6. El problema de la perspectiva. Tampoco resulta fácil relacionar estimaciones surgidas de una u otra consideración de la calidad. Aunque parece obvio que todas las visiones poseen su propia relevancia y han de ser tomadas en consideración, hay que ser cauteloso y ponerse en guardia sobre las insuficiencias que esa visión ordinaria de la calidad tiene. No se trata de restarles importancia. Estamos en el mismo caso que con respecto a la visión ordinaria de la calidad. En definitiva, la calidad puede ser abordada desde distintas perspectivas. Cuanto más indefinido subsista el contenido de la calidad más fácil es hacer ese juego.
7. Componentes de la calidad. Podemos decir que estamos ante una docencia de calidad o ante un programa educativo de calidad o ante un profesor de calidad o ante un material didáctico de calidad cuando podemos reconocer en ellos al menos los siguientes componentes: Identificación con valores formativos claves: Compromiso claro con lo que la educación superior pretende aportar al desarrollo integral de las personas y de la sociedad en su conjunto. Esa misión tiene que ver con los conocimientos de alto nivel, pero también con otro tipo de competencias personales, sociales y profesionales que trascienden los contenidos científicos y se proyecta sobre el desarrollo personal en todos los ámbitos de la personalidad. Deberíamos apostar por profesores que «formen». Proceso formativo reconocible como valioso en función de los parámetros aplicables a la etapa de la formación universitaria. Resultados de alto nivel: A veces suele decirse que «es más importante el proceso que los resultados». Pero la Universidad es un momento de formación orientado a la acreditación profesional.
8. La calidad de la enseñanza depende también fuertemente de lo que hacen los estudiantes. Pero así no es fácil generar los compromisos que la calidad requiere. Cuando somos los profesores quienes hacemos el análisis de la calidad de la docencia, la estrategia del despeje sigue funcionando. Los compromisos y condiciones de la calidad se proyectan básicamente sobre cuatro ejes fundamentales de la dinámica organizativa de las Universidades. Cada uno de ellos genera un tipo específico de calidad con contenidos que le son propios (Cuadro Contenidos en los que se sustancian los diversos ámbitos de la calidad).
9. Las diez dimensiones de una docencia de calidad 1. Interés y relevancia del contenido; 2. Cantidad de trabajo encomendado, incluyendo el ritmo de realización y su dificultad; 3. Organización del curso y del trabajo de cada profesor individual; 4. Explicación, discutiendo los antecedentes y las consecuencias; 5. Entusiasmo, incluyendo esfuerzo y estilo; 6. Apertura, estimulando la implicación del grupo; 7. Empatía, mostrando interés por los estudiantes; 8. Tareas, incluyendo los recursos y materiales proporcionados para llevarlas a cabo y Procedimientos de evaluación, incluyendo la calidad del feedback. Aunque tales aspectos son, sin duda, elementos clave en el desarrollo de una enseñanza universitaria de calidad, no son los únicos que se podrían mencionar.
10. Síntesis La educación superior necesita fundarse en el conocimiento, en la investigación y en el examen de su propia actividad para lograr su transformación, alcanzar la excelencia y adecuarse cada día a los cambios sociales, a fin de contribuir al progreso de la sociedad. Para alcanzar este propósito, sus instituciones deberán permanentemente examinar su acción mediante procesos de evaluación y autorregulación. En estos procesos evaluativos para el aseguramiento y mejoramiento de la calidad de la Educación Superior una de las variables que la determinan es la calidad docente de sus profesores. La calidad de la formación, por su parte, dependerá, en buena medida, de la actuación de los diversos dispositivos puestos en marcha a tal efecto, pero especialmente de la actuación del profesorado. Hoy parece fuera de toda duda que la buena enseñanza exige el dominio de diversas competencias por parte de los docentes de cada Facultad o Escuela.
11. Asumiendo que el ejercicio de la docencia universitaria requiere una formación especializada y un entrenamiento permanente de carácter pedagógico, se considera prioritario que, entre las políticas instituciones para el aseguramiento de la calidad, se potencien aquellas que promueven el desarrollo profesional del docente a lo largo de su carrera. Ahora bien, este objetivo no será posible mientras no se efectúe una profunda revisión del concepto de "excelencia académica" y exista un serio "compromiso" de los responsables académicos con la mejora de la función docente. Por ello, dado que en este momento las universidades deben desarrollar su marco legal y estatutario a consecuencia de la implantación de la LOU, sugerimos algunas de las propuestas orientadas a potenciar la formación pedagógica y el desarrollo profesional del profesorado como una estrategia fundamental para la mejora de la calidad de la enseñanza
12. Criterios para el análisis de la calidad de la docencia Cuadro sinóptico