La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
Marcos 10:1-12
1. EL EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
Mr 10:1-12
Un Estudio Expositivo de los 16
capítulos del Evangelio de Marcos
2. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
La multitud lo reco-
noció y Jesús los
ministraba y les en-
señaba de Dios.
(10:1) Jesús salió
por última vez de
Capernaum, cruzó el
Jordán hacia el
sureste, a la región
de Perea. Iba a Jeru
salén, a enfrentar la
muerte de cruz.
3. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
Los fariseos están al acecho, la pregun-
ta no era genuina, no tenían intención de
conocer la respuesta, solo querían ten-
derle una trampa. Esperaban que contra-
diga a Moisés u ofendiera a Herodes A.,
como Juan el Bautista lo había hecho.
(10:2) En esta oca-
sión, Jesús, habló so
bre el divorcio, un te-
ma que sigue siendo
tan candente ahora
como en aquellos
tiempos.
4. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
(10:3) Jesús no les responde directamen
te, lo hace haciéndoles una pregunta. Él
sabía que sea lo que respondiera lo iban
a comparar con lo que había dicho Moi-
sés al respecto, así que se les adelanta.
La única posibilidad para el divorcio ba-
jo la ley judía era que el marido repudia-
ra a su esposa.
Existía mucha controversia respecto al
tema del divorcio y habían dos posicio-
nes encontradas, en tiempos de Jesús.
5. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
(10:4) Moisés en la ley dijo: “Cuando al-
guien tome una mujer, se case con ella,
si después no le agrada por haber halla-
do en ella alguna cosa indecente, le es-
cribirá una carta de divorcio, se la entre-
gará y la despedirá de su casa” (Dt 24:1).
El documento de divorcio en el AT era
muy sencillo: “Sea esto, por mi parte tu
escritura de divorcio y carta de despido
y documento de liberación para que pue
das casarte con quien quieras”.
6. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
Moisés lo hizo para proteger a la mujer, y
para que no quedara desamparada y así
era libre para volverse a casar, se
esperaba y era natural que se diera el
segundo matrimonio. Eso sí, el primer
esposo jamás podría volver a tenerla por
esposa. Lo que los llevaría a considerarlo
dos veces antes de divorciarse.
El divorcio era fácil, y a discreción exclu
sivamente del marido. En el judaísmo la
mujer no podía divorciarse.
7. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
En tiempos de Jesús
existían 2 posiciones:
(1) Shamai, el conserva
dor, sólo podía divor-
ciarse si existía infideli-
dad o pecado sexual
por parte de la esposa.
Una carta de divorcio
era un documento fir-
mado frente a testigos.
Su propósito era limitar
los divorcios frívolos.
8. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
El rabí Aquibá, era
ultra liberal, decía que
si un hombre encon-
traba a una mujer más
atractiva que su espo-
sa podía divorciarse
de ella.
(2) Hillel, el liberal, por
cualquier nimiedad, co
mo quemar la comida,
podía el hombre dar el
divorcio a su esposa.
9. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
La palabra original hebrea significa “des
nudes”, y tiene la connotación de infide-
lidad, es decir adulterio.
En Israel un hombre podía divorciar a su
esposa si ella no llegaba virgen al matri-
monio o si era estéril.
El detalle para la correcta interpretación
está en la frase que usó Moisés: “por
haber hallado en ella alguna cosa inde-
cente”. ¿Qué podía ser esa cosa inde-
cente?
10. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
En el matrimonio uno muere así mismo.
Debe estar pronto a perdonar, y darse
siempre así mismo. Debe estar libre de
egoísmo, importarle lo que el otro quie-
ra mas que lo que uno desee.
(10:5) Jesús menciona la
dureza del corazón, ‘escle-
rocardia’, como razón para
que Moisés tolere el divor-
cio. La carta de divorcio
era para la protección de la
mujer.
11. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
No es bueno que el hombre o la mujer es
tén solos, Dios creo al uno para el otro.
(10:6) Jesús va más allá de
la ley de Moisés, fue al prin-
cipio, cuando Dios formó al
hombre y a la mujer. Dios
instituyó el matrimonio, en-
tre un hombre y una mujer
para toda la vida.
(10:7-8) Debe haber un alejamiento natu-
ral de los padres, para formar el propio
núcleo familiar, una nueva unidad.
12. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
(10:9) La santidad del matrimonio debe ser
tal, que él hombre no debería inten-tar
disolverlo. “Por tanto, lo que Dios
unió” (literalmente uncir juntamente, de
donde procede la voz ‘cónyuge’, uncido al
mismo yugo, con yugo), “que no lo separe el
hombre”.
El matrimonio es heterosexual, de un
hombre con una mujer, monógamo, y
forman una nueva unidad, un nuevo ser.
Tal es así que la palabra griega para di-
vorcio significa literalmente amputación.
13. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
(10:11) Jesús pasa ahora a tocar el tema
del divorcio y el nuevo matrimonio, que
era sobreentendido en tiempos de Moi-
sés. Además quiere dejar claro que la
enseñanza del rabí Aquibá, solo condu-
ce al adulterio.
(10:10) Los discípulos
quedan en shock con
la respuesta de Jesús,
y estando a solas le
vuelven a preguntar.
Tenían una idea liberal.
14. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
Marcos menciona acá a la mujer divor-
ciándose, hecho imposible en Israel.
Marcos escribe a los romanos, donde la
mujer podía conseguir el divorcio legal.
Jesús le da el mismo desenlace: Ambos
casos conducen al adulterio.
(10:12) Aquí Jesús
censura al culpable y
defiende al inocente.
Tal como el libro Dr.
Dobson, “El amor
debe de ser Firme”.
15. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
“Y yo les digo que, salvo por causa de
fornicación, cualquiera que se divorcia…
Mateo nos da en su evangelio lo que se
conoce como ‘la clausula de excepción”.
“Cualquiera que se divorcia de su mujer,
debe darle un certificado de divorcio.
Pero yo les digo que el que se divorcia
de su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere, y el
que se casa con la divorciada, comete
adulterio” (Mt 531-32).
16. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
… de su mujer y se casa con otra, come-
te adulterio. Y el que se casa con la di-
vorciada, también comete adulterio” (Mt
19:9).
La palabra para fornicación en griego es
‘porneia’ y puede traducirse como inmo-
ralidad sexual. Es decir una falta moral
grave y continua que hace del divorcio
un deber.
La infidelidad es un ataque a la esencia
del vínculo matrimonial.
17. (10:1-12) Jesús y el Divorcio
El perdón siempre será la primera op-
ción. Jesús enseñó que debíamos de
perdonar y luchar por lo que amamos.
Un ejemplo del AT de esto es la relación
entre Oseas y Gomer.
Existen dos posiciones en la iglesia:
(1) Casado para siempre, no existe el
divorcio, y aquel que se separa debe
quedarse sin casar.
(2) Por adulterio se da el divorcio, el
inocente puede volverse a casar.
18. Conclusión
El divorcio no es algo tan fácil como que
marse una verruga, puede ser legal se-
gún nuestras leyes, no obstante estar
mal ante los ojos de Dios.
Demasiadas personas ven el divorcio co
mo una salida fácil, no toman seriamen-
te sus votos de comprometerse el uno al
otro y al Señor.
El divorcio no es el plan de Dios, sino un
pecado. El matrimonio es el nacimiento
de un nuevo ser, el divorcio es su asesi-
nato, trae mucho dolor y sufrimiento.
19. Conclusión
Si tienes un mal matrimonio, tienes que
luchar por él, tienes que salvarlo. Pues,
el divorcio es una desgracia, tragedia,
pecado, conmueve y marca para siem-
pre a todos los que están involucrados.
“Porque el Señor de los ejércitos y Dios
de Israel, claramente ha dicho que abo-
rrece el divorcio…” (Mal 2:16a).
Bienaventurados son todas aquellas per
sonas quienes respecto al matrimonio se
comprometen a observan tres reglas
fundamentales:
20. Conclusión
(1) Casarse solo en el Señor, después
de pedir su aprobación y bendición.
(2) No esperar demasiado de su
cónyuge, recuerden que el
matrimonio es, al fin y al cabo, la
unión de dos pecadores y no de dos
ángeles.
(3) Esfuércense por encima de todo,
por la santificación del otro. Cuanto
más santos son los matrimonios,
más felices son.