3. La primera infancia de Adler
estuvo marcada por la
enfermedad, la consciencia de la
muerte y los celos de su hermano
mayor; el raquitismo (una
deficiencia de vitamina D que se
caracteriza por la debilidad) le
impidió jugar con otros niños.
4. Su hermano menor murió a los
tres años en su cama contigua la
suya; a los cuatro años el propio
Adler estuvo a punto de morir de
neumonía. Decidió que se
convertiría en doctor cuando
escuchó al médico decir a su
padre: “su pequeño está perdido”.
5. Mimado por su madre debido a su
enfermedad, el pequeño Adler fue
destronado a los dos años de edad
por la llegada de un nuevo bebé.
Los biógrafos han sugerido que si
bien pudo sentir el rechazo de la
madre, siguió siendo el favorito de
su padre.
6. Por tanto, las relaciones que tuvo en
la infancia con sus padres fueron
diferentes a la de Freud (que estuvo
más cerca a su madre que a su
padre), de ahí que al ser adulto
descartara el concepto freudiano del
complejo de Edipo por ser muy ajeno
a sus experiencias infantiles.
7. Adler sentía celos de su hermano
mayor porque al ser éste fuerte y
saludable podía participar en
actividades físicas y deportes que a él
le estaban vedados. “Recuerdo estar
sentado en un banco, vendado por el
raquitismo, con mi saludable hermano
mayor sentado frente a mí.
8. Mientras él podía corres, saltar y
moverse con facilidad, para mí
cualquier tipo de movimiento
implicaba lucha y esfuerzo.
Adler se sentía inferior a su hermano
y a otros niños vecinos, todos ellos
parecían saludables y atléticos. Como
resultado, decidió esforzarse, por
superar sus sentimientos…
9. …de inferioridad y compensar sus
limitaciones físicas. A pesar de su corta
estatura, su torpeza y su poco atractivo ,
fruto de su enfermedad, se obligó a
participar en juego y deportes. De forma
gradual logró su victoria y alcanzó un
tipo de autoestima y aceptación social.
Desarrolló tendencia a la compañía…
10. …de personas mayores y mantuvo esta
sociabilidad del resto de su vida. En su
teoría de la personalidad, Adler resalta la
importancia al grupo de compañeros y
sugiere que las relaciones en la infancia
con los hermanos y niños ajenos a la
familia son mucho más importantes de lo
que Freud había supuesto.
11. En la escuela (la misma a la que asistió Freud)
fue, al principio desdichado y un estudiante
mediocre. Convencido de que el niño no
servirá para nada más, un maestro aconsejó a
su padre que lo hiciera aprendiz de zapatero,
idea que atemorizaba a Adler. Era
particularmente torpe en matemáticas, pero
se esforzó y a la larga pasó del último al
primer lugar de su grupo.
12. En muchos sentidos, las historia de la niñez de
Adler parece una tragedia, pero también es
un ejemplo de libro de su teoría de la
personalidad, de cómo logró superar las
debilidades e inferioridad de la infancia para
configurar su destino. El teórico que legó al
mundo el concepto de los sentimientos de
inferioridad hablaba desde las profundidades
de su propia infancia.
13. Cumpliendo la ambición de su infancia, Adler
estudió medicina en la Universidad de Viena,
´pero se graduó con un promedio académico
mediocre. Inició la práctica privada como
Oftalmólogo, pero pronto cambió a la
medicina general. Le interesaban las
enfermedades incurables, pero era tanta la
presión e impotencia que sentía al no poder
impedir la muerte, en particular de los
pacientes jóvenes, que decidió especializarse
en neurología y psiquiatría.
14. En 1902 empezó la colaboración que durante
9 años mantuvo con Freud, cuando éste lo
invitó junto con otras tres personas a reunirse
una vez a la semana en su casa para hablar de
psicoanálisis. Si bien su relación nunca fue
estrecha, al principio Freud lo tenía en alta
estima y alababa su habilidad como médico
capaz de lograr la confianza de sus pacientes.
Es importante recordar que Adler nunca fue
estudiante o discípulo de Freud y que éste
jamás lo psicoanalizó.
15. Uno de los colegas de Freud acusaba a Adler
de no tener la capacidad de explorar en la
mente inconsciente no de psicoanalizar a las
personas. Es interesante especular respecto a
si esta supuesta carencia condujo a Adler a
fundamentar su teoría de la personalidad en
la consciencia, a la que era más fácil tener
acceso y a minimizar la función del
inconsciente.
16. En 1910, aunque Adler era presidente de la
Sociedad Psicoanalítica de Viena y coeditor de
su publicación, también era una voz cada vez
más crítica de la teoría freudiana. Pronto
cortó toda conexión con el psicoanálisis y
avanzó en el desarrollo de su propia teoría de
la personalidad. Freud reaccionó furiosos a la
deserción de Adler, menospreció su pequeña
estatura física (Adler era casi 13 centímetros
más bajo que Freud)…
17. …y lo llamó repulsivo, anormal, enloquecido
por la ambición, lleno de rencor y ruindad,
paranoide, celoso en extremo y sádico.
Describió la teoría de Adler como carente de
valor.
Adler mostró una hostilidad hacia Freud al
llamarlo timador y al denunciar al
psicoanálisis como una inmundicia; ello lo
llevó a indignarse cada vez que lo
presentaban o se referían a él como estudioso
de Freud.
18. En 1912 fundió la Sociedad para la Psicología
Individual. Durante la primera guerra
mundial (1914-1918) sirvió en el ejército
austriaco, y más tarde organizó en Viena,
clínicas de orientación infantil y
entrenamiento de grupo que fueron el
antecedente de las modernas técnicas de las
terapias de grupo. En 1926 realizó la primera
de sus visitas a los EE.UU., donde impartió
cursos y realizó giras para dar conferencias
de divulgación.
19. En 1929 se trasladó a EE.UU, estableciéndose
en la ciudad de Nueva York donde continuó el
desarrollo y promoción de su psicología
individual. Un biógrafo refiriéndose a Adler
escribió: “los rasgos personales de genialidad,
optimismo y simpatía, aunados a una fuerte
ambición…pronto lo catapultaron a la fama
entre el público estadounidense como un
experto en psicología”.
20. Los libros y las conferencias de Adler pronto
lograron reconocimiento a escala nacional y
se convirtió en el psicólogo más popular de los
EE.UU; una celebridad de esos días. En 1937,
después de una agotadora gira de 56
conferencias por Europa, Adler sufrió un
ataque cardiaco y murió en Escocia.
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Los sentimientos de inferioridad están siempre
presentes como la fuerza que motiva el
comportamiento. “Ser humano significa sentirse
inferior”. Por ser común a todos nosotros no es
signo de anormalidad o debilidad. Los
sentimientos de inferioridad son la fuente de todo
esfuerzo humano y que el crecimiento individual
resulta de la compensación, es decir, de nuestros
intentos por superar la inferioridad real o
imaginaria.
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El proceso se inicia en la infancia, cuando el niño
es pequeño, indefenso y depende por completo de
los adultos. Adler creía que el niño es consciente
del mayor poder y fuerza de sus padres y de la
inutilidad de resistirse o desafiar a ese poder.
Como resultados el niño desarrolla sentimientos
de inferioridad en relación de la gente más
grande y más fuerte que lo rodea.
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¿Qué pasa cuando un niño no puede compensar
sus sentimientos de inferioridad? Éstos se
intensifican por la incapacidad para superarlos
dando lugar al desarrollo de un complejo de
inferioridad. La gente con este complejo tiene
una opinión pobre de sí misma y se siente
impotente e incapaz de afrontar las demandas de
la vida. Adler encontró dicho complejo en muchos
adultos que acudían en busca de tratamiento.
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En la
infancia un
complejo de
inferioridad
puede surgir
de tres
fuentes:
Inferioridad orgánica: concluyó que las partes u órganos corporales
defectuosos moldean la personalidad mediante los esfuerzos de la persona
para compensar el defecto o la debilidad, de la misma manera que en él
había compensado el raquitismo. Por ejemplo, un niño que padece una
limitación física puede centrarse en ella y esforzarse por destacar en una
habilidad atlética.
En la Grecia clásica Demóstenes superó su
tartamudez y llegó a ser un gran orador.
En EE.UU, el enclenque Theodore
Roosevelt, vigesimosexto presidente, se
convirtió en un modelo de condición física.
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En la
infancia un
complejo de
inferioridad
puede surgir
de tres
fuentes:
Mimos excesivos: Mimar o consentir en exceso a un niño también puede
producir un complejo de inferioridad. Los niños mimados son el centro de
atención en el hogar, donde satisfacen todas sus necesidades y poco se les
niega. En tales circunstancias, es natural que esos niños desarrollen la idea
de ser las personas más importantes en cualquier situación. La primera
experiencia en la escuela, donde ya no son el foco de atención, es una
conmoción para la que no están preparados. Los niños mimados tienen
pocos sentimientos sociales y son impacientes con los demás. Nunca
aprendieron a esperar por lo que desean ni a superar las dificultades o a
ajustarse a las necesidades de los otros. Cuando se enfrenta a obstáculos
para la gratificación, estos niños llegan a creer que deben tener alguna
deficiencia personal que los obstaculiza, por lo que desarrollan un
complejo de inferioridad.
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En la
infancia un
complejo de
inferioridad
puede surgir
de tres
fuentes:
Negligencia: Es fácil entender la manera en que se desarrolla un complejo
de inferioridad en los niños desatendidos, no deseados y rechazados. La
infancia y la niñez de estas criaturas se caracterizan por la falta de amor y
seguridad debido a la indiferencia u hostilidad de los padres; esto hace que
desarrollen sentimientos de minusvalía e incluso de ira, y perciben a los
otros con desconfianza.
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Implica una opinión exagerada de las propias
habilidades y logros. En su interior, esa persona
puede sentirse demasiado satisfecha y superior y
sin necesidad de demostrar con logros su
superioridad. O bien puede sentir dicha necesidad
y trabajar para lograr el éxito. En ambos casos,
las personas con complejo de superioridad tienden
a la jactancia, la vanidad, el egoísmo y a denigrar
a los otros.
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PRIMARIA
SECUNDARIA
SUPERIOR
Adler describió su idea de lucha por la
superioridad como el hecho fundamental de la
vida, la meta última por la que nos
esforzamos. No entendía la superioridad en el
sentido usual del término. No es un intento de
ser mejor que otros, una tendencia arrogante o
dominadora, ni una opinión inflada de
nuestras habilidades y logros.
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PRIMARIA
SECUNDARIA
SUPERIOR
Adler se refería a una pulsión hacia la
perfección; vocablo de origen latino que
significa, completar o terminar. Por lo tanto su
propuesta era que luchamos por la
superioridad en un esfuerzo de
perfeccionarnos, de llegar a ser completos o
totales. Esta meta se orienta hacia el futuro.
Consideraba que los instintos e impulsos son
insuficientes como principios explicativos.
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IMPULSO – COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Creamos nuestro estilo de vida, creamos nuestro sí
mismo, nuestra personalidad, nuestro carácter. No
somos moldeados de forma pasiva por las
experiencias de la infancia. Esas experiencias no son
tan importantes como nuestra actitud consciente
hacia ellas. Adler afirmaba que ni la herencia ni el
ambiente ofrecen una explicación completa para el
desarrollo de la personalidad. En lugar de ello la
manera en que interpretamos esas influencias es lo
que establece el cimiento para la construcción
creativa de nuestra actitud hacia la vida.
Estaba a favor de la existencia de la libertad
individual que a cada uno de nosotros le permite
crear un estilo de vos apropiado a partir de las
capacidades y las experiencias que nos proporcionan
nuestra dotación genética y el entorno social propio.
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Problemas laborales
Problemas que implican
nuestra conducta hacia los
demás.
Problemas amorosos
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Identificó 3
problemas
El tipo dominante
El tipo de logro
El tipo evasivo
El tipo socialmente útil
4 estilos de
vida para
afrontarlos
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El tipo dominante
Exhibe una actitud dominante o
imperativa con poca consciencia
social. Esas personas se comportan
sin consideración hacia los demás.
Quienes se encuentran en los
extremos de este tipo pueden atacar
a otros y convertirse en sádicos,
delincuentes o psicópatas. Los
menos virulentos se convierten en
alcohólicos, adictos a las drogas o
suicidas y creen que castigan a los
otros al atacarse a sí mismos.
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Adler creía que la primera tarea que enfrentamos en la vida es
llevarnos bien con los demás. Propuso el concepto de interés
social que definió como el potencial innato del individuo para
cooperar con otras personas a fin de lograr las metas personales y
sociales. El término original para este concepto en el alemán
original, Gemeinschaftsgefuhl, puede traducirse mejor como
“sentimiento comunitario”. Sin embargo, al traducirlo se aceptó el
término interés social. El potencial para el interés social es innato.
En este sentido limitado el enfoque de Adler contiene un
elemento biológico. No obstante, el grado en que nuestro
potencial innato para el interés social se realice, depende de
nuestras primeras experiencias sociales.
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Nadie puede evitar del todo a las otras personas o las
obligaciones hacia ellas. Desde tiempos inmemorables, la gente
se agrupa en familias, tribus y naciones. Las comunidades son
indispensables para que los seres humanos obtengan protección y
puedan sobrevivir. El individuo debe cooperar y ayudar en la
sociedad para realizar las metas personales y comunitarias.
El recién nacido se encuentra en una situación en la cual necesita
la cooperación, en principio de la madre o cuidador principal,
luego de los otros miembros de la familia y del personal de la
guardería o de la escuela. Adler destacó la importancia de la
madre como la primera persona con quien el bebé está en
contacto. A través de su conducta hacia el niño, la madre
puede promover el interés social u obstaculizar su desarrollo.
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La madre debe enseñar al niño cooperación,
compañerismo y coraje. Sólo si el niño siente afinidad con
otros actuará con coraje al intentar afrontar las exigencias
de la vida. Los niños (y más tarde los adultos) que miran a
los otros con suspicacia y hostilidad se enfrentarán a la
vida con la misma actitud. Quienes carecen de
sentimientos de interés social pueden convertirse en
neuróticos e incluso en delincuentes. Adler mencionó que
los demonios que van de la guerra al odio racial, o a la
borrachera surgen de la carencia de un sentimiento
comunitario.
44. PRIMOGÉNITO
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Los primogénitos se encuentran en una situación única y envidiable.
Por lo general los padres están felices con el nacimiento del primer
hijo y le dedican tiempo y atención considerables. Los primogénitos a
menudo reciben atención instantánea y exclusiva de sus padres. Como
resultado, tienen una existencia segura y feliz hasta que aparece el
segundo hijo.
Cuando dejan de ser el foco de atención y recibir amor y cuidado
constantes, los primogénitos son, en cierto sentido, destronados. El
afecto que los primogénitos recibieron durante su reinado ahora debe
ser compartido. A menudo, deben soportar la afrenta de tener que
esperar hasta que se satisfagan las necesidades del recién nacido.
45. PRIMOGÉNITO
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Nadie puede esperar que los primogénitos sufran éste drástico
desplazamiento sin oponer resistencia, por lo que tratarán de
recuperar su antigua posición de poder y privilegio. Sin embargo, la
batalla del primogénito por volver a obtener su supremacía en la
familia está perdida desde el principio.
Durante un tiempo los primogénitos, pueden volverse obstinados,
portarse mal, ser destructivos, y quizás se nieguen ir a comer o ir a la
cama. Pueden encolerizarse, pero es probable que los padres
contraataquen y sus armas son mucho más poderosas. Cuando se
castiga al primogénito por su mal comportamiento puede interpretar
el castigo como evidencia adicional de su caída y tal vez llegue a odiar
al segundo hijo, quien después de todo es la causa del problema.
46. PRIMOGÉNITO
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Adler creía que los primogénitos sienten la conmoción del cambio en
su estatus familiar, pero que el sentimiento de pérdida es mayor entre
quienes fueron mimados en exceso. Además, el grado de la pérdida
depende de la edad del primogénito en el momento de aparecer el
rival.
Adler encontró que los primogénitos a menudo se orientan al pasado,
son dado a la nostalgia y pesimistas respecto al futuro. Al haber
conocido durante cierto tiempo las ventajas del poder, permaneces
preocupados por él durante toda la vida.
Los primogénitos adquieren un interés inusual por mantener el orden
y la autoridad. So buenos organizadores, concienzudos y escrupulosos
con los detalles, autoritarios y de actitud conservadora.
47. PRIMOGÉNITO
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Sigmund Freud fue el primogénito y
Adler lo describió como el típico hijo
mayor. Además pueden volverse
inseguros y hostiles hacia los demás.
Adler creía que los neuróticos, los
pervertidos y los delincuentes suelen ser
primogénitos.
48. EL SEGUNDO HIJO
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El segundo hijo, el causa tanta conmoción en la vida del primogénito,
también se encuentra en una situación única. Nuca experimentó la
posición poderosa que alguna vez ocupó su hermano mayor, de ahí que
si llega otro niño no sufrirá la sensación de destronamiento que sufrió
el primogénito. Además, para entonces los padres han cambiado sus
actitudes y prácticas en la crianza infantil. Un segundo bebé ya no es la
novedad que fue el primero, de ahí que la preocupación y ansiedad de
los padres respecto a su comportamiento disminuyan y puedan
adoptar una actitud más relajada hacia el segundo hijo.
Desde el inicio el segundo hijo, tiene un modelo: tiene el ejemplo
permanente del comportamiento del hermano mayor como modelo,
amenaza o fuente de competencia.
49. EL SEGUNDO HIJO
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Adler fue el segundo hijo y durante toda su vida tuvo una relación de
competencia con su hermano mayor. Se sentía eclipsado por su
hermano incluso cuando alcanzó fama como analista.
La competencia con el primogénito sirve para motivar al segundo hijo,
estimulando con frecuencia un desarrollo más rápido del que expresó
el primero. Los segundos hijos se esfuerzan por alcanzar y superar al
hermano mayor, una meta que acelera el desarrollo motor y del
lenguaje. El segundo hijo por lo general empieza a hablar a una edad
más temprana que el primogénito. Al segundo hijo no le preocupa el
poder que nunca disfrutó, es más optimista acerac del futuro y es
probable que sea competitivo y ambicioso como fue Adler.
50. EL HIJO MENOR
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El hijo menor, o último nacido, jamás se enfrenta con la conmoción de
ser destronado por otro niño y a menudo se convierte en la mascota
de la familia, en particular si los hermanos le llevan unos cuantos años.
Impulsado por la necesidad de alcanzar a sus hermanos mayores, el
hijo menor a menudo se desarrolla a una velocidad sorprendente y
frecuentemente destaca en cualquier trabajo que emprenda cuando
sea adulto.
Pero puede suceder lo contrario si se le mima en exceso y si llega a
creer que no necesita aprender a hacer nada por sí mismo. Al crecer,
éste niño puede conservar la indefensión y dependencia de la infancia.
No habituado a esforzarse y luchar y acostumbrado a ser cuidado
puede resultarle difícil el ajuste a la vida adulta.
51. EL HIJO ÚNICO
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Los hijos únicos jamás pierden la posición de supremacía y poder que
tienen en la familia, por lo que siguen siendo el foco y centro de
atención. Al pasar más tiempo en la compañía de adultos que un niño
con hermanos, los hijos únicos suelen madurar pronto y manifestar
comportamientos y actitudes adultas.
Los hijos únicos pueden experimentar dificultades cuando se
encuentran en un contexto distinto del hogar, como es la escuela,
donde no son el centro de atención. Por otro lado, no han aprendido a
compartir ni a competir, y si sus habilidades no les proporcionan el
reconocimiento y atención suficientes, es probable que sientan una
profunda decepción.