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Luis Rivas. Crónica
1. UN VIAJE EN FAMILIA
Cuando tenía 9 años, con toda mi familia fuimos de viaje a Chincha. Fue un momento
muy lindo, en el que todos nos divertimos y pasamos lindas experiencias. Ya que
estuvimos juntos abuelos, tíos, primos, hermanos, etc. El viaje duró aproximadamente
dos días.
Pocos días después del quince de enero, del año 2014. Mi abuelo, papá de mi mama,
nos propuso realizar un viaje a Chincha, en Ica, ya que tenemos familia que proviene de
ahí. Mi madre y mis tías aceptaron y contrataron un bus para que nos brinde transporte
hacia nuestro destino Y como turismo por los días que pasemos en ese lugar.
Encontrar a uno fue difícil, porque mi familia es muy numerosa y la mayoría de los
transportes eran pequeños y nos sentiríamos muy incomodos. Los más grandes eran
muy caros y no convencían a mis tías, así que seguimos buscando unos días. Hasta
que un tío de parte de mi papa, nos recomendó a un amigo suyo que hacia este tipo de
transportes, fuimos a consultar y el señor fue muy amable con nosotros, así que
decidieron contratarlo.
Entonces un día salimos muy temprano, casi a las 5 de la mañana, de la casa de mis
abuelos (Ahí habíamos quedado en reunirnos), el viaje fue rápido y tranquilo. Paramos
en un lugar cerca de donde íbamos a quedarnos. Y allí tomamos desayuno, este fue
muy rico y todos la pasamos muy bien. Yo tome un pan con chicharrón y una leche y
me resulto agradable.
Seguimos con nuestro viaje y llegamos en la tarde a la Huaca china, por donde
paseamos y conversamos tranquilos. Mi hermana mayor, otros primos y dos de mis tías,
se subieron a unos tubulares, que eran unos vehículos muy emocionantes que los
llevaban a través de las dunas o huacas.
Yo quería subir, pero era muy pequeño para eso, no cumplía con el límite de edad, pero
igual me sentí alegre de que mi hermana y mis primos se divirtieran. Seguimos
paseando por el lugar y poco antes de oscurecer. Nos dirigimos al lugar donde nos
íbamos a hospedar y ahí nos instalamos en nuestras habitaciones y dormimos.
2. Los días siguientes caminamos y paseamos por el lugar. Fuimos a una cata de vinos, a
algunos restaurantes y a otros lugares turísticos.
Nos divertimos mucho y ese viaje hizo que nuestros lazos familiares sean más fuertes
y el amor entre nosotros creciera. Volvimos a nuestras casas y todo se convirtió en una
experiencia que nos unió como familia.