Y es que no a todo el mundo le gusta usar una carcasa porque prefiere su teléfono tal y como es. En este sentido, hay que intentar conseguir equilibrar protección y estética para evitar sustos. Para ello, la extensa variedad de productos en el mercado está pensada para satisfacer la necesidades de los más exigentes. Desde calcetines hasta carcasas resistentes al polvo, pasando incluso por las sumergibles, las alternativas son infinitas y prácticamente todo es posible. Un buen ejemplo son las fundas flexibles de gel o silicona, que ofrecen un buen grado de amortiguación y hacen que el dispositivo no sea incómodo de llevar en los bolsillos. Igualmente, aunque las carcasas siguen comercializándose en gran medida, la tendencia es comprar una estilo flip o funda con tapa que cubra el terminal íntegramente, protegiendo la pantalla de golpes y permitiendo su uso sin necesidad de extraerlo, ofreciendo gran comodidad si la tapa se dobla sobre sí misma.