Las escenas pasaban raudas, contradictorias; alegría, admiración, niñez, nostalgia por la juventud, por la familia, por el terruño. En el auditorio había solemnidad, la sala lucía, ordenada, con muchos ramos de flores, repleta de asistentes, en lo alto de la pared sobresalía su nombre, “LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA”.
PRIMERA CRITICIDAD DEL REACTOR NUCLEAR RP10: 30 NOV 1988
ANATOLIA ALDAVE zop v2n7
1. “cuando vuelva a
visitarla, volverán
mis recuerdos a
la maestra
chiquiana,
Anatolia Aldave;
recordaré
presuntuoso sus
hermosas
poesías, sus
versos llenos de
dulzura y amor,
ellas brillarán en
Lima, como las
nieves de su
Yerupajá.”
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El Zaguán de Oro Puquio
También, recordaré a la maestra doña
Anatolia Aldave, enseñando con pala-
bras dulces y musicales a sus alumni-
tos, que también eran los animali-
tos, “pericotito mío, pequeñitos, pela-
ditos, sin poder mirar, caminas rece-
loso, sin saber por dónde vas”. O, los
patitos, "Motitas de oro, moviendo
colitas, tan obedientes, al agua se ti-
ran". Su vida de la poetisa fue difícil,
muy temprano se hizo huérfana de
padre, “!Oh! Tarde lluviosa. Nueve de
enero, se fue a la eternidad.. y el tiem-
po ido no ha podido, sepultar en el
olvido, el amor a mi papá". Su ausen-
cia, desde entonces, sería siempre
reclamada, “Ven ahora, Padre, dame
tu mano, te necesito tanto, quiero
sentir, el calor de tu pecho, como
cuando era niña”. Tus poemas de pa-
labras dulces, amorosas, simples, pro-
fundas, salidas del corazón, no necesi-
tan tener cientos de paginas, basta
una carilla, una estrofa, una palabra.
La joya que nos regalas hoy, la lucire-
mos, como emblema de creatividad,
de sabor y de expresión cultural chi-
quiana.
En los años que vivo en Lima, siempre
te vi presente en las reuniones de los
residentes, chiquianos, pero no te lo
hemos demostrado en la dimensión
que te lo merecías, será porque así
solemos ser, y que nos cuesta muchí-
simo valorar a alguien en vida, por
ello, en esta oportunidad, el homenaje
que se te brindó en la Casa de la Lite-
ratura, es el regalo que te han brinda-
do, tus amigos que has sabido culti-
var, ellos, (chiquianos, iqueños, truji-
llanos y limeños), han reconocido tu
valía, tu esfuerzo, tu aprecio al amor y
cariño que le das a la poesía y a la
amistad. Como chiquiano y familiar,
doblemente satisfecho solo atino a
decirte, que eres ejemplo a la creativi-
dad, a la perseverancia y a la cultura.
PATIO DE MI ESCUELA
(Barrio de Leticia, 1957)
Patio de mi Escuela
llenita de piedras,
llenita de polvo
así yo te quiero
Cuántas veces
me he tropezado,
rodillas y codos
Las escenas pasaban
raudas, contradicto-
rias; alegría, admiración,
niñez, nostalgia por la
juventud, por la familia,
por el terruño. En el audi-
torio había solemnidad, la
sala lucía, ordenada, con
muchos ramos de flores,
repleta de asistentes, en lo
alto de la pared sobresalía
su nombre, “LA CASA DE
LA LITERATURA PE-
RUANA”. Cerca estaba el
espacio dedicado al gran
escritor Mario Vargas
Llosa, desde el hall de
entrada, una grande y
ancha escalera, descendía
hacia el río Rímac, dando
una imagen de postal; en
la parte baja, como si fue-
ra un patio inmenso, habían mesas al
aire libre para los visitantes que
desearan leer algún libro o revista.
Toda esta escenografía, demostraba,
la importancia del lugar, recientemen-
te inaugurada por el Presidente del la
república; en cada esquina se percibía
cultura literaria, novelas, cuentos,
poesías, desde la Selva, Costa y Sierra,
aquí estaban, no cabía dudas, las me-
jores producciones del país, y, los au-
tores más reconocidos.
Entonces, cómo no sentirme feliz,
sorprendido y entusiasmado, de ver a
nuestra tía Anatucha, que a sus 87
años, ingresaba por lo puerta grande a
esta mansión, a ponerse codo a codo
con lo mejor de la literatura peruana.
En adelante, cuando vuelva a visitarla,
volverán mis recuerdos a
la maestra chiquiana,
Anatolia Aldave; recorda-
ré presuntuoso sus her-
mosas poesías, sus versos
llenos de dulzura y amor,
ellas brillarán en Lima,
como las nieves de su
Yerupajá.
El Rímac, la Plaza de Ar-
mas, el Jirón de la Unión,
se sentirán acompañados
de: “¡Chiquián querido!.
Mí querida patria encan-
tada. Mi Espejito de Cie-
lo.”. Entonces, el orgullo
me volverá y diré, “Te
quiero y te extraño, mi
tierra linda, pedacito de
cielo “.
me he raspado
y llorando de rabia
me he levantado.
Hoy que soy grande
recuerdo de chica
que no me gustaba,
pero pasan los años
y te guardo cariño
¡Patio de mi Escuela!
Pluma del Viento
Lima, 8 de julio de 2010
Poetisa chiquiana Anatolia Aldave ejemplo de creatividad
Poemario, presentado en la Casa de la
Literatura. Chiquián la saluda, orgullo-
so
Doña Anatolia Aldave, recibió un justo
homenaje en el centro de la literatura.
Amigos ancashinos y chiquianos feli-
ces del éxito de la maestra y poetisa.
Permanente declamadora en las acti-
vidades culturales limeñas