1. Grupo 12
Natalia del Blanco Hidalgo
Nerea Herranz Peral
Yasmina Zaky Menéndez
“EL MITO DEL FUNCIONARIO”
Para comenzar queremos contextualizar nuestro trabajo dentro del Tema
nueve: “Síndrome del funcionario”. En esta actividad hemos querido centrarnos
en la exposición de aportaciones encontradas, con la finalidad de prevenir y
tratar a los individuos que estén en riesgo de sufrir este síndrome o lo estén
viviendo y que la población esté concienciada.
Recordando el trabajo que elaboramos en el tema tres de esta asignatura, que
se llamó “El síndrome de Don Quijote”, nos gustaría volver a nombrar este
síndrome. “Las percepciones dependen de los ojos con que se mira, o lo que
es lo mismo, ver gigantes que nos atacan, cuando en realidad tan solo hay
molinos de viento”.
Con esto queremos dar a entender que cuando una persona sufre un
síndrome, sea cual sea, y va acompañado de consecuencias, siempre ve las
cosas de distinta manera a la que está siendo en realidad. No queremos decir
que la persona sufra alucinaciones, pero sí que sufre consecuencias que
también se dan a nivel psíquico.
Nuestro trabajo va a consistir en la exposición de aportaciones sacadas de
distintas fuentes que, posteriormente en la conclusión, comentaremos. Todos
nosotros tenemos a algún conocido que sea funcionario, ya sea familiar o
amigo, médico, profesor, abogado, policía, etc. Y al igual que todos tenemos un
“funcionario en nuestras vidas” también habremos hecho el típico comentario
que ya todos conocemos: “Los funcionarios no hacen nada, no dan un palo al
agua, así van las cosas”.
Con este trabajo lo que queremos conseguir es ponernos en la piel de los
funcionarios, saber qué es lo que opinan sobre ellos y contrastarlos con datos
extraídos de diferentes fuentes. Como en trabajos anteriores, nos gustaría que
con este trabajo podamos conseguir, para aquellos que les interese el tema,
concienciar a la población sobre este síndrome que en muchas ocasiones pasa
desapercibido.
Queremos hacer una prevención, ya que nuestra preocupación es el ser
humano y, como tal, queremos que el ser humano sea un individuo totalmente
integrado en la sociedad que viva libre de “prejuicios” y esté sano mentalmente.
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2. Radiografía de los funcionarios en España
Los funcionarios se encuentran en la cara contrapuesta de los demás
trabajadores, acuciados por los ajustes, la temporalidad y un paro que golpea a
más de cuatro millones y medio de personas actualmente, los cuales envidian
su estabilidad laboral, sus vacaciones de sultán y sus desayunos eternos.
También se tiene la idea generalizada de que es un cuerpo de trabajo vago y
sobredimensionado, pero ¿están justificadas esas críticas?
Aportaciones
Casi el 40% de los trabajadores públicos no tienen su plaza en propiedad, la
mayoría de ellos disfruta de los mismos días laborables (22) que cualquier
trabajador y los sueldos de entre 1.200 y 3.000 euros al mes. Como podemos
ver algunas de las críticas que más se hacen sobre los funcionarios muchas
veces no se ajustan a la realidad de la mayoría de ellos.
En cuanto a que sobran funcionarios, es otra de las frases que más se escuchan en
los últimos meses, dentro del ranking europeo por volumen de funcionarios. España
no está a la cabeza, sino a la mitad de la tabla. Muchos funcionarios dicen lo
siguiente:
“No somos privilegiados, somos médicos, enfermeros, bomberos, policías,
profesores y personas que realizan los trámites que necesitas”
¿Cuántos son?
En España hay más de 2 millones y medio de trabajadores al servicio de
la Administración, según el Boletín estadístico del personal al servicio de las
administraciones públicas.
Aportaciones
Y nos hacemos una pregunta, si esa cantidad es mucha, poca o
intermedia, como sabemos para mucha gente es demasiado. Teniendo
en cuenta que somos una población de 46 millones, cada funcionario
toca a 17 personas a las que atender.
Pero la verdadera dimensión de su fuerza laboral se mide al compararlos con la
población activa ocupada. Vemos los resultados de que uno de cada siete
trabajadores con empleo en España está en nomina de alguna de las tres
administraciones públicas (estatal, autonómica o local).
Del total, solo un 21,9% trabaja para la Administración pública estatal (Ministerios,
Agencia Tributaria, Prisiones, Justicia, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Guardia Civil
o Entidades públicas empresariales. En la Administración local (ayuntamientos,
diputaciones y cabildos) se encuentra el 23,6% de los trabajadores públicos y completan
el cuadro las universidades, que dan trabajo al 3,9% de los funcionarios (102.894).
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3. La mayor parte del funcionariado, el 20,7%, trabaja en un Ayuntamiento, el
clásico oficinista que cobra tributos y tramita documentos, pero el grueso del
cuerpo lo conforman profesores y sanitarios. Juntos suman 43 de cada 100 (el
20,3% se dedica a la docencia no universitaria y el 18,5%, al Sistema Nacional
de Salud).
Los menos son los que emplea Patrimonio Nacional, 0,6%, seguidos de las
fuerzas de seguridad autonómicas, 0,9%. La Administración de justicia,
sumando la estatal (0,9%) y la autonómica (1,4%), supone solo el 2,3%.
¿Trabajo de por vida?
Según el estatuto Básico del Empleado público pueden ser funcionarios
de carrera, interinos, personal laboral y personal eventual o de confianza. Sólo
los de carrera (oposición) son los que entendemos comúnmente por
funcionarios. Disfrutan por lo tanto de una plaza en propiedad, fija, vitalicia y sin
posibilidad de despido.
¿Cuáles son sus condiciones laborales?
Los funcionarios tienen 22 días hábiles de vacaciones, como la gran
mayoría de los trabajadores por cuenta ajena, a los que se suman días extra
por antigüedad y otras particularidades por autonomías, por lo que pueden
llegar a los 26.
En este aspecto los más criticados son los docentes, de los que siempre se
dice que disfrutan dos meses de vacaciones, a lo que muchas veces contestan
que “el mismo calendario escolar de la escuela pública rige para la privada y
concertada”.
Aportaciones
Sobre el sambenito del absentismo laboral tampoco hay datos
oficiales, pero se sostiene que “es similar al de las grandes empresas”.
En todo caso, muchas administraciones han instalado “sistemas de fichar
táctiles o relojes”, hay un “sistema disciplinario que establece faltas leves,
graves y sanciones” y muchos trabajos “con relevo, como los bomberos,
sanitarios, policías y docentes, en los que el mejor control es el
compañero, porque jamás se abandona un puesto hasta que no llega el
"La gente tiene que saber que el señor que está en la ventanilla, ni organiza el
trabajo, ni decide los medios humanos y materiales con los que cuenta, ni tiene la
culpa de que los trámites sean complejos, lentos y largos"
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4. Conclusión
Como hemos podido observar a lo largo del trabajo, en la sociedad
actual el funcionario no está del todo bien visto. La gran parte de los
ciudadanos tienen un sentimiento de “envidia-odio” hacia los empleados
públicos: Al parecer todos son unos vagos, unos enchufados políticos, unos
indocumentados, unos soberbios etc.
Pero, sobre todo, se tiene la imagen preconcebida de que son personas que,
sin levantar los ojos del periódico, nos ponen obstáculos para, por ejemplo,
registrar un documento. Mucha gente bromea incluso, afirmando que los
funcionarios constituyen el único colectivo no propenso al síndrome
postvacacional, ya que no habría diferencia entre su esfuerzo en vacaciones y
su esfuerzo en período laboralmente activo.
Sin embargo, y a pesar de todas estas críticas, el funcionariado es una de las
mayores predilecciones de los españoles a la hora de trabajar, llegando a
superar incluso al sector de los servicios.
Los motivos quizá se deban buscar en factores como la estabilidad (mucho
más importante todavía en períodos de crisis como el actual) o en la
conciliación con la vida familiar gracias a políticas de reducción de jornada o
flexibilidad horaria.
A todos estos factores, no podemos olvidar sumar las buenas condiciones
laborales, las vacaciones, el sueldo… Frente a esto último, al funcionariado se
le reprocha la seguridad del sueldo porque el Estado no quiebra, pero se olvida
la dureza de su selección.
Los funcionarios son trabajadores que han sido seleccionados tras superar
unas duras pruebas de acceso llamadas oposiciones. A estas pruebas se
presentan decenas de miles de personas para, en el mejor de los casos, un
centenar de plazas. Y estas pruebas se superan estudiando durante largos
periodos de tiempo, normalmente años.
Con esto no queremos decir que estudiar durante mucho tiempo pueda
justificar el no hacer nada en el trabajo durante el resto de la vida laboral, ni
mucho menos. Como en todas las empresas, en La Administración Pública hay
gente muy trabajadora, otra que cumple con su cometido al límite y otros que
no hacen nada. Por tanto, creemos que no se debe generalizar.
Bibliografía
Artículo del periódico “El País”: “Radiografía de los funcionarios en España”.
Página Web:
http://www.elpais.com/articulo/economia/Radiografia/funcionarios/Espana/el
pepueco/20100528elpepueco_1/Tes
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