1. Estudios Generales Teología I
UNIFÉ Hna. Viviana Cueva Alva.
1. BASE GEOGRAFICA
A la muerte de Salomón, su reino se dividió, formándose al norte el reino de Israel, con capital Samaria,
y al sur el reino de Judá, con capital Jerusalén. Los filisteos recuperaron su autonomía casi de
inmediato; otros pueblos conquistados por David lo fueron haciendo después. Este período termina con
la desaparición de ambos reinos como pueblos independientes.
JUDA E ISRAEL AL PRODUCIRSE JUDA TRAS LA CAIDA DE
EL CISMA ISRAEL
Fenicia Fenicia
* Samaria Prov. Meguido
Pr.
Dor
ISRAEL
Pr.
Pr. Galaad
Samaria
* Jerusalén
FILISTEOS
JUDA * Jerusalén
FILISTEOS JUDA
2. CONTEXTO HISTORICO
La etapa que estudiamos corresponde aproximadamente a la primera mitad del primer milenio a.C.
Las fechas límite serían el 970 a.C., año probable de la coronación de Salomón, y el 587 a.C., año de
la deportación judía a Babilonia.
A principios del primer milenio a.C., no había en la Media Luna Fértil ningún Estado en condiciones
de interferir en Palestina. Esto explica la rápida extensión y consolidación del pueblo hebreo bajo
los reinados de David y Salomón (c. 1000 a 933 a.C.). En Egipto, una dinastía libia tiene dificultades
para hacerse aceptar en el sur. Los asirios están todavía en un proceso de expansión lenta hacia el
Mediterráneo.
Salomón encuentra una situación excelente a la muerte de David y se aprovecha de ella. Promueve la
ruta por el Jordán hacia el Oriente como alternativa a la egipcia por el mar Rojo y a la del Eufrates.
Esto le genera enormes ganancias por derechos de portazgo, con lo que puede financiar la tremenda
obra artística y cultural en general de su largo gobierno, que contó igualmente con los enormes
tributos que impuso a su propio pueblo.
Tras la muerte de Salomón, la situación evoluciona más o menos así:
• En el siglo IX, los asirios avanzan hacia el Mediterráneo, siendo detenidos por los arameos en
Damasco. En Egipto continúan los problemas de la dinastía libia.
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2. • En el siglo VIII hay invasiones por el norte, pero se controlan entre ellas y Asiria aprovecha
para anexarse Siria y el reino de Israel. Egipto continúa en problemas.
• En la primera mitad del siglo VII, los asirios conquistan el mismo Egipto, pero a mediados de
siglo éste reacciona y los expulsa. Por otro lado, Babilonia se independiza en el 626 a.C. Casi
simultáneamente, los medos del este se organizan en un estado centralizado. Babilonios y medos
se unen contra Asiria, destruyendo Nínive en el 612 a.C.
• Al iniciarse el siglo VI, la potencia dominante es Babilonia que, en el 587, conquista Judá,
destruyendo Jerusalén y llevando buena parte de la población cautiva a Babilonia.
LA EPOCA DEL CISMA
MESOPOTAMIA
Mar Mediterráneo MEDOS
Eufrates
R. Jordán * Nínive
Libia
Babilonia* PERSAS
Nilo
EGIPTO Golfo
Mar Pérsico
Nubia Rojo
3. LA LITERATURA BIBLICA Y LOS RELATOS DE LA EPOCA DEL CISMA
La literatura de esta época nos narra lo siguiente:
• La historia del rey Salomón
El hijo de David y Betsabé, SALOMON, subió al trono de Israel y desarrolló una política de
organización y engrandecimiento del Reino: perfecciona la administración, dota al ejército de
carros de combate, construye a todo lujo el templo de Jerusalén, reúne en la corte un buen
número de escribas para que recojan y pongan por escrito las tradiciones de Israel. Además,
desarrolla una política matrimonial para la defensa de sus fronteras, casándose con numerosas
princesas cuyos padres eran reyes o reyezuelos vecinos, se casó también con una hija del faraón
de entonces. La Biblia nos habla de un harén de 900 mujeres.
Pese a las enormes ganancias que Salomón obtuvo explotando la vía del Jordán, tuvo que imponer
fuertes tributos al pueblo para conseguir la realización de todas estas obras. Además, las
mujeres cananeas con las que se casó, introdujeron sus cultos en la propia corte y Salomón
terminó por acompañarlas en sus celebraciones cuando ya era viejo.
Tanto la excesiva carga tributaria impuesta al pueblo como la introducción de cultos paganos en
su propia corte fueron minando la estabilidad del reino, explotando la situación a su muerte.
• El Cisma
En 1 Re 12, se narra la situación que acabamos de mencionar. Un grupo de israelitas reclamó ante
Roboam, heredero de Salomón, que había ido a coronarse al norte, pero la respuesta del nuevo
rey fue dura, anunciando que aumentaría aún más la carga sobre el pueblo. Las tribus del norte,
capitaneadas por Jeroboam, lo abandonaron y formaron un pueblo independiente, Israel, con
capital Samaria. Las tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles a Roboam y formaron el
reino de Judá, al sur, con Jerusalén como capital.
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3. • El Reino del Norte
La capital, Samaria, está cerca al mar, lo que favoreció relaciones comerciales con los cananeos
del norte (Líbano y Siria actuales). El país cuenta con buenos valles y colinas aptas para la
agricultura. La economía se desarrolló bien y la riqueza se acumuló en las capas dirigentes,
mientras la miseria continuó reinando entre los campesinos. La monarquía era electiva y el rey no
es el representante de Dios, como lo habían sido David y Salomón, sino un caudillo elegido por el
pueblo.
La situación religiosa es muy problemática, por la influencia cananea tan cercana y porque, para
evitar que la población fuera a celebrar el culto a Jerusalén, se levantaron dos templos en los
que se reemplazó el Arca de la Alianza por un toro. Como este animal era el símbolo de Baal, el
peligro de idolatría fue constante. Los dos templos estuvieron en Dan al norte y en Betel al sur
de Samaria (1 Re 12,26ss).
En lo político, el reino de Israel estuvo involucrado en los problemas de la Media Luna, tomando
parte en varias alianzas y guerras. En el 721 a.C., Asiria tomó Samaria y deportó a buena parte
de su población, instalando colonos extranjeros en su territorio. Esta población mixta, que sigue
a Yahvé, pero con un culto de características semipaganas, el pueblo samaritano que
posteriormente será rechazado por los judíos.
• El Reino del Sur
La capital, Jerusalén, está situada en una zona montañosa; toda la región es poco fértil y más
apta para el pastoreo. Sin embargo, cierta agricultura y el comercio con Asiria y Egipto le
aseguraban una economía desahogada, que se acumuló en las capas altas y dejó en la miseria a
campesinos y pastores.
La monarquía era hereditaria y el rey era considerado el representante de Dios ante su pueblo.
El templo de Jerusalén facilitó la fidelidad a Yahvé, pero no evitó un culto puramente exterior,
con las ceremonias tradicionales, pero que no es respaldado por una vida fiel a la Alianza con
Yahvé.
El pueblo de Judá también estuvo implicado en el juego de alianzas y guerras de la época, pero
su situación entre montañas lo hizo menos vulnerable y retrasó su caída. Sin embargo, se sacudió
muy fuertemente con la caída de Samaria. Al final, en el año 587 a.C., fue Babilonia, la potencia
dominante del momento, la que destruyó Jerusalén y su templo y llevó cautivos a miles de sus
pobladores.
Todos estos relatos aparecen en los libros de los reyes y de las crónicas. Los profetas
que aparecieron en la época señalaron los aspectos problemáticos más significativos.
Amós y Oseas predicaron en el norte. Isaías, Miqueas, Sofonías, Nahum, Habacuc y
Jeremías lo hicieron en el reino del sur.
4. DESARROLLO RELIGIOSO DURANTE EL CISMA
4.1 Desarrollo Doctrinario
Está marcado profundamente por la predicación profética, que interpretó los hechos que se
vivían a la luz de la experiencia del Exodo, la Alianza y la Profecía de Natán. El tema más
trabajado fue el de la esperanza.
En el norte, se insiste en el amor de Dios por Israel, comparado con el amor de un padre por
su hijo o de un esposo por su esposa. A pesar de la infidelidad del pueblo, que traerá consigo
innumerables males, Dios perdonará y volverá a reunir a su pueblo en la paz. El profeta OSEAS
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4. fue el cantor por excelencia de este amor intenso de Dios que, al final, perdonará. El profeta
AMOS interpreta la injusticia social como ruptura de la Alianza.
Los profetas del norte recurren más al Exodo y la Alianza como punto de referencia, ya que
para ellos el rey no es representante de Dios.
En el sur, el tema de la esperanza es trabajado en su sentido mesiánico (esperanza de un
Mesías salvador). ISAIAS y MIQUEAS anuncian la venida de un hijo de David que traerá la
salvación. En Isaías, el príncipe traerá la justicia y la paz entre los hombres y la reconciliación
con la naturaleza. Miqueas anuncia un vástago de David que nacerá en Belén. Esta esperanza
mesiánica tiene sentido porque es Dios quien conduce la historia, por encima de los pecados de
los hombres.
NAHUM y HABACUC hablan de una paz después de la catástrofe, paz de la que gozará el
justo. SOFONIAS afirma que los pobres y sencillos serán los que gozarán de la paz futura,
porque su refugio está sólo en el Señor y no en las riquezas. JEREMIAS anuncia la
restauración de la unidad de Israel en torno a Jerusalén y la realización de una Nueva Alianza,
por la cual Dios escribirá su Ley en el corazón de los hombres, un corazón nuevo, que conocerá
a Dios directamente.
4.2 Desarrollo Moral
Los profetas son también en este aspecto los grandes educadores del pueblo de Israel en esta
época. No sólo interpretan los acontecimientos sino que juzgan el comportamiento del pueblo y
sus autoridades a la luz de la experiencia salvífica del pasado: Exodo, Alianza, Profecía de
Natán. Denuncian los pecados del pueblo como ruptura de la Alianza con Yahvé y juzgan las
grandes calamidades de estos siglos como castigo de Dios al pueblo infiel. Sin embargo, este
castigo no será definitivo, sino que habrá un perdón y vendrán días nuevos en los que la ley del
Señor estará escrita en el corazón de los hombres.
El profeta AMOS (Am) denuncia la injusticia social como violación de la Ley del Dios justo de la
Alianza (Am 2,6-8; 3,4-8; 3,9-11; 4,1; 5,7-13; 6,1-7). Injusticia que será castigada el día de
Yahvé (Am 5,1ss). Un resto, el de los fieles, los pobres de Yahvé, sobrevivirá a la catástrofe
y formará el nuevo Israel en la restauración mesiánica (Am 9,8-15).
OSEAS (Os) ataca la idolatría como infidelidad al Dios padre y esposo fiel de su pueblo (Os
2,17ss; 11,1-3; 13,4). Dice que para eliminar la infidelidad hay que regresar al momento precioso
del desierto (Os 2,15-16; 6,7; 12,10), en el que Dios llevará a su pueblo a la conversión (Os 2,1-
3), mediante la prueba y la purificación (Os 2,5ss). El mensaje de Oseas tiene la fuerza
extraordinaria de la propia experiencia: el profeta amó a una mujer que le fue infiel (Os 1-3) y
por ello comprendió lo que significaba para Dios el desamor del pueblo. Más tarde, Oseas
perdonó a la infiel y, a través de ello, caló la infinita misericordia de Dios, que siempre
perdona.
El primer ISAIAS (Is 1-39) denuncia el culto puramente exterior (Is 1,10-20), la injusticia y la
corrupción (1,21-28; 3,1-15; 5,20-24), el lujo y orgullo de los ricos (3,16-24; 28,1-4) y las
alianzas políticas que ponen la seguridad en los reyes paganos y no en Yahvé (28,14-15; 17-22;
30,1-5; 31,1-3). Sin embargo, Yahvé, que es el Señor de la Historia, enviará un rey justo o
mesías (Is 9,5ss 11,1ss), que salvará al resto de los pobres y fieles, que serán el germen del
pueblo futuro (Is 1,9; 4,2ss; 6,13).
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5. MIQUEAS denuncia también la injusticia social (Mq 2,1-2; 3,1-3), anuncia el castigo, pero
también la salvación, a través de un hijo de David, que nacerá en un pueblo pequeño, Belén.
NAHUM denuncia los crímenes de Asiria y anuncia su castigo. SOFONIAS es otro que
denuncia la injusticia social y la idolatría; anuncia el día del castigo, pero también el de la
salvación de los humildes.
JEREMIAS, que vive en los momentos anteriores al destierro y lo sobrevive, denuncia con
extraordinaria fuerza los pecados de su pueblo: las alianzas con los vecinos paganos (Jer 2,17-
19), la injusticia social (5,26-29), la infidelidad de profetas y sacerdotes (5,30-31), la idolatría
(10,1-5). Exige un comportamiento justo a los reyes (22,1-13). Anuncia el castigo pero también
la Nueva Alianza, después de la purificación.
4.3 Desarrollo Litúrgico
En el reino del sur, se desarrolla un culto grandioso en Jerusalén, aunque este culto no está
respaldado con la vida.
En el reino del norte, se ha producido un sincretismo religioso, debido a la influencia cananea,
lo que arrastra muchas veces a la idolatría y a la realización concreta de cultos paganos, no
sólo en los santuarios de Dan y Betel, sino casi en cualquier parte.
En ambos reinos, el culto quiere cubrir una vida al margen de la Alianza y de la ley del Señor,
que termina en la catástrofe del destierro y que se expresa en una experiencia traumatizante,
la destrucción de Jerusalén y del templo de Yahvé.
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