1. El Consumidor
En pocas palabras un consumidor es
aquella persona que consume o
adquiere productos para consumir. Por
otra parte, puede ser una organización
que demanda bienes o servicios.
El consumidor moderno se caracteriza por
ser:
Hiperconectado: Conectados a
dispositivos donde compran y crean
contenido.
Caótico: Sus formas de reaccionar
dependen de múltiples factores.
Ecológico: Las marcas que atiendan
al llamado ecológico tienen ventaja.
Móvil: Nunca se queda quieto y
permanece comunicado en todo
lugar.
2. El origen del consumidor concretamente, fue partir de la
Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando
la producción cobró una gran importancia,
contribuyendo a aumentar las necesidades; entre otras
causas, porque las exigencias del propio desarrollo
capitalista condujeron a una situación en la que la
demanda del consumidor debía ser a la vez estimulada y
orientada, en un mercado en constante expansión y
transformación cualitativas internas, como consecuencia
del cambio estructural del primitivo capitalismo de
producción en el que podemos llamar neocapitalismo de
consumo.
Ahora bien, la importancia del consumidor radica en
que estos son los jefes de cualquier marca, producto o
servicio. Son ellos quienes determinan el éxito o
fracaso de un producto o campaña. Su punto de vista
ha evolucionado de la mano de la tecnología y se han
vuelto cada vez más críticos.
Por esta razón, son cada vez más conscientes del
poder de su opinión, lo que ha llevado a las marcas a
fijar su prioridad en satisfacer sus gustos y
necesidades.
3. A su vez, los tipos de consumidores son:
1. El protector: No está seguro de en qué va a terminar la
situación y se prepara para lo peor. Disminuye el gasto y
ahorra para los tiempos inciertos.
2. El solidario: Se esfuerza por mantener una actitud
responsable pero pragmática. Prefiere las soluciones prácticas
y realiza recortes menores en la economía doméstica. Piensa
en los demás exactamente igual que piensa en sí mismo.
3. El experto: Es alguien muy selectivo que antes de comprar
pide mucha información. No se arriesga lo más mínimo,
piensa a largo plazo y cumple lo que planea. Sus gastos están
absolutamente contabilizados; es difícil de satisfacer y muy
racional.
4. El soberano: Está decidido a seguir viviendo en un alto
nivel, si bien se permite un lujo menos vistoso pero con el
mismo estatus de calidad. Para este tipo de consumidor, la
crisis es el momento de demostrar habilidades de mando y
decisión.
5. El espíritu libre: Se encuentra en búsqueda de todo aquello
que ayude a evitar la recesión. Solo está dispuesto a adaptarse
en cuestiones poco dolorosas y no está dispuesto a renunciar a
nada. En realidad, no quiere saber nada de lo que está pasando.
Simplemente espera a que todo pase.
6. El rebelde: Se niega a situarse en una posición de víctima y
opina que es ahora cuando ha llegado el momento de comprar
y hay que aprovecharlo, al igual que hay que aprovechar las
pérdidas de los demás.