Irrespeto a normas de tránsito, principal causa de accidentes en Ambato
1. Christian Andrés Reyes
Seguridad Vial:
Tolerancia al irrespeto de las normas de tránsito, principal causa de
accidentes
Av. Cevallos (Ambato), principal arteria vial de la ciudad
Jorge Guevara, padre de familia, profesor y catedrático, jamás imagino que un día
fuese víctima de un accidente de tránsito, causado por el irrespeto a una luz de
semáforo roja, un vehículo lo impactó fuertemente mientras circulaba por la
intersección. Hoy, tras casi un año de aquel desafortunado incidente, relata su
experiencia y sus secuelas, describiéndolas como de: “pánico y terror”.
“Una experiencia muy amarga, queda grabado en la mente secuelas de dolor,
pero deja lecciones en la vida, que se aprenden en estas circunstancias”. “Lo
llevan a cada uno, a manejar cuidándose, a la defensiva, porque no sabemos
cómo actúa el otro, y no sabemos su estado emocional”. “Mi accidente fue un
irrespeto a una norma de tránsito, causado por otro individuo”.
Como Jorge, existen miles de casos en los que los accidentes de tránsito
provocados por violaciones a las normas, han sido causantes de trauma y dolor,
2. así como en otros casos más desafortunados, han sido causantes de muerte y
resignación en las familias.
Se atribuye como causa de accidentes el desconocimiento de las normas de
tránsito. Pero ¿Dónde se aprenden esas leyes o normas? ¿Dónde recae la
responsabilidad de formar conductores concientes? ¿La emisión de una licencia
garantiza la calidad de un chofer?
Tránsito en Ambato (Av.Cevallos)
En la actual Ley Orgánica de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, en
su artículo 126, menciona que los títulos de conductor no profesional y profesional
son otorgados por las Escuelas de Conducción, Institutos Técnicos de Educación
Superior, Universidades y Escuelas Politécnicas, autorizados por el Directorio de
la Agencia Nacional de Tránsito. Además sin este título, ningún individuo puede
aplicar por una licencia.
En el caso de los títulos de conductor no profesional, quienes pueden expedirlo
son las Escuelas de Conducción. En Ambato, las empresas dedicadas como
3. Automovil Club del Ecuador ANETA y SafeDrive, ofrecen cursos para obtenerlas,
previo al pago de una cuota.
En SafeDrive, el plan de estudio contempla 15 horas de práctica y 10 horas de
educación vial, cuenta además de horas especializadas para Mecánica Básica,
Psicología del Conductor y Primeros Auxilios. Todo con una duración de 17 días,
con 3 fines de semana.
“Nuestra misión es la formación y capacitación de la ciudadanía, generando
conductores con alta conciencia”, “crear en ellos una responsabilidad para ser
respetuosos con las vidas ajenas” comentó uno de los instructores de la empresa.
Además manifestó que se promueve en sus estudiantes una cultura en seguridad
vial, calificándola como cualidad indispensable para sus graduados.
Vehículo de entrenamiento de la Escuela de Conducción “SafeDrive”
La formación y los aspectos teóricos – prácticos, están presentes en las entidades
designadas para conceder los títulos de conducción. Quienes se gradúan, rinden
exámenes para determinar su idoneidad para conducir. Manejan conceptos y
definiciones básicos y están aptos para conducir. Para el trámite de licencia,
incluso rinden un nuevo examen teórico, previo a la obtención del documento.
4. Entonces cabe preguntarse. ¿Es en realidad un desconocimiento de las normas
de tránsito, la que causa accidentes?, ¿Si rindiendo un examen previo para la
obtención de una licencia para conducir, donde se evalúan aspectos básicos de
seguridad vial, puedan seguir existiendo contravenciones?
Ya no hablamos de desconocimiento, ni de “no sabía”, nos encontramos con una
negligencia al respeto de normas y leyes, que fueron aprendidas, pero sin
embargo no están siendo aplicadas conscientemente. Hablamos entonces, de una
sociedad del irrespeto en seguridad vial.
Grupo de personas cruzando la vía publica sin usar los cruces peatonales (Paso Cebra)
Mall de los Andes, sitio de reunión y de compras para muchos ambateños fue el
lugar elegido para realizar una pequeña encuesta. Se preguntaría a varias
personas sobre si conocen las normas de tránsito, y tras conocer su respuesta, de
ser afirmativa, preguntar si, precisamente, las aplican.
De 20 personas consultadas, todas afirmaron conocer las normas y leyes de
tránsito. ”Si, para el curso de la licencia, enseñaron todo eso”, comentó José
Peralta, quien coincidió con la mayoría de entrevistados.
5. En el momento de preguntarles si aplicaban las leyes de transito correctamente,
existieron respuestas diversas.
“Si, bueno la mayoría del tiempo”, “Muchas veces, aunque depende si los demás
cumplen también”, “A veces por el apuro, se incumplen a veces”, fueron algunas
de las reacciones de quienes fueron consultados, que admitieron además haberse
pasado una luz roja alguna vez y cruzar las calles sin usar los conocidos “pasos
cebra”.
“Es algo que se ha hecho tan común, lo hacen todos, no hay respeto por nada,
aquí cada quien piensa en sí mismo y no en las demás personas. Eso es un
problema porque nadie cambia de actitud, así ni una persona le reclame”. “Por eso
suceden tantas desgracias en las vías”, dijo con cierta molestia un padre, que
acompañado por su hijo salía al estacionamiento del centro comercial.
Para intentar mejorar esta realidad, el Gobierno Nacional, mediante entidades
como la Agencia Nacional de Tránsito, el Ministerio de Transporte y Obras
Públicas, y la Dirección Nacional de Control de Tránsito y Seguridad Vial de la
Policía Nacional, lanzaron en agosto de 2012, la campaña permanente de
concientización en seguridad vial denominada: “Párale el Carro”.
Estación “Salvavidas” de la campaña permanente de concientización “Párale el Carro”
6. Esta campaña maneja 4 ejes de conciencia: el exceso de velocidad, el mal uso del
celular, irrespeto al ciclista, y manejar en estado etílico. Además incentiva a la
ciudadanía a denunciar unidades de transporte público que incumplan la ley, con
una llamada al 911 o al 101.
Con esta campaña, se busca hacer que la ciudadanía cumpla las leyes, no solo
por las sanciones, sino que se las respeten para salvar vidas.
Para el Arq. Trajano Sánchez, director de la Unidad Municipal de Transito de
Ambato, la problemática no pasa por la concientización de las personas sobre
seguridad vial. El sostiene que la educación vial debería de enseñarse desde la
educación básica o incluso en la secundaria. “Es una educación mínima que
deberíamos tener”.
“En las escuelas de conducción, lo primero que nos enseñan es a ponernos el
cinturón de seguridad, y vemos aquí en Ambato que muchas de las personas no lo
usan”. “Esto se debe a que hemos crecido en una cultura de irrespeto a las leyes”.
Automóvil siendo remolcado por estacionarse en lugares no permitidos
7. Jorge, víctima de estos irrespetos, manifiesta que lo que se necesita para cambiar
esta cultura de desobediencia a las leyes es la sanción, y mientras más fuerte sea,
mejor. “Si no hay presión, la gente no actúa. Si no hay una fuerza coercitiva, la
gente no actúa con respeto”. “Se requiere que, como política de estado se invierta
muchísimo dinero para cámaras, para que los conductores sientan que se
encuentran observados y tomen conciencia, para que al momento de renovar su
licencia o matricula sean multados, así la gente va a entender”. “Es la fuerza
coercitiva” –finalizó.
Es esta fuerza y la coerción en las sanciones la que brinda resultados hoy en día.
Ejemplo de ello son las restricciones del límite de velocidad en carreteras urbanas
y perimetrales. “Las personas están tomando conciencia, y ya respetan la ley,
aunque no todos todavía, pero ya se ha conseguido reducir en gran número las
cifras de accidentabilidad en el país” –sostuvo Trajano Sánchez, director del UMT.
Las sanciones severas como medida para superar el irrespeto a las normas, es la
manera más viable de conseguir una armonía ideal en esta sociedad tolerante
ante las violaciones de la ley. Hacer que la conciencia prime ante todo es el ideal a
conseguir, pero mientras tanto, las medidas tomadas, sean estrictas o no, buscan
precautelar la vida humana, y dependerá de las personas hacer que se
mantengan o que puedan desaparecer. Tener en cuenta que nuestras libertades
terminan cuando la de los demás empieza, harán que paren y se erradiquen para
bien el irrespeto a las normas y leyes de tránsito. Dependerá de la autoconciencia.
La mejor regulación es la que se hace a uno mismo.