Oración. Banco de materiales MJD.
Cuaresma
26 de marzo de 2014
Hoy en día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de las realidades eternas, la esperanza.
1. ORACIÓN - 26 de marzo de 2014 – M.J.D. El Olivar
(Madrid)
EMPEZAMOS CON MÚSICA, velas y 5 MIN de silencio.
Evangelio del día
Jesús dijo a sus discípulos: "No piensen que vine para abolir la Ley
o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley,
antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y
enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el
Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será
considerado grande en el Reino de los Cielos."
Reflexión
Hoy en día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas
expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la
búsqueda del más allá, de las realidades eternas, la esperanza.
En cambio, en el cristianismo, este fenómeno es inverso: es Dios quien
busca al hombre. Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle
sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él. Esto se
hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios para recibir
sus palabras. Jesús, con su presencia, lleva a cumplimiento el deseo de
Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que «no penséis que he venido
a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los
hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan entrar en
intimidad con Él.
En este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes
que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno
será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san
Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo
necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres
los tienen empañados».
En este periodo de Cuaresma, como cristianos estamos llamados a la
espera, a la reflexión, al cambio interior.
Pero en muchas ocasiones comenzamos la cuaresma con muy buenas
intenciones de espera, de reflexión, de cambio, y todas ellas se van
2. deshinchando poco a poco con el paso de los días. Reconozcámoslo, la
cantidad de estímulos externos es tal, que es muy fácil olvidarse de esas
promesas o apartarlas temporalmente.
Tal y como nos indica el evangelio de hoy, la escucha de las indicaciones
de Dios y su predicación debe ser continua, incluso en periodos de
reflexión como la Cuaresma.
Hagamos esa reflexión pues, hagamos ese análisis de conciencia,
indaguemos en nuestro interior para encontrar todos esos momentos en
lo que llevamos de año en que hemos sido débiles, en que no hemos
escuchado a Dios, en que no hemos querido ver sus señales y las hemos
evitado. Encontremos ese momento o momentos en que
menospreciamos sus indicaciones, reconozcámoslas escribiéndolas en un
papel, sean una, dos o diez y compartámoslas anónimamente con
nuestros hermanos de comunidad. Aspiremos con este examen de
conciencia al cambio, a la limpieza interior ahora que estamos a mitad de
camino de esta Cuaresma.
Dinámica: con una música de fondo, cada uno toma un sobre y un papel
de color, se retira y reflexiona sobre aquellos momentos en que no ha
seguido esas indicaciones que nos ha dado Dios en nuestro camino. 10/15
min.
Hay música de fondo.
Cuando las escriban, se meten en un sobre cerrado con un número y se
dejan en el centro del corro. Cada uno coge uno de los sobres y se lo
queda, no lo lee hasta llegar a su casa.
Quien quiera, puede compartir.
Oración para acabar (leemos en grupo)
Jesús mío, yo quiero ser tu testigo y tu apóstol. No puedo ser
indiferente ante la necesidad de transmitir tu palabra a todo el mundo,
y saber que muchas almas se pierden por falta de conocimiento de ti.
Te pido Señor, que grabes en mi mente y en mi corazón la urgente
necesidad de predicar y transmitir tu palabra, y de esa manera hacer
que todo el mundo te conozca y se salve.