Planificacion Anual 4to Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
El reino de dios
1. El reino de Dios
Un sueño que sitúa y marca horizonte
2. Jesús como referente
de Ignacio
Para Ignacio de Loyola su referente era Jesús de
Nazaret, era su modelo de persona.
Ignacio quería: sentir como Jesús sentía, amar como
Jesús amó, pensar como Jesús pensó, relacionarse
como Jesús se relacionó y construir como Jesús
construyo.
Por lo tanto, la espiritualidad ignaciana pone en el
centro a Jesús de Nazaret. Nos invita a descubrirlo
en la sinceridad de nuestro corazón, en el rostro de
las y los otros.
También esta espiritualidad nos invita a construir
como Jesús construyó poniendo “el amor más en las
obras que en las palabras”.
3. El Sueño
• El sueño es lo que confiere sentido a la
vida de una persona y de una comunidad.
• El sueño es la parte más decisiva de la
vida. Todxs estamos hechos de los
materiales de nuestros sueños personales
y colectivos. Por eso el sueño es parte de
la realidad humana.
• El sueño es aquello que todavía no puede
suceder y que forceja para irrumpir en la
historia. Lo que nos mueve son los sueños,
aquello que todavía no es pero que puede
ser y será.
4. El sueño de
Jesús
• Jesús fue devorado por un gran sueño: El
Reino de Dios. “el tiempo de la espera ha
terminado. El Reino de Dios está llegando,
también de vida, crean en esta buena
noticia” (Mc 14,15)
• Jesús proclama la alegría del Reino que ya
está en camino y que se va a realizar en la
medida en que se produzca la adhesión y
la conversión de sus oyentes.
5. El Reino de Dios
• El Reino de Dios se encuentra 122 veces en los evangelios,
90 de ellas en boca de Jesús, lo que revela qué esta
expresión resume su sueño.
• El sueño responde a la expectativa más profundas de la
búsqueda humana.
• Los sueños no tienen límites. Cada etapa de realización que
se cumple marca el despegue para un nuevo comienzo. El
sueño nunca muere.
6. Jesús vivía dos tipos
de opresión
La solución fue la condena a muerte por razones políticas (Romanos)
y religiosas (fariseos y casta sacerdotal).
Una opresión externa: la
ocupación de la tierra de las
promesas por las fuerzas
militares del imperio
romano, cuyo emperador
exigía que se le rindiese
culto como Dios.
Contra el imperio de César,
Jesús propone el Reino de
Dios
Otra o presión interna: la
prevalencia de una religión
legalista qué alejaba a Dios
del mundo y lo encasillaba
en normas.
Contra religión de la ley y las
exigencias, Jesús postula la
religión del amor y de la
misericordia
7. Rasgo del Sueño
• Como todo sueño, tiene un momento de presencia: de no ser así sería fantasía. “El
Reino está cerca” (Mc 1,15) “El Reino ha llegado a ustedes” (Lc 11,20) “Reino de
Dios está entre ustedes” (Lc 17, 21) El Reino está, pues, en el mundo, la realidad,
en la vida. Para eso llama a todos y todas a estar atentos y prestar oídos para que
lo escuchen y lo capten.
• El Reino tiene una dimensión de futuro. Jesús enseña a rezar: “venga a nosotros tu
Reino”. Anunció un proceso qué está realizado en la historia en la medida en que
las personas van acogiendo esta transformación. Es como la semilla en la tierra
(Mc 4,26) Como el grano de mostaza (Mt 13,21) Como la levadura en la masa (Mt
13,33)
8. Rasgos del sueño
• El Reino no es sólo espiritual. Engloba a toda la creación. Por eso cura personas, alimentos
hambrientos, aplaca y calma tempestades. Nadie está fuera del alcance del Reino. No hay ninguna
realidad mayor que él.
• El Reino no es de este mundo, pero está en este mundo. Cuando Pilato le pregunta si es rey, Jesús
responde: “mi Reino no es de este mundo” (Jn 18,36)
• El sueño del Reino de Dios que habita la vida de Jesús hizo que dejase la casa paterna, que fuese
considerado por sus familiares como un loco (Mc 3, 21), y que recurriese pueblos y ciudades
anunciando la alegría de esta irrupción de Dios en su creación.
9. El sueño
nunca
muere
Jesús fue crucificado. Sin embargo, el sueño nunca muere.
• A semejanza de un árbol, a la vida De Jesús se le corto la copa, dio sus ramas mutiladas y su
tronco arrancado de sus raíces. Pero quedó la semilla. Con toda la fertilidad que contiene. De
la semilla nace las raíces, brota el tronco, despuntan las ramas, se forma la copa, se mecen las
hojas, nacen las flores y se producen los frutos. Ahí está el árbol entero.
• Una transformación análoga ocurrió en Jesús, en su vida, que rompió los límites de la muerte a
través de su resurrección. Ahí hay algo del sueño del Reino realizado, en parte ha llegado.