El dadaísmo surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich como un movimiento de protesta contra la razón y los valores establecidos. Se oponían al arte tradicional y en su lugar utilizaban objetos cotidianos y técnicas como el collage para crear obras absurdas e irracionales que desafiaban las convenciones estéticas. Su objetivo era impactar al público y cuestionar los valores estéticos a través de representaciones teatrales, manifiestos y el uso de materiales de desecho.