La pandemia de COVID-19 ha causado un aumento significativo en la mortalidad materna en México. La tasa de mortalidad materna aumentó de 31.1 por cada 100 mil nacimientos antes de la pandemia a 53.1 durante la pandemia, con la COVID-19 siendo la principal causa de muerte materna en 2021, responsable del 46% de las muertes maternas. Las entidades con mayor número de muertes maternas fueron el Estado de México, Puebla, Veracruz, Jalisco y Chiapas. Además de la COVID-19, otras
3. • El fantasma de la muerte materna en México ha
aparecido de nuevo de mano de la covid-19. De
2020 a 2021 la muerte de mujeres embarazadas
por el virus aumentó un 87% al pasar de 248 a
465 fallecimientos, según las cifras de la
Secretaría de Salud. A pesar de la intensa
campaña de vacunación, el coronavirus fue la
principal causa de muerte materna en 2021, con
una participación de un 46% de un total de 1.036
decesos registrados en el país.
4. • Una tendencia que no ha menguado en el
inicio de este año, solo en las primeras
semanas del 2022 han muerto al menos 18
mujeres embarazadas o en puerperio debido a
la pandemia.
5. • Las entidades con más cifras de mortalidad materna en
2021 fueron el Estado de México, Puebla, Veracruz,
Jalisco y Chiapas. Además de la covid-19, los edemas,
los trastornos hipertensivos y las hemorragias
obstétricas fueron algunas de las causales de
fallecimiento más frecuentes en este grupo de
población en 2021, desvelan los reportes semanales de
la Dirección de Vigilancia Epidemiológica. La pandemia
ha empujado al alza la tasa de mortalidad materna.
Antes de la pandemia, en 2019, esta tasa se situaba en
31.1 por cada 100 mil nacimientos; durante la crisis de
coronavirus, esta tasa aumentó a 53.1 por cada 100 mil
nacimientos
6. • El estudio desvela que no todas las muertes
maternas en México estuvieron directamente
relacionadas con la infección por covid-19, sino
con las condiciones no controladas durante el
embarazo debido a la escasa disponibilidad de
asistencia sanitaria. Las complicaciones de las
mujeres gestantes se presentaron con mayor
frecuencia en aquellas que también padecían
neumonía, asma, hipertensión, obesidad,
diabetes y tabaquismo.
7. • “Durante las últimas tres décadas, América
Latina y el Caribe lucharon por reducir la
mortalidad materna”, indicó la doctora
Etienne. “Ahora la pandemia amenaza borrar
20 años de logros conseguidos con mucho
esfuerzo”, advirtió en septiembre pasado la
directora de la OPS, lamentablemente en
México este pronóstico es ya una realidad. Las
cifras de mortalidad materna han vuelto a
niveles que no se observaban desde 2010
8. • Riesgo de transmisión vertical: La evidencia relacionada con
la transmisión vertical en las distintas etapas del embarazo
no es contundente e incluso ha sido contradictoria
conforme ha avanzado la pandemia. Ejemplo de ello es que
las primeras series de casos documentadas a nivel mundial
(Chen et al, 2020; Zhu et al, 2020; Schwartz, 2020)
reportaban que las muestras de líquido amniótico, tejido
placentario, sangre de cordón umbilical y exudado faríngeo
en los recién nacidos fueron negativas; e incluso
publicaciones más recientes (Gao et al, 2021) tampoco han
encontrado evidencia histopatológica de transmisión
vertical ni de resultados materno-fetales adversos en
placentas de mujeres con COVID-19 en el tercer trimestre.
9. • En contraste, algunos estudios han reportado hallazgos histopatológicos sugestivos de la presencia
de SARS-CoV-2 en tejido placentario (Hosier et al, 2020; Penfield et al, 2020) y existen autores
(Linehan et al, 2021) que señalan a la placentitis como una complicación materna de la infección
por SARS-CoV-2, poco frecuente pero reconocible, y como un marcador potencial de transmisión
vertical con la capacidad de provocar compromiso fetal. En este sentido, una revisión sistemática y
meta-análisis (Kotlyar et al, 2021) que incluyó estudios de cohorte, series de casos, reportes de
casos de mujeres embarazadas con diagnósticos moleculares de COVID19 y un total de 936
neonatos estudiados, concluyó que la transmisión vertical de SARS-CoV-2 es posible y parece
ocurrir en una minoría del 3.2% (IC95% 2.2-4.3) de los casos de COVID-19 materna en el tercer
trimestre; que las tasas de infección son similares a las de otros patógenos asociados a infecciones
congénitas, pero que este riesgo aún no puede documentarse en el primer trimestre ni el riesgo
potencial de morbilidad y mortalidad fetal. Finalmente, en su publicación más reciente (25 de
enero de 2021), la OMS señalo que puede ser posible la transmisión del SARS-CoV-2 in útero o
durante el parto, pero la mayoría de las infecciones neonatales notificadas hasta ahora parecen
haber ocurrido en el período posnatal. Dado que los estudios disponibles variaron en el rigor de la
determinación de la transmisión de madre a hijo del SARS-CoV-2, la interpretación de estos
resultados es limitada. Por lo anterior, las medidas para reducir el riesgo de contagio y la
prevención de contacto con aerosoles deben continuar para evitar el riesgo de transmisión
horizontal (ambiental) durante la atención del parto y después del nacimiento, ya que no existe
evidencia sólida que oriente a tomar decisiones diferentes a las establecidas con respecto a la vía y
momento de nacimiento, ni a las pautas sobre alimentación y cuidados de la persona recién nacida.