1. REFRIGERANTES:
DURANTE LOS FREONES
Las sustancias que agotan la capa de ozono (SAOs) están compuestas de
elementos químicos que tienen el potencial de reaccionar con las moléculas de
ozono de la estratósfera. Las SAOs son básicamente hidrocarburos clorados,
fluorados o bromados. La habilidad que estas sustancias químicas tienen para
agotar la capa de ozono se conoce como Potencial de Agotamiento del Ozono
(PAO).
En la mayoría de los países en desarrollo, el sector más grande que aún sigue
empleando SAOs es el de mantenimiento de equipos de refrigeración y aire
acondicionado, aunque también se emplean como agentes espumantes en la
fabricación de espumas, como solventes de limpieza en la industria de la
electrónica, como propulsores en los productos en aerosol, como esterilizantes,
como agentes para combatir el fuego, como fumigantes para controlar pestes y
enfermedades y como materias primas.
Debido a las evidencias científicas del grave impacto ambiental que los freones
realizan a la capa de ozono, afortunadamente hoy en día los refrigerantes CFC se
están reemplazando gradualmente por otros que son menos nocivos para el
ambiente como son los Refrigerantes Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) con
PAO>0, Los hidrofluorocarbonos (HFC) con PAO=0 y Refrigerantes Hidrocarburos
como por ejemplo el isobutano (mezclado con agua para reducir su inflamabilidad)
con PAO=0 también.
Este cambio ha sido veloz afortunadamente en varias aplicaciones, aunque ha
sido un poco más lento para los sistemas de refrigeración por lo que es necesario
seguir aplicando investigación en esta área a fin de generar el menor impacto
posible. Por ejemplo, muchos refrigeradores domésticos emplean habitualmente
el gas freón CFC-12. Los sistemas de refrigeración comercial que se usan para
exhibir y almacenar alimentos frescos y congelados, pueden utilizar como
refrigerantes R-12 y R-502 (mezcla de CFC-115 y HCFC-22) que son
ambientalmente más limpios.
La reducción de sustancias que agotan la capa de ozono en la atmósfera se está
realizando poco a poco en los países industrializados a partir del año 1990
mediante compromisos como el Protocolo de Montreal realizando capítulos
generales cada cinco años en donde se ha mostrado la efectividad de las medidas
propuestas.
2. 1. GasR-410ª que se vende bajo las denominaciones comerciales de Forane
410A, Puron, EcoFluor R410, Genetron R410Ay AZ-20.
Uno de los motivos por los que este gas es muy empleado en aplicaciones
domésticas es por ser considerado un refrigerante de alta seguridad, no
tóxico y no inflamable, de modo que no suponga un riesgo para las personas
en caso de fugas.
Los niveles de presión del R410A son mucho más elevados que los
habituales en los refrigerantes actúales. Esto tiene la consecuencia de
necesitar el empleo de mangueras, manómetros y material frigorífico
adecuados a estas presiones de trabajo.
Este tipo de gas debe cargarse en fase líquida para garantizar la
homogeneidad de la mezcla. No obstante, su casiazeotropía, ya que el
desplazamiento de temperatura es solo 0,1 Cº, lo hace una mezcla muy
estable, pudiendo recargarse de nuevo en fase líquida después de cualquier
fuga, sin cambios medibles de composición o rendimiento.
El R410A también posee muy buen rendimiento tanto en modo de calor como
en modo frío, lo que explica su elección por fabricantes de bombas de calor
reversible. Sin embargo, sus niveles elevados de presión y su temperatura
critica relativamente baja (72.2 Cº), obligan a los fabricantes de material
frigorífico a rediseñar completamente sus productos para adecuarlos a sus
características. Por este motivo, se recomienda no usar este refrigerante en
reconversiones de equipos que usaban el gas R22.
La normativa al respecto indica que desde el 1 de enero de 2004 se prohíbe
la manufactura de todo tipo de equipos con HCFCs
(Hidroclorofluorocarbonos). El 1 de enero de 2010 estará prohibido por la UE,
según Reglamento (CE) nº 1005/2009 sobre sustancias que agotan la capa
de ozono, importar, producir, vender y/o usar R-22 virgen. Aún se permitirá
el uso de R-22 regenerado hasta el 2015. Para cubrir la demanda de R-22 en
instalaciones existentes, como posibles fugas, han nacido varios productos
sustitutos como el R-427A que aseguran una transición sencilla y no son
destructoras de la capa de ozono.