1. URBANISMO CERRADO
Rosario E. Camacho M.
El urbanismo cerrado constituye la tendencia actual de las ciudades, donde los
espacios son restringidos por seguridad y en los centros comerciales se “reserva el
derecho de admisión”, donde el espacio público es casi inexistente y los pocos
parques y plazas muchas veces son escenarios de delincuencia y prostitución. Este
urbanismo es el resultado de la administración pública por parte de las élites y la
aplicación de políticas gubernamentales nacionales y locales, que no siempre
responden a las necesidades de la ciudad, y si lo hacen, tarde o temprano el poder
económico logra eludirlas.
El urbanismo es una práctica profesional que está condicionada por las leyes y
normativas emitidas para cada ciudad, y son las autoridades quienes están
encargadas de poner sobre la mesa las disposiciones bajo las cuales se realizarán las
intervenciones urbanas. De esta manera, es la municipalidad la responsable de la
planificación, gestión y fiscalización de los proyectos, siendo su compromiso el actuar
de manera ética, haciendo cumplir las leyes y normativas establecidas para todos. El
problema con nuestras autoridades es que provienen de una élite de la sociedad, por
lo que no pueden planificar la ciudad sin conocer de cerca la realidad de sus
habitantes, pues se han formado en un entorno sin carencias, ajeno a la realidad
urbana.
Es menester entonces prestar atención a quienes nos gobiernan, pues si bien la élite
tiene mayor acceso a la información y a un conocimiento más global y académico, es
también preciso que conozca de cerca los problemas que aquejan a la ciudadanía, sus
necesidades presentes y futuras para así poder aplicar sus experiencias y
conocimientos en el contexto real. Por ello se debe hacer hincapié en que la educación
es la base para desarrollar una cultura urbana, es importante entonces que los niños
crezcan cerca de las distintas realidades de la ciudad, para que cuando sean
autoridades no marginen a aquellos que no son similares, ya sea de una forma
deliberada o no.
En el Ecuador no ha sido distinto, por décadas ha sido la élite quien ha ocupado los
más altos cargos públicos, hecho que sin embargo en la actualidad está cambiando,
puesto que han sido muchas minorías que ahora emergen de su marginación y buscan
cambiar las cosas, tal como ha sucedido con el sector indígena, que ahora constituye
un sector importante del electorado e incluso impulsan candidaturas de excelentes
postulantes, logrando alcanzar curules legislativas, alcaldías y consejalías. Desde
ambos puntos de vista, el de las élites y el de la gente común, la autoridad debe
conocer a fondo su papel y su responsabilidad ante el futuro de su ciudad y trabajar
en beneficio de un colectivo y no únicamente de sus afines. Las barreras deben caer y
permitir que el espacio se abra, que las edificaciones privadas se integren con las
calles y plazas, que el espacio público sea seguro para disfrutarlo, todo aquello se
logra con disposición y conocimiento.