La crónica en Hispanoamérica fue escrita por diferentes tipos de cronistas reales como los cronistas mayores que describían los acontecimientos a nivel nacional, los cronistas menores que se enfocaban en regiones específicas, y los cronistas locales que narraban sobre una localidad en particular. La crónica combinaba hechos históricos con elementos de ficción y literatura para dar forma a la imagen que los europeos tenían de América, aunque el género fue evolucionando con el tiempo de acuerdo a los cambios sociales.