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Instituto
Universitario de
Tecnología
Industrial de
Asturias
Estudio sobre las empresas recuperadas por
sus trabajadores en contextos de crisis
Dirección:
Jorge Coque Martínez
Investigadores:
Nuria López Mielgo
Enrique Loredo Fernández
Becarios:
Simone Zardi
Marcos Menéndez Menéndez
Enero 2010
Colaboración de:
2
Agradecimientos.
Este trabajo fue desarrollado gracias al apoyo recibido del Ayuntamiento de Gijón
mediante una subvención otorgada en 2009 a través del Instituto Universitario de Tecnología
Industrial de Asturias (IUTA).
Se contó asimismo con la decidida colaboración institucional y de recursos humanos
tanto de ASATA (Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado) como de la
Fundación para el Fomento de la Economía Social y del propio IUTA.
Además, resultó determinante la buena disposición mostrada por todas las personas
entrevistadas, especialmente aquellas vinculadas con empresas asturianas recuperadas por sus
trabajadores, por pertenecer a la base social de las mismas o a su estructura directiva, en el
presente o en el pasado.
3
Resumen.
Una empresa recuperada por sus trabajadores es todo emprendimiento surgido de una
crisis exógena o endógena de una empresa privada que trata de mantener los puestos de
trabajo mediante un nuevo modelo participativo a cargo de la plantilla. Durante las últimas
décadas se puede observar mucha experiencia de este tipo de fenómenos, especialmente en
América Latina y Europa. Una parte de esa experiencia podría ser aprovechada en la crisis
mundial actual.
El presente proyecto ha aplicado la teoría económica y organizativa del cooperativismo
y los enfoques de recursos y de capacidades dinámicas a un estudio de casos realizado en
Asturias. El trabajo empírico se ha fundamentado en entrevistas en profundidad a dos
entidades promotoras del sector de economía social, a dos centros de empresas y a dos
sindicatos, así como a personas que en su día fueron parte –o siguen siéndolo- de doce
empresas asturianas recuperadas por sus trabajadores.
Los resultados del estudio mezclan luces y sombras; aunque varias de las empresas
estudiadas eran grandes fábricas descapitalizadas cuya recuperación sólo sirvió para posponer
el ajuste, en otros casos -generalmente empresas de servicios más pequeñas- se observan
éxitos muy sugestivos. De unas y otras situaciones se extrae un aprendizaje útil para actuar
mejor en lo sucesivo.
4
INDICE
pág.
Agradecimientos ..............................................................................................................................2
Resumen .......................................................................................................................................... 3
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 5
2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA ............................................................................. 7
1.1. Concepto de empresa recuperada por sus trabajadores .............................................. 7
1.1.1. El cooperativismo de hecho ................................................................................................ 7
1.1.2. Las ERT como cooperativas de hecho .................................................................. 9
1.2. El enfoque de recursos y las capacidades dinámicas ....................................................11
3. PANORÁMICA INTERNACIONAL DE LAS ERT .............................................. 14
3.1. Algunos países latinoamericanos .................................................................................. 14
3.1.1. Argentina, Brasil y Uruguay ............................................................................................. 15
a) Argentina ...................................................................................................................... 16
b) Brasil ............................................................................................................................ 19
c) Uruguay ....................................................................................................................... 21
d) Comparación del funcionamiento de las ERT de Argentina, Brasil y Uruguay .......... 22
3.1.2. Otros países latinoamericanos ........................................................................................... 24
a) Venezuela ..................................................................................................................... 24
b) Paraguay ...................................................................................................................... 24
c) México .......................................................................................................................... 26
3.2. Algunos países desarrollados ........................................................................................... 27
3.2.1. Francia ............................................................................................................................... 31
3.2.2. Estados Unidos de América ............................................................................................. 34
3.2.3. España ............................................................................................................................... 35
a) Algunos casos de ERT españolas ................................................................................ 36
b) Asturias ........................................................................................................................ 39
3.3. La promoción en Argentina de las empresas recuperadas por sus trabajadores ..... 44
4. ESTUDIO EMPÍRICO .............................................................................................. 57
4.1. Metodología ..................................................................................................................... 57
4.2. Resultados de las entrevistas en instituciones .............................................................. 59
4.2.1. Creación de Empresas Recuperadas en Asturias durante las crisis 70-80-90 .................... 61
4.2.2. Evolución de las Empresas Recuperadas Asturianas ........................................................ 66
3.2.3. Perspectivas para la crisis actual ....................................................................................... 74
4.3. Resultados del estudio de casos ..................................................................................... 80
4.3.1. Situación previa ................................................................................................................. 83
4.3.2. Factores que influyeron en el proceso de recuperación ..................................................... 86
4.3.3. Apoyos externos ................................................................................................................ 90
5. CONCLUSIONES ...................................................................................................... 93
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 95
SITIOS DE INTERNET .............................................................................................. 101
ANEXOS ....................................................................................................................... 103
Anexo I: Guiones de las entrevistas realizadas en instituciones asturianas ....................... 104
Anexo II: Guión de las entrevistas realizadas a trabajadores y directivos
de empresas recuperadas asturianas ..................................................................... 109
Anexo III: Fotografías del taller celebrado el 30-11-2009 .................................................... 114
Anexo IV: Otras empresas recuperadas por sus trabajadores en Asturias ....................... 115
5
1. INTRODUCCIÓN.
Existe una nutrida experiencia internacional de empresas en dificultades causadas por
operar en contextos de crisis, que son reflotadas bajo formas empresariales de Economía Social
al ser asumidas por sus trabajadores, quienes sustituyen a los empresarios anteriores. Es el caso,
por poner dos ejemplos muy conocidos, de las firmas industriales españolas transformadas en
Sociedades Laborales o Sociedades Cooperativas durante la reconversión industrial de los años
ochenta o, más recientemente, de las fábricas recuperadas en la Argentina del denominado
corralito. Sin embargo, no ha sido hasta hace muy pocos años que este fenómeno ha comenzado
a ser estudiado científicamente con fines de sistematización de la experiencia y, lo que es más
importante, de aprendizaje socialmente útil cara al futuro.
En varios países latinoamericanos hay mucha literatura sobre empresas recuperadas por sus
trabajadores (ERT), una parte de la cual proviene del mundo académico (véanse, por ejemplo,
Camilleti, 2004; Fields, 2008; Ghibaudi, 2004; Martí et al., 2004). En España, sin embargo, no
se ha publicado demasiado acerca de investigaciones científicas sobre las empresas recuperadas,
especialmente en el presente siglo. La Fundación para el Fomento de la Economía Social,
vinculada al gobierno regional asturiano, encomendó hace algún tiempo un estudio histórico
sobre la experiencia local, cuyos resultados recibieron escasa difusión (Mier, 2003). Un libro
más antiguo, de carácter sociológico, editado pocos años después de la creación de la mayoría de
las empresas recuperadas en Asturias (García y Gutiérrez, 1990) muestra algunos casos donde el
proceso de reflotamiento –apoyado en ocasiones por entidades públicas o privadas- fue adecuado
y los trabajadores convertidos empresarios consiguieron mantener sus empleos, crear otros
nuevos y generar riqueza en su entorno socioeconómico; en otra situaciones, las condiciones de
partida de la entidad y sus empleados eran demasiado precarias, la promoción externa no actuó
correctamente o se produjeron otras circunstancias que dieron al traste con la experiencia.
La investigación que resume el presente informe ha pretendido revisar trabajos previos
como los que se acaban de mencionar con el fin de obtener una visión global aplicable en la
crisis internacional actual en forma de recomendaciones a empresas industriales que estén
sufriendo o puedan sufrir procesos similares. Esa visión global ha sido adaptada al entorno
regional mediante un estudio en profundidad de empresas e instituciones locales. Para ello, se ha
contado con la colaboración de la Fundación para el Fomento de la Economía Social y de
ASATA (Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado, que surgió precisamente
durante la crisis de la ya mencionada reconversión de los años ochenta).
6
Los capítulos siguientes resumen las bases teóricas del estudio -que combinan los
fundamentos económicos y organizativos del cooperativismo con los enfoques de recursos y de
capacidades dinámicas-, una panorámica internacional sobre este tipo de fenómenos y cómo
fueron promovidos en Argentina, un resumen de las entrevistas realizadas en varias instituciones
asturianas, un estudio comparativo de doce casos de empresas recuperadas en Asturias -cuyos
principales resultados se estructuran en tres partes: situación previa de las empresas recuperadas;
proceso de recuperación; apoyos externos recibidos- y algunas conclusiones que de todo ello se
derivan. El informe se completa con una lista de las fuentes bibliográficas y sitios de Internet
citados, así como con varios anexos.
7
2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA.
2.1. Concepto de empresa recuperada por sus trabajadores.
2.1.1. El cooperativismo de hecho.
Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido de forma
voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en
común mediante una empresa conjunta de gestión democrática (Alianza Cooperativa
Internacional, 1995: 73). De estos conceptos destaca como económicamente esencial la
expresión para satisfacer sus necesidades, de donde se deriva la necesidad de gestión
democrática. Esta perspectiva asume la aproximación de Eschenburg (1979: 24): Hablamos de
cooperación cooperativa cuando un grupo de individuos asume el riesgo y la responsabilidad de
una empresa con la intención de usar los servicios económicos que de ella provengan. Ahí
radica el llamado criterio o principio de identidad (Benecke 1973; Eschenburg, 1979; Ramírez,
1999): la superposición consciente en las mismas personas de dos papeles (propietario del capital
y usuario) genera el concepto mixto de socio. En una cooperativa se duplican las relaciones entre
entidad y socios, quienes, por tanto, tendrán mayor interés por gobernar la entidad. Se trata de la
principal diferencia de las cooperativas con las sociedades de capital, en las que, teóricamente, el
vínculo con sus capitalistas sería más simple.
De ahí deriva la idea de que una cooperativa es más que una mera empresa, pues en ella
confluyen dos tipos de organización con objetivos muy diferentes: una empresa que trata de
maximizar el beneficio cuantitativo (lógica estratégica caracterizada por la gestión económica y
las relaciones contractuales formales); y una asociación que trata de alcanzar unos objetivos
cualitativos limitados por factores económicos (lógica comunitaria centrada en valores,
confianza y ayuda mutua que inducen rutinas participativas) (Michelsen, 1994). Aranzadi (1988)
organiza la misma idea en forma de dos niveles superpuestos: una infraestructura empresarial
(base fuerte y eficaz) rodeada por una superestructura asociativa (participación interna y externa
en el seno de redes sociales, lo que dota a la organización de flexibilidad). Es difícil juzgar el
funcionamiento de las cooperativas según una sola de esas dos dimensiones. La competitividad
del cooperativismo está muy ligada al respeto de tal idiosincrasia: el principal punto fuerte de
estas organizaciones es la eliminación de intermediarios, rasgo que se fundamenta en el principio
de identidad y se facilita mediante los rasgos participativos de su cultura empresarial, a lo que se
añade que este modelo empresarial se integra en redes de forma muy natural (Coque, 2003).
8
Esta interpretación del cooperativismo permite distinguir entre cooperativas -empresas
donde se participa- y no cooperativas -empresas donde no se hace, o se hace deficientemente-.
Muchas Sociedades Cooperativas formales (escritas con mayúsculas) no lo son en realidad -
violan el principio de identidad (la participación)- y muchas organizaciones bajo otros
modelos jurídicos funcionan como cooperativas de hecho (escritas con minúsculas). El
concepto de cooperativa de hecho (García-Gutiérrez, 1998) resulta fundamental para
comprender el resto de este documento, que se centra en el enfoque económico expuesto hasta
aquí y asume como referencia muy matizable la forma jurídica. Desde el punto de vista del
cooperativismo de hecho, otros términos habituales y diferentes según los ámbitos
geográficos -economía social (Europa), economía solidaria (América Latina)- se refieren a
organizaciones participativas en diverso grado, esto es, a cooperativas o a para-cooperativas.
Es importante resaltar asimismo el carácter dinámico de todas estas ideas. Por un lado,
los ciclos organizativos naturales deben respetarse comenzando por el principio: las
condiciones de creación de una cooperativa u otras organizaciones de economía social
mejoran sustancialmente cuando el colectivo de emprendedores es generado a priori mediante
un proceso adecuado (Benecke, 1973; Jacquier y Nassif-Said, 1990). Por otro, después las
cooperativas tenderán a crecer igual que otras empresas, y esto aumentará las dificultades de
decidir colectivamente, lo que exigirá mantener la cultura cooperativa mediante dos tipos de
métodos (Cornforth, 1995; Hunt, 1992; Michelsen, 1994; Stryjan, 1994):
• Reproducción de una base social activa que conserve el principio de identidad. Los socios
deben ser quienes dirijan colectivamente la continua remodelación de su empresa y de su
asociación. Hay que ir renovando selectivamente a los socios e ir poniendo al día las
actividades organizativas sin perder el marco de referencia común basado en valores.
• División del trabajo sin pérdida de democracia. La especialización laboral es un proceso
natural que induce déficits democráticos pero su impacto puede moderarse según como se
resuelvan los problemas de coordinación. En las cooperativas especializadas y pequeñas
este objetivo es más fácil de alcanzar.
A todo lo anterior hay que añadir que los rasgos de las cooperativas las vinculan de
modo especial con su entorno. Abundan las declaraciones políticas, los análisis teóricos y los
estudios de casos que relacionan al cooperativismo con el desarrollo, especialmente el
entendido como local o territorial. Esto justificaría su apoyo por parte de diversos agentes,
9
entre los que se encuentran las administraciones públicas y el propio sector de economía
social, apoyo que conceptualmente puede encuadrarse en el universo de las redes en las que
participan las cooperativas. La promoción externa del cooperativismo debería respetar la
participación de estas empresas, evitando reemplazar el impulso inicial de emprendimiento
colectivo y la posterior toma de las decisiones fundamentales (Coque, 2005).
GRÁFICO 1. Las empresas de economía social como organizaciones participativas
EMPRESA
DE
ECONOMÍA SOCIAL
PARTICIPACIÓN
INTERNA
PARTICIPACIÓN
EXTERNA
IDENTIDAD DE…
NECESIDADES
CAPACIDADES
IDEAS
VÍNCULO COOPERATIVO
Fuente: elaboración propia
El gráfico 1 sintetiza lo fundamental de lo expresado hasta aquí: es natural que las
situaciones en las que un colectivo humano comparta necesidades, capacidades e ideas
generen un vínculo cooperativo que facilite la creación de organizaciones interna y
externamente participativas (cooperativas de hecho); el mantenimiento y regeneración a lo
largo del tiempo de la participación refuerza ese vínculo; el ciclo de vida participativo tiene
ritmos propios que no deberían forzarse externamente pero que normalmente exige el apoyo
mesurado de diversos agentes, unos pertenecientes o ajenos a la economía social.
2.1.2. Las ERT como cooperativas de hecho.
En general, una empresa recuperada por sus trabajadores es todo nuevo emprendimiento
surgido de la crisis económica o social de una empresa privada (conflicto laboral que
desemboca en una deserción empresarial parcial -vaciamiento, despidos, descapitalización...-
o total –lock-out o abandono directo) que trata de mantener la fuente de puestos de trabajo
haciéndose cargo de la producción y administración (Meyer y Pons, 2004). Su gestión pasa a
sus trabajadores bajo un discurso que contiene formas más igualitarias de organización y
retribución de la producción que el modelo previo (Ghibaudi, 2004).
La mayoría de las ERT en América Latina se ha acogido a la forma jurídica de Sociedad
10
Cooperativa por sus ventajas (Fields, 2008; Ranis, 2007): capital social mínimo inferior a
otros tipos de sociedad; simplicidad de trámites; ventajas fiscales; subvenciones; sustitución
de salarios por reparto de excedentes, que disminuye la acumulación de deudas durante el
arranque de la nueva empresa; reparto más igualitario de ingresos, que mejora el clima
colectivo; filosofía comunitaria explícita en la normativa legal de todos los países; la
Asamblea como foro permanente para que la plantilla comparta la gestión; no posibilidad de
reclamo de indemnización por parte de los miembros que se retiren; facilidad de uso de los
procesos de expropiación por razón de utilidad pública. De hecho, la Cooperativa es la única
vía legal posible en Argentina y Brasil, pero tal figura suele adoptarse de forma no convencida
ni completa por su desgaste en el imaginario social (Camilletti, 2004; Lima, 2007). En
Uruguay, aunque el objetivo fundamental sigue siendo continuar trabajando y la forma
jurídica Cooperativa tiene importancia relativa, ésta se da con mayor conocimiento de causa y
adhesión a sus valores al existir más arraigo cultural del modelo (Martí et al., 2004).
La pregunta clave es si esa cobertura legal responde al esquema que representaba la
Figura 1. En toda ERT parece clara la identidad de necesidades, pero no tiene por qué darse la
de capacidades e ideas, lo que pondría en duda el vínculo cooperativo y la participación que
de éste se deriva. Además, la dinámica natural del emprendimiento cooperativo (la
participación) puede venir impuesta por circunstancias externas que, inicialmente, forzarían
un reflotamiento colectivo abrupto y, posteriormente, dificultarían mantener el vínculo.
Es imprescindible que se produzca un cambio real de subjetividad de obrero a patrón
colectivo. El proceso de identificación relacionado con el conflicto renueva la identidad del
trabajador, transformándolo y diferenciándolo de las personas ajenas a dicho proceso. Esto
genera sentimientos de inclusión en un proyecto común, un reconocimiento mutuo que se
refuerza al volver a la producción y plantearse un rediseño de los procesos productivos y de
las articulaciones laborales en el interior de la empresa. Pero la cooperación exige confianza
que haga posible instaurar acuerdos y normas que regulen el trabajo pese a la disminución de
las jerarquías; el eje del conflicto se desplaza hacia las tensiones entre socios cooperativos,
entre fundadores y nuevos socios, y entre operarios y coordinadores (Biakalowsky et al.,
2004; Martí et al., 2004). Aunque la administración por los trabajadores supondría no delegar
las tareas de dirección en instancias ajenas al colectivo de los socios (Müller, 2004), en
muchos casos existen gerentes externos, reclutados o no por las cooperativas, sobre todo en
las grandes (Dagnino y Novaes, 2006). La humanización del espacio de trabajo facilita asumir
11
el nuevo papel (Dagnino y Novaes, 2006) pero no todas las personas lo hacen con entusiasmo,
sobre todo las que no colaboraron activamente en la toma de la empresa o no intervienen en
las decisiones, y estos sentimiento se refuerzan al enfrentarse a nuevas responsabilidades y
tareas, a las jornadas más extensas y a la incertidumbre frente al ingreso (Arias, 2008).
Respecto al vínculo que la economía social en general suele tener con el desarrollo de su
entorno, que justificaría un apoyo externo aquilatado, existe mucha evidencia en el caso de las
ERT. En primer lugar, los trabajadores de las empresas recuperadas suelen ser cabezas de
familia y de edad madura, lo que hace al vez más necesario y difícil encontrar otro empleo
(Arias, 2008). En segundo lugar, el reflotamiento activa la economía local (Magnani, 2003).
En tercer lugar, en algunos países latinoamericanos se han ido convirtiendo en ejes de
organización popular, ya que a partir de su articulación con distintas formas de lucha
(bibliotecas, vivienda, cultura), han logrado el apoyo de otras empresas y de múltiples
organizaciones populares, y comienzan a darle una nueva orientación a la producción,
orientada a las necesidades sociales más que al mercado en general (Martínez y Vocos, 2004).
2.2. El enfoque de recursos y las capacidades dinámicas.
La perspectiva dominante de la estrategia empresarial tiene su base en el enfoque de
recursos (ER), que establece que la ventaja competitiva de una organización radica en el
control de determinados recursos superiores (Wernerfelt, 1984; Barney, 1991; Mahoney y
Pandian, 1992; Peteraf, 1993). No obstante, esta escuela de pensamiento se ha vista
enriquecida con las aportaciones de una corriente complementaria que pivota sobre el
concepto de las capacidades dinámicas (CD): las competencias organizativas que permiten
configurar y reconfigurar el inventario de recursos de la empresa (Amit y Schoemaker, 1993;
Teece, Pisano y Shuen, 1997; Winter, 2003; Barreto, 2010). Ambas perspectivas serán
utilizadas para analizar la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores, ya que
proporcionan una visión integradora de la situación de partida y del proceso.
El ER ha centrado su atención en las condiciones que deben cumplir los recursos para
ser generadores de rentas y en la forma en la que deben ser gestionados esos recursos clave.
Aquellos recursos que no cumplen con las condiciones para generar rentas se asume que son
activos indiferenciados o commodities, no tienen una influencia destacada en el rendimiento
empresarial, se asignan eficientemente a través de los mercados y no deberían presentar
mayores problemas de gestión. En cambio, tal como señalan Montgomery (1995) y
12
Mosakowski (2002), las organizaciones no sólo acumulan recursos indiferenciados sino que
con frecuencia integran inputs que destruyen valor. Éste sería el caso de las empresas que
entran en crisis y que, fruto de las decisiones pasadas, se han cargado de recursos inadecuados
para competir en sus mercados de referencia.
El enfoque de las CD, por su parte, ha sido muy prolijo en el análisis de las capacidades
que permiten crear y extender la base de recursos de la empresa. Pero el interés suscitado por
la capacidad para desinvertir o ajustar los recursos ha sido mucho menor (Moliterno y
Wiersema, 2007). Parece claro que las empresas que acumulan recursos destructores de valor
adolecen de una capacidad dinámica de ajuste y que sólo si desarrollan esa capacidad podrán
revertir esa situación.
Conforme a la Tabla 1, en el análisis de la recuperación de empresas se identifican tres
grupos de variables: las de la situación de partida, las del proceso de recuperación y las de los
apoyos externos.
Respecto a la situación de partida, el ER permite visualizar la empresa capitalista en
crisis como un conjunto de recursos en desequilibrio respecto a los requisitos de su entorno.
Generalmente la situación de crisis lleva a que los recursos valiosos con menos barreras a la
movilidad acudan al mercado de factores para buscar una aplicación más provechosa en otra
organización (por ejemplo, el capital humano más flexible). Además, a medida que la crisis se
agrava, los directivos tenderán a desprenderse de los recursos menos móviles pero con mayor
potencial para generar rentas (Dierickx y Cool, 1989; Makadok, 2001), a pesar de que ello
pueda contravenir la propia pervivencia de la empresa (por ejemplo, activos inmobiliarios que
proporcionan una ventaja de localización). En cambio, en esa situación de crisis, la empresa
tenderá a acumular, como ya se ha dicho, una mayor proporción de recursos indiferenciados y
destructores de valor. La cuestión que se suscita en este punto es si la recuperación tiene
sentido. Esto es, si existe un núcleo básico de recursos valiosos que justifique la toma de
control por los trabajadores. Tal como destaca la Teoría de la Economía Social, cabe esperar
que el recurso clave en este tipo de organizaciones sea el capital humano. Por lo tanto, la
recuperación tendrá más sentido en aquellas empresas en las que: (i) existan unos recursos
humanos valiosos y (ii) éstos sean poco móviles, porque el conocimiento sea específico o
porque las capacidades derivadas de los mismos dependan de un sistema.
13
Durante el proceso de recuperación, la empresa tendrá que ajustar todos sus inputs a la
nueva situación, desprendiéndose prioritariamente de los recursos que sean destructores de
valor. El despliegue de esta capacidad dinámica de ajuste, que afecta tanto a los recursos
humanos, como al resto de recursos tangibles e intangibles, es la variable crítica para que la
recuperación por parte de los trabajadores sea exitosa. Además, la empresa tendrá que hacer
acopio de los recursos complementarios necesarios mediante desarrollo interno, obteniéndolos
en los mercados de factores o a través de la cooperación. Normalmente, todo este acopio de
recursos tenderá a llevarse a cabo mediante fórmulas poco inversoras o de “bricolaje” (Baker
y Nelson, 2005). Finalmente, la empresa también tendrá que integrar su nuevo inventario de
recursos (Uhlenbruck, Meyer y Hitt, 2003) y orientarlo hacia una nueva estrategia, que puede
ser de carácter continuista (enfatizando la eficiencia) o de corte más emprendedor (Smith y
Graves, 2005).
El tercer bloque de variables está compuesto por los apoyos externos, que serán los
recursos complementarios que el entorno debe proporcionar para que la recuperación tenga
lugar. Esos apoyos externos vienen a compensar la desfavorable dotación inicial de recursos y
tienen lógica en la medida en que el coste evitado del cierre sea sustancialmente mayor
(Bradley y Gelb, 1983).
TABLA 1. Aspectos del mismo fenómeno según dos marcos teóricos complementarios
Situación de partida Proceso de recuperación Apoyos externos
Teoría de la
economía social
(Las ERT como
cooperativas de
hecho)
- Cohesión interna
- Liderazgo interno
- Rol empresario colectivo
- Gestión entradas y salidas
- Cambio estratégico
participativo
- Cooperación con entidades
de economía social
- Amplio rango de
servicios potencialmente
obtenibles del sector de
economía social
- Apoyos no sustitutivos
de la participación
interna sino
complementarios
Enfoques de
Recursos y
Capacidades
Dinámicas
- Capital humano
- Ajuste de recursos
- Recursos complementarios
- Integración y cambio
estratégico
- Recursos
complementarios
externos
Síntesis
(Variables objeto
del estudio de
casos, con base en
las cuales se
construyó el guión
de las entrevistas)
-Características ERT
(tamaño, sector,
entorno, recursos)
- Capital humano
- Cohesión interna
- Herencias (ajuste de
recursos y recursos
complementarios)
- Liderazgo interno
- Rol empresario colectivo
- Gestión entradas y salidas
- Cambio estratégico
- Cooperación con empresas
de economía social
- Ayudas financieras y
otras
- Apoyos en gestión
- Servicios especializados
- Apoyo sociedad
Fuente: elaboración propia
14
3. PANORÁMICA INTERNACIONAL DE LAS EMPRESAS RECUPERADAS.
En este capítulo se realiza un acercamiento a la realidad de las empresas recuperadas en
varios países, clasificándolas en primer lugar en aquellas situadas en países pobres,
concretamente de América Latina, y en algunos países ricos. Respecto al Tercer Mundo, se
han incluido sólo países latinoamericanos porque no existe bibliografía suficiente sobre otros
continentes.
El primer epígrafe empieza con una introducción que explica sintéticamente lo sucedido
en América Latina en los años noventa. Después se procede a un análisis detallado y
comparativo de tres de estos países (Argentina, Brasil y Uruguay), para seguidamente mostrar
alguna información adicional sobre otros (Venezuela, Paraguay y México).
El segundo epígrafe muestra la presencia del fenómeno en varios países desarrollados
(Estados Unidos de América, Francia y España, con especial referencia a Asturias).
Finalmente, se ha incluido un estudio sobre programas de promoción de ERT en
Argentina.
3.1 Algunos países latinoamericanos.
Las reformas de orientación neoliberal que se han instalado en todo el mundo en los
últimos veinte años han tenido fuertes consecuencias en la estructura y dinámica socio-
económica. Su planteamiento y sus consecuentes efectos se han percibido con más evidencia
en los países pobres, y más específicamente en América Latina, que ha puesto en marcha estas
reformas bajo sugerencias del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, según las
reglas del llamado consenso de Washington del 19891
. La esencia del consenso de
Washington es la desregulación de los mercados domésticos, la apertura externa –comercial y
financiera– de la economía, procesos de privatización de empresas y servicios públicos,
disciplina fiscal, disminución del gasto público y mayor protección de la propiedad privada.
Entre sus consecuencias se menciona la reconfiguración de la dinámica de acumulación del
capital, el privilegio de las rentas de origen financiero, la flexibilización en la forma de uso de
la fuerza de trabajo y la precarización de las relaciones laborales (Martí et al., 2004).
1
Así llamado por Williamson porque puso de acuerdo el Banco Federal Americano, el Fundo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, los tres con sede en Washington D.C. Para un mejor análisis véase
Williamson (2002).
15
Seguidamente apareció la apertura de los mercados de bienes y servicios y de la financiación.
Esta fue debida a la transición desde modelos de acumulación vinculados al enfoque de
industrialización por sustitución de importaciones hacia el modelo de desarrollo de la
transnacionalización del mercado interno. Como consecuencia de la aplicación de las reglas
del “Washington Consensus”, en muchos países del sur las empresas locales dejaron de ser
competitivas. Muchos de estos países han sufrido crisis2
, frecuentemente de origen financiero
que después se extiende a la economía real a otros países (Cipriani y Guarino, 2008; Banerjee,
1992). Aunque las causas de estas crisis no se hallan exclusivamente en las reformas
planteadas, la relación con las mismas parece evidente, lo que ha generado serias dudas sobre
su idoneidad (Rodrik, 2006).
En todo caso, las reglas establecidas en los países pobres no fueron fruto de demandas
locales sino una imposición de sus gobiernos que aceptaron las indicaciones de las
organizaciones internacionales. Las respuestas a estas crisis muestran la necesidad de una
mayor participación de la sociedad, óptica bajo la que surgió el fenómeno de las empresas
recuperadas por sus trabajadores.
3.1.1. Argentina, Brasil y Uruguay.
A continuación se describe cómo aparecieron las empresas recuperadas por sus
trabajadores en Argentina, Brasil y Uruguay según los siguientes puntos:
• Primeros casos.
• Forma de difusión.
• Forma de recuperación.
• Sectores productivos.
• Distribución territorial.
• Ejemplo típico.
• Asociaciones o grupos de ERT.
• Número de empresas recuperadas en la última fecha disponible.
• Nuevos casos en el marco de la crisis actual, surgida en EE.UU. a causa de los préstamos
subprime y otros factores relacionados.
2
México 1994, Brasil 1998, Argentina 2001, sólo para citar las más importantes.
16
a) Argentina.
Los primeros casos se dan en la segunda mitad de los noventa: Yaguané, empresa de
neveras industriales (1996) e IMPA, empresa metalúrgica (1998). Seguidamente, comienza a
difundirse el modelo a finales de los noventa, principalmente por la acción de grupos externos
con trayectoria organizativa y líderes que van surgiendo dentro de las fábricas. Al principio,
tiende a limitarse a empresas cercanas geográficamente con las que los militantes tratan de
ponerse en contacto, incluso por simples relaciones de vecindad entre los trabajadores. Tras
cierto éxito, el fenómeno continúa extendiéndose, especialmente a partir de la crisis de 2001,
cuando se produce una protesta masiva de la ciudadanía argentina, tanto de los sectores
obreros como la clase media. Asambleas barriales, organizaciones de desempleados y partidos
de izquierda electoralmente minoritarios comienzan a colaborar en dicha tarea de difusión
(Martí et al., 2004).
Las estrategias adoptadas para conseguir el cambio de gestión de las empresas son
arrendamiento, alquiler a los dueños u otro acuerdo judicial y obtención de una reivindicación
hacia el Estado: expropiación y cesión, casi siempre temporal, a la cooperativa de trabajadores
(Martí et al., 2004). La expropiación por parte de un juez tiene dos aspectos interesantes; el
primero es el que se consigue a través de un proceso de movilización pública con asambleas
de barrio, comunidades próximas a las fábricas, la opinión pública reflejada en los medios de
comunicación, organizaciones de desempleados, sindicatos disidentes y partidos de izquierda
que se dirigen al poder judicial en tal sentido; en segundo lugar, cuando hay éxito se plantea el
reconocimiento de la utilidad pública como fundamento de expropiación para defender los
puestos de trabajo; esta motivación marca un punto de contacto entre estos casos y los
estadounidenses y europeos.
Con referencia a los sectores productivos, en su mayoría se trata de pequeñas y
medianas empresas de actividades industriales orientadas al mercado interno y competidoras
en producción importada (Camilletti, 2004). Respecto a su distribución territorial, tienden a
concentrarse en el área metropolitana de Buenos Aires, que acoge a un 55% de casos dada la
concentración de empresas y fábricas en la zona (Ruggeri et al., 2005).
En Argentina existen muchas asociaciones de ERT que se diferencian por sus objetivos o
principios.
Una primera y mayoritaria, llamada “El movimiento” que sostiene la adopción de la
17
forma de cooperativa de trabajo pero con una organización y retribución del trabajo “más
igualitaria” que las de las cooperativas tradicionales. Sufrió una división en el año 2002 por
conflictos de poder en su interior y por diferencias acerca del objetivo final del movimiento,
originando así el MNER y el MNFR (Ghibaudi, 2004).
El MNFR (Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por sus Trabajadores), que
también luchó por leyes de expropiación para cada empresa, tiene los siguientes objetivos
finales: una herramienta legislativa para legitimar el expropio de las fábricas para estabilizar
sus logros y seguidamente la transformación del mismo en un movimiento cooperativo
profundamente nuevo e igualitario (Martí et al., 2004). El MNFR se caracteriza por una clara
voluntad de independencia de cualquier partido político (Fields, 2008).
El MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) se basó en la idea de dejar
plena libertad a cada empresa recuperada sobre su propia organización. Además, abrió la
posibilidad de una nacionalización bajo control obrero. Ésta, para muchos obreros, sería la
mejor solución, más segura y capaz de asegurar un salario constante a diferencia de la
cooperativa; esta opción fue abandonada durante 2003 cuando el movimiento se dio cuenta de
las nulas intenciones por parte del Estado en este sentido. Sus principios son: apertura de la
asociación, control democrático por los trabajadores, participación económica de los
trabajadores, autonomía e independencia, educación, capacitación e información,
cooperación, integración y solidaridad entre empresas, preocupación e integración en la
comunidad. Entre sus principales objetivos destacan la modificación de la ley de quiebra,
propiciar la creación de un Fondo Fiduciario mixto, solicitar el apoyo de los organismos de
investigación, estudiar variantes a los sistemas previsionales vigentes y conformar el seguro
social a los trabajadores (Bialakowsky et al., 2004).
En diciembre de 2006 el MNER sufrió otra división: la FACTA (Federación Argentina
de Cooperativas de Trabajadores Auto-gestionados), por parte de cooperativas que quieren
avanzar en otra dirección. En abril 2009 la federación contaba con 60 cooperativas, pero no
todas eran empresas recuperadas. En principio, FACTA retomó la reivindicación histórica del
MNER, la Ley Nacional de Expropiación Definitiva para solucionar todos los conflictos que
tienen las empresas recuperadas en todo el país. Otra reivindicación importante es la Ley de
Cooperativas de trabajo, tema en el que la Federación trabaja en conjunto con FECOOTRA
(Federación de Cooperativas de Argentina), y el resto del sector de cooperativas de trabajo.
Esta federación está más ligada a los organismos tradicionales del cooperativismo sin
18
cuestionar su práctica efectiva agrupadas en la FECOOTRA, entidad que ya existía antes del
movimiento (nació en el 1988). Además de apoyar a las ERT en su constitución y en
reivindicar la ley de expropiación, su objetivo es proporcionar ayudas para la formación
cooperativa de los socios, aspecto en el que sigue siendo muy importante.
Otra organización es FENCOOTER (Federación Nacional de Cooperativas de Trabajo y
Empresas Reconvertidas), que nació el 7 de agosto de 2002 en las instalaciones de la
Cooperativa de Trabajo del Frigorífico Yaguané. Agrupa a la mayoría de las empresas
recuperadas de la ciudad de La Plata, promueve la conformación de cooperativas y defiende la
expropiación de las empresas en quiebra con cargo a las deudas salariales de los trabajadores.
FECOOTRA y FACTA están adheridas a COOPERAR (Confederación Cooperativa de
la República Argentina).
GRÁFICO 2. Asociaciones y federaciones de empresas recuperadas argentinas
Fuente: elaboración propia a partir de INAES, Ghibaudi (2004) y Martí et al. (2004)
19
Una gran conquista del sector ha sido la Unión de Federaciones, integrada por FACTA,
FECOOTRA, ANTA (Asociación Nacional de Trabajadores Auto-gestionados, surgida en el
sindicato CTA: Central de los Trabajadores Argentinos), FECOOAPORT (Federación de
Cooperativas de Actividades Portuarias, Navales, Pesqueras y Afines Limitada),
FERYCOOTRA (Federación de Empresas Recuperadas y Cooperativas de Trabajo), UMCT
(Unión Misionera de Cooperativas de Trabajo), FECOTRAUN (Federación de Cooperativas
de Trabajo Unidas de Florencio Varela y Corrientes) y MCT (Mesa de Cooperativas de
Trabajo de Mendoza). La Unión de Federaciones ya cuenta con un órgano de prensa que
publica la revista mensual Autogestión Argentina. El próximo objetivo de estas federaciones
es la construcción de una Confederación de cooperativas de trabajo (véase sitio web del
INAES).
Existió una corriente vinculada a los partidos de izquierda que reivindicaba la propiedad
estatal con control obrero. En particular fueron Ex Zanon y Brukman quienes formaron el
Encuentro de Fábricas Recuperadas en Lucha, inicialmente rechazando la forma de
cooperativa de trabajo, hacia el 2003, en su aceptación ante el menor apoyo del poder público
y la dificultades para mantenerse (Ghibuadi, 2004).
Estas asociaciones empezaron a tener una organización y articulación más formales,
incluida la obtención de programas de apoyo específico y regular del estado, solo a partir del
final 2003 (Ghibuadi, 2004). En 2006 había 180 empresas recuperadas censadas (Dagnino y
Novaes).
Con referencia a los fenómenos relacionados con la crisis actual, puede destacarse que
hasta abril de 2009 aparecieron por lo menos siete casos de empresas en vías de recuperación,
que tuvieron problemas de producción o en las que los dueños abandonaron las plantas. Esta
vez la respuesta casi inmediata fue la ocupación de los locales para proteger los equipos. Esa
rapidez de reflejos diferencia a estos trabajadores de los que en 2001 garantizaron la
supervivencia de más de doscientos establecimientos. Pero lo interesante ahora sería poner en
funcionamiento empresas no quebradas: son empresas que aún tienen dueño y no hay un
proceso judicial abierto; un ejemplo es el cierre de la curtiembre Eagle Ottawa (multinacional
canadiense), que dejó sin trabajo a 450 personas (Waisberg, 2009).
b) Brasil.
En este país ya existían fenómenos similares. Se trata de movimientos centrados en la
20
ocupación de tierras3
, la problemática de la vivienda4
, y la que aquí interesa especialmente: la
gestión de fábricas por sus trabajadores, conocidas como empresas de autogestão. Los
primeros casos surgieron ya a mediados de la década de los noventa (Ghibaudi, 2004).
La primera experiencia de recuperación de empresas en quiebra en Brasil fue en 1991,
con la fábrica de calzados Makeril, donde trabajaban 482 personas. Ésta y otras experiencias
pioneras son el resultado de la acción directa de miembros de sindicatos relativamente
importantes. La estrategia dominante adoptada para conseguir el cambio de gestión de las
fábricas es el acuerdo, sobre todo judicial, para el arrendamiento de la fábrica a los
trabajadores a cambio de las deudas laborales a su favor, la cesión de las deudas del fisco y, en
ocasiones, créditos de la banca pública para el proceso de recuperación. El proceso se inicia,
en general, cuando bajo el contexto del cierre ya efectivo o eminente de la fábrica, el grupo de
trabajadores toma contacto con miembros de sindicatos de discurso combativo y se comienza
a formalizar públicamente la solicitud de propiedad y gestión de las empresas para los
trabajadores. Además se busca obtener adhesión en la esfera pública con un argumento
central: la defensa de la fuente de trabajo. En esta etapa reciben la colaboración de vecinos y
familiares de los trabajadores (Ghibaudi, 2004).
Con referencia al sector productivo, en su mayoría se trata de pequeñas y medianas
empresas de actividades industriales orientadas al mercado interno y competidoras de
producción importada (Lima, 2007).
La distribución territorial de la industria acompaña a la de este tipo de emprendimientos,
pero no se trata de una relación lineal. De hecho, el Estado de Rio Grande do Sul muestra una
presencia muy superior a la media (Lima, 2007).
En 1994 fue fundada la ANTEAG (Asociación Nacional de Trabajadores de Empresas
autogestionadas) para coordinar y brindar asistencia técnica a los diversos emprendimientos
que surgían a causa de la crisis de la industria, que hoy cuenta con oficinas en seis estados
para apoyar todo emprendimiento autogestionario. Existen 160 proyectos que la ANTEAG
comparte con gobiernos estatales y comunales. Involucra casi 30 mil trabajadores. Los
objetivos de ANTEAG incluyen estudiar y eliminar participativamente las dificultades que en
estos modelos operan los hábitos culturales; se trata de una filosofía muy ligada a la
3 Por ejemplo, el MST: Movimento Sem Terra o Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra.
4 Por ejemplo, el MTST: Movimento dos Trabalhadores Sem Teito.
21
educación popular5
. Con la formación de la ANTEAG, los gobiernos estatales de Brasil tienen
un interlocutor privilegiado, lo que aporta una ventaja muy importante a las ERT del país: una
asociación se consolida como representante de los distintos casos, con una relación más
formal con el poder público y la estructura sindical; una hipótesis sobre las causas de esta
situación sugiere la mayor capacidad de acción y difusión de un sindicalismo combativo y su
reconocimiento institucional. De hecho esto permitió a la ANTEAG crear encuentros anuales
formales desde 1998, y una relación con redes de investigación y extensión universitaria. El
Brasil actual tiene un entorno político que mira con atención el nacimiento de la Economía
Solidaria6
, bajo presiones de ANTEAG, sindicatos, organizaciones de base de la Iglesia y
ONG.. Desde 2003, las empresas autogestionadas brasileñas han gozado de un apoyo
específico y su número ha aumentado constantemente (Ghibaudi, 2004).
Además las ERT cuentan con la ayuda de CUT (Central Única dos Trabalhadores).
Las ERT eran 200 en 2006 (Dagnino y Novaes, 2006). No obstante, parece que muchas
empresas permanecen sin registrar (Lima, 2007).
Un ejemplo muy exitoso de empresa recuperada brasileña es la compañía Agrícola
Armonía situada en el interior del nororiental estado de Pernambuco. Produce azúcar, en una
zona con mayores costes que São Paulo porque la topografía local no permite la cosecha
mecanizada, lo cual a cambio asegura mayor número de empleos, cumpliendo el objetivo de
inclusión social y mejor distribución del ingreso, con un modelo que hace viable el proyecto.
La empresa entró en crisis en 1993 y se acabó despidiendo a 2300 trabajadores. Actualmente,
se ha convertido en la mayor empresa solidaria de autogestión en Brasil, ofreciendo empleo a
4300 familias (IPS, 2009)
c) Uruguay.
Los primeros casos de recuperación de empresas se produjeron en la segunda mitad de
la década de noventa. Igual que en Brasil, fue importante el trabajo de los sindicatos para
difundir el modelo. Estos procesos de autogestión se inician en una situación de insolvencia
financiera del empleador y de una infraestructura productiva generalmente gravada con
5 El padre de la educación popular, de origen latinoamericano y posteriormente difundida por el resto del
mundo, fue el brasileño Paulo Freire.
6 Por ejemplo, a través de la Secretaria Nacional de Economía Solidaria.
22
créditos garantizados mediante activos. Cuando el acreedor es el Banco de la República
Oriental del Uruguay, suele ser posible que los trabajadores inicien una negociación tras
presentar su proyecto; la negociación puede culminar en un arriendo, o en el comienzo de la
satisfacción de obligaciones sobre la deuda, eventualmente con un período de gracia durante
el que el banco no priva a los trabajadores de los medios de trabajo (Martí et al., 2004).
En Uruguay, las dimensiones del fenómeno son inferiores a Brasil y Argentina, en parte
debido a la menor escala del país. Con respecto al sector productivo, se encuentran más
representados los servicios (Camilletti, 2004). La extensión territorial es bastante heterogénea,
concentrándose en los departamentos de Montevideo, Florida, Lavelleja y Salto.
No existe una asociación específica de cooperativas recuperadas, pero cuentan con la
ayuda de la F.C.P.U. (Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay), tanto en la
etapa inicial como en asesoría técnica y formación durante todo el proceso. Todas las ERT que
han consolidado su situación jurídica como cooperativa están asociadas a la F.C.P.U. En 2006
existían alrededor de 20 empresas recuperadas (Dagnino y Novaes, 2006).
d) Comparación del funcionamiento de las ERT de Argentina, Brasil y Uruguay.
1. El momento de lucha original como factor de cohesión. En los tres países la lucha es
fuente de cohesión fundamental, en contextos de necesidad de mayor equidad (Ghibuadi,
2004; Martí et al., 2004).
2. Adopción formal de principios de autogestión y de cooperación. En Argentina y Brasil la
mayoría de los trabajadores desconocía estos principios antes de serles presentados en el
momento de tomar la empresa (Ghibaudi, 2004), mientras que en Uruguay existía una
mayor difusión popular del funcionamiento cooperativo (Martí et al., 2004). En los tres
hay respeto por los mecanismos de constitución de los órganos estatuarios y por sus
competencias y el funcionamiento democrático. Algunos colectivos toman medidas que
extienden y profundizan la participación mas allá de lo establecido legalmente, sobre todo
en Argentina.
3. Participación real en la gestión. La mayoría de los participantes son del área de
producción, pues al retomar la misma pasan a realizar más funciones que las que
realizaban bajo el control del dueño (áreas administrativas, comerciales, gerenciales etc.).
En Argentina al no existir el sindicato, integran el Consejo de Administración los
23
trabajadores que lideraron el proceso de conversión de la empresa; en la mayoría de los
casos estas tareas las cumplen después del trabajo normal. En Uruguay se da la misma
situación cuando la empresa original no tiene un sindicato fuerte y los dirigentes o
militantes sindicales han de asumir los cargos de responsabilidad (Martí et al., 2004). El
grado de participación en las decisiones y manejo de la información varía con cada caso
específico. Las tareas de dirección y de gestión son asumidas con capacidad por los
trabajadores, excepto en Brasil donde se observan mayores dificultades (Ghibaudi, 2004).
El cuerpo administrativo y la gerencia anterior tienden a no participar en el cambio de
gestión dada su mayor relación con la propiedad, la desconfianza en la viabilidad del
proceso de autogestión y la percepción de tener mayor posibilidades de encontrar otro
empleo (Ghibaudi, 2004; Martí et al., 2004).
4. La remuneración del trabajo es significativamente más igualitaria. En Argentina aparece
de forma más extrema según los diferentes movimientos y con relación a rutinas de gran
participación (mayor frecuencia de asambleas informales…). En Uruguay, los
emprendimientos más consolidados son los que han abordado el debate sobre categorías
laborales. En Brasil, pasado un tiempo tras la lucha inicial, surgen conflictos por la
remuneración y participación efectiva al trabajo (en este país las ERT han tenido mayor
duración de las empresas). En casi todos los casos los retornos alcanzan, tras los primeros
meses, la suma establecida por convenio colectivo del sector al que pertenecen.
5. La viabilidad económica y financiera es muy diversa y en todo caso difícil. Los recursos
iniciales son escasos: deterioro de relaciones con clientes y proveedores, gestión
deficitaria porque el conocimiento del proceso productivo había abandonado la empresa
con el cuerpo gerencial y administrativo durante la crisis, con frecuencia la empresa hace
tiempo que ha parado de producir. Los trabajadores son muy dependientes de la ayuda
externa para superar dichas dificultades. Factores potencialmente positivos son el mayor
grado de compromiso con el trabajo y que muchas empresas llegaron a la crisis por mala
gestión, incluso fraudulenta, situación que suele ser reversible. En Brasil además se
menciona un problema de escasa educación formal de los trabajadores. Casi todas las
cooperativas empiezan trabajando para terceros sin marca propia, cobrando por unidad
producida en concepto de mano de obra y uso de la fábrica, lo que permite producir
inicialmente sin necesidad de adquirir la materia prima (Ghibaudi, 2004). En muchos
casos, esta situación es temporal y va mejorando; los éxitos permiten mejorar la
24
retribución respecto al trabajo asalariado previo; a veces, las ERT comenzan a exportar.
En todos los países la producción alcanza sólo en torno a un 40% de la capacidad, pero
debe señalarse que comenzaron en el 0% y siguen aumentado, aunque sigue habiendo
barreras financieras o jurídicas. Según algunos autores (Ruggeri et al., 2005; Ghibuadi,
2004; Martí et al., 2004), existe una correlación positiva entre el desempeño de estas
empresas y el sector al que pertenecen. Otros (Fields, 2008; Ranis, 2007; Magnani, 2003)
evidencian la capacidad de las cooperativas surgidas de empresas recuperadas para seguir
ganando durante las crisis de sus sectores.
3.1.2. Otros países latinoamericanos.
Estos países se caracterizan por una menor presencia de empresas recuperadas
(Paraguay, México) o por la práctica ausencia de estudios acerca de ellas unida a
características muy específicas (Venezuela). A continuación se describe la situación general o
algunos casos representativos.
a) Venezuela.
La situación en Venezuela es muy distinta a resto de países por ser aquí el estado quien
expropia las empresas que han cerrado o están quebrando, normalmente tras huelgas y
manifestaciones de los trabajadores. En 2005, el gobierno anunció su intención de expropiar
más de 700 fábricas improductivas o que funcionaban muy por debajo de su capacidad
(Dagnino y Novaes, 2006). La recuperación no incluye la posibilidad de que la ERT obtenga
la propiedad de los bienes de la vieja empresa, sino que éstos pasan a manos del gobierno,
quien además elige a los gestores de la nueva empresa (Lucena y Carmona, 2008).
b) Paraguay7
.
En Itauguá, pequeña ciudad cerca de Asunción, llegó la crisis en 1999 que generó el
cierre de ocho fábricas. Ya en el 1997 los obreros habían permanecido 93 días en huelga por
no cobrar sus salarios.
En la Cerámica Itauguá se palpaba el miedo al desempleo. Al principio mantuvieron la
forma jurídica de sociedad anónima, ya que pasar a cooperativa necesitaba tiempo. Los
7 Basado en Zárate (2009).
25
primeros tres años sólo cobraron sus salarios, a veces en dinero, a veces en materias primas o
en productos de la propia empresa
El primer esfuerzo de la administración se centró en consolidar la empresa, reparando
las máquinas y adquiriendo una nueva cantera de caolín. Llegaron a producir cuatro mil
quinientas toneladas mensuales superando las tres mil que se hacían con antelación, al mismo
coste.
La mejoría en la administración, provocó que se sumara más gente a la empresa. De los
142 trabajadores que eran en el momento de la lucha, quedaron 106 cuando la empresa pasó a
manos de los trabajadores. Hoy ya suman 160. Los nuevos son empleados y cuando cambien
la figura jurídica tendrán la posibilidad de asociarse a la empresa.
Estamos pagando las horas extras, aguinaldos, estamos regularizando las
bonificaciones y después queremos avanzar en la salubridad e higiene. Queremos que la
gente trabaje menos horas para mejorar las condiciones de salud, queremos encontrar un
mecanismo para que los que se jubilen sigan percibiendo las utilidades de la empresa, cuenta
Heriberto González, secretario general del sindicato, hermano de Oscar el presidente de la
cooperativa.
La fábrica debe tener una venta de 500 millones de guaraníes [moneda de Paraguay8
] al
mes para cubrir todas las necesidades. A partir de este nuevo gobierno tenemos esperanzas
de que puedan revertir la situación. Hay proyectos de construcción de viviendas populares.
Antes no le dábamos valor a la venta, no le dábamos mayor importancia. Es que esta
empresa trabajaba para Itaipú y Yacyretá, para Capital y un poco de Central. Recién ahora
estamos haciendo el trabajo de contactar con los depositaros del interior. Tenemos uno de
los precios más bajos del mercado, relata Oscar.
Se ve trabajo en la fábrica y se palpan sentimientos de esperanza. Están construyendo
locales para venta y una cancha de fútbol.
8 Cambio el 14 mayo 2009 1euro = 6.835,23 guaraníes (Fuente: Banco Central del Paraguay).
26
c) México9
.
En México la experiencia de empresas urbanas recuperadas organizadas en cooperativas
no ha tenido la dimensión observada en otros países de América Latina, aunque el sector
cooperativo tiene una larga y rica historia y alberga a una de las ERT más grandes del mundo.
La empresa Refrescos Pascual S.A. nació en 1939. En 1982, durante una crisis, los
obreros entraron en huelga porque el dueño no aumentó el salario. Al enfrentarse el
empresario a la situación mediante violencia, se produjo la muerte de dos obreros. Esto
cohesionó aun más a la plantilla que, con el apoyo de sindicalistas y la solidaridad de sectores
medios y populares de la ciudad, se movilizó hasta que en 1984 compraron, en remate
público, los bienes. Después formaron una cooperativa de trabajadores y en 1985 iniciaron las
operaciones formales para empezar a producir. Desde entonces, la cooperativa ha vivido
momentos de prosperidad y de dificultad.
Actualmente en la cooperativa de trabajo agro-industrial Pascual hay 5000 trabajadores
que ofrecen ocho productos. Tiene su propia flotilla de camiones de reparto, 19 sucursales y
56 centros de distribución independientes en el país. Controla la mitad del mercado de frutas y
una décima parte del de frutas carbonatadas. Casi toda su producción se destina al mercado
interno y sus ventas anuales son superiores a los 40 millones de cajas, consiguiendo mantener
sus espacios en un mercado abierto controlado por las transnacionales Coca-cola y Pepsi.
Los puestos directivos se eligen de forma muy democrática. Ocupan sus puestos durante
períodos de dos años, por acuerdo de asamblea, aunque legalmente podría ser de cinco años.
No existen barreras para ser elegido y los socios electos tienen que pasar de manera
obligatoria por un curso de capacitación durante dos meses previos a la toma de cargo.
La organización del trabajo en la cooperativa no se ha modificado sustancialmente, los
trabajadores siguen realizando actividades parceladas y repetitivas. El desempeño laboral es
controlado por supervisores. No es posible la autonomía, persisten la cultura del asalariado, el
individualismo y la falta de implicación en el proyecto cooperativo.
Las relaciones laborales se caracterizan por salarios más altos, reconocimiento de
prestaciones de ley y otras adicionales y un control basado en premios y castigos pero que no
9 Basado en Marañón (2006) y en las informaciones disponibles en la página web de la cooperativa:
http://www.pascual.com.mx/index_home.html.
27
impide a los trabajadores expresar sus puntos de vista. Entre socios y asalariados no existen
diferencias en salarios y prestaciones, sino en cuanto a la capacidad para votar en las
asambleas y al reparto de excedente: rendimientos por los socios y utilidades por los
asalariados. Los asalariados pueden ocupar cargos administrativos, pero sólo los socios
pueden acceder a cargos directivos.
La incorporación de nuevos socios debe cumplir dos condiciones: un perfil específico y
una aportación económica. La contratación o promoción de trabajadores considera la
evaluación, la antigüedad, la trayectoria laboral y la escolaridad.
La viabilidad de esta cooperativa se demuestra por su capacidad para no sólo sobrevivir
tantos años sino de expandirse, todo ello gracias a los siguientes factores:
• Cohesión de los trabajadores.
• Inserción en el mercado con productos de calidad.
• Innovación tecnológica.
• Diversificación productiva.
• Precios accesibles.
No obstante, persisten limitaciones importantes:
• Importante diferenciación salarial (a un directivo se le paga seis veces más lo que
recibe el obrero general).
• La creciente importancia del trabajo asalariado (el número de los socios se ha
mantenido igual, el de asalariados se ha incrementado hasta a alcanzar más de la mitad
de la población trabajadora).
• Las diferencias básicas entre socios y no socios.
• La empresa hace uso de la flexibilidad laboral cuantitativa.
Además, existe un problema fundamental a resolver: la reclamación del antiguo dueño
de los terrenos donde se asentaba la fábrica. En 2001 la Corte Suprema de justicia falló a su
favor.
3.2. Algunos países desarrollados.
Las empresas recuperadas aparecieron en los países desarrollados con la crisis de los
años setenta. Cuando en 1973 estalla el conflicto petrolífero el mundo se encontraba asentado
en un desarrollo constante basado en el bajo coste de las materias primas y las fuentes
28
energéticas. Se produjo una transformación del capitalismo que conllevó un mayor
intervencionismo estatal como corrector de la economía de mercado, una mayor
concentración y diversificación de la producción y una internacionalización de las empresas
con aparición o reforzamiento de grandes multinacionales, la modificación del reparto laboral
(de la mayoría obrera -blue collar- al trabajo administrativo de una clase media emergente de
-white collar) y, como máximo exponente del cambio, la aparición del Estado de Bienestar.
Existen dos antecedentes importantes:
• En 1918, siete corporaciones10
acordaron el reparto de las fuentes de suministro y los
mercados de petróleo. En 1928 firmaron el acuerdo de Achnacarry, en vigor hasta
1947, que supuso la cartelización de las fuentes de suministro de crudo y del mercado.
Los acuerdos permitieron que en 1971 controlasen el 80% de la producción y
determinasen el precio del petróleo.
• La OPEP se constituyó en 1960 con Venezuela como país promotor. El resto de socios
fundadores fueron Irán, Irak, Kuwait y Arabia Saudí (más adelante se incorporarían
Argelia, Libia, Qatar, los Emiratos, Nigeria e Indonesia). Los primeros objetivos
fijados fueron la promoción de sistemas unitarios de precios y de fiscalidad y, de
mayor trascendencia, la participación en la explotación directa de sus recursos
energéticos. Añadido a esto, Argelia, Iraq, Libia y Arabia Saudí comenzaron la
nacionalización de sus yacimientos en 1971. Si Venezuela no lo hizo fue porque sus
concesiones estaban a punto de vencer.
El consumo de petróleo había polarizado el sistema y lo hacía vulnerable. Y las reservas
petrolíferas eran inferiores a un consumo creciente de energía por parte de países
industrializados que no la producían, excepto Estados Unidos y la Unión Soviética.
El primer síntoma de inestabilidad fue la decisión del presidente Nixon en agosto de
1971 de desligar el dólar del patrón oro por la difícil situación en la que se encontraba es país
tras la guerra de Vietnam. Esto provocó su caída y el desorden del sistema monetario. La
nueva devaluación del dólar en febrero de 1973 no hizo más que incrementar la inestabilidad.
10 Conocidas como las siete hermanas: las estadounidenses Mobil, Gulf, Texaco, Standard Oil de California y
Standard Oil de New Jersey (luego Esso y hoy Exxon), la británica Anglo Iranian (hoy British Petroleum) y la
anglo-holandesa Royal Dutch Sheel.
29
Al tiempo, las decisiones de la OPEP a comienzos de los setenta11
iniciaron una
profunda transformación de los mercados petrolíferos. El precio del barril de petróleo se
incrementó en un promedio de 2 a 3,5 dólares entre 1970 y 1973.
Esto supuso un duro golpe para las potencias occidentales, que comenzaban a acusar la
necesidad creciente de petróleo y la dependencia de los países productores. Además, la
actuación de las grandes corporaciones no ayudó a hacer frente a esta situación, ya que el
incremento de los precios les permitía, además de conseguir mayores beneficios, hacer
exportables recursos propios de mayor coste de Alaska y del Mar del Norte, y revalorizar
stocks y viejos yacimientos.
La causa última que desembocaría en la crisis petrolífera tuvo un cariz histórico. Los
conflictos bélicos en Oriente Medio desencadenaron las decisiones de la OPEP cuando el rey
saudita Faisal hizo una llamada al resto de países proveedores de petróleo para establecer un
embargo de crudo a las naciones occidentales, que habían respaldado a Israel, y así presionar
para que Israel se retirase de los territorios que había ido ocupando desde 1967. El embargo se
estableció el 17 de octubre de 1973. El día anterior la OPEP acordó también aumentar el
precio del barril del petróleo de 3 a 5 dólares así como reducir la producción entre el 15 y el
20% hasta que sus demandas fueran satisfechas. De todas estas medidas sólo se mantuvo el
incremento del precio del petróleo, que alcanzó los 12 dólares/barril en diciembre de 1973, se
multiplicó por cinco en 1973-1974 y creció el 150% en 1979-1980.
Los efectos fueron graves. El crecimiento del PIB, hasta entonces muy positivo,
comenzó a presentar cifras negativas en Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. Los
únicos países que crecieron lo hicieron de forma imperceptible y en ocasiones por no haberse
enfrentado aún a la crisis, como España. Las empresas tuvieron dificultades cada vez mayores
y la recesión resultó inevitable. El aspecto en el que más se manifestó la crisis en todo el
mundo fueron las tasas de paro, que sobrepasaron en los países de la OCDE el 5% en 1974-
1975 y el 10% en 1980-1982. Los empleos industriales destruidos, casi el 30% a mediados de
los ochenta, no fueron sustituidos por otros semejantes, sino que se avanzó hacia la
terciarización, aunque tampoco en este sector se generarían suficientes puestos de trabajo.
El carácter más original y sin precedentes de esta crisis fue la stagflation, es decir, la
combinación del estancamiento económico, con sus consecuencias sobre el empleo, y la
11 Conferencias de Caracas (1970) y de Teherán (1971).
30
inflación, expresada en una aguda alza de precios. La inflación favoreció comportamientos
especulativos en detrimento de las operaciones productivas que podrían haber hecho frente al
estancamiento económico.
Junto a la stagflation apareció también un nuevo concepto: el Estado de Bienestar,
donde la reducción de desigualdades debía ser objetivo esencial de cualquier política social,
objetivo que podría cumplirse a partir de los presupuestos públicos. Cuando la crisis llegó a
las haciendas públicas se descubrieron sus límites y el modelo presentó los primeros
problemas. El cambio de política económica del keynesianismo al neoliberalismo nació aquí.
En diciembre de 1978 los países de la OPEP deciden incrementar de nuevo el precio del
crudo de una forma más drástica que la anterior y con efectos recesivos profundos. En tres
años los precios casi se triplicaron, desequilibrando la balanza exterior de los países
consumidores y forzándoles a lanzar o acelerar vigorosos programas de independencia
energética. Los sectores en crisis sufrieron un agravamiento de las mismas.
El retroceso que experimentaron los países occidentales respecto a la producción fue
significativo y su recuperación aún más difícil que en la primera crisis. Todo esto provocó un
cambio en las relaciones internacionales. La competencia aumentó y muchos países tuvieron
que abandonar las producciones inviables, al tiempo que reorientaban su aparato productivo.
Mientras, las economías del Tercer Mundo, fuertemente endeudadas por la caída de la
producción mundial con la primera crisis que había repercutido en sus ingresos por la venta
de materias primas, vieron aumentar el peso de su carga financiera. Para evitar la bancarrota,
tuvieron que acudir a las grandes instituciones financieras internacionales, que les obligaron a
una política de austeridad, en ocasiones dramática, que favoreció las graves consecuencias
políticas y los conflictos sufridos las décadas posteriores.
Como se ve más en detalle en los subepígrafes dedicados a cada país, la recuperación de
las empresas ocurrió de modo diferente al de América Latina en los últimos años. También en
hubo huelgas y manifestaciones, pero raramente se llegaron a ocupar plantas.
Igual a Argentina, Uruguay y Brasil, los estados empezaron a promover las cooperativas
de trabajadores, ya que vieron en éstas una buena solución para contrastar al desempleo con
un coste relativamente bajo para el país en comparación con los subsidios e instrumentos
similares.
31
La posibilidad de mantener el empleo en los países desarrollados a través de las
empresas recuperadas sigue siendo actual no sólo con relación a la crisis actual sino, como
plantea Ranis (2007), para enfrentar la pérdida de puestos de trabajo, especialmente
industriales, debido al fenómeno cada vez más agudizado del outsourcing.
3.2.1. Francia12
.
La situación en Francia se ilustra con el caso de Lip, una compañía de relojes con sede
en Besançon, que se convirtió en emblemático foco de agitación de los conflictos entre los
trabajadores y la patronal en este país.
En la década de 1960 esta empresa, altamente especializada, comenzó a tener problemas
financieros. Fred Lipmann, conocido como Fred Lip, abrió al extranjero el capital de la
empresa en 1967 a Ebauches SA (filial de ASUAG, un gran consorcio suizo que más tarde se
convirtió en Swatch) vendiendo el 33% de las acciones. En 1970 Ebauches SA se convirtió en
el mayor accionista con el 43% del capital. Ebauches, tras lo cual despidió a 1300
trabajadores.
LIP fue el primer francés en construir relojes de cuarzo en 1973, pero tuvo que hacer
frente a la creciente competencia de los Estados Unidos y Japón. La empresa se vio obligada a
iniciar trámites de liquidación en abril de 1973. En mayo de 1973, fue fundado el CA (Comité
de Acción), influenciado por el movimiento de mayo de 1968. Durante una reunión
extraordinaria del Comité en junio de 1973, los trabajadores descubrieron planes secretos para
reestructurar y reducir el tamaño (una nota dice "deshacerse de 450"), lo que precipitó la
ocupación de la fábrica y la toma como rehenes de dos miembros de la dirección y un
inspector del trabajo. Los rehenes fueron rescatados por las fuerzas antidisturbios, por lo que
la plantilla decidió tomar como nuevos rehenes una parte de los activos con el fin de bloquear
la reestructuración de planes. Se incautaron y ocultaron 65.000 relojes.
La huelga estaba dirigida por el sindicalista Charles de Piaget. La mitad de los
trabajadores estaban afiliados al sindicato CFDT13
o al CGT14
, perteneciendo la mayoría al
12 Este subepígrafe se basa en Downes (2002) así como en la página de wikipedia dedicada a Lip.
13 Confédération Française Démocratique du Travail.
14 Confédération Générale du Travail.
32
primero. Los dirigentes eran en su mayoría miembros de la AOC15
y de los movimientos de
educación popular. En ese momento, los trabajadores seguían siendo escépticos acerca de las
posibilidades de autogestión, y solicitaron la presencia de un empresario, pasando la huelga a
estar dirigida por François Chérêque, de la CFDT. Tras una gran manifestación de 12000
personas (cantidad equivalente a la población de Besançon), una asamblea general de los
trabajadores decidió continuar la producción de relojes bajo control obrero para asegurar la
"supervivencia de los salarios". El sindicato CGT-CFDT pidió a la revista Cahiers de Mai
apoyo para la toma de un periódico dedicado a la huelga. Ese diario se denominó Lip-unité y
tuvo un papel importante en la popularización del movimiento.
Para poder volver a iniciar la producción en la fábrica, esta vez sin un empleador, se
venden los relojes incautados, lo que supuso en seis semanas una cifra similar a la mitad de
los ingresos de un año normal.
El gobierno propuso un nuevo plan, que incluía el despido de 159 trabajadores de un
total de 1200. En agosto de 1973, los trabajadores se negaron esta oferta y se abrieron
negociaciones entre los sindicatos, el Comité de Acción y un mediador nombrado por el
Gobierno. Cuatro días más tarde, la Guardia Móvil (una unidad militar) ocupó la fábrica y
expulsó a los trabajadores, permaneciendo hasta febrero de 1974. Después de esta ocupación
violenta, muchas empresas de Besançon y de la región decidieron ir a la huelga y los
trabajadores se apresuraron a llegar a la fábrica LIP para luchar contra las fuerzas militares.
Los líderes de la Unión intentaron interceder para evitar la confrontación, pero el gobierno
procedió a ordenar detenciones, lo que llevó a muchas personas a los tribunales los días
siguientes. En septiembre de 1973, hubo una protesta nacional en Besançon en la que
marcharon 100.000 personas.
Finalmente, Claude Neuschwander, entonces el número 2 en el grupo de publicidad
Publicis y miembro del Partido Socialista Unificado (PSU), aceptó convertirse en gerente de
la fábrica. LIP se convirtió en una filial de BSN, logrando Neuschwander y Antoine Riboud
eludir el control periódico semanal de las cuentas.
Lip y la delegación de la dirección de la fábrica Dôle firmaron un acuerdo en enero de
1974. Clockwork Europea Co., dirigida por Claude Neuschwander, tomó el control de LIP.
Neuschwander tenía 850 ex trabajadores readmitidos en marzo, y la huelga terminó. En
15 Action Catholique Ouvrière.
33
diciembre de 1974, el conflicto parecía haber terminado: los trabajadores dejaron de gestionar
la fábrica, y todos los despedidos fueron readmitidos. En contradicción con el acuerdo de
Dôle de enero de 1974, el tribunal de comercio pide que LIP satisficiera una deuda de 6
millones de francos adeudados a los proveedores por la antigua empresa.
Los accionistas obligaron a Claude Neuschwander a dimitir en febrero de 1976, y
Clockwork Europea Co.inició un procedimiento de liquidación en abril. Los problemas entre
trabajadores y dirección comenzaron de nuevo. En mayo de 1976, los trabajadores volvieron a
ocupar la fábrica y comenzaron de nuevo a gestionar la producción de relojes. Nadie se
ofreció a hacerse cargo de LIP a este momento. La firma fue definitivamente liquidada en
septiembre de 1977. Después de largos debates internos, en noviembre de 1977, los
trabajadores crearon una cooperativa, denominada Les Industries de Palente, manteniendo el
acrónimo LIP como marca.
Charles Piaget declaró en 1977, en Le Quotidien de París, sobre el experimento de auto-
manejo:
Un poco más de 500 trabajadores están efectivamente en la batalla,
reuniendo todos los días, y esto, diecinueve meses después de haber
sido despedidos. Es la prueba viviente de la democracia. Es imposible
tener una fuerza colectiva, sin la continua práctica de la democracia,
sin compartir las responsabilidades, y sin la participación de todo
tipo. Hay que señalar que en la LIP los trabajadores están a cargo de
alrededor de treinta puestos de trabajo, desde el restaurante, que sirve
300 comidas al día por 4 de francos a un peluquero para los
desempleados, a una comisión judicial para estos mismos
desempleados, a las diversas actividades artesanales, de las cuales
destaca el juego Chômageopoly16
, que ya ha vendido más de 6.000
unidades, y, por último, la producción industrial.
La segunda lucha no terminó hasta 1980, cuando se crearon seis cooperativas que
empleaban a 250 trabajadores de un total de 850. La mayoría del resto de trabajadores que se
sumaron a la lucha (alrededor de 400) fueron contratados por el municipio o aceptaron
acuerdos de jubilación anticipada. Las cooperativas duraron entre 3 y 12 años. Tres de ellas,
16 "Chômage" significa desempleo en francés.
34
creadas posteriormente, siguen existiendo hoy. Por ejemplo, algunos ex LIP trabajadores
volvieron al trabajo en Palente con la SCOP. Lip Précision Industria, que emplea a unas
veinte personas y se centra en la mecánica de precisión.
LIP Cooperativa fue rescatada por Kiplé en 1984, durante la presidencia de François
Mitterrand. Sin embargo, la nueva empresa fue liquidada seis años más tarde. Jean-Claude
Sensemat entonces compró la marca en 1990, y el relanzamiento de la producción con
métodos modernos. Las ventas aumentaron a un millón de relojes al año. LIP ha reeditado el
reloj Charles de Gaulle, que Jean-Claude Sensemat ofreció en EE.UU. al presidente Bill
Clinton. En 2002, Sensemat LIP Internacional firmó un contrato de licencia con Jean-Luc
Bernerd, que creó La Manufacture Générale Horlogère en Lectoure Gers.
En Francia tuvieron lugar otros fenómenos autogestionaros por la misma época, que las
autoridades acabaron viendo como un buen instrumento de lucha contra el desempleo. La Ley
del 1984 para el Desarrollo de la Iniciativa Económica prevé que los trabajadores que deseen
comprar una empresa total o parcialmente constituyan para ello una sociedad holding en la
que tendrán más de la mitad de los derechos de voto, que será quien compre la empresa
original con su capital y tome en préstamo la diferencia entre éste y el precio de adquisición.
Cuando hayan sido reembolsados todos los préstamos a los organismos financieros, el holding
y la empresa adquirida pueden fusionarse. Los trabajadores deben tener más de la mitad de los
derechos de voto en la entidad resultante de la fusión (Rojo y Vidal, 1988).
3.2.2. Estados Unidos de América17
.
En Estados Unidos, igual que en otros países ricos, muchos trabajadores ven peligrar
crecientemente su situación laboral por el fenómeno del outsorcing cuando las
multinacionales con matriz en el país intentan producir donde el coste salarial sea más barato,
los impuestos más bajos y los subsidios estatales más adecuados para sus nuevas fábricas. La
frecuente consecuencia son trabajadores con alto nivel de instrucción sin posibilidad de
encontrar un nuevo trabajo. En muchos casos se trata de fábricas u otros tipos de empresas
muy grandes que daban trabajo a toda una ciudad o un conjunto de pueblos.
En Estado Unidos no es frecuente que los trabajadores ocupen las empresas por la
17 Este epígrafe está basado en Ranis (2007).
35
fuerza sino que los tribunales, con base en el eminent domain18
por razones de utilidad
pública, deciden confiar esas empresas a cooperativas de trabajadores reembolsando un
determinado valor a los dueños previos. En muchos casos no son los trabajadores quienes
presionan a los políticos para solucionar sus problemas de desempleo sino que la iniciativa
parte de las mismas las autoridades públicas, lo que facilita una actitud positiva de los jueces.
Kelo vs. New London en 2005 muestra un caso muy importante. Pero existen otras
experiencias más antiguas de utilización del derecho de expropiación, como Hawaii Housing
Authority vs. Midkiff en 1984.
3.2.3. España19
.
España afrontó las crisis energéticas con una estructura económica muy débil debido a
su dependencia del proteccionismo franquista y de los costes de mano de obra baratos.
Además, estaba especializada en industrias tradicionales como la siderurgia, la naval y otras
intensivas en mano de obra, como el textil, el cuero y el calzado, lo que la situaba en una
posición aún más precaria. Añadido a esto, la recesión económica que la crisis energética de
1973 provocó en todos los países desarrollados occidentales coincidió en España con un
período de cambio político que dio paso a la instauración del régimen constitucional y, con el
tiempo, a la incorporación a la Comunidad Económica Europea.
En el período en que Europa debía moderar su crecimiento económico, contener su
inflación y aplicar medidas fiscales para reanimar la demanda, España se caracterizó por la
pasividad. Los responsables de la economía de la dictadura franquista creían que se trataba de
una crisis pasajera y, no sólo no desarrollaron ninguna actuación económica, sino que
subvencionaron e incrementaron el consumo de productos energéticos y mejoraron
notablemente los salarios. Así, en 1974 el consumo del petróleo suponía el 70% del total de la
demanda energética, cuando en 1961 no superaba el 30%. Con la llegada de la democracia
tampoco se adoptaron medidas por su impopularidad, por lo que el Estado y las empresas
tuvieron que hacer frente al aumento del precio del crudo, lo que elevó la inflación a niveles
insostenibles. Además, tras años de bases sociales sumisas a las demandas empresariales bajo
el franquismo, con la democracia la patronal hubo de hacer frente a los sindicatos, los cuales,
18 Derecho de expropiación. Este mismo derecho ha sido aplicado con mucha frecuencia para revitalizar áreas
urbanas de pequeñas ciudades y para aumentar los impuestos.
19
Epígrafe basado principalmente en Mier (2003).
36
aprovechando la poca resolución política, consiguieron elevaciones salariales desmesuradas
que acabarían siendo perjudiciales para los niveles de empleo. Hasta los pactos de la
Moncloa, en los que se fijó una estrategia de desinflación salarial progresiva, la crisis vigente
hizo que los gobernantes no enfrentaran el conflicto y la espiral inflacionista se retroalimentó
espectacularmente.
Los pactos de la Moncloa promovieron medidas urgentes y reformas a medio plazo. Las
medidas a corto plazo consistían en una política monetaria que frenara la expansión de la
masa monetaria, una política presupuestaria que redujese el déficit público, la fijación de un
cambio de la peseta realista que redujese la deuda exterior y la obligación de incrementar los
salarios según la inflación prevista. Contra el paro se promovió la contratación temporal,
sobre todo en el caso de los primeros empleos, en su mayoría jóvenes que accedían por
primera vez al mercado laboral.
Todas estas actuaciones permitieron reducir la inflación al 26,4% a finales de 1977, y al
16% en 1978, además de sanear la economía de las empresas y duplicar las reservas de
divisas del país.
La nueva alza de los precios a causa de la segunda crisis energética de 1978 provocó en
España un ahondamiento en la crisis por la evolución del sector exterior, el déficit, la
inflación, el paro y las quiebras empresariales. Además, se produjo en un momento de
debilidad política, lo que propició el retraso respecto a Europa, donde se estaban tomando
medidas de control de la inflación.
La mejora en las economías europeas con base en el incremento de las exportaciones y
la reactivación del consumo y de la inversión permitió que España se fuese recuperando, hasta
el punto de que, en el trienio 1987-1989, su crecimiento fue superior al del conjunto de la
CEE. Sin embargo, las tasas de paro se mantuvieron excesivamente altas (16,88% al finalizar
1989)20
, lo que tendría importantes consecuencias en el aspecto social.
a) Algunos casos de ERT españolas21
.
El origen del fenómeno de las ERT en España se remonta a los primeros años de la
20 Instituto Nacional de Estadística.
21
Subepígrafe basado en Ruiz et al. (2009) y en las páginas web de algunas de las empresas mencionadas.
37
década de los cincuenta, en la empresa cordobesa Talleres Ávila, S.A., dedicada a reparar
vehículos para transportar productos de CAMPSA. En 1955 el Presidente de la Sociedad
ofreció la venta de los talleres a los trabajadores por 700.000 pesetas (unos 150.000 euros
actuales). Tras varias reuniones, se decidió formar la "Cooperativa Industrial de Automóviles
y Tractores de Córdoba" con el apoyo del Jefe Provincial de Cooperación. Además, la familia
Ávila facilitó el proceso. Seguidamente, lo más difícil fue conseguir el dinero para la compra;
por un lado, la Mutualidad Laboral Siderometalúrgica prestó 125.000 ptas.; por otro, el
propietario de una gasolinera avaló a los socios a condición de que sus dos hijas fueran socias;
gracias a esto, el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba concedió créditos personales
por importe de 650.000 ptas. Los inicios fueron muy duros. A la banca le costaba concederles
más créditos y los proveedores y clientes también desconfiaban. Se trabajó mucho para ganar
la confianza de todos ellos. En 1957 se decidió comprar un local de 5.000 m2
por un precio de
3.250.000 ptas. concedidos por el Monte de Piedad. Se empezaron a reparar vehículos de
origen diverso y a conocerse la Cooperativa en todo el país. En 1960, al desarrollarse sectores
como la construcción y la agricultura, la Cooperativa creció, adquiriendo mejor maquinaria y
contratando más personal. En 1961 se declaró modelo entre las de su clase y fue visitada por
Franco. Tras un informe de la firma Gerentes Ibérica, S.A., se reestructuró todo, dividiendo la
empresa en secciones, desarrollando la contabilidad e incorporando métodos modernos de
gestión. En 1974 había 32 socios y otros tantos contratados; en diciembre apareció la nueva
Ley de Cooperativas, que no permitía un número de asalariados superior al 10 por 100 del
total de socios, lo que llevó a admitir como socios a los trabajadores que no lo eran; esta
medida provoca la baja voluntaria de algunos socios, además de un incremento del patrimonio
de la Cooperativa de 500.000 ptas. (unos 36000 euros actuales) aportadas por los nuevos
socios. En 1983 la Cooperativa decidió adquirir unos terrenos y construir un nuevo edificio
para su enclave de acuerdo con sus necesidades y exigencias de desarrollo, a lo que se une un
capital de más de 90.000.000 ptas. en instalaciones técnicas y maquinaria especializada. Todo
ello se ha ido financiando con créditos de entidades bancarias y subvenciones de la Junta de
Andalucía; el endeudamiento actual es mínimo. Con la expansión se vio necesario buscar la
concesión de alguna marca, llegándose a un acuerdo con Renault Vehículos Industriales en
1991. Después la empresa se ha ido estabilizando y manteniendo su competitividad mediante
inversiones en nueva maquinaria y numerosos cursos por parte de los operarios en mecánica,
electricidad y electrónica. También se han conseguido las certificaciones de calidad según la
Norma UNE-EN-ISO 9001:2000 y PECAL-2120 por parte del Ministerio de Defensa, que
permiten seguir abriendo nuevos mercados y ampliando los existentes.
38
Otro ejemplo es la cooperativa metalúrgica de Castilla la Mancha Cosemap ubicada en
la provincia de Ciudad Real, que nació el 1982, de una empresa vasca que decidió cerrar sin
satisfacer las correspondientes indemnizaciones. Después de manifestaciones, encierros y
huelgas de hambre, los obreros consiguieron quedarse con las maquinarias y la cartera de
clientes. La cooperativa aun sigue trabajando.
No todas las historias han sido de lucha obreros contra patronos. Algunos dueños
simplemente no pudiendo pagar, dejaron la fábrica a los obreros como pago en especies,
como ocurrió en el caso de Cartonajes Aitana, en Alicante, que se volvió rentable en manos
de los obreros y además, aceptaron a los hijos de los antiguos dueños como socios.
Experiencia similar, también en la comunidad Valenciana, es la de la familia Manclùs,
dedicada al arreglo de campanarios, cuyos dueños decidieron directamente cerrar y reiniciar la
actividad en cooperativa.
En los mismos años nació Mol-matric. Pronto, los socios de esta cooperativa se dieron
cuenta de que tenían nociones de gestión empresarial, por lo que los puestos directivos se
repartieron en función de las aptitudes de cada uno.
La cooperativa de alfombras Sherlimp, formada por 42 obreros que compraron la
empresa a su antiguo propietario y aprovecharon la ley mencionada contratando a un gerente,
tiene más de treinta años y alcanza los 30.000 clientes. Se trata de la primera empresa
española dedicada exclusivamente a la limpieza, conservación y restauración de alfombras.
Para resolver los inicios de actividad de las cooperativas, el gobierno Español creó el
Fondo Nacional de protección del trabajo, que concedía créditos blandos por socio para
iniciar la cooperativa y un crédito especial para contratar un gerente por un año.
En 1984, se aprobó una nueva ley, aún vigente, que permite que aquellas personas que
vayan al paro puedan cobrarlo de una vez para crear una cooperativa. Cientos de cooperativas
han sido fundadas gracias a esta facilidad.
Una empresa recuperada más reciente es la ex empresa aragonesa Low Power, que se
dedicaba a la metalurgia. Después de algunas dificultades que incluyeron retrasos en el pago
de salarios, cerró en marzo de 2008, dejando en el paro a todos sus trabajadores, deudas
millonarias y muchos trabajos. Tras varios conflictos, los trabajadores formaron la
39
cooperativa Metalva, que está recuperando clientes. Para la formación de los trabajadores han
contado entre otras ayudas con las de sus proveedores.
b) Asturias22
.
La situación socio-laboral de los trabajadores asturianos, en los años comprendidos entre
la crisis energética de 1973 hasta finales de la década de los 80 ha estado marcado por la
dificultad de hacer frente a una recesión económica acentuada por las peculiaridades de su
economía. Hay que valorar en este sentido la coincidencia de varias dinámicas determinantes
en la evolución de la población activa:
• Demográficamente, la región mantiene un crecimiento sostenido hasta principios de
los ochenta.
• El crecimiento económico es débil y presenta un marcado carácter cíclico.
Todo esto provoca una reducción de efectivos y un aumento de las tasas de paro, que no
se logran paliar ni con la reducción de recursos humanos que supone la caída de la natalidad
desde 1981.
La etapa clave en destrucción de empleo se sitúa entre los años 1976 y 1984, a la que
sigue un período expansivo hasta 1990 en el que la economía de la región no logra recuperar
los empleos perdidos. Esto puede considerarse debido a la falta de dinamismo de la actividad
económica, además del cambio significativo en su estructura, con una progresiva
terciarización que provoca la marginación productiva de los trabajadores despedidos del
sector secundario que no encuentran salida en los servicios.
La peculiaridad más importante de la economía asturiana son los altos costes laborales
de los empleos industriales. Los salarios en la industria asturiana suponían en algunos
momentos hasta el 35,6% más que la media industrial española. A esto se añaden los mayores
costes en la cotización social de la industria y la construcción. Pero todos estos factores no se
traducen en unos niveles de productividad elevados, situándose la asturiana por debajo de la
media nacional en casi un 10%.
22 Este subepígrafe se basa en Mier (2003) y en la información disponible en las páginas en internet de algunas
de las empresas recuperadas que se mencionan. Sobre las mismas entidades públicas y privadas se vuelve, junto
con otras, en el Capítulo 4 del presente Informe.
40
Con respecto a la cuestión de los salarios, es importante el papel que han venido
jugando los sindicatos. El mayor peso sindical residía en las empresas públicas de los sectores
industriales tradicionales, minería y metalurgia fundamentalmente, mientras la estructura
económica crecía en dirección a las actividades terciarias. Así, los sindicatos defendieron una
gestión del declive industrial buscando lógicamente el beneficio de sus afiliados, lo que en
algunos casos provocó perjuicios en otros sectores.
El balance de esta situación puede resumirse en la dificultad que ha tenido la economía
regional para generar alternativas de empleo y, cuando las ha generado, su escasa calidad. El
trabajo indefinido en los sectores industriales no ha sido regenerado, y la rigidez del mercado
de trabajo en algunos casos ha favorecido un débil crecimiento económico a lo largo de estos
años. Además, el peso de la empresa pública creó una “irrealidad”, con altos salarios y baja
productividad que absorbió muchos de los recursos públicos destinados a afrontar la crisis.
Uno de los primeros casos de ERT en la región23
fue el de AEA CRADY, que formaba
parte del AEI CRADY, un grupo importante de 20 empresas repartidas por todo el territorio
español y con unos pasivos del orden de 5.000 millones de pesetas del momento. Sin
embargo, la empresa no pudo hacer frente a la crisis de finales de los 70 y en enero de 1980 se
constituyó en Gijón la sociedad AEA CRADY (Aplicaciones Eléctricas Asturianas) para
mantener la actividad. En Asturias como en el resto de España, la recuperación de empresas
no se da sólo a través de cooperativas sino especialmente con otras formas jurídicas como
sociedades anónimas laborales (S. A. L.). La nueva sociedad fue comprando activos, pagando
con distintas modalidades según los análisis jurídicos. Según el estudio de viabilidad, se
reclutó personal de diferentes especialidades, comenzando la actividad con unos 100
trabajadores. A los dos años ya alcanzaba los 420. Para sacar adelante el proyecto también se
contó con la aportación de capital realizada por entidades bancarias titulares del grupo, lo que
sirvió para garantizar durante toda la operación la solvencia ante proveedores y clientes, un
hándicap que sufrieron muchas empresas de economía social en estos años. Esto se debía
sobre todo a la reticencia de los proveedores a dar facilidades de pago a una empresa en la que
los titulares eran los trabajadores. Además de esto, las sociedades anónimas atacaban
duramente estos nuevos modelos empresariales haciendo referencia a competencia desleal por
trato discriminatorio. Sin embargo, el mayor problema al que quizá tuvo que enfrentarse la
23 En realidad el primer caso fue el de la cooperativa industrial “La Asturiana”, una fábrica de porcelana que fue
cedida a los trabajadores en 1967.
41
empresa fue a la falta de hábito en la autogestión de la mayoría de los trabajadores, que
provocó conflictos societarios entre socios y con el equipo directivo. A pesar de todo esto, la
facturación alcanzó entre los 1.000 y los 2.000 millones de pesetas del momento al año, lo
que permitió recuperar la tecnología y el mercado de las empresas punteras en el campo del
aparillaje eléctrico, sector en crisis en toda España. El crecimiento de la empresa permitió la
apertura de mercados mundiales, en Inglaterra y Alemania, convirtiéndose en competidora
internacional. Con empresas francesas se llegó a concretar programas de colaboración para
fabricar en España equipos que se venderían a terceros países. En 1986 un equipo de gestión,
GESTIVER, se hace cargo de la dirección de la empresa y continuó su actividad. La S.A.L.
fue vendida en 2002 a la empresa privada TEMPER S.A., muestra palpable de su viabilidad, y
continúa su actividad en el concejo de Gijón.
Este es el fin de muchas empresas recuperadas de España: después de años exitosos, los
trabajadores han decidido venderlas, aunque no siempre ha sido así. A continuación se
presentan dos casos de empresas recuperadas por sus trabajadores que aún son propiedad de
sociedades laborales: ALCOTAN y REMASAL.
Los orígenes de la empresa ALCOTAN se remontan a 1927, cuando Manuel Menéndez
inauguró el servicio de viajeros Pola de Laviana-Oviedo. Se constituye así una sociedad
anónima que mantendrá su actividad hasta 1980 con el nombre de El Carbonero, S.A. y que
desarrolla su actividad en el valle del Nalón, principalmente en Langreo. A pesar de esta
actividad histórica, en los años setenta la sociedad presenta una importante descapitalización,
lo que provoca los primeros déficits presupuestarios. Tras una década de crisis, los empleados
asumen la compra de la empresa y nace ALCOTAN. Esta nueva Cooperativa de Trabajo
Asociado se constituye en Laviana en junio de 1980 con un total de 96 socios (en los sesenta
se habían alcanzado los 142 trabajadores). El proceso de constitución fue duro y largo debido
a los problemas económicos de la anterior empresa, de la cual la nueva sociedad asumió
pasivos y un parque móvil anticuado. Sin embargo, la concesión administrativa del “Servicio
de Transporte Público Regular y Permanente de Viajeros por carretera de Uso General, entre
La Foz-Laviana y Oviedo, con hijuelas en todo el Valle del Nalón y Prolongación a Puebla de
Lillo y Riaño”, servicio que venía prestando la anterior empresa, ayudó a mejorar la
viabilidad de la empresa, en peligro por las dificultades para obtener créditos para renovación
de parque móvil o para mejorar las condiciones salariales de los socios, con pagos atrasados
por la anterior empresa y sin subidas salariales en los cuatro primeros años. En la actualidad,
Estudio sobre las empresas  recuperadas por trabajadores en contextos de crisis
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Estudio sobre las empresas recuperadas por trabajadores en contextos de crisis

  • 1. Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias Estudio sobre las empresas recuperadas por sus trabajadores en contextos de crisis Dirección: Jorge Coque Martínez Investigadores: Nuria López Mielgo Enrique Loredo Fernández Becarios: Simone Zardi Marcos Menéndez Menéndez Enero 2010 Colaboración de:
  • 2. 2 Agradecimientos. Este trabajo fue desarrollado gracias al apoyo recibido del Ayuntamiento de Gijón mediante una subvención otorgada en 2009 a través del Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias (IUTA). Se contó asimismo con la decidida colaboración institucional y de recursos humanos tanto de ASATA (Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado) como de la Fundación para el Fomento de la Economía Social y del propio IUTA. Además, resultó determinante la buena disposición mostrada por todas las personas entrevistadas, especialmente aquellas vinculadas con empresas asturianas recuperadas por sus trabajadores, por pertenecer a la base social de las mismas o a su estructura directiva, en el presente o en el pasado.
  • 3. 3 Resumen. Una empresa recuperada por sus trabajadores es todo emprendimiento surgido de una crisis exógena o endógena de una empresa privada que trata de mantener los puestos de trabajo mediante un nuevo modelo participativo a cargo de la plantilla. Durante las últimas décadas se puede observar mucha experiencia de este tipo de fenómenos, especialmente en América Latina y Europa. Una parte de esa experiencia podría ser aprovechada en la crisis mundial actual. El presente proyecto ha aplicado la teoría económica y organizativa del cooperativismo y los enfoques de recursos y de capacidades dinámicas a un estudio de casos realizado en Asturias. El trabajo empírico se ha fundamentado en entrevistas en profundidad a dos entidades promotoras del sector de economía social, a dos centros de empresas y a dos sindicatos, así como a personas que en su día fueron parte –o siguen siéndolo- de doce empresas asturianas recuperadas por sus trabajadores. Los resultados del estudio mezclan luces y sombras; aunque varias de las empresas estudiadas eran grandes fábricas descapitalizadas cuya recuperación sólo sirvió para posponer el ajuste, en otros casos -generalmente empresas de servicios más pequeñas- se observan éxitos muy sugestivos. De unas y otras situaciones se extrae un aprendizaje útil para actuar mejor en lo sucesivo.
  • 4. 4 INDICE pág. Agradecimientos ..............................................................................................................................2 Resumen .......................................................................................................................................... 3 1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 5 2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA ............................................................................. 7 1.1. Concepto de empresa recuperada por sus trabajadores .............................................. 7 1.1.1. El cooperativismo de hecho ................................................................................................ 7 1.1.2. Las ERT como cooperativas de hecho .................................................................. 9 1.2. El enfoque de recursos y las capacidades dinámicas ....................................................11 3. PANORÁMICA INTERNACIONAL DE LAS ERT .............................................. 14 3.1. Algunos países latinoamericanos .................................................................................. 14 3.1.1. Argentina, Brasil y Uruguay ............................................................................................. 15 a) Argentina ...................................................................................................................... 16 b) Brasil ............................................................................................................................ 19 c) Uruguay ....................................................................................................................... 21 d) Comparación del funcionamiento de las ERT de Argentina, Brasil y Uruguay .......... 22 3.1.2. Otros países latinoamericanos ........................................................................................... 24 a) Venezuela ..................................................................................................................... 24 b) Paraguay ...................................................................................................................... 24 c) México .......................................................................................................................... 26 3.2. Algunos países desarrollados ........................................................................................... 27 3.2.1. Francia ............................................................................................................................... 31 3.2.2. Estados Unidos de América ............................................................................................. 34 3.2.3. España ............................................................................................................................... 35 a) Algunos casos de ERT españolas ................................................................................ 36 b) Asturias ........................................................................................................................ 39 3.3. La promoción en Argentina de las empresas recuperadas por sus trabajadores ..... 44 4. ESTUDIO EMPÍRICO .............................................................................................. 57 4.1. Metodología ..................................................................................................................... 57 4.2. Resultados de las entrevistas en instituciones .............................................................. 59 4.2.1. Creación de Empresas Recuperadas en Asturias durante las crisis 70-80-90 .................... 61 4.2.2. Evolución de las Empresas Recuperadas Asturianas ........................................................ 66 3.2.3. Perspectivas para la crisis actual ....................................................................................... 74 4.3. Resultados del estudio de casos ..................................................................................... 80 4.3.1. Situación previa ................................................................................................................. 83 4.3.2. Factores que influyeron en el proceso de recuperación ..................................................... 86 4.3.3. Apoyos externos ................................................................................................................ 90 5. CONCLUSIONES ...................................................................................................... 93 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 95 SITIOS DE INTERNET .............................................................................................. 101 ANEXOS ....................................................................................................................... 103 Anexo I: Guiones de las entrevistas realizadas en instituciones asturianas ....................... 104 Anexo II: Guión de las entrevistas realizadas a trabajadores y directivos de empresas recuperadas asturianas ..................................................................... 109 Anexo III: Fotografías del taller celebrado el 30-11-2009 .................................................... 114 Anexo IV: Otras empresas recuperadas por sus trabajadores en Asturias ....................... 115
  • 5. 5 1. INTRODUCCIÓN. Existe una nutrida experiencia internacional de empresas en dificultades causadas por operar en contextos de crisis, que son reflotadas bajo formas empresariales de Economía Social al ser asumidas por sus trabajadores, quienes sustituyen a los empresarios anteriores. Es el caso, por poner dos ejemplos muy conocidos, de las firmas industriales españolas transformadas en Sociedades Laborales o Sociedades Cooperativas durante la reconversión industrial de los años ochenta o, más recientemente, de las fábricas recuperadas en la Argentina del denominado corralito. Sin embargo, no ha sido hasta hace muy pocos años que este fenómeno ha comenzado a ser estudiado científicamente con fines de sistematización de la experiencia y, lo que es más importante, de aprendizaje socialmente útil cara al futuro. En varios países latinoamericanos hay mucha literatura sobre empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT), una parte de la cual proviene del mundo académico (véanse, por ejemplo, Camilleti, 2004; Fields, 2008; Ghibaudi, 2004; Martí et al., 2004). En España, sin embargo, no se ha publicado demasiado acerca de investigaciones científicas sobre las empresas recuperadas, especialmente en el presente siglo. La Fundación para el Fomento de la Economía Social, vinculada al gobierno regional asturiano, encomendó hace algún tiempo un estudio histórico sobre la experiencia local, cuyos resultados recibieron escasa difusión (Mier, 2003). Un libro más antiguo, de carácter sociológico, editado pocos años después de la creación de la mayoría de las empresas recuperadas en Asturias (García y Gutiérrez, 1990) muestra algunos casos donde el proceso de reflotamiento –apoyado en ocasiones por entidades públicas o privadas- fue adecuado y los trabajadores convertidos empresarios consiguieron mantener sus empleos, crear otros nuevos y generar riqueza en su entorno socioeconómico; en otra situaciones, las condiciones de partida de la entidad y sus empleados eran demasiado precarias, la promoción externa no actuó correctamente o se produjeron otras circunstancias que dieron al traste con la experiencia. La investigación que resume el presente informe ha pretendido revisar trabajos previos como los que se acaban de mencionar con el fin de obtener una visión global aplicable en la crisis internacional actual en forma de recomendaciones a empresas industriales que estén sufriendo o puedan sufrir procesos similares. Esa visión global ha sido adaptada al entorno regional mediante un estudio en profundidad de empresas e instituciones locales. Para ello, se ha contado con la colaboración de la Fundación para el Fomento de la Economía Social y de ASATA (Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado, que surgió precisamente durante la crisis de la ya mencionada reconversión de los años ochenta).
  • 6. 6 Los capítulos siguientes resumen las bases teóricas del estudio -que combinan los fundamentos económicos y organizativos del cooperativismo con los enfoques de recursos y de capacidades dinámicas-, una panorámica internacional sobre este tipo de fenómenos y cómo fueron promovidos en Argentina, un resumen de las entrevistas realizadas en varias instituciones asturianas, un estudio comparativo de doce casos de empresas recuperadas en Asturias -cuyos principales resultados se estructuran en tres partes: situación previa de las empresas recuperadas; proceso de recuperación; apoyos externos recibidos- y algunas conclusiones que de todo ello se derivan. El informe se completa con una lista de las fuentes bibliográficas y sitios de Internet citados, así como con varios anexos.
  • 7. 7 2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA. 2.1. Concepto de empresa recuperada por sus trabajadores. 2.1.1. El cooperativismo de hecho. Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común mediante una empresa conjunta de gestión democrática (Alianza Cooperativa Internacional, 1995: 73). De estos conceptos destaca como económicamente esencial la expresión para satisfacer sus necesidades, de donde se deriva la necesidad de gestión democrática. Esta perspectiva asume la aproximación de Eschenburg (1979: 24): Hablamos de cooperación cooperativa cuando un grupo de individuos asume el riesgo y la responsabilidad de una empresa con la intención de usar los servicios económicos que de ella provengan. Ahí radica el llamado criterio o principio de identidad (Benecke 1973; Eschenburg, 1979; Ramírez, 1999): la superposición consciente en las mismas personas de dos papeles (propietario del capital y usuario) genera el concepto mixto de socio. En una cooperativa se duplican las relaciones entre entidad y socios, quienes, por tanto, tendrán mayor interés por gobernar la entidad. Se trata de la principal diferencia de las cooperativas con las sociedades de capital, en las que, teóricamente, el vínculo con sus capitalistas sería más simple. De ahí deriva la idea de que una cooperativa es más que una mera empresa, pues en ella confluyen dos tipos de organización con objetivos muy diferentes: una empresa que trata de maximizar el beneficio cuantitativo (lógica estratégica caracterizada por la gestión económica y las relaciones contractuales formales); y una asociación que trata de alcanzar unos objetivos cualitativos limitados por factores económicos (lógica comunitaria centrada en valores, confianza y ayuda mutua que inducen rutinas participativas) (Michelsen, 1994). Aranzadi (1988) organiza la misma idea en forma de dos niveles superpuestos: una infraestructura empresarial (base fuerte y eficaz) rodeada por una superestructura asociativa (participación interna y externa en el seno de redes sociales, lo que dota a la organización de flexibilidad). Es difícil juzgar el funcionamiento de las cooperativas según una sola de esas dos dimensiones. La competitividad del cooperativismo está muy ligada al respeto de tal idiosincrasia: el principal punto fuerte de estas organizaciones es la eliminación de intermediarios, rasgo que se fundamenta en el principio de identidad y se facilita mediante los rasgos participativos de su cultura empresarial, a lo que se añade que este modelo empresarial se integra en redes de forma muy natural (Coque, 2003).
  • 8. 8 Esta interpretación del cooperativismo permite distinguir entre cooperativas -empresas donde se participa- y no cooperativas -empresas donde no se hace, o se hace deficientemente-. Muchas Sociedades Cooperativas formales (escritas con mayúsculas) no lo son en realidad - violan el principio de identidad (la participación)- y muchas organizaciones bajo otros modelos jurídicos funcionan como cooperativas de hecho (escritas con minúsculas). El concepto de cooperativa de hecho (García-Gutiérrez, 1998) resulta fundamental para comprender el resto de este documento, que se centra en el enfoque económico expuesto hasta aquí y asume como referencia muy matizable la forma jurídica. Desde el punto de vista del cooperativismo de hecho, otros términos habituales y diferentes según los ámbitos geográficos -economía social (Europa), economía solidaria (América Latina)- se refieren a organizaciones participativas en diverso grado, esto es, a cooperativas o a para-cooperativas. Es importante resaltar asimismo el carácter dinámico de todas estas ideas. Por un lado, los ciclos organizativos naturales deben respetarse comenzando por el principio: las condiciones de creación de una cooperativa u otras organizaciones de economía social mejoran sustancialmente cuando el colectivo de emprendedores es generado a priori mediante un proceso adecuado (Benecke, 1973; Jacquier y Nassif-Said, 1990). Por otro, después las cooperativas tenderán a crecer igual que otras empresas, y esto aumentará las dificultades de decidir colectivamente, lo que exigirá mantener la cultura cooperativa mediante dos tipos de métodos (Cornforth, 1995; Hunt, 1992; Michelsen, 1994; Stryjan, 1994): • Reproducción de una base social activa que conserve el principio de identidad. Los socios deben ser quienes dirijan colectivamente la continua remodelación de su empresa y de su asociación. Hay que ir renovando selectivamente a los socios e ir poniendo al día las actividades organizativas sin perder el marco de referencia común basado en valores. • División del trabajo sin pérdida de democracia. La especialización laboral es un proceso natural que induce déficits democráticos pero su impacto puede moderarse según como se resuelvan los problemas de coordinación. En las cooperativas especializadas y pequeñas este objetivo es más fácil de alcanzar. A todo lo anterior hay que añadir que los rasgos de las cooperativas las vinculan de modo especial con su entorno. Abundan las declaraciones políticas, los análisis teóricos y los estudios de casos que relacionan al cooperativismo con el desarrollo, especialmente el entendido como local o territorial. Esto justificaría su apoyo por parte de diversos agentes,
  • 9. 9 entre los que se encuentran las administraciones públicas y el propio sector de economía social, apoyo que conceptualmente puede encuadrarse en el universo de las redes en las que participan las cooperativas. La promoción externa del cooperativismo debería respetar la participación de estas empresas, evitando reemplazar el impulso inicial de emprendimiento colectivo y la posterior toma de las decisiones fundamentales (Coque, 2005). GRÁFICO 1. Las empresas de economía social como organizaciones participativas EMPRESA DE ECONOMÍA SOCIAL PARTICIPACIÓN INTERNA PARTICIPACIÓN EXTERNA IDENTIDAD DE… NECESIDADES CAPACIDADES IDEAS VÍNCULO COOPERATIVO Fuente: elaboración propia El gráfico 1 sintetiza lo fundamental de lo expresado hasta aquí: es natural que las situaciones en las que un colectivo humano comparta necesidades, capacidades e ideas generen un vínculo cooperativo que facilite la creación de organizaciones interna y externamente participativas (cooperativas de hecho); el mantenimiento y regeneración a lo largo del tiempo de la participación refuerza ese vínculo; el ciclo de vida participativo tiene ritmos propios que no deberían forzarse externamente pero que normalmente exige el apoyo mesurado de diversos agentes, unos pertenecientes o ajenos a la economía social. 2.1.2. Las ERT como cooperativas de hecho. En general, una empresa recuperada por sus trabajadores es todo nuevo emprendimiento surgido de la crisis económica o social de una empresa privada (conflicto laboral que desemboca en una deserción empresarial parcial -vaciamiento, despidos, descapitalización...- o total –lock-out o abandono directo) que trata de mantener la fuente de puestos de trabajo haciéndose cargo de la producción y administración (Meyer y Pons, 2004). Su gestión pasa a sus trabajadores bajo un discurso que contiene formas más igualitarias de organización y retribución de la producción que el modelo previo (Ghibaudi, 2004). La mayoría de las ERT en América Latina se ha acogido a la forma jurídica de Sociedad
  • 10. 10 Cooperativa por sus ventajas (Fields, 2008; Ranis, 2007): capital social mínimo inferior a otros tipos de sociedad; simplicidad de trámites; ventajas fiscales; subvenciones; sustitución de salarios por reparto de excedentes, que disminuye la acumulación de deudas durante el arranque de la nueva empresa; reparto más igualitario de ingresos, que mejora el clima colectivo; filosofía comunitaria explícita en la normativa legal de todos los países; la Asamblea como foro permanente para que la plantilla comparta la gestión; no posibilidad de reclamo de indemnización por parte de los miembros que se retiren; facilidad de uso de los procesos de expropiación por razón de utilidad pública. De hecho, la Cooperativa es la única vía legal posible en Argentina y Brasil, pero tal figura suele adoptarse de forma no convencida ni completa por su desgaste en el imaginario social (Camilletti, 2004; Lima, 2007). En Uruguay, aunque el objetivo fundamental sigue siendo continuar trabajando y la forma jurídica Cooperativa tiene importancia relativa, ésta se da con mayor conocimiento de causa y adhesión a sus valores al existir más arraigo cultural del modelo (Martí et al., 2004). La pregunta clave es si esa cobertura legal responde al esquema que representaba la Figura 1. En toda ERT parece clara la identidad de necesidades, pero no tiene por qué darse la de capacidades e ideas, lo que pondría en duda el vínculo cooperativo y la participación que de éste se deriva. Además, la dinámica natural del emprendimiento cooperativo (la participación) puede venir impuesta por circunstancias externas que, inicialmente, forzarían un reflotamiento colectivo abrupto y, posteriormente, dificultarían mantener el vínculo. Es imprescindible que se produzca un cambio real de subjetividad de obrero a patrón colectivo. El proceso de identificación relacionado con el conflicto renueva la identidad del trabajador, transformándolo y diferenciándolo de las personas ajenas a dicho proceso. Esto genera sentimientos de inclusión en un proyecto común, un reconocimiento mutuo que se refuerza al volver a la producción y plantearse un rediseño de los procesos productivos y de las articulaciones laborales en el interior de la empresa. Pero la cooperación exige confianza que haga posible instaurar acuerdos y normas que regulen el trabajo pese a la disminución de las jerarquías; el eje del conflicto se desplaza hacia las tensiones entre socios cooperativos, entre fundadores y nuevos socios, y entre operarios y coordinadores (Biakalowsky et al., 2004; Martí et al., 2004). Aunque la administración por los trabajadores supondría no delegar las tareas de dirección en instancias ajenas al colectivo de los socios (Müller, 2004), en muchos casos existen gerentes externos, reclutados o no por las cooperativas, sobre todo en las grandes (Dagnino y Novaes, 2006). La humanización del espacio de trabajo facilita asumir
  • 11. 11 el nuevo papel (Dagnino y Novaes, 2006) pero no todas las personas lo hacen con entusiasmo, sobre todo las que no colaboraron activamente en la toma de la empresa o no intervienen en las decisiones, y estos sentimiento se refuerzan al enfrentarse a nuevas responsabilidades y tareas, a las jornadas más extensas y a la incertidumbre frente al ingreso (Arias, 2008). Respecto al vínculo que la economía social en general suele tener con el desarrollo de su entorno, que justificaría un apoyo externo aquilatado, existe mucha evidencia en el caso de las ERT. En primer lugar, los trabajadores de las empresas recuperadas suelen ser cabezas de familia y de edad madura, lo que hace al vez más necesario y difícil encontrar otro empleo (Arias, 2008). En segundo lugar, el reflotamiento activa la economía local (Magnani, 2003). En tercer lugar, en algunos países latinoamericanos se han ido convirtiendo en ejes de organización popular, ya que a partir de su articulación con distintas formas de lucha (bibliotecas, vivienda, cultura), han logrado el apoyo de otras empresas y de múltiples organizaciones populares, y comienzan a darle una nueva orientación a la producción, orientada a las necesidades sociales más que al mercado en general (Martínez y Vocos, 2004). 2.2. El enfoque de recursos y las capacidades dinámicas. La perspectiva dominante de la estrategia empresarial tiene su base en el enfoque de recursos (ER), que establece que la ventaja competitiva de una organización radica en el control de determinados recursos superiores (Wernerfelt, 1984; Barney, 1991; Mahoney y Pandian, 1992; Peteraf, 1993). No obstante, esta escuela de pensamiento se ha vista enriquecida con las aportaciones de una corriente complementaria que pivota sobre el concepto de las capacidades dinámicas (CD): las competencias organizativas que permiten configurar y reconfigurar el inventario de recursos de la empresa (Amit y Schoemaker, 1993; Teece, Pisano y Shuen, 1997; Winter, 2003; Barreto, 2010). Ambas perspectivas serán utilizadas para analizar la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores, ya que proporcionan una visión integradora de la situación de partida y del proceso. El ER ha centrado su atención en las condiciones que deben cumplir los recursos para ser generadores de rentas y en la forma en la que deben ser gestionados esos recursos clave. Aquellos recursos que no cumplen con las condiciones para generar rentas se asume que son activos indiferenciados o commodities, no tienen una influencia destacada en el rendimiento empresarial, se asignan eficientemente a través de los mercados y no deberían presentar mayores problemas de gestión. En cambio, tal como señalan Montgomery (1995) y
  • 12. 12 Mosakowski (2002), las organizaciones no sólo acumulan recursos indiferenciados sino que con frecuencia integran inputs que destruyen valor. Éste sería el caso de las empresas que entran en crisis y que, fruto de las decisiones pasadas, se han cargado de recursos inadecuados para competir en sus mercados de referencia. El enfoque de las CD, por su parte, ha sido muy prolijo en el análisis de las capacidades que permiten crear y extender la base de recursos de la empresa. Pero el interés suscitado por la capacidad para desinvertir o ajustar los recursos ha sido mucho menor (Moliterno y Wiersema, 2007). Parece claro que las empresas que acumulan recursos destructores de valor adolecen de una capacidad dinámica de ajuste y que sólo si desarrollan esa capacidad podrán revertir esa situación. Conforme a la Tabla 1, en el análisis de la recuperación de empresas se identifican tres grupos de variables: las de la situación de partida, las del proceso de recuperación y las de los apoyos externos. Respecto a la situación de partida, el ER permite visualizar la empresa capitalista en crisis como un conjunto de recursos en desequilibrio respecto a los requisitos de su entorno. Generalmente la situación de crisis lleva a que los recursos valiosos con menos barreras a la movilidad acudan al mercado de factores para buscar una aplicación más provechosa en otra organización (por ejemplo, el capital humano más flexible). Además, a medida que la crisis se agrava, los directivos tenderán a desprenderse de los recursos menos móviles pero con mayor potencial para generar rentas (Dierickx y Cool, 1989; Makadok, 2001), a pesar de que ello pueda contravenir la propia pervivencia de la empresa (por ejemplo, activos inmobiliarios que proporcionan una ventaja de localización). En cambio, en esa situación de crisis, la empresa tenderá a acumular, como ya se ha dicho, una mayor proporción de recursos indiferenciados y destructores de valor. La cuestión que se suscita en este punto es si la recuperación tiene sentido. Esto es, si existe un núcleo básico de recursos valiosos que justifique la toma de control por los trabajadores. Tal como destaca la Teoría de la Economía Social, cabe esperar que el recurso clave en este tipo de organizaciones sea el capital humano. Por lo tanto, la recuperación tendrá más sentido en aquellas empresas en las que: (i) existan unos recursos humanos valiosos y (ii) éstos sean poco móviles, porque el conocimiento sea específico o porque las capacidades derivadas de los mismos dependan de un sistema.
  • 13. 13 Durante el proceso de recuperación, la empresa tendrá que ajustar todos sus inputs a la nueva situación, desprendiéndose prioritariamente de los recursos que sean destructores de valor. El despliegue de esta capacidad dinámica de ajuste, que afecta tanto a los recursos humanos, como al resto de recursos tangibles e intangibles, es la variable crítica para que la recuperación por parte de los trabajadores sea exitosa. Además, la empresa tendrá que hacer acopio de los recursos complementarios necesarios mediante desarrollo interno, obteniéndolos en los mercados de factores o a través de la cooperación. Normalmente, todo este acopio de recursos tenderá a llevarse a cabo mediante fórmulas poco inversoras o de “bricolaje” (Baker y Nelson, 2005). Finalmente, la empresa también tendrá que integrar su nuevo inventario de recursos (Uhlenbruck, Meyer y Hitt, 2003) y orientarlo hacia una nueva estrategia, que puede ser de carácter continuista (enfatizando la eficiencia) o de corte más emprendedor (Smith y Graves, 2005). El tercer bloque de variables está compuesto por los apoyos externos, que serán los recursos complementarios que el entorno debe proporcionar para que la recuperación tenga lugar. Esos apoyos externos vienen a compensar la desfavorable dotación inicial de recursos y tienen lógica en la medida en que el coste evitado del cierre sea sustancialmente mayor (Bradley y Gelb, 1983). TABLA 1. Aspectos del mismo fenómeno según dos marcos teóricos complementarios Situación de partida Proceso de recuperación Apoyos externos Teoría de la economía social (Las ERT como cooperativas de hecho) - Cohesión interna - Liderazgo interno - Rol empresario colectivo - Gestión entradas y salidas - Cambio estratégico participativo - Cooperación con entidades de economía social - Amplio rango de servicios potencialmente obtenibles del sector de economía social - Apoyos no sustitutivos de la participación interna sino complementarios Enfoques de Recursos y Capacidades Dinámicas - Capital humano - Ajuste de recursos - Recursos complementarios - Integración y cambio estratégico - Recursos complementarios externos Síntesis (Variables objeto del estudio de casos, con base en las cuales se construyó el guión de las entrevistas) -Características ERT (tamaño, sector, entorno, recursos) - Capital humano - Cohesión interna - Herencias (ajuste de recursos y recursos complementarios) - Liderazgo interno - Rol empresario colectivo - Gestión entradas y salidas - Cambio estratégico - Cooperación con empresas de economía social - Ayudas financieras y otras - Apoyos en gestión - Servicios especializados - Apoyo sociedad Fuente: elaboración propia
  • 14. 14 3. PANORÁMICA INTERNACIONAL DE LAS EMPRESAS RECUPERADAS. En este capítulo se realiza un acercamiento a la realidad de las empresas recuperadas en varios países, clasificándolas en primer lugar en aquellas situadas en países pobres, concretamente de América Latina, y en algunos países ricos. Respecto al Tercer Mundo, se han incluido sólo países latinoamericanos porque no existe bibliografía suficiente sobre otros continentes. El primer epígrafe empieza con una introducción que explica sintéticamente lo sucedido en América Latina en los años noventa. Después se procede a un análisis detallado y comparativo de tres de estos países (Argentina, Brasil y Uruguay), para seguidamente mostrar alguna información adicional sobre otros (Venezuela, Paraguay y México). El segundo epígrafe muestra la presencia del fenómeno en varios países desarrollados (Estados Unidos de América, Francia y España, con especial referencia a Asturias). Finalmente, se ha incluido un estudio sobre programas de promoción de ERT en Argentina. 3.1 Algunos países latinoamericanos. Las reformas de orientación neoliberal que se han instalado en todo el mundo en los últimos veinte años han tenido fuertes consecuencias en la estructura y dinámica socio- económica. Su planteamiento y sus consecuentes efectos se han percibido con más evidencia en los países pobres, y más específicamente en América Latina, que ha puesto en marcha estas reformas bajo sugerencias del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, según las reglas del llamado consenso de Washington del 19891 . La esencia del consenso de Washington es la desregulación de los mercados domésticos, la apertura externa –comercial y financiera– de la economía, procesos de privatización de empresas y servicios públicos, disciplina fiscal, disminución del gasto público y mayor protección de la propiedad privada. Entre sus consecuencias se menciona la reconfiguración de la dinámica de acumulación del capital, el privilegio de las rentas de origen financiero, la flexibilización en la forma de uso de la fuerza de trabajo y la precarización de las relaciones laborales (Martí et al., 2004). 1 Así llamado por Williamson porque puso de acuerdo el Banco Federal Americano, el Fundo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los tres con sede en Washington D.C. Para un mejor análisis véase Williamson (2002).
  • 15. 15 Seguidamente apareció la apertura de los mercados de bienes y servicios y de la financiación. Esta fue debida a la transición desde modelos de acumulación vinculados al enfoque de industrialización por sustitución de importaciones hacia el modelo de desarrollo de la transnacionalización del mercado interno. Como consecuencia de la aplicación de las reglas del “Washington Consensus”, en muchos países del sur las empresas locales dejaron de ser competitivas. Muchos de estos países han sufrido crisis2 , frecuentemente de origen financiero que después se extiende a la economía real a otros países (Cipriani y Guarino, 2008; Banerjee, 1992). Aunque las causas de estas crisis no se hallan exclusivamente en las reformas planteadas, la relación con las mismas parece evidente, lo que ha generado serias dudas sobre su idoneidad (Rodrik, 2006). En todo caso, las reglas establecidas en los países pobres no fueron fruto de demandas locales sino una imposición de sus gobiernos que aceptaron las indicaciones de las organizaciones internacionales. Las respuestas a estas crisis muestran la necesidad de una mayor participación de la sociedad, óptica bajo la que surgió el fenómeno de las empresas recuperadas por sus trabajadores. 3.1.1. Argentina, Brasil y Uruguay. A continuación se describe cómo aparecieron las empresas recuperadas por sus trabajadores en Argentina, Brasil y Uruguay según los siguientes puntos: • Primeros casos. • Forma de difusión. • Forma de recuperación. • Sectores productivos. • Distribución territorial. • Ejemplo típico. • Asociaciones o grupos de ERT. • Número de empresas recuperadas en la última fecha disponible. • Nuevos casos en el marco de la crisis actual, surgida en EE.UU. a causa de los préstamos subprime y otros factores relacionados. 2 México 1994, Brasil 1998, Argentina 2001, sólo para citar las más importantes.
  • 16. 16 a) Argentina. Los primeros casos se dan en la segunda mitad de los noventa: Yaguané, empresa de neveras industriales (1996) e IMPA, empresa metalúrgica (1998). Seguidamente, comienza a difundirse el modelo a finales de los noventa, principalmente por la acción de grupos externos con trayectoria organizativa y líderes que van surgiendo dentro de las fábricas. Al principio, tiende a limitarse a empresas cercanas geográficamente con las que los militantes tratan de ponerse en contacto, incluso por simples relaciones de vecindad entre los trabajadores. Tras cierto éxito, el fenómeno continúa extendiéndose, especialmente a partir de la crisis de 2001, cuando se produce una protesta masiva de la ciudadanía argentina, tanto de los sectores obreros como la clase media. Asambleas barriales, organizaciones de desempleados y partidos de izquierda electoralmente minoritarios comienzan a colaborar en dicha tarea de difusión (Martí et al., 2004). Las estrategias adoptadas para conseguir el cambio de gestión de las empresas son arrendamiento, alquiler a los dueños u otro acuerdo judicial y obtención de una reivindicación hacia el Estado: expropiación y cesión, casi siempre temporal, a la cooperativa de trabajadores (Martí et al., 2004). La expropiación por parte de un juez tiene dos aspectos interesantes; el primero es el que se consigue a través de un proceso de movilización pública con asambleas de barrio, comunidades próximas a las fábricas, la opinión pública reflejada en los medios de comunicación, organizaciones de desempleados, sindicatos disidentes y partidos de izquierda que se dirigen al poder judicial en tal sentido; en segundo lugar, cuando hay éxito se plantea el reconocimiento de la utilidad pública como fundamento de expropiación para defender los puestos de trabajo; esta motivación marca un punto de contacto entre estos casos y los estadounidenses y europeos. Con referencia a los sectores productivos, en su mayoría se trata de pequeñas y medianas empresas de actividades industriales orientadas al mercado interno y competidoras en producción importada (Camilletti, 2004). Respecto a su distribución territorial, tienden a concentrarse en el área metropolitana de Buenos Aires, que acoge a un 55% de casos dada la concentración de empresas y fábricas en la zona (Ruggeri et al., 2005). En Argentina existen muchas asociaciones de ERT que se diferencian por sus objetivos o principios. Una primera y mayoritaria, llamada “El movimiento” que sostiene la adopción de la
  • 17. 17 forma de cooperativa de trabajo pero con una organización y retribución del trabajo “más igualitaria” que las de las cooperativas tradicionales. Sufrió una división en el año 2002 por conflictos de poder en su interior y por diferencias acerca del objetivo final del movimiento, originando así el MNER y el MNFR (Ghibaudi, 2004). El MNFR (Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por sus Trabajadores), que también luchó por leyes de expropiación para cada empresa, tiene los siguientes objetivos finales: una herramienta legislativa para legitimar el expropio de las fábricas para estabilizar sus logros y seguidamente la transformación del mismo en un movimiento cooperativo profundamente nuevo e igualitario (Martí et al., 2004). El MNFR se caracteriza por una clara voluntad de independencia de cualquier partido político (Fields, 2008). El MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) se basó en la idea de dejar plena libertad a cada empresa recuperada sobre su propia organización. Además, abrió la posibilidad de una nacionalización bajo control obrero. Ésta, para muchos obreros, sería la mejor solución, más segura y capaz de asegurar un salario constante a diferencia de la cooperativa; esta opción fue abandonada durante 2003 cuando el movimiento se dio cuenta de las nulas intenciones por parte del Estado en este sentido. Sus principios son: apertura de la asociación, control democrático por los trabajadores, participación económica de los trabajadores, autonomía e independencia, educación, capacitación e información, cooperación, integración y solidaridad entre empresas, preocupación e integración en la comunidad. Entre sus principales objetivos destacan la modificación de la ley de quiebra, propiciar la creación de un Fondo Fiduciario mixto, solicitar el apoyo de los organismos de investigación, estudiar variantes a los sistemas previsionales vigentes y conformar el seguro social a los trabajadores (Bialakowsky et al., 2004). En diciembre de 2006 el MNER sufrió otra división: la FACTA (Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Auto-gestionados), por parte de cooperativas que quieren avanzar en otra dirección. En abril 2009 la federación contaba con 60 cooperativas, pero no todas eran empresas recuperadas. En principio, FACTA retomó la reivindicación histórica del MNER, la Ley Nacional de Expropiación Definitiva para solucionar todos los conflictos que tienen las empresas recuperadas en todo el país. Otra reivindicación importante es la Ley de Cooperativas de trabajo, tema en el que la Federación trabaja en conjunto con FECOOTRA (Federación de Cooperativas de Argentina), y el resto del sector de cooperativas de trabajo. Esta federación está más ligada a los organismos tradicionales del cooperativismo sin
  • 18. 18 cuestionar su práctica efectiva agrupadas en la FECOOTRA, entidad que ya existía antes del movimiento (nació en el 1988). Además de apoyar a las ERT en su constitución y en reivindicar la ley de expropiación, su objetivo es proporcionar ayudas para la formación cooperativa de los socios, aspecto en el que sigue siendo muy importante. Otra organización es FENCOOTER (Federación Nacional de Cooperativas de Trabajo y Empresas Reconvertidas), que nació el 7 de agosto de 2002 en las instalaciones de la Cooperativa de Trabajo del Frigorífico Yaguané. Agrupa a la mayoría de las empresas recuperadas de la ciudad de La Plata, promueve la conformación de cooperativas y defiende la expropiación de las empresas en quiebra con cargo a las deudas salariales de los trabajadores. FECOOTRA y FACTA están adheridas a COOPERAR (Confederación Cooperativa de la República Argentina). GRÁFICO 2. Asociaciones y federaciones de empresas recuperadas argentinas Fuente: elaboración propia a partir de INAES, Ghibaudi (2004) y Martí et al. (2004)
  • 19. 19 Una gran conquista del sector ha sido la Unión de Federaciones, integrada por FACTA, FECOOTRA, ANTA (Asociación Nacional de Trabajadores Auto-gestionados, surgida en el sindicato CTA: Central de los Trabajadores Argentinos), FECOOAPORT (Federación de Cooperativas de Actividades Portuarias, Navales, Pesqueras y Afines Limitada), FERYCOOTRA (Federación de Empresas Recuperadas y Cooperativas de Trabajo), UMCT (Unión Misionera de Cooperativas de Trabajo), FECOTRAUN (Federación de Cooperativas de Trabajo Unidas de Florencio Varela y Corrientes) y MCT (Mesa de Cooperativas de Trabajo de Mendoza). La Unión de Federaciones ya cuenta con un órgano de prensa que publica la revista mensual Autogestión Argentina. El próximo objetivo de estas federaciones es la construcción de una Confederación de cooperativas de trabajo (véase sitio web del INAES). Existió una corriente vinculada a los partidos de izquierda que reivindicaba la propiedad estatal con control obrero. En particular fueron Ex Zanon y Brukman quienes formaron el Encuentro de Fábricas Recuperadas en Lucha, inicialmente rechazando la forma de cooperativa de trabajo, hacia el 2003, en su aceptación ante el menor apoyo del poder público y la dificultades para mantenerse (Ghibuadi, 2004). Estas asociaciones empezaron a tener una organización y articulación más formales, incluida la obtención de programas de apoyo específico y regular del estado, solo a partir del final 2003 (Ghibuadi, 2004). En 2006 había 180 empresas recuperadas censadas (Dagnino y Novaes). Con referencia a los fenómenos relacionados con la crisis actual, puede destacarse que hasta abril de 2009 aparecieron por lo menos siete casos de empresas en vías de recuperación, que tuvieron problemas de producción o en las que los dueños abandonaron las plantas. Esta vez la respuesta casi inmediata fue la ocupación de los locales para proteger los equipos. Esa rapidez de reflejos diferencia a estos trabajadores de los que en 2001 garantizaron la supervivencia de más de doscientos establecimientos. Pero lo interesante ahora sería poner en funcionamiento empresas no quebradas: son empresas que aún tienen dueño y no hay un proceso judicial abierto; un ejemplo es el cierre de la curtiembre Eagle Ottawa (multinacional canadiense), que dejó sin trabajo a 450 personas (Waisberg, 2009). b) Brasil. En este país ya existían fenómenos similares. Se trata de movimientos centrados en la
  • 20. 20 ocupación de tierras3 , la problemática de la vivienda4 , y la que aquí interesa especialmente: la gestión de fábricas por sus trabajadores, conocidas como empresas de autogestão. Los primeros casos surgieron ya a mediados de la década de los noventa (Ghibaudi, 2004). La primera experiencia de recuperación de empresas en quiebra en Brasil fue en 1991, con la fábrica de calzados Makeril, donde trabajaban 482 personas. Ésta y otras experiencias pioneras son el resultado de la acción directa de miembros de sindicatos relativamente importantes. La estrategia dominante adoptada para conseguir el cambio de gestión de las fábricas es el acuerdo, sobre todo judicial, para el arrendamiento de la fábrica a los trabajadores a cambio de las deudas laborales a su favor, la cesión de las deudas del fisco y, en ocasiones, créditos de la banca pública para el proceso de recuperación. El proceso se inicia, en general, cuando bajo el contexto del cierre ya efectivo o eminente de la fábrica, el grupo de trabajadores toma contacto con miembros de sindicatos de discurso combativo y se comienza a formalizar públicamente la solicitud de propiedad y gestión de las empresas para los trabajadores. Además se busca obtener adhesión en la esfera pública con un argumento central: la defensa de la fuente de trabajo. En esta etapa reciben la colaboración de vecinos y familiares de los trabajadores (Ghibaudi, 2004). Con referencia al sector productivo, en su mayoría se trata de pequeñas y medianas empresas de actividades industriales orientadas al mercado interno y competidoras de producción importada (Lima, 2007). La distribución territorial de la industria acompaña a la de este tipo de emprendimientos, pero no se trata de una relación lineal. De hecho, el Estado de Rio Grande do Sul muestra una presencia muy superior a la media (Lima, 2007). En 1994 fue fundada la ANTEAG (Asociación Nacional de Trabajadores de Empresas autogestionadas) para coordinar y brindar asistencia técnica a los diversos emprendimientos que surgían a causa de la crisis de la industria, que hoy cuenta con oficinas en seis estados para apoyar todo emprendimiento autogestionario. Existen 160 proyectos que la ANTEAG comparte con gobiernos estatales y comunales. Involucra casi 30 mil trabajadores. Los objetivos de ANTEAG incluyen estudiar y eliminar participativamente las dificultades que en estos modelos operan los hábitos culturales; se trata de una filosofía muy ligada a la 3 Por ejemplo, el MST: Movimento Sem Terra o Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. 4 Por ejemplo, el MTST: Movimento dos Trabalhadores Sem Teito.
  • 21. 21 educación popular5 . Con la formación de la ANTEAG, los gobiernos estatales de Brasil tienen un interlocutor privilegiado, lo que aporta una ventaja muy importante a las ERT del país: una asociación se consolida como representante de los distintos casos, con una relación más formal con el poder público y la estructura sindical; una hipótesis sobre las causas de esta situación sugiere la mayor capacidad de acción y difusión de un sindicalismo combativo y su reconocimiento institucional. De hecho esto permitió a la ANTEAG crear encuentros anuales formales desde 1998, y una relación con redes de investigación y extensión universitaria. El Brasil actual tiene un entorno político que mira con atención el nacimiento de la Economía Solidaria6 , bajo presiones de ANTEAG, sindicatos, organizaciones de base de la Iglesia y ONG.. Desde 2003, las empresas autogestionadas brasileñas han gozado de un apoyo específico y su número ha aumentado constantemente (Ghibaudi, 2004). Además las ERT cuentan con la ayuda de CUT (Central Única dos Trabalhadores). Las ERT eran 200 en 2006 (Dagnino y Novaes, 2006). No obstante, parece que muchas empresas permanecen sin registrar (Lima, 2007). Un ejemplo muy exitoso de empresa recuperada brasileña es la compañía Agrícola Armonía situada en el interior del nororiental estado de Pernambuco. Produce azúcar, en una zona con mayores costes que São Paulo porque la topografía local no permite la cosecha mecanizada, lo cual a cambio asegura mayor número de empleos, cumpliendo el objetivo de inclusión social y mejor distribución del ingreso, con un modelo que hace viable el proyecto. La empresa entró en crisis en 1993 y se acabó despidiendo a 2300 trabajadores. Actualmente, se ha convertido en la mayor empresa solidaria de autogestión en Brasil, ofreciendo empleo a 4300 familias (IPS, 2009) c) Uruguay. Los primeros casos de recuperación de empresas se produjeron en la segunda mitad de la década de noventa. Igual que en Brasil, fue importante el trabajo de los sindicatos para difundir el modelo. Estos procesos de autogestión se inician en una situación de insolvencia financiera del empleador y de una infraestructura productiva generalmente gravada con 5 El padre de la educación popular, de origen latinoamericano y posteriormente difundida por el resto del mundo, fue el brasileño Paulo Freire. 6 Por ejemplo, a través de la Secretaria Nacional de Economía Solidaria.
  • 22. 22 créditos garantizados mediante activos. Cuando el acreedor es el Banco de la República Oriental del Uruguay, suele ser posible que los trabajadores inicien una negociación tras presentar su proyecto; la negociación puede culminar en un arriendo, o en el comienzo de la satisfacción de obligaciones sobre la deuda, eventualmente con un período de gracia durante el que el banco no priva a los trabajadores de los medios de trabajo (Martí et al., 2004). En Uruguay, las dimensiones del fenómeno son inferiores a Brasil y Argentina, en parte debido a la menor escala del país. Con respecto al sector productivo, se encuentran más representados los servicios (Camilletti, 2004). La extensión territorial es bastante heterogénea, concentrándose en los departamentos de Montevideo, Florida, Lavelleja y Salto. No existe una asociación específica de cooperativas recuperadas, pero cuentan con la ayuda de la F.C.P.U. (Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay), tanto en la etapa inicial como en asesoría técnica y formación durante todo el proceso. Todas las ERT que han consolidado su situación jurídica como cooperativa están asociadas a la F.C.P.U. En 2006 existían alrededor de 20 empresas recuperadas (Dagnino y Novaes, 2006). d) Comparación del funcionamiento de las ERT de Argentina, Brasil y Uruguay. 1. El momento de lucha original como factor de cohesión. En los tres países la lucha es fuente de cohesión fundamental, en contextos de necesidad de mayor equidad (Ghibuadi, 2004; Martí et al., 2004). 2. Adopción formal de principios de autogestión y de cooperación. En Argentina y Brasil la mayoría de los trabajadores desconocía estos principios antes de serles presentados en el momento de tomar la empresa (Ghibaudi, 2004), mientras que en Uruguay existía una mayor difusión popular del funcionamiento cooperativo (Martí et al., 2004). En los tres hay respeto por los mecanismos de constitución de los órganos estatuarios y por sus competencias y el funcionamiento democrático. Algunos colectivos toman medidas que extienden y profundizan la participación mas allá de lo establecido legalmente, sobre todo en Argentina. 3. Participación real en la gestión. La mayoría de los participantes son del área de producción, pues al retomar la misma pasan a realizar más funciones que las que realizaban bajo el control del dueño (áreas administrativas, comerciales, gerenciales etc.). En Argentina al no existir el sindicato, integran el Consejo de Administración los
  • 23. 23 trabajadores que lideraron el proceso de conversión de la empresa; en la mayoría de los casos estas tareas las cumplen después del trabajo normal. En Uruguay se da la misma situación cuando la empresa original no tiene un sindicato fuerte y los dirigentes o militantes sindicales han de asumir los cargos de responsabilidad (Martí et al., 2004). El grado de participación en las decisiones y manejo de la información varía con cada caso específico. Las tareas de dirección y de gestión son asumidas con capacidad por los trabajadores, excepto en Brasil donde se observan mayores dificultades (Ghibaudi, 2004). El cuerpo administrativo y la gerencia anterior tienden a no participar en el cambio de gestión dada su mayor relación con la propiedad, la desconfianza en la viabilidad del proceso de autogestión y la percepción de tener mayor posibilidades de encontrar otro empleo (Ghibaudi, 2004; Martí et al., 2004). 4. La remuneración del trabajo es significativamente más igualitaria. En Argentina aparece de forma más extrema según los diferentes movimientos y con relación a rutinas de gran participación (mayor frecuencia de asambleas informales…). En Uruguay, los emprendimientos más consolidados son los que han abordado el debate sobre categorías laborales. En Brasil, pasado un tiempo tras la lucha inicial, surgen conflictos por la remuneración y participación efectiva al trabajo (en este país las ERT han tenido mayor duración de las empresas). En casi todos los casos los retornos alcanzan, tras los primeros meses, la suma establecida por convenio colectivo del sector al que pertenecen. 5. La viabilidad económica y financiera es muy diversa y en todo caso difícil. Los recursos iniciales son escasos: deterioro de relaciones con clientes y proveedores, gestión deficitaria porque el conocimiento del proceso productivo había abandonado la empresa con el cuerpo gerencial y administrativo durante la crisis, con frecuencia la empresa hace tiempo que ha parado de producir. Los trabajadores son muy dependientes de la ayuda externa para superar dichas dificultades. Factores potencialmente positivos son el mayor grado de compromiso con el trabajo y que muchas empresas llegaron a la crisis por mala gestión, incluso fraudulenta, situación que suele ser reversible. En Brasil además se menciona un problema de escasa educación formal de los trabajadores. Casi todas las cooperativas empiezan trabajando para terceros sin marca propia, cobrando por unidad producida en concepto de mano de obra y uso de la fábrica, lo que permite producir inicialmente sin necesidad de adquirir la materia prima (Ghibaudi, 2004). En muchos casos, esta situación es temporal y va mejorando; los éxitos permiten mejorar la
  • 24. 24 retribución respecto al trabajo asalariado previo; a veces, las ERT comenzan a exportar. En todos los países la producción alcanza sólo en torno a un 40% de la capacidad, pero debe señalarse que comenzaron en el 0% y siguen aumentado, aunque sigue habiendo barreras financieras o jurídicas. Según algunos autores (Ruggeri et al., 2005; Ghibuadi, 2004; Martí et al., 2004), existe una correlación positiva entre el desempeño de estas empresas y el sector al que pertenecen. Otros (Fields, 2008; Ranis, 2007; Magnani, 2003) evidencian la capacidad de las cooperativas surgidas de empresas recuperadas para seguir ganando durante las crisis de sus sectores. 3.1.2. Otros países latinoamericanos. Estos países se caracterizan por una menor presencia de empresas recuperadas (Paraguay, México) o por la práctica ausencia de estudios acerca de ellas unida a características muy específicas (Venezuela). A continuación se describe la situación general o algunos casos representativos. a) Venezuela. La situación en Venezuela es muy distinta a resto de países por ser aquí el estado quien expropia las empresas que han cerrado o están quebrando, normalmente tras huelgas y manifestaciones de los trabajadores. En 2005, el gobierno anunció su intención de expropiar más de 700 fábricas improductivas o que funcionaban muy por debajo de su capacidad (Dagnino y Novaes, 2006). La recuperación no incluye la posibilidad de que la ERT obtenga la propiedad de los bienes de la vieja empresa, sino que éstos pasan a manos del gobierno, quien además elige a los gestores de la nueva empresa (Lucena y Carmona, 2008). b) Paraguay7 . En Itauguá, pequeña ciudad cerca de Asunción, llegó la crisis en 1999 que generó el cierre de ocho fábricas. Ya en el 1997 los obreros habían permanecido 93 días en huelga por no cobrar sus salarios. En la Cerámica Itauguá se palpaba el miedo al desempleo. Al principio mantuvieron la forma jurídica de sociedad anónima, ya que pasar a cooperativa necesitaba tiempo. Los 7 Basado en Zárate (2009).
  • 25. 25 primeros tres años sólo cobraron sus salarios, a veces en dinero, a veces en materias primas o en productos de la propia empresa El primer esfuerzo de la administración se centró en consolidar la empresa, reparando las máquinas y adquiriendo una nueva cantera de caolín. Llegaron a producir cuatro mil quinientas toneladas mensuales superando las tres mil que se hacían con antelación, al mismo coste. La mejoría en la administración, provocó que se sumara más gente a la empresa. De los 142 trabajadores que eran en el momento de la lucha, quedaron 106 cuando la empresa pasó a manos de los trabajadores. Hoy ya suman 160. Los nuevos son empleados y cuando cambien la figura jurídica tendrán la posibilidad de asociarse a la empresa. Estamos pagando las horas extras, aguinaldos, estamos regularizando las bonificaciones y después queremos avanzar en la salubridad e higiene. Queremos que la gente trabaje menos horas para mejorar las condiciones de salud, queremos encontrar un mecanismo para que los que se jubilen sigan percibiendo las utilidades de la empresa, cuenta Heriberto González, secretario general del sindicato, hermano de Oscar el presidente de la cooperativa. La fábrica debe tener una venta de 500 millones de guaraníes [moneda de Paraguay8 ] al mes para cubrir todas las necesidades. A partir de este nuevo gobierno tenemos esperanzas de que puedan revertir la situación. Hay proyectos de construcción de viviendas populares. Antes no le dábamos valor a la venta, no le dábamos mayor importancia. Es que esta empresa trabajaba para Itaipú y Yacyretá, para Capital y un poco de Central. Recién ahora estamos haciendo el trabajo de contactar con los depositaros del interior. Tenemos uno de los precios más bajos del mercado, relata Oscar. Se ve trabajo en la fábrica y se palpan sentimientos de esperanza. Están construyendo locales para venta y una cancha de fútbol. 8 Cambio el 14 mayo 2009 1euro = 6.835,23 guaraníes (Fuente: Banco Central del Paraguay).
  • 26. 26 c) México9 . En México la experiencia de empresas urbanas recuperadas organizadas en cooperativas no ha tenido la dimensión observada en otros países de América Latina, aunque el sector cooperativo tiene una larga y rica historia y alberga a una de las ERT más grandes del mundo. La empresa Refrescos Pascual S.A. nació en 1939. En 1982, durante una crisis, los obreros entraron en huelga porque el dueño no aumentó el salario. Al enfrentarse el empresario a la situación mediante violencia, se produjo la muerte de dos obreros. Esto cohesionó aun más a la plantilla que, con el apoyo de sindicalistas y la solidaridad de sectores medios y populares de la ciudad, se movilizó hasta que en 1984 compraron, en remate público, los bienes. Después formaron una cooperativa de trabajadores y en 1985 iniciaron las operaciones formales para empezar a producir. Desde entonces, la cooperativa ha vivido momentos de prosperidad y de dificultad. Actualmente en la cooperativa de trabajo agro-industrial Pascual hay 5000 trabajadores que ofrecen ocho productos. Tiene su propia flotilla de camiones de reparto, 19 sucursales y 56 centros de distribución independientes en el país. Controla la mitad del mercado de frutas y una décima parte del de frutas carbonatadas. Casi toda su producción se destina al mercado interno y sus ventas anuales son superiores a los 40 millones de cajas, consiguiendo mantener sus espacios en un mercado abierto controlado por las transnacionales Coca-cola y Pepsi. Los puestos directivos se eligen de forma muy democrática. Ocupan sus puestos durante períodos de dos años, por acuerdo de asamblea, aunque legalmente podría ser de cinco años. No existen barreras para ser elegido y los socios electos tienen que pasar de manera obligatoria por un curso de capacitación durante dos meses previos a la toma de cargo. La organización del trabajo en la cooperativa no se ha modificado sustancialmente, los trabajadores siguen realizando actividades parceladas y repetitivas. El desempeño laboral es controlado por supervisores. No es posible la autonomía, persisten la cultura del asalariado, el individualismo y la falta de implicación en el proyecto cooperativo. Las relaciones laborales se caracterizan por salarios más altos, reconocimiento de prestaciones de ley y otras adicionales y un control basado en premios y castigos pero que no 9 Basado en Marañón (2006) y en las informaciones disponibles en la página web de la cooperativa: http://www.pascual.com.mx/index_home.html.
  • 27. 27 impide a los trabajadores expresar sus puntos de vista. Entre socios y asalariados no existen diferencias en salarios y prestaciones, sino en cuanto a la capacidad para votar en las asambleas y al reparto de excedente: rendimientos por los socios y utilidades por los asalariados. Los asalariados pueden ocupar cargos administrativos, pero sólo los socios pueden acceder a cargos directivos. La incorporación de nuevos socios debe cumplir dos condiciones: un perfil específico y una aportación económica. La contratación o promoción de trabajadores considera la evaluación, la antigüedad, la trayectoria laboral y la escolaridad. La viabilidad de esta cooperativa se demuestra por su capacidad para no sólo sobrevivir tantos años sino de expandirse, todo ello gracias a los siguientes factores: • Cohesión de los trabajadores. • Inserción en el mercado con productos de calidad. • Innovación tecnológica. • Diversificación productiva. • Precios accesibles. No obstante, persisten limitaciones importantes: • Importante diferenciación salarial (a un directivo se le paga seis veces más lo que recibe el obrero general). • La creciente importancia del trabajo asalariado (el número de los socios se ha mantenido igual, el de asalariados se ha incrementado hasta a alcanzar más de la mitad de la población trabajadora). • Las diferencias básicas entre socios y no socios. • La empresa hace uso de la flexibilidad laboral cuantitativa. Además, existe un problema fundamental a resolver: la reclamación del antiguo dueño de los terrenos donde se asentaba la fábrica. En 2001 la Corte Suprema de justicia falló a su favor. 3.2. Algunos países desarrollados. Las empresas recuperadas aparecieron en los países desarrollados con la crisis de los años setenta. Cuando en 1973 estalla el conflicto petrolífero el mundo se encontraba asentado en un desarrollo constante basado en el bajo coste de las materias primas y las fuentes
  • 28. 28 energéticas. Se produjo una transformación del capitalismo que conllevó un mayor intervencionismo estatal como corrector de la economía de mercado, una mayor concentración y diversificación de la producción y una internacionalización de las empresas con aparición o reforzamiento de grandes multinacionales, la modificación del reparto laboral (de la mayoría obrera -blue collar- al trabajo administrativo de una clase media emergente de -white collar) y, como máximo exponente del cambio, la aparición del Estado de Bienestar. Existen dos antecedentes importantes: • En 1918, siete corporaciones10 acordaron el reparto de las fuentes de suministro y los mercados de petróleo. En 1928 firmaron el acuerdo de Achnacarry, en vigor hasta 1947, que supuso la cartelización de las fuentes de suministro de crudo y del mercado. Los acuerdos permitieron que en 1971 controlasen el 80% de la producción y determinasen el precio del petróleo. • La OPEP se constituyó en 1960 con Venezuela como país promotor. El resto de socios fundadores fueron Irán, Irak, Kuwait y Arabia Saudí (más adelante se incorporarían Argelia, Libia, Qatar, los Emiratos, Nigeria e Indonesia). Los primeros objetivos fijados fueron la promoción de sistemas unitarios de precios y de fiscalidad y, de mayor trascendencia, la participación en la explotación directa de sus recursos energéticos. Añadido a esto, Argelia, Iraq, Libia y Arabia Saudí comenzaron la nacionalización de sus yacimientos en 1971. Si Venezuela no lo hizo fue porque sus concesiones estaban a punto de vencer. El consumo de petróleo había polarizado el sistema y lo hacía vulnerable. Y las reservas petrolíferas eran inferiores a un consumo creciente de energía por parte de países industrializados que no la producían, excepto Estados Unidos y la Unión Soviética. El primer síntoma de inestabilidad fue la decisión del presidente Nixon en agosto de 1971 de desligar el dólar del patrón oro por la difícil situación en la que se encontraba es país tras la guerra de Vietnam. Esto provocó su caída y el desorden del sistema monetario. La nueva devaluación del dólar en febrero de 1973 no hizo más que incrementar la inestabilidad. 10 Conocidas como las siete hermanas: las estadounidenses Mobil, Gulf, Texaco, Standard Oil de California y Standard Oil de New Jersey (luego Esso y hoy Exxon), la británica Anglo Iranian (hoy British Petroleum) y la anglo-holandesa Royal Dutch Sheel.
  • 29. 29 Al tiempo, las decisiones de la OPEP a comienzos de los setenta11 iniciaron una profunda transformación de los mercados petrolíferos. El precio del barril de petróleo se incrementó en un promedio de 2 a 3,5 dólares entre 1970 y 1973. Esto supuso un duro golpe para las potencias occidentales, que comenzaban a acusar la necesidad creciente de petróleo y la dependencia de los países productores. Además, la actuación de las grandes corporaciones no ayudó a hacer frente a esta situación, ya que el incremento de los precios les permitía, además de conseguir mayores beneficios, hacer exportables recursos propios de mayor coste de Alaska y del Mar del Norte, y revalorizar stocks y viejos yacimientos. La causa última que desembocaría en la crisis petrolífera tuvo un cariz histórico. Los conflictos bélicos en Oriente Medio desencadenaron las decisiones de la OPEP cuando el rey saudita Faisal hizo una llamada al resto de países proveedores de petróleo para establecer un embargo de crudo a las naciones occidentales, que habían respaldado a Israel, y así presionar para que Israel se retirase de los territorios que había ido ocupando desde 1967. El embargo se estableció el 17 de octubre de 1973. El día anterior la OPEP acordó también aumentar el precio del barril del petróleo de 3 a 5 dólares así como reducir la producción entre el 15 y el 20% hasta que sus demandas fueran satisfechas. De todas estas medidas sólo se mantuvo el incremento del precio del petróleo, que alcanzó los 12 dólares/barril en diciembre de 1973, se multiplicó por cinco en 1973-1974 y creció el 150% en 1979-1980. Los efectos fueron graves. El crecimiento del PIB, hasta entonces muy positivo, comenzó a presentar cifras negativas en Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. Los únicos países que crecieron lo hicieron de forma imperceptible y en ocasiones por no haberse enfrentado aún a la crisis, como España. Las empresas tuvieron dificultades cada vez mayores y la recesión resultó inevitable. El aspecto en el que más se manifestó la crisis en todo el mundo fueron las tasas de paro, que sobrepasaron en los países de la OCDE el 5% en 1974- 1975 y el 10% en 1980-1982. Los empleos industriales destruidos, casi el 30% a mediados de los ochenta, no fueron sustituidos por otros semejantes, sino que se avanzó hacia la terciarización, aunque tampoco en este sector se generarían suficientes puestos de trabajo. El carácter más original y sin precedentes de esta crisis fue la stagflation, es decir, la combinación del estancamiento económico, con sus consecuencias sobre el empleo, y la 11 Conferencias de Caracas (1970) y de Teherán (1971).
  • 30. 30 inflación, expresada en una aguda alza de precios. La inflación favoreció comportamientos especulativos en detrimento de las operaciones productivas que podrían haber hecho frente al estancamiento económico. Junto a la stagflation apareció también un nuevo concepto: el Estado de Bienestar, donde la reducción de desigualdades debía ser objetivo esencial de cualquier política social, objetivo que podría cumplirse a partir de los presupuestos públicos. Cuando la crisis llegó a las haciendas públicas se descubrieron sus límites y el modelo presentó los primeros problemas. El cambio de política económica del keynesianismo al neoliberalismo nació aquí. En diciembre de 1978 los países de la OPEP deciden incrementar de nuevo el precio del crudo de una forma más drástica que la anterior y con efectos recesivos profundos. En tres años los precios casi se triplicaron, desequilibrando la balanza exterior de los países consumidores y forzándoles a lanzar o acelerar vigorosos programas de independencia energética. Los sectores en crisis sufrieron un agravamiento de las mismas. El retroceso que experimentaron los países occidentales respecto a la producción fue significativo y su recuperación aún más difícil que en la primera crisis. Todo esto provocó un cambio en las relaciones internacionales. La competencia aumentó y muchos países tuvieron que abandonar las producciones inviables, al tiempo que reorientaban su aparato productivo. Mientras, las economías del Tercer Mundo, fuertemente endeudadas por la caída de la producción mundial con la primera crisis que había repercutido en sus ingresos por la venta de materias primas, vieron aumentar el peso de su carga financiera. Para evitar la bancarrota, tuvieron que acudir a las grandes instituciones financieras internacionales, que les obligaron a una política de austeridad, en ocasiones dramática, que favoreció las graves consecuencias políticas y los conflictos sufridos las décadas posteriores. Como se ve más en detalle en los subepígrafes dedicados a cada país, la recuperación de las empresas ocurrió de modo diferente al de América Latina en los últimos años. También en hubo huelgas y manifestaciones, pero raramente se llegaron a ocupar plantas. Igual a Argentina, Uruguay y Brasil, los estados empezaron a promover las cooperativas de trabajadores, ya que vieron en éstas una buena solución para contrastar al desempleo con un coste relativamente bajo para el país en comparación con los subsidios e instrumentos similares.
  • 31. 31 La posibilidad de mantener el empleo en los países desarrollados a través de las empresas recuperadas sigue siendo actual no sólo con relación a la crisis actual sino, como plantea Ranis (2007), para enfrentar la pérdida de puestos de trabajo, especialmente industriales, debido al fenómeno cada vez más agudizado del outsourcing. 3.2.1. Francia12 . La situación en Francia se ilustra con el caso de Lip, una compañía de relojes con sede en Besançon, que se convirtió en emblemático foco de agitación de los conflictos entre los trabajadores y la patronal en este país. En la década de 1960 esta empresa, altamente especializada, comenzó a tener problemas financieros. Fred Lipmann, conocido como Fred Lip, abrió al extranjero el capital de la empresa en 1967 a Ebauches SA (filial de ASUAG, un gran consorcio suizo que más tarde se convirtió en Swatch) vendiendo el 33% de las acciones. En 1970 Ebauches SA se convirtió en el mayor accionista con el 43% del capital. Ebauches, tras lo cual despidió a 1300 trabajadores. LIP fue el primer francés en construir relojes de cuarzo en 1973, pero tuvo que hacer frente a la creciente competencia de los Estados Unidos y Japón. La empresa se vio obligada a iniciar trámites de liquidación en abril de 1973. En mayo de 1973, fue fundado el CA (Comité de Acción), influenciado por el movimiento de mayo de 1968. Durante una reunión extraordinaria del Comité en junio de 1973, los trabajadores descubrieron planes secretos para reestructurar y reducir el tamaño (una nota dice "deshacerse de 450"), lo que precipitó la ocupación de la fábrica y la toma como rehenes de dos miembros de la dirección y un inspector del trabajo. Los rehenes fueron rescatados por las fuerzas antidisturbios, por lo que la plantilla decidió tomar como nuevos rehenes una parte de los activos con el fin de bloquear la reestructuración de planes. Se incautaron y ocultaron 65.000 relojes. La huelga estaba dirigida por el sindicalista Charles de Piaget. La mitad de los trabajadores estaban afiliados al sindicato CFDT13 o al CGT14 , perteneciendo la mayoría al 12 Este subepígrafe se basa en Downes (2002) así como en la página de wikipedia dedicada a Lip. 13 Confédération Française Démocratique du Travail. 14 Confédération Générale du Travail.
  • 32. 32 primero. Los dirigentes eran en su mayoría miembros de la AOC15 y de los movimientos de educación popular. En ese momento, los trabajadores seguían siendo escépticos acerca de las posibilidades de autogestión, y solicitaron la presencia de un empresario, pasando la huelga a estar dirigida por François Chérêque, de la CFDT. Tras una gran manifestación de 12000 personas (cantidad equivalente a la población de Besançon), una asamblea general de los trabajadores decidió continuar la producción de relojes bajo control obrero para asegurar la "supervivencia de los salarios". El sindicato CGT-CFDT pidió a la revista Cahiers de Mai apoyo para la toma de un periódico dedicado a la huelga. Ese diario se denominó Lip-unité y tuvo un papel importante en la popularización del movimiento. Para poder volver a iniciar la producción en la fábrica, esta vez sin un empleador, se venden los relojes incautados, lo que supuso en seis semanas una cifra similar a la mitad de los ingresos de un año normal. El gobierno propuso un nuevo plan, que incluía el despido de 159 trabajadores de un total de 1200. En agosto de 1973, los trabajadores se negaron esta oferta y se abrieron negociaciones entre los sindicatos, el Comité de Acción y un mediador nombrado por el Gobierno. Cuatro días más tarde, la Guardia Móvil (una unidad militar) ocupó la fábrica y expulsó a los trabajadores, permaneciendo hasta febrero de 1974. Después de esta ocupación violenta, muchas empresas de Besançon y de la región decidieron ir a la huelga y los trabajadores se apresuraron a llegar a la fábrica LIP para luchar contra las fuerzas militares. Los líderes de la Unión intentaron interceder para evitar la confrontación, pero el gobierno procedió a ordenar detenciones, lo que llevó a muchas personas a los tribunales los días siguientes. En septiembre de 1973, hubo una protesta nacional en Besançon en la que marcharon 100.000 personas. Finalmente, Claude Neuschwander, entonces el número 2 en el grupo de publicidad Publicis y miembro del Partido Socialista Unificado (PSU), aceptó convertirse en gerente de la fábrica. LIP se convirtió en una filial de BSN, logrando Neuschwander y Antoine Riboud eludir el control periódico semanal de las cuentas. Lip y la delegación de la dirección de la fábrica Dôle firmaron un acuerdo en enero de 1974. Clockwork Europea Co., dirigida por Claude Neuschwander, tomó el control de LIP. Neuschwander tenía 850 ex trabajadores readmitidos en marzo, y la huelga terminó. En 15 Action Catholique Ouvrière.
  • 33. 33 diciembre de 1974, el conflicto parecía haber terminado: los trabajadores dejaron de gestionar la fábrica, y todos los despedidos fueron readmitidos. En contradicción con el acuerdo de Dôle de enero de 1974, el tribunal de comercio pide que LIP satisficiera una deuda de 6 millones de francos adeudados a los proveedores por la antigua empresa. Los accionistas obligaron a Claude Neuschwander a dimitir en febrero de 1976, y Clockwork Europea Co.inició un procedimiento de liquidación en abril. Los problemas entre trabajadores y dirección comenzaron de nuevo. En mayo de 1976, los trabajadores volvieron a ocupar la fábrica y comenzaron de nuevo a gestionar la producción de relojes. Nadie se ofreció a hacerse cargo de LIP a este momento. La firma fue definitivamente liquidada en septiembre de 1977. Después de largos debates internos, en noviembre de 1977, los trabajadores crearon una cooperativa, denominada Les Industries de Palente, manteniendo el acrónimo LIP como marca. Charles Piaget declaró en 1977, en Le Quotidien de París, sobre el experimento de auto- manejo: Un poco más de 500 trabajadores están efectivamente en la batalla, reuniendo todos los días, y esto, diecinueve meses después de haber sido despedidos. Es la prueba viviente de la democracia. Es imposible tener una fuerza colectiva, sin la continua práctica de la democracia, sin compartir las responsabilidades, y sin la participación de todo tipo. Hay que señalar que en la LIP los trabajadores están a cargo de alrededor de treinta puestos de trabajo, desde el restaurante, que sirve 300 comidas al día por 4 de francos a un peluquero para los desempleados, a una comisión judicial para estos mismos desempleados, a las diversas actividades artesanales, de las cuales destaca el juego Chômageopoly16 , que ya ha vendido más de 6.000 unidades, y, por último, la producción industrial. La segunda lucha no terminó hasta 1980, cuando se crearon seis cooperativas que empleaban a 250 trabajadores de un total de 850. La mayoría del resto de trabajadores que se sumaron a la lucha (alrededor de 400) fueron contratados por el municipio o aceptaron acuerdos de jubilación anticipada. Las cooperativas duraron entre 3 y 12 años. Tres de ellas, 16 "Chômage" significa desempleo en francés.
  • 34. 34 creadas posteriormente, siguen existiendo hoy. Por ejemplo, algunos ex LIP trabajadores volvieron al trabajo en Palente con la SCOP. Lip Précision Industria, que emplea a unas veinte personas y se centra en la mecánica de precisión. LIP Cooperativa fue rescatada por Kiplé en 1984, durante la presidencia de François Mitterrand. Sin embargo, la nueva empresa fue liquidada seis años más tarde. Jean-Claude Sensemat entonces compró la marca en 1990, y el relanzamiento de la producción con métodos modernos. Las ventas aumentaron a un millón de relojes al año. LIP ha reeditado el reloj Charles de Gaulle, que Jean-Claude Sensemat ofreció en EE.UU. al presidente Bill Clinton. En 2002, Sensemat LIP Internacional firmó un contrato de licencia con Jean-Luc Bernerd, que creó La Manufacture Générale Horlogère en Lectoure Gers. En Francia tuvieron lugar otros fenómenos autogestionaros por la misma época, que las autoridades acabaron viendo como un buen instrumento de lucha contra el desempleo. La Ley del 1984 para el Desarrollo de la Iniciativa Económica prevé que los trabajadores que deseen comprar una empresa total o parcialmente constituyan para ello una sociedad holding en la que tendrán más de la mitad de los derechos de voto, que será quien compre la empresa original con su capital y tome en préstamo la diferencia entre éste y el precio de adquisición. Cuando hayan sido reembolsados todos los préstamos a los organismos financieros, el holding y la empresa adquirida pueden fusionarse. Los trabajadores deben tener más de la mitad de los derechos de voto en la entidad resultante de la fusión (Rojo y Vidal, 1988). 3.2.2. Estados Unidos de América17 . En Estados Unidos, igual que en otros países ricos, muchos trabajadores ven peligrar crecientemente su situación laboral por el fenómeno del outsorcing cuando las multinacionales con matriz en el país intentan producir donde el coste salarial sea más barato, los impuestos más bajos y los subsidios estatales más adecuados para sus nuevas fábricas. La frecuente consecuencia son trabajadores con alto nivel de instrucción sin posibilidad de encontrar un nuevo trabajo. En muchos casos se trata de fábricas u otros tipos de empresas muy grandes que daban trabajo a toda una ciudad o un conjunto de pueblos. En Estado Unidos no es frecuente que los trabajadores ocupen las empresas por la 17 Este epígrafe está basado en Ranis (2007).
  • 35. 35 fuerza sino que los tribunales, con base en el eminent domain18 por razones de utilidad pública, deciden confiar esas empresas a cooperativas de trabajadores reembolsando un determinado valor a los dueños previos. En muchos casos no son los trabajadores quienes presionan a los políticos para solucionar sus problemas de desempleo sino que la iniciativa parte de las mismas las autoridades públicas, lo que facilita una actitud positiva de los jueces. Kelo vs. New London en 2005 muestra un caso muy importante. Pero existen otras experiencias más antiguas de utilización del derecho de expropiación, como Hawaii Housing Authority vs. Midkiff en 1984. 3.2.3. España19 . España afrontó las crisis energéticas con una estructura económica muy débil debido a su dependencia del proteccionismo franquista y de los costes de mano de obra baratos. Además, estaba especializada en industrias tradicionales como la siderurgia, la naval y otras intensivas en mano de obra, como el textil, el cuero y el calzado, lo que la situaba en una posición aún más precaria. Añadido a esto, la recesión económica que la crisis energética de 1973 provocó en todos los países desarrollados occidentales coincidió en España con un período de cambio político que dio paso a la instauración del régimen constitucional y, con el tiempo, a la incorporación a la Comunidad Económica Europea. En el período en que Europa debía moderar su crecimiento económico, contener su inflación y aplicar medidas fiscales para reanimar la demanda, España se caracterizó por la pasividad. Los responsables de la economía de la dictadura franquista creían que se trataba de una crisis pasajera y, no sólo no desarrollaron ninguna actuación económica, sino que subvencionaron e incrementaron el consumo de productos energéticos y mejoraron notablemente los salarios. Así, en 1974 el consumo del petróleo suponía el 70% del total de la demanda energética, cuando en 1961 no superaba el 30%. Con la llegada de la democracia tampoco se adoptaron medidas por su impopularidad, por lo que el Estado y las empresas tuvieron que hacer frente al aumento del precio del crudo, lo que elevó la inflación a niveles insostenibles. Además, tras años de bases sociales sumisas a las demandas empresariales bajo el franquismo, con la democracia la patronal hubo de hacer frente a los sindicatos, los cuales, 18 Derecho de expropiación. Este mismo derecho ha sido aplicado con mucha frecuencia para revitalizar áreas urbanas de pequeñas ciudades y para aumentar los impuestos. 19 Epígrafe basado principalmente en Mier (2003).
  • 36. 36 aprovechando la poca resolución política, consiguieron elevaciones salariales desmesuradas que acabarían siendo perjudiciales para los niveles de empleo. Hasta los pactos de la Moncloa, en los que se fijó una estrategia de desinflación salarial progresiva, la crisis vigente hizo que los gobernantes no enfrentaran el conflicto y la espiral inflacionista se retroalimentó espectacularmente. Los pactos de la Moncloa promovieron medidas urgentes y reformas a medio plazo. Las medidas a corto plazo consistían en una política monetaria que frenara la expansión de la masa monetaria, una política presupuestaria que redujese el déficit público, la fijación de un cambio de la peseta realista que redujese la deuda exterior y la obligación de incrementar los salarios según la inflación prevista. Contra el paro se promovió la contratación temporal, sobre todo en el caso de los primeros empleos, en su mayoría jóvenes que accedían por primera vez al mercado laboral. Todas estas actuaciones permitieron reducir la inflación al 26,4% a finales de 1977, y al 16% en 1978, además de sanear la economía de las empresas y duplicar las reservas de divisas del país. La nueva alza de los precios a causa de la segunda crisis energética de 1978 provocó en España un ahondamiento en la crisis por la evolución del sector exterior, el déficit, la inflación, el paro y las quiebras empresariales. Además, se produjo en un momento de debilidad política, lo que propició el retraso respecto a Europa, donde se estaban tomando medidas de control de la inflación. La mejora en las economías europeas con base en el incremento de las exportaciones y la reactivación del consumo y de la inversión permitió que España se fuese recuperando, hasta el punto de que, en el trienio 1987-1989, su crecimiento fue superior al del conjunto de la CEE. Sin embargo, las tasas de paro se mantuvieron excesivamente altas (16,88% al finalizar 1989)20 , lo que tendría importantes consecuencias en el aspecto social. a) Algunos casos de ERT españolas21 . El origen del fenómeno de las ERT en España se remonta a los primeros años de la 20 Instituto Nacional de Estadística. 21 Subepígrafe basado en Ruiz et al. (2009) y en las páginas web de algunas de las empresas mencionadas.
  • 37. 37 década de los cincuenta, en la empresa cordobesa Talleres Ávila, S.A., dedicada a reparar vehículos para transportar productos de CAMPSA. En 1955 el Presidente de la Sociedad ofreció la venta de los talleres a los trabajadores por 700.000 pesetas (unos 150.000 euros actuales). Tras varias reuniones, se decidió formar la "Cooperativa Industrial de Automóviles y Tractores de Córdoba" con el apoyo del Jefe Provincial de Cooperación. Además, la familia Ávila facilitó el proceso. Seguidamente, lo más difícil fue conseguir el dinero para la compra; por un lado, la Mutualidad Laboral Siderometalúrgica prestó 125.000 ptas.; por otro, el propietario de una gasolinera avaló a los socios a condición de que sus dos hijas fueran socias; gracias a esto, el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba concedió créditos personales por importe de 650.000 ptas. Los inicios fueron muy duros. A la banca le costaba concederles más créditos y los proveedores y clientes también desconfiaban. Se trabajó mucho para ganar la confianza de todos ellos. En 1957 se decidió comprar un local de 5.000 m2 por un precio de 3.250.000 ptas. concedidos por el Monte de Piedad. Se empezaron a reparar vehículos de origen diverso y a conocerse la Cooperativa en todo el país. En 1960, al desarrollarse sectores como la construcción y la agricultura, la Cooperativa creció, adquiriendo mejor maquinaria y contratando más personal. En 1961 se declaró modelo entre las de su clase y fue visitada por Franco. Tras un informe de la firma Gerentes Ibérica, S.A., se reestructuró todo, dividiendo la empresa en secciones, desarrollando la contabilidad e incorporando métodos modernos de gestión. En 1974 había 32 socios y otros tantos contratados; en diciembre apareció la nueva Ley de Cooperativas, que no permitía un número de asalariados superior al 10 por 100 del total de socios, lo que llevó a admitir como socios a los trabajadores que no lo eran; esta medida provoca la baja voluntaria de algunos socios, además de un incremento del patrimonio de la Cooperativa de 500.000 ptas. (unos 36000 euros actuales) aportadas por los nuevos socios. En 1983 la Cooperativa decidió adquirir unos terrenos y construir un nuevo edificio para su enclave de acuerdo con sus necesidades y exigencias de desarrollo, a lo que se une un capital de más de 90.000.000 ptas. en instalaciones técnicas y maquinaria especializada. Todo ello se ha ido financiando con créditos de entidades bancarias y subvenciones de la Junta de Andalucía; el endeudamiento actual es mínimo. Con la expansión se vio necesario buscar la concesión de alguna marca, llegándose a un acuerdo con Renault Vehículos Industriales en 1991. Después la empresa se ha ido estabilizando y manteniendo su competitividad mediante inversiones en nueva maquinaria y numerosos cursos por parte de los operarios en mecánica, electricidad y electrónica. También se han conseguido las certificaciones de calidad según la Norma UNE-EN-ISO 9001:2000 y PECAL-2120 por parte del Ministerio de Defensa, que permiten seguir abriendo nuevos mercados y ampliando los existentes.
  • 38. 38 Otro ejemplo es la cooperativa metalúrgica de Castilla la Mancha Cosemap ubicada en la provincia de Ciudad Real, que nació el 1982, de una empresa vasca que decidió cerrar sin satisfacer las correspondientes indemnizaciones. Después de manifestaciones, encierros y huelgas de hambre, los obreros consiguieron quedarse con las maquinarias y la cartera de clientes. La cooperativa aun sigue trabajando. No todas las historias han sido de lucha obreros contra patronos. Algunos dueños simplemente no pudiendo pagar, dejaron la fábrica a los obreros como pago en especies, como ocurrió en el caso de Cartonajes Aitana, en Alicante, que se volvió rentable en manos de los obreros y además, aceptaron a los hijos de los antiguos dueños como socios. Experiencia similar, también en la comunidad Valenciana, es la de la familia Manclùs, dedicada al arreglo de campanarios, cuyos dueños decidieron directamente cerrar y reiniciar la actividad en cooperativa. En los mismos años nació Mol-matric. Pronto, los socios de esta cooperativa se dieron cuenta de que tenían nociones de gestión empresarial, por lo que los puestos directivos se repartieron en función de las aptitudes de cada uno. La cooperativa de alfombras Sherlimp, formada por 42 obreros que compraron la empresa a su antiguo propietario y aprovecharon la ley mencionada contratando a un gerente, tiene más de treinta años y alcanza los 30.000 clientes. Se trata de la primera empresa española dedicada exclusivamente a la limpieza, conservación y restauración de alfombras. Para resolver los inicios de actividad de las cooperativas, el gobierno Español creó el Fondo Nacional de protección del trabajo, que concedía créditos blandos por socio para iniciar la cooperativa y un crédito especial para contratar un gerente por un año. En 1984, se aprobó una nueva ley, aún vigente, que permite que aquellas personas que vayan al paro puedan cobrarlo de una vez para crear una cooperativa. Cientos de cooperativas han sido fundadas gracias a esta facilidad. Una empresa recuperada más reciente es la ex empresa aragonesa Low Power, que se dedicaba a la metalurgia. Después de algunas dificultades que incluyeron retrasos en el pago de salarios, cerró en marzo de 2008, dejando en el paro a todos sus trabajadores, deudas millonarias y muchos trabajos. Tras varios conflictos, los trabajadores formaron la
  • 39. 39 cooperativa Metalva, que está recuperando clientes. Para la formación de los trabajadores han contado entre otras ayudas con las de sus proveedores. b) Asturias22 . La situación socio-laboral de los trabajadores asturianos, en los años comprendidos entre la crisis energética de 1973 hasta finales de la década de los 80 ha estado marcado por la dificultad de hacer frente a una recesión económica acentuada por las peculiaridades de su economía. Hay que valorar en este sentido la coincidencia de varias dinámicas determinantes en la evolución de la población activa: • Demográficamente, la región mantiene un crecimiento sostenido hasta principios de los ochenta. • El crecimiento económico es débil y presenta un marcado carácter cíclico. Todo esto provoca una reducción de efectivos y un aumento de las tasas de paro, que no se logran paliar ni con la reducción de recursos humanos que supone la caída de la natalidad desde 1981. La etapa clave en destrucción de empleo se sitúa entre los años 1976 y 1984, a la que sigue un período expansivo hasta 1990 en el que la economía de la región no logra recuperar los empleos perdidos. Esto puede considerarse debido a la falta de dinamismo de la actividad económica, además del cambio significativo en su estructura, con una progresiva terciarización que provoca la marginación productiva de los trabajadores despedidos del sector secundario que no encuentran salida en los servicios. La peculiaridad más importante de la economía asturiana son los altos costes laborales de los empleos industriales. Los salarios en la industria asturiana suponían en algunos momentos hasta el 35,6% más que la media industrial española. A esto se añaden los mayores costes en la cotización social de la industria y la construcción. Pero todos estos factores no se traducen en unos niveles de productividad elevados, situándose la asturiana por debajo de la media nacional en casi un 10%. 22 Este subepígrafe se basa en Mier (2003) y en la información disponible en las páginas en internet de algunas de las empresas recuperadas que se mencionan. Sobre las mismas entidades públicas y privadas se vuelve, junto con otras, en el Capítulo 4 del presente Informe.
  • 40. 40 Con respecto a la cuestión de los salarios, es importante el papel que han venido jugando los sindicatos. El mayor peso sindical residía en las empresas públicas de los sectores industriales tradicionales, minería y metalurgia fundamentalmente, mientras la estructura económica crecía en dirección a las actividades terciarias. Así, los sindicatos defendieron una gestión del declive industrial buscando lógicamente el beneficio de sus afiliados, lo que en algunos casos provocó perjuicios en otros sectores. El balance de esta situación puede resumirse en la dificultad que ha tenido la economía regional para generar alternativas de empleo y, cuando las ha generado, su escasa calidad. El trabajo indefinido en los sectores industriales no ha sido regenerado, y la rigidez del mercado de trabajo en algunos casos ha favorecido un débil crecimiento económico a lo largo de estos años. Además, el peso de la empresa pública creó una “irrealidad”, con altos salarios y baja productividad que absorbió muchos de los recursos públicos destinados a afrontar la crisis. Uno de los primeros casos de ERT en la región23 fue el de AEA CRADY, que formaba parte del AEI CRADY, un grupo importante de 20 empresas repartidas por todo el territorio español y con unos pasivos del orden de 5.000 millones de pesetas del momento. Sin embargo, la empresa no pudo hacer frente a la crisis de finales de los 70 y en enero de 1980 se constituyó en Gijón la sociedad AEA CRADY (Aplicaciones Eléctricas Asturianas) para mantener la actividad. En Asturias como en el resto de España, la recuperación de empresas no se da sólo a través de cooperativas sino especialmente con otras formas jurídicas como sociedades anónimas laborales (S. A. L.). La nueva sociedad fue comprando activos, pagando con distintas modalidades según los análisis jurídicos. Según el estudio de viabilidad, se reclutó personal de diferentes especialidades, comenzando la actividad con unos 100 trabajadores. A los dos años ya alcanzaba los 420. Para sacar adelante el proyecto también se contó con la aportación de capital realizada por entidades bancarias titulares del grupo, lo que sirvió para garantizar durante toda la operación la solvencia ante proveedores y clientes, un hándicap que sufrieron muchas empresas de economía social en estos años. Esto se debía sobre todo a la reticencia de los proveedores a dar facilidades de pago a una empresa en la que los titulares eran los trabajadores. Además de esto, las sociedades anónimas atacaban duramente estos nuevos modelos empresariales haciendo referencia a competencia desleal por trato discriminatorio. Sin embargo, el mayor problema al que quizá tuvo que enfrentarse la 23 En realidad el primer caso fue el de la cooperativa industrial “La Asturiana”, una fábrica de porcelana que fue cedida a los trabajadores en 1967.
  • 41. 41 empresa fue a la falta de hábito en la autogestión de la mayoría de los trabajadores, que provocó conflictos societarios entre socios y con el equipo directivo. A pesar de todo esto, la facturación alcanzó entre los 1.000 y los 2.000 millones de pesetas del momento al año, lo que permitió recuperar la tecnología y el mercado de las empresas punteras en el campo del aparillaje eléctrico, sector en crisis en toda España. El crecimiento de la empresa permitió la apertura de mercados mundiales, en Inglaterra y Alemania, convirtiéndose en competidora internacional. Con empresas francesas se llegó a concretar programas de colaboración para fabricar en España equipos que se venderían a terceros países. En 1986 un equipo de gestión, GESTIVER, se hace cargo de la dirección de la empresa y continuó su actividad. La S.A.L. fue vendida en 2002 a la empresa privada TEMPER S.A., muestra palpable de su viabilidad, y continúa su actividad en el concejo de Gijón. Este es el fin de muchas empresas recuperadas de España: después de años exitosos, los trabajadores han decidido venderlas, aunque no siempre ha sido así. A continuación se presentan dos casos de empresas recuperadas por sus trabajadores que aún son propiedad de sociedades laborales: ALCOTAN y REMASAL. Los orígenes de la empresa ALCOTAN se remontan a 1927, cuando Manuel Menéndez inauguró el servicio de viajeros Pola de Laviana-Oviedo. Se constituye así una sociedad anónima que mantendrá su actividad hasta 1980 con el nombre de El Carbonero, S.A. y que desarrolla su actividad en el valle del Nalón, principalmente en Langreo. A pesar de esta actividad histórica, en los años setenta la sociedad presenta una importante descapitalización, lo que provoca los primeros déficits presupuestarios. Tras una década de crisis, los empleados asumen la compra de la empresa y nace ALCOTAN. Esta nueva Cooperativa de Trabajo Asociado se constituye en Laviana en junio de 1980 con un total de 96 socios (en los sesenta se habían alcanzado los 142 trabajadores). El proceso de constitución fue duro y largo debido a los problemas económicos de la anterior empresa, de la cual la nueva sociedad asumió pasivos y un parque móvil anticuado. Sin embargo, la concesión administrativa del “Servicio de Transporte Público Regular y Permanente de Viajeros por carretera de Uso General, entre La Foz-Laviana y Oviedo, con hijuelas en todo el Valle del Nalón y Prolongación a Puebla de Lillo y Riaño”, servicio que venía prestando la anterior empresa, ayudó a mejorar la viabilidad de la empresa, en peligro por las dificultades para obtener créditos para renovación de parque móvil o para mejorar las condiciones salariales de los socios, con pagos atrasados por la anterior empresa y sin subidas salariales en los cuatro primeros años. En la actualidad,