1. MIRAD LO NUEVO DE CADA DÍA.
Queridos amigos: Las personas, a veces, somos muy dadas a quedarnos en el
pasado o lanzarnos hacia el futuro. No sabemos saborear el presente: lo que
sentimos, vivimos y nos acontece cada día. No sabemos saborear lo nuevo que
cada día nos ofrece.
El profeta Isaías. 43, 18 – 22, nos dice: “no recordéis lo de antaño, no penséis
en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo”.
Dios no se repite, siempre es nuevo y hace nuevas las cosas.
Jesucristo, es el que realiza las promesas de Dios con su cercanía, salvación y
bendición: (2ª. Cor. 1, 18 – 22).
Jesucristo, es el que hace de médico y de medicina para el paralíto, mirándole
con compasión y curándole de su enfermedad y de sus pecados: (Mc. 2, 1 – 12).
Para poder saborear lo de cada día, todo lo bueno que nos sucede en cada
momento y todo lo que de santo nos rodea, tal vez tengamos que “saber mirar
(como el Señor) con ojos limpios y con mirada tierna”.
Señor: acudimos a Ti, para pedirte que nos limpies.
 Limpia, Señor, nuestro pensamiento para que no pensemos, que ya no puede
sucedernos “nada nuevo”.
 Libera, Señor, nuestras personas de desánimos, esclavitudes y desesperanzas.
 Ayúdanos, Señor, a tomar conciencia de que podemos: - crear nuevas
posibilidades, - recrear nuevas sensaciones y sentimientos y – actuar con nuevas
actitudes y decisiones.
 Enséñanos, Señor, (como a los camilleros del paralítico) -a creer en nosotros
mismos y en los demás. – a saber ser creativos y valientes para ayudar en las
dificultades. – a ser mediadores de salud, de perdón, de amor y de paz.
 Ayúdanos, Señor, a mirar lo nuevo de cada día, sintiéndonos y haciendo obras
de misericordia.
Señor: Enséñanos a mirarte a Ti, que haces nuevas las cosas.
Gabriel.
7º. Domingo Ordinario. Ciclo. B. Madrid. 19 de Febrero de 2012.