2. En medio de unos peñascales había una ermita a la
que, cada año, subían los
habitantes de la zona. En ella vivía un ermitaño
viejo y caritativo. Tenía una
larga barba y unas manos arrugadas.
Era muy viejo y delgado.
3. Un día encontró una comadreja herida; la llevó a
la ermita y la entablilló una pata .
Otro día encontró una zorra que parecía muerta
de frio; la llevó y también le hizo un hueco en su
casa.
Otro día encontró un lobo casi muerto de hambre;
también se lo llevó a la ermita
4. A partir de esos días la zorra, la comadreja y el
lobo, en agradecimiento, iban a la ermita a lamerle
los pies.
Un día llegaron los tres y no lo encontraron. Se
fueron a sus guaridas y al amanecer volvieron a ir
5. Encontraron un hueco en la pared. La zorra llamó a los zorros
del bosque y los otros también llamaron a sus amigos.
Después de buscar mucho, encontraron un mechón de pelo del
ermitaño y un pedazo de pelo de blusa. Siguieron el rastro
hasta la cueva del ojàncano.
6. Cuando el ojàncano abrió la cueva, los lobos
despedazaron el pecho al ojàncano y sacaron al
ermitaño y lo llevaron a su ermita.
8. LAS JÓVENES
CAUTIVAS
Esta leyenda está contada por:
ÁNGELA Salcines Camargo 6ºB
9. Existió una vez un Ojáncano que en su cueva tenía a tres chicas
metidas en jaulas.
Una mañana, salió de su cueva y fue al bosque y, al regresar, entró a
la cueva y se puso a comer. Mientras que comía, como solo tenía un
ojo, miraba a las tres chicas con ese ojo. Como el Ojáncano era muy
malo, las tres chicas le tenían miedo; además, si le quitas un pelo
blanco que tiene escondido entre las barbas, se muere. Pero ,como el
Ojáncano no las soltaba, no se le podían quitar.
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10. Al día siguiente, a la hora de la comida, el terrible monstruo se puso su
comida y le dio también a las tres chicas de la jaula. Después de
comer, el malvado monstruo se marchó al bosque a buscar unas hojas
y ramas. Al llegar la noche, el Ojáncano cogió las hojas con las
ramas, las puso al lado de la jaula de Inés, sacó a Inés y la puso
encima de él. El monstruo quería a Inés, pero Inés al monstruo, no.
Como Inés sabia que el Ojáncano la quería, hizo como que ella
también y le cantó al oído unas bonitas canciones. Más tarde, el
Ojáncano la metió en la jaula y se durmieron.
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11. Con los hilos de los vestidos que la iba dando el monstruo, hicieron unas cuerdas.
Inés, cuando el ojáncano dormía junto a ella, le amarró a una el pelo blanca de la
barba.
A la mañana siguiente , cuando el ojáncano quitó la piedra que tapaba la cueva,
Inés tiraró de la cuerda y el monstruo cayó muerto.
Las chicas huyeron de la cueva . Por el camino encontraron a un pastor que las dio
de comer.
Más tarde, cuando habían llegado al pueblo y les contaron a todos lo que había
pasado, fueron con fuego para quemar al Ojáncano para que no criara gusanos. Los
ojáncanos nacen de gusanos.
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14. LA MONUCA
Es un ser mitológico que solo se
encuentra en Cantabria.
Nace una cada once años. Es
hija del gato montes y de la
garduña.
15. Cuando nace sale
de la cueva; unos
diás más tarde,
abre los ojos y
vuelve al lugar de
su nacimiento y
mata a su madre.
16. El gato montes,
cuando vuelve
y ve a la
garduña
muerta, echa a
correr a matar
a la monuca, la
cual nota su
presencia y se
sube a un
árbol. El gato se
esconde
17. . La monuca
come, engorda y el gato le
da un zarpazo y la saca los
ojos.
Algunas se libran y se
esconden entre los juncos
y ramas hasta que le salga
pelo.
Comen insectos, corderos
y pájaros, saltando como
un rayo sobre ellos.
Hay monucas grandísimas
hijas de osos y jabalinas