1. Lord Richard Rogers: Arquitectura y Ciudad Compacta
Rosario E. Camacho M.
Richard Rogers, ícono de la arquitectura mundial deja ya un legado de arquitectura y
urbanismo sostenible, plasmados en sus proyectos en varios países del mundo, siendo
además referente para los nuevos profesionales. Su idea de ciudad compacta concentra
todos los principios de sostenibilidad y responsabilidad ambiental, para un crecimiento
saludable de la ciudad y los beneficios en sus ocupantes.
Al igual que en su libro “Ciudades para un pequeño planeta”, Rogers vuelve al concepto
primario de lo que es y debe ser la ciudad: el lugar de reunión, convivencia y socialización
de las personas. Es la ciudad en donde se desarrollan las más importantes experiencias del
ser humano, donde se desarrolla mayormente la tecnología y los avances de la ciencia,
donde se administra la economía de un país. Es entonces prioritario dotar al ser humano de
una ciudad “humana”, donde el espacio público es el elemento coyuntural que permite la
interacción de diversas culturas y estratos económicos para el enriquecimiento social de
todos.
Cuando más del 50% de la población mundial vive en ciudades, es elemental mantener la
premisa del ahorro de recursos al compactar y densificar la ciudad, siendo más costosa la
inversión de crecimiento hacia el sector rural pues conlleva la necesidad de dotación de
servicios y equipamiento. En su lugar, la ciudad debe ser policéntrica, es decir que al
concentrar la población en diferentes centros equipados y dotados de infraestructura, se
minimiza la necesidad de transporte por largas distancias, pues las actividades se
desarrollan dentro de este sector compacto.
La tres cuartas partes de la contaminación mundial es generada en la ciudad, por lo que
Rogers defiende la posibilidad de aprovechar la tecnología actual para consumir recursos
energéticos renovables, como energía termal, bio combustibles, energía eólica, bio
tecnología, entre otros.
No basta con el planteamiento de ideas o propuestas inteligentes para satisfacer los
requerimientos de la ciudad contemporánea y al mismo tiempo cuidar el medio ambiente
en el que esta ciudad debe desarrollarse, las medidas preventivas deben ser aplicadas a
pequeñas y grandes escalas, desde el diseño individual de un edificio o una vivienda, hasta
el plan de desarrollo de una ciudad y las políticas ambientales de un país. Rogers
demuestra que sólo enseña quien aplica, pues en todos sus proyectos está presente su
ideología de sostenibilidad e integración social, el mismo que ha compartido también en
sus participaciones como asesor de algunas municipalidades en Europa.
El Centro Pompidou, la Asamblea Nacional de Gales, la Torre 3 del nuevo World Trade
Centre, One Hyde Park, Lloyd’s Bank of London, entre muchos otros proyectos de Rogers,
responden a criterios bioclimáticos, con aprovechamiento de la luz natural, espacios
flexibles y amplios, donde las instalaciones son estudiadas y dispuestas de modo que no
interrumpan en el espacio interior y muchas veces liberadas hacia el exterior. A pesar de no
concordar con la escala y la estética de algunos de estos proyectos, personalmente creo que
su funcionalidad espacial, combinada con la integración del entorno y el aprovechamiento
de las fuerzas de la naturaleza se traducen en una arquitectura esencial, que responde muy
bien a los desafíos actuales y contribuye a un cambio de mentalidad del profesional de hoy
y a la conformación de ciudades más sostenibles.