Manejo integrado enfermedades económicas vid Colombia
1. 1
Manejo integrado de las enfermedades de importancia
económica de la vid en Colombia
Introducción
En Colombia las pérdidas ocasionadas por las enfermedades causadas por hongos y virus
son muy limitantes en el cultivo de la vid, porque disminuyen hasta un 80% de cada
cosecha, reducen la calidad, incrementan los costos de producción y reducen el vigor y
longevidad de los viñedos.
En el país hay enfermedades causadas por hongos que son endémicas, esto es, son
prevalentes y están bien establecidas. Además, las condiciones climáticas son favorables
para el desarrollo de epidemias causadas por las enfermedades de origen fungoso. Las
principales son: el mildiu, el oidium, la botritis y la roya. También se presentan las
enfermedades ocasionadas por virus, que causan deformaciones y reducen apreciablemente
el vigor y la longevidad de los viñedos.
Las variedades que son ampliamente cultivadas en Colombia son muy susceptibles a las
enfermedades causadas por hongos y virus. Al estudiar el desarrollo se observan varios
períodos que son muy vulnerables al ataque de las enfermedades fungosas, las cuales
corresponden a la brotación, la floración y el cuajamiento de los frutos, durante los cuales
hay sucesivos períodos de producción de nuevas hojas y brotes que son muy susceptibles al
ataque. Luego, hay otro período de susceptibilidad durante el envero.
El manejo integrado de las enfermedades de la vid constituye el enfoque moderno de
control y se basa en la integración de métodos biológicos, culturales, físicos y químicos,
dentro de un sistema diseñado para proveer protección a largo plazo a la planta.
Con el manejo integrado se reducen las infecciones desde el principio del ciclo de
producción, así como la producción de nuevas infecciones durante el ciclo. Esto se logra
por medio de medidas como la remoción del tejido enfermo, el uso de métodos culturales
como poda apropiada, construcción de drenajes, y control de malezas para evitar el
ambiente favorable al desarrollo d e enfermedades fungosas, manejo adecuado del descanso
y la aplicación preventiva de fungicidas, teniendo en cuenta las épocas críticas del
desarrollo de la vid.
Para los viticultores es conveniente conocer los aspectos importantes de cada enfermedad
para planear y realizar su manejo y control de manera adecuada.
2. 2
1- ENFERMEDADES CAUSADAS POR HONGOS
Mildiu
Llamado también mildiu velloso es causado por el hongo Plasmopara viticola (Berk. &
Curt.) Berl. & de Toni. Se considera que esta enfermedad es el principal problema de la
producción de vid en Colombia, especialmente en las variedades que pertenecen a Vitis
vinifera. El cultivar “Isabella” es moderadamente resistente. Esta enfermedad es el
principal limitante de la producción de uva para vino, a nivel mundial.
El mildiu ataca todas las partes verdes de la planta, principalmente las hojas, donde se
presentan manchas amarillentas de apariencia aceitosa. La producción de las esporas del
hongo ocurre en el envés de la hoja, tejido que se torna de consistencia algodonosa y de
color blanco. Las lesiones de las hojas son importantes como fuente de inóculo para la
infección de inflorescencias y racimos y como órgano donde se efectúa la sobrevivencia del
hongo entre los ciclos de producción.
Los terminales infectados se engruesan y doblan, se cubren del crecimiento blanco del
hongo, luego se tornan de color café y mueren. Síntomas similares se observan en pecíolos,
brotes e inflorescencias jóvenes, los cuales se tornan cafés, se secan y caen. Los frutos
jóvenes son muy susceptibles y al infectarse se cubren por las estructuras del hongo, el cual
también ataca el raquis del racimo causando una pudrición café, sin esporulación. Los
frutos atacados caen y dejan una cicatriz seca en el pedicelo.
El hongo sobrevive en forma de esporas en los órganos infectados, los cuales caen al suelo
con la poda; estas esporas sobreviven mejor en los residuos sobre las capas superficiales del
suelo húmedo. El hongo también sobrevive como micelio en las yemas. Las esporas en
contacto con la humedad germinan e inmediatamente causan la infección. Las esporas son
diseminadas por el salpique ocasionando por la lluvia y por el viento.
El hongo penetra únicamente por los estomas. El periodo que transcurre entre la
germinación de las esporas y la penetración es menor de 90 minutos, cuando las
condiciones son óptimas y sucede en presencia de una película de agua sobre los tejidos. El
tiempo que transcurre entre la infección y la aparición de los síntomas es de dos a cuatro
días.
El mildiu es favorecido por todos los factores que incrementan el contenido de humedad en
el suelo, en el aire y en el follaje de la planta, por lo tanto la lluvia es el principal factor que
favorece una epidemia de esta enfermedad, ayudada por el exceso de follaje, mal control de
malezas y drenaje deficiente. Los periodos sucesivos de lluvia estimulan la producción de
brotes nuevos que son susceptibles y tienen un gran número de estomas, lo cual asegura
infecciones nuevas.
3. 3
Una vez se observan las primeras infecciones en el campo, si las condiciones favorables de
alta humedad persisten por un período de cuatro días, el hongo puede afectar la totalidad del
viñedo, dependiendo de la cantidad de inóculo primario que sobrevive del ciclo de
producción anterior.
En los departamentos de Boyacá, Huila y Santander del Norte, la mayoría de los viñedos
están localizados en áreas con baja precipitación, por debajo de los 800 mm al año, con dos
épocas de lluvias durante los meses de Marzo, Abril y Mayo y Septiembre, Octubre y
Noviembre. La baja precipitación limita la diseminación del Mildiu velloso y se constituye
en una ventaja para la producción de uva para vino en estas regiones. Sin embargo, en las
épocas de prolongación de las lluvias, como ocurre con los fenómenos climáticos de “El
Niño” y “La Niña”, la diseminación del hongo se ve favorecida y causa grandes daños.
Oidium
Conocido también como cenicilla es causado por el hongo Uncinula necator (Schw.) Burr.
El hongo ataca todos los tejidos verdes de la vid y penetra sólo las células epidermales, pero
afecta también las células vecinas. La presencia del hongo y las esporas le dan una
apariencia polvosa de color gris blanquecino a los órganos atacados. El haz y el envés son
igualmente susceptibles a la infección en cualquier edad de la hoja. Las hojas jóvenes que
son afectadas por el hongo se deforman y detienen su crecimiento.
Los peciolos y el raquis del racimo son susceptibles a la infección durante todo el ciclo de
crecimiento, los cuales se tornan quebradizos cuando se infectan.
La infección de la inflorescencia, antes o inmediatamente después de la floración, resulta en
racimos muy ralos y en la pérdida o reducción dramática de la producción. Los frutos son
susceptibles hasta que el contenido de azucares llega al 8%, aunque las infecciones ya
establecidas continúan hasta que los frutos tienen un 15% de azúcar.
Si los frutos se infectan antes de terminar su crecimiento, las células epidérmicas mueren y
el fruto se parte, infectándose con frecuencia de botrytis.
El hongo sobrevive en forma de micelio en dormancia en las yemas y en las cañas. Al
iniciarse el nuevo ciclo de producción, las esporas formadas son diseminadas por el viento.
El hongo es favorecido por condiciones climáticas secas. La lluvia o periodos húmedos
prolongados inhiben la germinación de las esporas y por encima de los 40°C las destruye.
Botrytis
Llamada también pudrición gris, es causada por el hongo Botrytis cinerea Pers., ocasiona
una considerable pérdida en la calidad y rendimiento de la cosecha.
4. 4
El hongo invade la inflorescencia antes de la caída de las cubiertas florales. Al final de la
floración, la botrytis crece en las cubiertas de la inflorescencia, en los estambres y en los
frutos abortados. Desde estos tejidos ataca el pedicelo y el raquis del racimo, formando
pequeñas lesiones de color café, que luego se tornan oscuras, casi negras. Hacia la época de
cosecha estas lesiones rodean el pedicelo y el raquis y las porciones del racimo por debajo
de la lesión se secan.
Después del envero, los frutos se infectan a través de la epidermis o de heridas; la pudrición
invade progresivamente el racimo y en racimos compactos la pudrición avanza
rápidamente.
El hongo sobrevive en la corteza y en las yemas. Al principio del ciclo las esporas son la
fuente de inóculo para la infección al iniciar la floración. Las esporas son diseminadas por
el salpique de la lluvia y por el viento.
En ciertas condiciones, el ovario se infecta al final de la floración, pero la infección
permanece latente hasta la iniciación del envero.
Roya
Es causada por el hongo Phakopsora uva. L enfermedad es muy destructiva cuando no se
controla oportunamente.
Los primeros síntomas aparecen en forma de pequeñas manchas esparcidas o densamente
distribuidas, de color amarillo en el envés de las hojas y ocasionalmente aparece en los
pecíolos, brotes jóvenes y raquis. Más tarde, en el haz aparecen manchas de tejido muerto.
Generalmente, las primeras lesiones aparecen sobre las hojas maduras, aproximadamente,
unos 60-70 días después de la poda.
Las infecciones severas de roya causan una defoliación prematura de la planta que
ocasionan deficiencias en el llenado y madurez de los frutos. La defoliación prematura,
también ocasiona la brotación de las yemas durante el período de descanso, que es muy
detrimental para la cosecha siguiente, al utilizar la planta las reservas que utilizará para la
brotación y la formación inicial de los racimos.
Phomopsis
Desde hace unos seis años se detectó en el Departamento de Boyacá la presencia del daño
causado por Phomopsis viticola, agente causal de manchas en hojas y sarmientos de la vid.
El hongo causa pequeñas lesiones necróticas en hojas, brotes, raquis del racimo, racimos y
5. 5
sarmientos. El hongo también ha sido detectado en el Valle del Cauca en la variedad Red
Globe, que muestra susceptibilidad al ataque.
El hongo reduce el número de racimos y el rendimiento. Los brotes afectados son muy
débiles, afectando el desarrollo de la siguiente cosecha. La infección de los racimos ocurre
durante períodos de lluvia, que posteriormente ocasiona problemas de post-cosecha.
Los primeros síntomas aparecen en la lámina foliar y en las venas como pequeñas manchas
de color oscuro con borde amarillo. Estas manchas coalescen y destruyen porciones del
área foliar.
El principal daño se observa en la base de los brotes, sobre los cuales aparecen manchas
necróticas. Estas manchas crecen hasta unos 6 mm y en la epidermis de los brotes se
forman cuarteaduras, donde se desarrollan las estructuras del hongo. Los brotes tienen un
crecimiento retardado, aparecen con entrenudos cortos y se quiebran fácilmente.
El patógeno también infecta los racimos en los cuales se tornan de color café y causa
pudrición. Los frutos afectados se desprenden dejando una cicatriz en el raquis.
La infección inicial ocurre cuando empieza la lluvia después de la poda, al momento de
iniciarse el brote de las yemas, a partir de conidias procedentes del tejido infectado. La
diseminación del hongo es localizado dentro del viñedo, permaneciendo cerca de la fuente
de inóculo.
2- RECOMENDACIONES SOBRE EL MANEJO INTEGRADO DE LAS
ENFERMEDADES FUNGOSAS DE LA VID
Una vez se realiza la poda y se inicia el ciclo de producción de la vid, se proporcionan las
condiciones de humedad que son apropiadas para el desarrollode la planta. Esta humedad
también favorece el desarrollo de los hongos que afectan la vid. A medida que transcurre la
brotación, aumenta la cantidad de tejido tierno y suculento que puede ser atacado por las
enfermedades.
El manejo integrado de las enfermedades de la vid constituye el enfoque moderno de
control y se basa en la integración de métodos biológicos, culturales, físicos y químicos,
dentro de un sistema diseñado para promover la protección de la planta a largo plazo.
Por las consideraciones anteriores y con el objeto de lograr un alto rendimiento y buena
calidad, con un costo económico, se recomienda el seguimiento de un plan de manejo
integrado de las enfermedades de la vid, el cual comprende:
A. Remoción y destrucción de los residuos de la poda
6. 6
Las esporas del mildiu, el oidium, la botrytis y la Phomopsis sobreviven en los tejidos de
las hojas y los sarmientos que han sido atacados en la cosecha anterior.
En el caso de la Phomopsis se debe remover todo el tejido infectado al momento de la poda.
Este tejido se debe retirar del viñedo y ser destruído por medio de la quema o enterrándolo.
B. Fertilización de acuerdo con los análisis foliar y del suelo.
La vid tiene alto requerimiento de potasio para la producción de los racimos. Además, el
potasio da resistencia a la pared celular para evitar las infecciones.
El exceso de nitrógeno provoca la formación de bastante follaje que favorece el exceso de
humedad y también resulta en paredes celulares débiles que facilitan la infección, además
contribuye a los ataques de botrytis.
Si se contrarrestan las deficiencias de boro y zinc existentes en los suelos de varias regiones
en Colombia, se ayuda a prevenir ataques de algunos patógenos al racimo y se mejora la
calidad del mismo. En algunos suelos del Departamento de Boyacá adicionalmente se
presenta las deficiencias de Magnesio en los suelos donde se cultiva la vid.
C. Humedad adecuada en el suelo y en el ambiente del viñedo.
La presencia de una película de agua por periodos prolongados sobre los tejidos, llamada
por los viticultores como “helada” o “niebla”, favorece la germinación e infección causada
por mildiu. También favorece los ataques causados por botrytis. La humedad se reduce por
medio de drenajes control de malezas, poda y amarre apropiados.
D. Descanso apropiado al viñedo.
El descanso del viñedo debe ser por lo menos de 60 días después del periodo de cosecha.
Una vez se realiza la cosecha la planta emite nuevas raíces y acumula nutrientes en la raíz,
tallo y sarmientos, que son utilizados para el siguiente periodo de producción. Un manejo
deficiente del descanso conduce a la defoliación causada por el mildiu y a un debilitamiento
de la planta que resulta en reducción del rendimiento y calidad de la cosecha siguiente.
Durante el descanso se deben suministrar riegos espaciados y una protección del follaje.
E. Aplicación preventiva con fungicidas.
La aplicación de fungicidas complementa las prácticas de manejo integrado recomendadas
en los párrafos anteriores, para evitar el daño causado por las enfermedades. La protección
con fungicidas es necesaria debido a la susceptibilidad de las variedades cultivadas.
Al estudiar el desarrollo de la vid se observan varios períodos críticos que son vulnerables
al ataque de las enfermedades que conducen a reducción de la cosecha. Estos periodos
corresponden a la brotación, a la floración y cuajamiento de los frutos y al envero, periodos
7. 7
que son relativamente cortos y en los cuales debe proveer una máxima protección con
fungicidas.
La aplicación de fungicidas, como parte de un plan de manejo integrado de las
enfermedades de la vid, comprende:
a. Desinfección General.
Una vez realizada la poda se debe hacer una desinfección general de la planta. Los hongos
mencionados sobreviven en forma de esporas en las yemas y en la corteza del tallo y las
ramas. Se recomienda utilizar un fungicida de amplio espectro. En el caso de la Phomopsis,
una vez se podan y remueven los tejidos infectados, se debe hacer una aplicación de un
fungicida protector para destruir el inóculo remanente.
b. Aplicación de fungicidas de amplio espectro.
Durante la época de brotación hay un crecimiento rápido de tejidos tiernos con un gran
número de estomas, que comprende tejido foliar y primordios del racimo o “pepinillos”.
Estos tejidos son muy vulnerables a la infección, especialmente por mildiu. Se debe aplicar
fungicidas protectores de amplio espectro.
c. Seguro de cosecha.
Durante el periodo comprendido entre los 50 y los 60 días aproximadamente, ocurren la
floración y el cuajamiento de los frutos. Esta etapa de desarrollo es muy vulnerable al
ataque del mildiu, el oidium y la botrytis. A partir de los 50 días se debe hacer dos
aplicaciones con fungicidas sistémicos. Estas dos aplicaciones se constituyen en un “seguro
de cosecha” para el viticultor, al evitar la pérdida de las inflorescencias por mildiu, que
ocurren en cada cosecha.
d. Susceptibilidad de los frutos a Botrytis.
Al iniciar el envero y con el aumento del contenido de azúcares se incrementa la
susceptibilidad de los frutos al ataque de botrytis. Entre los 170 y a los 190 días aplicar un
fungicida sistémico para prevenir el ataque de botrytis.
e. Aplicación de fungicidas de contacto.
Entre los periodos mencionados en los párrafos a, b, c, y d, aplicar fungicidas de contacto
con el fin de proporcionar una protección que evite la infección causada por los hongos
descritos, según se requiera, de acuerdo con las condiciones climáticas, principalmente
durante los periodos de lluvia para el mildiu y la botrytis y los periodos secos para el
oidium.
8. 8
En relación con la aplicación de fungicidas se deben tener en cuenta estas
recomendaciones, que son muy importantes:
• Los operarios deber usar ropa y equipo apropiados para evitar el contacto e inhalación
de los productos que aplican.
• El equipo de aplicación debe ser el adecuado y calibrado periódicamente, para lograr un
buen efecto de la aplicación y evitar desperdicios y contaminación. Las boquillas se
deben cambiar según lo indique la calibración.
• Evitar el uso de agua dura, con contenido alto de calcio y otros elementos, para hacer la
preparación de las suspensión del fungicida con el objeto de prevenir su precipitación en
el tanque del aspersor, que resultaría en una aplicación inefectiva. Las aguas duras se
pueden tratar con ácido cítrico comercial para rebajar la dureza, o con productos
específicos para dicho propósito.
• Los fungicidas protectores tienen una acción de 5 a 8 días durante el periodo de baja
humedad: Precipitaciones acumuladas de 20 mm ocasionan el lavado del producto,
pero los fungicidas varían en su tenacidad.
• Los fungicidas sistemicos, llamados así porque penetran y circulan en la planta, tienen
un período de acción de 8 a 12 días. Lluvias que caen 4-6 horas después de efectuada la
aplicación no interfieren con la acción del producto.
• Se debe preferir las horas de la mañana, con poco viento, para hacer la aplicación de
fungicidas.
• Se debe evitar la aplicación de fungicidas durante las horas de máxima radiación solar y
alta temperatura, para reducir fitotoxicidad y manchas en los frutos, por ejemplo, con
fungicidas basados en azufre.
• Con el objeto de reducir las probabilidades de desarrollo de resistencia de los hongos
hacia los fungicidas sistémicos, se debe tener en cuenta:
• Evitar la aplicación de fungicidas sistémicos como curativos, esto es, cuando se ha
presentado la enfermedad.
• Realizar un máximo de dos aplicaciones del fungicida durante el ciclo del cultivo, o de
fungicidas sistémicos del mismo grupo.
• Alternar la aplicación de fungicidas sistémicos y protectores.
• Aplicar la dosis recomendada por el fabricante, no reducirla, ni aumentarla.
• Hacer rotación de fungicidas sistémicos que tienen diferente modo de acción.
9. 9
• Los fungicidas sistémicos se deben aplicar acompañados con fungicidas de amplio
espectro. En Colombia, la mayoría de las formulaciones de fungicidas sistémicos
contienen el fungicida protector de amplio espectro.
A medida que se avanza en la aplicación de un programa de manejo integrado de
enfermedades se reducirán los niveles de inoculo e infección presentes en los viñedos, lo
cual trae como consecuencia un ajuste en la aplicación de los fungicidas. Así mismo, se
debe efectuar una evaluación periódica del plan de manejo integrado con el fin de proponer
los ajustes necesarios según lo indiquen los parámetros observados.
3- ENFERMEDADES CAUSADAS POR VIRUS
Enrollamiento de la hoja
Esta enfermedad se disemina rápidamente por medio del material de siembra, a partir de
plantas madres infectadas. Los síntomas no se observan en todas las cepas infectadas.
La enfermedad causa un daño crónico. Hay una reducción de aproximadamente el 20% del
rendimiento en cada cosecha. Debido a que el virus no destruye las cepas, los viticultores
no toman la decisión sobre el reemplazo de las cepas enfermas, por el alto costo del
reemplazo.
Las plantas enfermas son más pequeñas que las plantas sanas. Las hojas, los brotes, los
sarmientos, los troncos y el sistema radical de las plantas enfermas son más pequeños que
las plantas sanas. Hacia la época de la madurez las hojas de las plantas enfermas se
enrollan hacia abajo. Las hojas se tornan amarillas o rojas dependiendo del cultivar. Luego
el espacio entre las venas toma un color amarillo o rojo brillante dependiendo del contenido
de antocianina y los pigmentos presentes en el cultivar. Las venas principales de la hoja
permanecen verdes.
La enfermedad atrasa la madurez de los frutos. A la cosecha el contenido de azúcar de las
bayas es baja y en las variedades rojas el color del fruto es pálido.
Partículas parecidas a un closterovirus se han asociado frecuentemente como el agente
causal de la enfermedad. No se han encontrado vectores para el virus. El virus se disemina
por medio de estacas tomadas de patrones o injertos infectados para obtener nuevas plantas.
El virus se puede eliminar de los viveros por medio de la indexación, método que toma 18
meses para determinar que la cepa está libre del virus y puede ser considerada planta madre.
Utilizando el método de ELISA las determinaciones son rápidas y precisas. La propagación
a partir de plantas madres certificadas controla la diseminación del virus.
10. 10
Flavescencia dorada
En algunos viñedos del Departamento de Boyacá se han observado cepas con síntomas que
son muy similares a las causadas por la Flavescencia dorada. Sin embargo, aún no se ha
realizado un diagnóstico preciso de la enfermedad.
Los primeros síntomas se observan después de la poda, al iniciarse el ciclo de producción.
El crecimiento inicial de los brotes es inhibido y muchas yemas no brotan, los entrenudos
son cortos y parte de las hojas se atrofian. Los sarmientos se doblan.
Las hojas se tornan acartonadas y toman el color amarillo dorado en las variedades blancas
y roja en las variedades negras. Si los primeros síntomas aparecen antes de la floración, la
inflorescencia se necrosa y se seca. Si los síntomas aparecen más tarde, el raquis del racimo
toma un color oscuro, se seca y el fruto se torna fibroso y de un sabor ácido fuerte.
Los síntomas de la Flavescencia dorada se confunden con los de enfermedades 3causadas
por virus tales como el enrollamiento de la hoja, la corchosis o corky bark y el sindrome de
amarillamiento causada por la deformación en abanico.
La Flavescencia dorada es causada por un organismo similar a un mycoplasma, el cual es
transmitido por un cicadélido. Una vez la enfermedad se introduce en una nueva área llega
a ser endémica y se constituye en un gran riesgo por su transmisión a través de los insectos
vectores. Por tal motivo, se deben destruír las plantas que muestren los síntomas típicos de
la enfermedad.
BIBLIOGRAFIA
BULIT, J. U. and LAFON, R. 1978. Powdery mildew of the vine. In: The powdery
myldews, ed., Spencer, D. M. Academic Press, New York. pp. 525-548.
FLAHERTY, D. L., et al. 1992. Grape Pest Managment. Univ. California, Div. Agric.
Sciences, Davis, CA, USA., 321 pp.
FRAZIER, N. W., Ed. 1970. Virus diseases of small fruits and grapevines. Publ. 405b.
Univ. Calif., Berkeley, Div. Agric. Sci.
FRY , W. E. 1982. Principles of Plant Disease Managment. Academic Press, New York.
378 pp.
GALINDO, J. J. 1999. Estado fitosanitario de los cultivos de vid en el Departamento de
Boyacá. ICA-CENIUVA. Bogotá. 27 pp.
11. 11
GALINDO, J. J. y TORO, J. C. 1996. Manejo integrado del mildiu, Plasmopara viticola,
de la vid cv Isabella en Ginebra, Valle. Pag. 77. In: Memorias, XVII Cong. Nal.
Fitopat., Paipa, Colombia. 130 pp.
GALINDO, J. J., TORO, J. C. y GARCIA A. 1996. Manejo Técnico del Cultivo de la vid
en el Valle Del Cauca. Boletín Técnico, CENIUVA, Ginebra, Valle. 52 pp.
MUÑOZ, L. A., CABRA, J. A., GALVEZ, G. y GALINDO, J. J. 1999. Detección de
Grapevine Leafroll Virus (GLRV) y Grapevine Corky Bark Virus (GVA) en Vitis
labrusca cv Isabella en el Valle del Cauca. In: Pag. 11. Memorias, XX Cong. Nal.
Fitopatología. Manizales. 164 pp.
PEARSON, R. C. and GOHEEN, A. C. 1988. Compendium of Grape Diseases. The
American Phytopathological Society. St. Paul, Minnesota, USA. 93 pp.
PEREZ DE OBANOS, J. J. 1989. Defensa fitosanitaria del viñedo en Navarra. Nutri-fitos
89:5-19.
PINE. T. S. 1959. Development of the grape dead-arm disease. Phytopathology 49:738-
743.
REYNIER, A. 1989. Manual de viticultura. Edit. Mundi-Prensa, Madrid. 382 pp.
RIVERA, A. L., GALINDO, J. J., MARMOLEJO, F. y SATIZABAL, J. 1999. Efecto de
dos sistemas de manejo del mildeo velloso Plasmopara viticola en la productividad
de la vid cv Isabella en Ginebra, Valle. Pag. 85. In; Memorias, XX Cong. Nal.
Fitopatología. Manizales. 164 pp.
RIVERA, A. L., GALINDO, J. J., MARMOLEJO, F. y SATIZABAL, J. 2.000. Efecto de
dos sistemas de manejo del mildeo velloso Plasmopara viticola en la productividad
de la vid cv Isabella en Ginebra, Valle. ASCOLFI-Informa 26(1):2-3.
RIVERA, A. L., GALINDO, J. J., MARMOLEJO, F. y SATIZABAL, J. 2.000.
Epidemiología del mildeo velloso Plasmopara viticola en la vid Vitis labrusca cv
Isabella en Ginebra, Valle. In: Pag. 24. Memorias, XXI Cong. Nal. Fitopatología,
Manizales. 64 pp.
RIVERA, A. L., GALINDO, J. J., MARMOLEJO, F. y SATIZABAL, J. 2.000.
Epidemiología de la roya Phakopsora uva en la vid Vitis labrusca cv Isabella en
Ginebra, Valle. In: Pag. 25. Memorias, XXI Cong. Nal. Fitopatología, Manizales. 64
pp.
WINKLER, A. J. 1981. Viticultura. CEGSA, Méjico. 792 pp.