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PROFUNDIZACIÓN EN TORNO A LA OPCION METODOLÓGICA QUE SE HA
HECHO EN LA ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ
1. En primer lugar les comentamos en torno a la Comisión arquidiocesana de
Reflexión para la construcción del Plan Global
El Señor Arzobispo, Mons. Rubén Salazar Gómez constituyó una Comisión
para comenzar la reflexión en torno al Nuevo Plan Global de Evangelización
para la Arquidiócesis, dado que el Plan Global que se tenía, con su
proyección al 2008, ya había cumplido su función; desde un comienzo el
Señor Arzobispo señaló que no quería un Plan de Pastoral sino un Plan
arquidiocesano para la Evangelización. Podemos, por otro lado recordar el
Encuentro de Presbiterio que se tuvo el 15 de marzo, del presente año, donde
se hizo el lanzamiento del comienzo de este trabajo.
Esa Comisión la preside el Señor Arzobispo y la Coordina el Padre Jaime
Mancera, nombrado como Vicario para la Evangelización y se reúne todos los
sábados, desde el 5 de marzo. De ella, hoy, hacen parte diferentes delegados
de la Zonas Pastorales, así como otras personas que han sido convocadas
para orientar el camino de construcción del Plan de Evangelización que,
actualmente, se llama PLAN E. En total son unas 15 personas.
Es bueno señalar que lo interesante de este proceso no es el fin, tener un
PLAN, sino vivir, disfrutar, aprender en el camino. Nuestro objetivo es
evangelizar y generar un proceso de Nueva Evangelización, como lo piden,
igualmente, los Documentos de la Iglesia (cfr. Lineamenta). En efecto, la
Iglesia existe para evangelizar y esa es su naturaleza. El Plan es un medio,
simplemente un medio para generar una Evangelización Planificada. El
acento, entonces, no hay que ponerlo en el Plan sino en la evangelización,
que con ayuda de ese nuevo Plan, se hará de manera planificada.
2. La opción metodológica: Planeación Prospectiva
Ahora bien, para diseñar una Evangelización Planificada orientada por un
Plan, se hace necesario elegir uno de los métodos que se ofrecen para
elaborar un Plan. El método es un camino lógico y procesual que tiene como
resultado un Plan. Para elaborar nuestro Plan de Evangelización se ha optado
por la Metodología Prospectiva Estratégica.
Pero ¿qué es entonces el “Escuchar, discernir y responder” que sirvió para la
elaboración del Plan Global?. Estos tres momentos dieron forma a la
“pedagogía sinodal” y no son una metodología, sino una pedagogía, un modo
de hacer los pasos del camino (del método). Qué significa esto?. No quiere
decir que se abandone la pedagogía sinodal, simplemente, se empleará
durante todo el camino, es decir, durante los diferentes pasos de la
metodología prospectiva.
Como se decía anteriormente, se ha elegido como Metodología para la
elaboración del Plan E, la Metodología Prospectiva. No se eligió la
Metodología Estratégica que parte del presente (la realidad), que es de
plazo corto y que apunta, en una organización, a alcanzar la Visión (es decir
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su pretensión para un futuro cercano), de acuerdo a la Misión de la
organización y según unas políticas o criterios.
Tampoco se eligió la Metodología Participativa, que se ha empleado en el
Celam por largo tiempo y de la cual fue un abanderado Mons. Jorge Jiménez.
En esta hay dos grandes fases: marco referencial (incluye: realidad, reflexión
doctrinal y diagnóstico) y marco operacional (incluye: pronóstico pastoral,
organización, programación y evaluación).
El Padre Jesús Andrés Vela sj., ha diseñado otra Metodología que requiere
una buena capacitación y que ha acompañado la Planeación de
Comunidades religiosas, desde la Casa de la Juventud: Planificación Pastoral
Participativa. Esta hace un buen énfasis en el sujeto que mira la realidad y
que la discierne.
Hay otros métodos, como hay diferentes caminos para para construir un Plan.
3. La Metodología Prospectiva
Una vez que se hizo opción por esta Metodología, quienes estamos en la
Comisión comenzamos a estudiarla, buscando la asesoría de expertos. La
Metodología tiene su origen en Francia con Gaston Berger (1957) y Bertrand
de Jouvenel (1960), humanistas que proponen explorar el futuro para tomar
buenas decisiones en el presente. De hecho, el presente es resultado de
decisiones tomadas en el pasado (buenas o malas) y, en consecuencia, el
futuro se construye a través de las decisiones que se tomen en el presente.
Primero reconocimos que, desde esta Metodología, se puede reinterpretar o
releer la misma historia bíblica. En efecto, como alguien indica “la biblia es
una enciclopedia de utopías”, entendiendo la palabra “utopia” como derivada
etimológicamente de “eu-topos” (“buen lugar, lugar de la dicha y de la
felicidad”); otros la hacen derivar de ouk-topos (“lo que no tiene lugar”, “en
ningún lugar”). En el primer sentido, Horkheimer M., indica que la utopía tiene
dos componentes: “por una parte representa la crítica de lo existente y por
otra, la propuesta de lo que debería existir”. Vienen aquí muy bien las
palabras del Papa Benedicto XVI, en Spe Salvi: “los cristianos reconocen que
la sociedad actual no es su ideal; ellos pertenecen a una sociedad nueva,
hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación” (n. 4).
La historia bíblica está jalonada por utopías: la descendencia a Abraham, la
tierra prometida, el mesías, el corazón nuevo, el hombre nuevo, la Jerusalén
celestial… Estas promesas que vienen del futuro, son las que invitan a mirar
el presente (la realidad), como ajustado o no al cumplimiento de la promesa,
pero también a pensar en un camino que oriente al pueblo a la conquista de
la “utopía”. Además hacen brotar la esperanza. A este respecto, el Papa
Benedicto XVI, en “Spe Salvi”, señala que “aparece como elemento distintivo
de los cristianos el hecho de que ellos tienen un futuro… Solo cuando el
futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero el presente (n. 2).
Nuestro Dios no se reveló, así plugo a El, a un pueblo estático o sedentario
(Egipto, Babilonia…), sino a un pueblo que sabía caminar: los pastores. Este
Dios, cuando llama, pone a caminar detrás de una promesa que invita a
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cuestionar la realidad presente y a tomar decisiones. Auzou, el biblista, dice
que Dios le regaló la tierrra a Israel, pero no le ahorró el esfuerzo de
conquistarla. El futuro es para conquistarlo, no para recibirlo pasivamente.
Por qué hablar de “utopías” en este momento?. Porque la Metodología
Prospectiva, a diferencia de otros métodos parte del Futuro, un futuro que se
elige (entre múltiples futuros que pueden identificarse: posibles, probables…),
al que se le apuesta, un futuro que se desea construir, una “utopía”, a partir
de la cual se mira el presente, la realidad, para luego, diseñar un camino por
el que se recorra con el fin de alcanzar ese futuro que se pretende alcanzar.
En efecto, toda Metodología tiene:
a) un punto de partida (puede ser el presente o la realidad actual; en la
prospectiva es el futuro)
b) un punto de llegada y (en todas las metodología es el futuro, también
en la prospectiva, que antes ha revisado el presente o realidad, a la luz
del futuro, en el sentido de Horkheimer),
c) un camino (en la prospectiva son los pasos posibles, lógicos y
secuenciales para alcanzar el futuro que se desea y que se concreta
en la Planificación y en la Programación de actividades).
4. Los pasos de la Metodología Prospectiva
Vamos, ahora a presentar los pasos que se dan en la metodología
prospectiva, en general para que entendamos su lógica. Esos pasos,
naturalmente, serán ajustados de acuerdo a la propuesta metodológica
definitiva que se haga. En otras palabras, presentamos los cuatro grandes
pasos que tiene todo modelo de Metodología Prospectiva.
La prospectiva parte del futuro.
FUTURO
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En este paso nos preguntamos: ¿cuál es el Modelo de Iglesia evangelizadora y
misionera que deseamos?. Para construir ese modelo hay que revisar la conciencia
actual de la Iglesia que se expresa en la “autocomprensión” de sí misma (ese es el
modelo; recordemos algunos: cuerpo místico, sociedad perfecta, pueblo de Dios,
samaritana…). Hay que advertir que los modelos no son jamás excluyentes, más
bien enriquecen la comprensión que la Iglesia tiene de sí misma en un momento
determinado y que complementa otros modelos que ya se han identificado. Los
Documentos de la Iglesia, pero también la reflexión eclesial ayudará a imaginar ese
futuro que se espera para la Iglesia que evangeliza es esta ciudad región. Cuando
este ejercicio se haga tenemos que expresarlo en sus diferentes capítulos:
los campos de la evangelización,
los métodos que estamos empleando
los interlocutores de nuestro trabajo evangelizador (destinatarios)
los agentes de pastoral
las estructuras etc.,
Recodemos que los Lineamenta (numeral 9) nos alientan a buscan el modelo de
Iglesia que responda a las actuales circunstancias de la ciudad. En este paso
también imaginar el modelo de ciudad-región (“sociedad nueva”, la llama el Papa
Benedicto XVI), que deseamos en sus diferentes capítulos:
socieconómico,
político
religioso
cultural,
organizativo…
Y para que no se vea que Iglesia y Ciudad Región avanzan por caminos paralelos
no convergentes, se establecen sus interacciones para apuntar a globalidad.
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A partir del futuro deseado se vuelve al
presente para percibir la realidad, sus FUTURO
características e interacciones
Después de Configurar el Futuro que se desea volvemos al Presente, a la Realidad,
para hacer análisis, identificar causas y consecuencias de los hechos
socioeclesiales identificando sus interacciones. Aquí no se trata simplemente de
hacer una lectura sociológica, de expertos humanos sino, ante todo, una lectura
creyente de la realidad; mirarla como la miraría Jesús (recordemos que El se dio un
buen tiempo para conocer la realidad que servía como contexto a todo su trabajo de
enviado del Padre).
Aprovechamos también el momento para dar una mirada Retrospectiva (al Pasado),
que pregunta: ¿cómo fueron evolucionando los hechos para que se llegara a este
estado actual de cosas?.
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Se confronta el presente con el futuro deseado, a
fin de conocer y analizar la distancia entre
ambos, los obstáculos, oportunidades.
PRESENTE FUTURO
¿Qué distancia existe entre el futuro
deseado y la realidad?
Este es el momento del discernimiento en el que se pide muy especialmente
reconocer los signos de los tiempos, aquellas huellas del “trabajo de Dios” (en otras
palabras, del Espíritu Santo), para secundarlo y acompañarlo porque, en últimas, el
protagonista de la Misión es el Espíritu Santo. Nosotros, simplemente, exploramos,
buscamos las huellas de su trabajo (en el mismo sentido que lo hacía Jesús: “mi
Padre trabaja y yo también trabajo”, Jn 5,17). Sin embargo, también a la luz del
futuro, reconocemos en el presente, las resistencias (obstáculos) a ese trabajo
evangelizador que hace el Espíritu.
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Definición de directrices para lograr el futuro
deseado.
¿Cómo ir construyendo el futuro?
¿Cuáles son las vías para acercarse
progresivamente al futuro deseado?
Es el momento de tomar decisiones operativas; es cuando nace el Plan. Un Plan
que se traduce en Planificación y en Programación para todo el conjunto de campos
de pastoral, de agentes de pastoral y de estructuras.
Es bueno indicar que, de todos modos, hay un paso previo a estos cuatro que se
han indicado: la primera aproximación a la realidad ( a veces de llama línea de
base); para no comenzar desde cero se da este paso. Sin embargo, lo constitutivo
de la Metodología son los 4 pasos que se han descrito anteriormente. A lo largo de
estos cuatro se interviene escuchando, discerniendo y respondiendo (es decir, con la
pedagogía sinodal).
Bueno, este es un aporte para entender un poco más lo que es la metodología
prospectiva. En cuanto a la parte técnica, será un pequeño grupo, asesorado por
expertos en Prospectiva, quienes propongan los instrumentos para recoger la
información, de manera participativa, en cada paso.