1990, p.
78
[70] Hitler: “La historia del mundo nos enseña que ningún pue-
blo ha llegado a ser grande a través de su economía pe-
ro que muy bien pueden perecer a través de ella”....."la
economía es algo de importancia secundaria”.- citado en
Henry A. Turner, “Hitler’s Einstellung”, 1976, p. 90–91
[71] Hitler: “mi interpretación del socialismo no tiene nada que
ver con el socialismo marxista,”... “el marxismo es anti-
propiedad; el verdadero socialismo no lo es”. - Citado por
Francis Ludwig Carsten, The Rise of Fascism, University
of California Press, 1982, p. 137.
[72] por ejemplo: Giuseppe Rinaldi, (2009) ECONOMIA DE-
LLA GERMANIA NAZISTA (1.1)
[73] Hitler, citado por Henry A. Turner, “German Big Business
and the Rise of Hitler”, 1985, p. 76
[74] Richard Allen Epstein, Principles for a Free Society: Re-
conciling Individual Liberty With the Common Good, De
Capo Press 2002, p. 168
[75] Cesare Santoro en “La Alemania de Hitler”, capítulo XI
La Economía en la Nueva Alemania
[76] Fritz Reinhardt: Die Herrschaft der Börse. Ver también:
Fritz Reinhardt (1943) La hacienda alemana y la guerra:
Breve exposición de las ideas fundamentales sobre la eco-
nómica alemana, etc
[77] Hans-Joachim Braun (1990): “The German Economy in
the Twentieth Century”, Routledge -
[78] Resumen de acta de acusación frente a tribunales de Nú-
remberg
[79] documents: Extract From a Memorandum by Hitler on the
Tasks of the Four-Year Plan, 1936
[80] Para una explicación, ver: Guido Giacomo Preparata
(2002): HITLER’S MONEY
[81] Ersatz es un prefijo del idioma alemán que, anteponién-
dose a una palabra, significa substituto o reemplazo: por
ejemplo “ersatzkaffee” significa “substituto de café”. En-
tre los productos ersatz desarrollados industrialmente bajo
el proyecto y que adquirieron importancia posteriormen-
te se encuentran el surimi, la margarina, el desarrollo de
substitutos de quesos y proteínas a partir de la soya, la
silicona, el uso del benceno, etc.
[82] Acta de acusación en juicios de Núremberg
[83] Hans-Joachim Braun (1990): “The German Economy in
the Twentieth Century”, Routledge -
[84] Neumann, Klaus (2000). Shifting memories: the Nazi past
in the new Germany. University of Michigan Press. ISBN
0-472-08710-X.
[85] por ejemplo: NUKHET KARDAM (1976): A COMPA-
RATIVE ANALYSIS OF CORPORATISM IN NAZI
GERMANY AND FASCIST ITALY '. Ver también Ja-
mes Alexander (en el sitio web neonazi White Pride):
Vilfredo Pareto: The Karl Marx of Fascism
[86] Franz Borkenau, Pareto (New York: John Wiley & Sons,
1936), p. 18.
[87] Keith Tribe; (2007) Ordoliberalism and the Social Market
Economy (revisión de Ralf Ptak,Vom Ordoliberalismus
zur Sozialen Marktwirtschaft. Stationen des Neoliberalis-
mus in Deutschland)
[88] Simpson, Amos E. (: 1969): Hjalmar Schacht in Perspec-
tive. Mouton Group- Paris.
[89] Joseph Goebbels: Discurso sobre la propaganda −1934
fuente Der Kongress zur Nürnberg 1934 (Munich: Zen-
tralverlag der NSDAP., Frz. Eher Nachf., 1934), pp. 130-
141.
[90] Goebbels: “La propaganda buena no necesita mentir, en
realidad, no puede mentir. No tiene motivo para temer la
verdad. Es un error creer que la gente no puede aceptar
la verdad. Ellos pueden. Es solo una materia de presentar
la verdad a la gente en una manera que ellos sean capaces
de entender. Un propaganda que miente solo demuestra
que tiene una mala causa. No puede ser exitosa en el largo
plazo” op. cit
[91] Joseph Goebbels” principles of propaganda, ver también
L Doob: Goebbels’ principles of propaganda
[92] Joseph Goebbels
[93] Propaganda y Verdad
[94] Argumenta comandante que Obama no nació en Estados
Unidos
[95] “Obama es musulmán y el anticristo”
21
[96] No creen que Obama haya nacido en EE.UU.
[97] Rand Paul: We Wouldn’t Need Laws if Everyone were
Christian
[98] Dubious ‘Destiny’: Glenn Beck & Co. Are Leading Ame-
ricans Toward Intolerance, Extremism
[99] Sarah Palin’s Redemption Narrative and Last Night’s
Faith-Drenched Speech
[100] J Goebbels (1933): The Racial Question and World Pro-
paganda
[101] Por ejemplo``; “No intentamos usar la radio solo para pro-
pósitos partisanos. Queremos espacio para entretenimien-
to, artes populares, juegos, bromas y música. Pero todo
debería tener una relación con la actualidad. Todo debería
incluir el tema de nuestro gran esfuerzo reconstructivo o,
por lo menos, no entorpecerlo. Sobre todo es claramente
necesario centralizar todas las actividades radiales, poner
las actividades espirituales por sobre las técnicas, intro-
ducir el principio del líder, presentar una clara visión del
mundo y presentar esa visión de manera flexible” - Goeb-
bels (1938) en The Radio as the Eight Great Power
[102] Götz Aly: Hitler’s Beneficiaries: Plunder, Racial War, and
the Nazi Welfare State, New York: Metropolitan Books.
[103] El asesinato de los discapacitados
[104] El infierno infantil de los nazis
[105] EL PROGRAMA DE EUTANASIA NAZI
[106] “Mi lucha”, de Hitler: “Es difícil refutar una mezcla tan
demencial”
[107] Ver Copy of Most Urgent telegram from Munich on No-
vember 10, 1938, 1:20 a.m.
[108] En los “campos de trabajo” los prisioneros estaban some-
tidos al programa de “Vernichtung durch Arbeit” (Extin-
ción u obliteración a través del trabajo), por medio de su
agotamiento y de privación de todo tratamiento médico o
ayuda: el promedio de vida de un prisionero era menor a
cuatro meses. Ver Raul Hilberg: Die Vernichtung der euro-
päischen Juden..- Frankfurt 1990. ISBN 3-596-24417-X
Volume 2 Page 994f
[109] Enrique Moradiellos: Clío en el banquillo
[110] ADL: Ernst Zundel
[111] Mario López Ibáñez: [http://web.archive.org/web/http://
www.aaargh.codoh.info/fran/livres7/IbanLeuch.pdf Al-
gunos comentarios sobre el Informe Leuchter}
[112] Haffner,Sebastian (2004). Observaciones sobre Hitler.
(Traducción de Montserrat Franqueza). Barcelona: Edi-
ciones de 1984. Página.159.
[113] Vidal, César (1995). El Holocausto. Madrid: Alianza edi-
torial. Página 163.
[114] “Holocausto: The Ignored Reality”, de Timothy Snyder a
Eurozine, publicado originalmente en The New York Re-
view of Books el 16 de julio del 2009. Artículo en inglés
(original), alemán, estoniano, francés, lituano, noruego,
polaco, rumano y ruso. Consultado el 6 de noviembre de
2011.
[115] «Exterminio bajo el nazismo», artículo en Orientaciones.
Revista de Homosexualidades, n.º 5. Madrid: Fundación
Triángulo, primer semestre de 2003. ISSN 1576-978X.
[116]
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Nazismo

  • 1. Nazismo Adolf Hitler, canciller imperial de Alemania, y Ernst Röhm, co- fundador y comandante de las SA, realizando el saludo fascista (1933). Nazismo es la contracción de la voz alemana Nationalso- zialismus, que significa nacionalsocialismo, y hace refe- rencia a todo lo relacionado con la ideología y el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolf Hitler (NSDAP), el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás territorios que lo conformaron —Sudetes, Memel, Dan- zig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia, Hungría, Países Bajos, Dinamarca y Noruega—. La Ale- mania de este período se conoce como la Alemania nazi. Es una ideología alemana gestada en la década de los años 1920, pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz im- puestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929 (véase Gran Depresión). En Alemania la situación es más acu- ciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular ante la injusta situación que hacía que las calles se llena- ran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto de izquierda como de derecha.[1] Esta situación culmina con el fuerte descrédito de las democracias liberales, dado que las dictaduras que sur- gieron demostraron ser capaces de controlar y resolver las crisis más efectivamente que las democracias.[nota 1] Tan- to la Unión Soviética, como la Italia de Benito Mussolini —quien fue elogiado por «hacer que los trenes llegaran a tiempo», es decir, por poner fin a las huelgas y caos eco- nómico que había dominado a ese país— y el Imperio del Japón, países todos en los que se impusieron «gobiernos fuertes», no solo resolvieron la crisis a mediados de los 30 sino que fueron percibidas como restaurando el orden social aun con anterioridad a esa solución a problemas económicos.[nota 2] A esa crisis político económica hay que agregar una cri- sis ideológica aún anterior que se ha sugerido se extien- de desde 1890 a 1930 y que ha sido caracterizado como una «revolución contra el positivismo».[2] Tanto los va- lores como las aproximaciones a la sociedad y la política que formaban la base de la civilización occidental fue- ron percibidas como superadas reliquias del racionalismo proveniente de la Ilustración. Específicamente, tanto el fascismo como los desarrollos intelectuales que lo ante- cedieron buscaron transcender lo que se percibía como la decadencia del Occidente[3] (véase, por ejemplo, La de- cadencia de Occidente). Consecuentemente, el Zeitgeist de esa época puede ser descrito como una amalgama o mezcla de ideas carac- terizado por un rechazo al racionalismo, proceso que es generalmente percibido como iniciándose con Friedrich Nietzsche, junto a tentativas de incorporar «explicacio- nes científicas» a preconcepciones o incluso prejuicios explicativos del mundo, por ejemplo, un racismo la- tente, que dieron origen a propuestas tales como las de la eugenesia, etc., y en lo político, bajo la influen- cia de pensadores tales como Georges Sorel, Vilfredo Pareto,[4][nota 3] Martin Heidegger (supuestamente),[nota 4] Gaetano Mosca, y, especialmente, Robert Michels; a per- cepciones político elitistas basadas en un culto del héroe y la fuerza que culminan en una versión del darwinismo social.[5] Percepciones que adquieren connotaciones más extremas en su divulgación y vulgarización.[2] 1
  • 2. 2 Como influencia importante en el desarrollo de ese Zeit- geist se puede mencionar la obra de Arthur de Gobineau, que propuso que en cada nación hay una diferencia racial entre los comunes y las clases dirigentes. Estos últimos serían todos miembros de la raza aria, quienes son no so- lo la raza dominante sino también la creativa.[6] Poste- riormente, Houston Stewart Chamberlain identifica «los arios» con los teutones; en adición a tratar de demos- trar que todos los grandes personajes de la historia — incluidos Jesucristo, Julio César o Voltaire, entre otros— fueron realmente arios, agrega: Los teutones son el alma de nuestra civili- zación. La importancia de cualquier nación, en la medida que es un poder actual, está en re- lación directa a la genuina sangre teutona pre- sente en su población H. S. Chamberlain (1899). Foundations of the Nineteenth Century. Múltiples autores también resaltan el papel que tuvo la teoría evolucionista, y el darwinismo social incor- porados a la ideología nazi, como factores que pro- piciaron la posterior generación de racismo, la crea- ción del nacionalismo, la propagación de la política neoimperialista y parte diversos pilares ideológicos del nazismo basados en la aplicación política de la idea de la «supremacía del más fuerte».[7][8][9][10][11][12][13] También de importancia fueron percepciones que se pueden ver ejemplificadas en la obra de, por ejemplo, Benjamin Kidd, quien propuso: Nuestra civilización ha sido dada a luz co- mo resultado de un proceso de fuerza sin para- lelos en la historia de la raza. Por épocas incon- tables el combativo macho europeo se ha des- bordado a través de Europa en sucesivas olas de avance y conquista, venciendo, exterminan- do, aplastando, dominando, tomando posesión. Los más aptos, que han sobrevivido esas suce- sivas olas de conquista, son los más aptos por el derecho de la fuerza y en virtud de un proceso de selección militar, probablemente el más lar- go en la historia, el más duro, probablemente el más elevante al que la raza ha sido sometida. Benjamin Kidd (1919). The Science of Power, pp. 4-5. Para Kidd, el combativo hombre europeo es un pagano que rinde homenaje pero no entiende ni acepta en su co- razón la validez de «una religión que es la total negación de la fuerza». Ese hombre europeo ha introducido el «es- píritu de la guerra» en «todas las instituciones que ha creado» y «la creencia que la fuerza es el principio último del mundo». Ese «hombre de la civilización occidental ha llegado a ser por la fuerza de las circunstancias el supremo animal de combate de la creación. La Historia y la Selec- ción Natural lo han hecho lo que es»,[14] «por la fuerza ha conquistado el mundo y por la fuerza lo controla».[14] Otras visiones de influencia en esa percepción son las de Oswald Spengler, para quien Mussolini era el parangón del nuevo César, que se levantará del Occidente en rui- nas para reinar en la «era de la civilización avanzada», por analogía a los césares de la Antigüedad. En Alemania, específicamente esa rebelión contra el ra- cionalismo dio origen, entre otras cosas, a una variedad de asociaciones que promovían un retorno a visiones ro- mantizadas del pasado alemán (véase Völkisch), en lo cual Richard Wagner tuvo alguna influencia[nota 5] y una socie- dad ocultista y semisecreta, la Sociedad Thule —basada en la ariosofía y primeros en usar la esvástica en el contex- to de la época— que patrocinó el Partido Obrero Alemán (DAP), más tarde transformado por Hitler en el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán.[15] A lo anterior se ha sugerido que hay que agregar facto- res específicamente alemanes. A pesar que Maurice Du- verger considera tales consideraciones pocos convincen- tes a fin de explicar el desarrollo del nazismo,[16] se ha afirmado que no se puede explicar el nazismo sin con- siderar su origen[17] y que entre los factores que expli- can ese origen se debe mencionar una tradición cultu- ral (volkgeist)[18] —que se remonta a personajes tales Lorenz von Stein y Bismarck (véase Estado social)— en la cual el Estado adquiría poderes dictatoriales, deman- dando orden, disciplina y control social estricto a fin de garantizar crecimiento y el bienestar económico de la población.[19] Esa tradición se transforma, bajo la influencia de perso- najes tales como Ernst Forsthoff, jurista conservador de gran influencia, quien, a partir del periodo de la República de Weimar, postula que los individuos están subordina- dos ya sea al «Estado absoluto» o al «Volk», bajo la di- rección de un líder o Führer.[20] El nazismo transforma, sin mucha dificultad, ese culto a la fuerza del más fuerte que es el ario en un antisemitismo puro y simple, utilizando la preexistente leyenda de una conspiración judía para hacerse con el control mundial (véase Nuevo Orden Mundial (conspiración) y Los proto- colos de los sabios de Sion) para explicar la derrota ale- mana en la Primera Guerra Mundial: el ejército de ese país fue traicionado y «apuñalado en la espalda» (véa- se Leyenda de la puñalada por la espalda)[21] por los bolcheviques y judíos. Esa «traición» se extiende al go- bierno socialdemócrata de la República de Weimar que permite ahora que esos mismos judíos y otros financie- ros se beneficien de la inflación, y otros problemas que afectan a los alemanes[22] (véase Hiperinflación en la Re- pública de Weimar). Aduciendo además que muchos de los principales líderes comunistas son también judíos, asi- milan ambos conceptos en una gran «conspiración judeo- marxista».[23] El nazismo se concreta como una ideología totalitario de
  • 3. 3 índole fascista en la medida en que se caracteriza por dar una importancia central y absoluta al Estado —a partir del cual se debe organizar toda actividad nacional[24] (véa- se Gleichschaltung)— representado o encarnado y bajo la dirección o liderazgo de un caudillo supremo, en es- te caso Hitler, y por proponer un racismo, nacionalismo e imperialismo visceral que debe llevar a conquistar los pueblos que se consideren inferiores (véase Lebensraum). A partir de 1926, Hitler centralizó incrementalmente la capacidad de decisiones en el partido. Los dirigentes lo- cales y regionales y otros cargos no eran electos, sino nombrados, de acuerdo al Führerprinzip (‘principio de au- toridad’) directamente por Hitler, y a él respondían, de- mandando, a su vez, obediencia absoluta de sus subordi- nados. El poder y autoridad emanaba del líder, no de la base.[25][26][27] 1 Término La vigésimo segunda edición del Diccionario de la len- gua española define nazismo como el «movimiento po- lítico y social del Tercer Reich alemán, de carácter pangermanista, fascista y antisemita».[28] Etimológica- mente, el término nazi proviene de dos sílabas del nombre oficial del partido: Nationalsozialistische Deutsche Arbei- ter Partei.[29] Los miembros del partido se identificaban a sí mismos generalmente como nationalsozialisten (na- cionalsocialistas) y solo raramente como nazis. El origen y uso de nazi es similar al de sozi, palabra del lenguaje diario para designar a los miembros del Partido Socialde- mócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deuts- chlands).[30] En 1933, cuando Hitler asumió poder en el gobierno alemán, el uso del término disminuyó en Ale- mania, aunque en Austria sus oponentes lo continuaron usando con una connotación despectiva.[30] A partir de eso, el término ha adquirido una connotación creciente- mente peyorativa.[31] 2 Nazismo y Hitler Se ha sugerido que Adolf Hitler “es uno de esos po- cos individuos de los cuales se puede decir con absolu- ta certeza que: sin él, el curso de la historia habría sido diferente”,[32] o, que sin él, las cosas habrían sido muy diferentes.[33] Hay poca duda que Hitler poseía un carisma y capaci- dad oratoria, pero también una ambición excepcional. Al- guien quien -con una falta de escrúpulos absoluta- esta- ba dispuesto a sacrificar lo que fuera y/o considerara ne- cesario en aras de sus objetivos. Pero tampoco hay du- da que tanto los objetivos como los medios eran avala- dos por el Zeitgeist, y que Hitler encapsuló -voluntaria o accidentalmente- lo peor de ese espíritu de su época.[34] Si bien es posiblemente correcto que sin Hitler el nazis- mo no habría sido lo que fue, no es menos cierto que sin ese zeitgeist Hitler no habría sido lo que fue. Retrato a lápiz de Adolf Hitler, 1923 Hitler conoció ese zeitgeist cuando vivió en Viena, entre 1908 y 1913, tratando de ganarse la vida como pintor. La Viena que Hitler conoció no solo era la ciudad cul- ta y cosmopolita de la visión general sino también la que ha sido descrita como un cloaca de antisemitismo, racis- mo y políticas corruptas, con un parlamento -que Hitler visitó numerosas veces- paralizado por disensiones racia- les y sectoriales intransigentes. Es ahí -se ha aducido- que Hitler adquirió su desprecio por la democracia, ahí donde vio por primera vez el saludo “heil” —entre los seguidores del pangermanista y antisemita radical Georg von Schö- nerer— y ahí adonde aprendió acerca de la propuesta de la eugenesia.[35] Después de la Gran Guerra Hitler permaneció en el ejér- cito donde fue asignado a una unidad especial -el “De- partamento de Educación y Propaganda” - del Ejército de Baviera, bajo el comando del capitán Karl Mayr. Una función importante de ese departamento era dar a los sol- dados una razón aceptable -desde el punto de vista del ejército- de su derrota en la guerra. Esa razón se encontró fácilmente, dado el “espíritu de la época” y el del ejército, en “la traición de los judíos y comunistas”. En julio de 1919, Hitler fue asignado a un “Coman-
  • 4. 4 2 NAZISMO Y HITLER do de Inteligencia” y ordenado espiar un pequeño gru- po -autodenominado “Partido de los Obreros Alemanes” (DAP por sus siglas en alemán)- bajo sospecha de ser marxista o, por lo menos, socialista.[36] - Hitler se impre- sionó con la visión nacionalista y de solidaridad entre to- dos los miembros de la sociedad -pero anticomunista y antisemita- de Anton Drexler -fundador del grupo - quien a su vez, fue impresionado por la oratoria de Hitler: cuan- do uno de los miembros sugirió separar Baviera de Ale- mania y unificarla con Austria, Hitler pronunció un dis- curso oponiéndose y llamando en su lugar a “engrande- cer a Alemania”. Consecuentemente Dressler le ofreció al espía que se hiciera miembro de la organización, lo que Hitler hizo el 12 de diciembre de 1919,[37] convirtiéndo- se en el 55º individuo a ingresar[38] Al mismo tiempo se integró al Comité Ejecutivo del Partido, como séptimo integrante.[39] -Años después Hitler proclamó haber sido el séptimo en unirse al partido, afirmación que se ha de- mostrado ser falsa.[40] Copia (falsificada) del Carnet de Afiliación al Partido Obrero de Hitler. El número real de su membresía era el 550 (55, el 500 era agregado para dar la impresión de un grupo más grande) pero con posterioridad el número de Hitler fue reducido para dar la impresión que Hitler fue uno de los fundadores del “partido”.[41] Hitler llegó a ser el protegido de Dietrich Eckart, otro de los fundadores y miembro de la Sociedad Thule, quien -junto con el resto de esa sociedad- creían en la llegada inminente de un “Mesías alemán”.[42] Eckart -con ambi- ciones de poeta- había escrito acerca del “El Sin nom- bre”, “El que todos sienten pero ninguno ha visto” y en Hitler creyó encontrarlo,[43] lo que se vio reforzado por su éxito como orador, pero el resto de los directores “del partido” lo encontraban prepotente y egoísta. Hitler reac- cionó -julio de 1921- ofreciendo dimitir o ser nombrado jefe del partido (reemplazando a Drexler) con poderes ilimitados. El asunto fue finalmente puesto a una reunión general. La propuesta de Hitler fue aprobada por 543 vo- tos a favor y uno en contra. En la reunión siguiente (29 de julio de 1921) del recientemente renombrado Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, Hitler fue introduci- do -por primera vez- como Führer. Esa posición fue conveniente para Hitler y su personali- dad o estilo, librándolo de la obligación de tener que se- guir cualquier programa o compromiso que no fuera con- veniente en el momento, incluyendo las propuestas por él mismo. Pero de nuevo, no vemos la acción de un genio político, sino el resultado de, por un lado, el de la ilu- sión de personajes tales como Eckart y, por el otro, de la propuesta de sectores conservadores y nacionalista -tales como la de Forsthoff - que fueron utilizadas para produ- cir una situación tal que le permiten proclamar: “Yo soy el partido”.[44] Así, los principales ideólogos del partido cuando éste llega al poder - Walter Darré, Dietrich Eckart, Hans Frank, Rudolf Hess, Heinrich Himmler, Robert Ley, Julius Streicher, Alfred Rosenberg, etc- muestran, entre los elementos que los caracterizan, una fe ciega en un lí- der, Hitler, quien es concebido como encarnando todas las calidades y Voluntad de poder o vida de “la nación” y -como tal, el único que puede determinar que es y no correcto, aceptable o incluso ético. En las palabras de un jerarca nazi: “Si el pueblo tiene confianza, y si la verdade- ra dirección popular esta presente, el Führer será capaz de hacer lo que desee con la nación... la gente le obedecerá ciegamente y ciegamente lo seguirán. El Führer siempre tiene la razón. Cada uno y hasta el último ciudadano de- be decirlo (...) Sí, Uds. que nos llamaban sin dios, hemos encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través de él he- mos encontrado a Dios una vez más. Esa es la grandeza de nuestro día. Y esa es nuestra buena fortuna”[45] El libro Mein Kampf. Poseen también un enemigo mortal, responsable de to- dos los problemas que han afectado a los arios a través de la historia: las razas inferiores o Untermensch - (ta- les como los eslavos, los gitanos, y, especialmente, los
  • 5. 5 judíos, responsables de la Conspiración judeo-masónico- comunista-internacional). Enemigos no solo mortales pe- ro ineludibles, no solo porque así lo determina las leyes biológicas mismas, sino porque así lo determina el úni- co que puede determinar esas cosas: Hitler, el Führer que nunca se equivoca, en su Mein Kampf. Los arios, como Raza superior es de donde viene el hombre creador, vi- ril y guerrero. De esa raza proceden todos los triunfos de la especie humana. Sin embargo, también creen, como Spengler, que las civilizaciones creadas por los arios de- caían y morían una vez sus elementos representativos se mezclaban racialmente con miembros de esas otras razas: “El resultado de todo cruce racial es, brevemente, siempre el siguiente: (a) descenso de la raza más alta. (b) regre- sión física e intelectual y consecuentemente el comienzo de una lenta pero inevitable enfermedad. Causar tal desa- rrollo es, entonces, nada pero un pecado contra el creador eterno. Y como pecado será tratado”.-[46] Una de las primeras medidas de Hitler como 'Führer' de los nazis fue organizar un grupo selecto, las Grupos de Asalto o SA -bajo control de uno de sus incondicionales, el ex oficial de ejército Ernst Röhm - y ordenarles “con- frontar” socialistas en las calles. Esto llevó a un incremen- to en la popularidad del partido nazi entre sectores más extremos en los bares y cantinas en los que los nazis or- ganizaban sus reuniones y de ahí, entre los “nacionalistas extremos” de la población general.[47] Entre las figuras que se unieron a los nazis se puede destacar a Heinrich Himmler; Hermann Göring y Joseph Goebbels. Las SA crecieron rápidamente, atrayendo miles de reclutas[48] al punto que -en 1922- se hizo posible y necesario crear una división para “novatos” de 14 a 18 años - la Jugendbund o Hermandad de los jóvenes- que eventualmente se trans- formó en las Juventudes Hitlerianas. Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1923, contra la República de Weimar, Hitler es conde- nado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf '(Mi lucha)' que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y de- ja claro que los arios son una raza superior a todas las demás. En febrero de 1926 Hitler -en un discurso frente alrede- dor de sesenta de sus seguidores más selectos, incluyendo los gauleiteres- repudió las posiciones “socialistas” ante- riores del partido, enfatizando que “el verdadero enemigo son los judíos”, y que tanto el socialismo como la URSS -como creaciones judías- debían ser destruidas y que la propiedad privada debía ser respetada por los nazis.[49] Esto horrorizó a algunos de sus seguidores más cercanos y llevó al comienzo de una ruptura con la facción de Gregor Strasser, pero posibilitaba un acuerdo con sectores dere- chistas en el gobierno. Uno de los resultados inmediatos de ese vuelco a la derecha fue que en 1927 Wilhelm Kep- pler -un empresario- se unió al partido nazi. Y a través de él algunos otros -tales como Hjalmar Schacht (más tar- de, ministro de economía de los nazis), Fritz Thyssen y el banquero Kurt von Schroeder- aceptaron financiar al partido.[50] [51] Esto se vio facilitado por la llegada de la crisis de 1929, lo que aumentó el caudal electoral nazi, llegando éste a obtener el 37% del voto popular (abril de 1932), con un aumento en la membresía de 27 000 en 1925 a más de 800 000 en 1931. 3 El ascenso al poder del nazismo El gobierno de la República de Weimar fue un gobierno en crisis constante,[52] con frecuentes divisiones de alian- zas faccionales formadas alrededor de personalidades. Desgraciadamente ni la mayoría de los políticos -con la excepción de los social demócratas- ni los industrialistas, ni el ejército, ni el pequeño sector de clases medias ni la aristocracia ni muchos sectores populares tenían inte- rés en la democracia.[53] En las palabras de una declara- ción del Partido Conservador Alemán: “Odiamos con to- do nuestro corazón la presente forma del Estado Alemán porque nos niega la esperanza de rescatar nuestra escla- vizada patria, de purificar del pueblo alemán la mentira de la guerra y de ganar el necesario Lebensraum en el Este”.[54] Una de los principales personalidades de la época -Franz von Papen- perdió posición frente a la facción de Kurt von Schleicher, quien, nuevamente fue incapaz de obte- ner apoyo mayoritario. Von Papen concibió reemplazarlo con “una cara nueva”, la de Hitler, que sería -en la opinión de Papen- fácil de manipular: el partido nazi comenzaba a mostrar desgaste electoral, perdiendo -julio de 1932- 34 escaños, reduciendo a 196 “diputados” sobre un to- tal de 608. Adicionalmente, el partido estaba quedando sin fondos. Aparentemente el plan de von Papen era pro- mover una dictadura mediante de un golpe de estado que -en su opinión[55] - sería inevitable siguiendo el caos que el gobierno de Hitler produciría (dado que no solo una vez más el gobierno sería incapaz de funcionar sino que el uso de confrontación y violencia por “el incapaz” Hitler produciría una demanda popular por la restauración del orden).[56][57] Como se ha observado “Estupideces de ese tamaño son raras en cualquier país o época”.[58] Von Pa- pen arreglo una reunión con Hitler a través de los buenos oficios del banquero von Schroeder, lo que se concretó -el 4 de enero de 1933 en la casa de este último, llegando a un acuerdo.[59] Hitler fue nombrado Canciller de Alema- nia el 30 de enero de 1933. (la fecha es conocida como Machtergreifung). Sin embargo, la coalición que “apoya- ba” al nuevo canciller era minoritaria, contando con solo 247 escaños. Con posterioridad a su nombramiento Hitler pidió al anciano presidente Paul von Hindenburg que disolviera el Reichstag, lo que fue aceptado y se fijaron eleccio- nes para el 5 de marzo de 1933. El 27 de febrero ocu- rrió el Incendio del Reichstag -posiblemente bajo órde-
  • 6. 6 3 EL ASCENSO AL PODER DEL NAZISMO nes de Hitler.[60] Al día siguiente Hitler declaró el estado de emergencia[61] y demando que Hindenburg firmara el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo la mayo- ría de las disposiciones de derechos fundamentales de la constitución de 1919 de la República de Weimar. Siguiendo lo anterior las elecciones de marzo dieron a los nazis y sus aliados el 44% del voto. Todavía no una mayo- ría. La respuesta de Hitler fue demandar que el Reichtag le concediera poderes plenos, en la forma de la Ley habi- litante de 1933 -situación permitida por la Constitución de Weimar para darle al Canciller el poder de pasar le- yes a decretos, sin la intervención del Reichstag en casos excepcionales- Los cálculos de von Papen parecía estar concretándose. Sin embargo, si bien Hitler estaba a favor de una dictadura, no estaba dispuesto a implementarla a favor de algún otro. El 23 de marzo de 1933 el parla- mento se reunió a discutir la cuestión. En una atmósfera de creciente intimidación los parlamentarios tuvieron que ingresar cruzando un anillo de SA que gritaban” “Los po- deres totales... o fuego y muerte”. Solo los social demó- cratas se opusieron (los comunistas habían sido arrestados o asesinados en su totalidad). Otto Wels -presidente de los socialdemócratas- proclamó: “Nosotros los socialde- mócratas nos comprometemos en esta hora histórica a los principios de humanidad y justicia, de libertad y socialis- mo. Ninguna acta habilitante lo habilita a Ud a destruir ideas que son eternas e indestructible”. Mirando directa- mente a Hitler, agregó: “Uds. pueden quitarnos la liber- tad y la vida, pero no pueden privarnos de nuestro honor. Estamos indefensos, pero no desgraciados”.[62] - Hitler se enfureció y respondió gritando: Memorial en Berlín. Cada una de las pizarras representa a los 96 miembros del Reichstag asesinados por los nazis, tras el acceso de éstos al poder “Uds. ya no son necesarios.. la estrella de Alemania se alzara y la de Uds. se hundirá. La hora de su muerte ha sonado”.[63] Esa fue la última sesión de un Reichtag con oposición. Poco después, el partido social demócrata fue prohibido y el resto (aparte de los nazis) se disolvieron. Von Papen tuvo que contentarse con el puesto de vicecanciller, desde el cual había esperado poder manipular a Hitler, pero con resultados de tan poca importancia que fue encontrado inocente en los Juicios de Núremberg.[64] 3.1 De canciller alemán a Führer del Reich de los mil años El proceso empezó a culminar en la noche de los cuchillos largos (entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934) cuan- do los últimos elementos que osaban dudar de la infali- bilidad de Hitler -aun implícitamente- fueron eliminados políticamente o asesinados, incluyendo Kurt von Schlei- cher -a quien Hitler había reemplazado como canciller- y asociados de von Papen -quien fue arrestado. También lo fueron asesinado antiguos camaradas de Hitler, como Gregor Strasser; Gustav Ritter von Kahr y Ernst Röhm (este último bajo sospecha de deslealtad y, en todo caso, ya no conveniente para un Hitler en el poder). Horas tras la muerte del presidente Hindenburg (2 de agosto de 1934), Hitler publicó una ley (fechada el 1.º de agosto) que establece: `La posición de Presidente del Reich será combinada con la del Canciller. La autori- dad del presidente será por lo tanto transferida al pre- sente canciller y Führer, Adolf Hitler. Él seleccionará su diputado. Esta ley es efectiva a partir de la muerte del Presidente von Hindenburg”.[65] Comenzaba así el Tercer Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años. A continuación se anunció que tendría lugar un plebiscito, para dar la oportunidad al pueblo alemán de expresar su aprobación. Éste tomó lugar el 19 de agosto del mismo año, y Hitler obtuvo un 90% de aprobación −38 millo- nes de votos-. Al día siguiente se introdujeron a través del Reich juramentos obligatorios de lealtad personal no al estado o Alemania sino a Hitler, especialmente en las escuelas, fábricas, servicio público y ejército. Así, la vo- luntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional. Judíos forzados a limpiar la calle- Austria - Marzo de 1938 El 12 de marzo de 1938 Austria fue anexada al Reich. (ver Anschluss
  • 7. 3.2 Persecución y represión 7 El programa original del partido nazi[66] - que existía des- de su creación como Partido Obrero Alemán fue mante- nido en principio, pero en realidad la percepción era que “Hitler es el partido”, lo que creó una situación más bien confusa en la práctica[67] (ver especialmente Economía política de los nazis, más abajo). Ese programa incluía: Abolición del Tratado de Versalles. Unificación en un te- rritorio y bajo un gobierno común a todos los alemanes con tierras y territorios (colonias) suficientes como pa- ra mantener a los ciudadanos (La Gran Alemania). So- lo los miembros de “la raza” pueden ser ciudadanos. Ex- pulsar de los territorios alemanes a todos lo no alemanes que hayan llegado desde 1914 y mantención del resto solo con permiso del gobierno y como huéspedes. Obligación del Estado de proveer la oportunidad de buena vida pa- ra todos los ciudadanos. Obligación de los ciudadanos de trabajar física y espiritualmente. Abolición de ingresos que no sean del trabajo. Establecimiento y defensa de un “cristianismo positivo”,[68] gobierno en beneficio del in- terés nacional sobre el particular, imponer el orden, etc. El régimen que se implantó ejerció un fuerte control so- bre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial in- terés en la educación de la juventud alemana. Desde la infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lu- cha por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a unos escogidos que irán conformando una nueva élite de guerreros sagrados (la SS) a modo de una nueva Esparta naciente y victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la in- fluencia de partido que la utiliza para justificar sus ideas o para buscar nuevas armas para la guerra que se venía preparando. “Origen de los repobladores” - Mapa mostrando planeado tras- lado de población polaca a ser esclavizada. En relación a la Europa “no-occidental” o región en la cual “la raza” podría expandirse, existen documentos que sugieren la intención era establecer formas de gobierno subservientes al alemán y basadas sobre un sistema de castas, de acuerdo a las cuales la función de la pobla- ción (trabajador (esclavo/campesino/obrero) -supervisor y amo (sacerdote-guerrero) se establecería de acuerdo a su “raza”, bajo la dirección de las Schutzstaffel, o SS. (ver Generalplan Ost): los eslavos, polacos, rusos, etc, se- rían exterminados en su mayoría, y quienes sobrevivie- ran serían trasladados “al este” donde, tratados como es- clavos (negándoseles toda educación, tratamientos médi- cos, etc) eventualmente se extinguirían. Dado que no ha- bía suficientes “arios”, miembros de razas “intermedias” ( letones, estonios, checos, ucranianos, etc) continuarían existiendo como campesinos y mano de obra con algunas garantías, bajo control de amos y supervisores alemanes, especialmente miembros de las SS, que recibirían tierras y esclavos en relación a sus “méritos”. En el caso de gitanos y judíos esos planes de largo plazo con “razas inferiores” fueron puestos en ejecución inclu- so durante la guerra misma, en el llamado programa de Solución Final. 3.2 Persecución y represión Formulario de declaración de renuncia a ser Testigos de Jehová- bajo pena de re-internamiento en “Campo de concentración” Hitler aplicó de inmediato la represión contra un am- plio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehová, homosexuales y todo aquello que se opusiera a la estre- cha definición nazi de la “nación”. La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS, fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respon- día a las SS, y que contaba con una densa red de espías y delatores. El terror se ejercía de forma directa: por medio de la cen- sura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo. 4 Economía política de los nazis Esta es un área compleja. Los nazis no tenían un progra- ma económico propiamente tal, lo que creó una confu- sión en la práctica (ver Gottfried Feder), especialmente cuando llegaron al poder. Hitler resume la posición así:
  • 8. 8 4 ECONOMÍA POLÍTICA DE LOS NAZIS “La característica básica de nuestra teoría económica es que no tenemos ninguna teoría en absoluto.”.[69] Los na- zis consideraban que lo realmente importante es la “pu- janza” o voluntad de las naciones: si esas tienen espíritu, decisión y dirección adecuada, tendrán éxito, cualquie- ra sean las circunstancias,[70] lo que posibilita o demanda que “el líder” tenga la capacidad de tomar las medidas adecuadas en cada situación. Para Hitler en particular, propuestas basadas en la solidaridad son un complot para destruir esa pujanza entre las razas superiores, por lo cual rechazaba específicamente la concepción socialista.[71] A partir de eso, la propuesta nazi acerca de la economía política era una mezcla imprecisa de darwinismo social con el dirigismo,[72] en la cual el estado permite tanto la propiedad privada como la competencia -lo que es po- sitivo “porque promueve los más capaces a posiciones superiores”[73] - pero reserva al Estado el derecho a es- tablecer el interés nacional.[74] Cesare Santoro, un fascista que visitó Alemania en la épo- ca, lo pone así: “En la declaración programática, ya citada al principio de nuestra obra, Adolf Hitler anunció que el nuevo gobierno se proponía “velar por los intereses eco- nómicos del pueblo alemán no por el camino tortuoso de una gran economía burocrática organizada por el Estado sino por el impulso más fuerte dado a la iniciativa par- ticular sobre la base del reconocimiento de la propiedad privada”. El reconocimiento del principio de que, en con- traste con lo que ocurre en la Rusia soviética, el Estado tiene por misión dirigir la economía pero no administrar- la por sí mismo (función que corresponde exclusivamente a la economía misma) no puede ser más explícitamente expresado. También así ha sido establecido solemnemen- te el principio de la propiedad privada con lo que se esti- mula al patrono a ensanchar más su empresa para alcan- zar los mayores resultados posibles. Estos dos principios determinan las normas directivas para la reorganización nacionalsocialista de la economía industrial; aquellas exi- gen una administración autónoma cuya misión consiste en asesorar y tutelar a las asociaciones industriales o a los socios que forman parte de ella. Esta administración tiene el deber de transmitir al gobierno los deseos de los patronos que toman parte en la obra de reconstrucción económica”.[75] Hitler parece entender el papel del estado como dirigien- do pero también apoyando la industria nacional a través de proporcionar estabilidad económica y diversos pro- gramas específicos, tales como proporcionando “mano de obra barata”, como es ilustrado en la famosa película La lista de Schindler. Sin embargo, lo anterior no produce una propuesta espe- cífica acerca de cómo resolver los problemas económi- cos de Alemania cuando Hitler llegó al poder. Esto fue resuelto a través del nombramiento de algunos “profesio- nales” en posiciones de responsabilidad. Esto dio a Hitler la oportunidad de poder elegir entre diferentes y compe- titivas propuestas, seleccionando la que considerara más adecuada. Desfile de Fuerzas del Servicio del Trabajo - durante uno de los Congresos de Núremberg-Septiembre de 1937- en estadio cons- truido para el propósito A partir de 1933 se implementó el llamado “Programa de Reinhardt”,[76] que era un ambicioso proyecto de fomen- to económico a través del desarrollo de la infraestructura -con la construcción directa por el estado de proyectos de obras públicas - tales como autopistas (ver Autopistas de Alemania), redes de ferrocarriles, canales -tanto de riego como transporte (por ejemplo, reinicio de la cons- trucción del Canal Rin-Meno-Danubio, estadios, etc (ver Arquitectura de la Alemania nazi)- combinados con in- centivos (tales como reducción o eliminación de impues- tos a la inversión) y la expansión del gasto militar, etc. En 1936, el gasto estatal en asuntos militares excedía a los gastos en asuntos civiles y llegaba al 10% del Producto Nacional Bruto, más que cualquier otra nación europea en la época.[77] A nivel de los trabajadores, el “programa” significo la eliminación de los sindicatos independientes (reemplazados por un organismo sindical/patronal único, bajo control nazi- ver Frente Alemán del Trabajo), apro- ximación que se mantuvo durante todo el gobierno nazi. En 1934 Hjalmar Schacht fue nombrado ministro de eco- nomía, con la intención (y bajo instrucciones secretas) de lograr el rearmamento[78] y desarrollar una política que lograra la autarquía o independencia económica de Alemania. Para lograr eso fines Schacht necesitaba tan- to re industrializar Alemania como poder comprar mate- rias primas en el extranjero, evitando al mismo tiempo una vuelta a la inflación, lo cual a su vez requería es- tabilizar la moneda alemana (hacerla aceptable a nivel internacional) y reducción del déficit presupuestario del Estado. Schacht propone en un Nuevo “Plan de cuatro años”[79] basados en el uso de “Billetes Mefo”, una espe- cie de circulante pseudo monetario al estilo de "letras de cambio o títulos de crédito, teóricamente de una empre- sa independiente (MEFO) pero que permitían al estado otorgar créditos a industrias sin romper las reglas mone- tarias aceptada, dado que esas “letras de cambio” estaban relacionados no con un lapso de tiempo sino con un resul- tado económico (por ejemplo, el valor de un ferrocarril, usina, etc, a ser construida).[80] - y en lograr que países ex- tranjeros -especialmente en América Latina y sureste de
  • 9. 9 Europa- vendieran sus productos a Alemania pagados ya sea por medio de un intercambio directo con productos manufacturados en Alemania o en “depósitos bancarios en Alemania”, que solo podían ser gastados en ese país, específicamente, que no podían ser retirados en mone- das extranjeras. En lo referente al proyecto autárquico, Schacht implemento el desarrollo de productos substitu- tos o ersatz.[81] Schacht también creó un sistema financiero que permitió al estado alemán utilizar el “dinero de extranjeros” depo- sitado en bancos alemanes. Ese sistema constituyó las ba- ses del utilizado para la administración, primero, de los fondos de judíos y, posteriormente, de los caudales en países conquistados.[82] Göring visitando cuartel de la Reichswerke En 1935 todo lo anterior se combinó en la llamada “eco- nomía de guerra”, lo que -a nivel práctico- significó la in- troducción de medidas “militarizadas” de reducción del desempleo -el llamado Reichsarbeitsdienst (o RAD: Ser- vicio de Trabajo del Reich, introducido en julio de 1934). Esto a su vez justifico la expansión del gasto militar bajo la excusa que eran medidas de reducción de desempleo. A partir de 1935-36, se desarrolló un debate entre los encargados de la política económica general. Schacht - junto con Carl Friedrich Goerdeler, encargado de control de precios- encabezaron una facción “pro mercado libre” que urgía a Hitler a reducir el gasto militar, abandonar el proteccionismo implícito en el proyecto de autarquía y reducir la intervención estatal en la economía. Esa fac- ción fue opuesta por la encabezada por Hermann Göring, quien proponía mantener esas posiciones.[83] Eventual- mente la posición de Göring se impuso (lo que llevó a la renuncia de Schacht). Göring tomó su cargo y en adi- ción a la mantención en general de las políticas descritas, introdujo (julio de 1937) un organismo (el Reichswerke) dedicado a la promoción y construcción de fábricas y usi- nas, que eventualmente llegó a ser uno de los complejos industriales más grandes del mundo, empleando medio millón de trabajadores y con un capital de 2400 millones de marcos.[84] Varios economistas -empezando con Michal Kalec- ki- han descrito esas políticas económicas como un keynesianismo militar. Si bien es correcto que Alemania Nazi fue uno de los primeros países que -con posterio- ridad al abandono del patrón oro- utilizó el déficit fiscal a fin de promover crecimiento económico, conviene re- cordar no solo que Keynes publicó su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero solo en 1936 (después de la implementación de muchas de las políticas delinea- das más arriba) sino también las palabras de Hitler mis- mo respecto a carecer de una política económica. Así, parece más correcto sugerir que las políticas económi- cas nazis eran eclécticas, mostrando no solo influencia “keynesiana” sino también las de otras escuelas, por ejem- plo, las propuestas económicas de los fascistas italianos, que, a su vez, se basaban teóricamente en las propuestas de Pareto.[85] Contrastese, por ejemplo, la descripción de las políticas nazis ofrecida por Santoro con la siguiente de las políticas de Mussolini -proveniente de Franz Bor- kenau: “En los primeros años de su gobierno Mussolini ejecutó literalmente las prescripciones políticas de Pare- to, destruyendo el liberalismo pero al mismo tiempo re- emplazando en general el manejo estatal de las empresas privadas, disminuyendo los impuestos sobre la propiedad, favoreciendo el desarrollo industrial, imponiendo un edu- cación (basada en la aceptación ciega de dogmas...”.[86] Lo anterior se ha explicado de la siguiente manera: “La razón principal por esto fue la percepción generalizada entre los nazis que la economía no era muy importante, y que, en todo caso, estaba subordinada a los intereses del Partido o de la política del Partido. En relación a los in- dividuos y sus visiones, mientras que el régimen no fuera abiertamente criticado, había un margen considerable pa- ra la discusión de economía política y teoría económica, no habiendo una línea de partido en asuntos económicos. Segundo, en el campo de la política (económica) prácti- ca había un profundo nivel de pragmatismo: si las “fuer- zas del mercado” podían lograr objetivos políticos, tanto mejor”.[87] Con posterioridad a la segunda guerra, las políticas de la “economía de guerra” influyeron tentativas de desarrollo de países del tercer mundo. Schacht -encontrado inocen- te en los juicios de Núremberg- creó un banco -Deutsche Außenhandelsbank Schacht & Co.- y se especializó en dar aviso económico a dirigentes de esos países,[88] espe- cialmente aquellos en los cuales el ejército llegó a ser el instrumento de “progreso” (por ejemplo: Egipto, Turquía, Pakistán, etc.). 5 Propaganda Los nazis fueron unos de los primeros movimientos po- líticos que implementaron lo que puede ser llamado la práctica moderna de la propaganda como ingeniería so- cial. En las palabras de Joseph Goebbels, quien llegó a estar a cargo del “Ministerio del Reich para la educación del pueblo y la propaganda” -creado en 1933-: «Hoy po-
  • 10. 10 5 PROPAGANDA Intento de demostración de la separación de las razas humanas (ver Poligenismo y Craneometría) demos decir sin exageración que Alemania es un modelo de propaganda para el mundo entero. Hemos compen- sado por las fallas del pasado y desarrollado el arte de la influencia de masas al punto que avergüenza los esfuerzos de otras naciones. La importancia que la directiva Nacio- nal Socialista pone en la propaganda quedó clara cuando estableció un “Ministerio para la educación del pueblo y la propaganda” después que tomó el poder. Este ministe- rio está completamente dentro del espíritu Nacional So- cialista y en él se origina. Une todo lo que hemos apren- dido como un movimiento de oposición confrontando el enemigo y bajo la persecución de un sistema inimico, a veces más de la necesidad que del deseo. Recientemente algunos han tratado de imitar este Ministerio y su concen- tración de todos los medios de influencia sobre la opinión, pero aquí también se aplica el dicho: “a menudo imitado, pero nunca igualado"».[89] La teoría nazi sostenía que entre el Führer y su pueblo existía una armonía mística, una absoluta comunión -en la medida que el Führer encarna y dirige todas las aspi- raciones y voluntad del pueblo- Pero en la realidad, ese pueblo -como individuos- puede fallar en entender esa “voluntad general”, así, esa comprensión y adhesión de esos individuos debían ser logradas: “No es solo un asun- to de hacer lo correcto, la gente debe entender que lo co- rrecto es lo correcto. La propaganda incluye todo aquello que ayuda a la gente a darse cuenta de esto”..la “Propa- ganda es un medio para un fin. Su propósito es llevar a la gente a una comprensión que les permitirá, voluntaria y sin resistencia interna, dedicarse ellos mismos a las tareas y objetivos de una dirección superior”. y “La gente de- be compartir las preocupaciones y logros de su gobierno. Esas preocupaciones y logros, en consecuencia, deben ser constantemente presentados y forzados sobre la gente de tal manera que el pueblo considere que esas preocupa- ciones y logros son sus preocupaciones y logros. Solo un gobierno autoritario, fuertemente ligado al pueblo, pue- de hacer eso en el largo plazo. La propaganda política, el arte de basar las cosas del estado sobre las amplias masas de tal manera que la nación entera se sienta parte de él, no puede por lo tanto, permanecer solo un medio de ga- nar el poder. Debe ser un medio de construir y mantener poder”.[89] Ilustración en una postal austríaca (1919). Desde ese punto de vista, la ‘propaganda política’ “está dirigida a las masas, habla el lenguaje del pueblo porque desea ser entendida por el pueblo. Su tarea es el arte más creativo de poner hechos y eventos a veces complejos en una forma simple, que pueda ser entendida por el hom- bre en la calle.” y “La propaganda es por lo tanto, una función necesaria del estado moderno. Sin ella es sim- plemente imposible, en este siglo de las masas, aspirar a grandes objetivos. (La propaganda) Se sitúa al comien- zo de la actividad política práctica en cada aspecto de la vida pública. Es un requisito importante y necesario”. Contrario a lo que algunos creen, la técnica básica de la propaganda no era, para Goebbels, la mentira.,[90] lo cual no quiere decir que no la empleara. - “Solo la credibi- lidad debe determinar si lo que la propaganda propone debe ser cierto o falso”[91] y “Si la propaganda va a ser exitosa, debe saber lo que busca. Debe mantener clara y constantemente presente su objetivo y buscar los medios y métodos apropiados para alcanzar ese objetivo. La pro- paganda, como tal, no es ni buena ni mala. Su valor moral es determinado por el objetivo que busca”.[89] Lo anterior establece una situación más bien confusa, lo que ha lleva-
  • 11. 11 “Cuidado que no se repita” (1920) .- " Caballero teutón" amena- zado por soldado polaco y traicionado por un socialista (gorra frigia roja). do a algunos a sugerir que se pueden derivar cuatro princi- pios de la “propaganda goebbeliana": 1. No hay verdad.- 2. Toda información (real) es irrelevante.- 3. La histo- ria y los mensajes de los medios son solo una narrativa.- 4. La verdad es lo que se escoge creer.[92] Alternativa- mente, se proponen los siguientes principios: Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informa- ciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. -Principio de la verosimilitud: Construir argu- mentos a partir de fuentes diversas. -Principio de la silen- ciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el ad- versario. -Principio de la transfusión: Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato pre- existente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. -Principio de la unani- midad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.[93] Goebbels establece una diferencia entre la propaganda blanca — atribuible y dedicada a promover — y la negra, dedicada a desprestigiar y no atribuible. La mayoría de las citas de Goebbels generalmente usadas — por ejemplo: “mentir, mentir, que algo queda” — se refieren a ese tipo de propaganda. Una vez que un rumor —correcto o no — es generalmente aceptado, se puede usar como “ver- dad” en la propaganda blanca. Un ejemplo de su tiempo es la existencia de un putativo “problema judío”. Una vez que se hizo general la percepción que los ciudadanos ale- manes de religión judía no eran alemanes, la propaganda blanca puede presentar la “solución al problema": “Per- mitan que de algunos ejemplos recientes. Solo necesito bosquejar los detalles. Están muy frescos en nuestra me- moria para requerir elaboración.... El Marxismo no po- dría haber sido eliminado por una decisión gubernamen- tal. Su eliminación fue el resultado de un proceso que co- menzó con el pueblo. Pero eso solo fue posible porque nuestra propaganda le había mostrado a la gente que el Marxismo era un peligro tanto para el Estado como para la Sociedad. La positiva disciplina nacional de la pren- sa alemana nunca habría sido posible sin la eliminación completa de la influencia de la prensa judía-liberal. Eso solo sucedió debido a nuestra propaganda de años... el hecho que fue eliminada... no es un accidente, sino más bien dependió en las fundaciones psicológicas que fueron establecidas por nuestra propaganda... Pudimos eliminar el peligro judío en nuestra cultura porque la gente lo re- conoció a consecuencia de nuestra propaganda.... el pre- rrequisito fue y es la propaganda, que aquí también crea y mantiene la conexión con el pueblo.[89] Un ejemplo contemporáneo es el uso por ciertos secto- res de la mentira que Barack Obama no es nacido en EEUU[94] y es musulmán.[95] En la medida que el innuen- do se divulga,[96] personajes tales como Rand Paul, Glenn Beck, Sarah Palin, etc, sugieren hay falta de patriotismo de su parte y la necesidad de defender los valores cristia- nos de los “padres fundadores”.[97][98][99] Encontramos un ejemplo concreto de Goebbels en su respuesta a la reac- ción internacional a la introducción de legislación antise- mita -por ejemplo, las Leyes de Núremberg- Goebbels no busca ocultar o minimizar tal reacción al pueblo alemán, pero la presenta como “campaña de propaganda interna- cional por los judíos”. Y esa reacción “a la solución” del “problema judío” por “medios legales” no afecta el “dere- cho y determinación del pueblo alemán” a solucionar sus problemas con “su acostumbrada responsabilidad y serie- dad” — “que preferirían “las democracias”... que se deja- ra la solución en las manos del pueblo?” pregunta Goeb- bels — Y concluye: Esa campaña del judaísmo interna- cional solo tendrá un resultado: hacer las cosas aún más difíciles para sus “parientes raciales” en Alemania.−.[100] De acuerdo a Goebbels, la planificación de cualquier y to- do acto debe considerar sus implicaciones propagandísti- cas. Y todo debe contribuir a los objetivos políticos que la propaganda determina, no en una repetición mecánica, pero para construir una visión general.[101] Consecuente- mente, la propaganda se desarrolló en varias direcciones a través de la totalidad de la sociedad y vida pública ale- mana. Se utilizó no solo a los medios de comunicación masivos — libros, periódicos y afiches que engrandecían a Hitler como salvador y líder de la raza aria cubrieron las ciudades, prohibiéndose cualquier expresión de duda, llegando incluso a la quemas de libros considerados “per-
  • 12. 12 6 POLÍTICA DE HIGIENE RACIAL niciosos”, no tanto como acto de censura sino de “expur- gación pública”. Adicionalmente se organizaron grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles, que glorifica- ban un pasado alemán mítico, místico y heroico, junto a la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacacio- nes, pensiones, etc.), todo sugiriendo una nación de gue- rreros liberados por un héroe seleccionado e inspirado por el destino, envueltos en una lucha a muerte no solo por su supervivencia, pero por todo lo que es justo, be- llo y de valor, contra las miserables razas inferiores que, motivados por la envidia y la malevolencia, solo saben destruir. El cine sufrió no solo la censura, sino además la manipu- lación. Todas las películas debían contener algún mensaje pronazi. El propio estado se ocupó de producir películas documentales de propaganda, utilizando todos los ade- lantos de la técnica y arte. La radio se convirtió en un medio muy importante para el régimen, ya que permitía que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes, del mismo modo que la propaganda nazi. La propaganda no buscaba solo fortalecer la fidelidad al régimen o el odio hacia los judíos, sino también -en una actitud derivada de la Kulturkampf bismarckiana- difun- dir formas culturales consideradas propias o saludables para la nación, identificadas con la raza aria. De esta ma- nera, se instaba a los jóvenes sanos a casarse, informándo- les previamente de los antecedentes raciales de su pareja, y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alen- tadas a permanecer en el hogar y a dedicarse a la crianza de los niños. Los jóvenes fueron un blanco importante para la propa- ganda nazi. Se crearon instituciones destinadas a la socia- lización de niños y jóvenes, como las Juventudes Hitle- rianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa edu- cación física y adoctrinamiento político. La Liga de Mu- chachas Alemanas formaba a las niñas para sus futuras tareas en el hogar, mientras los niños aprendían destre- zas militares. No obstante lo anterior, un gran número de mujeres también formó parte de las Hitlerjugend. 5.1 Uso de la economía como propaganda política Para Hitler, su régimen había restablecido la “primacía de la política”, a la cual debía someterse la economía del Tercer Reich. Sin embargo, la legitimidad del régi- men dependía de su habilidad en proveer un nivel de vida aceptable a la población en general. Así las demandas (por menores costos) de los industria- les se enfrentaron con la necesidad de la legitimación del régimen, dotando de cierto bienestar a los trabajadores. Estos objetivos contrapuestos llevan a la adopción de me- didas de incremento de productividad, provisión de pro- ductos populares (de bajo costo) y algunas medidas de bienestar públicas. Ejemplos de estas políticas se encuen- tran en las competencias nacionales de destreza en el ofi- cio, el lanzamiento de Volkswagen -el auto del pueblo- y el establecimiento de “centros de vacaciones populares” ('Ver Prora). Esas medidas de “bienestar” han sido denominadas por algunos como un “estado del bienestar nazi”, financiado a través del “botín de guerra”. El régimen nazi consideraba la propiedad del fisco y los ciudadanos de los países con- quistados como propiedad del estado alemán, lo que per- mitió mantener - para los “miembros de la raza superior”- bajos niveles de impuestos y altos niveles de consumo in- cluso durante la guerra misma. Por ejemplo, a pesar que al comienzo de la guerra Hitler estableció un impuesto de guerra −50% de todos los salarios- solo el 4% de los ale- manes lo pagó. Para mantener esa situación, el régimen recurrió a la expoliación y al robo organizado desde el es- tado a nivel industrial, primero de los comunistas, gitanos y judíos alemanes, posteriormente de los países ocupa- dos. El 70% de los ingresos del estado alemán durante la guerra vino de la expoliación, confiscaciones y robos en los países ocupados, algunas de cuyas empresas llegaron a tener que pagar un impuesto del 112% de sus ganancias para un “fondo de lucha contra el bolchevismo”.[102] 6 Política de higiene racial 6.1 Eugenesia nazi Los nazis instauran también el control reproductivo de la sociedad alemana. Es imperiosa la necesidad de crear nuevos arios y de sacar de la circulación aquellos que pre- senten defectos en nombre de la higiene racial, promo- viendo la eugenesia y recurriendo a la eutanasia si hacía falta. Así mismo, se buscó la fecundación de todas las alemanas de buena sangre por parte de la élite aria para que poco a poco la raza perdida recupere su esplendor. El resultado de esto fue el establecimiento de los campos Lebensborn en los cuales mujeres de origen ario eran in- seminadas con padres seleccionados para la creación de niños racialmente puros. El nazismo está imbuido de una paranoia racial que le lleva a tejer todo un entramado científico- místico.[cita requerida] Por una parte, pretende demostrar mediante la moderna ciencia de la biología, la selección natural de Darwin y las leyes de la herencia de Gregorio Mendel, de modo pseudocientífico la realidad de la ra- za pura y, por otro lado, presenta la creencia mística de que esta debe recuperar unos poderes que se le suponen perdidos por los cruces con razas supuestamente dege- neradas, como serían los judíos o, en menor medida, los eslavos. En los judíos se centra el mal de males y hacia mediados de la Segunda Guerra Mundial empezarán a ser exterminados en los campos de concentración. El 1 de septiembre de 1939 Hitler firmó un decreto au- torizando el exterminio de los discapacitados físicos y
  • 13. 6.2 Antisemitismo nazi 13 Czesława Kwoka - Polaca- 14 años de edad. Internada en Auschwitz: 13 de diciembre de 1942- Muerte: 12 de marzo de 1943 - mentales, acto que era ejecutado por médicos y enfer- meras alemanes. Se calcula[¿quién?] que alrededor de unos 70 000 pacientes alemanes y austríacos fueron asesinados bajo este decreto.[103] Más de 5000 niños alemanes menores de 10 años y más de 10 000 adolescentes fueron ejecutados o dejados mo- rir por inanición. Los médicos aconsejaban a los padres deshacerse de cualquier niño menor de tres años que tu- viera alguna dificultad o no pareciera ario.[104] Durante el nazismo se asesinaron enfermos mentales, psi- cóticos, esquizofrénicos, débiles mentales, discapacita- dos, disminuídos físicos, débiles de espíritu, inválidos y todo tipo de enfermos incurables. Todo aquel que no fue- ra perfecto para los parámetros del nazismo y que era considerado una amenaza para la pureza genética del pue- blo alemán.[105] Alrededor de 5000 veteranos de guerra alemanes, que estaban hospitalizados por estres postraumático, fue- ron asesinaron en razón de la limpieza y la eugenesia sobre todo aquel que fuera considerado débil. Esto contradecía[cita requerida] las ideas de Hitler que criticaba a la República por no proteger a los veteranos.[106] 6.2 Antisemitismo nazi Para Hitler, los comunistas eran enemigos de la nación alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fu- sionaba con ese y con los otros posibles: los judíos. Par- tiendo de una concepción racista, desde principios de los años veinte Hitler fue reconstruyendo un estereotipo ra- cial del judío, a partir de las teorías de Walter Darré, Al- fred Rosenberg, Spengler (Siglo XX), Houston Stewart Chamberlain y el conde de Gobineau (Siglo XIX). Los judíos encarnaban, para Hitler, todos los males que aquejaban a la nación alemana (no judía): eran los prole- tariados agitadores, los financistas avaros y los grandes in- dustriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la nación, y también los débiles y corrup- tos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados de paz y de la debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el enemigo racial, que desde el interior corrompía y conta- minaba a la nación, debilitándola. El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el sistema totalitario para la movilización política y social, así como para distraer la opinión pública de los propios problemas. En 1935, las leyes de Núremberg privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y de todo derecho. Se les prohibió el contacto con los arios y se les obligó a portar una iden- tificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes el Estado definía racialmente como judíos. Continuaron la violencia y el acoso de las SS y de la policía a los judíos, produciéndose masivas emigraciones. Luego siguió una segunda fase de expropiación, caracte- rizada por la “arianización” de bienes, los despidos y los impuestos especiales. En 1938 se les prohibió a los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus profesiones y se obligó a que los que tenían nombres de pila no judíos que antepusieran los de "Sara" o "Israel" a los propios, para la identificación en los campos de trabajo y en los mismos ghettos). El resultado, distinguirlos. Página 3 de “Telegrama urgente (secreto)" ( 1:20 a.m, 10 de No- viembre,1938),. firmado por Reinhard Heydrich, acerca de “me- didas contra los judíos esta noche” e instruyendo que los “ judíos arrestados” sean trasladados a “campos de concentración” En noviembre, esgrimiendo como excusa el asesinato de un diplomático alemán en París a manos de un joven ju- dío, fueron atacados por miembros de las SS, en lo que
  • 14. 14 6 POLÍTICA DE HIGIENE RACIAL se llamó la "noche de los cristales rotos". El resultado fue de tal magnitud que el mismo Estado hubo de restaurar el orden que él mismo había perturbado. Los judíos fueron considerados globalmente responsa- bles del ataque y obligados a reparar los daños, a indem- nizar al Estado alemán por los destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de seguros. Se los excluyó de la vida económica, se les prohibió el acceso a las uni- versidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar lugares públicos como teatros o jardines. Adicionalmen- te ese momento marcó el comienzo de un programa or- ganizado de internamiento de los judíos en campos de concentración: en un telegrama de instrucciones firmada por Reinhard Heydrich — marcado “Urgente y secreto” — en preparación a la Kristalnacht se establece (punto 5): “Tan pronto como el curso de los eventos durante esta noche permita el uso de los oficiales de policía asignados para este propósito, serán arrestados tantos judíos como sea posible acomodar en los lugares de detención de cada distrito. —especialmente judíos ricos. Por el momento solo serán arrestados judíos varones en buen estado de salud, de edad no muy avanzada. Inmediatamente que el arresto tenga lugar, se contactara el campo de concentra- ción adecuado para ubicar a los judíos tan rápidamente como sea posible en esos campos....”.[107] — esos cam- pos en realidad eran “campos de trabajo forzado” en los cuales se explotaba a los internados hasta la muerte.[108] Finalmente, los judíos fueron concentrados en guetos (barrios especiales donde vivían hacinados) o en campos. A esto seguiría la esclavización y el exterminio durante la guerra. Los campos de concentración, inicialmente des- tinados a la prisión preventiva de “enemigos del estado” (por ejemplo: comunistas y social demócratas), se convir- tieron en lugares de trabajo forzoso, para experimentos médicos y para la eliminación física de judíos, gitanos, homosexuales y discapacitados. Escena en Buchenwald, el 16 de abril de 1945 - día de su libe- ración Sobre este último punto, hay quienes sostienen la inexis- tencia del holocausto judío, ya sea en su totalidad o en las proporciones que son comúnmente aceptadas, lo que ha dado lugar a algunos juicios.[109] Los principales exposi- tores de esta visión son Robert Faurisson, Paul Rassinier y David Irving, Los casos más conocido son A) el del Commonwealth de Canadá contra Ernst Zundel, ciuda- dano alemán que vivió en Canadá entre 1958 y el 2000 y quien publicó varios panfletos cuestionando el holocaus- to, por lo que fue procesado por “publicar literatura capaz de incitar odio contra un grupo identificable”.[110] En di- cho proceso, Alfred Leuchter, quien falsamente proclamó ser ingeniero, el “máximo experto mundial en” y “cons- tructor” de cámaras de gas para las prisiones de los Es- tados Unidos[111] evacuó el Informe Leuchter, en el que concluyó que “no hubo cámaras de gas para la ejecución en ninguno de esos lugares” y B) el de Irving contra Lips- tadt y otros, en el cual Irving fue encontrado “un activo negador del Holocausto... un antisemita y un racista”. 6.3 El Holocausto Estrella de David con que se discriminaba a los judíos en la Alemania nazi. El Holocausto fue el genocidio llevado a cabo por el régi- men nacionalsocialista del Tercer Reich sobre los judíos y otros pueblos entre los años 1933 y 1945. El genocidio fue la culminación de un largo proceso que se desarrolló paralelamente a la implantación del régimen nazi y que tenía como objetivo la creación de una comunidad nacio- nal –Volksgemeinschaft– racialmente pura. Lo que Hitler se proponía –y así lo había anunciado el 30 de enero de 1939- era el exterminio de la raza judía de Europa.[112] Finalmente, en la conferencia de Wannsee, 20 de enero de 1942, se aprobó la "Solución final a la cuestión de los judíos” - Endlösung der Judenfrage o endgültige Lösung der Judefrage, acortado simplemente a “la Solución Final - Endlösung. Esta solución consistía en la eliminación fí- sica, por medio de los trabajos forzados, el hambre y las cámaras de gas, de los judíos (y otros “indeseables”) in- ternados en campos de exterminio (Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Majdanek, Mauthausen, Sobibor y Treblinka). La estimación histórica del número de vícti- mas judías es alrededor de seis millones, aunque los his-
  • 15. 15 toriadores contemporáneos creen que el número exacto se encuentra entre los 5 y 7 millones.[113] Otros grupos que el régimen nazi definió cómo “indesea- bles” eran los homosexuales, los testigos de Jehová, los minusválidos y disidentes y los opositores políticos de varias nacionalidades y religiones (polacos, ucranianos, bielorussos, lituanos, letones, estonios,[114] rusos, otros eslavos, gitanos y católicos). 6.4 Persecución de los homosexuales en la Alemania nazi El Triángulo rosa, símbolo con el que se marcaba a los homose- xuales en los campos de concentración nazis. La persecución de los homosexuales en la Alemania na- zi se fundamentó principalmente sobre la premisa de que la homosexualidad era incompatible con la ideología nacionalsocialista porque los homosexuales no se repro- ducían y por tanto no perpetuaban la raza aria. La homo- sexualidad constituía una de las pruebas de degeneración racial que, además, se transmitía por vicio de unos indivi- duos a otros; por ello las autoridades debían poner todos los medios a su alcance para evitar su extensión.[115] El ángel de Frankfurt fue el primer monumento de Alemania en memoria de los homosexuales perseguidos por el nazismo, y posteriormente, bajo el artículo 175 del código penal alemán. Como su nombre indica el monu- mento es la estatua de un ángel sujetando una banda. La obra fue el primer monumento conmemorativo de las víc- timas homosexuales del holocausto en Alemania. Los si- guientes en ser erigidos en Alemania fueron el Triángulo rosa de Colonia (1995) y Monumento a los homosexuales perseguidos por el nazismo en Berlín (2008). En la base de la estatua hay una inscripción en alemán que dice: “Los hombres y mujeres homosexuales fueron perseguidos y asesinados durante el régimen nacionalso- cialista. La matanza fue ocultada y negada, despreciando y condenando a los supervivientes. Por ello los recordamos Ángel de Frankfurt y a los hombres que aman a otros hombres y las mujeres que aman a otras mujeres que frecuentemente todavía si- guen siendo perseguidos. Frankfurt del Meno. Diciembre 1994.” La inscripción alude a que los homosexuales no sólo fueron perseguidos durante el régimen nazi, sino que el artículo 175 siguió vigente y no se reformó la prohibi- ción respecto a las prácticas homosexuales entre adultos hasta 1973, sirviendo para condenar incluso a los super- vivientes de los campos de concentración. Hasta que fue derogado completamente en 1994. Lo que causó que los homosexuales no pudieran hacer durante años ninguna reclamación y fueran el último grupo de víctimas en ser oficialmente reconocido. 7 Política exterior El objetivo final de la política exterior nazi era la con- quista del Lebensraum o espacio vital alemán. Su impe- rialismo era a la vez económico y racial. Hitler sostenía que el pueblo elegido (la raza superior) debía disponer de suficiente espacio, definido como una relación entre los recursos (tierras, alimentos) y la población. Su objetivo inmediato eran las tierras de Europa Oriental, pobladas por razas consideradas inferiores. La política interior totalitaria del Tercer Reich estaba al servicio de su política exterior expansionista. El totali- tarismo creaba las bases materiales y psíquicas para la conquista exterior y, al mismo tiempo, los grandes éxitos y la conciencia de la “misión” de la raza distraerían a la
  • 16. 16 8 CLAVES DE LA IDEOLOGÍA NACIONALSOCIALISTA TEMPRANA población de la represión interna. Hitler expresó desde un principio su voluntad de rearme a Alemania. Realizado primero en secreto, se hizo público después de 1935 y fue tolerado por las naciones europeas que estaban más preocupadas por el avance del comunis- mo que el nazismo. La política inglesa y francesa fue la del “apaciguamiento”, que consistía en conceder a Hitler aquello que reclamaba y firmar nuevos pactos, apostando con esto a mantener a los nazis bajo control. Ejércitos mayores y mejores entrenados, producción de barcos de guerra, aviones, tanques y municiones, e inves- tigación de nuevos tipos de armamento, absorbieron cre- cientes recursos estatales. Por otro lado, el rearme permi- tió llegar al pleno empleo y dejar atrás la crisis de 1929. Esto reactivó la economía alemana y trajo un nuevo pres- tigio al reich. En 1936, las fuerzas militares alemanas reocuparon sor- presivamente Renania. Desde ese momento y hasta 1939, la táctica consistió en ataques justificados por el derecho alemán al Lebensraum, seguido por nuevas promesas de paz. Al episodio de Renania le siguió la intervención en la guerra civil española y la anexión de Austria en 1938. La semidictadura austríaca intentó en vano impedir la cam- paña de anexión de los nacionalistas austríacos y dejó fi- nalmente el poder a los alemanes en 1938. Un plebiscito a favor de la “Gran Alemania” confirmó luego la Unión. El siguiente objetivo fue Checoslovaquia, donde un con- flicto con la minoría alemana de los Sudetes le sirvió de excusa para la anexión de la región en 1938. Inglaterra y Francia accedieron a estas pretensiones alemanas por me- dio de los Acuerdos de Múnich y Chescolovaquia debió ceder. Pero Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en 1939. Esto puso de manifiesto su verdadera intención y el fracaso de la política de “apaciguamiento” de Inglaterra y Francia. Cuando, tras firmar un pacto de no agresión con la Unión Soviética (URSS), Hitler se lanzó en sep- tiembre de 1939 a invadir Polonia, Francia e Inglaterra le declararon la guerra. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial. Ver: Cronología de la Segunda Guerra Mundial 8 Claves de la ideología nacionalso- cialista temprana • Nacionalismo alemán. • Pangermanismo • Corporativismo, la creación de un cuerpo colectivo entre el Estado, empresarios y trabajadores. • Economía dirigida por el Estado (socialismo) y keynesianismo militar. • Romanticismo y tercera posición. Rechazo de las ideologías herederas de la Ilustración favoreciendo en su lugar los mitos nacionalistas. • Anticapitalismo, y en general oposición a toda forma de ideología liberal, al capitalismo y la economía de mercado. • Anticomunismo y, en general, oposición a toda forma de ideología marxista y materialista y a la lucha de clases. • Protección de la propiedad privada (bajo la intervención del Estado). • Populismo, la representación de los sectores pobres y medios de la sociedad. • Racismo. • Especialmente el antisemitismo. • Creación de la Herrenrasse por el Lebensborn (un departamento del Tercer Reich) • Antieslavismo (al menos hasta la II Guerra Mundial). • Creencia de algunos ideólogos en la superiori- dad de la raza aria, alemana y nórdica, aunque también de la raza blanca europea. • Eutanasia y eugenesia buscando la supuesta “higiene racial”. • Negación de la democracia (especialmente la democracia liberal), con la consiguiente prohibición de la existencia de partidos políticos, sindicatos. • Führerprinzip/creencia en el líder (Responsibilidad ascendente y autoridad descendente). • Fuerte exhibición de la cultura local. • Regeneración del arte. • Amor a la Naturaleza y creación de reservas na- turales y leyes de protección de la Naturaleza (ecofascismo). • Darwinismo social • Defensa de Sangre y Tierra (en alemán: “Blut und Boden” - idea representada por los colores rojo y negro de la bandera nazi) • “Lebensraumpolitik”, “Lebensraum im Osten” (Creación de más espacio vital para los alemanes en el Este de Europa). • Relación con el fascismo italiano de Benito Musso- lini y el español de Francisco Franco. • Creación del Frente de Trabajo, que aglutinaba a los trabajadores de Alemania para un mejor entendi- miento de los problemas de estos.
  • 17. 11.1 Notas 17 • Proyecto “Belleza en el trabajo” para mejorar las condiciones laborales de los obreros. • Creación de la “Ayuda de Invierno” para acabar con el hambre y la penosa situación de muchos alemanes antes del Reich. • Grandes actos de masas para fomentar el espíritu co- lectivo. • Ser miembro de las Juventudes Hitlerianas era vo- luntario (obligatorio desde 1936), a partir de los 10 y hasta los 17 años. 9 El nazismo en la actualidad Tras la Segunda Guerra Mundial, el nazismo ha continua- do inspirando a movimientos neonazis. En 2010, en Perú un partido nazista anti chileno fue apro- bado por el Jurado Nacional del Elecciones (JNE) para inscripción en planillas electorales.[116] En muchos países, entre ellos la Alemania actual, está prohibido hacer apología del nazismo y hay leyes estrictas en contra del nazismo, que es considerado un delito; tam- bién está prohibido hacer apología del Holocausto o negar su existencia, práctica conocida como negacionismo del Holocausto. 10 Véase también • Fascismo • Tercera posición • Totalitarismo • Misticismo Nazi • Símbolos nazis • Bastardos de Renania • Judensau - Propaganda antisemita • Concordato imperial • Corporativismo • Crímenes de la fase final 11 Notas y referencias 11.1 Notas [1] Véase, por ejemplo, Un viaje por la economía de nuestro tiempo (1995), de John Kenneth Galbraith. [2] Por ejemplo el 20 de enero de 1927, durante una visita a Roma, el entonces conservador y autodeclarado «cons- titucionalista y antisocialista» Winston Churchill declaró que si él hubiera sido italiano se habría unido a Mussolini y continuó: Agregaré una palabra sobre el aspecto internacional del fascismo. Externamente su movimiento ha rendido un servicio al mun- do entero [...]. Italia ha demostrado que hay maneras de luchar contra las fuerzas subver- sivas, maneras que pueden llevar las masas populares, propiamente dirigidas, a apreciar y defender el honor y la estabilidad de una sociedad civilizada. Ha previsto el antídoto necesario al veneno ruso. De ahora en ade- lante, ninguna gran nación estará desprovista de un último medio de protección contra el crecimiento canceroso del bolchevismo. Citado en The Menace of Fascism. Alrededor de esas fechas, Churchill sugirió ametrallar a huelguistas como manera práctica de terminar la huelga. Aún tan tarde como en 1938, en vísperas del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Churchill declaró que si alguna vez Inglaterra llegara a tener los mismos problemas que Alemania de postguerra, él esperaba que llegara a encon- trar su «sr. Hitler» (citado en Winston Spencer Churchill: A Tribute). [3] La situación en relación a esos dos autores es confusa, si bien hubo expresiones «fascistas» de sus ideas, también las hubo antifascistas. Véase, por ejemplo: The Roots of Italian Fascism: Sorel and Sorelism, de Jack Roth. [4] La situación en relación a Heidegger es aún más confu- sa. Heidegger se unió al Partido Nazi en 1933, en incluso propuso «liberar a las universidades alemanas de influen- cias modernistas y judías», sin embargo, posteriormente renunció a todos los cargos los nazis le habían otorgado. Véase Heidegger and nazism. [5] Wagner fue un notable antisemita, en el sentido que su posición y fama dieron a sus visiones y propuestas. Ver, por ejemplo El judaísmo en la música- gran diseminación, contribuyendo a que esas posiciones llegara a ser acep- table en círculos de la “alta cultura”, dado que tenían el aval de lo que para algunos era el genio más destacado desde Goethe. Por esas actitudes, Wagner fue denunciado por quien hasta entonces había sido su amigo, Nietzsche: “Wagner ha decaído, paso a paso, a todo lo que despre- cio, incluso al antisemitismo” (Nietzsche contra Wagner, 1888) Ver también: Nietzsche: Der Fall Wagner” (El Ca- so Wagner) y Humano, demasiado humano.- Pero la in- fluencia de Wagner, más allá de lo musical, es debatible, incluso su influencia en el movimiento Völkisch fue limi- tada -ver Bernard Mees: Völkische Altnordistik: The Po- litics of Nordic Studies in the German-Speaking Coun- tries, 1926-45- Sin embargo los nazis utilizaron su fama y obra, -ayudados por Cosima Wagner y Houston Stewart Chamberlain- transformando el Festival de Bayreuth en el punto alto del calendario social nazi.
  • 18. 18 11 NOTAS Y REFERENCIAS 11.2 Referencias [1] «Contexto: la democracia alemana». Artehistoria. Junta de Castilla y León. Archivado desde el original el 30 de no- viembre de 2015. [2] Conciousness and Society: The Reorientation of European Social Thought 1890-1930 (1959), de H. Stuart Hughes. [3] Zeev Sternhell and Hans Sluga: MUTINY ON BOARD MODERNITY: HEIDEGGER, SOREL AND OTHER FASCIST INTELLECTUALS. [4] James W. Vander Zanden (1960): Pareto and Fascism Re- considered [5] Hannah Arendt (1951): Los orígenes del totalitarismo. Trad. de Guillermo Solana. Taurus, 1974. Traducción re- editada por Alianza Editorial, 2006, con prólogo de Sal- vador Giner. ISBN 978-84-206-4771-5. [6] Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas (1853- 55), de Arthur de Gobineau. [7] Dr. Jerry Bergman, (2011), “The Dark Side of Charles Darwin: A Critical Analysis of an Icon of Science”, págs 237-238 [8] Richard Weikart (2006), “From Darwin to Hitler: Evolu- tionary Ethics, Eugenics, and Racism in Germany”, Pal- grave Macmillan, 328 pags. [9] “Hitler & Eugenics”. Expelled Exposed. National Center for Science Education. National Center for Science Edu- cation. Retrieved 2008-06-09. [10] “Senior Fellow Richard Weikart responds to Sander Gli- boff”. Center for Science and Culture. October 10, 2004. Retrieved 2008-05-17. [11] Western Civilization: Ideas, Politics, and Society. Hough- ton Mifflin Harcourt Publishing Company. 2008-10. ISBN 978-0-547-14701-7. Retrieved 2007–03–25. [12] Daniel Gasman (2004), “The Scientific Origins of Natio- nal Socialism”. New Brunswick: Transaction Press [13] Ken Ham,A. Charles Ware, (2007), “Darwin’s Plantation: Evolution’s Racist Roots”, New Leaf Publishing Group, 29/11/07, 196 págs. [14] Benjamin Kidd (1919). The Science of Power. [15] Ver, por ejemplo: Nicholas Goodrick-Clarke. 1985. The Occult Roots of Nazism: Secret Aryan Cults and Their Influence on Nazi Ideology: The Ariosophists of Austria and Germany, 1890–1935. - ISBN 0-85030- 402-4. y (expandido), 2004: ISBN 1-86064-973-4.- Y Ni- cholas Goodrick-Clarke. 2002. Black Sun: Aryan Cults, Esoteric Nazism and the Politics of Identity. ISBN 0- 8147-3124-4 −. ISBN 0-8147-3155-4) [16] Duverger: The Study of politics. [17] Uno de los mitos es el de que los alemanes han sido siempre antisemitas y antidemocrá- ticos, y que el III Reich y Hitler eran histó- ricamente inevitables. Eso no es cierto. Hizo falta una serie de acontecimientos muy for- tuitos para que los nazis llegaran al poder. Pu- do ser diferente. Richard J. Evans (2005). No se puede entender el fin del nazismo sin conocer el principio [18] Véase, por ejemplo: causó el holocausto? (en inglés). [19] “La obra de Hitler no constituyó una singularidad, sino que se inscribió en una tradición alemana de pensamiento que ha malinterpretado la tríada de valores de la Revolu- ción francesa de 1789: “Libertad, igualdad y fraternidad”. Ha existido un menosprecio hacia la libertad, que ha sido asociada a riesgos y miedos, de modo que esta no es anhe- lada por muchos alemanes. No se ha buscado la igualdad ante la ley, sino la igualdad social con políticas de redistri- bución de riqueza y búsqueda de seguridad que ya habían empezado con la “revolución desde arriba” del canciller Otto von Bismarck (1815-1898). Hitler continuó esa lí- nea cuando llegó al poder”. Götz Aly, La seducción nazi. Dinero y bienestar para todos [20] Forsthoff (1933): “Der totale Staat” Hamburg 1933 - Forsthoff ha sido muy criticado en Alemania como siendo uno de los juristas que legitimó el Estado nazi. Sin em- bargo, no fue un miembro oficial de ese partido e inclu- so su cátedra fue prohibida por la Gestapo. Después de la guerra, Forsthoff cambió su posición a que los indivi- duos están sometidos a la demandas de la tecnología y tuvo una participación destacada como representante de la tendencia “conservativa radical” en el gran debate en ese país acerca del papel de la ley en el contexto de la constitución que se proponía. Ver, por ejemplo, Caldwell P. Ernst Forsthoff and the legacy of radical conservative state theory in the federal republic of Germany [21] “Lexicon: Dolchstosslegende” (definition), www.icons-multimedia.com, 2005, webpage: DolchSL. [22] A. Hitler. Mein Kampf. [23] Por ejemplo, Pablo Jiménez Cores cita a Hitler: «me con- vertí en un fanático antisemita, ya que había averiguado que el judío abrazaba la obra de Marx -teoría de la cons- piración judeo-marxista- indicando que: la doctrina judía del marxista rechazaba el principio aristocrático de la na- turaleza y en lugar del eterno privilegio de la fuerza y ener- gía, coloca su montón y peso muerto de números. De esta suerte, niega el valor del individuo.... y combate la impor- tancia de la nacionalidad y de la raza... siendo el único resultado para los habitantes de esta tierra... la ruina»» en La estrategia de Hitler: Las raíces ocultas del nacionalso- cialismo [24] EL RÉGIMEN NAZI [25] Führerprinzip [26] Por ejemplo: Vigésimo Primer Día: Lunes, 17 de diciem- bre de 1945 (de los Juicios de Núremberg) [27] Explicación del concepto por Ben Klassen (uno de los fun- dadores del Supremacismo blanco): explica el concepto: Capítulo Siete: el Principio del Líder
  • 19. 11.2 Referencias 19 [28] Real Academia Española (2014). «nacionalsocialismo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. [29] El nombre en alemán Nationalsozialistische Deutsche Ar- beiterpartei se pronuncia [natsjoˈnaːlzotsiaːˌlistiʃə ˈdɔytʃə ˈarbaitɐparˌtai] (Arbeiter, ‘trabajadores’). La abreviación nazi, como el sozi que sigue, es del lenguaje común y co- rriente con un sentido poco respetuoso, pero no directa- mente insultante. [30] Franz H. Mautner (1944). «Nazi und Sozi». Modern Lan- guage Notes (Modern Language Notes, Vol. 59, No. 2) 59 (2): 93-100. doi:10.2307/2910599. [31] Articulo Nazi, en: Friedrich Kluge, Elmar Seebold: Ety- mologisches Wörterbuch der deutschen Sprache, Walter de Gruyter, 24. Auflage, Berlin/New York 2002, ISBN 3-11- 017473-1; Online Etymology Dictionary: Nazi [32] Ian Kershaw: "Hitler, 1889-1936: Hubris, (Londres, 1998) ISBN 0-393-32035-9 - Hitler, 1936-1945: Nemesis, (Lon- dres, 2000) ISBN 0-393-32252-1 ( American Satellite Ma- gazine, 2008 Revisión de libro (accedido 11-15-08) [33] Por ejemplo: Henry Ashby Turner, Jr. (1996): Hitler’s Thirty Days to Power: January 1933 - ISBN 0-201-40714- 0 [34] Richard Weikart (2004): The Roots of Hitler’s Evil ver también Richard Weikart (2004): “From Darwin to Hitler: Evolutionary Ethics, Eugenics, and Racism in Germany” (Palgrave Macmillan - New York) [35] Brigitte Hamann (1996): Hitler’s Vienna [36] Shirer, William Lawrence (1960). The rise and fall of the Third Reich; a history of Nazi Germany (El ascenso y la caída del Tercer Reich, una historia de la Alemania Nazi). Digital General Collection: Simon & Schuster. p. 14. (en inglés) [37] Stackelberg, Roderick (2007), The Routledge companion to Nazi Germany, New York, NY: Routledge, p. 9, ISBN 0-415-30860-7 [38] Samuel W. Mitcham, Why Hitler?: the genesis of the Nazi Reich. Praeger, 1996, p.67 [39] Alison Kitson, Germany, 1858–1990: Hope, Terror, and Revival, Oxford University Press, 2001, P.1921 [40] Ian Kershaw, Hitler, Pearson Education, 2000, p.60 [41] Kerhsaw, 1999 [42] Fest, 1970 [43] Claus Hant, http://www.younghitler.com/, Young Hitler, Quartet Books, London 2010, p. 395 [44] Revista Time (Junio de 1932): Foreign News: Contempt [45] Robert Ley, citado en Hitler..sección Fuhrer as Lord [46] A. Hitler (Mein Kampf) [47] Toland, John (1976). Adolf Hitler. New York: Doubleday & Company. ISBN 0-385-03724-4. [48] Campbell, Bruce, The SA Generals and The Rise of Na- zism, (University Press of Kentucky, 1998, ISBN 0-8131- 2047-0) [49] Kershaw, Ian. (1999) Hitler ISBN 0-393-04671-0 [50] Jewish Virtual Library: Franz Von Papen [51] Adolf Hitler - The Road to Power sección: “Hitler’s ap- pointment as Chancellor” [52] Para todo lo que sigue, las mejores fuentes son: William Shirer: The Rise and Fall of the Third Reich (New York: Simon & Schuster, 1960), chapters 3, 5-7, and Alan Bu- llock’s Hitler: A Study in Tyranny, abridged edition, (New York: HarperCollins, 1962), chapters 3-5. A lesser source for this essay, but one which faithfully follows the above accounts, is The History Place: The Rise of Adolf Hitler, From Unknown to Dictator of Germany. [53] William Shirer: (1960): “The Rise and Fall of the Third Reich” (New York: Simon & Schuster), capítulos 3, 5-7,.- Alan Bullock (1962): Hitler: A Study in Tyranny, abridged edition, (New York: HarperCollins,, chapters 3-5). [54] Citado por John Weiss (1967): “The Fascist Tradition: Ra- dical Right-Wing Extremism in Modern Europe”, Harper & Row. [55] Tanto von Papen como von Schleicher eran miembros del Movimiento Revolucionario Conservador. Los principa- les ideólogos de ese movimiento fueron Oswald Spengler; Carl Schmitt; Ernst Jünger y Edgar Julius Jung, quien lle- gó a ser secretario político de von Papen, escribiendo sus discursos. La intención general del grupo era el estable- cimiento de una dictadura con el fin de “despolitizar las masas y excluirlas de la dirección del Estado”. En ese pro- yecto Hitler era útil -"Hemos empleado a Hitler” comentó, von Papen cuando Hitler fue nombrado canciller- pero no un aliado de largo plazo: entre otras críticas, Jung lo acu- saba de “liberalismo y democratismo” - ver Alexander Ja- cob: The Neo-Conservative Reich of Edgar Julius Jung.- Adicionalmente, Hitler profesaba abiertamente desprecio por la economía y políticas administrativas, lo que hizo que los conservadores pensaran que sería ya sea fácilmen- te manipulable o conduciría al caos, ambas situaciones re- dundando en favor del proyecto conservador. [56] Henry Ashby Turner, Jr (1996): “Hitler’s Thirty Days to Power: January 1933” - ISBN 0-201-40714-0 [57] The History Place Hitler Named Chancellor [58] Henry Ashby Turner, Jr. (1996) “Hitler’s Thirty Days to Power: January 1933”.- ISBN 0-201-40714-0 [59] Franz Von Papen [60] De acuerdo a la declaración de von Papen frente a los tri- bunales de Núremberg, la posibilidad de activar los po- deres especiales fue discutida en la primera reunión del gabinete de Hitler, siendo desechada porque se requerían circunstancias especiales que, en ese momento, no exis- tían. Ver Franz Von Papen
  • 20. 20 11 NOTAS Y REFERENCIAS [61] Que incluía disposiciones tales como la suspensión de la libertad de opinión y prensa, abolición del derecho a pri- vacidad, incluido a comunicaciones privadas, disposición de órdenes de arresto y allanamiento, etc., sin las garan- tías legales normales (incluyendo suspensión del hábeas corpus). Ilegalización del partido comunista, etc. [62] Jeremy Noakes; Geoffrey Pridham: Nazism 1919-1945, Volume 1: The Rise to Power 1919-1934. A Documentary Reader (Exeter Studies in History) [63] Shirer, op. cit [64] VON PAPEN [65] The History Place: Hitler becomes Führer [66] Program of the NSDAP [67] Ronald Gray (199) Hitler y los alemanes [68] hay gran confusión que se entendía por ese termino - ver, por ejemplo; Richard Steigmann-Gall (2004) The Holy Reich Nazi Conceptions of Christianity, 1919–1945 ISBN-13: 9780521603522 | ISBN-10: 0521603528) - sin embargo, en la práctica, significó la promoción por el go- bierno nazi de una “Iglesia Alemana', que, se proponía, eventualmente aboliría todo elemento judío del culto, ta- les como la Biblia y los crucifijos, remplazándolas con Mein Kempf y una espada.- Ver también Cristianos ba- jo el nazismo [69] Hitler, citado por Hans-Joachim Braun, “The German Economy in the Twentieth Century”, Routledge, 1990, p. 78 [70] Hitler: “La historia del mundo nos enseña que ningún pue- blo ha llegado a ser grande a través de su economía pe- ro que muy bien pueden perecer a través de ella”....."la economía es algo de importancia secundaria”.- citado en Henry A. Turner, “Hitler’s Einstellung”, 1976, p. 90–91 [71] Hitler: “mi interpretación del socialismo no tiene nada que ver con el socialismo marxista,”... “el marxismo es anti- propiedad; el verdadero socialismo no lo es”. - Citado por Francis Ludwig Carsten, The Rise of Fascism, University of California Press, 1982, p. 137. [72] por ejemplo: Giuseppe Rinaldi, (2009) ECONOMIA DE- LLA GERMANIA NAZISTA (1.1) [73] Hitler, citado por Henry A. Turner, “German Big Business and the Rise of Hitler”, 1985, p. 76 [74] Richard Allen Epstein, Principles for a Free Society: Re- conciling Individual Liberty With the Common Good, De Capo Press 2002, p. 168 [75] Cesare Santoro en “La Alemania de Hitler”, capítulo XI La Economía en la Nueva Alemania [76] Fritz Reinhardt: Die Herrschaft der Börse. Ver también: Fritz Reinhardt (1943) La hacienda alemana y la guerra: Breve exposición de las ideas fundamentales sobre la eco- nómica alemana, etc [77] Hans-Joachim Braun (1990): “The German Economy in the Twentieth Century”, Routledge - [78] Resumen de acta de acusación frente a tribunales de Nú- remberg [79] documents: Extract From a Memorandum by Hitler on the Tasks of the Four-Year Plan, 1936 [80] Para una explicación, ver: Guido Giacomo Preparata (2002): HITLER’S MONEY [81] Ersatz es un prefijo del idioma alemán que, anteponién- dose a una palabra, significa substituto o reemplazo: por ejemplo “ersatzkaffee” significa “substituto de café”. En- tre los productos ersatz desarrollados industrialmente bajo el proyecto y que adquirieron importancia posteriormen- te se encuentran el surimi, la margarina, el desarrollo de substitutos de quesos y proteínas a partir de la soya, la silicona, el uso del benceno, etc. [82] Acta de acusación en juicios de Núremberg [83] Hans-Joachim Braun (1990): “The German Economy in the Twentieth Century”, Routledge - [84] Neumann, Klaus (2000). Shifting memories: the Nazi past in the new Germany. University of Michigan Press. ISBN 0-472-08710-X. [85] por ejemplo: NUKHET KARDAM (1976): A COMPA- RATIVE ANALYSIS OF CORPORATISM IN NAZI GERMANY AND FASCIST ITALY '. Ver también Ja- mes Alexander (en el sitio web neonazi White Pride): Vilfredo Pareto: The Karl Marx of Fascism [86] Franz Borkenau, Pareto (New York: John Wiley & Sons, 1936), p. 18. [87] Keith Tribe; (2007) Ordoliberalism and the Social Market Economy (revisión de Ralf Ptak,Vom Ordoliberalismus zur Sozialen Marktwirtschaft. Stationen des Neoliberalis- mus in Deutschland) [88] Simpson, Amos E. (: 1969): Hjalmar Schacht in Perspec- tive. Mouton Group- Paris. [89] Joseph Goebbels: Discurso sobre la propaganda −1934 fuente Der Kongress zur Nürnberg 1934 (Munich: Zen- tralverlag der NSDAP., Frz. Eher Nachf., 1934), pp. 130- 141. [90] Goebbels: “La propaganda buena no necesita mentir, en realidad, no puede mentir. No tiene motivo para temer la verdad. Es un error creer que la gente no puede aceptar la verdad. Ellos pueden. Es solo una materia de presentar la verdad a la gente en una manera que ellos sean capaces de entender. Un propaganda que miente solo demuestra que tiene una mala causa. No puede ser exitosa en el largo plazo” op. cit [91] Joseph Goebbels” principles of propaganda, ver también L Doob: Goebbels’ principles of propaganda [92] Joseph Goebbels [93] Propaganda y Verdad [94] Argumenta comandante que Obama no nació en Estados Unidos [95] “Obama es musulmán y el anticristo”
  • 21. 21 [96] No creen que Obama haya nacido en EE.UU. [97] Rand Paul: We Wouldn’t Need Laws if Everyone were Christian [98] Dubious ‘Destiny’: Glenn Beck & Co. Are Leading Ame- ricans Toward Intolerance, Extremism [99] Sarah Palin’s Redemption Narrative and Last Night’s Faith-Drenched Speech [100] J Goebbels (1933): The Racial Question and World Pro- paganda [101] Por ejemplo``; “No intentamos usar la radio solo para pro- pósitos partisanos. Queremos espacio para entretenimien- to, artes populares, juegos, bromas y música. Pero todo debería tener una relación con la actualidad. Todo debería incluir el tema de nuestro gran esfuerzo reconstructivo o, por lo menos, no entorpecerlo. Sobre todo es claramente necesario centralizar todas las actividades radiales, poner las actividades espirituales por sobre las técnicas, intro- ducir el principio del líder, presentar una clara visión del mundo y presentar esa visión de manera flexible” - Goeb- bels (1938) en The Radio as the Eight Great Power [102] Götz Aly: Hitler’s Beneficiaries: Plunder, Racial War, and the Nazi Welfare State, New York: Metropolitan Books. [103] El asesinato de los discapacitados [104] El infierno infantil de los nazis [105] EL PROGRAMA DE EUTANASIA NAZI [106] “Mi lucha”, de Hitler: “Es difícil refutar una mezcla tan demencial” [107] Ver Copy of Most Urgent telegram from Munich on No- vember 10, 1938, 1:20 a.m. [108] En los “campos de trabajo” los prisioneros estaban some- tidos al programa de “Vernichtung durch Arbeit” (Extin- ción u obliteración a través del trabajo), por medio de su agotamiento y de privación de todo tratamiento médico o ayuda: el promedio de vida de un prisionero era menor a cuatro meses. Ver Raul Hilberg: Die Vernichtung der euro- päischen Juden..- Frankfurt 1990. ISBN 3-596-24417-X Volume 2 Page 994f [109] Enrique Moradiellos: Clío en el banquillo [110] ADL: Ernst Zundel [111] Mario López Ibáñez: [http://web.archive.org/web/http:// www.aaargh.codoh.info/fran/livres7/IbanLeuch.pdf Al- gunos comentarios sobre el Informe Leuchter} [112] Haffner,Sebastian (2004). Observaciones sobre Hitler. (Traducción de Montserrat Franqueza). Barcelona: Edi- ciones de 1984. Página.159. [113] Vidal, César (1995). El Holocausto. Madrid: Alianza edi- torial. Página 163. [114] “Holocausto: The Ignored Reality”, de Timothy Snyder a Eurozine, publicado originalmente en The New York Re- view of Books el 16 de julio del 2009. Artículo en inglés (original), alemán, estoniano, francés, lituano, noruego, polaco, rumano y ruso. Consultado el 6 de noviembre de 2011. [115] «Exterminio bajo el nazismo», artículo en Orientaciones. Revista de Homosexualidades, n.º 5. Madrid: Fundación Triángulo, primer semestre de 2003. ISSN 1576-978X. [116] 12 Enlaces externos • Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Nazismo. Wikiquote