El documento discute cómo los valores familiares han cambiado entre generaciones. Afirma que si bien los valores no se han perdido por completo, ya no se practican como antes los ideales de paz, diálogo, amor, respeto y colaboración. Atribuye los problemas actuales como la guerra, la violencia y la intolerancia a una crianza sin valores. Sin embargo, concluye que aún hay esperanza si se educa a las generaciones futuras con valores.