1. Fundada hace alrededor de 4.000 años a. C., la Ciudad Antigua está dividida en
cuatro barrios: musulmán, cristiano, judío y armenio. Las actuales murallas que
rodean la Ciudad Antigua fueron construidas por el sultán otomano Suleiman
Al-Qanouni, en 1542. La muralla tiene una longitud de aproximadamente 4 Km
y rodea una superficie de apenas 1 km².
2. •
La Ciudad Antigua alberga 25 mezquitas, 65 iglesias y 20 sinagogas. Las murallas
que rodean la Ciudad Antigua de Jerusalén tienen 11 puertas, siete de las cuales
se encuentran abiertas en la actualidad: la Puerta de Damasco, la Puerta de
Herodes, la Puerta de Jaffa, la Puerta de Zion, la Puerta de Al-Mahgarbeh, la
Puerta de los Leones/Puerta de San Esteban y la Puerta Nueva. La Puerta de Oro
está cerrada, fue sellada durante las Cruzadas.
3. Era un tipo de sociedad introvertida y fuertemente jerarquizada en la que las relaciones
comunitarias son mínimas. La vida se desarrolla dentro de la vivienda, muy espaciosa y
lujosa, sin apenas vanos exteriores. El aspecto de la ciudad islámica es muy pobre ya
que tiende a carecer de adornos. Damasco, Bagdad, El
Cairo, Fez, Marraquech, Córdoba, Toledo, son ciudades islámicas bien porque se
crearon de nueva planta bien porque se transformaron tan intensamente que no es
posible descubrir en su plano la morfología anterior.
4. •
El callejero es irregular y estrecho en el que con frecuencia hay calles que no
tienen salida o dan a los adarves. Son auténticos laberintos. Muchas de estas
calles forman barrios con puertas que se cierran por la noche y los días de
fiesta, aislándolos del resto de la ciudad. No hay en la ciudad islámica plazas,
edificios públicos y de diversión, como teatros y circos. Los únicos lugares
comunes son los baños, el zoco y la mezquita.
5. Las ciudades medievales nacieron con la expansión agrícola iniciada en el siglo XI que
generó prosperidad económica y favoreció los intercambios comerciales, que se
realizaban en núcleos urbanos ya existentes, aunque despoblados desde el fin
del Imperio Romano. Estos intercambios también se llevaban a cabo en los castillos y
en los monasterios del feudo, especialmente si estaban situados en alguna ruta
comercial transitada o tenía puerto.
6. •
Las ciudades medievales estaban rodeadas de altas murallas para su protección. En
sus puertas se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la
ciudad. Las puertas se cerraban por la noche.
• Los edificios más destacados eran la catedral, el ayuntamiento y los palacios de
algunos nobles y burgueses. La ciudad se dividía en barrios, cada uno con su propia
parroquia. El resto del espacio estaba ocupado por un enjambre de calles estrechas y
tortuosas, entre las que, en ocasiones, había pequeños huertos.
7. •
Tanto arquitectónicamente como urbanísticamente se vuelve a ideales
griegos y romanos, siendo la gran referencia el arquitecto romano Vitrubio.
Vitrubio postulaba que la ciudad debía ser octogonal para hacer frente a
los 8 vientos dominantes. Siguiendo este esquema, los pensadores de la
época diseñan sus ciudades ideales. La arquitectura sí se ve muy marcada
por el Renacimiento y todos los nuevos edificios son copias de los clásicos.
En urbanismo no se nota tanto los ideales renacentistas, pues no se hacen
apenas ciudades, la peste de 1318 las vacía
La ciudad de Sforzinda,
de Filarete, es una utopía
urbanística renacentista.
8. Características generales del urbanismo renacentista:
•
•
Preocupación defensiva: aparecen nuevas armas de artillería, las murallas
deben ser más fuertes para resistir los ataques.
Esteticismo: la belleza como elemento constructivo. En este campo se
desarrollará una importante arquitectura paisajística que tratará de combinar
e integrar construcciones y naturaleza.
•
Regularidad: las ciudades
tienden a formas que recuerdan la
circunferencia (estrella, octógono o
circunferencia) y sus calles o
son ortogonales o tienden
al radiocentrismo. Se intenta
mantener la regularidad en la altura
de los edificios.
9. •
•
•
•
Higiene: las ciudades que se proyectan han de mejorar la salubridad urbana.
Orden: cada cosa está en su sitio. Las leproserías y edificios que desprenden
olores se sitúan en la zona por donde sale el aire de la ciudad. La ciudad se
construye en octógono para refugiarse de los ocho vientos dominantes. Cada
barrio se dedica a una cosa.
Calles: alineaciones rectas, ortogonales. No son un mero lugar de tránsito, sino
un lugar donde contemplar los edificios. El espacio urbano se concibe, en cierta
forma, como escenografía para la contemplación de los bellos edificios que se
levantan, respetando la perspectiva y facilitando su disfrute estético.
Plazas: para reunión y contemplación de edificios. La plaza recuerda el antiguo
foro o ágora; sigue siendo, en las ciudades, el espacio donde se concentra y se
hace visible la vida ciudadana.
10. En la arquitectura barroca, los
conceptos de volumen y simetría
vigentes en el renacimiento son
reemplazados por el dinamismo y
la teatralidad. El producto de este
nuevo modo de diseñar los
espacios es una edificación de
proporciones ciclópeas en la que,
más que la exactitud de la
geometría, prima la superposición
de planos y volúmenes, un recurso
tendente a lograr diferentes
efectos ópticos y contrastes
cromáticos y lumínicos, tanto en
las fachadas como en el diseño de
los interiores. Hay que añadir,
además, el interés por el
movimiento, el papel destacado
de la decoración, etc
11. Las
proporciones
antropomórficas de las
columnas renacentistas se
vieron duplicadas, orden
gigante, para poder recorrer
interrumpidamente
las
nuevas fachadas de doble
planta,
siguiendo
los
primeros
arquitectos
barrocos, como Maderno, el
modelo de la fachada de
la Iglesia del Gesú de Roma,
de Giacomo della Porta.
12. A partir de 1630, comienzan a
proliferar las plantas elípticas y
ovaladas de menores
dimensiones, lo que pronto se
convertiría en uno de los rasgos
arquitectónicos típicos del
barroco. Son las iglesias de
Bernini y Borromini, en las que
las formas redondeadas
reemplazaron a las anguladas, y
los muros parecen curvarse de
adentro hacia afuera y viceversa,
en sucesión cóncava y convexa,
dotando al conjunto de un fuerte
dinamismo.
13. • Con respecto a la arquitectura palaciega, el palacio barroco se
halla organizado en tres plantas y en lugar de concentrarse en
un sólo bloque cúbico, como el renacentista, parece
extenderse ilimitadamente, en varias alas, sobre el paisaje, en
una repetición interminable de columnas y ventanas. El más
emblemático es el Palacio de Versalles, del arquitecto
francés Mansart.