2. Según las historias relatadas por muchas personas acerca de estos
acontecimientos, una extraña joven se les aparecía, vistiendo un
elegante vestido de la época, pero algo muy particular en ella era
que llevaba su rostro tapado con un velo, el cual no permitía que las
víctimas la reconocieran. al estar cerca de la dama, se dice que
despedía a su entorno una fragancia agradable, y por ello, casi todos
los que la veían quedaban impactados al verla y estar cerca de ella.
3. Hacía señales para que la siguiesen y, en trance, las víctimas
accedían a la causa pero ella no permitía que se les acercara
lo suficiente. así, los alejaba del centro urbano y en lugares
remotos empezaba a detenerse.
4. Posteriormente cuando las víctimas se le acercaban a
descubrirle el rostro un olor nauseabundo contaminaba el
ambiente, y al ver su rostro apreciaban un cadáver aún en
proceso de putrefacción, la cual tenía unos ojos que parecían
destellantes bolas de fuego.
5. La mayoría de las víctimas morían, algunos por el susto y otros
por la pestilente fragancia que emanaba el espectro al
transformarse. Muy pocos sobrevivían y en la cultura popular los
llamaban tunantes. Desde aquellos acontecimientos, hay quienes
dicen que posteriormente aun transita por los callejones por las
noches.