1. C.P. VORAMAR
-ALICANTE-
VIAJE FIN DE CURSO DE 6º
- PIRINEOS 2011 -
Estimados padres:
Como ya os indicábamos, vamos a intentar manteneros informados
sobre todos los aspectos referentes al viaje y aquí tenéis una descripción más
detallada del calendario e itinerario.
En principio está ya todo definido, pero queda el tema del refugio de
Panticosa. Aún no se sabe si para las fechas del viaje estará construido el
nuevo, a más altura que el actual. Ahora mismo, lo que os describimos del viaje
en esos días es contando con el de siempre, que se llama “Casa de Piedra”, y
que está situado en el mismo Balneario. Si al final estuviera el nuevo, la noche
la pasaríamos mucho más cerca de las estrellas, a más de 2.000 m. y seguro
que nos sentiríamos mucho más montañeros y aventureros. Ya os contaremos.
DÍA 10 (viernes).- La salida será desde el colegio, seguramente sobre
las 8 de la mañana (este dato ya se os confirmará más adelante). Nos
aposentaremos en nuestro asiento y compartiremos con él “sólo” unas 10
horas. Tendremos tiempo de sobra
para conocer el asiento, el autobús,
el conductor, que nos digan que nos
sentemos, de marearnos, de saber
dónde están las bolsas de
plástico…Lógicamente, contaremos
con numerosas paradas
estratégicas para estirar las piernas
y restablecer ciertos “equilibrios”
corporales. En una de ellas
disfrutaremos de una estupenda y
sabrosa comida casera -o sea, la
que cada uno llevará del prestigioso
restaurante “Mi casa’s Chef” y cocinada por las expertas manos de “Mi
mama’s cook”-.
Calculamos que sobre las 6 o 7 de la tarde llegaremos a Vielha y en
hotel Pirene afrontaremos el momento crítico de repartir las habitaciones a los
grupos, que ya habremos establecido previamente, organizarnos y asentarnos,
despejarnos, asearnos un poco, revisar las habitaciones y el horario de la
cena... y empezar a ser conscientes del lío en el que nos hemos metido…y del
que ya veremos cómo salimos. Si salimos.
2. Y ya más tranquilos, seguramente daremos una vuelta por Vielha
para irnos haciendo una idea más clara de que estamos muy lejos de casa, y
por la noche... ¡a disfrutar de la cena-buffet del hotel! Y como somos de
comida sana, nuestras caras expresarán un intenso placer ante todos los platos
que podremos elegir de ensalada verde, puré de verduras, espinacas a la
crema, verduras a la plancha, menestra de verduras…¡una maravilla de
buffet!. Y después de la estupenda cena, la primera reunión (todas las noches
habrá una), para charlar sobre el día transcurrido y planificar el siguiente.
Luego, no muy tarde, a la cama, pues al día siguiente habrá que madrugar, así
que en la cama se hablará sólo el tiempo indispensable (o sea, no más de tres
horas) y comenzaremos a soñar con la aventura del día siguiente.
DÍA 11 (sábado).- Nos despertaremos temprano pues habrá que salir lo
más pronto que podamos hacia el Valle de Bohí donde nos estarán esperando
varias furgonetas todoterreno que nos llevarán al interior del Parque Nacional
de Aigües Tortes y Lago de
San Mauricio. Y durante el
camino, intentaremos que todos
seamos capaces de apreciar el
nuevo paisaje que se irá
abriendo ante nuestros ojos: el
de las montañas con gorros de
nieve, los bosques húmedos y
frescos, ruidosos saltos de
agua, lagos transparentes…
Por fin, después de unos
cuantos “meneos” en los todoterreno, llegaremos al paraje llamado “Aigües
Tortes”, un lugar idílico donde el río discurre entre prados y bosque, y donde
nos volveremos locos haciendo fotos. Y desde
allí iniciaremos nuestra primera marcha, de
aproximadamente una hora y media, por un
camino cómodo y relajado, saludando a alguna
que otra vaca, para llegar al final a un precioso
lago, el Estany Llong, rodeado de montañas y
extensos prados, donde es posible que muchas
más pacificas vacas… y tal vez algún toro no
tan pacífico, nos hagan compañía durante la
comida. ¡Será divertidísimo!
Después de comer, por la
tarde, regreso para que los
todoterreno nos recojan y
nos lleven al Valle de Boí,
en donde haremos un
pequeño recorrido por algunas de las más bellas iglesias
románicas de España, (por cierto, que esa noche
aprovecharemos para ponerles un examen sobre el arte
de la Edad Media). Después, vuelta al hotel, aseo general,
examen de Arte Medieval (principalmente Románico),
cena, charla para comentar el día y preparar y organizar el
siguiente, y a la cama a procurar descansar para poder afrontar lo que nos
3. deparará la mañana. Aunque, eso si, los que hayan aprobado el examen de
arte podrán acostarse más tarde.
DÍA 12 (domingo).- De nuevo, temprano, ¡en pie! Nos espera una
excursión bastante más montañera que la del día anterior, en la que la meta es
llegar a una de las zonas de lagos más bonitas del Pirineo: el Circo de
Colomers. El autobús nos llevará hasta el pueblo de Salardú y allí, nuevas
furgonetas todoterreno nos acercarán hasta la base del inicio de la senda que
asciende a los lagos. Pero
antes, habremos podido
disfrutar de un recorrido
bastante largo y muy, muy
hermoso, rodeados de picos
que rondan los 3.000 m. Allí,
después del adecuado
embadurnamiento de cara,
brazos, piernas, etc… con
crema protectora para el sol,
más la protectora contra todas
las especies de mosquitos
pirenaicos (que son muchas),
avispas, abejas y tábanos,
que son las especies más
pequeñas, nos pondremos los repelentes para las de tamaño más respetable,
como escorpiones, serpientes, oso almizclero, oso pardo (que es el propio
de los Pirineos) y algún posible ataque de águilas y buitres (que también los
hay). Y a continuación…¡en marcha!
En esta ocasión, la senda es bastante empinada al principio para, al
cabo de 45 minutos llegar a una zona llana y muy bonita donde es posible que
tengamos que cruzar el río (que nos llegará hasta la cintura), soportando con
valor las heladas aguas y la fuerza de la corriente. Después de rescatar a
todos los que hayan sido arrastrados por el agua (esperemos que sean
pocos), nos secaremos, descansaremos y, ya repuestos de la aventura,
tomaremos aire para
afrontar la subida
definitiva: la senda se
empina mirando al cielo y
la ascensión nos hace
sentirnos auténticos
montañeros. Por suerte
para nuestro resuello y los
sucesivos ahogos,
sofocos, calambres y
taquicardias, esta bonita
ascensión no dura más de
cuatro horas…¡¡noooo,
tranquilos, es broma!! Esta
parte de la excursión
durará aproximadamente
una hora y, al final, nos quedaremos bobos viendo un conjunto de lagos
preciosos, de aguas transparentes donde podremos ver reflejadas todas las
4. montañas que los rodean y donde podremos darnos nuestro primer baño
pirenaico…si es que nos atrevemos, claro. Eso sí, los que se lancen a sus
transparentes aguas seguramente nos deleitarán con un variado repertorio de
sonidos que puede sonar algo parecido a esto: ¡¡aaaaahhhhhh!!!!!,
¡¡¡¡¡¡uuuuffffffff!!!!!, ¡¡¡ag, ag, ag, ag, ag,..!!!, ¡¡¡hiiiiiihhh….hiiiihhh…!!!,
¡¡¡¡e…e…e… está heladaaaaaa!!!!.
Por fin, los que hayan sobrevivido, y después de las consiguientes
maniobras de reanimación para volverles a la vida, podremos comer y
recuperar fuerzas disfrutando de un entorno realmente bonito. Más tarde,
tendremos la oportunidad de hacer un corto recorrido por la zona, para disfrutar
de todos los lagos y por la tarde, iniciar el camino de vuelta para retornar a la
civilización, llegar al hotel, y después de un baño, esta vez normal, y curarnos
las heridas del ataque de las pirañas y boas del lago, podremos redondear el
día con la magnífica y abundantísima cena de nuestro buffet de verduras, pues
sigue siendo muy importante el comer bien y sano. Y todos felices ante tanta
verdura (esto último es un sueño… o una pesadilla.).
DÍA 13 (lunes).- Nuestro último día en Vielha. Nos levantaremos más
tranquilamente y después del desayuno nos toca hacer… ¡RAFTING! Iremos a
orillas del río Garona, que es el que pasa por el valle de Arán. Allí, bajo la
dirección y supervisión de los monitores – muy expertos, no hay que
preocuparse – todos, incluso los que no sepan nadar ni tengan práctica en
luchar contra los cocodrilos dentro del agua, nos pondremos los trajes de
neopreno, o al menos lo intentaremos, pues hay que luchar a brazo partido
con ellos ya que siempre parece que sean tres tallas más pequeños.
Después, una vez embutidos en el traje, nos pondremos los chalecos
salvavidas, los cascos, y escucharemos emocionados las breves
instrucciones para saber manejar las balsas y no acabar hundiendo las de los
compañeros al chocar contra ellas, ni tirar al agua a los que van con nosotros
intentando utilizar los remos según las instrucciones de los monitores, y lograr
que naveguemos de cara y no de espaldas o dando vueltas gracias a nuestro
perfecto dominio de los remos. Después, a las balsas neumáticas y... ¡al
ríooooooo!... Durante casi una hora, descenderemos por el río Garona, uno de
los mas peligrosos del mundo, luchando con los rápidos, con las cataratas,
las pirañas, las anacondas, los cocodrilos, algún que otro tiburón de río… y
confiando en que las lanchas no estén agujereadas, porque si es así…
Bueno, seguramente no será
tan peligroso, pero a pesar de todo, lo
5. pasaremos estupendamente. Lo único malo es que se nos hará muy
corto y cuando lleguemos al final del descenso, seguro que no
querremos salir del río. Pero todo se acaba, así que nos tendremos que
cambiar de nuevo intentando quitarnos el maldito traje de neopreno
que se nos habrá adherido al cuerpo y tendremos la sensación de que
no podremos con él (tal vez alguno o alguna tenga que volver con él
puesto a Alicante).
Después a comer al hotel y a contar cada uno sus aventuras
fluviales, cuántas ampollas se le han hecho de remar, el agua que ha
tragado, los palazos que nos hemos dado sin querer, las veces que
hemos volcado… o nos han hecho volcar, con cuántas rocas hemos
chocado, cuántos remos hemos perdido, quiénes han llegado los
primeros, quiénes los últimos (culpa del monitor, seguro)… en fin, que
tendremos muchas cosas de las que hablar. Pero también habrá que
reponer las fuerzas con la comida (¿quedarán todavía verduras en
Vielha después de todas las que hemos comido?), para después
enfrentarse a algo complicadísimo y difícil: ¡volver a hacer las maletas!
Habrá que entrar en las habitaciones - ¡¡¡aaagggg, socorro!! -, ser
capaces de encontrar toda nuestra ropa y meterla de nuevo en la
maleta… ¡nosotros solos!, sin ayuda de nuestras madres. ¿Lo
conseguiremos? Bueno, pues como hayan quedado al final las maletas,
y seguro que dejándonos un montón de cosas olvidadas y perdidas,
cogeremos de nuevo el autobús y nos iremos a conocer una nueva
ciudad: Jaca.
Allí, después de una ¡laaarga tarde
de autobús! y nuevos mareos y uso de las
bolsas preparadas para el caso, volveremos
a emocionarnos organizando las nuevas
habitaciones en el
Apartotel Oroel,
cenaremos, con
verduras de Jaca,
que son distintas
de las de Vielha,
para, después, tener una nueva reunión, aunque esta
será muy importante pues es en la que prepararemos
la gran expedición que comienza al día siguiente: la
Expedición Voramar 2011 a los Lagos Azules.
¡Buenos sueños a todos!
DÍA 14 (martes).- ¡Ya es por la mañana!... aunque esta vez no habrá que
madrugar demasiado pues el día será bastante tranquilo al principio.
Después del desayuno, tendremos la mañana libre para conocer algo
Jaca y, tal vez, darnos un baño ligero en la piscina del hotel, para relajar
nuestro cuerpo después de los intensos días que hemos pasado, y para
prepararnos para todo lo que nos espera…
Después de comer en el hotel, meteremos en el autobús todo el material
de la expedición: mochilas, sacos, linternas, plásticos para la nieve, kit de
supervivencia extrema,, arcos, flechas, pistolas, escopetas, algún
cañón… (esto último para poder enfrentarnos a todos los animales salvajes de
la montaña… que son muchos). Y ya con todo controlado, más las cosas que,
6. seguro, se nos olvidarán en el hotel (mientras no sea el kit de supervivencia
extrema…), el autobús nos llevará hacia la base de la expedición: el Balneario
de Panticosa, un lugar especial, rodeado de montañas altísimas que
seguramente conservarán los picos nevados, un pequeño lago cerca y mucho
verde a nuestro alrededor…además de hoteles muy lujosos.
Pero nosotros no iremos a unos de
estos hoteles. Buscaremos nuestro
humilde, pero precioso Refugio de
Montaña “Casa de Piedra”. En él nos
organizaremos para pasar la noche en
habitaciones con muchas literas, en las que
usaremos nuestros fantásticos sacos de
dormir.
Y, antes de que se haga de noche,
pasearemos por los alrededores
escuchando el agua que en impresionantes
cascadas baja desde los altos picos y llega
saltando por las rocas al lago del Balneario.
Y al final del paseo nos quedaremos viendo
cómo los últimos rayos de sol, esos que
siempre se quedan retrasados haciendo las
últimas caricias a los picos de las
montañas, van despidiéndose de nosotros y
de las montañas que nos rodean.
Y ya cuando comience a hacerse de noche, devoraremos, pues
estaremos hambrientos, la magnífica cena que nos habrán preparado en el
Refugio, y que disfrutaremos cómodamente sentados en bancos y mesas de
madera y rodeados de ambiente montañero.
Después, saldremos un rato, abrigados con nuestros anoraks, para
saludar a las estrellas y descubrir que en la montaña son muchísimas más que
en Alicante. Unos pensarán en la expedición del día siguiente, otros jugarán
con las linternas, contaremos historias de aventuras, de miedo, de lejanas
tierras, de fútbol, de chicas y chicos, de amores, de…lo que sea, lo importante
será estar todos juntos en una noche especial y mágica. Y al final, mientras
aprendemos a escuchar el sonido de la noche en la montaña, todos juntos
sentiremos que estamos muy lejos de casa, allá arriba, más cerca del cielo… y
que nos sentimos bien.
Y no muy tarde, nos iremos a dormir, metiéndonos en nuestros calentitos
sacos, cada uno en su litera, comentando por última vez con los compañeros
todo lo que estamos viviendo, lo que nos espera todavía…y procurando no
caernos de las literas de arriba. Y poco a poco…buenas noches a todos, que
tengáis hermosos sueños!
DÍA 15 (miércoles) Muy temprano (lo sentimos, será muy, muy
temprano, pues hay que aprovechar todas las horas de luz), será la despertada
general. Y después de asearnos y recoger los sacos, o intentarlo, pues nos
costará una pelea a muerte con ellos ya que, inexplicablemente, no querrán
entrar en las bolsas de las que los sacamos (parece increíble que pudieran ir
plegados y guardados en esas minúsculas bolsas). A continuación, el rico y
calentito desayuno que nos ayudará a despertarnos del todo. Después, a
7. recoger el pic-nic de la comida que haremos allá arriba, en los Lagos Azules,
organizar nuestras mochilas, revisar las botas, los chubasqueros, los
repelentes de moscas, mosquitos, águilas, buitres y demás especies peligrosas
aéreas, respirar hondo…¡y en marcha hacia allá arriba!, pues en lo más alto
nos esperan los Lagos Azules y, tal vez, la nieve y el hielo.
Al principio el camino se nos hará algo duro,
hasta que nos calentemos, pero empezaremos a ser
conscientes del paisaje que nos rodea: picos
nevados de 3.000 metros (nosotros estaremos a
unos 1.700 m.), el río con su canción de montaña, el
aire silbando entre los árboles, algún águila
mirándonos desde lo alto y el rugido de algún
solitario oso pardo dándonos la bienvenida a su
tierra, a su mundo. En esta ocasión, no nos
atacarán, sencillamente nos dirán: cuidad este
mundo, es hermoso, es nuestro, es vuestro.
Enseguida el camino se hará más divertido, con cuestas, cascadas
espectaculares, sendas al borde de
algún precipicio y, por fin, el primer
descanso, en un prado precioso, con
un riachuelo encantador y unas pozas
perfectas para darse un baño…si
tuviéramos tiempo. Tal vez a la
vuelta…
Y después del pequeño respiro,
de nuevo las mochilas a la espalda…y
en marcha de nuevo.
Nos espera todavía un largo
camino que, en una tres horas nos
llevará hasta nuestro objetivo,
recorriendo un territorio cruzado por
riachuelos que bajarán de los altos
picos, descubriendo prados y rincones
encantadores, viendo a lo lejos
enormes cascadas caer desde lo alto,
una senda que, en un zig-zag
durísimo, nos hará llegar a los enormes lagos de Brachimaña, desde donde
iremos cruzando neveros cada vez
más numerosos y extensos, rodeados
por picos mas nevados, acompañados
por osos cada vez más grandes… y
poco a poco irán desapareciendo los
bosques y sólo tendremos ante
nosotros los picos, la roca, la nieve... y
tramos de subida realmente duros que
nos harán resoplar de verdad,
-¡af,af,af- maldecir, preguntarnos
quién ha sido el que nos ha metido en
8. ese lío y por qué le hemos hecho caso, acordarnos de la “madre que le parió”...
y desear dar media vuelta, ¡pero ya!. Sin embargo no lo haremos y cuando
lleguemos al final, a más de
2.500 m. de altura,
seguramente volveremos a
resoplar, pero esta vez por
la impresión de
encontrarnos allá arriba,
casi en lo más alto,
rodeados de picos
impresionantes, un montón
de nieve y, casi seguro, ,
¡con bloques de hielo
flotando en las aguas del
lago!. El espectáculo será
grandioso, especial.
Y allí, en este ambiente
único y distinto, haremos nuestra comida más montañera. Después, ya
descansados, si hemos tenido suerte y de verdad hay nieve suficiente,
podremos tirarnos por unos neveros utilizando los plásticos que habremos
llevado preparados como trineos. ¡A disfrutar y a calarse a tope!
Y por fin, hartos de nieve, mojados y cansados, con las manos y el culo
helados (¡mira que está fría la nieve, “coñi”!), iniciaremos el regreso. Poco a
poco iremos dejando a nuestras espaldas los lagos, la nieve, los picos, y con
las piernas cansadas, y los pies algo doloridos, al fin… ¡el Balneario allá abajo,
con los hoteles, nuestro refugio, nuestro autobús, otras personas civilizadas!.
Y en poco tiempo más, hechos polvo, pero orgullosos de todo lo que
hemos sido capaces de hacer, llegamos al Balneario, nos quitamos las
mochilas, nos sentamos y…¡aaaahhhh, que gustirrinin!.
Por último, revisar todo para que nada se olvide, echar una última
mirada a los picos donde hemos vivido durante casi dos días -¡y vaya dos
días!- y subir al autobús, sintiendo un poco de pena porque dejamos atrás a
nuestras amigas las montañas, pero felices porque hemos disfrutado a tope y
ahora… ¡volvemos al hotel!: duchas, ropa limpia, pasear por Jaca, oír los
coches, ver la tele, cenar de nuevo preciosos platos de auténtica y
verdadera verdura… ¡estamos de nuevo en la civilización!.
DÍA 16 (jueves).- Nuestro ultimo día de este viaje de Fin de Curso.
¡Se está haciendo tan corto! Nos levantaremos más tarde, tranquilamente, y
dedicaremos la mañana a holgazanear: un rato en la piscina del hotel, otro rato
para hacer las últimas compras, también echaremos una miradita a la
Catedral, a la Ciudadela, iremos recogiendo las últimas sensaciones de Jaca
y al mediodía, a comer tranquilamente en el hotel. Creemos que esta vez no
pondrán verduras, que el plato principal será pescado ¡qué bien! Y ya por la
tarde nos iremos a vivir la última aventura: ¡a la Pista de Hielo!
9. Esa tarde nos calzaremos los patines (algunos necesitaran ayuda,
seguro) y con nuestra elegancia y estilo natural, durante unas dos horas, a los
acordes de una música
que nos envolverá, nos
deslizaremos, giraremos,
haremos saltos
inverosímiles,
volaremos...y nos
pegaremos tortazos
inmensos, hermosos,
delicados, nos caeremos
de frente, de costado,
boca abajo, boca arriba,
al revés, al derecho, con
una mano, con la otra,
sin manos...en definitiva,
seremos creativos y
haremos verdaderas
“obras de arte” sobre el hielo.
Al final, llenos de morados y con los pies doliéndonos “un hue…”, o sea,
mucho, nos tendrán que echar de la pista, porque si fuera por nosotros…
Después, nos quitaremos los
patines -¡aaaaahhhhh, que
gustirrinin....!- y casi sin saber
andar normalmente, volveremos
al hotel para cenar verduras por
última vez –eso si que nos va a
dar verdadera pena, que sean
las últimas verduras-.
Después, un último paseo por la noche de Jaca para ir a un lugar al que
llaman “bolera”, ya que estaremos bastante cansados y no hay que
desaprovechar ninguna oportunidad de descanso, no señor.
Por fin, después de la última
bola lanzada, del último
descoyuntamiento de hombro y del
último bolo derribado, vuelta al hotel
(esto se va acabando) mientras nos
despedimos de Jaca, de las
montañas y de muchas otras cosas.
Y al final, si las emociones nos dejan
(esperemos que sí)... ¡a dormir!
10. DÍA 17 (viernes) .- Es el momento triste de recogerlo todo, de bajar de
las habitaciones cargados a tope, dejándonos olvidado, como debe ser, alguna
cosa importante, subir de nuevo a por ella con la bronca
de los profesores porque se hace tarde, meterlo todo en el
autobús, sentarse en el asiento que hemos desgastado
durante siete días y...¡volvemos a casa!.
Esta vez
pararemos a comer
en un restaurante
(aún no sabemos
dónde) y serán las
últimas sensaciones
de lejanía de casa.
De nuevo al autobús,
cada vez más lejos de las montañas y más
cerca de casa. Por fin, ya casi de noche,
entre una multitud de padres ansiosos,
sonrientes, nerviosos, bajaremos del
autobús un poco atontados, pero también
nerviosos -¡pues estaremos de nuevo en
casa!-, y algunos de nosotros seremos
estrujados y apretujados a besos, caricias,
preguntas...Habrá sido todo estupendo y tendremos mucho que contar, pero
eso ya será mañana, porque ahora mismo... ¡estamos tan cansados!
FIN