2. El Surrealismo nació oficialmente en 1924, con
la publicación de “Manifiestos del Surrealismo”,
obra del escritor francés André Bretón. Aunque
el propio Bretón lo llegó a negar, el Surrealismo,
que no solo abarca la pintura sino también la
literatura, el cine, la fotografía, nació
estrechamente ligado al movimiento Dadaísta.
3. Proveniente de la poesía y de las
artes plásticas, el cine surrealista
mantiene muchos de sus grandes
motivos: creación al margen de todo
principio estético y moral, la fantasía
onírica, el humor desaprensivo y
cruel, el erotismo lírico, la deliberada
confusión de tiempos y espacios
diferentes. Sus realizadores lo utilizan
para escandalizar y exterminar una
sociedad burguesa mezquina y
sórdida. Le otorgan a las imágenes un
valor en sí mismas, recurriendo a los
fundidos, acelerados, cámara lenta,
uniones arbitrarias entre planos
cinematográficos y secuencias.
4. El Surrealismo fue definido por el propio Bretón
como “automatismo psíquico puro, por el cual
se propone expresar verbalmente, por escrito, o
bien de otra manera, el funcionamiento real del
pensamiento, en ausencia de todo control
ejercido por la razón fuera de cualquier
preocupación estética o moral”.
Automatismo significaba el mecanismo por el
que las ideas y las asociaciones de imágenes
surgían al exterior a través de la palabra, la
escritura o la imagen de manera rápida,
espontánea, fluida, sin hacer caso para nada
de la coherencia y del sentido.
5. Así aparecieron diferentes técnicas en el
campo de las artes visuales como el collage, los
fotomontajes y el frottage (procedimiento por el
cual se pasa un lápiz por el lienzo extendido
sobre una superficie rugosa), cuyo resultado era
la aparición de un conjunto de imágenes
yuxtapuestas, en apariencia faltas de sentido.
6. El Surrealismo trata de darle a la negación
constante el fundamento de una doctrina. Se
pasa de la negación a la afirmación. Tiene
actitudes destructivas, el sentido general de su
rebelión y métodos provocadores. Lo
destructivo está acompañado por una parte
constructiva.
El problema fundamental de este movimiento
es el de la libertad. No se presenta como una
esfera artística, sino de la vida misma, del
destino del hombre. Afirma que este problema
tiene dos caras: la de la libertad individual y la
de la libertad social.
7. Este movimiento artístico está dividido en 3
etapas:
Periodo investigador: también denominado |
periodo intuitivo, comprende entre 1922 y 1925.
Periodo razonador o fase política: entre 1925 y
1929. Es en este momento cuando aparecen las
primeras películas con cierto contenido
surrealista: La caracola y el clérigo(1928), de
Germaine Dulac y La estrella de mar (1927), de
Man Ray.
Periodo de expansión: A partir de 1929.
Aparecen los exponentes más representativos
de este género cinematográfico a partir del film
Un perro andaluz (1929), de Luis Buñuel y La
sangre de un poeta (1929), de Jean Cocteau.
8. Entre los filmes destacados están:
Regreso a la razón (Man Ray)
Entreacto (René Clair),
La caracola y le clérigo (Germaine
Dulac y Antonin Artaud),
Un perro andaluz (Luis Buñuel y Salvador Dalí))
La sonriente Madame Beudet (Germaine
Dulac), Corazón fiel (Jean Epstein)
La edad de oro (Luis Buñuel y Salvador Dalí),
Rhythmus 21 (1921), etc.
9. Las películas no hacían caso al argumento y al
contenido narrativo, estaban inspiradas por una
hipertrofia formalista, inventando y
experimentando atrevidos recursos que luego
se incorporarán, de forma lógica y madura, al
lenguaje cinematográfico cotidiano: montaje
acelerado, sobreimpresiones, desvanecidos,
etc.
10. Apareció en 1929 “Un perro andaluz” de Luis Buñuel. Ésta no
obtuvo el rechazo del grupo y fue celebrada como la primera
película surrealista. Paradójicamente, este film, fue ideado por
dos jóvenes que no pertenecían al movimiento:
"Esta película nació de la confluencia de dos sueños. Dalí me
invitó a pasar unos días en su casa y, al llegar a Figueras, yo le
conté un sueño que había tenido poco antes, en el que una
nube desflecada cortaba la luna y una cuchilla de afeitar
hendía un ojo. Él, a su vez me dijo que la noche anterior había
visto en sueños una mano llena de hormigas y añadió: -"Y si,
partiendo de esto, hiciéramos una película?". Pronto nos
pusimos manos a la obra siguiendo una regla adoptada de
común acuerdo: no aceptar idea ni imagen alguna que
pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o
cultural. Abrir todas las puertas a lo irracional. No admitir más
que las imágenes que nos impresionaran, sin tratar de
averiguar por qué".