A unos días de aumentar las tarifas eléctricas como titular de la CFE, Enrique Ochoa Reza brinca a la presidencia del PRI, para lo cual miente respecto de su militancia.
1.
Semana
del
18
al
24
de
julio
de
2016
OCHOA
REZA,
MAL
ACABA
Y
MAL
EMPIEZA
Por:
Marcos
Pérez
Esquer
A
unos
días
de
haber
aumentado
las
tarifas
eléctricas
como
titular
de
la
CFE,
Enrique
Ochoa
Reza,
deja
la
paraestatal
para
brincar
a
la
presidencia
del
PRI.
Mal
acaba
en
la
CFE,
pero
mal
empieza
también
en
el
PRI.
Y
es
que,
para
acreditar
la
militancia
mínima
de
10
años
que
exigen
los
estatutos
de
ese
partido
político
para
asumir
la
presidencia,
exhibió
una
credencial
de
priísta
que
data
de
1991.
Hasta
ahí
todo
iba
bien
hasta
que
alguien
recordó
que
el
señor
Ochoa
había
participado
en
2010
como
aspirante
a
consejero
del
IFE.
En
ese
contexto,
la
Cámara
de
Diputados
realizó
comparecencias
con
los
aspirantes
en
las
que
un
diputado
le
preguntó
a
Ochoa
Reza:
“yo
quisiera
que
me
precisara
si
forma
parte
del
Consejo
Político
Nacional
del
PRI,
y
si
sigue
siendo
militante
de
ese
partido…”,
a
lo
que
Ochoa
contesta:
“No
formo
parte
del
Consejo
Político
Nacional
del
PRI,
ni
soy
militante,
[…]
fui
durante
meses
en
el
2006
hace
mas
de
4
años
miembro
del
Consejo
Político
Nacional
y
mi
salida
del
Consejo
fue
también
pública
a
través
de
la
presentación
que
hice
yo
en
un
juicio
para
la
protección
de
los
derechos
civiles
(sic)
en
el
Tribunal
Electoral,
por
lo
que
yo
dejé
de
pertenecer
al
Consejo,
y
afortunadamente
gané
ese
juicio
en
el
Tribunal”.
El
código
electoral
de
la
época
exigía
no
haber
sido
directivo
de
un
partido
en
los
últimos
4
años,
en
tanto
que
ser
militante
no
era
un
impedimento.
Así,
Ochoa
cubría
los
requisitos,
pero
el
punto
es
que,
para
ponderar
la
imparcialidad
con
la
que
actuaría
en
caso
de
ser
consejero,
el
diputado
le
preguntaba
sobre
su
militancia
en
el
PRI,
la
que
Ochoa
negó
expresamente.
Si
no
era
priísta
en
2010,
no
podría
ser
hoy
presidente
de
ese
partido
al
no
tener
al
menos
10
años
de
militancia;
pero
si
en
efecto
-‐como
dice
ahora-‐,
es
militante
desde
1991,
entonces
habría
mentido
a
los
diputados,
lo
que
actualiza
el
delito
de
“Falsedad
de
declaraciones”
contemplado
en
el
Código
Penal
que
en
su
art.
247
dice:
“Se
impondrán
de
cuatro
a
ocho
años
de
prisión
y
de
cien
a
trescientos
días
multa:
I.-‐
Al
que
interrogado
por
alguna
autoridad
pública
distinta
de
la
judicial
en
ejercicio
de
sus
funciones
o
con
motivo
de
ellas,
faltare
a
la
verdad”.
Pero
me
quedo
con
mas
dudas:
¿por
qué
su
credencial
del
PRI
es
la
número
3?
¡ni
Plutarco
Elías
Calles
tenía
la
número
3!,
y
sobre
todo,
¿por
qué
razón
Ochoa
habría
combatido
en
tribunales
contra
el
PRI
para
retirarse
de
su
Consejo
Político?
¿tan
renuente
estaba
Ochoa
de
pertenecer
a
ese
órgano
priísta?
¿cómo
es
posible
que
alguien
sea
incluído
en
ese
órgano
partidista
en
contra
de
su
voluntad?
¿cómo
es
posible
que
se
tenga
que
acudir
a
tribunales
para
dejar
de
pertenecer
a
un
órgano
de
PRI?.
Insisto,
el
asunto
deja
muchas
dudas,
pero
de
lo
que
no
hay
duda
es
de
que
Ochoa
mintió
respecto
de
su
militancia
priísta,
lo
que
lo
convierte,
no
en
el
político
joven
y
preparado
que
nos
dicen,
sino
en
un
priísta
mentiroso
más.