2. Introducción
Cuando un niño, adolescente o adulto se distrae fácilmente, es impaciente,
impulsivo, muy inquieto, le cuesta seguir instrucciones, evita tareas demandantes,
tiene dificultad para llevar tareas a término, no pone suficiente atención y hay
deterioro en su desempeño escolar, laboral o social, puede estar sufriendo del
Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Es por eso que en
este tarde vamos a salir con el conocimiento adecuando, ya que vamos a esta
hablando de su condición y su tratamiento y cómo vamos a tratarle de hoy en
adelante.
3. Definición
El TDAH es un trastorno cerebral en el que intervienen factores genéticos y
ambientales. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y
dificultad para mantener la atención. El TDAH se asocia con frecuencia a otros
trastornos, y sus consecuencias se aprecian en muchos ambientes.
Según la clasificación norteamericana de enfermedades psiquiátricas DSM-IV , no
todas las personas que padecen un TDAH tiene el mismo cuadro clínico . En
algunas predominan los síntomas de inatención, en otras los de hiperactividad e
impulsividad, y en otras hay problemas tanto atencionales como de hiperactividad
e impulsividad.
Estas variantes son conocidas como "subtipos". De todos ellos el más frecuente es
el combinado, seguido del predominantemente hiperactivo-impulsivo. El subtipo
predominantemente inatento es el menos frecuente, y se da más en mujeres que en
hombres.
4. Criterios diagnósticos
Los trastornos por déficit de atención se pueden desarrollar a cualquier edad, la
etapa escolar ha sido en la que mayormente se han centrado los estudios, dada la
notoriedad de sus consecuencias, y por una mayor incidencia en dicha población
(Anicama, et al, 1997), los criterios diagnósticos para el TDAH de acuerdo al DSM
IV lo demuestran así.
1. Desatención
- A menudo la persona no presta suficiente atención a los detalles o incurre en
errores en sus actividades.
- Tiene dificultades en mantener su atención en tareas o actividades lúdicas.
- A menudo parece no escuchar.
- A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas u obligaciones.
- Presenta dificultades para organizar tareas y actividades
- Evita tareas que requieran de un esfuerzo mental sostenido
- Extravía objetos necesarios para la tarea.
- Es descuidado en sus actividades diarias.
5. 2. Hiperactividad
- Mueve en exceso manos y pies, se mueve en su asiento.
- Corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.
- Tiene problemas para quedarse quieto, jugar o dedicarse tranquilamente a
actividades de ocio.
- Actúa como impulsado por un motor.
- Habla en exceso.
- Mucho movimiento durante el sueño.
- Parece que siempre esta en marcha.
6. 3. Impulsividad
- Precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
- Tiene dificultades para esperar su turno.
- Actúa antes de pensar
- Cambia enseguida de una actividad a otra
- No puede organizarse en el trabajo
- Interrumpe y se inmiscuye en las actividades de otros.
7. Etiología
A pesar que se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia, y que desde hace
bastante tiempo es objeto de interés por parte de muchos especialistas, hasta la
actualidad no se llega a precisar la etiología del trastorno por déficit de atención
con hiperactividad.
Las tendencias actuales de los estudios biológicos proponen que los niños con
TDAH tienen un desbalance bioquímico o niveles bajos de neurotransmisores que
controlan el sistema atencional, la cual se debería a una disfunción o deficiencia en
la maduración cerebral. Para algunos autores el déficit es a nivel de las
catecolaminas, por lo que las drogas utilizadas aumentan la cantidad de
catecolaminas disponibles en el cerebro (Pichardo 1997). Otros datos sugieren un
déficit de dopamina en las regiones críticas del cerebro, lo que afecta la eficiencia
con la que el cerebro regula la conducta.
Entre otros factores etiológicos destacan el factor neurológico, genético, prenatal, y
la influencia del medio ambiente, a pesar que dichos factores han demostrado su
influencia en la falta de atención y la actividad motora excesiva, ninguno de ellos
se confirma por separado como responsable único del trastorno
8. Factores neurológicos.- A partir del hecho que una lesión cerebral origina
determinados efectos que dan lugar a múltiples trastornos psicológicos y
psiquiátricos, se ha investigado hasta que punto los niños con déficit de
atención e hiperactividad presentan alteración cerebral estructural,
demostrando que aunque se admite que las alteraciones en la estructura del
cerebro originan efectos psicológicos, estos son inespecíficos, las pruebas
neurológicas actuales no permiten aún identificar un mal funcionamiento
cerebral asociado de manera exclusiva al TDAH (García y Magaz, 2000), de
modo tal que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad
no tienen síntomas claros de haber sufrido lesiones cerebrales, y los que si
presentan daño cerebral constatado, solo un porcentaje de ellos presentan
TDAH (Moreno, 1995).
Factores genéticos.- Los estudios también apuntan hacia un origen genético
del Trastorno por déficit de atención, sugerido a partir de los resultados de
distintos trabajos desarrollados en familiares de niños que padecían dicho
trastorno, los cuales revelan la influencia de factores familiares de riesgo, de
tipo genético. Se sabe por estos estudios que la incidencia de los trastornos
de ansiedad, TDAH, conducta antisocial, alcoholismo y trastornos de tipo
afectivo son más comunes en familiares de niños con TDAH.
9. Factores Ambientales.- Dado que algunos niños con antecedentes biológicos
y/o genéticos no desarrollan problemas de conducta, se ha estudiado la
influencia que en la aparición del TDAH desempeñan las variables
familiares y sociales como el nivel socio económico, las condiciones de vida
y de trabajo de los padres, estilos educativos, recursos materiales y el medio
escolar. También cabe destacar que la carencia de habilidades sociales en el
niño, el menosprecio de sus compañeros de clase y un ambiente familiar y
escolar desfavorable son factores que intervienen en los problemas de falta
de atención y concentración que se refleja en un bajo rendimiento escolar
Factores prenatales.- Las teorías también sugieren que el abuso del alcohol
durante el embarazo es responsable del TDAH, problemas de atención,
trastorno de la conducta y retraso psicomotor (Good y Sherry 1984; véase en
Moreno, 1995), así como también que el hábito de fumar durante el
embarazo puede producir anoxia fetal y bajo peso al nacer, que estaría
relacionado con problemas de hiperactividad, sin embargo dichas
complicaciones no afectan por igual a todos los niños prematuros o con bajo
peso al nacer, por lo que sería considerado como uno de los factores
predisponentes, pues hacen al niño más vulnerable a la influencia negativa
de otras variables ambientales.
10. Finalmente, los factores aquí mencionados pueden interactuar conjuntamente a
distintos niveles e intensidad, en tanto que los estudios se inclinan mayormente a
considerar el desbalance bioquímico como causa principal del trastorno, por lo
pronto se continúa admitiendo la idea que sugiere una etiología multifactorial, al
no identificar un factor causal único.
11. ¿Qué es el TDAH y el DAH?
La diferencia entre el TDAH y DAH radica en el origen (qué lo causa) y por lo
tanto el tratamiento médico para superarlos es distinto, sin embargo las estrategias
que se utilizan en casa y escuela pueden ser iguales.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un síndrome que
se reconoce como primario y cuya causa se encuentra relacionada muy
probablemente, con factores genéticos y/o neurológicos por una deficiencia en el
funcionamiento de neurotransmisores y se caracteriza principalmente por: la
inatención (falta de atención y concentración), impulsividad e hiperactividad,
síntomas que afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo
padecen; particularmente si este trastorno no es detectado y manejado a tiempo.
El Déficit de Atención e Hiperactividad (DAH) , es un conjunto de síntomas de
inatención (falta de atención y concentración), impulsividad e hiperactividad que
se presentan de manera secundaria a otros padecimientos y afectan el desarrollo y
la calidad de vida de las personas que lo padecen; particularmente si no es
detectado y manejado a tiempo.
12. Diagnostico
La detección precoz, así como un diagnóstico e intervención adecuados, serán
fundamentales para la prevención o manejo de los problemas asociados al
trastorno, determinando en gran medida la evolución del mismo.
El diagnóstico debe realizarlo preferentemente un equipo multidisciplinar
integrado al menos por un psicólogo clínico y si el caso lo amerita por un
profesional de la salud en nuestro caso medicina pediátrica infantil con
conocimientos sobre el TDAH. Los padres y profesores habitualmente detectan
problemas y los profesionales establecen el diagnóstico.
Fundamentalmente, el diagnóstico se basa en una evaluación a nivel médico,
psicológico y pedagógico orientada respectivamente a determinar las condiciones
físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje.
Con todo esto se podrá descartar que las dificultades de comportamiento o/y
rendimiento escolar se deban a otros causas distintas del TDAH.
El diagnóstico del TDAH puede ser dificultoso por la presencia de comorbilidad y
de síntomas del trastorno en otras entidades diagnósticas, que dificulta el
diagnóstico diferencial, para su realización se necesitará información de los padres,
de los profesores y del propio niño y es importante utilizar diferentes instrumentos
diagnósticos como cuestionarios, entrevistas clínicas, pruebas y si es posible la
observación directa del niño en la misma escuela. Actualmente no existen pruebas
ni biológicas ni psicológicas que establezcan el diagnóstico, éste se establece por
criterio clínico, pero los instrumentos de evaluación complementan y aportan
información fundamental para el clínico que debe establecer el diagnóstico.
13. Hay sujetos con dificultades en la capacidad atencional y de autocontrol que no
implicarán deterioro en su vida académica, social o familiar y por tanto no podrán
ser diagnosticados como TDAH, serán niños/as con problemas o dificultades en las
áreas de atención y autocontrol. Estos niños pueden beneficiarse de las mismas
estrategias cognitivo-conductuales que se utilizan en los sujetos con TDAH.
El TDAH se clasifica dentro de los trastornos mentales. Principalmente el
diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-IV, que son los
criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría
(1994) o del CIE-10 (1992) que son los reconocidos y establecidos por la OMS,
ambas clasificaciones están reconocidas internacionalmente.
Una evaluación completa del niño, aportará información fundamental para
establecer el diagnóstico y para establecer el plan terapéutico.
La edad "ideal" para acudir al profesional, dependerá de las características de cada
caso. En principio, siempre que se observan problemas en el funcionamiento
cotidiano de un niño respecto a lo esperable por su edad de desarrollo, o si es un
niño al que no se consigue manejar educativamente está justificada la consulta con
un profesional.
No obstante, como se ha señalado con anterioridad, en general las manifestaciones
del TDAH se empiezan a observar claramente con el inicio de la escuela primaria,
cuando aumenta el nivel de exigencia referente a la atención y autocontrol en clase,
el horario es más estructurado y disminuye el grado de supervisión individualizada
en detrimento de la exigencia de un mayor grado de autonomía.
14. Tratamiento
El tratamiento se considera que debe ser multimodal, en este están implicados uno
o varios profesionales clínicos, maestros-profesores, padres y el propio sujeto que
sufre TDAH. Se requieren de distintas intervenciones:
* Intervención psicológica
* Intervención educativa o escolar
* Intervención médica homeópatica
Incluso se considera imprescindible para el abordaje del TDAH la necesidad de
una cooperación estrecha entre padres, pacientes, y escuela, siendo el profesional
clínico una especie de coordinador. Es importante valorar que es un trastorno
crónico que por su curso longevo va a necesitar continuos planteamientos
terapéuticos ante situaciones problemáticas de nueva aparición. Por lo tanto el plan
terapéutico deberá individualizarse de acuerdo a los síntomas y a objetivos
concretos (M.García-Giral y R. Nicolau, 2001)
La guía clínica para el TDAH publicada por Taylor et al (1998) también propone el
tratamiento multimodal como tratamiento de elección, y en el artículo que el
mismo Taylor publica sobre el grupo de profesionales Europeos (Taylor 1999)
afirma "parecería como si la combinación de tratamiento comportamental con la
medicación, es de particular importancia para obtener una respuesta excelente".
15. El tratamiento multimodal incluye:
Entrenamiento a padres.
Intervención escolar.
Tratamiento al niño básicamente haciendo uso de procedimientos
conductuales, de autocontrol de la rabia y autoinstruccionales.
Intervención farmacológica homeopática
Los síntomas nucleares del trastorno: déficit de atención, hiperactividad e
impulsividad son los que orientarán sobre la primera intervención a realizar.
16. Intervención psicológica aplicada al niño
El tratamiento al niño se basa en el uso de procedimientos conductuales, de
autocontrol de la rabia y autoinstruccionales, con el objetivo de fomentar el
autocontrol y el pensamiento reflexivo.
También es importante el entrenamiento en habilidades sociales y en técnicas para
mejorar la autoestima. Los niños y adolescentes que presenten trastornos de
aprendizaje o fracaso escolar además requerirán de un abordaje psicopedagógico
preferentemente individual o en pareja.
Los niños con TDAH tienen dificultades en el control de la conducta y de las
emociones, para conseguir un control de la conducta primero debe existir un
control externo de la misma ya que éste es el proceso natural de adquisición del
control de uno mismo, este control externo es el que se intenta fomentar mediante
el uso adecuado de estrategias educativas, que padres y maestros deben aplicar con
coherencia y persistencia. Con el paso del tiempo este control externo se interioriza
y el niño adquiere mayor autocontrol, pues le aporta mayores beneficios en cuanto
a adaptación familiar, social o académica. Con el manejo de contingencias se
facilita el control externo de la conducta, para que el niño viva las ventajas de este
control (recibir aprobación social, incremento de la sensación de autoeficacia y
aumento de la autoestima ) y se motive para ejercerlo de forma autónoma.
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización
ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los procedimientos
autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo
que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones
para incrementar su autocontrol.
17. positiva en la homeopatía, los cólicos y los trastornos emocionales y conductuales
tales como TDAH, depresión, ansiedad, terror nocturno, etc.
En este punto se debe recalcar que la medicación homeopática para cada caso se
dará después de la consulta y revisando caracteristicas y necesidades propias de
cada paciente, esto se da en función de la patología, características de la
personalidad, modo reaccional etc.
Algunos de los medicamentos homeopáticos unicistas mas utilizados para esta
patología son:
Chamomilla
Calcárea Carbónica
Calcárea Fluórica
Valeriana
Kalium Phosphoricum
Staphisagria
Terapia Floral para el TDAH
También es de mucha utilidad la combinación con Terapia Floral (flores de Bach),
aquí algunas de las mas utilizadas para TDAH
Clematis
Cherry plum.
Impatiens.
Larch.
Verbena.
A continuación enunciamos otros tratamientos alternativos de mucha utilidad para
tomar en cuenta:
Fitoterapia para el TDAH
Ginkgo biloba: aumenta el riego sanguíneo en el cerebro, facilitando que las
neuronas reciban mayor cantidad de oxígeno y nutrientes. De este modo
aumenta la capacidad de concentración y la mejoría de la memoria.
18. Vincapervinca: actúa a nivel del tejido cerebral, mejorando la oxigenación
de las células.
Ginseng y eleuterococo: tonifican y aumentan la capacidad para la
concentración y la memoria.
Avena, verbena, escutelaria y zapatito de dama: ayudan a reducir la tensión
nerviosa y tonifica el sistema nervioso central.
Tila y pasiflora: en casos de ansiedad y tensión nerviosa.
Vitaminas y oligoelementos para el TDAH
Vitaminas del grupo B: concretamente B1, B2, B5, B6 y B12: actúan en la
transmisión de la corriente nerviosa y la formación de las membranas de
fosfolípidos, moléculas que desempeñan un papel importante en todos los
intercambios entre neuronas.
Vitamina E: actúa como un potente antioxidante cerebral, protegiendo las
neuronas.
Fósforo y calcio: resultan importantes para el funcionamiento del
metabolismo de las neuronas.
Cobre: es necesario para el metabolismo del fósforo y calcio.
Silicio: protege contra el envejecimiento, estimula el sistema nervioso y
actúa contra la atonía cerebral y deficiencia intelectual.
Complementos dietéticos para el TDAH
Lecitina de soja: es un complejo natural de fosfolípidos que se encuentra en
las semillas de la soja y en las membranas de las células nerviosas y del
cerebro. Ayuda a mantener una buena transmisión de los impulsos nerviosos
lo que mejora el rendimiento intelectual.
Aceite de onagra: regula la función cerebral, controlando las sustancias
transmisoras del sistema nervioso.
Levadura de cerveza: debido a su alto contenido en vitaminas del grupo B y
calcio, resulta uno de los mejores aliados del cerebro.
19. Consecuencias del TDAH
Consecuencias en el ámbito escolar
Los niños con TDAH no tratados suelen tener problemas en la escuela.
Es frecuente que:
Se hayan realizado adaptaciones curriculares o que estén en cursos inferiores
a lo esperado para su edad;
Obtengan bajas puntuaciones en tests de inteligencia o de habilidades a
causa de lagunas en el aprendizaje
Tengan dificultades para aprobar los exámenes por no fijarse bien en las
preguntas (inatención) o por dar respuestas precipitadas (impulsividad);
Suspendan por no completar o entregar las tareas para casa.
No es raro que
Tengan roces con otros estudiantes o compañeros (agresiones por
impulsividad; no someterse a las normas o reglas en los juegos)
Terminen siendo rechazados.
Ocupen lugares especiales en clase (donde no molesten, pero también donde
más difícil es mantener la atención en clase)
Sean amonestados o incluso expulsados del colegio.
20. Consecuencias familiares
Convivir con un niño hiperactivo puede ser muy difícil: hablan sin parar, parece
que no sepan jugar solos, y cuando lo hacen nunca es en silencio; de una manera u
otra siempre hay que estar prestándoles atención, y con frecuencia plantan cara o
desobedecen. Y todo ésto pese a múltiples intentos de educarlos. Así las cosas, no
es raro que al cabo de los años que muchos padres "tiren la toalla" y dejen de
hacer caso a su hijo o que sólo hablen con él para criticarlos. Es en ese momento
cuando se perpetúan los problemas.
En aquellos en los que predomina la inatención los problemas son de otra índole:
"vagar o flotar por el espacio", "soñar despiertos", “estar en las nubes”… Suelen
ser o parecer tímidos, recibir críticas contínuas por ser “vagos” o “un despiste”,
repetir curso con frecuencia (si el sistema educativo lo permite) o estar bajo
adaptaciones curriculares. Tras años de fracasos y críticas la autoestima se resiente
y pueden presentar síntomas depresivos y ansiosos. Por otra parte, es más difícil
que tengan problemas o que sean rechazados por sus iguales.
Los estudios demuestran que las familias de los niños con TDAH (subtipo
hiperactivo o combinado) presentan:
Mayores niveles de estrés
Vida social muy reducida (al círculo familiar más próximo)
Alta frecuencia de separaciones
Importante sensación de soledad y abandono
Frecuencia elevada de síntomas depresivos (sobre todo en las madres)
21.
22. Trastornos asociados
Con mucha frecuencia el TDAH no viene sólo. Cerca de dos terceras partes de los
niños remitidos a consulta por TDAH presentan otro trastorno asociado (o sea, que
el TDAH "puro", sin nada más, es en realidad lo menos frecuente).
A continuación mostramos una lista de los diagnósticos más frecuentemente
encontrados junto con el TDAH (en algún momento de la vida del paciente):
Trastorno Negativista-Desafiante (TND): 50-75%
Trastorno Disocial (TD) 20-50%
Trastornos por abuso de drogas: 12-24%
Trastornos de ansiedad: 25%
Trastornos afectivos: 20-30%
Trastornos del sueño.
Trastorno de Tics.
Trastornos de la coordinación motora.
Trastornos específicos del aprendizaje.: 20%
Problemas intelectuales.
Lesiones y accidentes.