1. Tema
El Desprendimiento,
Sacrificio que le Agrada a Dios
Kimberly Kramar
Predicadora Católica
Escuela Virtual
Programa de
2. El valor del Desprendimiento
consiste en saber utilizar
correctamente nuestros bienes y
recursos evitando apegarse a ellos y,
si es necesario, ponerlos al servicio
de los demás.
3. El Desprendimiento como valor
se origina al reconocer que todos tenemos
necesidades y que frecuentemente nos
encontramos personas con carencias…
4. En cualquier situación, debemos superar
nuestro egoísmo e indiferencia para
colaborar en el bienestar de los demás, no
importa si es mucho o poco lo que
hacemos y aportamos, lo importante es
tener la conciencia de ofrecer algo,
de aportar. En la generosidad que requiere
el Desprendimiento no cabe el ofrecer algo
que nos sobra.
5. El valor del Desprendimiento
tiene que ver con varios aspectos, entre
ellos: la importancia que le damos a las
cosas, el uso que hacemos de ellas y la
intención que tenemos para ponerlas al
servicio de los demás.
En: http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/desprendimiento.htm
6. El Desprendimiento
de San Pablo
Fil. 3, 7
Pero todo esto, que antes valía mucho
para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo
por algo sin valor. Aun más, a nada le
concedo valor si lo comparo con el bien
supremo de conocer a Cristo Jesús, mi
Señor. Por causa de Cristo lo he perdido
todo, y todo lo considero basura…
7. Generalmente relacionamos el Desprendimiento con cosas materiales…
Pablo nos presenta
un Desprendimiento
de todo, hasta de la
propia vida
8. Gal 2, 20
…y ya no soy yo quien vive, sino
que es Cristo quien vive en mí…
Fil. 1, 21
Porque para mi la vida es Cristo y
la muerte es ganancia.
9. El Desprendimiento de Abraham
Génesis 12, 1 - 3
El Señor dijo a Abraham: deja tu tierra,
tus parientes y la casa de tu padre, y vete a
la tierra que yo te indicaré. Yo haré de ti un
gran pueblo, te bendeciré y haré famoso tu
nombre, que será una bendición. Bendeciré a
los que te bendigan y maldeciré a los que te
maldigan. Por ti serán benditas todas las
naciones de la tierra.
10. El proceso de Desprendimiento de Abraham
tu tierra
Deja tus parientes
la casa de tu padre
El Desprendimiento El Desprendimiento
de Agar e Ismael de Isaac
11. Gen. 22, 1
Después de esto, Dios quiso poner a prueba a
Abraham, y lo llamó: ¡Abraham! Él respondió: aquí estoy.
Y Dios le dijo: toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, ve
a la región de Moría, y ofrécemelo allí en sacrificio, en la
montaña que yo te indicare.
Se levantó Abraham de
madrugada, preparó su
burro, tomó consigo dos
siervos y a su hijo Isaac…
12. El Desprendimiento de los Discípulos
La auténtica riqueza:
Mt. 19, 16 – 23 En cierta ocasión se acercó uno
y le preguntó: Maestro, ¿qué debo hacer de
bueno para obtener la vida eterna? Jesús le
contestó: ¿por qué me preguntas acerca de lo
bueno? Uno solo es bueno. Si quieres entrar en
la vida, observa los mandamientos. Él le
preguntó: ¿cuáles? Jesús contestó: No matarás,
no cometerás adulterio, no robarás, no darás
falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre,
ama a tu prójimo como a ti mismo.
13. El joven le dijo: todo eso ya lo he cumplido,
¿qué me falta aun? Jesús le dijo: Si quieres
ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y
dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en
los cielos. Luego ven y sígueme. Al oír esto,
el joven se fue muy triste porque poseía
muchos bienes. Jesús dijo a sus discípulos: Yo
les aseguro: es difícil que un rico entre en el
reino de los cielos. De nuevo les digo: es mas
fácil a un camello pasar por un ojo de una
aguja que a un rico entrar en el reino de
Dios.
14. Sígueme…
Mt. 4, 18 Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos
hermanos; Simón, llamado Pedro y su hermano
Andrés, que estaban echando la red en el lago, pues
eran pescadores. Les dijo: vengan conmigo y los
haré pescadores de hombres. Ellos dejando
inmediatamente las redes lo siguieron. Mas
adelante, vio a otros dos hermanos; Santiago, el de
Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la
barca con su padre Zebedeo, reparando las redes.
Los llamó también, y ellos dejando
inmediatamente la barca y a su padre, lo
siguieron.
15. ¿Qué quiere decir “toma tu cruz y sígueme”?
(Mateo 16:24, Marcos 08:34 y Lucas 9:23)
Comencemos con lo que Jesús no quería decir.
Muchas personas interpretan la “cruz” como parte
de la carga que deben llevar en su vida: una
relación tensa, un trabajo ingrato, una enfermedad
física. Con orgullo de autocompasión, dicen: “esa
es mi cruz, la tengo que llevar”. Tal interpretación
no es lo que Jesús quiso expresar cuando dijo:
“Toma tu cruz y sígueme”.
16. Cuando Jesús llevó su cruz hasta el Gólgota
para ser crucificado, nadie pensaba en la cruz
como un símbolo de llevar una carga.
Para una persona en el primer siglo, la cruz
significaba solamente una cosa: la muerte de
la manera más dolorosa y humillante que los
seres humanos podían desarrollar.
17. Dos mil años después, los cristianos ven la cruz como
un símbolo preciado de la expiación, el perdón, la gracia
y el amor. Pero en tiempos de Jesús, la cruz representa
nada más que la muerte tortuosa.
Debido a que los romanos forzaron a
criminales condenados a llevar su propia
cruz hasta el lugar de la crucifixión, llevar
una cruz significaba llevar su propio
instrumento de ejecución mientras se
enfrentaba al ridículo en el camino a la
muerte.
18. Por lo tanto, “toma tu cruz y sígueme” significa estar
dispuesto a morir para seguir a Jesús. Esto se llama “morir
a sí mismo”. Es un llamado a la entrega absoluta.
Cada vez que Jesús mandó a llevar la cruz, Él dijo: ‘porque el
que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida
por mí, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo
entero, y sin embargo pierde o se destruye a sí mismo?’ (Lucas
9:24-25). A pesar de que el llamado es duro, la recompensa es
inigualable.
De:
http://evangelio.wordpress.com/2011/01/21/qu-quiso-decir-jess-cuando-dijo-toma-tu-
19. El Desprendimiento de Jesús
Mt. 9, 19 – 20
Maestro, te seguiré a
donde quiera que vayas. Jesús
le dijo: los zorros tienen
guaridas y los pájaros del cielo
nidos; pero el Hijo del hombre
no tiene donde reclinar la
cabeza.
20. Catecismo de la Iglesia 2544:
Jesús exhorta a sus discípulos a preferirle
a Él respecto a todo y a todos y les
propone "renunciar a todos sus bienes" (Lc
14, 33) por Él y por el Evangelio (cf Mc
8,35). Poco antes de su Pasión les mostró
como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén
que, de su indigencia, dio todo lo que tenía
para vivir (cf Lc 21,4).
21. La última cena
Mt. 26, 27 – 29 Tomó luego un cáliz
y después de dar gracias, lo dio a los
discípulos diciendo: beban todos de
el, porque esta es mi sangre, la
sangre de la alianza que se
derrama por todos para el perdón
de los pecados. Les digo que a
partir de ahora no beberé mas de
este fruto de la vid hasta el día aquel
en que beba con ustedes un vino
nuevo en el reino de mi Padre.
23. Is. 58, 6 – 12
El ayuno que yo quiero es este:
que sueltes las cadenas injustas, que
desates las correas del yugo, que
dejes libres a los oprimidos, que
acabes con todas las opresiones, que
compartas tu pan con el hambriento,
que hospedes a los pobres sin techo,
que proporciones ropas al desnudo y
que no te desentiendas de tus
semejantes…
24. Desprendimiento, ¿de qué y de quién?
Des Bienes delalas personas
Des de “necesidad” de ser
pren os
acompañados, aceptados,
pren Tiem p afirmados, etc.
di de los Hábitos/vicios/conductas
di
mien Reconoci
mien miento
s
del Poder y
to de la Fama
to
25. Ejemplos prácticos
• Las enseñanzas de los santos(as) y de la Iglesia
San Francisco de Asís
• Testimonio personal con respecto al Desprendimiento…
26. El Desprendimiento y el dinero
La riqueza -"el dinero"-, no es moralmente
buena ni mala. La moralidad depende del
modo en que se use esa riqueza. "El dinero"
puede emplearse en el lujo, en el despilfarro
y en la violencia, o en la promoción de la
salud, de la solidaridad o la educación.
27. El Desprendimiento –recordaba
San Josemaría-, se cultiva:
- …Teniendo sólo lo necesario (sin lujos
de ningún tipo);
- no quejándose cuando falta algo, ni
añorándolo;
- viviendo desprendidos de lo que
tenemos y usamos;
- trabajando esforzadamente por
construir una sociedad más humana,
más justa, más equitativa, de forma que
todo en nuestra vida sea de Dios y para
Dios.
28. El movimiento se demuestra andando, y se aprende a vivir la
pobreza viviéndola, al igual que la humildad. Dice la Madre
Teresa que "no se aprende a ser humildes leyendo una gran
cantidad de libros, ni oyendo grandes sermones sobre la
humildad. Se aprende aceptando las humillaciones.
Del mismo modo, para vivir la pobreza cristiana es
necesario vivir efectivamente desprendido de cosas
concretas, de apegamientos del corazón, de ilusiones
que no son de Dios: no basta con saberse la teoría.
Para una persona que vive en medio del mundo, la pobreza
no le debe llevar a rechazar por principio todos los bienes
nobles del mundo, sino a usarlos con prudencia, sin
apegarse a ellos, viviendo desprendido, con espíritu de
caridad, sobriedad y moderación.
29. Se trata de vivir sobriamente siempre, sin excesos, en
los momentos ordinarios y en los extraordinarios, como
puede ser un acontecimiento social (una fiesta, una boda,
por ejemplo), siguiendo el ejemplo de Cristo en las bodas
de Caná (lo 2,211) donde realizó el primer milagro.
La pobreza no significa ausencia de
detalles o descuido por lo material. Cristo le
reprendió a su anfitrión en una casa donde le
invitaron por no haber tenido con él los detalles
de educación y delicadeza de aquel tiempo
como el agua para lavarse los pies, el beso de
la paz, el aceite para ungirse, etc. (Lc 7,36-45).
La sobriedad lleva a vivir templadamente en la vida cotidiana: Cristo
asistía a las comidas cuando le invitaban sus amigos, como Zaqueo (Lc
19,1-10) aunque los fariseos se escandalizasen falsamente y le llamasen
sólo por eso glotón y bebedor (Mt 11, 16-19).
De: http://www.conelpapa.com/cursojovenes/pobreza/index.htm
30. ¿Qué es la pobreza del Espíritu?
Compendio del Catecismo, 523:
¿Qué exige Jesús con la pobreza del corazón? Jesús
exige a sus discípulos que le antepongan a Él respecto a
todo y a todos. El desprendimiento de las riquezas -según
el espíritu de la pobreza evangélica- y el abandono a la
providencia de Dios, que nos libera de la preocupación por
el mañana, nos preparan para la bienaventuranza de "los
pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos" (Mt, 5, 3)