El documento critica la influencia roussoniana en la legislación educativa española y las políticas neoliberales y conservadoras. Argumenta que la competencia entre escuelas públicas y privadas puede mejorar la calidad educativa al permitir que los padres elijan la escuela. También sugiere el uso de "bonos escolares" para que los estudiantes de bajos recursos puedan asistir a la escuela de su elección.

1. Milagros Suela Gómez Tendencias Contemporáneas de la Educación
2º B E. Primaria Universidad de Castilla-La Mancha
Controversia sobre la influencia roussoniana en la legislación
democrática a partir de la publicación de la LOGSE (1990).
Crítica del neoliberalismo y conservadorismo a la LOGSE por su deriva roussoniana.
http://www.elpais.com/articulo/economia/MINISTERIO_DE_EDUCACION_Y_CULTURA/PRESID
ENCIA_DEL_GOBIERNO_1996-2000/PODER_EJECUTIVO/_GOBIERNO_PP_/1996-
2000/Timida/ministra/elpepieco/19970621elpepieco_9/Tes
Una vez realizada una lectura detallada del texto, observamos diversas ideas en las que
podemos profundizar dado el interés que suponen dentro del marco educativo actual.
Posiblemente nos encontremos ante una situación de crisis en este contexto, derivado de
un fuerte proceso de recensión económica del país; sin embargo, podemos observar que
este artículo fue publicado hace prácticamente quince años, pero su contenido es
fácilmente aplicable al momento en el que nos encontramos.
Tras las últimas elecciones generales celebradas en noviembre del presente año, se ha
producido un cambio importante en el gobierno, dado que después de haber estado
durante dos legislaturas presidiendo el Partido Socialista, los colores se han visto
modificados, y por consiguiente, dada la ideología política que ahora predomina en
España, lógicamente las medidas que están comenzando a constituirse como métodos
innovadores para levantar la económica de nuestra nación, también se encuentran
influenciadas por lo expuesto en este mismo párrafo.
Una vez realizado una mínima contextualización del artículo escrito por Pedro Schwartz
en junio de 1997, creo oportuno señalar algunas de las ideas, que en mi opinión resultan
más interesantes de comentar, dada su relación con el temario de la asignatura
Tendencias Contemporáneas de la Educación.
El autor se muestra sincero ante los lectores, dado que desde el inicio expresa que lo que
se va a disponer a escribir se encuentra completamente condicionado por sus intereses,
dada la posición que éste ocupa dentro de la enseñanza y su interés especial en ella; por
lo que a continuación, nos expone su opinión ante este tema que le suscita tanta
polémica. Muestra su inconformismo ante la incompetencia del gobierno popular en la
toma de decisiones adecuadas dentro del ámbito social que le afecta de una manera
determinante, considerando que comete errores en la aplicación de su “programa de
calidad y libertad educativa”
1 Tímida ministra. El País.

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A continuación, el autor se muestra completamente de acuerdo ante lo presentado por la
entonces ministra Esperanza Aguirre, en la que ella realizaría una crítica al pensamiento
pedagógico de nuestro filósofo objeto de estudio, Rousseau; siendo estas sus palabras
durante el discurso que realizaría en el Club Siglo XXI: "nada cuentan valores como el
mérito individual, el esfuerzo o el afán de superación". Esta frase representa el símbolo
pedagógico del mencionado filósofo, palabras que no podrían ser tomadas como válidas
o aceptables por ninguna persona que tuviese conocimientos educativos, como somos
nosotros, o docentes y demás personal relacionado con el increíble mundo de la
enseñanza. En este aspecto, por tanto, Schwartz y Aguirre mostraban una línea de
opinión idéntica.
En el discurso realizado por nuestra entonces ministra, exponía una medida que sería de
gran interés para la enseñanza y aparentemente beneficiosa para todos; sin embargo,
dado que el autor conoce con profundidad la importancia de la docencia, y de ejercer de
una forma adecuada su función social, deriva una crítica a la medida que tomaría el
gobierno popular.
Considerando como positivo la propuesta de aumentar el presupuesto destinado a la
educación pública, y enfatizando el fracaso del sistema educativo propuesto por una
“izquierda anticlerical”, expresa la necesidad de actuar acorde a lo contenido en la
Constitución Española, y por tanto, de facilitar a los ciudadanos la posibilidad de
acceder a una libre enseñanza y de calidad.
Es decir, es importante que seamos nosotros los que decidamos qué tipo de educación
deben recibir nuestros hijos, una decisión que no se encuentre condicionada por la
disponibilidad o solvencia económica del núcleo familiar; así lo expone Schwartz en
este artículo del periódico El País: “La única forma de conseguir que las instituciones
de enseñanzas, tanto públicas como privadas, se esfuercen por ofrecer una educación de
mejor calidad es que tengan que competir entre sí y que tanto padres como alumnos
puedan elegir libremente el establecimiento preferido”.
En esta afirmación, se observa claramente como el autor pretende que la calidad de la
enseñanza no varíe de un tipo de centro educativo a otro, es decir, que su régimen de
privado o público no sea el condicionante que implique una mejor u peor calidad de la
enseñanza que pueda proporcionar a sus “consumidores”.
2 Tímida ministra. El País.

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2º B E. Primaria Universidad de Castilla-La Mancha
De esta manera, pretende que ambos tipos muestren interés especial por superarse a sí
mismos en su función social, en su responsabilidad con ésta, o lo que llama “esfuerzo
por ofrecer la mejor educación”.
Dado lo expuesto en el párrafo anterior, se plantea como una alternativa viable “el bono
escolar”, en el que se permita “combinar la subvención pública de la enseñanza con la
libertad de elección y por tanto con la calidad pedagógica”; todo ello, evitaría la
distinción social que implica la posibilidad de escoger un centro educativo en función
de las posibilidades económicas que se tengan. Esta medida, por tanto, facilitaría el
acceso de las personas sin recursos económicos a los colegios o universidades que se
encuentran entre sus preferencias, independientemente que se traten de tipo público o
privado; de este modo, dado que cualquiera puede escoger “el establecimiento”
educativo, estos competirán por ser los seleccionados, y lógicamente tratarán de mejorar
su oferta educativa y de calidad de su enseñanza.
Sin embargo, son las organizaciones docentes las que consideran que este tipo de
subvenciones deberán ser entregadas y gestionadas por las instituciones, no por las
familias; además se matiza de una manera crítica, el “miedo de quienes quieren
defender su comodidad frente a la posible competencia y la soberanía del consumidor”.
Con esta última frase se expone cómo estas medidas no resultan interesantes para
personas que, por comodidad, no les conviene que nosotros, los ciudadanos de a pie,
tengamos la posibilidad de escoger determinadas opciones, y por tanto, que realmente se
cumpla lo contenido en la Constitución.
3 Tímida ministra. El País.