1. PROGRAMA POLITICO
“La teoría de Marx esclareció en que consiste la verdadera tarea de un partido
socialista revolucionario: no inventar planes de reorganización de la sociedad, no
predicar a los capitalistas y sus lacayos que deben mejorar la situación de los obreros,
no urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta
lucha, cuyo objetivo final es la conquista del poder político por el proletariado y la
organización de la sociedad socialista.”
Nuestro Programa, Lenin
El Programa constituye una síntesis del rumbo a seguir y de las medidas y metas a
alcanzar dentro de una etapa histórica determinada. El aspecto principal del periodo histórico
por el que atraviesa nuestro país, transcurre por organizar la lucha de clase del proletariado
para conducirla en un proceso de cambio esencialmente político, en un proceso de
acumulación de fuerzas que deberá expresarse en la construcción de un alianza social
revolucionaria que esté en condiciones de disputar la hegemonía a la oligarquía mexicana,
siempre por el camino de la Revolución Proletaria.
Para la OPT, la definición de la revolución en México como una revolución proletaria se
caracteriza porque el proletariado se constituye como la clase hegemónica y dirigente de la
fuerza social revolucionaria y la única clase capaz de hacer avanzar a la sociedad en un
sentido progresista y que nos conduzca a una transformación radical en nuestro país.
Por ello es imperativo enfocar nuestros maximos esfuerzos para anclarnos entre los sectores
de la clase trabajadora -tanto de la ciudad como del campo- tarea nada fácil debido al férreo
control que la oligarquía ejerce sobre los sectores fundamentales del proletariado (petroleros,
electricistas, metalúrgicos, mineros, automotrices, trabajadores de la educación, jornaleros
agrícolas, etc.). Pero desdeñar esfuerzos en la cristalización de esta tarea nos coloca en
condiciones de luchar subordinados a supuestos sectores “demócraticos” de la “burguesía
nacional” y creer que la oligarquía o sectores de la misma pueden desempeñar un papel
progresista y asumir la conducción de ese proceso al margen de la lucha política
revolucionaria.
La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT) tiene que hacer un esfuerzo
extraordinario de imaginación política, audacia propagandística y labor organizativa para
acercarse y echar raices entre los sectores proletarios arriba señalados. Para ello debemos
desarrollar un trabajo intenso en las filas de la Nueva Central de Trabajadores (NCT), entre
los grupos de la clase obrera controlados por el charrismo sindical y entre los trabajadores
informales para ofrecerles una autentica opción de organización política independiente y de
lucha que promueva la independencia, unidad y autonomía de la clase obrera, su
sindicalización y ejercicio de la democracia sindical, tareas imprescindibles si deseamos
2. construir ese polo hegemónico del proletariado y caminar con la suficiente coherencia en el
marco actual de la lucha de clases.
El carácter de la lucha de clases se define en función del dominio internacional del capital,
por la ofensiva del imperialismo contra los pueblos del mundo destruyendo derechos
y conquistas de los trabajadores (contratos colectivos, seguridad social, estabilidad
laboral, etc.) por lo que la lucha de resistencia de los pueblos encabezados por el
proletariado adquiere una connotación internacional. Pero las particularidades de la
configuración nacional y de su estructura social determinan a los sectores susceptibles de
ser incorporados a la alianza social revolucionaria y a los enemigos inmediatos e
irreconciliables. Como señala Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista “Por su
forma no por su contenido, la campaña del proletariado contra la burguesía empieza siendo
nacional. Es lógico que el proletariado de cada país ajuste ante todo las cuentas con su
propia burguesía.”
En el documento aprobado en el congreso de la OPT de fines del 2014, La Situación Actual y
Nuestras Tareas, establecimos que “Nuevas perspectivas y definiciones políticas también se
requieren en la lucha por el derrocamiento de este régimen político marcado por la
ilegitimidad que abre la posibilidad para un nuevo Congreso Constituyente; uno que recupere
los derechos democráticos, sociales y de soberanía nacional que han sido eliminados por
ese bloque neoliberal y pro imperialista. Pretender una asamblea constituyente desligada de
la lucha por el fin de este régimen y desligada de los movimientos y fuerzas sociales en
lucha, convierte la idea en mera propaganda, en una caricatura o en un evento de
propaganda que refuerce la necesidad de una verdadera constituyente surgida de la lucha y
no sustituyéndola o hablando a nombre de ella.
Un nuevo Constituyente, nacional y soberano es necesario para recuperar y defender las
conquistas sociales que el neoliberalismo les ha arrebatado al pueblo y a los trabajadores.
Pero esto no es un ejercicio intelectual de elaboración de una nueva Constitución, sino que
surgirá como consecuencia de la lucha por el derrocamiento del régimen y por la
conformación de un nuevo bloque social alternativo al del poder oligárquico. Este es un eje
fundamental de la actividad de la OPT.
Por ello es fundamental la construcción de las condiciones sociales necesarias para
emprender el proceso hacia una nueva constituyente.”
Para el momento actual es fundamental levantar y luchar por un conjunto de ejes
programáticos generales, cuyo imperativo sea revertir las llamadas “reformas estructurales”
peñanietistas, y con ello hacer que se cumpla la voluntad de la población y de la nación. A
partir de: Recuperación Irrestricta de la Industria Energética (eléctrica y petrolera); Aplicación
Plena de la Educación Pública, Gratuita y Laica; Ejercicio Franco de la Totalidad de Nuestros
Derechos Laborales (contratación colectiva, sindicalización, autonomía sindical y huelga);
Derecho a la Seguridad Social Integral, Gratuita e Intergeneracional, a una jubilación digna y
bien remunerada y a servicios médicos de la mejor calidad; Goce de nuestro Patrimonio
Cultural y Arqueológico; Desarrollo Amplio de la Investigación Científica y Tecnológica;
Derecho a Vivienda Amplia, Digna e Higiénica y en un entorno de convivencia social y
democrática; Ejercicio Pleno de los Derechos Políticos y Libertades Democráticas, con el
inmediato retorno del ejército a sus cuarteles, la libertad de todos los presos políticos y el
castigo ejemplar a perseguidores, torturadores y asesinos de ciudadanos inocentes.
3. En ese sentido, es necesario constituir y luchar por una plataforma de reivindicaciones a la
que denominamos “Programa del Pueblo”, -como luchar contra la destrucción de los
contratos colectivos, el derecho de huelga y la estabilidad de los empleos- alrededor de
la cual organicemos a la clase trabajadora y demás sectores del pueblo para la construcción
de la unidad proletaria y del poder alternativo del pueblo. Dicha plataforma reivindica los más
sentidos anhelos de justicia, democracia, libertad e independencia forjados durante 200 años
de luchas libertarias del pueblo de México. Expresión actual de la decisión del pueblo de
rescatar al país de la barbarie que ha impuesto la oligarquía y su Estado; ese Programa del
Pueblo se erige en alternativa para amplias clases y capas sociales en la perspectiva de
fundar un nuevo consenso que permita vislumbrar un nuevo régimen político en el que la
legitimidad del poder se sustente en la voluntad del pueblo y de la nación, en la legalidad
constitucional y el respeto al estado de derecho; en la ampliación de la democracia y la
justicia social; en la defensa de la soberanía y la independencia nacionales.
Asumir la necesidad de irrumpir en el escenario de lo político para redefinir el rumbo de la
historia de nuestro país, constituye una elevación de la presencia pública de los trabajadores
en disposición de disputar a los enemigos del pueblo la conducción y la transformación
radical de las instituciones del Estado. Por ello, la OPT orienta a sus militantes en la
necesidad de que intervengan en los sindicatos y organizaciones de masas de las que
forman parte, alimentando la conciencia sobre la necesidad de organizarse
políticamente como clase trabajadora, independiente de los patrones y los gobiernos
para defender y ampliar los derechos adquiridos.
El protagonismo que han adquirido los trabajadores en la lucha de resistencia, en defensa de
la soberanía del país y el patrimonio nacional, en oposición a la entrega de los recursos
naturales a las trasnacionales del imperio y de sus socios nativos, reivindicando los derechos
políticos y conquistas sociales de los trabajadores y el pueblo, constituye la plataforma
programática y la práctica política desde la cual nos planteamos impulsar procesos
organizativos unitarios que permitan crear espacios de poder, desde los cuales se concreten
cambios sustantivos en el régimen político autoritario y el modelo económico neoliberal.
Transformaciones que impongan el régimen democrático para la República y trastoquen las
bases seculares de la injusta distribución de la riqueza en nuestro país.
Nuestro Programa del Pueblo y consecuentemente nuestra vocación de poder se hacen
pertinentes ante una realidad excluyente que compromete las bases culturales y políticas de
la sociedad, toda vez que las clases sociales y las élites que han usufructuado a las
instituciones del Estado capitalista, pretenden destruir todos los derechos conquistados por la
población y por la nación han roto el pacto social que mantenía vigente el consenso de la
República y vaciado de legitimidad al ejercicio del poder, además de que ninguno de los
actuales partidos institucionales con registro electoral representa los intereses de clase del
proletariado y del pueblo. La impunidad y el uso antidemocrático de las instituciones han
llevado al descrédito público del sistema de partidos y de los procesos electorales. La política
entreguista y de fomento de los intereses de las multinacionales y de la oligarquía, de quien
usurpa el poder ejecutivo, genera anarquía, incertidumbre, violencia y pérdida de soberanía.
El sistema de impartición de justicia se encuentra atorado en las complicidades serviles con
quien ostenta el poder político y económico. La descomposición del régimen político es
terminal y su crisis no tiene retorno.
Las luchas de resistencia contra el neoliberalismo y el autoritarismo de Estado, que se
expresó durante largos años como respuesta espontánea a la restructuración capitalista,
4. adquiere una nueva dimensión política y presencia protagónica en la lucha social, al
proyectar la respuesta a los enemigos del pueblo, bajo la concepción estratégica de la
insurrección civil y política sustentada en el Artículo 39 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Nuestro Programa del Pueblo se propone sustituir las caducas estructuras partidarias y al
agotado régimen de gobierno, por un poder de auténtica raigambre popular que instaure un
régimen democrático, que sustentado en la movilización obrera y popular y en el prestigio de
una función pública nueva e incorruptible, impulse un plan general de construcción de nuevas
instituciones y restaure el estado de derecho de acuerdo con la voluntad del pueblo, en la
perspectiva de la construcción de una sociedad sin explotados ni explotadores.
El proyecto de nación que pretendemos construir se funda en una práctica de la resistencia
en la que el pueblo asume su soberanía originaria, justificando su propia autoridad y la
obediencia a la voluntad de su mandato. El proyecto de nación que propugnamos forma
parte de una concepción estratégica de la lucha social en el que la movilización
independiente y unitaria y la desobediencia civil se erigen en poder popular y en democracia
directa ante el deterioro de la legitimidad capitalista y el autoritarismo de su Estado, tal como
los movimientos impulsados por Gandhi, Martín Luther King, APPO, las comunas
bolivarianas y el gobierno del MAS en Bolivia.
El régimen de oprobio y desmesura que prevalece en nuestro país ha terminado por agotar
toda fuente de legitimidad política. Los galopantes presupuestos públicos destinados al pago
de la deuda pública, a las fuerzas armadas y a los cuerpos policiacos, en contrapartida de las
magras asignaciones a salud, educación, ciencia y cultura, dan cuenta de que el ejercicio del
poder se sustenta en la capacidad de represión del Estado y en el fortalecimiento del sistema
de control y dominación sobre los trabajadores y el pueblo. La total impunidad con la que se
conducen los personeros que ostentan los cargos públicos en el gobierno federal y el
autoritarismo con el que instrumentan los actos de gobierno, son sintomáticos de un régimen
despótico, en el que la legalidad dejó de ser la norma de la conducta pública. Estamos
viviendo la ejecución de las reformas estructurales por medio de un proceso
generalizado de violencia de Estado contra los trabajadores y el pueblo, y cuya más
grave expresión es la militarización y legalización de un “Estado de excepción”
totalitario.
Nuestro proyecto de nación constituye una concepción estratégica del cambio político en
nuestro país, concepción que se concretiza en la resistencia al poder ilegítimo mediante los
métodos de la desobediencia civil, la movilización popular y el protagonismo social en todos
los ámbitos de la vida pública; estrategia del cambio político que contempla un proceso
ascendente de la organización del pueblo; nuestro proyecto político se expresa también en
tanto plataforma programática que visualice la ruta del cambio político para arribar a un
nuevo régimen en el que la democracia, la justicia y la libertad se realicen, en el marco de
una nación independiente y soberana.
En función de los anteriores criterios, los ejes de nuestro programa político son:
I) PARA EJERCER LOS DERECHOS DEL PUEBLO MEXICANO A LA PROPIEDAD Y
USUFRUCTO PLENO SOBRE LOS RECURSOS NATURALES Y
ENERGÉTICOS DE LA NACIÓN
5. Es necesario:
1.-Revertir los procesos de privatización del petróleo, electricidad, gas, agua, aire, bosques,
minería, espacio aéreo, playas, litorales y tierra.
2. Iniciar el proceso para anular la deuda externa y de la carga impositiva que significa.
3. Iniciar el proceso de derogación de todos los tratados comerciales y militares que lesionan
los intereses de la nación, como los Tratados de Libre Comercio con América del Norte y con
la Unión Europea, y la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte
(ASPAN).
4. Impulsar una nueva política de relaciones internacionales basada en una firme oposición a
las guerras preventivas y al intervencionismo del imperialismo, en el reconocimiento de la
libre autodeterminación de los pueblos, el respeto y la solidaridad entre las naciones y la
solución pacifica de los conflictos entre los países
5. Promover como tarea fundamental la integración y la unidad con todos los pueblos de
América Latina y el Caribe y por lo tanto, la lucha por la unión libre de las naciones
independientes de América Latina y el Caribe.
II) PARA EL IMPULSO DE UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO ECONÓMICO
Es necesario:
6.- Romper de manera definitiva e irreversible con la política neoliberal, sustituyéndola por
una nueva política de desarrollo orientada a permitir que hombres y mujeres dignos vivan
bien del producto de su trabajo y evite enriquecerse con el trabajo ajeno, además de terminar
con la pobreza, recuperar y preservar los derechos sociales y de los trabajadores, elevar las
condiciones de vida y trabajo de los mexicanos, la creación de empleos, la recuperación de
los salarios, generar el crecimiento económico y la distribución equitativa de la riqueza.
7.- Defender y fortalecer la propiedad social y colectiva de los mexicanos; iniciando el
proceso para la recuperación como propiedad de la nación de las empresas estratégicas
para el desarrollo nacional, bancos, instituciones financieras y aseguradoras y latifundios, por
la vía de la nacionalización o la expropiación; garantizando la participación de los
trabajadores en la gestión de las empresas públicas o la directa autogestión democrática
de empresas por parte de los trabajadores y del territorio por los pobladores y
colonos.
9.- Asegurar la autosuficiencia y soberanía alimentarias sobre la base de un nuevo impulso al
reparto agrario, al ejido y a las cooperativas rurales; a partir de nuevas formas de
cooperación y de producción social en el campo, garantizando la asistencia técnica y los
recursos financieros para la producción, el almacenamiento y la comercialización, así como
el impulso de la agricultura ecológica y la oposición al control privado de la agro
biodiversidad y la liberación en campo abierto de transgénicos, especialmente de
cultivos cuyo centro de origen es México.
6. 10.- Poner en marcha un Programa Nacional Integral de rescate del medio ambiente y en
defensa de la biodiversidad.
11.- Construir una planta productiva nacional ecológicamente planificada y la
infraestructura capaz de garantizar los bienes de consumo, de producción y su
comercialización; así como el impulso de la industria nacional, el establecimiento de cajas de
ahorro populares y bancos solidarios; garantizando servicios gratuitos para el pueblo y los
trabajadores y el desarrollo del mercado interno.
12- Construir las condiciones para generar una economía social y solidaria, abarcando todos
los ámbitos desde la producción hasta el consumo, que impulse y desarrolle la pequeña y
mediana empresa en el campo y la ciudad.
13.- Diseñar un sistema fiscal que grave más a los que más tienen, que proteja a los
mexicanos de menores ingresos y que suprima la evasión fiscal.
III) PARA EL IMPULSO DE UN NUEVO RÉGIMEN Y UNA NUEVA INSTITUCIONALIDAD
DEMOCRÁTICA, POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES Y LOS OPRIMIDOS
QUE SURJA DE UN CONGRESO CONSTITUYENTE SOBERANO Y NACIONAL
Es necesario:
14.- Construir un nuevo régimen y una nueva institucionalidad democrática a partir de una
Nueva Constitución que habrán de ser definidos por una Asamblea o Congreso
Constituyente soberano y nacional, en la que estén representados todos los sectores
sociales, particularmente los trabajadores, que disuelva las instituciones del actual Estado
antidemocrático que solo sirve a los intereses del gran capital nacional e internacional.
15. Recuperar la soberanía y autoridad suprema del pueblo para decidir el destino de la
nación en todos sus aspectos: territorio, recursos naturales, política internacional, política
económica, derechos sociales y programas de gobierno, a partir de un nuevo sistema de
representación popular, en el que los representantes y gobernantes funcionen bajo control
del pueblo, sujetos siempre a la rendición de cuentas y a la revocación de mandato; un
sistema en el que se reconozca a la comunidad y en general a los poderes locales, como el
eje articulador para el ejercicio de la democracia y la redistribución del poder político hacia la
base de la sociedad.
16.- Avanzar hacia una democracia integral de participación directa y disolución del actual
sistema antidemocrático y corporativo de partidos políticos preñado de corrupción y
clientelismo; basada en el derecho a la autonomía y al autogobierno de las comunidades y
las colectividades locales; en la implementación de diversos mecanismos de participación
directa del pueblo, en las decisiones sobre los asuntos públicos y la planeación del desarrollo
económico, territorio, recursos naturales, derechos sociales y programas de gobierno, así
como el plebiscito, el referéndum, la asamblea y la iniciativa popular, la consulta y la
contraloría social, entre otros.
17.- Hacer efectivos los derechos de los pueblos indios plasmados en los Acuerdos de San
Andrés, en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, así como en la
7. Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, a partir de su pleno
reconocimiento constitucional y su estricto cumplimiento práctico.
18.- Diseñar un nuevo sistema de impartición de justicia basado en la participación popular,
orientada a terminar con la corrupción, con la impunidad y la violación de los derechos
humanos, que contemple la elección popular de jueces y magistrados bajo el voto universal,
directo y secreto. Las funciones de la seguridad pública deberán ser asumidas por milicias o
guardias comunitarias y a partir de establecer tribunales populares.
19.- Reivindicar y hacer respetar los convenios de la OIT en materia de los principios y
derechos del trabajo, como la libre sindicalización, contratos colectivos, salarios
dignos y derecho a la huelga,
20.- Instaurar un nuevo marco que democratice los medios de comunicación masiva, que
asegure el acceso efectivo a la información, que regule las “concesiones” de
telecomunicaciones para garantizar que los medios cumplan su labor regidos por la ética, por
la participación y el compromiso social. En paralelo, deben fortalecerse todos los medios de
comunicación alternativos y autogestivos de la sociedad.
21.- Promover una cultura democrática basada en principios éticos en todos los ámbitos de la
sociedad mexicana, abriendo la vía para la ampliación y el respeto total a las libertades
democráticas y los derechos políticos.
IV) PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA IDENTIDAD NACIONAL, LA CULTURA Y LA
EDUCACIÓN
Es necesario;
22.- Defender la Educación Pública y el Patrimonio Cultural de la Nación, asegurando que se
asigne al menos 8% del PIB a la educación y 1% del PIB a Ciencia y Tecnología;
garantizando el acceso universal a una educación gratuita, popular, laica y sustentada en el
pensamiento científico y humanístico, en todos los niveles, desde el preescolar hasta el
universitario; mejorando la calidad y las condiciones laborales y de estudio, con la
participación de los trabajadores de la educación, y que garantice la abolición del
analfabetismo.
23.- Excluir de todos los acuerdos comerciales el rubro de la educación, ya que ésta debe
definirse según los intereses soberanos de la nación. Poner fin a las políticas de evaluación
impuestas al sistema educativo a través de organismos privados como el CENEVAL.
Fortalecer la autonomía universitaria e impulsar la investigación científica como mecanismos
para garantizar la soberanía del país.
V) PARA LOGRAR LA JUSTICIA Y LOS DERECHOS SOCIALES
Es necesario:
24.- Garantizar condiciones de vida dignas para todas y todos los mexicanos mediante un
trabajo socialmente útil, asegurando su acceso a los derechos universales a la alimentación,
salud, educación y cultura, vivienda y al respeto irrestricto de sus derechos humanos, así
8. como a la seguridad social, garantizando jubilaciones y pensiones dignas, universales y
suficientes para todos los adultos mayores.
25.- Impulsar un plan general para la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores,
mediante aumentos generales de emergencia a los salarios diarios de nomina y cuotas
diarias de jubilación y con un estricto control de los precios y productos de primera
necesidad.
26.- Defender los derechos sociales y laborales consagrados en la Constitución y
establecimiento de una nueva Ley Federal del Trabajo, que asegure las condiciones para el
ejercicio de la democracia en los sindicatos, el fin del corporativismo y el control estatal, y el
impulso de la unidad de los trabajadores de todos los países ante la ofensiva brutal del
gran capital y la política neoliberal expresada en las reformas estructurales, rompiendo
con el control del régimen burgués sobre el proletariado a través del “charrismo”.
27.- Garantizar plena equidad en los derechos y oportunidades para todas las mujeres,
especialmente la absoluta garantía para que sean ellas las que decidan sobre sus cuerpos,
sus vidas y sus destinos frente al Estado, los varones en general y la familia. Por ello nos
oponemos a la violencia hacia las mujeres en todas sus formas (física, psicológica,
económica, etc.) que se han constituido socialmente y reproducido dentro del sistema
capitalista patriarcal, teniendo como expresión más violenta los feminicidios.
28.- Alto a la criminalización de la protesta social y de la persecución y hostigamiento
a los luchadores sociales por parte del Estado. Enfrentar, detener y revertir con la
fuerza organizada de la población el carácter represivo, autoritario y militarista del
Estado. Lograr la libertad de todos los presos políticos, la presentación con vida de los
desaparecidos y la desmilitarización del país, el castigo a los responsables de las violaciones
a los derechos humanos y la indemnización a los familiares de los asesinados y heridos de la
supuesta lucha contra el crimen organizado.
29.- Lograr pleno respeto a los derechos humanos y laborales de los trabajadores
mexicanos en Estados Unidos mediante acuerdos laborales específicos, y del mismo modo a
los migrantes extranjeros que transitan en nuestro territorio.