1. En busca de la moda perdida — 2322 — cosas moda — octubre 2015 / n °19
texto Ursula Castrat
En busca de
la moda
p e r d i d a
La condesa Élisabeth Greffulhe, musa del escritor francés Marcel Proust, fue
la socialité por excelencia de la Belle Époque. La muestra “La Mode Retrouvée”,
en el Palais Galliera de París, exhibe cincuenta modelos de grandes couturiers,
como Worth, Fortuny, Babaniy Lanvin, que le pertenecieron.
1. Vestido y bolero de nina ricci, de 1937
2. Ilustración de aurore de la morinerie, de
un traje de gala del diseñador charles worth
hecho exclusivamente para la condesa
3. Abrigo bordado de lamé y perlas, de 1925
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C o n d e s a É l i s a b e t h G r e f f u l h e
El fabuloso vestuario de la condesa Greffulhe será
expuesto por primera vez en la historia. Prima del
dandi y poeta francés Robert de Montesquiou, fue
inmortalizada por Marcel Proust en el personaje
de la duquesa de Guermantes en su famosa nove-
la “En busca del tiempo perdido”. La divina con-
desa vivió durante la Belle Époque y los Roaring
Twenties, y fue la reconocida líder de la alta socie-
dad parisina (le Tout-Paris) durante medio siglo.
Se volvió particularmente influyente después de
su matrimonio con el conde Henry Greffulhe.
Según se dice, fue la mujer más hermosa de Pa-
rís. “Nada de ella puede ser encontrado en otras
mujeres, o en ningún otro lado. El misterio de su
belleza está en su brillo, sobre todo en el enig-
ma de sus ojos. Nunca vi una mujer tan bella”,
escribió Proust a De Montesquiou en una car-
ta. Recibía invitados en su residencia de la Rue
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notas —
La condesa
Greffulhe fue la
elegancia por
antonomasia,
disponía de
innumerables
trajes de alta
costura para cada
ocasión.
1. ilustración de la silueta
de la condesa, por aurore
de la morinerie
2. Abanico de plumas de
avestruz, de 1878
3. Vestido de noche, de
charles worth, de 1896
la condesa retratada por el legendario fotógrafo, paul nadar, vistiendo uno de sus atuendos de alta costura hecho por charles worth.
d’Astorg, en la capital francesa; en el Château de
Bois-Boudran, en Fontenailles; y en su villa de
Dieppe. Adoptó a muy temprana edad el hábito
de recaudar fondos, y de convertir la caridad en
relaciones públicas. Con ello, produjo y promovió
óperas y presentaciones, como las de la bailarina
Isadora Duncan. También fue una apasionada
impulsora de las ciencias, pues ayudó a la física
Marie Curie a financiar el Instituto del Radio y al
inventor Édouard Branly en la realización de su
investigación sobre la telegrafía sin cables.
La condesa Greffulhe fue la elegancia por anto-
nomasia, disponía de innumerables trajes de dise-
ñador para cada ocasión. Sus apariciones públi-
cas eran muy teatrales. La podían envolver una
nube de tul, gasa, chifón y plumas; o una chaque-
ta de kimono; unos abrigos de terciopelo; unos
patrones orientales de tonos de color oro, plata,
rosa y verde.
Los atuendos, hay que resaltarlo, eran cuidadosa-
mente elegidos para enfatizar su pequeña cintura
y delgada figura. En la exposición, que va del 7
de noviembre de 2015 hasta el 20 de marzo de
2016, se podrán ver piezas de alta costura, como
abrigos, ropa interior, vestidos de día, vestidos de
noche, accesorios, retratos, fotografías y videos.
Cada artículo es una invitación para ir en busca
de la moda perdida y para conocer a esta gran
figura de la sociedad parisina, cuya imagen fue
indudablemente ligada con su guardarropa.
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