Comercio y vías de comunicación en América precolombina
1. ECONOMÍA Y RUTAS COMERCIALES EN AMÉRICA
La ubicación geográfica del continente americano, con climas y relieves diversos,
permitió una gran actividad agrícola. Los pobladores de este continente conocieron
y dominaron los ciclos de la vida de las plantas y los lugares propicios para la siembra
y su cuidado, a través de técnicas como la chinampa, los andenes y la roza, además
de contar con regadío a través de acequias y canales.
Los mayas dominaron rutas comerciales desde Panamá hasta las costas del
Golfo de México que sirvió como ruta terrestre y desde el pacífico hasta
Guatemala y El Salvador.
La Ruta del Caribe unió territorios desde Nicaragua rodeando la península de
Yucatán, internándose en el Golfo de México.
Los comerciantes mayas eran miembros de la
nobleza y se les conocía con el nombre de Polom
para aquellos que dominaban las grandes rutas, y los
que comerciaban de pueblo en pueblo se les
denominaba Polomyok.
Por otra parte en la península de Yucatán existieron
los denominados caminos blancos que
intercomunicaron a las ciudades favoreciendo con
ello el intercambio de comercial. Las mas
importantes eran las que conectaron las ciudades
importantes como Uxmal con Kabah o Izamal con
Aké; los caminos estaban resguardados al igual que
los diferentes puertos a fin de dar protección a
todos los comerciantes y peregrinos a los centros
ceremoniales.
La comercialización marítima se realizó a través de
canoas construidas en madera resistente.
Los comerciantes aztecas, denominados
pochtecas, también servían de espías para sus
autoridades, tenían la costumbre de intercambiar
productos en la misma región como el cacao, que
les servía de moneda, oro en polvo, lienzos de
algodón, pedazos de cobre en forma de T. Existían
además tribunales que vigilaban el comercio. Las
ciudades contaban con grandes mercados.
2. MOVIMIENTOS POBLACIONALES EN AMÉRICA
Los incas tenían una red vial conocida como
El Camino del Inca o “Cápac Ñan”, una
extensa red de caminos que conectaba las
regiones del Tahuantinsuyo, con una
extensión de aproximadamente 30 000 km,
teniendo como vías principales dos ramales
longitudinales, uno en las montañas, que
unía el Cusco con Quito y otro en la costa de
norte a sur. Desde esos ramales partían
múltiples senderos secundarios que se
dirigían hacia el este y el oeste.
Eran rutas empedradas en su mayor parte e
incluían la construcción de puentes y sitios de
descanso o tambos. Las autoridades locales
tenían la obligación de mantenerlos en buen
estado.
Esta vía permitió el acceso a los pueblos del
imperio, el intercambio de productos, el
acceso a santuarios o de culto religioso, la
movilización de mitimaes, el desplazamiento
de los chasquis, el control militar y
administrativo y la trasmisión de valores
culturales.
Los incas desplazaban a grupos familiares o
poblaciones completas de un lugar a otro del
imperio Para cumplir funciones económicas,
sociales, culturales, políticas y militares.
Era un mecanismo para evitar la resistencia de
grupos que podían ser amenazas frente a las
decisiones de las autoridades. Estas personas son
conocidas como mitimaes.
Las áreas más afectadas con estas medidas
fueron Bolivia y Ecuador. En la tierra de los
cañarís el inca Huayna Cápac estableció un
centro administrativo importante en
Tomebamba (actual Cuenca), para controlar
de mejor manera a los recién conquistados.