La sociedad colonial se caracterizó por ser estamental, con una clara discriminación racial entre españoles, indígenas y castas. La población estaba estratificada en una pirámide social rígida dominada por los españoles peninsulares y criollos, seguida por la nobleza indígena e indios comunes, y en la base las numerosas castas producto de la mezcla entre las diferentes razas. La administración estaba encabezada por el Rey a través de virreyes, audiencias, corregimientos e intendencias.