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CONVERSACION
CON UN
IMAGINARIO
Martín Soria
CONVERSACION
1
CON UN IMAGINARIO
Martín Soria
Quizá esperes de este libro o, del texto que observas
con atención, algún significado de interés. Algo que
te inspire a seguir atento, algo que te transporte a un
estado imaginario en el que la lectura entretenga de
algún modo tus pretensiones. En realidad, algún
interés manifiestas al observar las frases que estás
leyendo. Piensa un poco en lo que ocurre en tu
interior, no es necesario que levites, ni que cierres
tus ojos para una profunda reflexión, ni que respires
profundamente, no. Lo que te pido, es que seas
consciente de algo que está ocurriendo en este
instante en tu aparato neurológico. Trata de percibir
ese pequeño estímulo, que te invita a continuar
leyendo. Pregúntate, ¿por qué razón estás leyendo
esto?, tal vez esperes -algo- del libro. Percibe qué es
ese “algo”. ¿Esperas por casualidad, entretenerte, o
quizá quieres aprender algo?
Pocas veces nos hacemos conscientes de lo que
sentimos en el instante en el que hacemos algo y
curiosamente, lo que nos motiva a hacer ese “algo”,
es la necesidad que sentimos.
Sentimos todos, necesidades compartidas y
necesidades particulares, por ejemplo: todos
sentimos hambre y cada uno siente deseos de comer
2
algo distinto. Ese “algo distinto” es siempre
producido por lo mismo compartido, por el hambre,
pero tenemos la tendencia a darnos cuenta de que a
todos nos apetece algo distinto y nos cuesta
reconocer que lo distinto es provocado por lo mismo
compartido “el hambre”. ¿Qué es el hambre? Alguna
vez cuando invitaste o te invitaron al restaurante de
moda, pensaste en ¿qué es el hambre? Seguramente
no era necesario o al menos no tan necesario como
el responder a qué plato elegir para comer. Elegir el
plato es una conducta compartida por todos al optar
por algo para saciar el apetito, pero lo original en ese
caso es preguntarse por el resolver la interrogante de
saber el qué es el hambre. Estoy seguro de que
nunca lo pensaste. O lo pensaste, y no perseveraste
en el estudio necesario para reconocer al hambre.
El hambre es un determinado apetito, es algo que te
apetece de cuando en cuando, podrías decir. Pero
eso no te satisface del todo, creo yo. Quizá si te
encuentras cerca del computador te motives a
pinchar en uno de sus buscadores para encontrar la
respuesta, pero no será nada fácil. Tal vez
encuentres soluciones como la de que el hambre es
una sensación que indica la necesidad por alimento.
Pero eso, tampoco es suficiente para satisfacer a tu
intelecto. Pero si insistes un poco, podrías llegar a la
conclusión de que el hambre es una carencia, lo cual
indica que tu cuerpo debe satisfacer esa carencia, y
al satisfacerla, ubicas a tu cuerpo en situación de
equilibrio entre la necesidad y la saturación, porque
3
si continúas comiendo, lo que te sobre, lo vas a
vomitar. Es decir el hambre por sobre cualquier
definición es una situación que ocurre para mantener
un equilibrio, el equilibrio alimenticio.
Como este tipo de equilibrio, podemos encontrar
muchos otros, si nos preguntamos lo contrario a lo
que generalmente preguntamos. Fijaos lo que ocurre
cuando se tiene frío, uno se pregunta ¿donde habré
puesto el chaleco? Pero conocéis a alguien que se
pregunte Y… ¿qué es el frío? La respuesta en este
caso es más sencilla: “es un descenso en la
temperatura”. Pero también podemos llevarlo al
extremo anterior y llegaremos a la misma conclusión
el frío es una sensación que espera el equilibrio en la
temperatura corporal.
El equilibrio de las diferencias dicen los artistas que
se llama belleza. También dicen algunos
matemáticos que el equilibrio de las diferencias es el
axioma, la regla o el principio. Incluso algunos ven
en el equilibrio de las diferencias una constante
universal y lo definen como Ley. Si analizamos la
ley y llegamos a la conclusión de que toda ley se
compone de deber y derecho, del deber de realizarse
y del derecho al beneficio de lo realizado, podría
aceptarse el hecho de que la ley, cualquiera que esta
sea, es una manifestación del equilibrio entre el
deber y el derecho, o entre la necesidad y el
beneficio, o entre fiscal y defensor. ¡Mira tú a donde
hemos venido a parar! Y todo esto por pensar
4
distinto al resto. Aquí nos viene bien el dicho: “yo
soy uno de todos, pero todos son Yos”.
Supongo que ahora sientes más interés en continuar
leyendo. Si no es así, es mejor que te sientes y te
pongas a hacer lo mismo que hacen todos cuando se
aburren en la lectura. Prende el televisor y mira las
noticias. Puedo adivinar qué te van a contar y
seguramente tú también lo sabes. El accidente que
ocurrió, la desdicha del famoso de turno o el
entretenimiento del grupo que se publicita en la
ciudad. Quizá te sorprendan con algún
descubrimiento científico o alguna construcción
suprema, pero esas noticias se reservan al escaso
porcentaje de frecuencia. Eso no interesa tanto como
el empalizar en la necesidad de justificar tus rabias.
Y de la pantalla se derivan los pensamientos lógicos
de la noticia: ¡Este gobierno de mierda! ¡Siempre
igual! ¡Pobre gente!. Estas expresiones despiertan la
falsa compasión y la rabia contenida, pero ni la falsa
compasión se satisface porque no existe el receptor
de la compasión ni tampoco existe el receptor de la
rabia. Así es que el televisor lo único que produce
son falsas justificaciones. Produce necesidades que
sabes que no serán satisfechas, y tensiones de
rechazo por alguien al que no ves.
Ese falso imaginario que convive con los
telespectadores acaba por generar conductas
totalmente ajenas a la realidad. No habéis visto las
calles de Santiago después del partido entre la
5
selección chilena de fútbol contra la de Argentina?
Los escasos argentinos deben guardar sus colas
entre las piernas porque de cada casa sale una
especie de monstruo dispuesto a agredir al primer
patagónico que se encuentre en su camino. Pero el
televisivo ni siquiera estuvo en el estadio. Ni
siquiera ha visto a los jugadores en su entorno y la
mayoría de ellos no ha tenido ni contacto con
argentinos. Es curioso ver cómo el humano se deja
engañar por algo totalmente ajeno a él. El televisivo
ni juega el partido, ni le pagan o le cobran, ni le
afecta en algún modo el que uno u otro gane o
pierda, pero se empapa de lo que no entiende. Esta
frase me gustó:”se empapa de lo que no entiende”.
Lo mismo ocurre con el devoto del artista, con el
fanático del roquero, con quien defiende las
bondades del supremo que jamás se equivoca siendo
humano y que es perfecto pero inalcanzable.
¿Porqué pensar que exista alguien distinto a ti? Y
aún más, ¡inalcanzable! Si todos crecen, todos
comen, todos duermen y necesitan atención. ¿Qué
pueden tener de distinto a uno? Solo fama, pero la
fama es solo eso -fama-.
A unos los conocen muchos y a otros los conocen
pocos. ¿Qué puede existir de especial en eso? No
por ser más conocido se transforman tus cualidades
o tus capacidades emocionales, intelectuales o
motivacionales. Se sigue sintiendo frío o calor, se
sigue pensando y haciendo cosas. Tal vez lo que
6
ellos hagan sea diferente a lo que tú haces, pero los
dos hacéis. Y hacer es lo mismo para ambos.
Si pensáis en las afinidades entre los públicos y
privados, entre los extrovertidos e introvertidos,
entre los ricos y los pobres, llegaréis a la misma
conclusión que llegamos antes, a la conclusión del
equilibrio. ¿Podrían existir líderes sin seguidores o
seguidores sin líderes? Alguno ha de ser el primero y
alguno ha de ser al mismo tiempo el último en el
camino. No todos pueden llegar al mismo tiempo ni
estar en el mismo lugar. Todos vemos fácilmente al
primeo o al último pero pocos ven el equilibrio.
Todo acto contiene intencionalidad y significación y
la significación de su intencionalidad se justifica en
la satisfacción de la necesidad por el acto. Esta es
una frase para la Real Academia de la Lengua. Me
puse a pensarla hace ya casi treinta años y ha sido la
columna vertebral de mi conocimiento.
Si cada acto significa algo y satisface a alguien, ha
de ajustarse de algún modo. El ajuste es, en este caso
lo interesante de las diferencias.
Si el ajuste es importante, el descubrimiento de la
justa medida sería entonces el gran descubrimiento.
Y… ¿por qué no dedicar una parte de este libro al
encuentro del ajuste compartido? Si todo lo creado
ha de ajustarse, porque todo acto contiene
intencionalidad y significación, el descubrimiento
del ajuste sería el máximo descubrimiento. ¡Ahora sí
nos pusimos densos!
7
¿Cómo descubrir el ajuste máximo, y por qué? El
porqué está demás, porque si descubrimos la
máxima razón que justifica al acto, a todo acto,
descubrimos la justicia absoluta. ¿No será
demasiado pretensioso? En especial cuando todos
piensan que la justicia absoluta es un misterio y ha
de mantenerse así como un misterio indescifrable. O
peor aún, ¿Cómo pretender encontrar el justificativo
absoluto cuando todo es relativo? …Me pregunto si
será todo relativo. ¡Espera! Si decimos que todo es
relativo, estamos afirmando una realidad que es para
todo valida y si es siempre y para todo valida la
afirmación de que todo es absoluto, se transforma en
una constante inmanente. Pero ¿cómo no lo pensé
antes? Si se afirma que todo es siempre relativo se
está afirmando una verdad absoluta, porque es
siempre y para todo valido. Esto nos pone ante la
realidad de afirmar que no todo es relativo, porque
nuestra afirmación es absoluta. Entonces se nos abre
la posibilidad de encontrar la justificación absoluta,
porque existe lo absoluto.
Si los lados del cuadrado son siempre y para todos
cuatro, podemos afirmar sin temor a equivocarnos
que esta realidad es absoluta.
Ya sabemos que el destino existe, (sin que eso
signifique estar predestinado, en el sentido de
carecer de otra alternativa, para algo se ha nacido
libre) pero debemos iniciar el recorrido necesario
para llegar al destino, a ese determinado destino.
8
Si la necesidad espera ser satisfecha el interés ha de
esperar su justificación.¿Porqué tener la interrogante
si no existe justificación que se ajuste a ella? Tal vez
la justificación sea simplemente un -no hay razón
para preguntárselo-, pero para eso, es tan necesario
recorrer el camino de la justificación como para
encontrar la otra respuesta, la de la naturaleza de la
justicia absoluta se encuentra en tal y tal
justificación. El ignorar la dirección, la
desorientación produce una reacción terrible, así dijo
en su tiempo el famoso Kierkegaard :” Si es terrible
la mortalidad del alma, no menos terrible es su
inmortalidad.
Quizá te sientas un poco aburrido con tanta
reflexión. Si quieres descansar un rato y tomarte un
jugo o un cafecito, hazlo ahora, porque nos vamos a
introducir en un verdadero cañón repleto de toda
suerte de terrenos hasta llegar al manantial de vida.
Si por el contrario te interesa continuar… ¡Vamos
por ello!, ¡manos a la obra!
Quizá el terreno sea en ocasiones un tanto árido, así
es que te pido recursos mentales para soportarlo. En
otras ocasiones será riesgoso y peligroso, puedes
llegar a sentir que vas a perder la vida en ello, pero
no temas, el manantial justifica la corriente y cuando
encontremos y descubramos su origen, el hambre
dejará de ser para nosotros un misterio.
Permíteme titular a este capítulo el misterioso
encuentro.
9
EL MISTERIOSO ENCUENTRO
Salimos de nuestro atolladero con la esperanza del
descubrimiento, que no es la experimentación como
algunos pretenden hacernos creer. Una cosa es
experimentar sin encontrar una constante y otra
distinta el levantar la losa y descubrir la vida en ella.
Descubrir es reconocer algo cierto para todo,
explorar es solo reconocer un territorio antes
ignorado. Al descubrir pones a la luz alguna razón
valida, al experimentar juegas a la esperanza del ver
qué ocurre. Pero bueno, sigamos nuestro recorrido.
Salimos con la entereza de saber que todo acto
contiene intencionalidad y significación.
Lo que nos demuestra una realidad antes no
percibida, me refiero a la categoría posicional de
causa y consecuencia. Lo necesario es lo causal y el
beneficio que lo satisface es consecuente, pero esa
consecuencia ha de ser por alguien realizada, lo que
obliga a otra dualidad existencial posicional, me
refiero a la categoría del activo constructor y del
activo realizado. Aquí recuerdo que Platón hablaba
de estas posiciones, que posteriormente repetiría
Aristóteles y Hegel. Ellos calificaban esta categoría
con los términos de sujeto y objeto, pero lo haya
dicho quien lo dijera, la realidad está donde se
funden el sujeto y el objeto que transforman una
causa en efecto. En algún sitio leí que la realidad
existe donde se confunden el sujeto con el objeto;
esta afirmación es tan confusa como la confusión
10
que se establece entre ambos. La naturaleza del acto
nos dice que no se confunden los opuestos en él,
sino que se ajustan.
Acabamos de descubrir algo interesante,
descubrimos la categoría de las dualidades
complementarias de causal y consecuencia y del
sujeto emisor y del objeto retributivo.
Pero estas posiciones nada tienen que hacer sin un
propósito a cumplir. ¿De qué sirve una causa sin una
finalidad a cumplir? Y ¿de qué sirve un emisor sin
un objeto a emitir?
¡Ya ves! el camino no es tan complicado, al menos
por estos valles. Quizá se ponga más difícil después
de las cataratas, porque existen cataratas sí
¡tremendas cataratas que nos impiden ver al otro
lado de ellas! Pero, si estamos determinados
podremos superarlas.
Hemos visto cómo se justifica el intercambio
necesario en la construcción de algo y sabemos por
lo que analizamos, que todo acto, al ser producto de
una necesidad intencional, se justifica en el
satisfacer a dicha necesidad. Esto, no solo es un
ejercicio filosófico, también podría considerarse una
estrategia psicológica, e incluso morfológica. Es por
así decirlo el condimento productor de la biología.
Todo ser especie, sea esta la que sea, se produce u
origina en función del justificar alguna razón, por no
decir necesidad. Es curioso cuando se conoce el
funcionar de las relaciones interespecie y darse
cuenta de cómo, cada una de ellas, cumple con una
11
justificación que las hace ser necesarias. Cuando
vemos cómo las hormigas recolectan los restos de
los insectos, o, cuando las aves siembran en lugares
en los que a la planta le sería imposible de llegar, o,
curiosidades tales como el saber que los pulgones de
la rosa aparecerán posteriormente en los cultivos de
uva, son una muestra del cumplimiento de servicios
naturales que obedecen a funciones necesarias, pero
que ignoramos. Basta ver aparecer los hongos sobre
los cuerpos en descomposición para reconocer que
satisfacen a un servicio que ha de cumplirse. Pero sí
todas las cosas, todas las especies se justifican en el
cumplir algún tipo de función, el ser humano que
también es una especie deberá cumplir con alguna
función predeterminada por su origen. Claro pero
esto nos pone frente a un enorme desfiladero, ¿quien
es el origen creador del ser humano? ¡Aquí nos
metimos en terreno pantanoso! Si decimos que el
creador es Dios, debería significar a Dios con su
razón de ser y eso, tradicionalmente es considerado
como un misterio indescifrable, por la sencilla razón
de que nos antecede en una generación y siempre se
antepondrá a nuestra especie, por lo tanto no
tenemos cómo ajustar la función que Dios ha de
cumplir. Pero… ¿y porqué no lo miramos desde otro
punto de vista? Exploremos en encontrar cual es la
razón que justifica al ser humano, reconociendo su
pertenencia al orden en el cual se inserta. Mira,
vamos a estudiar el orden perimetral o circundante
en el cual se inserta el ser humano y reconociendo
12
las concordancias en las funciones de cada especie
llegaremos a justificar la concordancia del
fundamento humano, ¿me entiendes?
Veamos: Si dividimos a las especies naturales en
categorías, podemos encontrar en primer lugar, la
categoría de las partículas que son sistemas mínimos
indivisibles. También podemos categorizar como el
siguiente estrato de lo natural a los átomos y por
sobre estos a las moléculas. Estas tres categorías
conforman la base de las sustancias sólidas, líquidas
y gaseosas. Por sobre este estrato diferencial
podemos agrupar a la especie vegetal, animal y
humana.
Observando cada una de estas categorías,
encontramos por sobre la indescriptible variedad de
diferencias, algo común en cada una de ellas, y no
solo en las categorías minerales, también en las
vegetales, animales y humanas, me refiero, a la
polaridad complementaria de director y dirigido,
junto con la polaridad de sus valencias o
complementariedades masculinas y femeninas.
¿Cómo es eso? ¡Veámoslo!
Las partículas contienen una naturaleza directiva
inherente, que invita al protón o núcleo central a
girar y establecer el atractivo necesario para que el
electrón fije su orbita en él, esta relación conforma
el perímetro circular del átomo y de las partículas. A
este círculo, circunferencia o esfera se le atribuye
una imagen corpórea, sin ser tal, pero lo es en
apariencia. Lo mismo ocurre con los átomos y con
13
las moléculas. Por eso decimos que contienen una
fuerza directiva interna y un perímetro orbital o
imagen dirigida externa. Las plantas contienen una
naturaleza directiva también inherente que motiva el
crecimiento y desarrollo de los tallos, raíces y hojas
y un cuerpo formado por estructuras y tejidos. Lo
mismo ocurre con los animales cuyo cuerpo es
dirigido por la fuerza del instinto. Si reflexionamos
sobre esta dualidad compartida por las especies,
llegamos a la conclusión de que los animales,
plantas, moléculas, átomos y partículas contienen
una naturaleza directiva inherente y un cuerpo o
imagen dirigida por dicha naturaleza, del mismo
modo que el cuerpo de los humanos es dirigido por
la fuerza de la conciencia. Esta realidad dual de
mente y cuerpo o de director y dirigido existe en
todas y cada una de las especies naturales.
Si me lo permites, te contaré otra característica
similar en todas las especies vivas. Observando la
naturaleza podemos constatar como cada especie
contiene una combinación de genero masculino y
femenino, los animales o son machos o son hembras,
así también los vegetales que contienen o pistilos
(masculinos) o estambres (femeninos) y si
descendemos en las categorías encontraremos al
catión y al electrón en la composición de las
moléculas y las valencias positivas o negativas en
las partículas de los átomos. Esta curiosidad es en
suma de importancia porque gracias a esta coyuntura
(nunca mejor utilizado el término co= dos yuntura
14
=juntos) es posible el mantenimiento y desarrollo de
cada una de estas categorías.
¿No es curioso el encontrar tanto parecido entre la
multiplicidad de las especies naturales? Y uno
pensaba que todas eran diferentes. ¡Claro que son
diferentes! Pero en su fundamento son todas
resultantes de la misma intencionalidad original.
¡Mira! Supongamos por un momento que todas las
especies son producto de la energía. La energía,
según nos dice la ciencia, o mejor dicho los
estudiosos de la ciencia, los científicos, ni se crea ni
se destruye, a pesar de que se transforme. Se
transforma pero sin perder su condición de ser
energía. Si se transforma contiene algún tipo de
intencionalidad, selectividad y poder. Esta
selectividad, intencionalidad y poder de
transformarse en otra cosa, existe contenida en algún
recipiente o contenedor emocional, (intencional)
intelectual o selectivo y motivacional o voluntarioso.
El contenedor de la emoción, del intelecto y de la
voluntad es, según los filósofos un ánima, un motor,
una alma o un tipo de conciencia. Esta conciencia
contenedora de los atributos de intencionalidad,
selectividad y poder, no puede ser estudiada por los
científicos, porque ellos necesitan demostrar sus
estudios y sus afirmaciones con comprobantes, y
¿cómo comprobar el peso o la densidad de la
intencionalidad, de la selectividad o del deber que
motiva a la realización? ¡No hay cómo!
15
Quizá te perdiste un poco sobre lo que veníamos
observando. En realidad estamos analizando el modo
de concluir el estudio del fundamento humano, por
lo que antes mencionábamos, sobre el pensar en el
porqué de las razones ¿recuerdas? Cuando
hablábamos del responder a la pregunta sobre el qué
es el hambre.
Aún no tenemos la respuesta sobre el qué es el
hambre, más allá del entender que es un acomodo y
que se establece entre la necesidad por alimento y el
beneficio proporcionado por el mismo. Pero dejemos
al hambre por el momento y sigamos en el estudio
de los fundamentos del ser humano.
Si concluimos con la reflexión del análisis de las
dualidades complementarias entre causal y
consecuencia y entre sujeto y objeto, o masculino y
femenino, y perdónenme al utilizar el término sujeto,
porque pareciera ser que el hombre, al que
corresponde esta posición se debiera a alguna
proposición a la cual se sujeta o está sujeto. No tiene
nada que ver con esto. Sujeto es un término que
designa la función de entrega, la función de atender,
de entender, de estar atento a las necesidades del
otro; en el más estricto sentido, podemos determinar
al sujeto como director de la realización del
beneficio del objeto. Y aquí perdónenme también las
lectoras femeninas, por utilizar este término
posicional para asignar la posición femenina.
Objeto, en este sentido se refiere al complemento
16
retributivo que al ser realizado por el sujeto en
conformidad a su ideal, responde voluntariamente,
convencida y satisfecha de sentirse plena con el
cumplimiento de sus necesidades justas.
Espero no haberme metido en un tremendo lío al
utilizar estos términos de sujeto y objeto. Ya se que
son un tanto ambiguos y que despiertan el acomodo
de un sin número de presunciones y prejuicios, pero
quiero pedirles que me los acepten por el momento y
luego, después de terminar el libro me vuelvan a
evaluar a ver si se ajustan o no al sentido común que
compartimos.
Esta realidad compartida por las especies naturales y
por el ser humano, ha de estar contenida en el origen
gestor de las especies. Si cuatro es dos veces dos,
lógicamente dos más dos han de existir antes que el
cuatro, ¿no es así? Utilizando esta misma lógica, si
en el mundo del efecto se encuentran dualidades
fundamentales de causa y efecto y de sujeto y
objeto, en el origen gestor de estas dualidades han de
existir también las mismas atribuciones de causa y
consecuencia y de sujeto realizador y objeto a
realizar.
¡Démoslo por hecho! De todos modos no es tan
ilógico admitir que existe un origen gestor en el
equilibrio de las dualidades propositivas de causa y
consecuencia, mediante el equilibrio concordante
entre el sujeto que realiza al objeto. Ya disponemos
de nuestra primera conclusión: admitimos la
existencia de un origen intencional que espera un
17
beneficio que ha de cumplirse mediante la
realización de una función específica.
Esto no es ninguna voladura, no. Esto es ciencia.
¡No pongas esa cara de extrañeza! Si quieres te
explico porqué. Todo es energía y la energía es
fuerza en dirección. Para que surja algún tipo de
fuerza y para que se establezca alguna dirección, es
necesario intencionalidad y selectividad, además de
algún tipo de voluntad de poder. ¿Están estas tras
categorías en la energía? Si me respondes que no,
deberías explicarme de qué manera se produce el
movimiento, pero ha de ser alguna explicación
también científica para que podamos continuar
conversando en el mismo plano. No basta con
sacarse el comodín del “yo no creo”. -Yo no creo- ni
afirma ni niega. Por lo demás lo que tu creas o no,
no cambia la naturaleza de las cosas. Yo no te estoy
convenciendo de lo que yo creo, estoy analizando
una reflexión enfocada hacia el encuentro de
realidades constantes. ¿Dime si no es una constante
la relación causa y efecto o, la realidad del director y
dirigido? La misma energía constante es movimiento
constante y ese movimiento se origina en una causa
y se establece mediante acción y reacción, y de la
compensación entre estas fuerzas, se establece la
orbita o el efecto producto de la fuerza, a lo que
llamamos energía. Esto es independiente del que lo
creamos o no , esta realidad es, independiente de
nosotros y nosotros somos movimiento también.
18
Volviendo al tema de la reflexión, encontramos que
todas las especies están hechas de energía y si la
energía ni se crea ni se destruye no se origina ni se
termina, es permanente y por estar en todo es
constante e inmanente. Estas cualidades determinan
a u origen gestor enérgico contenedor de los
atributos duales de ser causal y consecuencia y de
ser al mismo tiempo sujeto creador y objeto creado.
Pero la cosa no termina en este postulado. Resulta
que las dualidades de positivo y negativo, de catión
y de anión, de pistilo y estambre y de masculino y
femenino se buscan hasta el encuentro; se unen. Y
esa fuerza que los une, también existe contenida
entre el propósito de cada especie y su
cumplimiento. Todas las especies cumplen con la
realización de la necesidad que se ajusta a su razón
de ser. Y para ser, las especies han de reproducirse,
este es el único modo de permanecer en el
cumplimiento de su deber hasta que por alguna
razón dejan de ser necesarias y desaparecen. Luego,
la existencia, acción y multiplicación de las especies
naturales se justifica en el cumplimiento de la unión
de sus complementariedades.
Decimos que el amor es la fuerza que une y une a
todo en su función y en el cumplimiento de su
función la fuerza del amor se justifica, fuera de ella,
se trasforma en otra cosa, en egoísmo. Y el egoísmo
es una conducta temporal, mientras que la unidad es
constante e inmanente. La energía es producto de un
circuito, las valencias son únicamente porciones de u
19
todo. La individualidad de las valencias no fabrica el
circuito, el circuito depende de la incondicionalidad
de cada una de ellas. Cuando el protón se da por el
movimiento, se establece la atracción gravitacional
del electrón. Lo mismo ocurre con el amor. Cuando
se da por el realizar al otro, por beneficiarlo,
educarlo y sanarlo, el otro se siente atraído por la
generosidad, entendimiento y atención del sujeto,
pero cuando el sujeto espera el beneficio del objeto,
lo somete a su servicio, ignora la razón de su justicia
y lo subordina al orden que este determina. En este
caso, el amor se transforma en querer al otro para
tenerlo. Querer al otro no es amar al otro. Querer al
otro implica, hacerlo tuyo, poseerlo, limitarlo a la
evaluación del fragmento que lo posee. Esto es
distinto del amar al otro. Amar al otro es protegerlo
para que se cumpla su destino, es convencerlo de la
razón que lo justifica y motivarlo a realizarse
completamente en justicia, para que sea justo. Ser
justo lo realiza como auténtico, autónomo y altruista,
es decir, libre, autónomo (auto= uno, nomo = ley
uno con la ley) y responsable. Eso es amor. El amor
se da, no se recibe, lo que se recibe es el beneficio
del que te construye, la confianza del que te
convence y la satisfacción del que te necesita para
realizarte. El querer al otro para uno, es opuesto al
amar al otro para realizarlo en la autenticidad,
autonomía y cumplimiento del deber de ser persona.
¿No crees que estemos un poco lejos de esta
comprensión? Seguramente tu creías que el querer al
20
otro era lo mejor para él. Y seguramente así sea,
especialmente cuando lo quieres realizar, pero
cuando lo quieres poseer, estás obrando en contra de
su justicia y en contra de la tuya. A nadie le
beneficia el subordinar o someter al otro, porque el
otro al darse cuenta te acusará, te hará sentir la culpa
de haber obrado contra la ley. Pero volvamos al
tema. Todas las especies buscan el unirse y si la
unión o la fuerza que une es inmanente en todo,
lógicamente ha de contenerla el origen gestor de
todas las cosas.
Tenemos ya una primera energía gestora dual y
cuyas dualidades existen en perfecta unidad, pero
unidad en la individualidad del ser original. Y… ¡no
te desesperes hombre! Quizá te resulte un tanto largo
este proceso de análisis, reflexión y síntesis. Ya
estamos cerca de entender la composición del
fundamento creativo originario de la creación.
Veamos otro punto: el ser humano contiene
capacidades y habilidades. Habilidades sensoriales y
capacidades emocionales, intelectuales y
motivacionales o creativas. ¿Reconoces ser poseedor
de la capacidad de captar sensaciones, tanto de
necesidades, como de beneficios? ¿Reconoces
también el contener alguna capacidad inteligente en
la que las razones y justificaciones se acomodan en
función de un paradigma estándar de medidas? Y
¿Reconoces contener la libertad como para obrar a
voluntad? Si reconoces estas capacidades, te será
fácil reconocer también que el resto de las especies
21
contiene los mismos atributos pero en distinto grado,
por ejemplo, los animales sienten frío y tiritan, calor
y transpiran; sienten ánimo y se animan, cansancio y
se relajan. Pero no son capaces de sentir la necesidad
de liberar al ciervo que se está hundiendo en el río
cubierto del hielo que se trizó con su peso. Tampoco
sienten la necesidad de reforestar una zona del
planeta para el mantenimiento y beneficio de otras
especies vecinas. Ninguna ballena se pasea por las
calles de Nueva York con una pancarta entre las
aletas en la que se lea ¿Salvemos a la especie
humana de su ignorancia! Los animales sienten pero
entre los límites de sus instintos. También las plantas
sienten y si les pones música o gente amable a su
alrededor, muestran un brillo que no te muestran las
plantas abandonadas. Esto podéis deducirlo de los
experimentos de Maseru Emoto y en sus
experimentos veréis también cómo sienten los
minerales. Todas las especies sienten en algún
grado, todas seleccionan de algún modo y todas
contienen poder. Emoción intelecto y voluntad
existen en toda la creación. De ser así, el origen
gestor de la creación ha de contener también
capacidades sensibles, inteligentes y creativas.
Emoción intelecto y voluntad, junto con la habilidad
de establecer estructuras y cumplir con procesos, ha
de ser una de las cualidades originarias de la
creación. Sin ellas, nada podría existir.
22
Si el origen creador siendo energía, eterna,
incambiable y absoluta, contenedora de la capacidad
emocional, intelectual y motivacional. Contenedora
de deber y de derecho, ¿Con qué especie de las
creadas consideras tú que se puede sentir plena,
concordante y responsablemente realizada? ¿Con
una especie que no comprende la naturaleza del
origen? ¿Con una especie que no concuerde con sus
atributos por no ser responsable? O ¿con una especie
que sea libre para poder ser capaz a voluntad de
realizarlo? ¿Con una especie que lo reconozca
necesario en la medida en que se ajuste la
autenticidad de la pureza, de la justicia, y del
cumplimiento responsable del ideal máximo de la
creación?
Lógicamente se sentirá realizado con quien lo realice
a él voluntaria e incondicionalmente, se sentirá justo
con quien concuerde completamente con la
naturaleza de su justicia y se sentirá pleno con quien
satisfaga suficientemente a la necesidad de
realizarse, con esa especie puede repartir el
beneficio de su necesidad satisfecha, con esa especie
puede compartir el derecho al beneficio del
cumplimiento del deber máximo, absoluto y eterno.
Solo con esa especie. ¿Te das cuenta de lo que te
estoy diciendo? ¡Te siento un tanto adormilado!
Despierta, porque me estoy dirigiendo a ti. Eres tú
quien debe realizar al origen, realizándote en
consecuencia con sus atributos. Si el origen gestor
de la especie humana es responsable, lógicamente la
23
especie humana ha de ser también responsable.
Responsable es imposible serlo si se ignora la
justificación del cumplimiento, si reconozco cómo
ajustarme, puedo entonces voluntariamente ser justo
y en eso transformarme en responsable, pero si
ignoro lo que debo cumplir ¿cómo voy a ser
responsable? Y si me obliga la fe o la autoridad
¿podré decirme responsable si realizo mi deber
obligado por el miedo a perder algo de mi? La
responsabilidad hay que cumplirla por sobre la in
dependencia de la fe, como lo demostró Jesús
cuando después de sentirse abandonado Padre
¿Porqué me has abandonado? Respondió, pero no se
haga mi voluntad sino la tuya. No se haga según yo
quiero, sino según yo debo. Esta respuesta es muy
interesante de asimilar, porque en muchas ocasiones
nos encontramos frente a ese estar carentes de fe y la
responsabilidad nos pide el cumplimiento aún en ese
estado, porque de cumplir en ese estado nos
calificamos como responsables. Y nadie, ni la fe nos
lo puede reprochar.
Hemos entendido ya varias cosas sobre el origen
gestor. Ya viste que no es otro externo a ti, y viste
que necesita de ti tanto como tu de él, porque sin
realizarle a él, no te realizas tú y sin realizarte tú, no
se realiza él. Esto es igual al tema del huevo y la
gallina ¿Quién de los dos se realiza primero, el
huevo o la gallina? ¿El huevo?, ¿La gallina?
Ninguno de los dos; los dos al mismo tiempo. En el
instante de poner el huevo, lo que hasta ese
24
momento era una polla, se transformó en una
gallina. ¿Quién se realiza antes los padres o los
hijos? Los dos al mismo tiempo, el padre, antes de
nacer el hijo no es papá y el hijo hasta que el joven
no se transforma en papá no es hijo. Esta confusión
histórica por no haberse sacado de la gallina, ha
venido creando la convicción de que ignorar el
dilema de quien hizo a quien, justifica el misterio del
origen, pero la realidad nos evidencia que el huevo,
el hijo o el producto no se establecen hasta que no se
justifica al creador, lo que finaliza el misterio.
Si el huevo y la gallina se realizan al mismo tiempo,
el valor y lo valido se justifican en su realización. Lo
que nos lleva a afirmar que el creador sólo se puede
realizar como tal, en el instante en el que su obra es
aceptada, por ser concordante con él y por sentirse
satisfecho con ella. ¿Quien es entonces el juez
evaluador de la realización humana como especie?
¿Es el individuo inmaduro e inocente (por no usar
ignorante) de su función, el que puede evaluar la
verdadera, auténtica y máxima función del ser
humano? Y ¿con qué derecho puede evaluar la
justicia quien ignora la ley? El único capaz de
evaluar el cumplimiento del verdadero fundamento
humano es su creador original. Pero aquí volvemos a
encontrarnos con otra perspectiva… y ¿Quién es el
que debe realizar, justificar y satisfacer a la
naturaleza de la necesidad creativa? ¿Quién califica
al arquitecto? ¿no es acaso la validez de su
construcción? ¿Quién califica al medico? No es
25
acaso el enfermo que se considera sanado por él?
¿Quién califica al maestro sino es el alumno que lo
certifica valido? Al creador únicamente lo certifica
el cumplimiento de su creación entera, creación esta
que ha de ajustarse a su razón de ser y que ha de
mostrarse cumplida en el deber de ser autentica,
autónoma y responsable como él. El único ser de
entre las especies creadas con la capacidad de ser
auténtico en la razón y en el cumplimiento
responsable del deber es el ser humano.
Espero no haberte aburrido con toda esta
información, pero, ya sabes, cualquier reflexión,
implica una estrategia de alianzas que al justificarse
validas, posibilitan la caracterización de una
condición.
Ahora que reconocemos algunas de las
características originales del creador, podemos
insertarnos en el estrecho pasaje de las
justificaciones humanas. Me permites encerrar este
capitulo con el título de justificaciones humanas?
JUSTIFICACIONES HUMANAS
Y pensar que se creía que el hombre era libre de
hacer con su vida lo quisiera… ¡claro que sigue
siendo aún libre! Libre para construirse o para
destruirse, esta condición no la disfruta ningún otro
ser vivo. Claro que tampoco existe otro ser vivo que
se cuestione su libertad, y ¿para qué? ¿De qué le
serviría cuestionarse si es o no libre, a aquella
26
especie que no puede serlo? ¿Cómo pedirle a una
esfera que solucione el problema del equilibrio?
…¿Acaso dudas de la libertad del hombre?¿porqué
no reflexionar un poco sobre la justificación de la
libertad? Mira, definir la libertad como esto o lo otro
no la identificaría hasta encontrar su justificativo. La
justificación de la libertad es lo que debemos
encontrar y eso nos ayudará a definirla con una
significación concordante con su naturaleza. …¿que
la libertad no tiene naturaleza? En el estricto sentido
no, pero si utilizamos el término naturaleza para
designar el conjunto de atribuciones que la
justifican, entonces podemos acordar el designar la
reflexión sobre la naturaleza de la libertad. ¿Podría
existir libertad sin opción o sin alternativas, o sin
posibilidades y discernimiento? ¡Lógico que no! Tan
lógico como que no puede existir el hambre sin el
alimento ni el alimento sin el hambre. ¿Se te abrió el
apetito? ¡Busca algo para tomar! Aprovecha este
momento, antes de que volvamos a ponernos densos
y profundos. Curiosa esta expresión de ponerse
denso y profundo, porque resulta que el lo más
profundo del cono de la vida existe la alianza
estratégica más densa en su intensidad, pero
dejemos eso y ve a tomarte un tecito, para continuar
reflexionando.
¿Te sientes mejor ahora? Te quitaste el peso del
desinflado, estabas a punto de perecer por inanición.
¡Qué cosa esta del alimento! ¿No te parece latero el
tener que estar llenando el horno de calorías, cada
27
cierto tiempo, para que la locomotora continúe por
su carril? ¡Pero si somos libres…! ¿en serio?¿somos
libres? ¿Y por qué no puedo dejar de alimentarme?
¡Si! ¡Si que puedes! Claro, durante un rato, pero si
dejo de comer me muero. Bueno y… ¿qué importa
eso? Que te mueras o no, no te priva de la libertad de
dejar de alimentarme. ¡Ah claro! ¿Crees que voy a
preferir morirme que ser libre? No lo sé, pero no me
justificas con eso que no dispones de la libertad
como para comer o no comer. La libertad existe,
para quien decide dejarse morir como para quien
decide no dejarse morir, ¿entiendes? Hay personas
que deciden a voluntad ayunar hasta morirse y esas
personas optan por la determinación de someter su
vida a la elección de su opción libre. Otros deciden
dirigir su libertad hacia un destino más justo y
deciden limitar su capacidad de optar y ponerla en
función de optar por lo que consideran valido.
¿Comprendes? Podemos justificar la libertad como
queramos pero siempre se justificará la libertad en el
optar por lo que es considerado valido.
¡Comprobémoslo! Dime por ejemplo ¿cuando elijes
hacer algo que no quieres hacer? ¡Claro! Existen
muchas cosas que no quieres hacer e igual te
determinas a realizarlas porque es mejor hacerlas
que sufrir las consecuencias del no hacerlas, pero en
ese caso estás optando por la opción valida, ¿no te
parece? No hacer lo que no quieres hacer, te produce
algo peor que el hacerlo, a pesar de que no quieres
hacerlo, ¿no es así? En ese caso estás optando por la
28
alternativa valida. Estás optando por lo que te
conviene y eso es lo que optaste tú, porque muy bien
podrías asumir la actitud de negarte a hacerlo y
sufrir las consecuencias, pero prefieres hacerlo
aunque no lo quieres hacer por sobre el sufrir las
consecuencias de no hacerlo, eso es optar y es optar
por la alternativa valida. Espero que lo analices un
poco para no quedarte con la sensación de que estás
haciendo lo que no te vale. No estás haciendo lo que
no te vale, estás haciendo lo que consideras que
debes hacer y eso es hacer lo que no querías, pero
que finalmente analizaste y llegaste a la conclusión
de que era lo necesario, era mejor que sufrir las
consecuencias del no hacerlo.
Esto cuesta un poco el comprenderlo, incluso
aunque lo comprendas vas a creer que lo hiciste sin
querer, pero no lo hiciste sin querer. Sólo el error se
hace sin querer, pero el error, es solo un intermedio
entre lo que pretendes y los obstáculos contenidos en
el proceso. El error se corrige, o se busca corregir
para la consecución de lo pretendido, lo pretendido
es siempre considerado valido para poderlo
pretender.
Bueno, tampoco es necesario extenderse demasiado
en esto, ya hemos aceptado que libertad es la
capacidad de optar por lo que es valido y eso es
consecuentemente así porque se ajusta a razón no
porque tu o yo decidamos afirmarlo como
significación teórica, si te das cuenta, llegarás a la
conclusión de que si la libertad no fuese optar por lo
29
que es valido, no podría establecerse la
responsabilidad. Para que se cumpla la razón justa
en libertad, es necesario que la opción se ajuste a
razón y al ajustarse a la proposición resulta valida,
luego la definición de que libertad es la capacidad de
optar por lo que es valido, no es teórica, sino
teoremática, me refiero a que es un teorema. Porque
se ajusta a la necesidad de ser siempre y para todo
valida.
Espero que me estés siguiendo. No me gustaría estar
monologando, después del esfuerzo que estamos
compartiendo en el análisis de esta reflexión.
La responsabilidad exige de la opción valida y
elegida por libre voluntad, sin presiones de ninguna
clase. Si lo vemos a la inversa, podemos llegar a la
misma conclusión mira, si el acto es responsable, es
porque cumple con el deber que lo hace ser
necesario, se ajusta al deber, y por lo tanto esa
opción es valida. ¡Viste! ¿Ahora te queda claro? te
ha costado un poco, pero reconoce que es interesante
¿no es así? Quizá poniéndolo de otro modo te ayude
a verlo más claro, mira, si optas por una alternativa
ineficiente, por ejemplo: decides ir al cine que está
en la calle 25 y en dirección norte, pero optas,
haciendo uso de tu condición de ser libre, por seguir
un recorrido en dirección sur, dirección opuesta a la
que debes para llegar al cine y caminas un kilómetro
sin encontrarlo, porque estás caminando en sentido
contrario a la dirección valida o correcta, tu libertad
de optar, te permitió optar, pero al elegir la
30
alternativa no valida, debes de pagar con la
reparación del error del Kilómetro recorrido para
volver al cine. La opción no valida, esclaviza a la
obligación de tener que reparar; tener que recorrer
un espacio durante un tiempo que no era necesario y
por eso encarcela al autor de esa opción, lo obliga a
la reparación para poder beneficiarse de lo que, de
haber sido acertivo, no debería haber sufrido.
La libertad exige de acertar en la elección, para estar
seguro y bendecido. Ha costado muchos años y
mucho esfuerzo para llegar a esta reflexión. La
historia no nos ha facilitado el camino del
entendimiento de los límites naturales de la libertad.
Se ha considerado que libre era aquel que podía
hacer lo que quisiera, sin darse cuenta de que
únicamente podía hacer lo que quisiera para ser libre
u lo que quisiera es aquello que le vale, por lo tanto
libertad es la capacidad de optar por lo que es valido,
de no optar por ello es necesario reparar el producto
de la falsa elección.
El ser humano ha de optar, de acuerdo con esta
comprensión por el cumplimiento de su alternativa
valida y la alternativa valida es aquella que se ajusta
a razón, a la razón de ser auténticamente humano. Y
¿qué es ser humano, ser auténticamente humano?
Mira, los psicólogos dicen que el humano sano es el
que no presenta conductas extrañas, pero ¿cuales son
las conductas extrañas? Depende de la apreciación
de cada psicólogo, dices tú. En realidad, los
sicólogos expertos, pueden aproximarse al
31
entendimiento del ser humano “normal” pero digo –
aproximarse- porque, de conocer al ser humano
normal, explicarían la norma natural que justifica al
ser humano normal, pero ninguno de los sicólogos
que conozco, ofrece el postulado de la norma, es
decir, de la ley que determina la conducción humana
valida siempre y para todos los humanos, del
prototipo de caracterización humana, del arquetipo
natural humano del biotipo de la especie humana.
¿Cómo es posible que no hayan descubierto ya ese
arquetipo? Si no conocen la ley no pueden
responsablemente ajustarse a la misma. Por lo tanto
a pesar de aproximarse en la comprensión del ser
humano, no pueden conocer la autenticidad del
mismo en toda su dimensión.
El ser integro es aquel que corresponde, concuerda y
confirma la norma natural del ser especie al que
pertenece. Todas y cada una de las especies
naturales asumen un -rol especie- que todas sus
individualidades cumplen en su integridad. Y los
biólogos, zoólogos y demás estudiosos de las
mismas, categorizan como funciones naturales del
individuo de dicha especie, pero al enfrentar la
realidad del ser humano, pareciera ser que el
estudioso del mismo, tuviera que romper su esquema
y validar en este caso una serie de premisas ajenas a
las utilizadas en el análisis del funcionamiento del
resto de las especies. Como si el hombre no tuviera
que atenerse a una necesidad compartida, no debiera
cumplir funciones o no hubiera ajustarse a razón
32
alguna. Es algo extraño lo que el hombre propone
como hombre. Es como si en él, la realidad del
orden natural se detuviera, o como si no existiera
para él o, como si debiera obrar de otra manera
distinta a la natural, pero la verdad es que no puede
obrar en contra del orden en el cual se inserta, por lo
tanto o lo reconoce y se ubica, o el orden lo sacude
en su superficie.
Un hombre auténtico es aquel que opta por la
alternativa valida y por lo tanto es libre, que si opta
por lo valido, se ajusta a razón y por lo mismo es
autónomo y si opta por lo valido y por lo justo,
consecuentemente es responsable. El ser humano
auténtico es una ser libre autónomo y responsable.
Libre por optar por lo que es valido, autónomo por
atenerse a la justicia, a la norma, a la ley, a los
principios de la creación, (auto-uno; nomo –ley) y
responsable por responder cumpliendo con el deber
de ser valido. Este es el ser humano integro que
todos estamos esperando. Pero, para poder llegar a
ser, y lo voy a poner con mayúsculas porque es la
pretensión del todo natural, no solo de los humanos,
sino de todas y cada una de las especies naturales,
como decía para poder llegar a ser LIBRE,
AUTÓNOMO Y RESPONSABLES debemos
descubrir, entender y comprender la ley. No se
puede ser legal sin conocer la ley. No se puede ser
responsable sin conocer la ley, no se puede ser
auténtico sin ser autónomo primero. El justo es
quien se ajusta y para eso ha de coincidir con la
33
justicia, y sin ajustarse con lo justo voluntariamente
no se puede ser responsable, si no se responde a la
justicia libre e incondicionalmente no se puede ser
auténticamente íntegro en justicia. Para descubrir la
ley, hay que utilizar la razón y cuando la razón ha
sido contaminada por lo opuesto a la ley, es muy
difícil reconocer lo que es justo. Imagínate a un
pastor turco, de los que pasan el día en las montañas,
que vuelve a su casa y el padre le golpea desde niño,
que le obliga a sacar las cabras todos los días de sol
a sol, que vuelve a casa a ser golpeado, descalificado
e ignorado. ¿Cuál crees que será la concepción del
ser humano que este pastor tendrá? ¿Golpeará él a
sus hijos? ¿Golpeará a sus cabras cuando estas se
salen del rebaño? Lo más probable es que imite lo
que ve, y si no ve orden por ningún lado difícilmente
podrá asumir que exista. ¿Podrá este ser, en algún
momento de su vida, reconocer la normativa natural
del verdadero ser humano? Si, pudiera ser que lo
reconociera, porque tiene la capacidad de hacerlo, es
u ser que siente y puede sentirse pleno; es un ser que
comprende y puede comprender las normas, y es un
ser que realiza y puede completar lo que realiza,
pero a pesar de estar capacitado, contiene dentro de
su memoria una serie de rutinas que asume como
normales. Rutinas como el estar desorientado, como
el sentirse inseguro o como el sentirse incapaz. Se le
ha repetido tantas veces que no acierta, que no sabe
y que no vale, que la persona asume esa calificación
como suya. Y, generalmente eso es lo que ocurre
34
con un alto porcentaje de vecinos. Son demasiados
los que padecen de falta de autoestima, por sentirse
inseguros. En este ambiente en el que lo normal es
descalificarse, desacreditarse, desconfiar, y devaluar
al otro, difícilmente puedes sobreponerte a esa rutina
tradicional y difícilmente puedas ni pensar que
exista un orden para todos, un ideal absoluto para el
ser humano. ¿No crees? Por eso que nos cuesta
asumir nuestra ignorancia, si nos justificamos con la
ignorancia del otro. ¿No has oído justificarse con lo
menos del otro? ¡Yo soy desordenado pero tal y tal
son increíbles de desordenados! Y con eso respiro.
Pero no porque otro sea más desordenado que yo,
justifica mi desorden y no porque el otro ignore el
orden, puedo justificar mi ignorancia. Si ignoro el
orden no puedo estar ordenado, por lo tanto debo yo,
independientemente de lo que el otro haga o
conozca, debo yo responsabilizarme por descubrir y
conocer en qué consiste el orden.
La historia está llena de justificativos, pero no hay
uno que se ajuste a razón y eso, tiende a ponernos en
la perspectiva de que no existe razón. Eso es un
error. Pensar así es como decir yo pienso y pienso
analizando y al analizar juzgo y al juzgar evalúo la
validez del juicio, pero no tengo, ni conozco, ni creo
que existan reglas para evaluar. Esta afirmación es
ilógica, a pesar de ser por todos repetida. Es ilógica
porque si analizo y comparo para emitir un juicio, al
comparar estoy utilizando una regla de medidas, un
estándar de valores, un a priori prototípico,
35
categórico e imperativo, que determina si mi
comparación es más o menos, o si se ajusta a alguna
razón. Esa razón, esa justa medida, ese paradigma
estándar es, por ser el que determina si estoy siendo
justo o no, si soy más o si soy menos, ese estándar
de valor es el primero que debemos descubrir. ¿No
te parece?
¿cómo determinar si mi alternativa es o no valida si
no dispongo del paradigma estándar del valor
absoluto y eterno, es decir si desconozco la justa
razón que es valida siempre y para todos, ¿cómo
podré o sabré ubicarme en el lugar que me
corresponde? Y, si por mi naturaleza he de ser
responsable, ¿de qué manera podré ser responsable
si desconozco qué debo hacer?
¿Viste que nos metimos en un gran atolladero? Pero
no te preocupes, dispongo de las lianas para subir a
la cima desde donde se ve todo claro.
¿Le ponemos un titulo a esta nueva etapa?
Seguramente es el momento ideal para buscar algo
que picar, un chocolate o algún fruto seco podría ser
útil para el esfuerzo que debemos hacer ahora para
subir a la cima y ver más claro. ¿Se te ocurre algún
titulo para el encuentro con lo valido? ¿el valor? ¿así
de sencillo? ¡Bueno, vamos con él!
EL VALOR
36
Valor es algo extraño, ¿no crees? Es algo que
contiene la necesidad de poseerlo y al mismo tiempo
es el gozo de disfrutarlo, es como querer y tener al
mismo tiempo, o en el mismo lugar. Es sin duda
algo curioso, porque no se puede entender como
singularidad. El valor se necesita y se disfruta ¿cómo
puede una cusa que se disfruta, ser al mismo tiempo
necesaria? Cómo puede estar cargado el beneficio
con una cierta dosis de ansiedad, aún en el instante
en el que te beneficia? Es algo curioso de estudiar.
Pero nos cuesta profundizar el ello, porque implica
un gran esfuerzo mental y ese esfuerzo no es fácil de
asumir por quienes nos encontramos insertos en la
rutina del abandono. Pero ¡hagamos el esfuerzo!
Valor es aquella cualidad contenida en el objeto que
satisface a la necesidad del sujeto que la aprecia.
Esta deducción es lógica, pero insuficiente. Veamos
por qué. Es una cualidad contenida en el objeto de
aprecio, de estudio o de servicio, que sirve, se ajusta
a razón o satisface. Pero, esa cualidad, en el estricto
sentido no está en el objeto, ni tampoco está presente
en el sujeto que lo aprecia, esa cualidad se establece
en la correlatividad emocional, en la concordia entre
signo y significado y entre la coincidencia entre la
necesidad y el beneficio. Se establece en un estado
de fusión entre los complementos del deber y del
beneficio. Visto de otro modo el valor es la unión
entre el deber y el derecho de la ley. Ahí, donde se
fusionan el deber necesario y el derecho al beneficio
de lo que se ha cumplido, ahí, en ese concordar,
37
coincidir y ser correlativos, se establece el valor. Por
lo tanto el valor no se posee, no pertenece, no
depende de, simplemente se establece. Y se
establece en una dimensión ajena a las normativas
de la existencia. El valor no tiene forma, ni masa, ni
densidad, ni volumen, ni tamaño, ni sustancias. No
participa de nuestra realidad física, pero es más real
que la vida misma. Sin valor no se actúa, no se
entiende, no se necesita.
Valor es un destino por todos perseguido. ¿Me
sigues?
Cuando toco la tecla del computador es porque lo
necesito para poner estos signos es este soporte para
que tú lo leas. Para que tu lo leas, es una necesidad
que surge en función de considerar que lo que
escribo te va a beneficiar, y porque considero que te
vale lo que escribo, me determino a seguir
escribiendo. Luego, escribo, porque vale. Supongo
yo que tú lees, porque encuentras algo de interés y
porque esperas conocer mi postulado, sigues
leyendo. Estar interesado es una necesidad por
encontrar algo que te satisfaga ese interés y por lo
mismo te vale. Lees por valor. Todo lo que hacemos,
pensamos, o decimos, se justifica en el ser valido.
Valor es una constante absoluta y eterna. Cada cosa
que actúa, que se activa, que se mueve; toda
existencia, acción y multiplicación opera en función
de una razón. La razón que lo justifica valido. Valor
es una constante inmanente, absoluta y eterna. El
valor es el potencial que tiene todo objeto de servir
38
para algo, de significar a alguien o de satisfacer a
alguien. Como potencial que es, existe en toda la
extensión de su potencial. Puede hacer sentir pleno
al otro, o puede hacerlo sentir complacido en su
determinado rango de apreciación, pero el valor
contiene en su potencia, la capacidad de satisfacer
plenamente, así como también contiene el potencial
de gustar en el estrato de exigencias que sea
necesario. Por eso decimos que es un potencial. Una
mota de polvo por ejemplo es algo inútil para el
encargado de limpiar, y consecuentemente la
depositará en el cubo de la basura, mientras que esa
misma mota de polvo, para el joven que acaba de
recibir un microscopio como regalo de cumpleaños
es una realidad de extrema importancia.
El valor de la mota de polvo, en su potencial, se
pierde al ser arrojada al basurero y se establece con
el estudio en el microscopio. Ese potencial no varía,
no se pierde, ni se agranda, ese potencial no cambia,
lo que cambia es la disposición del apreciador del
potencial. El valor, s en sí mismo incambiable,
eterno y absoluto. La apreciación del valor es
proporcional a la necesidad, interés o deseo del
apreciador. En ese sentido el valor nunca cambia y
por lo mismo no puede ser al mismo tiempo y no ser
también. La misma teoría del caos nos lo corrobora
cuando dice que nada puede ser y no ser al mismo
tiempo. El valor no puede ser relativo en el sentido
de ser valido y no ser valido al mismo tiempo, lo que
se puede decir y en eso existe una razón es que el
39
valor es relativo a la apreciación del individuo. En
ese sentido se puede decir que el valor se relativiza a
la apreciación se condiciona a la necesidad, se ajusta
al grado de interés del individuo, pero la mota de
polvo puede en su contenido valórico satisfacer al
que la aprecie de manera plena, así como de manera
insuficiente. Lo que no priva a la mota de poseer el
potencial de satisfacer plenamente al biólogo que la
estudia, al artista que la disfruta o al estudioso que la
utiliza. El valor potencial existe en todo acto creado.
Todo acto contiene intencionalidad y significación y
sobre esta premisa si se justifica y significa, vale.
¿Quieres que analicemos el valor en toda su
extensión? No pongas esa cara, el conocimiento
axiológico, es muy interesante. ¡Dame un ratito y
verás que te interesa!
El valor contiene atributos sensibles, significativos y
motivacionales. Puede responder agradando,
justificando o sirviendo, ¿curioso, no es verdad? Es
una realidad, trinitaria en ese sentido. Si el valor es
trinitario en el sentido de ser emocional, intelectual y
motivacional, debe ser porque el apreciador del
mismo es también trinitario en el sentir, comprender
y realizar. Fíjate de qué manera llegamos a
reconocer en el ser humano los aspectos
emocionales, intelectuales y motivacionales. Claro,
el carácter del ser humano está compuesto por lo que
siente, por lo que razona y por lo que realiza. Esta
trinidad coyuntural o entrelazada, es en cierto modo
indivisible, porque al sentir estoy reaccionando con
40
movimiento, al saber estoy sintiendo el beneficio de
la certeza o concordia y al hacer algo lo supongo
necesario. Sentir, saber y poder son tres aspectos del
que aprecia el valor, pero al mismo tiempo el valor
contiene el potencial de producir emociones, de
producir justificaciones y de producir beneficios. De
esta trinidad natural se derivan la existencia acción y
multiplicación de las especies naturales. Observa
cómo se organiza la sociedad. La sociedad responde
a tres aspectos del orden, me refiero al orden
legislativo, en el que se ofrecen propuestas de ley
que pretenden satisfacer a las necesidades sociales,
semejantes en función a la emoción; el orden
judicial, en el que se discuten, reflexiona, comparan
o analizan las posibilidades de que esa propuesta de
ley se ajuste o no a la realidad social, semejante al
intelecto, y el orden ejecutivo, encargado de poner
en práctica las leyes aprobadas por la justicia,
semejante a la función de la voluntad. Curiosamente
esto coincide con los órdenes en salud en el sentir,
educación en el saber y trabajo en el hacer. ¡Qué
interesante!
¡Ya te dije que te iba a interesar!
El valor contiene estos aspectos trinitarios, en su
función y necesita de aspectos trinitarios en su
establecimiento. Para que se instaure el valor se
necesita de un nosotros que determine las posiciones
del yo y del otro. El valor se establece en la fusión
en concordancia, y en el coincidir entre un sujeto
que lo aprecia y un objeto apreciado. Sujeto objeto y
41
beneficio son tres aspectos necesarios para
establecer al valor. Esta santísima trinidad, podemos
decir que es santa, porque es natural, pero decimos
que es santísima porque es en todo y siempre
natural. Se establece siempre y en todo. Esta
santísima trinidad es necesario establecerla
responsablemente, por lo mismo, debemos conocerla
en su totalidad.
Valor es una cualidad como antes mencionamos, que
satisface a los diferentes estratos de apreciación,
dependiendo del nivel e intensidad de la misma, el
“contenido” de satisfacción va a ser proporcional a
la necesidad, interés o servicio que este cumpla.
El primer gol del partido se disfruta de manera
diferente al octavo de la goleada.
Los humanos experimentamos valor en el afecto, en
la verdad y en el beneficio de lo bien hecho. Si
observamos en el plano del afecto, existen distintos
tipos de manifestación. El afecto filiar es
demandante, pide atención cuidados, dirección,
enseñanza, pero esa naturaleza demandante no la
toma el padre como un sufrimiento, o como una
imposición o como injusta, al contrario le agrada que
el hijo le busque para que le ame, le agrada que el
hijo le pregunte para aprender y le agrada que el hijo
le pida ayuda para madurar. Este tipo de afecto filiar,
es uno de los niveles del valor vincular. También
podemos observar el afecto fraternal o de
intercambio, que se establece entre hermanos o
entre cónyuges. El afecto conyugo-fraternal es de
42
intercambio. Te doy y me das, o si me das te doy,
depende de cómo lo queramos posicionar. En este
caso el intercambio es necesario y ni el uno ni el otro
se incomodan porque el uno le de o porque el uno
reciba. Si el hermano ofrece atención, interés y
cuidado al hermano o hermana, el hermano no se va
a sentir en una situación injusta por ello, lo
encuentra valido, lo mismo cuando el hermano pide
ayuda, pide significados o pide cariño, lo normal es
compartirlo, este es otro nivel del valor vincular.
Pero por sobre el vinculo filial y fraterno-conyugal,
existe aún un nivel más generoso, es el valor del
afecto paternal. El padre se entrega
incondicionalmente por su familia entera, se entrega
sin sentir que lo que hace al darse en ilegal o injusto,
se entrega sin sentir que sufre, se entrega sin sentir
que no le sirve entregarse. La entrega del padre es
incondicional y no siente en esa actitud el ser o estar
errado, al contrario, siente que es justo al darse por
el beneficio de todos los miembros de su familia.
Este tipo de valor es el que establece la máxima
concordia con el ordenamiento natural de las
especies. Toda especie se da, se ofrece a la voluntad
del orden natural. Y en esa actitud se ajusta, se
realiza, se integra y en ese coincidir, establece su
autenticidad. Las partículas se ofrecen a los átomos,
los átomos a las moléculas, las moléculas a los
tejidos, órganos, o sustancias, los tejidos órganos y
sustancias a los cuerpos, los vegetales a los animales
los animales al hombre y el hombre a la ley, al orden
43
y a la armónica compensación entre las diferencias.
El hombre debe entregarse voluntariamente al
cumplimiento de la razón justa para ordenarse en el
contexto natural. El hombre sin ley no puede
realizarse.
Espero que no hayas perdido el interés, se que esto
es un tanto intenso y en algunas ocasiones puede
llegar a agobiar un poco, pero trata de entenderlo,
porque es en suma importante para llegar a la
conclusión del porque estos fundamentos son tan
necesarios.
Como te decía, quien ignora la ley no puede ser
legal, no tiene como ajustarse. Podría tal vez
acomodarse y por casualidad aproximarse a la
experiencia natural pero no podrá cumplir con el
deber de ser responsable, porque la responsabilidad
se desprende del cumplimiento voluntario del deber
y de no ser voluntario, en justicia no puede decirse
responsable. Recuerda que lo que nos transforma en
humanos es la categoría de ser libres, autónomos y
responsables en el establecimiento del valor máximo
absoluto y eterno, en el valor que se establece al ser
persona.
¿Me preguntas qué es ser persona? Persona es un
concepto con un significado un tanto difícil de
precisar. Podría darte una definición pero no
resolvería tu interrogante. Persona es algo que se nos
muestra como superior a individuo, pareciera ser que
el individuo debe madurar para adquirir el
significado de ser persona. Legalmente se dice de la
44
persona natural a aquella cuyas condiciones de
responder de acuerdo a la ley la posibilitan como
independiente o autónoma. Una persona jurídica es
aquella que responde a la justicia con independencia.
En unos casos es una organización, una sociedad una
pluralidad, pero se considera persona, porque es
considerada como ajustada a la normativa legal del
orden. Y mientras su comportamiento sea legal, la
personalidad jurídica se beneficia del disfrute de los
beneficios del derecho, pero cuando no cumple con
el deber se transforma en corrupta, en ilegal en
delictual.
¿Por qué te explico esto? Porque lo mismo ocurre
con el ser persona humana. Pero volvamos al
análisis del ser persona. Si por persona se califica al
ser autónomo, estamos refiriéndonos al ser maduro,
y ¿Qué es un hombre o una mujer madura? Esta
pregunta en sí es capciosa porque permite un sin fin
de soluciones, un sin fin de respuestas, pero de entre
todas las opiniones y juicios que se ofrezcan solo
uno es el que se ajusta a razón. Solo una
justificación de la madurez será la verdadera, y la
verdadera será la que se ajuste a razón, a la razón de
ser persona madura. Tratemos de entender, entonces
qué es lo que determina al ser maduro. ¿puede el ser
maduro ser viejo e incumplidor, añejo irresponsable?
Claro que no si es irresponsable el maduro en edad
no es maduro en justicia. Podemos entonces concluir
de que un viejo, por haber vivido mucho no
necesariamente se transforma en maduro, a pesar de
45
que designemos a los maduros como entrados en
años. ¿podría ser maduro un ser injusto que conoce
muchas cosas, que sabe de todo mucho y que es
considerado sabio por el medio, pero que es injusto
en su función de ser humano? El humano inteligente
que intelectualmente resuelve toda norma pero que
no se ajusta en ella, tampoco podría decirse maduro
en el sentido de ajustarse a la razón de ser humano si
no se ajusta a razón. Y ¿podría decirse maduro aquél
que goza de una familia en la que los vínculos que
establece con sus miembros se sostienen sobre la
base de serle beneficiosos solo a él? Una familia en
la que el individuo domina, somete y subordina a
todos sus componentes, no puede ser una familia
madura en el beneficio compartido, en la confianza o
en el beneficio de todos y cada uno de los
componentes de la familia, ese individuo sería
poderoso, pero no por eso es maduro en el sentido de
personificar la libertad, la justicia y el cumplimiento
responsable. Veámoslo desde otra perspectiva.
¿Puede sentirse maduro en el afecto incondicional
alguien teme perder lo que tiene? ¿qué tipo de
incondicionalidad voluntaria posee el individuo que
teme perder lo que posee? ¿qué tipo de confianza
puede haber establecido alguien que teme perder al
otro? Si teme perderlo ¿podría sentirse confiado? Si
siente el temor a perder el vínculo, o a perder a la
persona o a perder lo que tiene, no ha madurado su
concordia, su unidad ni su cumplimiento, ese
individuo, por lo tanto, no es maduro.
46
Maduro es aquel que se siente generador del otro,
realizador del otro, y en el cumplimiento del otro se
siente unido con él, confiado con él y vinculado con
él hasta el extremo de no sentir ni el más mínimo
temor de perderlo. ¿Cómo se puede perder la
experiencia de aquello que has realizado? ¿Como se
puede perder aquello que no te pertenece? porque lo
que pretendes es realizarlo y no poseerlo.
¿Qué es lo que madura entonces al individuo?
Emocionalmente lo madura el establecimiento
máximo del vínculo en la unidad justa. El vínculo
máximo en la razón es el vínculo incondicional
maduro en los tres aspectos del proceso de
maduración del mismo, me refiero al desarrollo y
maduración de la incondicionalidad en el
establecimiento del vinculo filial, conyugal y
paternal. ¿Cómo se madura en el vínculo filial? El
hijo para madurar como tal, ha de vincularse en la
incondicionalidad absoluta con su padre, es decir ha
de confiar en él, ha de obedecerle y seguirle hasta
que el padre lo reconozca valido, justo y realizado.
Para eso es necesario que el padre de ese hijo fiel,
esté maduro, sea justo y realizado en concordancia
con la incondicionalidad absoluta. De no existir este
padre, el hijo ha de asumir la responsabilidad de
establecerse él mismo como hijo fiel al ideal de la
creación, fiel a la incondicionalidad justa y
responsable. Ha de realizarse en el cumplimiento de
la máxima necesidad justa del momento y lugar.
Esta tarea no es fácil en una ambiente de total
47
oposición a este criterio natural. Pero es la tarea, es
la solución al problema de madurar al ser persona.
Este hijo leal a la incondicionalidad absoluta, que
cumple con realizar la máxima necesidad del
momento y lugar, en concordia con las normas
naturales, deberá incondicionalmente madurar en el
afecto incondicional con sus hermanos, o con otros
humanos, hasta realizarlos en confianza y en el
vínculo incondicional del afecto. Estos hermanos
realizados, convencidos de las normas naturales y
emocionalmente vinculados en el afecto
incondicional absoluto, posibilitarían a este joven
que ha madurado en el afecto vincular absoluto y
eterno, el iniciar una familia incondicional en el
afecto, en la verdad y en la bondad, al mantener
siempre la actitud, de solucionar la máxima
necesidad valida para todos. Este joven que ha
confiado a sus hermanos en la razón justa, que ha
atendido a sus hermanos en el afecto incondicional y
que ha conseguido que con cualquiera de ellos sienta
una confianza hasta tal punto que no sea ni
imaginable el temer perder la unidad con ellos, sería
un padre maduro en el afecto, en el conocimiento de
las normas naturales y maduro en las conductas
eficientes. Con un padre así se puede iniciar una
familia. Este cónyuge maduro, atendería a su esposa,
la educaría y la vincularía en la confianza plena
necesaria para realizar a sus hijos. Estos padres
sobre la condición de ser expertos en la realización
del vínculo incondicional, educarían, protegerían y
48
madurarían en la confianza a sus hijos, hasta el
hallar en su fidelidad y lealtad el estado de madurez
necesario para bendecirlos en la unidad conyugal,
con lo que se transformarían en semejantes a la
incondicionalidad paterna. Esta pareja de hijos, con
la protección y autoridad de los padres educarían a
sus hijos en la incondicinalidad absoluta y al
establecerse estas tres generaciones de abuelos,
padres e hijos en la confianza de la razón máxima,
en el cumplimiento de la necesidad máxima y en
desarrollo máximo de su cumplimiento,
establecerían el verdadero núcleo gestor de la
especie humana. A esta familia en unidad, en justicia
y en cumplimiento responsable, podríamos, la
podríamos designar con toda justicia como sagrada
familia o verdadera familia, o auténtica e integra.
¿Qué podría faltarle a cada uno de los miembros de
esta familia? ¿Podría faltarles el verdadero afecto a
quienes se encuentran incondicionalmente
vinculados? ¿Podría faltarles la verdad a quienes se
sienten en justicia confiados? ¿Podría faltarles la
realización a quienes están cumplidos de manera
natural? A cada uno de estos miembros se les puede
decir persona, por ser legalmente libres, autónomos
y responsables. ¿Entiendes ahora lo que significa ser
persona? No ha sido fácil explicarlo, pero creo haber
sido claro y preciso en la explicación.
En caso de no entender algo, podrías volver a revisar
lo escrito, yo se que no es fácil porque el
planteamiento es en cierto aspecto novedoso, pero
49
novedoso o no es lógico y seguramente al entenderlo
bien te será de gran ayuda. Podemos decir que
hemos descubierto el verdadero valor del ser
persona.
Pero la persona vale en el desarrollo de sus
capacidades y si decimos que tenemos la capacidad
emocional, intelectual y motivacional, deberíamos
comprender el cómo madurar en cada una de estas
capacidades.
Emoción es la capacidad sensible que nos permite
captar las necesidades y retribuir a las mismas con lo
adecuado. La emoción capta y retribuye. Pero
sentimos agrado y desagrado, atracción y repulsión,
necesidad y deseo. ¿Cómo satisfacer a esta
capacidad emocional? La emoción se satisface en el
ejercicio del cumplimiento de la máxima necesidad.
Aquel que piensa en cual es la máxima necesidad del
momento y la satisface, se satisface a si mismo al
sentirse valido para todos. Si piensas un poco en esto
te darás cuenta de porqué son tan apreciados los
héroes, los genios, o los sabios.
Emocionalmente el ser humano se satisface en el
resolver la máxima necesidad, esta visión es
contraria a todo planteamiento racional
contemporáneo. En la actualidad se dice y se repite
que tú tienes que realizarte en lo tuyo, en lo que tu
quieres hacer, en lo que te gusta, en tu trabajo, pero
nadie te dice que debes realizarte en la función
humana y que para funcionar como humano debes
50
darte por solucionar la máxima necesidad del
momento. Esto es revolucionario. ¿Quién te ha dicho
antes esto? ¿Quién te ha pedido que dejes a un lado
tus preferencias para cumplir con el deber de
solucionar la máxima necesidad? Suena como a
locura. Pero es la máxima justicia. Lo más justo es
que cada uno de los hombres cumpla con el deber
máximo necesario, porque cuando cumplen con el
deber mínimo o fragmentario se sienten
insuficientes, inseguros e insatisfechos.
El reconocer la necesidad máxima no es algo fácil,
en primer lugar lo máximo necesario sería educar al
presidente de la nación, pero quizá difícil porque el
presidente no dispone del tiempo para recibirte, pero
quien si puede recibirte es el ministro de educación y
en caso de que él no te escuche, o no responda, se
puede educar a los candidatos al ministerio, a los
decanos y docentes, a los líderes religiosos, políticos
y sindicales. Esa sin duda sería la máxima
necesidad, pero para alguien que no está en el
ambiente de la docencia se le puede presentar esta
necesidad como imposible de solucionar, entonces
busaca aquella que te sea posible de solucionar,
comienza por educar a tus familiares y amigos, hasta
que algún amigo del ministro se encuentre en
condiciones de llegar a él. Si buscas cumplir con la
necesidad máxima de tu entorno, verás que si la
resuelves con una actitud de incondicionalidad y de
voluntariedad, el beneficio del cumplimiento del
deber te retribuirá con una enorme satisfacción.
51
Satisfaciendo a la máxima necesidad de manera
voluntaria e incondicional, sin esperar
absolutamente nada a cambio, te nutre con beneficio
y te madura la capacidad emocional.
También somos seres intelectuales. Podemos
reconocer razones permanentes o constantes, pero lo
máximo que puede satisfacer al intelecto humano es
el reconocer la razón de su existir, la justificación
que signifique al entendimiento del origen de la
identidad y del propósito de la especie humana,
cuando el intelecto humano reconoce su justificación
en la existencia se satisface y se transforma en
autónomo. En conocedor de la manera de ser justo,
de ser legal ante los ojos de la naturaleza. Se puede
ser socialmente legal, pero eso no asegura la
confianza del ser persona. Se puede ser justo de
acuerdo a la constitución del estado, pero eso no
garantiza el ser humanamente justo.
La verdadera justicia se desprende del cumplimiento
de la razón de ser humano. El resto es útil, pero no
suficiente. El intelecto humano se satisface en el
entendimiento del funcionamiento de la actividad, en
la comprensión de la mecánica de la relación, y en el
asimilar y comprender con claridad la naturaleza del
origen, de la identidad y del propósito del ser
humano. Se puede ser muy inteligente, pero si no
cumples con la razón de tu existir, tu raciocinio aún
se siente insatisfecho. Se puede ser sabio en varias
áreas del conocimiento, pero si se ignora la razón de
tu existir, ignoras tu justificación natural y te sientes
52
ignorante de la justicia natural. El justo es solo aquel
que ha cumplido con su verdadera razón de ser y
solo en ese cumplimiento responsable, es decir,
porque lo entiende, se justifica.
Es por muchos aceptada la postura de que el
planteamiento de la función humana se debe al
postulado particular de cada individuo, esta
afirmación carece de sentido. A todo ser humano le
satisface el cumplimiento de la máxima necesidad,
lo que todo humano espera es el cumplimiento de la
razón del ser especie humana, pero esta afirmación
es novedosa, nunca se escuchó. Se escuchó, eso sí, el
que cada humano se satisface de distinto modo, y el
modo no modifica la necesidad de la función. Las
necesidades básicas del ser humano se justifican en
su cumplimiento y eso es norma. Nos queda un tanto
grande el apreciar al ser humano como especie.
Hemos pasado demasiados años entendiéndolo como
un elemento aislado e independiente que justifica sus
necesidades en función del altruismo arbitrario, del
decidir uno mismo qué es lo que debe y que es lo
que no debe y lo que debe, se satisface solo en el
cumplimiento del beneficio que lo satisface y eso es
siempre y para todos los humanos justo. El deber de
ser humano, no se decide desde el postulado de la
apreciación fragmentaria del individuo, se decidió en
el origen del crear al ser humano. Del mismo modo
que la necesidad de crear un cuadro, no la crea el
autor del mismo, la necesidad de crear es anterior al
artista. La necesidad se desprende del
53
establecimiento del valor que justifica al deber
hacer, en la satisfacción del beneficio del
cumplimiento del deber, lo que se transforma en
derecho. El deber cumplido genera el derecho al
beneficio de lo cumplido. Esta norma existe
contenida en toda ley. Toda ley contiene el deber de
realizarse y el derecho al beneficio de lo realizado.
Asumir esta realidad en un ambiente en el que se
exige el derecho sin conocer el deber es confuso, por
lo novedoso, lo que no deja de ser extraño, puesto
que es necesario para todos. La normativa natural
del funcionar humano es por todos los humanos
esperada, pero al estar tan diversificadas las
interpretaciones de la función, la función propia del
ser pasa a ser desconocida.
También tenemos voluntad, sin ella no
dispondríamos del poder hacer. Para poder se
necesita voluntad. La voluntad de todo humano es
por todos compartida, me refiero a la voluntad que
cumple con el deber de ser auténtico. Para ser
auténtico es preciso ser autónomo es decir, justo,
uno con la ley. Auto, dijimos previamente que alude
al uno mismo y nomo significa ley. Sin ser
autónomo no se puede ser justo y por lo tanto no se
puede cumplir con el deber. La voluntad humana
espera el cumplimiento máximo del deber de ser
humano, esta realidad puede excusarse, puede
postergarse, puede, incluso desecharse, pero no
puede ser eliminada de la justicia humana. La razón
que se ajusta a la norma es la que coincide
54
plenamente con el cumplimiento del deber que
satisface al derecho de la misma. Lo legal se
establece en la concordia entre el cumplimiento del
deber de la ley y el derecho que se desprende de la
satisfacción del beneficio desprendido del
cumplimiento d el deber. ¿Comprendes? Nos hemos
metido en una zanja estrecha, pero bien iluminada.
La realidad contemporánea está repleta de
prejuicios, presunciones y pretensiones
fragmentarias que desconectan al ser humano de su
realidad. Se postula que la realidad es lo visible, lo
tangible, lo medible y no se llega nunca a la
conclusión de que esa realidad sensorial, no serviría
de nada sin su correlatividad emocional, sin su
concordia intelectual o sin su coincidencia
motivacional. La realidad de las cosas no está en la
cosa misma, está en el valor que la cosa proporciona.
La mesa no existe como tal, es un montón de palos,
es madera, es un vegetal, ni eso si quiera, la madera
es una porción de la planta, es una sumatoria de
tejidos y los tejidos tampoco son tal realidad son una
suma de estructuras operativas, y las estructuras,
tampoco son tal, son una suma de circuitos que
responden a una fuerza inicial, una fuerza centrífuga,
otra centrípeta y al establecimiento de una orbita
circular que la sostiene; ni aún eso es real, la
realidad de la fuerza tampoco es tal, puesto que se
basa en una intencionalidad, una selectividad y en el
poder de una voluntad que la dirige. ¿Cuál es
entonces la realidad de las cosas? La realidad de las
55
cosas se desprende del cumplimiento de la necesidad
que las justifica. ¡Claro!, la realidad de la mesa no
existiría sin ser necesaria para comer, subirse en ella
o transformarla en leña. Pensándolo un poco mejor,
la mesa, como tal, con ese nombre y con esas
funciones, dejaría de existir sin alguien que la
reconozca y la utilice como tal, luego, la existencia
de las cosas se desprende de la función que estas
cumplen. Esto me produce una sensación de vacío.
¿No te ocurre a ti lo mismo? Fíjate en el ser humano,
el ser humano no cumple con su función, no está
cumpliendo con la necesidad originaria de ser
correlativo, concordante o coincidente con la
necesidad de ser satisfecho en el dominio sobre los
instintos y lograr de este modo la categoría de ser
libre en el universo. No satisface a la necesidad de
comprender la razón de su existencia y por lo mismo
no puede cumplirla a voluntad, lo que le priva de
lograr la categoría de ser responsable y justo. Me da
mucha pena, saber esta realidad. Pero puedes
tomarlo desde otro prisma, desde la perspectiva de
quien ha descubierto la razón. Desde la mirada del
que ve, y por lo mismo reconoce. Ahora, tu puedes
cumplir lo que nunca pudo, ahora sabes, lo que nadie
supo, ahora puedes lo que nadie pudo. ¿Te das
cuenta de lo que tienes?
Si, claro, pero me pone en la circunstancia de estar
parado frente a un mundo confuso, ilógico,
irracional e insuficiente. ¿Cómo voy a cambiar la
realidad de todos ellos? No tienes que cambiarla. Tú,
56
solo tienes que cumplir con el deber de ser humano,
reconociendo la máxima necesidad del momento y
lugar y satisfaciéndola, ajustándote a las razones
constantes, entendiéndolas y educando en ellas. Esa
es toda tu labor. Y verás cómo de a poco, tu
influencia en otros, creará el atractivo del interés que
despiertes en ellos. Recuerda que todos ellos esperan
comprender la realidad. Todos ellos esperan
realizarse a pesar de que se crean realizados.
La historia ha repetido tantas y tantas veces las
diferencias, que nos han hecho creer que somos
todos diferentes en funciones y somos únicos en
carácter y en forma, pero somos todos iguales en
funciones. El sentido común no es diferente en cada
uno, la conciencia del valor pleno, justo y cumplido,
no es diferente en cada uno todos se sienten
satisfechos al sentirse plenos, todo se sienten justos
al reconocer una constante universal, como la de que
el cuadrilátero tiene cuatro lados, y todos se sienten
realizados en lo que deben ser. ¡Ves que somos
todos iguales en funciones! Todos tenemos hambre,
sed, frío o calor, sueño o cansancio, tenemos que
crecer, que morir, todos funcionamos del mismo
modo, lo que ocurre es que nos han confundido. La
historia humana ha confundido al humano, lo ha
hecho inseguro. Fíjate en lo que hemos transformado
el arte. Arte es sinónimo de excelencia de lo máximo
justo y completo, pero el medio contemporáneo ha
reducido al arte a lo mínimo, propio de la
interpretación de cada uno y ha permitido las
57
insuficiencias dentro de la categoría del arte. Esto ha
eliminado el criterio de lo máximo justo y cumplido,
y el arte contemporáneo se redujo a cualquier cosa.
Lo mismo ocurre con el hombre. Se ha rebajado al
hombre a la categoría de cualquier cosa, y eso por la
defensa de los derechos del individuo, por la defensa
de los derechos del hombre, por la defensa de los
derechos de la libertad de expresión y por la defensa
de los derechos al libre pensamiento, que no es
malo, todo lo contrario. Pero en sus extremos el
derecho se ha olvidado del deber.
Se ha rebajado el deber del ser persona al nivel del
ser Yo, del ser lo que yo proponga y no del deber de
lo que debo cumplir para ser. Pero la necesidad
original del ser no se elimina por el cumplir con la
propuesta personal del ser. El ser adolece, y por lo
mismo termina en la consulta del psicólogo, del
asistente o del consejero que lo oriente. El
cumplimiento del ser humano es solo uno, ser
humano. Y el individuo tiene libertad para cumplirlo
o para no cumplirlo, el cumplirlo lo satisface y el no
cumplirlo lo frustra, lo desorienta y lo acusa hasta
cumplirse. Esta acusación no proviene de nadie
externo a él. Cada uno siente la sensación de haber
errado y esa sensación obliga a corregir. Se puede
ignorar el error y continuar errando, pero en algún
momento, la necesidad por realizarte te demostrará
de algún modo evidente, que tu elección no fue
correcta. El problema es que esas decisiones
inadecuadas producen daño, dolor e inseguridad y el
58
padecer estos traumas no gusta a nadie. No nos gusta
el dolor, pero sí aceptamos y en ocasiones exigimos
la posibilidad de errar. No nos gusta el daño, pero
nos permitimos la posibilidad del desacierto. En el
periodo de juventud es lógico pensar en el error,
pero al ser maduro no se le tolera errar.
Judicialmente se protege el derecho al acierto y se
castiga el daño producido por el adulto. Esta realidad
es por todos compartida y aceptada, pero no es por
todos compartida la necesidad natural del
cumplimiento del ser persona y esa necesidad es por
sobre el derecho constitucional o político. Si el
hombre madurase en su realización, un alto
porcentaje de leyes constitucionales dejarían de ser
necesarias. Vivimos muy lejos del ser normal,
porque estamos apartados del ser normado. Y
estamos apartados del ser normado porque
ignoramos la realidad de la norma. ¿Cómo vamos a
reconocer la realidad de la norma si consideramos al
ser humano incapaz de descubrirla? ¿Cómo vamos a
reconocer la naturaleza de lo absoluto si
consideramos todo relativo? Hemos creado un
parche frente al ojo y con uno solo no podemos
percibir la distancia al destino, creemos que el
destino lo tenemos frente a los ojos, cuando el ojo, al
tener el otro parcheado, no nos permite ver la
distancia del destino. Esta es la realidad del ser
contemporáneo. Una realidad corta de vista, realidad
del que no percibe la proyección por estar
contaminado con ideas ajenas a la norma como la
59
del misterio, o la de la reencarnación, o la de la
evolución, o la de la lucha de opuestos o la de que el
funcionar, modifica la función, o la cantidad
modifica la calidad. Estas y tantas nociones
inadecuadas impiden la normalidad del ser humano.
¿Tú crees que la cantidad no modifica la calidad de
las cosas?
Déjame que te explique: la calidad de la bicicleta,
por ejemplo, depende de su función. Si funciona,
porque te permite trasladarte de un lugar a otro, la
bicicleta es de calidad funcional, puede ser de mayor
o menor calidad por la suma de beneficios que esta
acumule, como por ejemplo el estar hecha de
mejores materiales etc, pero por muy buenos
materiales que esta posea si no te traslada, no
cumple con su función de ser bicicleta y pasaría a
ser un objeto de decoración, una antigüedad o una
chatarra, sería otra cosa. Si considero que la función
de la bicicleta es el trasladar, la calidad de la
bicicleta estará sometida al poder trasladar. Imagina
que tenemos muchas bicicletas inservibles,
¿modificarían esta cantidad de bicicletas inservibles
la calidad de la bicicleta? Asumamos que tenemos
muchas bicicletas útiles, ¿modifica la calidad de la
bicicleta el hecho de que sean muchas en cantidad?
Claro que podrías decirme que si unimos cuatro
bicicletas con un chasis podemos obtener un
automóvil, pero no fue la cantidad de bicicletas la
que asume la condición de ser automóvil, sino el
unirlas y ponerles el chasis y eso no lo hizo la
60
cantidad de bicicletas, sino la intencionalidad del
mecánico que las unió. Es cierto, pero es difícil
sacarse del convencimiento, aquellos significados
que, por alguna razón, adquieren la importancia de
ser considerados importantes.
Nos hemos extendido mucho en este capítulo sobre
el valor y no creo que se haya expuesto con claridad.
Vamos a ver cómo simplificarlo.
Valor es la cualidad contenida en el objeto que
satisface a la necesidad, interés o deseo del sujeto
que lo aprecia. Existe el potencial de valor en todas
y cada una de las cosas creadas, ese potencial de
llegar al extremo de satisfacer plenamente existe
contenido en potencia en cada objeto creado y este
potencial se establece en la medida de la intensidad
con el que sea apreciado. Podemos llegar a sentirnos
plenos al descubrir en una motita de polvo que es un
objeto intencionado, que justifica a una razón y que
se realizó para cumplir con esa razón que la justifica,
ese nivel de justificación tiene el potencial de
hacernos sentir plenamente satisfechos, así como
también si esperamos de la motita de polvo que
justifique a nuestra necesidad de ver en ella una
imagen de un ser persona, pueda frustrarnos y no
justificarse en medida alguna, ese potencial de ser
absolutamente plena en la satisfacción y el de ser
desechada por inútil son aspectos contenidos en el
potencial valórico de la motita de polvo. Por lo tanto
decimos que valor es el potencial de sentirnos
satisfechos así como contiene los atributos de
61
frustrarnos, dependiendo de qué espera el apreciador
de ella.
Al valor no se le reduce o amplía, al valor se le
establece en la correlatividad, concordancia o
correspondencia que establece con el apreciador. A
esta experiencia la podemos determinar con el
concepto de valor actual, y al estándar absoluto de
valor, a la posibilidad de hacer sentirse pleno, justo y
cumplido le podemos designar con el concepto de
valor potencial.
Valor entonces es una cualidad potencial que existe
en todo y el apreciador relativiza en su apreciación
el establecimiento del valor. El potencial de valor es
absoluto en todo objeto, pero se transforma en
relativo al nivel de apreciación del individuo que lo
pretende. Ahora creo que lo dejamos un poco más
claro. Dejemos este capitulo a un lado y permíteme
presentar otro aspecto interesante del valor, el de ser
moral, ético o estético. ¿Cómo le ponemos a este
capítulo? Moral, ética y estética, ¿te parece? Me
parece.
MORAL ETICA Y ESTÉTICA
La experiencia del valor dependerá del estrato de
exigencias que lo pretenda, y en ese desarrollo de los
estratos se inserta la necesidad de educarse. No
percibe el color de igual manera el artista plástico
que lleva cuarenta años estudiando el color que el
minero que se enfrenta a la experiencia del color,
62
luego de estar cincuenta años trabajando en la
oscuridad. Por supuesto que la experiencia en la
apreciación del color, es distinta en ellos. Lo mismo
ocurre con quien se sube por primera vez a un
formula uno sin saber manejar y quien se llama
Fernando Alonso, entre ambos se produce una
diferencia en la apreciación de los objetos. El artista
plástico al estar mas educado en el encuentro de los
matices podrá descubrir variaciones tonales
mínimas, mientras que el minero, probablemente
solo vea los colores primarios, lo mismo ocurrirá
con la apreciación de Fernando Alonso sobre el auto,
verá bondades o defectos que quien se aproxima por
primera vez no logre ni apreciar. Estas diferencias
ocurren por la diferencia en experiencia, en
conocimiento y en necesidades entre ambos. Se dice
que quien tiene más experiencia en el tema, quien
tiene más conocimiento del tema y quien descubre
más necesidades sobre el tema en particular es más
educado en ese tema que el otro.
Educar es precisamente eso, acumular experiencia,
conocimiento y sensibilidades.
El tema en sí que nos concierne en este caso es el de
ser humano y el más y mejor educado sería aquel
que más experiencias en cumplir con el deber de ser
humano posee; quien más conocimiento de la razón
de ser humano posee y quien es más sensible a
captar y retribuir a las máximas necesidades
humanas.
63
Este ser educado, lógicamente pretendería asimilar
el paradigma del biotipo humano y realizarlo
plenamente hasta concordar, coincidir y realizarse en
correlativa compenetración con él. Este ser educado,
debería reconocer cuales son las conductas morales
humanas y se daría cuenta de que la condición
humana determina que ejerza el dominio a voluntad
sobre los instintos de protección, de mantenimiento
y de reproducción, para calificarse moralmente
integro. Este ser educado descubriría que el caer en
la tentación del apetito intergenital prematuro,
impediría la comprensión del valor absoluto;
impediría la realización pura del amor absoluto y le
impediría el goce de la satisfacción plena del amor
vincular absoluto. Y que por esa razón, por no tener
la experiencia de la integridad, no podría confiar en
su existencia, que por no tener la experiencia de la
autenticidad en el afecto incondicional maduro, no
podría ni imaginarse el disfrute de la plenitud
máxima humana. Y lo peor de todo es que por no
experimentar el establecimiento del dominio sobre
sus instintos quedaría reducido a la posición de
pretender compararse con aquellos animales
semejantes a él, como los monos que por no poder
desligarse del instinto cumplen plenamente con su
función, mientras que el humano que no se califica,
se siente reducido por debajo de incluso el estrato de
los animales. Esta sensación de relegado, de
insuficiente, de insatisfecho y de inseguro es un
enorme peso moral, que algunos no toleran o que no
64
pueden tolerar. Esta es la razón de tantos suicidios,
que no ocurren en otras especies. Esta es la razón de
tantos divorcios, que no ocurren en otras especies,
esta es la razón de tantas depresiones, que tampoco
ocurren en el resto de las especies. Cuando vemos al
hombre en esta posición de ser incapaz de superar el
apetito de los instintos, no puede uno más que sentir
pena. ¿Cómo es posible que no sea capaz de
controlar el instinto de reproducción hasta encontrar
la razón de su función reproductora y operar en
función de su verdadera justificación? ¿Cómo es
posible que no sea capaz de superar el apetito
alimenticio, o el descanso o el temor, o la ansiedad y
la angustia? ¿Cómo es posible que la conciencia
humana no se reconozca por encima de estos
servidores? Sin duda alguna que esto ocurre cuando
se carece de educación. Cuando no se ha descubierto
el postulado moral del individuo, cuando aún no se
ha logrado madurar en el dominio y en el control del
celo emocional, intelectual y motivacional.
Cuando no se reconoce la homogeneidad de la
heterogeneidad, o no se asimila íntegramente que el
todo, es por sobre cada una de las parcialidades de
que se compone, la conciencia es huérfana, pierde su
autoridad.
Para ser un ser moral, el ser humano debe controlar
el celo emocional, intelectual y conductual. En este
sentido no puede caer en el apetito de los extremos,
no puede dejarse llevar por las sensaciones que le
provocan tensión y ganas de agredir al contrario. La
65
agresión ha de ser controlada. Al otro hay que
atenderlo, entenderlo y estar atento a él, para
seducirle con afecto, persuadirle con verdad y
motivarle con el ejemplo de lo bien hecho o de lo
correcto. Esta conducta frente al otro lo realiza, lo
dignifica y lo respeta. Esta es una conducta moral
emocional. Intelectualmente es necesario superar la
tentación del apetito de justicia, el ajusticiar al otro
acusándolo es un defecto intelectual, es pasar a
llevar al otro en invadir su derecho a la defensa. El
actuar de manera arrogante denigra al otro lo reduce,
lo limita y lo tilda de ignorante, lo ignora. Nadie
tiene ni el derecho, ni el deber de ignorar al hijo de
Dios y cada uno de nosotros somos hijos del mismo
padre, el creador. Como hijos que somos de la
misma función, el crear, debemos ser tratados con el
respeto a nuestras opiniones, a nuestros juicios y a
nuestras equivocaciones. Tenemos todos, el derecho
a emitir nuestros pensamientos, juicios y opiniones,
pero ninguno tiene el derecho a rechazar al otro por
lo que diga, de todos modos, oír no implica en
ninguna manera el asumir que lo que se oye se
admite. Podemos eso sí justificar nuestros
planteamientos para que prevalezca la verdad, pero
la autoridad frente a la relación ha de ser la de la
razón y no la de la autoridad. La prepotencia es un
extremo del conocimiento. La razón, la lógica y la
verdad no necesitan de intensidades para su
demostración. La intensidad en el lenguaje no
determina la veracidad de la razón. La verdad de la
66
razón se desprende de su justificación valida siempre
y para todos. El deseo de enfatizar en la
comunicación de un pensamiento no te hace ser más
poderoso, al contrario, evidencia el temor que tienes
a que te demuestren lo contrario. El dominio del celo
intelectual es producto de su ejercicio y en este
sentido es necesario estar educado.
Lo mismo ocurre con el apetito a la violencia. Esa
rabia que nos impulsa a rechazar al otro, pero no
solo a distanciarnos de él sino a quitárnoslo de
encima, a dañarlo a agredirlo con violencia, esa
rabia no es más que una manifestación de nuestra
escasez de recursos para superar la tensión. Escasez
de preparación, de educación de conocimiento sobre
el tema en sí, este celo es necesario controlarlo. La
escasez de recursos queda manifiesta en la conducta
violenta, que por lo demás no soluciona ninguna
situación, al contrario, la daña aún más.
El control y dominio sobre el celo emocional,
intelectual y conductual es la condición que te sitúa
en la categoría de ser maduro. Maduro es aquel por
sobre los instintos físicos y por sobre los extremos
tensionales, aquel por sobre la ansiedad y por sobre
la angustia. Por sobre la violencia, la arrogancia y la
discriminación. El ser humano maduro se identifica
con el tipo de conductas moderadas, emprendedoras
pero sin ser impositivas, ajustadas sin caer en la
arrogancia y determinadas pero sin extremar el
poder a lo violento. El ser humano maduro es
67
consciente, concordante y consecuente con el ideal
de las especies naturales. Es un ser moral.
Entendemos por moral a la suma de conductas
propias del individuo. A las conductas que le
benefician y aproximan a la autenticidad. El ser
auténtico es por sobre todo puro, justo y bueno.
Bueno no en el sentido de ser tonto, sino en el
sentido de ser eficiente. Justo en el sentido, no de
ajusticiar al otro, sino en el ajustarse a la norma. Y
Puro, en el superar la tentación del apetito
intergenital prematuro. Esto que tal vez incomode a
algunos, en realidad acomoda a todos y por esa
razón es necesario evidenciarlo. La pureza en el
amor se desprende del amor puro y no del
contaminado. El amor contaminado es un amor por
debajo de lo instintivo. Lo instintivo es acertado para
quienes deben ejercer el amor instintivo, pero para
quienes deben ser por sobre el instinto, el amor
instintivo los descalifica y los transforma en menos
que los que establecen lo que deben. El animal
cumple con su razón natural de reproducirse de
manera instintiva, porque esa es la razón a la cual se
debe, pero, el ser humano se debe a la razón de
superar el instinto reproductor hasta reconocer su
función original y cumplirla voluntariamente. De no
obrar de este modo, jamás comprenderá la verdadera
función del instinto reproductor y jamás podrá
volver a recuperar su condición de ser señor de los
instintos y señor del celo. Este ser caído, porque cae
en la tentación del apetito intergenital prematuro, no
68
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  • 2. CON UN IMAGINARIO Martín Soria Quizá esperes de este libro o, del texto que observas con atención, algún significado de interés. Algo que te inspire a seguir atento, algo que te transporte a un estado imaginario en el que la lectura entretenga de algún modo tus pretensiones. En realidad, algún interés manifiestas al observar las frases que estás leyendo. Piensa un poco en lo que ocurre en tu interior, no es necesario que levites, ni que cierres tus ojos para una profunda reflexión, ni que respires profundamente, no. Lo que te pido, es que seas consciente de algo que está ocurriendo en este instante en tu aparato neurológico. Trata de percibir ese pequeño estímulo, que te invita a continuar leyendo. Pregúntate, ¿por qué razón estás leyendo esto?, tal vez esperes -algo- del libro. Percibe qué es ese “algo”. ¿Esperas por casualidad, entretenerte, o quizá quieres aprender algo? Pocas veces nos hacemos conscientes de lo que sentimos en el instante en el que hacemos algo y curiosamente, lo que nos motiva a hacer ese “algo”, es la necesidad que sentimos. Sentimos todos, necesidades compartidas y necesidades particulares, por ejemplo: todos sentimos hambre y cada uno siente deseos de comer 2
  • 3. algo distinto. Ese “algo distinto” es siempre producido por lo mismo compartido, por el hambre, pero tenemos la tendencia a darnos cuenta de que a todos nos apetece algo distinto y nos cuesta reconocer que lo distinto es provocado por lo mismo compartido “el hambre”. ¿Qué es el hambre? Alguna vez cuando invitaste o te invitaron al restaurante de moda, pensaste en ¿qué es el hambre? Seguramente no era necesario o al menos no tan necesario como el responder a qué plato elegir para comer. Elegir el plato es una conducta compartida por todos al optar por algo para saciar el apetito, pero lo original en ese caso es preguntarse por el resolver la interrogante de saber el qué es el hambre. Estoy seguro de que nunca lo pensaste. O lo pensaste, y no perseveraste en el estudio necesario para reconocer al hambre. El hambre es un determinado apetito, es algo que te apetece de cuando en cuando, podrías decir. Pero eso no te satisface del todo, creo yo. Quizá si te encuentras cerca del computador te motives a pinchar en uno de sus buscadores para encontrar la respuesta, pero no será nada fácil. Tal vez encuentres soluciones como la de que el hambre es una sensación que indica la necesidad por alimento. Pero eso, tampoco es suficiente para satisfacer a tu intelecto. Pero si insistes un poco, podrías llegar a la conclusión de que el hambre es una carencia, lo cual indica que tu cuerpo debe satisfacer esa carencia, y al satisfacerla, ubicas a tu cuerpo en situación de equilibrio entre la necesidad y la saturación, porque 3
  • 4. si continúas comiendo, lo que te sobre, lo vas a vomitar. Es decir el hambre por sobre cualquier definición es una situación que ocurre para mantener un equilibrio, el equilibrio alimenticio. Como este tipo de equilibrio, podemos encontrar muchos otros, si nos preguntamos lo contrario a lo que generalmente preguntamos. Fijaos lo que ocurre cuando se tiene frío, uno se pregunta ¿donde habré puesto el chaleco? Pero conocéis a alguien que se pregunte Y… ¿qué es el frío? La respuesta en este caso es más sencilla: “es un descenso en la temperatura”. Pero también podemos llevarlo al extremo anterior y llegaremos a la misma conclusión el frío es una sensación que espera el equilibrio en la temperatura corporal. El equilibrio de las diferencias dicen los artistas que se llama belleza. También dicen algunos matemáticos que el equilibrio de las diferencias es el axioma, la regla o el principio. Incluso algunos ven en el equilibrio de las diferencias una constante universal y lo definen como Ley. Si analizamos la ley y llegamos a la conclusión de que toda ley se compone de deber y derecho, del deber de realizarse y del derecho al beneficio de lo realizado, podría aceptarse el hecho de que la ley, cualquiera que esta sea, es una manifestación del equilibrio entre el deber y el derecho, o entre la necesidad y el beneficio, o entre fiscal y defensor. ¡Mira tú a donde hemos venido a parar! Y todo esto por pensar 4
  • 5. distinto al resto. Aquí nos viene bien el dicho: “yo soy uno de todos, pero todos son Yos”. Supongo que ahora sientes más interés en continuar leyendo. Si no es así, es mejor que te sientes y te pongas a hacer lo mismo que hacen todos cuando se aburren en la lectura. Prende el televisor y mira las noticias. Puedo adivinar qué te van a contar y seguramente tú también lo sabes. El accidente que ocurrió, la desdicha del famoso de turno o el entretenimiento del grupo que se publicita en la ciudad. Quizá te sorprendan con algún descubrimiento científico o alguna construcción suprema, pero esas noticias se reservan al escaso porcentaje de frecuencia. Eso no interesa tanto como el empalizar en la necesidad de justificar tus rabias. Y de la pantalla se derivan los pensamientos lógicos de la noticia: ¡Este gobierno de mierda! ¡Siempre igual! ¡Pobre gente!. Estas expresiones despiertan la falsa compasión y la rabia contenida, pero ni la falsa compasión se satisface porque no existe el receptor de la compasión ni tampoco existe el receptor de la rabia. Así es que el televisor lo único que produce son falsas justificaciones. Produce necesidades que sabes que no serán satisfechas, y tensiones de rechazo por alguien al que no ves. Ese falso imaginario que convive con los telespectadores acaba por generar conductas totalmente ajenas a la realidad. No habéis visto las calles de Santiago después del partido entre la 5
  • 6. selección chilena de fútbol contra la de Argentina? Los escasos argentinos deben guardar sus colas entre las piernas porque de cada casa sale una especie de monstruo dispuesto a agredir al primer patagónico que se encuentre en su camino. Pero el televisivo ni siquiera estuvo en el estadio. Ni siquiera ha visto a los jugadores en su entorno y la mayoría de ellos no ha tenido ni contacto con argentinos. Es curioso ver cómo el humano se deja engañar por algo totalmente ajeno a él. El televisivo ni juega el partido, ni le pagan o le cobran, ni le afecta en algún modo el que uno u otro gane o pierda, pero se empapa de lo que no entiende. Esta frase me gustó:”se empapa de lo que no entiende”. Lo mismo ocurre con el devoto del artista, con el fanático del roquero, con quien defiende las bondades del supremo que jamás se equivoca siendo humano y que es perfecto pero inalcanzable. ¿Porqué pensar que exista alguien distinto a ti? Y aún más, ¡inalcanzable! Si todos crecen, todos comen, todos duermen y necesitan atención. ¿Qué pueden tener de distinto a uno? Solo fama, pero la fama es solo eso -fama-. A unos los conocen muchos y a otros los conocen pocos. ¿Qué puede existir de especial en eso? No por ser más conocido se transforman tus cualidades o tus capacidades emocionales, intelectuales o motivacionales. Se sigue sintiendo frío o calor, se sigue pensando y haciendo cosas. Tal vez lo que 6
  • 7. ellos hagan sea diferente a lo que tú haces, pero los dos hacéis. Y hacer es lo mismo para ambos. Si pensáis en las afinidades entre los públicos y privados, entre los extrovertidos e introvertidos, entre los ricos y los pobres, llegaréis a la misma conclusión que llegamos antes, a la conclusión del equilibrio. ¿Podrían existir líderes sin seguidores o seguidores sin líderes? Alguno ha de ser el primero y alguno ha de ser al mismo tiempo el último en el camino. No todos pueden llegar al mismo tiempo ni estar en el mismo lugar. Todos vemos fácilmente al primeo o al último pero pocos ven el equilibrio. Todo acto contiene intencionalidad y significación y la significación de su intencionalidad se justifica en la satisfacción de la necesidad por el acto. Esta es una frase para la Real Academia de la Lengua. Me puse a pensarla hace ya casi treinta años y ha sido la columna vertebral de mi conocimiento. Si cada acto significa algo y satisface a alguien, ha de ajustarse de algún modo. El ajuste es, en este caso lo interesante de las diferencias. Si el ajuste es importante, el descubrimiento de la justa medida sería entonces el gran descubrimiento. Y… ¿por qué no dedicar una parte de este libro al encuentro del ajuste compartido? Si todo lo creado ha de ajustarse, porque todo acto contiene intencionalidad y significación, el descubrimiento del ajuste sería el máximo descubrimiento. ¡Ahora sí nos pusimos densos! 7
  • 8. ¿Cómo descubrir el ajuste máximo, y por qué? El porqué está demás, porque si descubrimos la máxima razón que justifica al acto, a todo acto, descubrimos la justicia absoluta. ¿No será demasiado pretensioso? En especial cuando todos piensan que la justicia absoluta es un misterio y ha de mantenerse así como un misterio indescifrable. O peor aún, ¿Cómo pretender encontrar el justificativo absoluto cuando todo es relativo? …Me pregunto si será todo relativo. ¡Espera! Si decimos que todo es relativo, estamos afirmando una realidad que es para todo valida y si es siempre y para todo valida la afirmación de que todo es absoluto, se transforma en una constante inmanente. Pero ¿cómo no lo pensé antes? Si se afirma que todo es siempre relativo se está afirmando una verdad absoluta, porque es siempre y para todo valido. Esto nos pone ante la realidad de afirmar que no todo es relativo, porque nuestra afirmación es absoluta. Entonces se nos abre la posibilidad de encontrar la justificación absoluta, porque existe lo absoluto. Si los lados del cuadrado son siempre y para todos cuatro, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que esta realidad es absoluta. Ya sabemos que el destino existe, (sin que eso signifique estar predestinado, en el sentido de carecer de otra alternativa, para algo se ha nacido libre) pero debemos iniciar el recorrido necesario para llegar al destino, a ese determinado destino. 8
  • 9. Si la necesidad espera ser satisfecha el interés ha de esperar su justificación.¿Porqué tener la interrogante si no existe justificación que se ajuste a ella? Tal vez la justificación sea simplemente un -no hay razón para preguntárselo-, pero para eso, es tan necesario recorrer el camino de la justificación como para encontrar la otra respuesta, la de la naturaleza de la justicia absoluta se encuentra en tal y tal justificación. El ignorar la dirección, la desorientación produce una reacción terrible, así dijo en su tiempo el famoso Kierkegaard :” Si es terrible la mortalidad del alma, no menos terrible es su inmortalidad. Quizá te sientas un poco aburrido con tanta reflexión. Si quieres descansar un rato y tomarte un jugo o un cafecito, hazlo ahora, porque nos vamos a introducir en un verdadero cañón repleto de toda suerte de terrenos hasta llegar al manantial de vida. Si por el contrario te interesa continuar… ¡Vamos por ello!, ¡manos a la obra! Quizá el terreno sea en ocasiones un tanto árido, así es que te pido recursos mentales para soportarlo. En otras ocasiones será riesgoso y peligroso, puedes llegar a sentir que vas a perder la vida en ello, pero no temas, el manantial justifica la corriente y cuando encontremos y descubramos su origen, el hambre dejará de ser para nosotros un misterio. Permíteme titular a este capítulo el misterioso encuentro. 9
  • 10. EL MISTERIOSO ENCUENTRO Salimos de nuestro atolladero con la esperanza del descubrimiento, que no es la experimentación como algunos pretenden hacernos creer. Una cosa es experimentar sin encontrar una constante y otra distinta el levantar la losa y descubrir la vida en ella. Descubrir es reconocer algo cierto para todo, explorar es solo reconocer un territorio antes ignorado. Al descubrir pones a la luz alguna razón valida, al experimentar juegas a la esperanza del ver qué ocurre. Pero bueno, sigamos nuestro recorrido. Salimos con la entereza de saber que todo acto contiene intencionalidad y significación. Lo que nos demuestra una realidad antes no percibida, me refiero a la categoría posicional de causa y consecuencia. Lo necesario es lo causal y el beneficio que lo satisface es consecuente, pero esa consecuencia ha de ser por alguien realizada, lo que obliga a otra dualidad existencial posicional, me refiero a la categoría del activo constructor y del activo realizado. Aquí recuerdo que Platón hablaba de estas posiciones, que posteriormente repetiría Aristóteles y Hegel. Ellos calificaban esta categoría con los términos de sujeto y objeto, pero lo haya dicho quien lo dijera, la realidad está donde se funden el sujeto y el objeto que transforman una causa en efecto. En algún sitio leí que la realidad existe donde se confunden el sujeto con el objeto; esta afirmación es tan confusa como la confusión 10
  • 11. que se establece entre ambos. La naturaleza del acto nos dice que no se confunden los opuestos en él, sino que se ajustan. Acabamos de descubrir algo interesante, descubrimos la categoría de las dualidades complementarias de causal y consecuencia y del sujeto emisor y del objeto retributivo. Pero estas posiciones nada tienen que hacer sin un propósito a cumplir. ¿De qué sirve una causa sin una finalidad a cumplir? Y ¿de qué sirve un emisor sin un objeto a emitir? ¡Ya ves! el camino no es tan complicado, al menos por estos valles. Quizá se ponga más difícil después de las cataratas, porque existen cataratas sí ¡tremendas cataratas que nos impiden ver al otro lado de ellas! Pero, si estamos determinados podremos superarlas. Hemos visto cómo se justifica el intercambio necesario en la construcción de algo y sabemos por lo que analizamos, que todo acto, al ser producto de una necesidad intencional, se justifica en el satisfacer a dicha necesidad. Esto, no solo es un ejercicio filosófico, también podría considerarse una estrategia psicológica, e incluso morfológica. Es por así decirlo el condimento productor de la biología. Todo ser especie, sea esta la que sea, se produce u origina en función del justificar alguna razón, por no decir necesidad. Es curioso cuando se conoce el funcionar de las relaciones interespecie y darse cuenta de cómo, cada una de ellas, cumple con una 11
  • 12. justificación que las hace ser necesarias. Cuando vemos cómo las hormigas recolectan los restos de los insectos, o, cuando las aves siembran en lugares en los que a la planta le sería imposible de llegar, o, curiosidades tales como el saber que los pulgones de la rosa aparecerán posteriormente en los cultivos de uva, son una muestra del cumplimiento de servicios naturales que obedecen a funciones necesarias, pero que ignoramos. Basta ver aparecer los hongos sobre los cuerpos en descomposición para reconocer que satisfacen a un servicio que ha de cumplirse. Pero sí todas las cosas, todas las especies se justifican en el cumplir algún tipo de función, el ser humano que también es una especie deberá cumplir con alguna función predeterminada por su origen. Claro pero esto nos pone frente a un enorme desfiladero, ¿quien es el origen creador del ser humano? ¡Aquí nos metimos en terreno pantanoso! Si decimos que el creador es Dios, debería significar a Dios con su razón de ser y eso, tradicionalmente es considerado como un misterio indescifrable, por la sencilla razón de que nos antecede en una generación y siempre se antepondrá a nuestra especie, por lo tanto no tenemos cómo ajustar la función que Dios ha de cumplir. Pero… ¿y porqué no lo miramos desde otro punto de vista? Exploremos en encontrar cual es la razón que justifica al ser humano, reconociendo su pertenencia al orden en el cual se inserta. Mira, vamos a estudiar el orden perimetral o circundante en el cual se inserta el ser humano y reconociendo 12
  • 13. las concordancias en las funciones de cada especie llegaremos a justificar la concordancia del fundamento humano, ¿me entiendes? Veamos: Si dividimos a las especies naturales en categorías, podemos encontrar en primer lugar, la categoría de las partículas que son sistemas mínimos indivisibles. También podemos categorizar como el siguiente estrato de lo natural a los átomos y por sobre estos a las moléculas. Estas tres categorías conforman la base de las sustancias sólidas, líquidas y gaseosas. Por sobre este estrato diferencial podemos agrupar a la especie vegetal, animal y humana. Observando cada una de estas categorías, encontramos por sobre la indescriptible variedad de diferencias, algo común en cada una de ellas, y no solo en las categorías minerales, también en las vegetales, animales y humanas, me refiero, a la polaridad complementaria de director y dirigido, junto con la polaridad de sus valencias o complementariedades masculinas y femeninas. ¿Cómo es eso? ¡Veámoslo! Las partículas contienen una naturaleza directiva inherente, que invita al protón o núcleo central a girar y establecer el atractivo necesario para que el electrón fije su orbita en él, esta relación conforma el perímetro circular del átomo y de las partículas. A este círculo, circunferencia o esfera se le atribuye una imagen corpórea, sin ser tal, pero lo es en apariencia. Lo mismo ocurre con los átomos y con 13
  • 14. las moléculas. Por eso decimos que contienen una fuerza directiva interna y un perímetro orbital o imagen dirigida externa. Las plantas contienen una naturaleza directiva también inherente que motiva el crecimiento y desarrollo de los tallos, raíces y hojas y un cuerpo formado por estructuras y tejidos. Lo mismo ocurre con los animales cuyo cuerpo es dirigido por la fuerza del instinto. Si reflexionamos sobre esta dualidad compartida por las especies, llegamos a la conclusión de que los animales, plantas, moléculas, átomos y partículas contienen una naturaleza directiva inherente y un cuerpo o imagen dirigida por dicha naturaleza, del mismo modo que el cuerpo de los humanos es dirigido por la fuerza de la conciencia. Esta realidad dual de mente y cuerpo o de director y dirigido existe en todas y cada una de las especies naturales. Si me lo permites, te contaré otra característica similar en todas las especies vivas. Observando la naturaleza podemos constatar como cada especie contiene una combinación de genero masculino y femenino, los animales o son machos o son hembras, así también los vegetales que contienen o pistilos (masculinos) o estambres (femeninos) y si descendemos en las categorías encontraremos al catión y al electrón en la composición de las moléculas y las valencias positivas o negativas en las partículas de los átomos. Esta curiosidad es en suma de importancia porque gracias a esta coyuntura (nunca mejor utilizado el término co= dos yuntura 14
  • 15. =juntos) es posible el mantenimiento y desarrollo de cada una de estas categorías. ¿No es curioso el encontrar tanto parecido entre la multiplicidad de las especies naturales? Y uno pensaba que todas eran diferentes. ¡Claro que son diferentes! Pero en su fundamento son todas resultantes de la misma intencionalidad original. ¡Mira! Supongamos por un momento que todas las especies son producto de la energía. La energía, según nos dice la ciencia, o mejor dicho los estudiosos de la ciencia, los científicos, ni se crea ni se destruye, a pesar de que se transforme. Se transforma pero sin perder su condición de ser energía. Si se transforma contiene algún tipo de intencionalidad, selectividad y poder. Esta selectividad, intencionalidad y poder de transformarse en otra cosa, existe contenida en algún recipiente o contenedor emocional, (intencional) intelectual o selectivo y motivacional o voluntarioso. El contenedor de la emoción, del intelecto y de la voluntad es, según los filósofos un ánima, un motor, una alma o un tipo de conciencia. Esta conciencia contenedora de los atributos de intencionalidad, selectividad y poder, no puede ser estudiada por los científicos, porque ellos necesitan demostrar sus estudios y sus afirmaciones con comprobantes, y ¿cómo comprobar el peso o la densidad de la intencionalidad, de la selectividad o del deber que motiva a la realización? ¡No hay cómo! 15
  • 16. Quizá te perdiste un poco sobre lo que veníamos observando. En realidad estamos analizando el modo de concluir el estudio del fundamento humano, por lo que antes mencionábamos, sobre el pensar en el porqué de las razones ¿recuerdas? Cuando hablábamos del responder a la pregunta sobre el qué es el hambre. Aún no tenemos la respuesta sobre el qué es el hambre, más allá del entender que es un acomodo y que se establece entre la necesidad por alimento y el beneficio proporcionado por el mismo. Pero dejemos al hambre por el momento y sigamos en el estudio de los fundamentos del ser humano. Si concluimos con la reflexión del análisis de las dualidades complementarias entre causal y consecuencia y entre sujeto y objeto, o masculino y femenino, y perdónenme al utilizar el término sujeto, porque pareciera ser que el hombre, al que corresponde esta posición se debiera a alguna proposición a la cual se sujeta o está sujeto. No tiene nada que ver con esto. Sujeto es un término que designa la función de entrega, la función de atender, de entender, de estar atento a las necesidades del otro; en el más estricto sentido, podemos determinar al sujeto como director de la realización del beneficio del objeto. Y aquí perdónenme también las lectoras femeninas, por utilizar este término posicional para asignar la posición femenina. Objeto, en este sentido se refiere al complemento 16
  • 17. retributivo que al ser realizado por el sujeto en conformidad a su ideal, responde voluntariamente, convencida y satisfecha de sentirse plena con el cumplimiento de sus necesidades justas. Espero no haberme metido en un tremendo lío al utilizar estos términos de sujeto y objeto. Ya se que son un tanto ambiguos y que despiertan el acomodo de un sin número de presunciones y prejuicios, pero quiero pedirles que me los acepten por el momento y luego, después de terminar el libro me vuelvan a evaluar a ver si se ajustan o no al sentido común que compartimos. Esta realidad compartida por las especies naturales y por el ser humano, ha de estar contenida en el origen gestor de las especies. Si cuatro es dos veces dos, lógicamente dos más dos han de existir antes que el cuatro, ¿no es así? Utilizando esta misma lógica, si en el mundo del efecto se encuentran dualidades fundamentales de causa y efecto y de sujeto y objeto, en el origen gestor de estas dualidades han de existir también las mismas atribuciones de causa y consecuencia y de sujeto realizador y objeto a realizar. ¡Démoslo por hecho! De todos modos no es tan ilógico admitir que existe un origen gestor en el equilibrio de las dualidades propositivas de causa y consecuencia, mediante el equilibrio concordante entre el sujeto que realiza al objeto. Ya disponemos de nuestra primera conclusión: admitimos la existencia de un origen intencional que espera un 17
  • 18. beneficio que ha de cumplirse mediante la realización de una función específica. Esto no es ninguna voladura, no. Esto es ciencia. ¡No pongas esa cara de extrañeza! Si quieres te explico porqué. Todo es energía y la energía es fuerza en dirección. Para que surja algún tipo de fuerza y para que se establezca alguna dirección, es necesario intencionalidad y selectividad, además de algún tipo de voluntad de poder. ¿Están estas tras categorías en la energía? Si me respondes que no, deberías explicarme de qué manera se produce el movimiento, pero ha de ser alguna explicación también científica para que podamos continuar conversando en el mismo plano. No basta con sacarse el comodín del “yo no creo”. -Yo no creo- ni afirma ni niega. Por lo demás lo que tu creas o no, no cambia la naturaleza de las cosas. Yo no te estoy convenciendo de lo que yo creo, estoy analizando una reflexión enfocada hacia el encuentro de realidades constantes. ¿Dime si no es una constante la relación causa y efecto o, la realidad del director y dirigido? La misma energía constante es movimiento constante y ese movimiento se origina en una causa y se establece mediante acción y reacción, y de la compensación entre estas fuerzas, se establece la orbita o el efecto producto de la fuerza, a lo que llamamos energía. Esto es independiente del que lo creamos o no , esta realidad es, independiente de nosotros y nosotros somos movimiento también. 18
  • 19. Volviendo al tema de la reflexión, encontramos que todas las especies están hechas de energía y si la energía ni se crea ni se destruye no se origina ni se termina, es permanente y por estar en todo es constante e inmanente. Estas cualidades determinan a u origen gestor enérgico contenedor de los atributos duales de ser causal y consecuencia y de ser al mismo tiempo sujeto creador y objeto creado. Pero la cosa no termina en este postulado. Resulta que las dualidades de positivo y negativo, de catión y de anión, de pistilo y estambre y de masculino y femenino se buscan hasta el encuentro; se unen. Y esa fuerza que los une, también existe contenida entre el propósito de cada especie y su cumplimiento. Todas las especies cumplen con la realización de la necesidad que se ajusta a su razón de ser. Y para ser, las especies han de reproducirse, este es el único modo de permanecer en el cumplimiento de su deber hasta que por alguna razón dejan de ser necesarias y desaparecen. Luego, la existencia, acción y multiplicación de las especies naturales se justifica en el cumplimiento de la unión de sus complementariedades. Decimos que el amor es la fuerza que une y une a todo en su función y en el cumplimiento de su función la fuerza del amor se justifica, fuera de ella, se trasforma en otra cosa, en egoísmo. Y el egoísmo es una conducta temporal, mientras que la unidad es constante e inmanente. La energía es producto de un circuito, las valencias son únicamente porciones de u 19
  • 20. todo. La individualidad de las valencias no fabrica el circuito, el circuito depende de la incondicionalidad de cada una de ellas. Cuando el protón se da por el movimiento, se establece la atracción gravitacional del electrón. Lo mismo ocurre con el amor. Cuando se da por el realizar al otro, por beneficiarlo, educarlo y sanarlo, el otro se siente atraído por la generosidad, entendimiento y atención del sujeto, pero cuando el sujeto espera el beneficio del objeto, lo somete a su servicio, ignora la razón de su justicia y lo subordina al orden que este determina. En este caso, el amor se transforma en querer al otro para tenerlo. Querer al otro no es amar al otro. Querer al otro implica, hacerlo tuyo, poseerlo, limitarlo a la evaluación del fragmento que lo posee. Esto es distinto del amar al otro. Amar al otro es protegerlo para que se cumpla su destino, es convencerlo de la razón que lo justifica y motivarlo a realizarse completamente en justicia, para que sea justo. Ser justo lo realiza como auténtico, autónomo y altruista, es decir, libre, autónomo (auto= uno, nomo = ley uno con la ley) y responsable. Eso es amor. El amor se da, no se recibe, lo que se recibe es el beneficio del que te construye, la confianza del que te convence y la satisfacción del que te necesita para realizarte. El querer al otro para uno, es opuesto al amar al otro para realizarlo en la autenticidad, autonomía y cumplimiento del deber de ser persona. ¿No crees que estemos un poco lejos de esta comprensión? Seguramente tu creías que el querer al 20
  • 21. otro era lo mejor para él. Y seguramente así sea, especialmente cuando lo quieres realizar, pero cuando lo quieres poseer, estás obrando en contra de su justicia y en contra de la tuya. A nadie le beneficia el subordinar o someter al otro, porque el otro al darse cuenta te acusará, te hará sentir la culpa de haber obrado contra la ley. Pero volvamos al tema. Todas las especies buscan el unirse y si la unión o la fuerza que une es inmanente en todo, lógicamente ha de contenerla el origen gestor de todas las cosas. Tenemos ya una primera energía gestora dual y cuyas dualidades existen en perfecta unidad, pero unidad en la individualidad del ser original. Y… ¡no te desesperes hombre! Quizá te resulte un tanto largo este proceso de análisis, reflexión y síntesis. Ya estamos cerca de entender la composición del fundamento creativo originario de la creación. Veamos otro punto: el ser humano contiene capacidades y habilidades. Habilidades sensoriales y capacidades emocionales, intelectuales y motivacionales o creativas. ¿Reconoces ser poseedor de la capacidad de captar sensaciones, tanto de necesidades, como de beneficios? ¿Reconoces también el contener alguna capacidad inteligente en la que las razones y justificaciones se acomodan en función de un paradigma estándar de medidas? Y ¿Reconoces contener la libertad como para obrar a voluntad? Si reconoces estas capacidades, te será fácil reconocer también que el resto de las especies 21
  • 22. contiene los mismos atributos pero en distinto grado, por ejemplo, los animales sienten frío y tiritan, calor y transpiran; sienten ánimo y se animan, cansancio y se relajan. Pero no son capaces de sentir la necesidad de liberar al ciervo que se está hundiendo en el río cubierto del hielo que se trizó con su peso. Tampoco sienten la necesidad de reforestar una zona del planeta para el mantenimiento y beneficio de otras especies vecinas. Ninguna ballena se pasea por las calles de Nueva York con una pancarta entre las aletas en la que se lea ¿Salvemos a la especie humana de su ignorancia! Los animales sienten pero entre los límites de sus instintos. También las plantas sienten y si les pones música o gente amable a su alrededor, muestran un brillo que no te muestran las plantas abandonadas. Esto podéis deducirlo de los experimentos de Maseru Emoto y en sus experimentos veréis también cómo sienten los minerales. Todas las especies sienten en algún grado, todas seleccionan de algún modo y todas contienen poder. Emoción intelecto y voluntad existen en toda la creación. De ser así, el origen gestor de la creación ha de contener también capacidades sensibles, inteligentes y creativas. Emoción intelecto y voluntad, junto con la habilidad de establecer estructuras y cumplir con procesos, ha de ser una de las cualidades originarias de la creación. Sin ellas, nada podría existir. 22
  • 23. Si el origen creador siendo energía, eterna, incambiable y absoluta, contenedora de la capacidad emocional, intelectual y motivacional. Contenedora de deber y de derecho, ¿Con qué especie de las creadas consideras tú que se puede sentir plena, concordante y responsablemente realizada? ¿Con una especie que no comprende la naturaleza del origen? ¿Con una especie que no concuerde con sus atributos por no ser responsable? O ¿con una especie que sea libre para poder ser capaz a voluntad de realizarlo? ¿Con una especie que lo reconozca necesario en la medida en que se ajuste la autenticidad de la pureza, de la justicia, y del cumplimiento responsable del ideal máximo de la creación? Lógicamente se sentirá realizado con quien lo realice a él voluntaria e incondicionalmente, se sentirá justo con quien concuerde completamente con la naturaleza de su justicia y se sentirá pleno con quien satisfaga suficientemente a la necesidad de realizarse, con esa especie puede repartir el beneficio de su necesidad satisfecha, con esa especie puede compartir el derecho al beneficio del cumplimiento del deber máximo, absoluto y eterno. Solo con esa especie. ¿Te das cuenta de lo que te estoy diciendo? ¡Te siento un tanto adormilado! Despierta, porque me estoy dirigiendo a ti. Eres tú quien debe realizar al origen, realizándote en consecuencia con sus atributos. Si el origen gestor de la especie humana es responsable, lógicamente la 23
  • 24. especie humana ha de ser también responsable. Responsable es imposible serlo si se ignora la justificación del cumplimiento, si reconozco cómo ajustarme, puedo entonces voluntariamente ser justo y en eso transformarme en responsable, pero si ignoro lo que debo cumplir ¿cómo voy a ser responsable? Y si me obliga la fe o la autoridad ¿podré decirme responsable si realizo mi deber obligado por el miedo a perder algo de mi? La responsabilidad hay que cumplirla por sobre la in dependencia de la fe, como lo demostró Jesús cuando después de sentirse abandonado Padre ¿Porqué me has abandonado? Respondió, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. No se haga según yo quiero, sino según yo debo. Esta respuesta es muy interesante de asimilar, porque en muchas ocasiones nos encontramos frente a ese estar carentes de fe y la responsabilidad nos pide el cumplimiento aún en ese estado, porque de cumplir en ese estado nos calificamos como responsables. Y nadie, ni la fe nos lo puede reprochar. Hemos entendido ya varias cosas sobre el origen gestor. Ya viste que no es otro externo a ti, y viste que necesita de ti tanto como tu de él, porque sin realizarle a él, no te realizas tú y sin realizarte tú, no se realiza él. Esto es igual al tema del huevo y la gallina ¿Quién de los dos se realiza primero, el huevo o la gallina? ¿El huevo?, ¿La gallina? Ninguno de los dos; los dos al mismo tiempo. En el instante de poner el huevo, lo que hasta ese 24
  • 25. momento era una polla, se transformó en una gallina. ¿Quién se realiza antes los padres o los hijos? Los dos al mismo tiempo, el padre, antes de nacer el hijo no es papá y el hijo hasta que el joven no se transforma en papá no es hijo. Esta confusión histórica por no haberse sacado de la gallina, ha venido creando la convicción de que ignorar el dilema de quien hizo a quien, justifica el misterio del origen, pero la realidad nos evidencia que el huevo, el hijo o el producto no se establecen hasta que no se justifica al creador, lo que finaliza el misterio. Si el huevo y la gallina se realizan al mismo tiempo, el valor y lo valido se justifican en su realización. Lo que nos lleva a afirmar que el creador sólo se puede realizar como tal, en el instante en el que su obra es aceptada, por ser concordante con él y por sentirse satisfecho con ella. ¿Quien es entonces el juez evaluador de la realización humana como especie? ¿Es el individuo inmaduro e inocente (por no usar ignorante) de su función, el que puede evaluar la verdadera, auténtica y máxima función del ser humano? Y ¿con qué derecho puede evaluar la justicia quien ignora la ley? El único capaz de evaluar el cumplimiento del verdadero fundamento humano es su creador original. Pero aquí volvemos a encontrarnos con otra perspectiva… y ¿Quién es el que debe realizar, justificar y satisfacer a la naturaleza de la necesidad creativa? ¿Quién califica al arquitecto? ¿no es acaso la validez de su construcción? ¿Quién califica al medico? No es 25
  • 26. acaso el enfermo que se considera sanado por él? ¿Quién califica al maestro sino es el alumno que lo certifica valido? Al creador únicamente lo certifica el cumplimiento de su creación entera, creación esta que ha de ajustarse a su razón de ser y que ha de mostrarse cumplida en el deber de ser autentica, autónoma y responsable como él. El único ser de entre las especies creadas con la capacidad de ser auténtico en la razón y en el cumplimiento responsable del deber es el ser humano. Espero no haberte aburrido con toda esta información, pero, ya sabes, cualquier reflexión, implica una estrategia de alianzas que al justificarse validas, posibilitan la caracterización de una condición. Ahora que reconocemos algunas de las características originales del creador, podemos insertarnos en el estrecho pasaje de las justificaciones humanas. Me permites encerrar este capitulo con el título de justificaciones humanas? JUSTIFICACIONES HUMANAS Y pensar que se creía que el hombre era libre de hacer con su vida lo quisiera… ¡claro que sigue siendo aún libre! Libre para construirse o para destruirse, esta condición no la disfruta ningún otro ser vivo. Claro que tampoco existe otro ser vivo que se cuestione su libertad, y ¿para qué? ¿De qué le serviría cuestionarse si es o no libre, a aquella 26
  • 27. especie que no puede serlo? ¿Cómo pedirle a una esfera que solucione el problema del equilibrio? …¿Acaso dudas de la libertad del hombre?¿porqué no reflexionar un poco sobre la justificación de la libertad? Mira, definir la libertad como esto o lo otro no la identificaría hasta encontrar su justificativo. La justificación de la libertad es lo que debemos encontrar y eso nos ayudará a definirla con una significación concordante con su naturaleza. …¿que la libertad no tiene naturaleza? En el estricto sentido no, pero si utilizamos el término naturaleza para designar el conjunto de atribuciones que la justifican, entonces podemos acordar el designar la reflexión sobre la naturaleza de la libertad. ¿Podría existir libertad sin opción o sin alternativas, o sin posibilidades y discernimiento? ¡Lógico que no! Tan lógico como que no puede existir el hambre sin el alimento ni el alimento sin el hambre. ¿Se te abrió el apetito? ¡Busca algo para tomar! Aprovecha este momento, antes de que volvamos a ponernos densos y profundos. Curiosa esta expresión de ponerse denso y profundo, porque resulta que el lo más profundo del cono de la vida existe la alianza estratégica más densa en su intensidad, pero dejemos eso y ve a tomarte un tecito, para continuar reflexionando. ¿Te sientes mejor ahora? Te quitaste el peso del desinflado, estabas a punto de perecer por inanición. ¡Qué cosa esta del alimento! ¿No te parece latero el tener que estar llenando el horno de calorías, cada 27
  • 28. cierto tiempo, para que la locomotora continúe por su carril? ¡Pero si somos libres…! ¿en serio?¿somos libres? ¿Y por qué no puedo dejar de alimentarme? ¡Si! ¡Si que puedes! Claro, durante un rato, pero si dejo de comer me muero. Bueno y… ¿qué importa eso? Que te mueras o no, no te priva de la libertad de dejar de alimentarme. ¡Ah claro! ¿Crees que voy a preferir morirme que ser libre? No lo sé, pero no me justificas con eso que no dispones de la libertad como para comer o no comer. La libertad existe, para quien decide dejarse morir como para quien decide no dejarse morir, ¿entiendes? Hay personas que deciden a voluntad ayunar hasta morirse y esas personas optan por la determinación de someter su vida a la elección de su opción libre. Otros deciden dirigir su libertad hacia un destino más justo y deciden limitar su capacidad de optar y ponerla en función de optar por lo que consideran valido. ¿Comprendes? Podemos justificar la libertad como queramos pero siempre se justificará la libertad en el optar por lo que es considerado valido. ¡Comprobémoslo! Dime por ejemplo ¿cuando elijes hacer algo que no quieres hacer? ¡Claro! Existen muchas cosas que no quieres hacer e igual te determinas a realizarlas porque es mejor hacerlas que sufrir las consecuencias del no hacerlas, pero en ese caso estás optando por la opción valida, ¿no te parece? No hacer lo que no quieres hacer, te produce algo peor que el hacerlo, a pesar de que no quieres hacerlo, ¿no es así? En ese caso estás optando por la 28
  • 29. alternativa valida. Estás optando por lo que te conviene y eso es lo que optaste tú, porque muy bien podrías asumir la actitud de negarte a hacerlo y sufrir las consecuencias, pero prefieres hacerlo aunque no lo quieres hacer por sobre el sufrir las consecuencias de no hacerlo, eso es optar y es optar por la alternativa valida. Espero que lo analices un poco para no quedarte con la sensación de que estás haciendo lo que no te vale. No estás haciendo lo que no te vale, estás haciendo lo que consideras que debes hacer y eso es hacer lo que no querías, pero que finalmente analizaste y llegaste a la conclusión de que era lo necesario, era mejor que sufrir las consecuencias del no hacerlo. Esto cuesta un poco el comprenderlo, incluso aunque lo comprendas vas a creer que lo hiciste sin querer, pero no lo hiciste sin querer. Sólo el error se hace sin querer, pero el error, es solo un intermedio entre lo que pretendes y los obstáculos contenidos en el proceso. El error se corrige, o se busca corregir para la consecución de lo pretendido, lo pretendido es siempre considerado valido para poderlo pretender. Bueno, tampoco es necesario extenderse demasiado en esto, ya hemos aceptado que libertad es la capacidad de optar por lo que es valido y eso es consecuentemente así porque se ajusta a razón no porque tu o yo decidamos afirmarlo como significación teórica, si te das cuenta, llegarás a la conclusión de que si la libertad no fuese optar por lo 29
  • 30. que es valido, no podría establecerse la responsabilidad. Para que se cumpla la razón justa en libertad, es necesario que la opción se ajuste a razón y al ajustarse a la proposición resulta valida, luego la definición de que libertad es la capacidad de optar por lo que es valido, no es teórica, sino teoremática, me refiero a que es un teorema. Porque se ajusta a la necesidad de ser siempre y para todo valida. Espero que me estés siguiendo. No me gustaría estar monologando, después del esfuerzo que estamos compartiendo en el análisis de esta reflexión. La responsabilidad exige de la opción valida y elegida por libre voluntad, sin presiones de ninguna clase. Si lo vemos a la inversa, podemos llegar a la misma conclusión mira, si el acto es responsable, es porque cumple con el deber que lo hace ser necesario, se ajusta al deber, y por lo tanto esa opción es valida. ¡Viste! ¿Ahora te queda claro? te ha costado un poco, pero reconoce que es interesante ¿no es así? Quizá poniéndolo de otro modo te ayude a verlo más claro, mira, si optas por una alternativa ineficiente, por ejemplo: decides ir al cine que está en la calle 25 y en dirección norte, pero optas, haciendo uso de tu condición de ser libre, por seguir un recorrido en dirección sur, dirección opuesta a la que debes para llegar al cine y caminas un kilómetro sin encontrarlo, porque estás caminando en sentido contrario a la dirección valida o correcta, tu libertad de optar, te permitió optar, pero al elegir la 30
  • 31. alternativa no valida, debes de pagar con la reparación del error del Kilómetro recorrido para volver al cine. La opción no valida, esclaviza a la obligación de tener que reparar; tener que recorrer un espacio durante un tiempo que no era necesario y por eso encarcela al autor de esa opción, lo obliga a la reparación para poder beneficiarse de lo que, de haber sido acertivo, no debería haber sufrido. La libertad exige de acertar en la elección, para estar seguro y bendecido. Ha costado muchos años y mucho esfuerzo para llegar a esta reflexión. La historia no nos ha facilitado el camino del entendimiento de los límites naturales de la libertad. Se ha considerado que libre era aquel que podía hacer lo que quisiera, sin darse cuenta de que únicamente podía hacer lo que quisiera para ser libre u lo que quisiera es aquello que le vale, por lo tanto libertad es la capacidad de optar por lo que es valido, de no optar por ello es necesario reparar el producto de la falsa elección. El ser humano ha de optar, de acuerdo con esta comprensión por el cumplimiento de su alternativa valida y la alternativa valida es aquella que se ajusta a razón, a la razón de ser auténticamente humano. Y ¿qué es ser humano, ser auténticamente humano? Mira, los psicólogos dicen que el humano sano es el que no presenta conductas extrañas, pero ¿cuales son las conductas extrañas? Depende de la apreciación de cada psicólogo, dices tú. En realidad, los sicólogos expertos, pueden aproximarse al 31
  • 32. entendimiento del ser humano “normal” pero digo – aproximarse- porque, de conocer al ser humano normal, explicarían la norma natural que justifica al ser humano normal, pero ninguno de los sicólogos que conozco, ofrece el postulado de la norma, es decir, de la ley que determina la conducción humana valida siempre y para todos los humanos, del prototipo de caracterización humana, del arquetipo natural humano del biotipo de la especie humana. ¿Cómo es posible que no hayan descubierto ya ese arquetipo? Si no conocen la ley no pueden responsablemente ajustarse a la misma. Por lo tanto a pesar de aproximarse en la comprensión del ser humano, no pueden conocer la autenticidad del mismo en toda su dimensión. El ser integro es aquel que corresponde, concuerda y confirma la norma natural del ser especie al que pertenece. Todas y cada una de las especies naturales asumen un -rol especie- que todas sus individualidades cumplen en su integridad. Y los biólogos, zoólogos y demás estudiosos de las mismas, categorizan como funciones naturales del individuo de dicha especie, pero al enfrentar la realidad del ser humano, pareciera ser que el estudioso del mismo, tuviera que romper su esquema y validar en este caso una serie de premisas ajenas a las utilizadas en el análisis del funcionamiento del resto de las especies. Como si el hombre no tuviera que atenerse a una necesidad compartida, no debiera cumplir funciones o no hubiera ajustarse a razón 32
  • 33. alguna. Es algo extraño lo que el hombre propone como hombre. Es como si en él, la realidad del orden natural se detuviera, o como si no existiera para él o, como si debiera obrar de otra manera distinta a la natural, pero la verdad es que no puede obrar en contra del orden en el cual se inserta, por lo tanto o lo reconoce y se ubica, o el orden lo sacude en su superficie. Un hombre auténtico es aquel que opta por la alternativa valida y por lo tanto es libre, que si opta por lo valido, se ajusta a razón y por lo mismo es autónomo y si opta por lo valido y por lo justo, consecuentemente es responsable. El ser humano auténtico es una ser libre autónomo y responsable. Libre por optar por lo que es valido, autónomo por atenerse a la justicia, a la norma, a la ley, a los principios de la creación, (auto-uno; nomo –ley) y responsable por responder cumpliendo con el deber de ser valido. Este es el ser humano integro que todos estamos esperando. Pero, para poder llegar a ser, y lo voy a poner con mayúsculas porque es la pretensión del todo natural, no solo de los humanos, sino de todas y cada una de las especies naturales, como decía para poder llegar a ser LIBRE, AUTÓNOMO Y RESPONSABLES debemos descubrir, entender y comprender la ley. No se puede ser legal sin conocer la ley. No se puede ser responsable sin conocer la ley, no se puede ser auténtico sin ser autónomo primero. El justo es quien se ajusta y para eso ha de coincidir con la 33
  • 34. justicia, y sin ajustarse con lo justo voluntariamente no se puede ser responsable, si no se responde a la justicia libre e incondicionalmente no se puede ser auténticamente íntegro en justicia. Para descubrir la ley, hay que utilizar la razón y cuando la razón ha sido contaminada por lo opuesto a la ley, es muy difícil reconocer lo que es justo. Imagínate a un pastor turco, de los que pasan el día en las montañas, que vuelve a su casa y el padre le golpea desde niño, que le obliga a sacar las cabras todos los días de sol a sol, que vuelve a casa a ser golpeado, descalificado e ignorado. ¿Cuál crees que será la concepción del ser humano que este pastor tendrá? ¿Golpeará él a sus hijos? ¿Golpeará a sus cabras cuando estas se salen del rebaño? Lo más probable es que imite lo que ve, y si no ve orden por ningún lado difícilmente podrá asumir que exista. ¿Podrá este ser, en algún momento de su vida, reconocer la normativa natural del verdadero ser humano? Si, pudiera ser que lo reconociera, porque tiene la capacidad de hacerlo, es u ser que siente y puede sentirse pleno; es un ser que comprende y puede comprender las normas, y es un ser que realiza y puede completar lo que realiza, pero a pesar de estar capacitado, contiene dentro de su memoria una serie de rutinas que asume como normales. Rutinas como el estar desorientado, como el sentirse inseguro o como el sentirse incapaz. Se le ha repetido tantas veces que no acierta, que no sabe y que no vale, que la persona asume esa calificación como suya. Y, generalmente eso es lo que ocurre 34
  • 35. con un alto porcentaje de vecinos. Son demasiados los que padecen de falta de autoestima, por sentirse inseguros. En este ambiente en el que lo normal es descalificarse, desacreditarse, desconfiar, y devaluar al otro, difícilmente puedes sobreponerte a esa rutina tradicional y difícilmente puedas ni pensar que exista un orden para todos, un ideal absoluto para el ser humano. ¿No crees? Por eso que nos cuesta asumir nuestra ignorancia, si nos justificamos con la ignorancia del otro. ¿No has oído justificarse con lo menos del otro? ¡Yo soy desordenado pero tal y tal son increíbles de desordenados! Y con eso respiro. Pero no porque otro sea más desordenado que yo, justifica mi desorden y no porque el otro ignore el orden, puedo justificar mi ignorancia. Si ignoro el orden no puedo estar ordenado, por lo tanto debo yo, independientemente de lo que el otro haga o conozca, debo yo responsabilizarme por descubrir y conocer en qué consiste el orden. La historia está llena de justificativos, pero no hay uno que se ajuste a razón y eso, tiende a ponernos en la perspectiva de que no existe razón. Eso es un error. Pensar así es como decir yo pienso y pienso analizando y al analizar juzgo y al juzgar evalúo la validez del juicio, pero no tengo, ni conozco, ni creo que existan reglas para evaluar. Esta afirmación es ilógica, a pesar de ser por todos repetida. Es ilógica porque si analizo y comparo para emitir un juicio, al comparar estoy utilizando una regla de medidas, un estándar de valores, un a priori prototípico, 35
  • 36. categórico e imperativo, que determina si mi comparación es más o menos, o si se ajusta a alguna razón. Esa razón, esa justa medida, ese paradigma estándar es, por ser el que determina si estoy siendo justo o no, si soy más o si soy menos, ese estándar de valor es el primero que debemos descubrir. ¿No te parece? ¿cómo determinar si mi alternativa es o no valida si no dispongo del paradigma estándar del valor absoluto y eterno, es decir si desconozco la justa razón que es valida siempre y para todos, ¿cómo podré o sabré ubicarme en el lugar que me corresponde? Y, si por mi naturaleza he de ser responsable, ¿de qué manera podré ser responsable si desconozco qué debo hacer? ¿Viste que nos metimos en un gran atolladero? Pero no te preocupes, dispongo de las lianas para subir a la cima desde donde se ve todo claro. ¿Le ponemos un titulo a esta nueva etapa? Seguramente es el momento ideal para buscar algo que picar, un chocolate o algún fruto seco podría ser útil para el esfuerzo que debemos hacer ahora para subir a la cima y ver más claro. ¿Se te ocurre algún titulo para el encuentro con lo valido? ¿el valor? ¿así de sencillo? ¡Bueno, vamos con él! EL VALOR 36
  • 37. Valor es algo extraño, ¿no crees? Es algo que contiene la necesidad de poseerlo y al mismo tiempo es el gozo de disfrutarlo, es como querer y tener al mismo tiempo, o en el mismo lugar. Es sin duda algo curioso, porque no se puede entender como singularidad. El valor se necesita y se disfruta ¿cómo puede una cusa que se disfruta, ser al mismo tiempo necesaria? Cómo puede estar cargado el beneficio con una cierta dosis de ansiedad, aún en el instante en el que te beneficia? Es algo curioso de estudiar. Pero nos cuesta profundizar el ello, porque implica un gran esfuerzo mental y ese esfuerzo no es fácil de asumir por quienes nos encontramos insertos en la rutina del abandono. Pero ¡hagamos el esfuerzo! Valor es aquella cualidad contenida en el objeto que satisface a la necesidad del sujeto que la aprecia. Esta deducción es lógica, pero insuficiente. Veamos por qué. Es una cualidad contenida en el objeto de aprecio, de estudio o de servicio, que sirve, se ajusta a razón o satisface. Pero, esa cualidad, en el estricto sentido no está en el objeto, ni tampoco está presente en el sujeto que lo aprecia, esa cualidad se establece en la correlatividad emocional, en la concordia entre signo y significado y entre la coincidencia entre la necesidad y el beneficio. Se establece en un estado de fusión entre los complementos del deber y del beneficio. Visto de otro modo el valor es la unión entre el deber y el derecho de la ley. Ahí, donde se fusionan el deber necesario y el derecho al beneficio de lo que se ha cumplido, ahí, en ese concordar, 37
  • 38. coincidir y ser correlativos, se establece el valor. Por lo tanto el valor no se posee, no pertenece, no depende de, simplemente se establece. Y se establece en una dimensión ajena a las normativas de la existencia. El valor no tiene forma, ni masa, ni densidad, ni volumen, ni tamaño, ni sustancias. No participa de nuestra realidad física, pero es más real que la vida misma. Sin valor no se actúa, no se entiende, no se necesita. Valor es un destino por todos perseguido. ¿Me sigues? Cuando toco la tecla del computador es porque lo necesito para poner estos signos es este soporte para que tú lo leas. Para que tu lo leas, es una necesidad que surge en función de considerar que lo que escribo te va a beneficiar, y porque considero que te vale lo que escribo, me determino a seguir escribiendo. Luego, escribo, porque vale. Supongo yo que tú lees, porque encuentras algo de interés y porque esperas conocer mi postulado, sigues leyendo. Estar interesado es una necesidad por encontrar algo que te satisfaga ese interés y por lo mismo te vale. Lees por valor. Todo lo que hacemos, pensamos, o decimos, se justifica en el ser valido. Valor es una constante absoluta y eterna. Cada cosa que actúa, que se activa, que se mueve; toda existencia, acción y multiplicación opera en función de una razón. La razón que lo justifica valido. Valor es una constante inmanente, absoluta y eterna. El valor es el potencial que tiene todo objeto de servir 38
  • 39. para algo, de significar a alguien o de satisfacer a alguien. Como potencial que es, existe en toda la extensión de su potencial. Puede hacer sentir pleno al otro, o puede hacerlo sentir complacido en su determinado rango de apreciación, pero el valor contiene en su potencia, la capacidad de satisfacer plenamente, así como también contiene el potencial de gustar en el estrato de exigencias que sea necesario. Por eso decimos que es un potencial. Una mota de polvo por ejemplo es algo inútil para el encargado de limpiar, y consecuentemente la depositará en el cubo de la basura, mientras que esa misma mota de polvo, para el joven que acaba de recibir un microscopio como regalo de cumpleaños es una realidad de extrema importancia. El valor de la mota de polvo, en su potencial, se pierde al ser arrojada al basurero y se establece con el estudio en el microscopio. Ese potencial no varía, no se pierde, ni se agranda, ese potencial no cambia, lo que cambia es la disposición del apreciador del potencial. El valor, s en sí mismo incambiable, eterno y absoluto. La apreciación del valor es proporcional a la necesidad, interés o deseo del apreciador. En ese sentido el valor nunca cambia y por lo mismo no puede ser al mismo tiempo y no ser también. La misma teoría del caos nos lo corrobora cuando dice que nada puede ser y no ser al mismo tiempo. El valor no puede ser relativo en el sentido de ser valido y no ser valido al mismo tiempo, lo que se puede decir y en eso existe una razón es que el 39
  • 40. valor es relativo a la apreciación del individuo. En ese sentido se puede decir que el valor se relativiza a la apreciación se condiciona a la necesidad, se ajusta al grado de interés del individuo, pero la mota de polvo puede en su contenido valórico satisfacer al que la aprecie de manera plena, así como de manera insuficiente. Lo que no priva a la mota de poseer el potencial de satisfacer plenamente al biólogo que la estudia, al artista que la disfruta o al estudioso que la utiliza. El valor potencial existe en todo acto creado. Todo acto contiene intencionalidad y significación y sobre esta premisa si se justifica y significa, vale. ¿Quieres que analicemos el valor en toda su extensión? No pongas esa cara, el conocimiento axiológico, es muy interesante. ¡Dame un ratito y verás que te interesa! El valor contiene atributos sensibles, significativos y motivacionales. Puede responder agradando, justificando o sirviendo, ¿curioso, no es verdad? Es una realidad, trinitaria en ese sentido. Si el valor es trinitario en el sentido de ser emocional, intelectual y motivacional, debe ser porque el apreciador del mismo es también trinitario en el sentir, comprender y realizar. Fíjate de qué manera llegamos a reconocer en el ser humano los aspectos emocionales, intelectuales y motivacionales. Claro, el carácter del ser humano está compuesto por lo que siente, por lo que razona y por lo que realiza. Esta trinidad coyuntural o entrelazada, es en cierto modo indivisible, porque al sentir estoy reaccionando con 40
  • 41. movimiento, al saber estoy sintiendo el beneficio de la certeza o concordia y al hacer algo lo supongo necesario. Sentir, saber y poder son tres aspectos del que aprecia el valor, pero al mismo tiempo el valor contiene el potencial de producir emociones, de producir justificaciones y de producir beneficios. De esta trinidad natural se derivan la existencia acción y multiplicación de las especies naturales. Observa cómo se organiza la sociedad. La sociedad responde a tres aspectos del orden, me refiero al orden legislativo, en el que se ofrecen propuestas de ley que pretenden satisfacer a las necesidades sociales, semejantes en función a la emoción; el orden judicial, en el que se discuten, reflexiona, comparan o analizan las posibilidades de que esa propuesta de ley se ajuste o no a la realidad social, semejante al intelecto, y el orden ejecutivo, encargado de poner en práctica las leyes aprobadas por la justicia, semejante a la función de la voluntad. Curiosamente esto coincide con los órdenes en salud en el sentir, educación en el saber y trabajo en el hacer. ¡Qué interesante! ¡Ya te dije que te iba a interesar! El valor contiene estos aspectos trinitarios, en su función y necesita de aspectos trinitarios en su establecimiento. Para que se instaure el valor se necesita de un nosotros que determine las posiciones del yo y del otro. El valor se establece en la fusión en concordancia, y en el coincidir entre un sujeto que lo aprecia y un objeto apreciado. Sujeto objeto y 41
  • 42. beneficio son tres aspectos necesarios para establecer al valor. Esta santísima trinidad, podemos decir que es santa, porque es natural, pero decimos que es santísima porque es en todo y siempre natural. Se establece siempre y en todo. Esta santísima trinidad es necesario establecerla responsablemente, por lo mismo, debemos conocerla en su totalidad. Valor es una cualidad como antes mencionamos, que satisface a los diferentes estratos de apreciación, dependiendo del nivel e intensidad de la misma, el “contenido” de satisfacción va a ser proporcional a la necesidad, interés o servicio que este cumpla. El primer gol del partido se disfruta de manera diferente al octavo de la goleada. Los humanos experimentamos valor en el afecto, en la verdad y en el beneficio de lo bien hecho. Si observamos en el plano del afecto, existen distintos tipos de manifestación. El afecto filiar es demandante, pide atención cuidados, dirección, enseñanza, pero esa naturaleza demandante no la toma el padre como un sufrimiento, o como una imposición o como injusta, al contrario le agrada que el hijo le busque para que le ame, le agrada que el hijo le pregunte para aprender y le agrada que el hijo le pida ayuda para madurar. Este tipo de afecto filiar, es uno de los niveles del valor vincular. También podemos observar el afecto fraternal o de intercambio, que se establece entre hermanos o entre cónyuges. El afecto conyugo-fraternal es de 42
  • 43. intercambio. Te doy y me das, o si me das te doy, depende de cómo lo queramos posicionar. En este caso el intercambio es necesario y ni el uno ni el otro se incomodan porque el uno le de o porque el uno reciba. Si el hermano ofrece atención, interés y cuidado al hermano o hermana, el hermano no se va a sentir en una situación injusta por ello, lo encuentra valido, lo mismo cuando el hermano pide ayuda, pide significados o pide cariño, lo normal es compartirlo, este es otro nivel del valor vincular. Pero por sobre el vinculo filial y fraterno-conyugal, existe aún un nivel más generoso, es el valor del afecto paternal. El padre se entrega incondicionalmente por su familia entera, se entrega sin sentir que lo que hace al darse en ilegal o injusto, se entrega sin sentir que sufre, se entrega sin sentir que no le sirve entregarse. La entrega del padre es incondicional y no siente en esa actitud el ser o estar errado, al contrario, siente que es justo al darse por el beneficio de todos los miembros de su familia. Este tipo de valor es el que establece la máxima concordia con el ordenamiento natural de las especies. Toda especie se da, se ofrece a la voluntad del orden natural. Y en esa actitud se ajusta, se realiza, se integra y en ese coincidir, establece su autenticidad. Las partículas se ofrecen a los átomos, los átomos a las moléculas, las moléculas a los tejidos, órganos, o sustancias, los tejidos órganos y sustancias a los cuerpos, los vegetales a los animales los animales al hombre y el hombre a la ley, al orden 43
  • 44. y a la armónica compensación entre las diferencias. El hombre debe entregarse voluntariamente al cumplimiento de la razón justa para ordenarse en el contexto natural. El hombre sin ley no puede realizarse. Espero que no hayas perdido el interés, se que esto es un tanto intenso y en algunas ocasiones puede llegar a agobiar un poco, pero trata de entenderlo, porque es en suma importante para llegar a la conclusión del porque estos fundamentos son tan necesarios. Como te decía, quien ignora la ley no puede ser legal, no tiene como ajustarse. Podría tal vez acomodarse y por casualidad aproximarse a la experiencia natural pero no podrá cumplir con el deber de ser responsable, porque la responsabilidad se desprende del cumplimiento voluntario del deber y de no ser voluntario, en justicia no puede decirse responsable. Recuerda que lo que nos transforma en humanos es la categoría de ser libres, autónomos y responsables en el establecimiento del valor máximo absoluto y eterno, en el valor que se establece al ser persona. ¿Me preguntas qué es ser persona? Persona es un concepto con un significado un tanto difícil de precisar. Podría darte una definición pero no resolvería tu interrogante. Persona es algo que se nos muestra como superior a individuo, pareciera ser que el individuo debe madurar para adquirir el significado de ser persona. Legalmente se dice de la 44
  • 45. persona natural a aquella cuyas condiciones de responder de acuerdo a la ley la posibilitan como independiente o autónoma. Una persona jurídica es aquella que responde a la justicia con independencia. En unos casos es una organización, una sociedad una pluralidad, pero se considera persona, porque es considerada como ajustada a la normativa legal del orden. Y mientras su comportamiento sea legal, la personalidad jurídica se beneficia del disfrute de los beneficios del derecho, pero cuando no cumple con el deber se transforma en corrupta, en ilegal en delictual. ¿Por qué te explico esto? Porque lo mismo ocurre con el ser persona humana. Pero volvamos al análisis del ser persona. Si por persona se califica al ser autónomo, estamos refiriéndonos al ser maduro, y ¿Qué es un hombre o una mujer madura? Esta pregunta en sí es capciosa porque permite un sin fin de soluciones, un sin fin de respuestas, pero de entre todas las opiniones y juicios que se ofrezcan solo uno es el que se ajusta a razón. Solo una justificación de la madurez será la verdadera, y la verdadera será la que se ajuste a razón, a la razón de ser persona madura. Tratemos de entender, entonces qué es lo que determina al ser maduro. ¿puede el ser maduro ser viejo e incumplidor, añejo irresponsable? Claro que no si es irresponsable el maduro en edad no es maduro en justicia. Podemos entonces concluir de que un viejo, por haber vivido mucho no necesariamente se transforma en maduro, a pesar de 45
  • 46. que designemos a los maduros como entrados en años. ¿podría ser maduro un ser injusto que conoce muchas cosas, que sabe de todo mucho y que es considerado sabio por el medio, pero que es injusto en su función de ser humano? El humano inteligente que intelectualmente resuelve toda norma pero que no se ajusta en ella, tampoco podría decirse maduro en el sentido de ajustarse a la razón de ser humano si no se ajusta a razón. Y ¿podría decirse maduro aquél que goza de una familia en la que los vínculos que establece con sus miembros se sostienen sobre la base de serle beneficiosos solo a él? Una familia en la que el individuo domina, somete y subordina a todos sus componentes, no puede ser una familia madura en el beneficio compartido, en la confianza o en el beneficio de todos y cada uno de los componentes de la familia, ese individuo sería poderoso, pero no por eso es maduro en el sentido de personificar la libertad, la justicia y el cumplimiento responsable. Veámoslo desde otra perspectiva. ¿Puede sentirse maduro en el afecto incondicional alguien teme perder lo que tiene? ¿qué tipo de incondicionalidad voluntaria posee el individuo que teme perder lo que posee? ¿qué tipo de confianza puede haber establecido alguien que teme perder al otro? Si teme perderlo ¿podría sentirse confiado? Si siente el temor a perder el vínculo, o a perder a la persona o a perder lo que tiene, no ha madurado su concordia, su unidad ni su cumplimiento, ese individuo, por lo tanto, no es maduro. 46
  • 47. Maduro es aquel que se siente generador del otro, realizador del otro, y en el cumplimiento del otro se siente unido con él, confiado con él y vinculado con él hasta el extremo de no sentir ni el más mínimo temor de perderlo. ¿Cómo se puede perder la experiencia de aquello que has realizado? ¿Como se puede perder aquello que no te pertenece? porque lo que pretendes es realizarlo y no poseerlo. ¿Qué es lo que madura entonces al individuo? Emocionalmente lo madura el establecimiento máximo del vínculo en la unidad justa. El vínculo máximo en la razón es el vínculo incondicional maduro en los tres aspectos del proceso de maduración del mismo, me refiero al desarrollo y maduración de la incondicionalidad en el establecimiento del vinculo filial, conyugal y paternal. ¿Cómo se madura en el vínculo filial? El hijo para madurar como tal, ha de vincularse en la incondicionalidad absoluta con su padre, es decir ha de confiar en él, ha de obedecerle y seguirle hasta que el padre lo reconozca valido, justo y realizado. Para eso es necesario que el padre de ese hijo fiel, esté maduro, sea justo y realizado en concordancia con la incondicionalidad absoluta. De no existir este padre, el hijo ha de asumir la responsabilidad de establecerse él mismo como hijo fiel al ideal de la creación, fiel a la incondicionalidad justa y responsable. Ha de realizarse en el cumplimiento de la máxima necesidad justa del momento y lugar. Esta tarea no es fácil en una ambiente de total 47
  • 48. oposición a este criterio natural. Pero es la tarea, es la solución al problema de madurar al ser persona. Este hijo leal a la incondicionalidad absoluta, que cumple con realizar la máxima necesidad del momento y lugar, en concordia con las normas naturales, deberá incondicionalmente madurar en el afecto incondicional con sus hermanos, o con otros humanos, hasta realizarlos en confianza y en el vínculo incondicional del afecto. Estos hermanos realizados, convencidos de las normas naturales y emocionalmente vinculados en el afecto incondicional absoluto, posibilitarían a este joven que ha madurado en el afecto vincular absoluto y eterno, el iniciar una familia incondicional en el afecto, en la verdad y en la bondad, al mantener siempre la actitud, de solucionar la máxima necesidad valida para todos. Este joven que ha confiado a sus hermanos en la razón justa, que ha atendido a sus hermanos en el afecto incondicional y que ha conseguido que con cualquiera de ellos sienta una confianza hasta tal punto que no sea ni imaginable el temer perder la unidad con ellos, sería un padre maduro en el afecto, en el conocimiento de las normas naturales y maduro en las conductas eficientes. Con un padre así se puede iniciar una familia. Este cónyuge maduro, atendería a su esposa, la educaría y la vincularía en la confianza plena necesaria para realizar a sus hijos. Estos padres sobre la condición de ser expertos en la realización del vínculo incondicional, educarían, protegerían y 48
  • 49. madurarían en la confianza a sus hijos, hasta el hallar en su fidelidad y lealtad el estado de madurez necesario para bendecirlos en la unidad conyugal, con lo que se transformarían en semejantes a la incondicionalidad paterna. Esta pareja de hijos, con la protección y autoridad de los padres educarían a sus hijos en la incondicinalidad absoluta y al establecerse estas tres generaciones de abuelos, padres e hijos en la confianza de la razón máxima, en el cumplimiento de la necesidad máxima y en desarrollo máximo de su cumplimiento, establecerían el verdadero núcleo gestor de la especie humana. A esta familia en unidad, en justicia y en cumplimiento responsable, podríamos, la podríamos designar con toda justicia como sagrada familia o verdadera familia, o auténtica e integra. ¿Qué podría faltarle a cada uno de los miembros de esta familia? ¿Podría faltarles el verdadero afecto a quienes se encuentran incondicionalmente vinculados? ¿Podría faltarles la verdad a quienes se sienten en justicia confiados? ¿Podría faltarles la realización a quienes están cumplidos de manera natural? A cada uno de estos miembros se les puede decir persona, por ser legalmente libres, autónomos y responsables. ¿Entiendes ahora lo que significa ser persona? No ha sido fácil explicarlo, pero creo haber sido claro y preciso en la explicación. En caso de no entender algo, podrías volver a revisar lo escrito, yo se que no es fácil porque el planteamiento es en cierto aspecto novedoso, pero 49
  • 50. novedoso o no es lógico y seguramente al entenderlo bien te será de gran ayuda. Podemos decir que hemos descubierto el verdadero valor del ser persona. Pero la persona vale en el desarrollo de sus capacidades y si decimos que tenemos la capacidad emocional, intelectual y motivacional, deberíamos comprender el cómo madurar en cada una de estas capacidades. Emoción es la capacidad sensible que nos permite captar las necesidades y retribuir a las mismas con lo adecuado. La emoción capta y retribuye. Pero sentimos agrado y desagrado, atracción y repulsión, necesidad y deseo. ¿Cómo satisfacer a esta capacidad emocional? La emoción se satisface en el ejercicio del cumplimiento de la máxima necesidad. Aquel que piensa en cual es la máxima necesidad del momento y la satisface, se satisface a si mismo al sentirse valido para todos. Si piensas un poco en esto te darás cuenta de porqué son tan apreciados los héroes, los genios, o los sabios. Emocionalmente el ser humano se satisface en el resolver la máxima necesidad, esta visión es contraria a todo planteamiento racional contemporáneo. En la actualidad se dice y se repite que tú tienes que realizarte en lo tuyo, en lo que tu quieres hacer, en lo que te gusta, en tu trabajo, pero nadie te dice que debes realizarte en la función humana y que para funcionar como humano debes 50
  • 51. darte por solucionar la máxima necesidad del momento. Esto es revolucionario. ¿Quién te ha dicho antes esto? ¿Quién te ha pedido que dejes a un lado tus preferencias para cumplir con el deber de solucionar la máxima necesidad? Suena como a locura. Pero es la máxima justicia. Lo más justo es que cada uno de los hombres cumpla con el deber máximo necesario, porque cuando cumplen con el deber mínimo o fragmentario se sienten insuficientes, inseguros e insatisfechos. El reconocer la necesidad máxima no es algo fácil, en primer lugar lo máximo necesario sería educar al presidente de la nación, pero quizá difícil porque el presidente no dispone del tiempo para recibirte, pero quien si puede recibirte es el ministro de educación y en caso de que él no te escuche, o no responda, se puede educar a los candidatos al ministerio, a los decanos y docentes, a los líderes religiosos, políticos y sindicales. Esa sin duda sería la máxima necesidad, pero para alguien que no está en el ambiente de la docencia se le puede presentar esta necesidad como imposible de solucionar, entonces busaca aquella que te sea posible de solucionar, comienza por educar a tus familiares y amigos, hasta que algún amigo del ministro se encuentre en condiciones de llegar a él. Si buscas cumplir con la necesidad máxima de tu entorno, verás que si la resuelves con una actitud de incondicionalidad y de voluntariedad, el beneficio del cumplimiento del deber te retribuirá con una enorme satisfacción. 51
  • 52. Satisfaciendo a la máxima necesidad de manera voluntaria e incondicional, sin esperar absolutamente nada a cambio, te nutre con beneficio y te madura la capacidad emocional. También somos seres intelectuales. Podemos reconocer razones permanentes o constantes, pero lo máximo que puede satisfacer al intelecto humano es el reconocer la razón de su existir, la justificación que signifique al entendimiento del origen de la identidad y del propósito de la especie humana, cuando el intelecto humano reconoce su justificación en la existencia se satisface y se transforma en autónomo. En conocedor de la manera de ser justo, de ser legal ante los ojos de la naturaleza. Se puede ser socialmente legal, pero eso no asegura la confianza del ser persona. Se puede ser justo de acuerdo a la constitución del estado, pero eso no garantiza el ser humanamente justo. La verdadera justicia se desprende del cumplimiento de la razón de ser humano. El resto es útil, pero no suficiente. El intelecto humano se satisface en el entendimiento del funcionamiento de la actividad, en la comprensión de la mecánica de la relación, y en el asimilar y comprender con claridad la naturaleza del origen, de la identidad y del propósito del ser humano. Se puede ser muy inteligente, pero si no cumples con la razón de tu existir, tu raciocinio aún se siente insatisfecho. Se puede ser sabio en varias áreas del conocimiento, pero si se ignora la razón de tu existir, ignoras tu justificación natural y te sientes 52
  • 53. ignorante de la justicia natural. El justo es solo aquel que ha cumplido con su verdadera razón de ser y solo en ese cumplimiento responsable, es decir, porque lo entiende, se justifica. Es por muchos aceptada la postura de que el planteamiento de la función humana se debe al postulado particular de cada individuo, esta afirmación carece de sentido. A todo ser humano le satisface el cumplimiento de la máxima necesidad, lo que todo humano espera es el cumplimiento de la razón del ser especie humana, pero esta afirmación es novedosa, nunca se escuchó. Se escuchó, eso sí, el que cada humano se satisface de distinto modo, y el modo no modifica la necesidad de la función. Las necesidades básicas del ser humano se justifican en su cumplimiento y eso es norma. Nos queda un tanto grande el apreciar al ser humano como especie. Hemos pasado demasiados años entendiéndolo como un elemento aislado e independiente que justifica sus necesidades en función del altruismo arbitrario, del decidir uno mismo qué es lo que debe y que es lo que no debe y lo que debe, se satisface solo en el cumplimiento del beneficio que lo satisface y eso es siempre y para todos los humanos justo. El deber de ser humano, no se decide desde el postulado de la apreciación fragmentaria del individuo, se decidió en el origen del crear al ser humano. Del mismo modo que la necesidad de crear un cuadro, no la crea el autor del mismo, la necesidad de crear es anterior al artista. La necesidad se desprende del 53
  • 54. establecimiento del valor que justifica al deber hacer, en la satisfacción del beneficio del cumplimiento del deber, lo que se transforma en derecho. El deber cumplido genera el derecho al beneficio de lo cumplido. Esta norma existe contenida en toda ley. Toda ley contiene el deber de realizarse y el derecho al beneficio de lo realizado. Asumir esta realidad en un ambiente en el que se exige el derecho sin conocer el deber es confuso, por lo novedoso, lo que no deja de ser extraño, puesto que es necesario para todos. La normativa natural del funcionar humano es por todos los humanos esperada, pero al estar tan diversificadas las interpretaciones de la función, la función propia del ser pasa a ser desconocida. También tenemos voluntad, sin ella no dispondríamos del poder hacer. Para poder se necesita voluntad. La voluntad de todo humano es por todos compartida, me refiero a la voluntad que cumple con el deber de ser auténtico. Para ser auténtico es preciso ser autónomo es decir, justo, uno con la ley. Auto, dijimos previamente que alude al uno mismo y nomo significa ley. Sin ser autónomo no se puede ser justo y por lo tanto no se puede cumplir con el deber. La voluntad humana espera el cumplimiento máximo del deber de ser humano, esta realidad puede excusarse, puede postergarse, puede, incluso desecharse, pero no puede ser eliminada de la justicia humana. La razón que se ajusta a la norma es la que coincide 54
  • 55. plenamente con el cumplimiento del deber que satisface al derecho de la misma. Lo legal se establece en la concordia entre el cumplimiento del deber de la ley y el derecho que se desprende de la satisfacción del beneficio desprendido del cumplimiento d el deber. ¿Comprendes? Nos hemos metido en una zanja estrecha, pero bien iluminada. La realidad contemporánea está repleta de prejuicios, presunciones y pretensiones fragmentarias que desconectan al ser humano de su realidad. Se postula que la realidad es lo visible, lo tangible, lo medible y no se llega nunca a la conclusión de que esa realidad sensorial, no serviría de nada sin su correlatividad emocional, sin su concordia intelectual o sin su coincidencia motivacional. La realidad de las cosas no está en la cosa misma, está en el valor que la cosa proporciona. La mesa no existe como tal, es un montón de palos, es madera, es un vegetal, ni eso si quiera, la madera es una porción de la planta, es una sumatoria de tejidos y los tejidos tampoco son tal realidad son una suma de estructuras operativas, y las estructuras, tampoco son tal, son una suma de circuitos que responden a una fuerza inicial, una fuerza centrífuga, otra centrípeta y al establecimiento de una orbita circular que la sostiene; ni aún eso es real, la realidad de la fuerza tampoco es tal, puesto que se basa en una intencionalidad, una selectividad y en el poder de una voluntad que la dirige. ¿Cuál es entonces la realidad de las cosas? La realidad de las 55
  • 56. cosas se desprende del cumplimiento de la necesidad que las justifica. ¡Claro!, la realidad de la mesa no existiría sin ser necesaria para comer, subirse en ella o transformarla en leña. Pensándolo un poco mejor, la mesa, como tal, con ese nombre y con esas funciones, dejaría de existir sin alguien que la reconozca y la utilice como tal, luego, la existencia de las cosas se desprende de la función que estas cumplen. Esto me produce una sensación de vacío. ¿No te ocurre a ti lo mismo? Fíjate en el ser humano, el ser humano no cumple con su función, no está cumpliendo con la necesidad originaria de ser correlativo, concordante o coincidente con la necesidad de ser satisfecho en el dominio sobre los instintos y lograr de este modo la categoría de ser libre en el universo. No satisface a la necesidad de comprender la razón de su existencia y por lo mismo no puede cumplirla a voluntad, lo que le priva de lograr la categoría de ser responsable y justo. Me da mucha pena, saber esta realidad. Pero puedes tomarlo desde otro prisma, desde la perspectiva de quien ha descubierto la razón. Desde la mirada del que ve, y por lo mismo reconoce. Ahora, tu puedes cumplir lo que nunca pudo, ahora sabes, lo que nadie supo, ahora puedes lo que nadie pudo. ¿Te das cuenta de lo que tienes? Si, claro, pero me pone en la circunstancia de estar parado frente a un mundo confuso, ilógico, irracional e insuficiente. ¿Cómo voy a cambiar la realidad de todos ellos? No tienes que cambiarla. Tú, 56
  • 57. solo tienes que cumplir con el deber de ser humano, reconociendo la máxima necesidad del momento y lugar y satisfaciéndola, ajustándote a las razones constantes, entendiéndolas y educando en ellas. Esa es toda tu labor. Y verás cómo de a poco, tu influencia en otros, creará el atractivo del interés que despiertes en ellos. Recuerda que todos ellos esperan comprender la realidad. Todos ellos esperan realizarse a pesar de que se crean realizados. La historia ha repetido tantas y tantas veces las diferencias, que nos han hecho creer que somos todos diferentes en funciones y somos únicos en carácter y en forma, pero somos todos iguales en funciones. El sentido común no es diferente en cada uno, la conciencia del valor pleno, justo y cumplido, no es diferente en cada uno todos se sienten satisfechos al sentirse plenos, todo se sienten justos al reconocer una constante universal, como la de que el cuadrilátero tiene cuatro lados, y todos se sienten realizados en lo que deben ser. ¡Ves que somos todos iguales en funciones! Todos tenemos hambre, sed, frío o calor, sueño o cansancio, tenemos que crecer, que morir, todos funcionamos del mismo modo, lo que ocurre es que nos han confundido. La historia humana ha confundido al humano, lo ha hecho inseguro. Fíjate en lo que hemos transformado el arte. Arte es sinónimo de excelencia de lo máximo justo y completo, pero el medio contemporáneo ha reducido al arte a lo mínimo, propio de la interpretación de cada uno y ha permitido las 57
  • 58. insuficiencias dentro de la categoría del arte. Esto ha eliminado el criterio de lo máximo justo y cumplido, y el arte contemporáneo se redujo a cualquier cosa. Lo mismo ocurre con el hombre. Se ha rebajado al hombre a la categoría de cualquier cosa, y eso por la defensa de los derechos del individuo, por la defensa de los derechos del hombre, por la defensa de los derechos de la libertad de expresión y por la defensa de los derechos al libre pensamiento, que no es malo, todo lo contrario. Pero en sus extremos el derecho se ha olvidado del deber. Se ha rebajado el deber del ser persona al nivel del ser Yo, del ser lo que yo proponga y no del deber de lo que debo cumplir para ser. Pero la necesidad original del ser no se elimina por el cumplir con la propuesta personal del ser. El ser adolece, y por lo mismo termina en la consulta del psicólogo, del asistente o del consejero que lo oriente. El cumplimiento del ser humano es solo uno, ser humano. Y el individuo tiene libertad para cumplirlo o para no cumplirlo, el cumplirlo lo satisface y el no cumplirlo lo frustra, lo desorienta y lo acusa hasta cumplirse. Esta acusación no proviene de nadie externo a él. Cada uno siente la sensación de haber errado y esa sensación obliga a corregir. Se puede ignorar el error y continuar errando, pero en algún momento, la necesidad por realizarte te demostrará de algún modo evidente, que tu elección no fue correcta. El problema es que esas decisiones inadecuadas producen daño, dolor e inseguridad y el 58
  • 59. padecer estos traumas no gusta a nadie. No nos gusta el dolor, pero sí aceptamos y en ocasiones exigimos la posibilidad de errar. No nos gusta el daño, pero nos permitimos la posibilidad del desacierto. En el periodo de juventud es lógico pensar en el error, pero al ser maduro no se le tolera errar. Judicialmente se protege el derecho al acierto y se castiga el daño producido por el adulto. Esta realidad es por todos compartida y aceptada, pero no es por todos compartida la necesidad natural del cumplimiento del ser persona y esa necesidad es por sobre el derecho constitucional o político. Si el hombre madurase en su realización, un alto porcentaje de leyes constitucionales dejarían de ser necesarias. Vivimos muy lejos del ser normal, porque estamos apartados del ser normado. Y estamos apartados del ser normado porque ignoramos la realidad de la norma. ¿Cómo vamos a reconocer la realidad de la norma si consideramos al ser humano incapaz de descubrirla? ¿Cómo vamos a reconocer la naturaleza de lo absoluto si consideramos todo relativo? Hemos creado un parche frente al ojo y con uno solo no podemos percibir la distancia al destino, creemos que el destino lo tenemos frente a los ojos, cuando el ojo, al tener el otro parcheado, no nos permite ver la distancia del destino. Esta es la realidad del ser contemporáneo. Una realidad corta de vista, realidad del que no percibe la proyección por estar contaminado con ideas ajenas a la norma como la 59
  • 60. del misterio, o la de la reencarnación, o la de la evolución, o la de la lucha de opuestos o la de que el funcionar, modifica la función, o la cantidad modifica la calidad. Estas y tantas nociones inadecuadas impiden la normalidad del ser humano. ¿Tú crees que la cantidad no modifica la calidad de las cosas? Déjame que te explique: la calidad de la bicicleta, por ejemplo, depende de su función. Si funciona, porque te permite trasladarte de un lugar a otro, la bicicleta es de calidad funcional, puede ser de mayor o menor calidad por la suma de beneficios que esta acumule, como por ejemplo el estar hecha de mejores materiales etc, pero por muy buenos materiales que esta posea si no te traslada, no cumple con su función de ser bicicleta y pasaría a ser un objeto de decoración, una antigüedad o una chatarra, sería otra cosa. Si considero que la función de la bicicleta es el trasladar, la calidad de la bicicleta estará sometida al poder trasladar. Imagina que tenemos muchas bicicletas inservibles, ¿modificarían esta cantidad de bicicletas inservibles la calidad de la bicicleta? Asumamos que tenemos muchas bicicletas útiles, ¿modifica la calidad de la bicicleta el hecho de que sean muchas en cantidad? Claro que podrías decirme que si unimos cuatro bicicletas con un chasis podemos obtener un automóvil, pero no fue la cantidad de bicicletas la que asume la condición de ser automóvil, sino el unirlas y ponerles el chasis y eso no lo hizo la 60
  • 61. cantidad de bicicletas, sino la intencionalidad del mecánico que las unió. Es cierto, pero es difícil sacarse del convencimiento, aquellos significados que, por alguna razón, adquieren la importancia de ser considerados importantes. Nos hemos extendido mucho en este capítulo sobre el valor y no creo que se haya expuesto con claridad. Vamos a ver cómo simplificarlo. Valor es la cualidad contenida en el objeto que satisface a la necesidad, interés o deseo del sujeto que lo aprecia. Existe el potencial de valor en todas y cada una de las cosas creadas, ese potencial de llegar al extremo de satisfacer plenamente existe contenido en potencia en cada objeto creado y este potencial se establece en la medida de la intensidad con el que sea apreciado. Podemos llegar a sentirnos plenos al descubrir en una motita de polvo que es un objeto intencionado, que justifica a una razón y que se realizó para cumplir con esa razón que la justifica, ese nivel de justificación tiene el potencial de hacernos sentir plenamente satisfechos, así como también si esperamos de la motita de polvo que justifique a nuestra necesidad de ver en ella una imagen de un ser persona, pueda frustrarnos y no justificarse en medida alguna, ese potencial de ser absolutamente plena en la satisfacción y el de ser desechada por inútil son aspectos contenidos en el potencial valórico de la motita de polvo. Por lo tanto decimos que valor es el potencial de sentirnos satisfechos así como contiene los atributos de 61
  • 62. frustrarnos, dependiendo de qué espera el apreciador de ella. Al valor no se le reduce o amplía, al valor se le establece en la correlatividad, concordancia o correspondencia que establece con el apreciador. A esta experiencia la podemos determinar con el concepto de valor actual, y al estándar absoluto de valor, a la posibilidad de hacer sentirse pleno, justo y cumplido le podemos designar con el concepto de valor potencial. Valor entonces es una cualidad potencial que existe en todo y el apreciador relativiza en su apreciación el establecimiento del valor. El potencial de valor es absoluto en todo objeto, pero se transforma en relativo al nivel de apreciación del individuo que lo pretende. Ahora creo que lo dejamos un poco más claro. Dejemos este capitulo a un lado y permíteme presentar otro aspecto interesante del valor, el de ser moral, ético o estético. ¿Cómo le ponemos a este capítulo? Moral, ética y estética, ¿te parece? Me parece. MORAL ETICA Y ESTÉTICA La experiencia del valor dependerá del estrato de exigencias que lo pretenda, y en ese desarrollo de los estratos se inserta la necesidad de educarse. No percibe el color de igual manera el artista plástico que lleva cuarenta años estudiando el color que el minero que se enfrenta a la experiencia del color, 62
  • 63. luego de estar cincuenta años trabajando en la oscuridad. Por supuesto que la experiencia en la apreciación del color, es distinta en ellos. Lo mismo ocurre con quien se sube por primera vez a un formula uno sin saber manejar y quien se llama Fernando Alonso, entre ambos se produce una diferencia en la apreciación de los objetos. El artista plástico al estar mas educado en el encuentro de los matices podrá descubrir variaciones tonales mínimas, mientras que el minero, probablemente solo vea los colores primarios, lo mismo ocurrirá con la apreciación de Fernando Alonso sobre el auto, verá bondades o defectos que quien se aproxima por primera vez no logre ni apreciar. Estas diferencias ocurren por la diferencia en experiencia, en conocimiento y en necesidades entre ambos. Se dice que quien tiene más experiencia en el tema, quien tiene más conocimiento del tema y quien descubre más necesidades sobre el tema en particular es más educado en ese tema que el otro. Educar es precisamente eso, acumular experiencia, conocimiento y sensibilidades. El tema en sí que nos concierne en este caso es el de ser humano y el más y mejor educado sería aquel que más experiencias en cumplir con el deber de ser humano posee; quien más conocimiento de la razón de ser humano posee y quien es más sensible a captar y retribuir a las máximas necesidades humanas. 63
  • 64. Este ser educado, lógicamente pretendería asimilar el paradigma del biotipo humano y realizarlo plenamente hasta concordar, coincidir y realizarse en correlativa compenetración con él. Este ser educado, debería reconocer cuales son las conductas morales humanas y se daría cuenta de que la condición humana determina que ejerza el dominio a voluntad sobre los instintos de protección, de mantenimiento y de reproducción, para calificarse moralmente integro. Este ser educado descubriría que el caer en la tentación del apetito intergenital prematuro, impediría la comprensión del valor absoluto; impediría la realización pura del amor absoluto y le impediría el goce de la satisfacción plena del amor vincular absoluto. Y que por esa razón, por no tener la experiencia de la integridad, no podría confiar en su existencia, que por no tener la experiencia de la autenticidad en el afecto incondicional maduro, no podría ni imaginarse el disfrute de la plenitud máxima humana. Y lo peor de todo es que por no experimentar el establecimiento del dominio sobre sus instintos quedaría reducido a la posición de pretender compararse con aquellos animales semejantes a él, como los monos que por no poder desligarse del instinto cumplen plenamente con su función, mientras que el humano que no se califica, se siente reducido por debajo de incluso el estrato de los animales. Esta sensación de relegado, de insuficiente, de insatisfecho y de inseguro es un enorme peso moral, que algunos no toleran o que no 64
  • 65. pueden tolerar. Esta es la razón de tantos suicidios, que no ocurren en otras especies. Esta es la razón de tantos divorcios, que no ocurren en otras especies, esta es la razón de tantas depresiones, que tampoco ocurren en el resto de las especies. Cuando vemos al hombre en esta posición de ser incapaz de superar el apetito de los instintos, no puede uno más que sentir pena. ¿Cómo es posible que no sea capaz de controlar el instinto de reproducción hasta encontrar la razón de su función reproductora y operar en función de su verdadera justificación? ¿Cómo es posible que no sea capaz de superar el apetito alimenticio, o el descanso o el temor, o la ansiedad y la angustia? ¿Cómo es posible que la conciencia humana no se reconozca por encima de estos servidores? Sin duda alguna que esto ocurre cuando se carece de educación. Cuando no se ha descubierto el postulado moral del individuo, cuando aún no se ha logrado madurar en el dominio y en el control del celo emocional, intelectual y motivacional. Cuando no se reconoce la homogeneidad de la heterogeneidad, o no se asimila íntegramente que el todo, es por sobre cada una de las parcialidades de que se compone, la conciencia es huérfana, pierde su autoridad. Para ser un ser moral, el ser humano debe controlar el celo emocional, intelectual y conductual. En este sentido no puede caer en el apetito de los extremos, no puede dejarse llevar por las sensaciones que le provocan tensión y ganas de agredir al contrario. La 65
  • 66. agresión ha de ser controlada. Al otro hay que atenderlo, entenderlo y estar atento a él, para seducirle con afecto, persuadirle con verdad y motivarle con el ejemplo de lo bien hecho o de lo correcto. Esta conducta frente al otro lo realiza, lo dignifica y lo respeta. Esta es una conducta moral emocional. Intelectualmente es necesario superar la tentación del apetito de justicia, el ajusticiar al otro acusándolo es un defecto intelectual, es pasar a llevar al otro en invadir su derecho a la defensa. El actuar de manera arrogante denigra al otro lo reduce, lo limita y lo tilda de ignorante, lo ignora. Nadie tiene ni el derecho, ni el deber de ignorar al hijo de Dios y cada uno de nosotros somos hijos del mismo padre, el creador. Como hijos que somos de la misma función, el crear, debemos ser tratados con el respeto a nuestras opiniones, a nuestros juicios y a nuestras equivocaciones. Tenemos todos, el derecho a emitir nuestros pensamientos, juicios y opiniones, pero ninguno tiene el derecho a rechazar al otro por lo que diga, de todos modos, oír no implica en ninguna manera el asumir que lo que se oye se admite. Podemos eso sí justificar nuestros planteamientos para que prevalezca la verdad, pero la autoridad frente a la relación ha de ser la de la razón y no la de la autoridad. La prepotencia es un extremo del conocimiento. La razón, la lógica y la verdad no necesitan de intensidades para su demostración. La intensidad en el lenguaje no determina la veracidad de la razón. La verdad de la 66
  • 67. razón se desprende de su justificación valida siempre y para todos. El deseo de enfatizar en la comunicación de un pensamiento no te hace ser más poderoso, al contrario, evidencia el temor que tienes a que te demuestren lo contrario. El dominio del celo intelectual es producto de su ejercicio y en este sentido es necesario estar educado. Lo mismo ocurre con el apetito a la violencia. Esa rabia que nos impulsa a rechazar al otro, pero no solo a distanciarnos de él sino a quitárnoslo de encima, a dañarlo a agredirlo con violencia, esa rabia no es más que una manifestación de nuestra escasez de recursos para superar la tensión. Escasez de preparación, de educación de conocimiento sobre el tema en sí, este celo es necesario controlarlo. La escasez de recursos queda manifiesta en la conducta violenta, que por lo demás no soluciona ninguna situación, al contrario, la daña aún más. El control y dominio sobre el celo emocional, intelectual y conductual es la condición que te sitúa en la categoría de ser maduro. Maduro es aquel por sobre los instintos físicos y por sobre los extremos tensionales, aquel por sobre la ansiedad y por sobre la angustia. Por sobre la violencia, la arrogancia y la discriminación. El ser humano maduro se identifica con el tipo de conductas moderadas, emprendedoras pero sin ser impositivas, ajustadas sin caer en la arrogancia y determinadas pero sin extremar el poder a lo violento. El ser humano maduro es 67
  • 68. consciente, concordante y consecuente con el ideal de las especies naturales. Es un ser moral. Entendemos por moral a la suma de conductas propias del individuo. A las conductas que le benefician y aproximan a la autenticidad. El ser auténtico es por sobre todo puro, justo y bueno. Bueno no en el sentido de ser tonto, sino en el sentido de ser eficiente. Justo en el sentido, no de ajusticiar al otro, sino en el ajustarse a la norma. Y Puro, en el superar la tentación del apetito intergenital prematuro. Esto que tal vez incomode a algunos, en realidad acomoda a todos y por esa razón es necesario evidenciarlo. La pureza en el amor se desprende del amor puro y no del contaminado. El amor contaminado es un amor por debajo de lo instintivo. Lo instintivo es acertado para quienes deben ejercer el amor instintivo, pero para quienes deben ser por sobre el instinto, el amor instintivo los descalifica y los transforma en menos que los que establecen lo que deben. El animal cumple con su razón natural de reproducirse de manera instintiva, porque esa es la razón a la cual se debe, pero, el ser humano se debe a la razón de superar el instinto reproductor hasta reconocer su función original y cumplirla voluntariamente. De no obrar de este modo, jamás comprenderá la verdadera función del instinto reproductor y jamás podrá volver a recuperar su condición de ser señor de los instintos y señor del celo. Este ser caído, porque cae en la tentación del apetito intergenital prematuro, no 68