2. EL HOMBRE SIN EMPATÍA NI CONCIENCIA
«Un psicópata puede llegar a relacionarse social o
intelectualmente, pero ven y tratan a las personas
como objetos»,
nos aseguraba el profesor Hare. Es difícil explicar que
hay personas que no tienen esta capacidad, ya que
tendemos a creer que todos, como seres humanos
que somos, pensamos y sentimos de la misma
manera. Pero no es así. Sin embargo, imaginamos que
los policías, que están en contacto permanente con
asesinos y violadores, saben distinguir
inmediatamente quién es un psicópata, pero en
realidad no pueden distinguirlos.
3. En siglos pasados, los psicópatas entraban en la categoría de los
llamados «alienados»; es decir, los apartados de la sociedad y
también de su propio yo, de su auténtica naturaleza. Hoy a los
psicópatas no se les puede considerar enfermos mentales. Se ha
de aceptar que debemos tratar la psicopatía como un trastorno
de la personalidad.
4. Frente a una persona afectada por la ansiedad o por la depresión, cuyas
emociones están amplificadas, el psicópata se caracteriza por una falta de
control de las suyas. En realidad, parece que no pudiera sentir o manejar
sus propias emociones, incluidas las de culpa o remordimiento. El
psicópata es incapaz de empatizar y de establecer lazos afectivos con su
entorno. Todo ello le lleva a acometer sus impulsos pasando por encima de
cualquier norma social o moral. Así, muchos de los asesinos en serie son
psicópatas: sus acciones violentas carecen de pasión o de descontrol;
suelen tener una gran capacidad para la planificación y encuentran placer
en hacer daño y matar. Sin embargo, no se entregan al crimen para liberar
tensiones, sino como una fuente de deleite.
5. Las trayectorias vitales de estos individuos dejan un rastro de personas
atormentadas, arruinadas, perseguidas, violadas o traumatizadas. Todo
apunta a que esa falta de emociones provendría de una característica
diferencial en el sistema nervioso: una falta de conexión entre el sistema
límbico la amígdala, en particular, relacionada con las emociones y la
agresividad y la corteza pre frontal que controla los impulsos emocionales
del sistema límbico. El origen de tal desconexión puede ser una lesión
durante el desarrollo, a causa de accidente o maltrato, o por alteraciones
genéticas.
Sin embargo, para definir el perfil del psicópata no parece suficiente esa
predisposición biológica: también son determinantes las condiciones
afectivas y familiares durante la infancia. El ambiente social y físico
modulan la expresión del comportamiento del trastorno y llevan al
individuo a ser excesivamente egoísta o lo conducen al delito, la tortura, la
manipulación o incluso, en ocasiones, al asesinato.
A pesar del dolor que este trastorno provoca, la psicopatía sigue
fascinando a gran parte de la sociedad. Muchas gentes encuentran cierto
placer en las historias que cuentan la vida de los psicópatas y es fácil
pensar que hay algo de ellos.., en cada uno de nosotros.
6. ¿ES USTED UN PSICÓPATA?
Robert Hare ha desarrollado una especie de manual que ahora se utiliza en
todo el mundo para identificar a los psicópatas: es el Psycopathy CheckList
Revised (PCL-R) o escala Hare. El gran inconveniente de este sistema de
identificación psicopática es que como cualquier método puede utilizarse
mal; y si se le pone la etiqueta de psicópata a una persona y esa
caracterización pasa a formar parte del historial criminal, esa persona está
condenada de por vida. Si se evalúa de forma incorrecta, se puede destruir
a una persona.
7. La esquizofrenia afecta a la familia, a los amigos y al propio
individuo que la sufre, pero los psicópatas no sienten
ninguna angustia personal: ellos no tienen ningún
problema. El problema lo tiene usted. Durante el curso de
sus vidas, como nos decía el profesor Hare, su conducta
afectará a cientos e incluso a miles de personas, de modo
que su impacto en la sociedad es tremendo y va más allá
del simple número de casos diagnosticados como
psicopatía.
8. el doctor Robert Hare. «Al menos, no es extraño en su
estructura, que es la misma que la de la gente normal.
Lo distintivo es su funcionamiento. A lo largo de los
últimos ocho o nueve años, hemos estado analizando
cómo funciona el cerebro de estas personas y hemos
podido establecer qué partes se activan cuando
procesan ciertas tareas o cierta información. Uno de
los hallazgos más significativos es que cuando un
psicópata intenta analizar algo que contiene una carga
emocional, ya sean fotos o palabras, las partes del
cerebro que se activan en él no son las mismas que las
que se activan en la gran mayoría de la gente».
9. Millones de mujeres, de hombres y de
niños de todo el mundo sufren el dolor, la
humillación y la ansiedad que les infligen
los psicópatas que se han encontrado en
sus vidas. Es un problema real del que
apenas estamos levantando el velo. Y ni
siquiera los grandes especialistas como
Robert Hare saben muy bien qué hacer al
respecto.
10. Lluís Borrás es psiquiatra forense, estudia la
delincuencia, el crimen y la violencia, su objeto de
investigación son ‘os grandes asesinos, y es autor de
Asesinos en serie españoles (Bosch, 2002). En páginas
anteriores habíamos llegado a la conclusión de que un
asesino o un individuo violento no es necesariamente un
psicópata y un psicópata no necesariamente se comporta
de un modo agresivo. Entonces, las preguntas para Lluís
Borrás son las siguientes: ¿en qué se diferencian unos y
otros? ¿Por qué el psicópata es un caso tan especial?
¿Qué es lo que le distingue de otros delincuentes?
11. Como se dice vulgarmente, hay
psicopatines y psicopatones; es
decir, hay personas que tienen una
tendencia a la agresividad tan
elevada y tienen tanta dificultad
para controlar sus impulsos que
pueden llegar a matar».
12. «Una persona que tenga un grado muy elevado de agresividad, de
necesidad de estímulo, de necesidad de dominio para sustituir su
ausencia de emociones tiene más probabilidades de convertirse en
un gran asesino o un asesino en serie. Pero si una de estas personas
llega a ocupar puestos altos en la jerarquía del ejército, de la
policía, de la política o del mundo de las finanzas puede causar
auténticos estragos. Por ejemplo, gente como Slobodan Milosevic o
como Sadam Husein probablemente podrían tener un diagnóstico
de psicopatía. Esta gente ha llevado a la ruina, a la destrucción y a la
muerte a millones de personas. La Historia está llena de casos
parecidos».
El psicópata integrado, en la medida en que controle su agresividad
y si no es un estadista o alguien muy importante, no matará.., pero
puede humillar y puede causar mucho daño. Puede destruir. El
psicópata no integrado finalmente acaba en la cárcel: se le captura
después de haber matado o haber cometido distintos crímenes.
Pero el psicópata integrado difícilmente sale a la luz y es capaz de
ocultarse: son los pederastas, los mal tratadores y otros muchos que
cometen delitos ocultos.
13. Lo verdaderamente terrible, lo asombroso y lo escalofriante
es la sugerencia de que estas personas pueden haber nacido
en una familia normal, en un ambiente social estable, sin
problemas económicos acuciantes, sin problemas raciales o
de otro tipo
14. . Es decir, que estas personas son malas sin motivo aparente, sin que existan
impulsos o condicionantes externos. Y aún peor; ¡no hay nada que se pueda
hacer con ellos! Los políticos, los funcionarios de los ministerios, los
empleados de las instituciones penitenciarias, las personas y familias
estragadas por estos individuos sin conciencia ni compasión deben saber que
no hay modo de devolverles la conciencia ni posibilidad de que adquieran
empatía.
15. «Uno de los factores de riesgo que puede llevar a una
persona a ser agresiva y conflictiva en el futuro es un
parto problemático. Los partos con hiperemia, los
problemas de falta de oxígeno durante el parto, y los
malos tratos infantiles, sobre todo, son indicadores de
riesgo».
16. Los malos tratos en la infancia
generan problemas de cortisona: se
produce un aumento de cortisona en
la sangre y esta sustancia lesiona las
neuronas. Un niño que ha sido
maltratado antes de los 3 años tendrá
seguramente más dificultad para
controlar los impulsos cuando sea
mayor.
Pero no todos los asesinos múltiples
han sido tan sangrientos. Las
mujeres suelen ser más refinadas.
Existen numerosos casos de criadas
y enfermeras aficionadas al
veneno, capaces de asesinar a
familias enteras bien por quedarse
con sus posesiones bien por el
misterioso placer de matar. Algunas
incluso llegaron a acabar con sus
propios hijos para cobrar sus
seguros. La más célebre fue Louise
Pitt, llamada la duquesa de la
muerte: además de matar a dos de
sus maridos, fue capaz de inducir al
suicidio a cuatro hombres
perdidamente enamorados de ella.