3. II. Tener y dar ánimo
(constantemente)
• Cuando el ánimo esta caído el pueblo
no labora, para un buen liderazgo es
necesario mantener el ánimo de
nuestro equipo arriba, es necesario
animar a otros aun cuando no se
reciba ningún
beneficio .
(Como Moisés que animó
a Josué, a pesar de que él
no participaría de ningún
beneficio).
• Deuteronomio 3:27-29
6. Nehemías 4:1-6
• Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue
terminada hasta la mitad de su altura, porque el
pueblo tuvo ánimo para trabajar.
7. • Somos capaces de luchar como fieras contra
las ofensas, las dificultades, ser como
lanzallamas encendidos ante los
problemas…pero si caemos en el desánimo,
¿quién nos levanta con cucharita? Y al
examinarnos nos damos cuenta de que quizás
los problemas no sean tan grandes...lo que
pasa es que nos hemos.”desinflado”
por dentro y todo
parece gigante,
inalcanzable,
imposible.
8. • Sabiendo cuán importante es el ánimo, recordemos lo
que dice Deuteronomio 31:6: “Esforzaos y cobrad
ánimo...” Charles Swindoll escribe lo siguiente:
“Tenemos muy poco control directo sobre nuestras
emociones, pero el máximo sobre nuestra conducta.”
• O sea, si entendemos que el ánimo es una
emoción, (y una emoción nada sólida, dicho
sea de paso), analizaremos qué cosas sí
pueden producir cambios
en nuestra actitud. Porque
el desánimo puede
ser un excelente maestro
si nos tomamos el tiempo
de reflexionar:
9. ¿Qué es lo que realmente me desanima?
• Hay que descubrir al verdadero culpable aquí.
¿Cansancio? ¿Enfermedad? ¿Una relación
desgastante? ¿Una vida rutinaria, sin victoria?
• Desenmascarar las razones que se esconden detrás
del desánimo nos debiera dar una pista de dónde
trabajar. Sí, hay que esforzarse, pero en las
decisiones correctas. A veces el desánimo nos obliga
a examinar nuestras motivaciones. ¿Por qué estamos
haciendo lo que estamos haciendo? ¿Por agradar a
mi familia, a la gente? ¿Por sentirme presionada en la
iglesia? ¿Por impulso? ¿Hay amargura y falta de
perdón en mi vida? Si no somos íntegros en nuestro
obrar, nuestra vida interior sufre
inútilmente.
• El desánimo me lleva a otra pregunta :
10. ¿Estoy esperando recompensa o resultados
de los demás?
• Gran parte de nuestro desánimo surge de
nuestras expectativas que tenemos sobre los
demás. Si yo cocino rico, quizás mi marido me
lave los platos. Si soy amable con todos, ¿por
qué no todos son amables conmigo? Sin
darnos cuenta, detrás de estos pensamientos
hay una idea: la extorsión. Estamos dando algo
a cambio de...que el otro haga lo que yo deseo.
Y si el otro no responde a
mi medida,
me amargo, me enojo...
y me desanimo.
11. ¿Cuál es la solución?
• Simplemente, Haz lo que tengas que hacer con
todo el entusiasmo que tengas...pero no
esperes nada de los demás. ¡Esto sí que
cuesta! Pero...¡qué libertad resulta de
simplemente hacer lo que tengo que hacer sin
esperar nada a continuación! Y si surgen
reacciones y cambios de los demás, será
simplemente un maravilloso regalo...no un
“¡Por fin cambiaste! ¡Era hora!” Y el regalo que
se da y se recibe de corazón, ¡qué maravilloso
recibirlo!
Y va la tercer pregunta :
12. ¿Estoy fortaleciendo mi vida espiritual
a la par de todo lo que hago?
• Si tengo dos macetas con plantas, y una se llama
emociones, y la otra vida espiritual, y sólo riego la
primera, ¿qué va a pasar con la segunda? ¡Pues
claro, se secará! Estar desanimado muy a menudo
revela que...no estamos creciendo espiritualmente. El
tema no es “pedir problemas mas pequeños, sino
hombros mas grandes.” ¿Y cómo se logra? Doblando
rodillas, estudiando la Palabra, leyendo buenos libros,
conversando con buenos creyentes...buscando la
perspectiva espiritual en todas las cosas.
• El desánimo me puede indicar
áreas en donde debo reforzar
mi vida espiritual.
13. • Y se va la cuarta pregunta. Ya que el desánimo es un
mal tan común en estos tiempos, ¿por qué no
ejercitar el músculo del ánimo? Todas las
personas que te rodean necesitan una palabra de
ánimo, ni al mas pintado le sobra una palabra de
ánimo. Una sonrisa. Una palmada en la espalda. Un
saludo. Un abrazo.
• A ese joven que anda mal en el colegio. La viuda que
se siente tan sola. Ese niño difícil. Esa mujer de mal
genio. Ese hombre sin trabajo. Y A MI, QUIEN?
• La clave está en vivir tomado de la mano del Señor, y
aferrándo nuestros pensamientos en
la Palabra de Dios. Cuando hacemos
esto la presencia del Espíritu Santo,
se derrama en nosotros
renovando
nuestro estado de ánimo.
14. • Cuentan que el diablo sacó a la venta todas
sus herramientas maléficas. Mientras los
posibles compradores deambulaban
mirando semejante colección de
herramientas, consultaban sus diferentes
precios.
15. Un comprador preguntó: -¿Y esto cuánto
vale?
El diablo contestó: -Es la falta de
perdón, y cuesta $ 500
17. • Un tercero preguntó: -¿Y esto cuánto
vale?
Y le contestó: -Es el enojo, y vale
$ 1,500.
18. • Al final del recorrido, un curioso comprador
encontró una herramienta tan pero tan
pequeña que era imposible casi de ver. Sin
embargo, el precio rotulado era de
$ 9.500.
-¡Qué barbaridad!- exclamó el hombre,
volviéndose al diablo. -¿Y qué puede ser
esto que valga tanto?
*
19. -Ah- dijo el diablo complacientemente-
esa herramienta es el desánimo, y
cuando todo lo
demás falla,
el desánimo
nunca falla.
20. • Dar ánimo a otro habla de desprendimiento, de
generosidad, de vida espiritual. Y aunque te
sientas aun desanimado, ¡dar ánimo a otro
ciertamente va a darte ánimo!
No puedes dar ánimo sin ser bendecido.
• ¡Te animo a que des ANIMO!
21. • PROXIMA CLASE:
Tercer principio
Bíblico
para todo
lídersiervo:
“Tener un
espíritu
restaurador”.