Este documento discute cómo la fe cristiana requiere salir de la zona de confort y aceptar desafíos que fortalezcan la fe. Explica que la fe crece cuando dependemos de Dios en situaciones difíciles en lugar de cuando todo fluye sin problemas. También sugiere que Dios pone a las personas en situaciones que las preparan para planes mayores, pero se necesita fe para aprovechar esas oportunidades a pesar de la incertidumbre.
Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
Visión de la fe a luz de la zona de confort
1. Visión de la fe a luz de la zona de confort
La vida nos lleva por distintos caminos que el ser humano en su existencia transita
este devenir como afirman los griegos trae consigo una variedad de experiencias las
mismas que lleva al ser humano a modificar este accionar existencial. Me refiero en
esta oportunidad a la dualidad que existe entre la fe y la zona de confort que adopta
el cristiano frente a la vida y su fe y el rol que esta cumple en su accionar diario .La
Biblia nos enseña que debemos estar siempre vigilantes ante las acecho del satanás
y sus protagonismo que tiene en este mundo así lo afirma la biblia que debemos
estar en constante vigilancia para ello debemos siempre cumplir acciones que nos
lleva a tener una disciplina que alimenta nuestra vida espiritual y material
1. Alimentar mi fe. El alimento de un cristiano no debes ser una comida chatarra de be ser un
manjar preciso el cual nutra nuestra alma y el mejor alimento para nuestro espíritu es la
oración a Dios y su palabra. Debemos aceptar desafíos y retos transformándonos en atletas
olímpicos para Jesucristo y nuestra medalla de oro será salvar el alma de alguien que está
encaminado a servir y padecer eternamente si esta persona pierde su alma.
2. Fortalecer mi fe. La fe no crece cuando todo marcha como de costumbre y sin sobresaltos,
cuando todas mis necesidades están cubiertas, cuando puedo encargarme del trabajo por mi
cuenta o cuando sé a qué atenerme. En esas circunstancias me va de lo lindo. En cambio,
cuando las cosas se ponen difíciles, cuando no puedo llevar la carga a solas, cuando tengo
que encomendar la situación a Dios y poner en Sus manos lo que no puedo hacer por mí
misma, entonces mi fe se fortalece. «Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de
tu propio entendimiento. Busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino
tomar» (Proverbios 3:5,6; NTV). Siempre que dependa de Dios y confíe en Sus promesas, mi
fe se fortalecerá.
3. Estirar mi fe. Una vez que mi fe se ha fortalecido, es hora de lanzarme a hacer cosas
que pueden resultarme abrumadoras; o lo que viene a ser lo mismo, salir de ese espacio en
que me siento cómoda y segura. Una vez más, la fe no tiene ocasión de crecer cuando todo
fluye como de costumbre. Aunque a veces las dificultades y exigencias vienen por sí
solas, si realmente quiero que mi fe crezca, tengo que decidirme a probar cosas nuevas,
buscar desafíos, actividades que me exijan.
En la Biblia algunas personas se encontraron en situaciones difíciles que las obligaron a estirar
su fe; pero otras tomaron la iniciativa, pues esperaban mayores respuestas de Dios; y Él no las
2. defraudó. Algunas de las cosas más increíbles sucedieron cuando alguien actuó por fe e hizo
algo que para todos los demás parecía una locura.
Por ejemplo, una vez los discípulos de Jesús estaban en una barca a varios kilómetros de la
costa cuando Jesús se les acercó caminando sobre las aguas. Ese fue un gran milagro que
reforzó la fe de los discípulos. Pedro, no obstante, fue más lejos: dio literalmente un paso de
fe al salir de la barca, poner los pies sobre el agua y dirigirse hacia Jesús. No tenía por qué
hacerlo; pero estoy segura de que caminar sobre el agua, aunque fuera solo por un momento,
le inspiró muchísima fe (V. Mateo 14:22–32).
En vista de todo eso, ¿qué sentido tiene fortalecer nuestra fe? Jesús enseñó que una fe del
tamaño de un grano de mostaza puede hacer portentos. Cuando nuestra fe no llega a ser
mayor que una diminuta semilla de mostaza, Él se sirve de lo poco que tenemos. Pero creo
que Él no desea que nuestra fe permanezca tan pequeña. Creo que espera que crezca a
medida que lo vemos obrar en favor nuestro una y otra vez.
Dios tiene grandes planes para cada uno de nosotros y nos pone en situaciones que nos
preparan para esos planes. Sin embargo, nos hace falta fe para lanzarnos, para actuar y
empezar a construir lo que Dios dispuso para nosotros. Si esperamos a que todo parezca
seguro, es posible que desaprovechemos alguna oportunidad.
Una de las definiciones de fe es «confianza en la capacidad ajena». Tener fe es hacer lo que
Dios nos pide, aunque sepamos que somos incapaces, porque confiamos en Su capacidad
para obrar a través de nosotros. «No que seamos competentes por nosotros mismos para
pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios» (2
Corintios 3:5). «[Jesús] me ha dicho: “Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la
debilidad”» (2 Corintios 12:9).
Fuente
RAMIREZ R 2016 “Visión de la fe a luz de la zona de confort “
Educadores Asociados
http://ramiolra,es,tl/
http://activated.org/es/fe/en-accion/fe/item/1556-la-fe-y-las-zonas-de-confort