El documento describe la trayectoria profesional de Yolanda Horta, una mujer de 37 años que dejó su trabajo anterior para hacer un máster y ahora dirige con éxito su propio estudio de interiorismo llamado Delirium Design en Madrid. Empezó el negocio aceptando un proyecto de un antiguo cliente y desde entonces ha ido creciendo, llegando a contratar a cuatro personas y buscando nuevos proyectos en el extranjero. Explica que los primeros años fueron difíciles pero valió la pena por la independencia y el trato más
Interiorista española crea exitoso estudio de diseño tras dejar empleo anterior
1. Yolanda Horta, interiorista y directora del estudio
Delirium Design, Madrid (www.deliriumdesign.com).
Dejó la empresa en la que trabajaba para hacer un máster en
Barcelona. Pero «las casualidades», como dice, la llevaron a
empezar a trabajar por su cuenta. Hoy Horta, de 37 años, dirige
el estudio de interiorismo Delirium Design, tiene contratadas a
cuatro personas y mantiene reuniones para posibles nuevos
proyectos en México y Asia. «Un cliente de la empresa en la
que trabajaba me pidió un proyecto. Le dije que sí, y hasta
ahora», explica esta madrileña, que ha trabajado para Gucci,
Dolce & Gabbana o L’Oréal. Asegura que el primer año fue muy
duro. «Hice 70 encargos, con ayuda de un freelance, y durmiendo
cuatro horas diarias», explica. Pero ha merecido la pena. «Yo
tomo las decisiones y el trato con los clientes también es más
cercano». Cree que su ventaja es que siempre hay que tener la
mente abierta a nuevos proyectos. «Si hay que ir México se va
y si no sale, pues a otra cosa», asegura con optimismo.
QUE TENER MENTE ABIERTA»
«PARA EMPRENDER HAY
20.03.2013•GRAZIA 000
están cambiando a marchas forzadas. «Cuando la
posibilidad de encontrar un trabajo es cada vez más difícil,
la gente se plantea empezar su propio negocio», explica
Raquel Alcaraz, responsable de Emprendimiento de la
Federación de Mujeres Progresistas. Desde hace años,
asesora a mujeres que quieren abrir sus propias empresas y
constata cómo los perfiles están cambiando poco a poco.
«Antes nos encontrábamos con sectores más feminizados,
como podía ser un comercio tradicional o una peluquería,
pero ahora empieza a haber más variedad», asegura. Desde
Womenalia, señalan que las mujeres apuestan por negocios
relacionados con temas sociales o que tengan que ver con
ellas mismas. Y apuntan un sector que aún tiene muy
poco implantación entre el empresariado femenino. «En
todo el mundo, sólo el 8 por ciento de las empresas
lideradas por mujeres tiene relación con el mundo de las
nuevas tecnologías», señala Gómez del Pozuelo.
Precisamente, la preparación y formación de las nuevas
emprendedoras también está cambiando. Alcaraz explica
que ahora están «mucho más preparadas y no les da miedo
desconocer el ámbito que quieren emprender o el hecho de
no haberse dedicado profesionalmente a él; creen que hay
una oportunidad y con eso les vale». Este fue el caso de
Ester Blanco, periodista, y Silvia García, publicista. Nunca
antes se habían dedicado a la enseñanza, pero vieron la luz
en ella. «En San Sebastián solo existía una academia que
impartiera clases de inglés para extranjeros, veíamos que
los horarios eran muy poco flexibles, y que o pagabas el
trimestre entero o no había otra manera de acudir a clase»,
señala García. Así que pensaron que ofreciendo un horario
más abierto, con posibilidad de inscribirse por meses o
incluso semanas, su Aula Azul podía funcionar. Y así fue:
han conseguido mantenerse en plena crisis.
APRENDER DEL ÉXITO AJENO
La escritora catalana Vis Molina, autora de Aprender a
emprender (ed. Conecta), recoge la experiencia reciente de
algunas de las empresas españolas que están teniendo más
éxito, como Rusticae, Vitalia o Atrápalo. Y apunta que la
edad de los emprendedores también está cambiando.
«Hace años los jóvenes salían de la universidad y se
encontraban con tres ofertas de trabajo, pero ahora no, y
eso también les está animando a montar sus empresas»,
explica. Alcaraz, por su parte, subraya otra horquilla de
edad que está cobrando mucho protagonismo las mujeres
mayores de 55 años. «Antes era muy raro que una mujer
de esta edad se planteara empezar de cero y ahora son las
que están sufriendo un tasa de desempleo muy elevado. Se
encuentran con que tienen un gran cualificación, pero su
reincorporación al mundo laboral es muy complicada».
Raquel Benchaya y Elena Castro, creadoras de los Vales
por Siseñor, tienen tres y dos hijos, respectivamente.
Cuando empezaron por su cuenta, sabían que debían
diferenciar el trabajo de empresa y de casa, aunque a
veces resulta complicado. «Los clientes no tienen horario,
y en ocasiones llaman por teléfono cuando estoy en casa o
voy en el coche con mis hijos. Ellos ya saben que si grito
‘¡niños, clientes!’, se tienen que callar», describe Castro.