2. Lusitania.
Hundido en la costa meridional de Irlanda, a 10 millas de la costa.
A las 2:11 de la tarde recibió el impacto de un torpedo alemán y
dieciocho minutos después, se hundió. En su último viaje de Nueva
York a Liverpool llevaba a bordo unos 2000 pasajeros, y 800
tripulantes.
De los 139 pasajeros estadounidenses abordo del Lusitania, 128
perdieron su vida, lo que produjo una masiva ira tanto en Gran
Bretaña como en Estados Unidos. El diario The Nation la llamó "una
deuda por la que un huno enrojecería de vergüenza, un turco se
sentiría avergonzado, y un pirata bárbaro se disculparía", mientras
que los británicos opinaban que Estados Unidos debía declarar
inmediatamente la guerra a Alemania. No obstante, el presidente
estadounidense Woodrow Wilson se negó a sobrereacccionar.
3. Este suceso causó conmoción internacional, fue calificado de acto de barbarie contra un pacífico buque de
pasajeros y puso a la opinión pública en contra de Alemania. La ley internacional suscrita, entre otros, por el Imperio
Alemán y Gran Bretaña, conocida como Cruiser Rules, establecía que un buque o submarino de guerra antes de
abrir fuego contra un barco no militar debía advertirlo y dar tiempo a la tripulación y pasajeros para abandonarlo
de forma segura. Los submarinos alemanes en aquellos tiempos no seguían este procedimiento, dado que los
mercantes británicos tenían órdenes de embestirlos en superficie lo cual hacia inaplicable aquella estipulación y
porque en este caso, el Lusitania fue considerado un objetivo legítimo pues era conocido que conducía
clandestinamente municiones y suministros de guerra. La condena internacional fue unánime e hizo que el Imperio
Alemán decretara una moratoria de sus ataques contra buques de pasajeros y mercantes con bandera neutral en
aguas declaradas zona de guerra.
4. Ingreso de EEUU en la primera guerra
mundial.
En enero de 1917, el gobierno alemán anunció que llevaría a cabo
a partir de entonces una campaña indiscriminada de ataques
submarinos. De nuevo, Woodrow Wilson enfureció y el 6 de abril de
1917, el Congreso de Estados Unidos aprobó la petición de Wilson
para declarar la guerra a Alemania. Su participación en la guerra
fue lenta al comienzo, pero con la ofensiva alemana de primavera
en marzo de 1918, que al principio marchó bien para los alemanes,
al poder escasamente mantener los aliados el frente, la llegada en
abril de dos millones de tropas estadounidenses cambió la
situación en favor de los aliados, contribuyendo finalmente a su
victoria en la guerra.